En verdad que yo quería tener esto listo para el cumpleaños de Inoo, pero se me presentaron otras cosillas y la inspiración tampoco llegaba cuando debía de hacerlo, pero aquí está lo que muchos esperaban XD el especial de mi primer serial "Seduciendo a mi profesor" que en verdad les agradezco mucho todo el apoyo y los lindos comentarios que me dieron durante el transcurso de éste y si no lo han leído, les invito a leerlo, ahí está en la lista de fics de la página y como lo fue el serial, este especial va dedicado a Mabe-chan, muchas gracias, lánlo y comenten bonito <3
Tema: ~Seduciendo a mi profesor~
Extensión: Serial/Especial
Parejas: Takachii/Inoodai/Okayamajima/Yabuhika
Autora: Akari-chan
ESPECIAL
2 años después…
Habían pasado dos
años desde que Kei me había propuesto matrimonio y al fin había llegado ese día
en que uniríamos nuestras vidas para siempre.
- Buenos días, hijo
– entró mi madre a la habitación, llevando en sus manos una bandeja con el
desayuno -.
- Buenos días,
mamá.
- ¿Cómo amaneciste?
- Muy bien, un poco
nervioso.
- ¿Por qué
nervioso? Si se supone que este es el día más feliz de tu vida – dijo al mismo
tiempo que acariciaba mi rostro con una de sus manos -.
- Es que nunca
pensé que llegaría tan pronto este día, todavía pienso que estoy como en un
sueño – sonreí -.
- Eso es normal
hijo, yo me sentía igual antes de casarme con tu padre, no te preocupes que
todo va a salir bien – me sonrió dulcemente, dejando la bandeja en mi
escritorio -.
- Gracias mamá.
- No tienes que
agradecerme nada, desayuna rápido que tenemos que ir a recoger el traje que
usarás para la boda – dijo para después salir de mi habitación -.
Por fin había
llegado el día que tanto había esperado desde que conocí al amor de mi vida, no
podía sentirme más feliz en ese momento, ya quería verlo y llenarlo de besos y
decir con orgullo que él era mi hermoso esposo.
- Kei ya deja de
tontear y desayuna rápido, tenemos mucho que hacer – dijo Kota algo molesto y
ya más o menos sabía el por qué -.
- No seas grosero
Kou-chan – dijo Hikaru -.
- Es que por culpa
de esto tú y yo no…
- Por favor no
sigas – lo detuvo Hikaru, totalmente sonrojado –.
- Si Kota, solo ten
paciencia – reí al ver su rostro enojado -.
- Chicos este no es
momento para hablar de cosas privadas, así que rápido – dijo Hikaru -.
- Por cierto ¿dónde
está papá? – pregunté –.
- Está en el
cementerio, me dijo que de ahí pasaba para la iglesia – dijo Kota -.
- Muy bien, ya
vámonos que se nos hace tarde – dijo Hikaru levantándose de su asiento –
Kou-chan y yo iremos a la iglesia a ultimar detalles de la boda y tú ponte
guapo hermanito – dijo Hikaru, para luego tomar de la mano a Kota y salir junto
con él de la mansión, mientras que yo subí a mi habitación, viendo sobre mi
cama el traje que llevaría puesto para esa ocasión tan especial -.
- Yu… Yu…ya – jadeé
al sentir como su semen se esparcía dentro de mi entrada, al mismo tiempo que
él me besaba fogosamente en los labios, se me hacían tan deliciosos -.
- Te amo – dijo
para después bajar su rostro hacía mi entrepierna, introduciendo mi miembro que
todavía se encontraba erecto dentro de su boca, succionándolo y dando suaves
mordiscos en la punta, haciendo que me corriera dentro de ella -.
Se acostó a mi
lado, tomándome de la cintura y depositando un dulce beso en mi frente, desde
hacía dos años que estábamos juntos y cada día estábamos más enamorados el uno
del otro, nuestros padres habían aceptado nuestro compromiso, aunque más que
todo por dinero, pero no me importaba eso en lo absoluto, con tal de tener la
libertad de estar con él, valía la pena.
- Tenemos que
alistarnos para ir a la boda – dijo Yuya mientras se levantaba pesadamente de
la cama, a él al igual que a mí no quería levantarse -.
