2/7/14

~Seduciendo a mi profesor~ ESPECIAL

Hola a tod@s
En verdad que yo quería tener esto listo para el cumpleaños de Inoo, pero se me presentaron otras cosillas y la inspiración tampoco llegaba cuando debía de hacerlo, pero aquí está lo que muchos esperaban XD el especial de mi primer serial "Seduciendo a mi profesor" que en verdad les agradezco mucho todo el apoyo y los lindos comentarios que me dieron durante el transcurso de éste y si no lo han leído, les invito a leerlo, ahí está en la lista de fics de la página y como lo fue el serial, este especial va dedicado a Mabe-chan, muchas gracias, lánlo y comenten bonito <3



Tema: ~Seduciendo a mi profesor~
Extensión: Serial/Especial
Parejas: Takachii/Inoodai/Okayamajima/Yabuhika
Autora: Akari-chan


ESPECIAL
2 años después…
Habían pasado dos años desde que Kei me había propuesto matrimonio y al fin había llegado ese día en que uniríamos nuestras vidas para siempre.
- Buenos días, hijo – entró mi madre a la habitación, llevando en sus manos una bandeja con el desayuno -.
- Buenos días, mamá.
- ¿Cómo amaneciste?
- Muy bien, un poco nervioso.
- ¿Por qué nervioso? Si se supone que este es el día más feliz de tu vida – dijo al mismo tiempo que acariciaba mi rostro con una de sus