- Todavía es
temprano, quedémonos otro ratito – dije haciendo un puchero -.
- Sabes que eso me
encantaría – dijo besándome apasionadamente, para después separarse – Soy el
padrino de la boda, así que no puedo llegar tarde.
- Entonces cuando
volvamos ¿podemos seguir con lo que estábamos haciendo? - pregunté de manera
provocativa, levantándome de la cama y poniéndome de puntitas para volver a besarlo,
ambos estábamos desnudos, así que eso no ayudaba mucho en que mis hormonas se
tranquilizaran -.
Correspondí al beso
de mi niño, tomándolo de la cintura, en verdad quería quedarme ahí todo el día
con él, pero por desgracia no podía, no quería dejar solo a Inoo en su día
especial. Luego de eso nos separamos y fuimos hacía el cuarto de baño, tomando
un relajante baño juntos, lleno de besos, caricias y dulces palabras de amor,
aunque si no fuera por lo de la boda, justo ahí terminaríamos haciendo el amor.
Salimos de allí y luego nos vestimos, poniéndonos nuestros mejores trajes, Yuri
siempre iba a quedarse a mi apartamento cuando sus padres no estaban en casa
por largo tiempo, así que tenía su propio armario en mi habitación.
- ¿Qué color te
gusta más?– preguntó, mostrándome dos corbatas, una en cada mano -.
- La rosada – le
respondí, tomándola y ayudándosela a poner, hacer eso me traía tan buenos
recuerdos -.
- Eres el padrino
más bello de toda la historia de las bodas – dijo, sonriéndome dulcemente, lo
amaba demasiado -.
- Y tú eres el
novio del padrino más lindo del mundo – sonreí, dándole un dulce beso en sus
labios – todavía nos queda algo de tiempo ¿vamos a desayunar?
- Pensé que no me
lo dirías, me muero de hambre, tanto ejercicio me deja hambriento – reí ante su
comentario y ambos salimos de mi apartamento, sería un día bastante largo -.
- Yuto ¿en verdad
tenemos que ir a esa boda? – pregunté -.
- Claro que sí,
recuerda que Keito es primo del Director y seguramente estará allí.
- Pero no sabemos todavía
si ya ha vuelto de Inglaterra, hace una semana que no sabemos de él –dije un
poco triste, lo extrañaba mucho -.
- Ya verás que si,
Keito es muy leal a su palabra – sonrió, revolviendo un poco mis cabellos, íbamos
ambos en el auto que le habían regalado sus padres por su cumpleaños,
supuestamente iríamos a la iglesia, pero por alguna razón el auto había tomado
el camino que no era -.
- Yuto… ¿estás
seguro de que es por aquí? – pregunté -.
- Ya te diste
cuenta – sonrió – es que quiero hacer algo primero – dijo al mismo tiempo que
me miraba de una manera muy provocativa, detuvo el auto y me besó intensamente
– todavía faltan como dos horas para la boda, así que podemos pasar un buen
rato juntos – dijo para después seguir con su camino, llegando ambos a lo que
parecía un Love Hotel -.
Entramos al lugar,
aunque yo no estaba muy convencido de que nos dejaran entrar ya que ambos
éramos menores de edad, pero aun así, Yuto se las ingenió para que nos
asignaran una habitación. Subimos al ascensor y al cerrarse la puerta
comenzamos a besarnos y acariciarnos desesperadamente hasta llegar al piso que
nos correspondía. Caminamos lo más rápido posible a la que sería nuestra
habitación en esa ocasión, entramos de inmediato a esta y sin esperar ningún
segundo más me aventó contra la cama, posicionándose encima de mí, besándome al
mismo tiempo que quitaba rápidamente cada prenda que cubría mi cuerpo, hasta
dejarme totalmente desnudo.
- Yu…to – gemí al
sentir como sus labios besaban mi cuello, pero algo extraño hizo que dejara de
concentrarme en lo que estaba haciendo, sentía que mis brazos estaban
estancados, así que miré por encima y vi como mis muñecas eran aprisionadas por
un par de esposas -.
- Es que quiero
jugar un poco – dijo para luego tomar un trapo y tapar con él mis ojos, no
entendía muy bien el porqué de hacer aquello pero de una manera u otra, me
excitaba -.
Siguieron los besos
y las caricias por todo mi cuerpo, haciéndome estremecer con cada una de ellas,
hasta sentir como introducía su miembro bruscamente en mi interior, sacándome
un jadeo lleno de placer mezclado con dolor y aunque se sentía muy bien, no
dejaba de sentirme algo inquieto, Yuto no era de los que hacía ese tipo de
cosas, él era mucho más tierno, eso más bien parecía obra de…
- ¡KEITO!
- Ya era hora –
dijo quitando la venda de mis ojos, comenzando a embestirme aceleradamente, quería
decirle tantas cosas, pero no podía, debido al placer que estaba causando, así
que simplemente me dejé llevar, mientras veía como Yuto se masturbaba al ver
como Keito me hacía suyo, pero no quería dejarlo solo, así que hice que Keito
saliera de mí, acerqué mi rostro a su miembro que estaba totalmente erecto, me
relamí los labios y lo introduje en mi boca, saboreando todo de él, mientras
que Keito volvía a penetrarme con fuerza. Me sentía tan feliz de estar
nuevamente así con los dos, disfrutando lo mejor de cada uno, seguimos así
hasta que sentí el semen de Yuto entrar por mi boca y tiempo después el de
Keito en mi ano -.
- Keito… - me
arrodillé sobre cama, poniéndome a su altura, besándolo de manera desesperada,
anhelaba tanto volverlo a besar - ¿Por qué no me dijiste lo de tu regreso? –
dije al separarme del beso, necesitaba respuestas -.
- Quería que fuera
una sorpresa, por eso le pedí a Yuto que no te dijera nada – dijo sonriéndome con picardía - ¿no te gustó?
- Ambos son unos…
- no pude terminar la frase porque de
repente Yuto se apoderó de mis labios y Keito comenzaba a acariciar mi miembro
– mmm ¿No va…mos a ir a la boda? – pregunté con algo de dificultad -.
- Ya llamé a mi tío
y le dije que llegaríamos a la fiesta, él sabe que me aburre ir a una iglesia –
respondió -.
- Además ya que
estamos los tres juntos, tenemos que recuperar el tiempo perdido – dijo Yuto,
haciendo que me acostara en la cama, abriendo mis piernas y viendo cómo ambos
lamían mí miembro como si se tratara de un dulce. Quizás para el resto del
mundo nuestro amor era anormal, pero a nosotros no nos importaba, ya que tenía
la certeza de que estaríamos juntos por siempre, pasara lo que pasara -.
El momento crucial
se acercaba y yo cada vez me sentía más nervioso, no era que tuviera dudas de
casarme con Kei, sino que se me hacía tan difícil de creer, que realmente
pensaba que se trataba de un sueño y que al despertar todo fuese sólo eso, un
sueño.
- Te ves tan guapo
hijo – dijo mi madre muy alegre, íbamos ambos en la limosina, directo a la
iglesia en donde se celebraría la ceremonia – aunque hubiese preferido que
usaras un vestido de novia.
- ¡Mamá! – exclamé
avergonzado -.
- Pero igualmente
te ves precioso con ese traje y Inoo-kun se quedará sin habla al verte.
Me sonrojé por lo
que dijo y nos quedamos en silencio hasta llegar por fin a la iglesia, mi madre
bajó primero y luego el chofer abrió la puerta, permitiéndome salir del
vehículo, mi madre me tomó del brazo y caminamos juntos hacía la entrada de la
iglesia, la cual se veía realmente hermosa, con todas esas flores rojas y
blancas que adornaban el marco de la entrada de ésta y las esquinas de las
bancas.
Miré al frente y ahí
estaba el dueño de mi corazón, vestido con un hermoso traje tan blanco como el
mío, adornado con una bella rosa roja en el bolsillo de su saco y su cabello
ligeramente peinado, encantaba esa forma desaliñada que tenía. Comenzó a sonar
la marcha nupcial y junto con mi madre comenzamos a caminar despacio hasta donde
estaba él, quién me sonreía y me miraba con tanto amor, definitivamente quería
pasar el resto de mi vida con él.
Mi corazón comenzó
a latir aceleradamente al ver como poco a poco aquel ser tan hermoso se
acercaba al altar, se veía tan adorable con ese traje y lo que lo hacía más
bello era ese sonrojo que sobresalía de sus mejillas, recordando cada momento
vivido con él; la primera vez que nos vimos, nuestro primer beso, nuestra
primera discusión, el día que aceptó ser mi novio, nuestra primera cita, la
primera vez que hicimos el amor, cuando le propuse matrimonio, llegando hasta
ese día en que uniríamos nuestras vidas en matrimonio, lo amaba con cada célula
de mi cuerpo y así sería por siempre.
- Inoo-kun – habló
la madre de Daiki, al llegar ambos a donde estaba – Sabes que Daiki es mi único
hijo y que como tal es lo más preciado que tengo, así que confío plenamente en
que él será lo mismo para ti – dijo al mismo tiempo que se limpiaba una lágrima
que bajaba por su mejilla -.
- De eso puedes
estar segura – le respondí con una enorme sonrisa -.
- Dai-chan, cuida a
mi hijo tanto como yo lo he cuidado a él – le dijo mi padre a Daiki -.
- Lo haré –
respondió Daiki sonriente, nuestros padres se apartaron, dejándonos ahí en el
altar -.
La ceremonia
comenzó y solo las palabras del sacerdote se escuchaban por todo el lugar,
durante el transcurso de la boda, Daiki y yo no nos soltábamos de las manos,
estábamos nerviosos y solo de esa manera podíamos tranquilizarnos.
- Kei ¿aceptas a
Daiki, cómo tu futuro esposo, para amarlo y respetarlo todos los días de tu
vida?
- Acepto encantado
– dije, dedicándole una sonrisa mi amado -.
- Daiki ¿aceptas a
Kei cómo tu futuro esposo, para amarlo y respetarlo todos los días de tu vida?
- Por supuesto que
acepto – dijo bastante sonrojado, se veía tan adorable -.
Luego llegó la
parte de ponernos nuestros anillos, jurándonos amor eterno y tras obtener la
bendición del Sacerdote, nos besamos de manera anhelante, transmitiendo todo lo
que sentíamos en ese beso, escuchando los aplausos de todos los asistentes de
la iglesia.
- Muchas
felicidades – dijo mi padre, abrazándonos después de salir de la Iglesia -.
- Muchas gracias –
respondimos al unísono, todos se nos acercaban y felicitaban con mucha alegría,
entre ellos mi padrino de bodas y mejor amigo, Takaki Yuya -.
- ¿Sabes? Antes
nunca pensé que llegarías a casarte y mira que tan equivocado estaba – dijo mi
amigo, mientras me daba un cálido abrazo -.
- Y tú que
cancelaste dos, espero que ésta vez sí lo hagas – dije sin poder evitar reírme
un poco -.
- De eso puedes
estar seguro, es solo cuestión de encontrar a la persona indicada – dijo
mientras tomaba la mano de su novio y la besaba dulcemente, haciendo que el
pequeño se sonrojara -.
- Mi amor, tenemos
que irnos a la mansión para la fiesta – dijo mi ahora esposo, tomándome del
brazo -.
- Nos vemos en la
fiesta – dije haciendo una pequeña reverencia - subiéndonos ambos en la
limosina -.
- Por fin solos –
dije al momento en que se cerró la puerta del vehículo y me abalanzaba sobre mi
esposo, besándolo con desespero, llevábamos dos meses sin tener relaciones
sexuales y no solo era por los preparativos de la boda, sino que a mi suegra se
le ocurrió la maravillosa idea de prohibirnos hacer aquello hasta que llegara
la noche de bodas, eso era muy cruel -.
- Ke… Kei-chan detente
– jadeó Dai-chan al momento que había abandonado sus labios para comenzar a
besar y lamer su cuello -.
- Pero quiero
hacerlo – dije de manera suplicante -.
- Y yo también –
dijo al mismo tiempo que me apartaba de encima suyo – pero espera a que nos
vayamos de la fiesta.
- Bueno, si he
esperado por dos meses, creo que puedo hacerlo por unas cuantas horas más –
dije volviendo a besar a mi esposo, pero de una manera dulce, amaba el sabor de
sus labios -.
Llegamos a la
mansión en donde se celebraría la fiesta, era la primera vez que iba allá, así
que de cierto modo me sentía algo incómodo, no me gustaban mucho este tipo de
celebraciones, pero con solo estar al lado de mi Yuyan, podría soportarlo.
- ¡Yuri! – Escuché
que alguien me llamaba, así que miré a todos lados hasta encontrar a mis
amigos, que se acercaban a mí junto con Keito, a quién no veía desde hacía dos
años -.
- Chicos, me alegra
mucho verlos por aquí – dije muy entusiasmado, abrazando a cada uno de ellos -.
- Gusto en verlo
Takaki-sensei – dijeron los tres al unísono, me causaba gracia que fueran tan
sincronizados de cierto modo -.
- Lo mismo digo –
sonrió – dejaré que se actualicen un rato, iré a hablar con Sanada-sama, nos
veremos en un rato – dijo mi novio, para luego besarme dulcemente, frente a mis
amigos que quedaron atónitos por lo que veían -.
- ¿Desde cuándo tú
y Sensei están saliendo? – preguntó Yuto, sin todavía salir de su asombro -.
- Desde hace dos
años – dije sonriente, sus expresiones me hacían reír mucho –.
- ¿Eh? ¿Y por qué
no nos dijiste nada? – preguntó Ryosuke -.
- Porque no lo creí
necesario, ya saben que me gusta ser discreto, además quería decírselos cuando
fuera el momento indicado, pero como que se adelantaron las cosas – reí -.
- ¿Eres feliz con
él? – preguntó Keito -.
- Completamente –
dije esbozando una gran sonrisa - ¿Y ustedes? Por lo que veo, supongo que todo
marcha bien.
- Ya que Keito
volvió, seguiremos estando juntos, como antes de que se fuera – dijo Ryosuke,
abrazando a su novio -.
- Pero Yuri
¿cuéntanos cómo fue que te ennoviaste con Takaki-sensei? – preguntó Yuto, se
veía muy interesado al igual que Keito y Ryosuke -.
- Es una larga
historia, pero se las contaré – dije, para luego buscar en donde sentarnos,
teníamos tantas cosas que contarnos y me alegraba el hecho de que volveríamos a
estar juntos, como los grandes amigos que éramos -.
- Hika…
aprovechemos que todavía no ha llegado toda la gente y vamos un ratito a
nuestra habitación – susurró en mi oído mi esposo, su propuesta era tentadora y
no podía negar que yo también tenía ganas, pero tenía todavía muchas cosas por
hacer -.
- Ya te he dicho
que no Kou-chan, papá nos regañará si no nos ve aquí – dije un poco nervioso -.
- Pero yo sé que tú
tampoco te aguantas más – lamió el lóbulo de mi oreja y colando una de sus
manos por debajo de mi camisa, estábamos en un lugar alejado y un tanto oscuro
del salón principal, así que nadie podía ver lo que Kota me hacía -.
- Kou-chan… - jadeé
al sentir como apretaba con sus dedos una de mis tetillas -.
- ¿Vamos? –
preguntó con esa voz seductora que tanto me encantaba -.
- Pero solo un
ratito – dije bastante sonrojado, él solo sonrió y así nos fuimos ambos a
nuestra habitación -.
Al llegar a la
fiesta, todos los invitados nos recibieron con aplausos y felicitaciones,
estábamos muy felices de que tantas personas nos acompañaran en ese día tan
especial para nosotros.
- Felicidades por
su matrimonio – dijo Okamoto-kun, el primo de mi esposo, al acercarse a
nosotros y darnos un abrazo a cada uno – lamento mucho no haber ido a la
ceremonia, pero tenía algo muy importante que hacer.
- No te preocupes,
de que hayas venido es más que suficiente – le dijo mi esposo -.
- Kei ¿no has visto
a tus hermanos? Es que vamos a hacer el brindis y no los veo por ningún lado –
Preguntó mi suegro un tanto preocupado -.
- Pues ahora que lo
dices, no los he visto desde que llegamos.
- De seguro han de
estar haciendo sus cochinadas en su habitación – dijo algo molesto – pero no
importa, haremos el brindis sin ellos.
Luego de hacer el
brindis y bailar juntos el vals, mis cuñados llegaron al salón con sus ropas un
tanto desordenadas, recibiendo de inmediato un regaño por parte de mi suegro,
mientras que mi esposo y yo no parábamos de reírnos al ver tal escena, aunque
los entendíamos muy bien, nosotros también estábamos en las mismas condiciones.
- ¿Quieres que nos
vayamos ya? – preguntó Kei, mientras me abrazaba por la espalda y me daba un
beso en la mejilla -.
- Pero ¿y los
invitados? Todavía no ha acabado la fiesta – dije un tanto preocupado -.
- No te preocupes,
nos despediremos de ellos y luego nos vamos, además ya es de noche y quiero
hacer otras cosas – dijo al mismo tiempo que se mordía el labio y me miraba de
manera seductora -.
- Entonces vamos –
lo besé tiernamente en los labios y luego fuimos a despedirnos de los invitados
que de seguro entendían que los esposos querían pasar tiempo a solas -.
Salimos de la
mansión y juntos nos subimos a la limosina, indicándole al chofer que nos llevara
hacia nuestra casa, mientras nos besábamos y acariciábamos, tratando de
controlarnos y no hacerlo en el vehículo. Hasta llegar por fin a nuestro destino, saliendo rápidamente de la
limosina y decirle al chofer que ya podía irse y luego entramos a nuestro nido
de amor, besándonos y tocándonos de manera desesperada.
Subimos a nuestra
habitación y me llevé una gran sorpresa al ver lo hermosa que estaba decorada,
había pétalos de rosas formando un camino desde la puerta hacía la cama y
también sobre ésta, iluminado únicamente por velas, dándole un ambiente muy
romántico al lugar.
- ¿Te gusta? –
Preguntó mí ahora esposo, comenzando a quitarme el saco de mi traje -.
- Está precioso ¿lo
hiciste tú? – pregunté -.
- Lo de poner las
flores y las velas si lo hice yo, pero tuve que pedirle el favor a un sirviente
para que las encendiera – dijo al mismo tiempo que me cargaba como si yo fuera
una princesa y me recostaba lentamente sobre la cama -.
Y ahí estábamos
nuevamente, en aquel lugar donde tuvimos nuestra primera vez y que
continuamente era testigo de nuestras demostraciones de amor, aunque estaba tan
desesperado como él en unir nuestros cuerpos, quería que esta vez fuera
especial, así que debía controlar mis impulsos.
Comencé a
desvestirlo lentamente, besando cada rastro de piel que quedaba al descubierto,
disfrutando de aquellos excitantes gemidos que comenzaban a salir de su boca,
me gustaba lo sensible que era a mi tacto. Mis labios llegaron a sus rosadas y
apetecibles tetillas, las cuales mordía y succionaba con desespero, al mismo
tiempo que bajaba una de mis manos hacía su pantalón, bajándolo un poco junto
con su ropa interior, acariciando ese miembro que comenzaba a despertarse por
cada caricia que le daba.
Dejé sus tetillas
para volver a devorar sus labios en un fogoso beso, llevándome la sorpresa de
que Daiki cambiaba de posición junto conmigo, dejándome a mí sobre la cama y
con esa mirada llena de perversión, se quitó completamente lo que le quedaba de
ropa, cambiando nuevamente de posición, dejando su trasero cerca de mi rostro,
sintiendo como con sus manos abría rápidamente mi pantalón y se engullía
completamente mi pene en su boca, no me quise quedar atrás así que hice lo
mismo con el suyo, disfrutando de su sabor, al mismo tiempo que introducía uno
de mis dedos en su entrada.
Seguimos así hasta
sentir como nos corríamos dentro de la boca de cada uno, tragando todo ese
líquido que había salido de nosotros. Lo postré nuevamente sobre la cama,
quitándome toda la ropa que tenía encima y aprovechando que su entrada ya
estaba dilatada, lo penetré, sacándole un jadeo de placer mezclado con dolor,
lo besé comenzando de una vez con las embestidas, enloquecido por la estrechez
de su interior, había extrañado tanto todo eso.
Rodeó mi cintura
con sus piernas, haciendo que entrara mucho más en él, mientras que yo lamía y
daba succiones en su cuello, dejando unas marcas sobre éste. Sintiendo de
repente un dolor punzante en mí parte trasera, sabía muy bien que era lo que
quería mi amado y yo no se lo negaría.
Hizo que saliera de
él, poniéndome a cuatro patas, dejando mi trasero delante de él, introduciendo
sin descaro su lengua en mi entrada, lubricándome, haciéndome gemir como loco
ante la intromisión y el cómo apretaba y masajeaba mis nalgas, eran pocas las veces
en las que mi Daiki tomaba este rol en la relación, pero cuando lo hacía, lo
recibía con mucho gusto. Luego dejó de usar su lengua y se acomodó, rozando la
punta de su miembro con mi entrada.
- Mete…mela… ya… - logré
decir de manera jadeante y desesperada -.
- ¿Lo quieres? –
preguntó de manera seductora, torturándome con aquel roce -.
- Si… si… lo quiero…
dentro… por… favor – y sin hacerme esperar más, me penetró de una sola
estocada, comenzando a embestirme como si no hubiera mañana, sin duda me
encantaba que Daiki se comportara de esa manera tan salvaje, abría mis piernas
un poco más, para así hacer que entrara más en mí, me estaba volviendo loco y
más cuando hizo que me levantara, dejando solo mis rodillas en la cama, aprovechando
la posición para morder y besar mi espalda, apretando con una de sus manos una
de mis tetillas y con la otra masturbaba mi pene, sin dejar de embestirme,
hasta que sentí que ya no podía más y me corrí, manchando parte de la cama y su
mano, la cual después se llevó a su boca, lamiendo el semen que había quedado
en ésta y luego de unas embestidas más él también lo hizo en mi interior -.
Salió de mi
interior y nos acostamos completamente sobre la cama, respirando agitados y con
nuestros cuerpos mojados, debido al sudor. Seguíamos besándonos, pero de una
manera lenta y deliciosa, disfrutando del calor de nuestros cuerpos.
- Te amo, mi amado
esposo – dije besando su frente, abrazándome más a él -.
- Y yo a ti,
esposito – sonrió dulcemente – todavía no puedo creer que ya estemos casados,
dime que no es un sueño.
- No lo es – lo miré
a los ojos – esto es real, es nuestra realidad y sé que quizás no sea perfecto,
pero contigo me siento así.
- Yo soy el que
debería de decir eso – río y se acurrucó en mi pecho, quedándose rápidamente
dormido, volví a besar su frente, tomé una de las cobijas y me arropé junto con
él, contemplando su rostro hasta quedarme profundamente dormido -.
FIN
Lo ame! Lo unico es qe casi no ubo takachi </3 Pero el inodai esta lleno de amor:3 felizidades amo como escribes sempai:3
ResponderEliminarkya!! afaffsfssgsgaga me ha facinadoooo mira quen lemon mas detallado y hermosamente !! bello entre el inoodaiii *a* no me gusta compartir a Yamada connkeito solo xon Yuto pero tu hiciste que me encantara!!!!!!!!!!!!! *|* gracias por subirlo me gustado muchoooooooo¡¡'¡¡ :3!! espero pronto actualizes un yamajima :3' me facina como escribes soy tu fan >w<
ResponderEliminarA la verch (╯°□°)╯︵ ┻━┻ por qué no leí esto!
ResponderEliminarDel coñazo!!!!!! Crei que ya no habia habido conti dios estuvo mas que buena pido exigo......bueno no exigo (tal vez un poco) que hagas un fic del trío tan hot de esta historia que esta ñam ñam ewe el takachii fabuloso y ame amo y reamo esta historia gracias
ResponderEliminarfhvuhnyuh o sea como? yo no comenté aquí? cómo?!! juraría que había comentado, que rayos >~< no lo hice? aun no me la creo u.u... Ay bueno pero aquí estoy después de mucho, ay u.u bueno sigue siendo mi fanfic favorito y lo voy a leer de nuevo por eso me pasaba por aquí jiji ay este especial lo amé <3
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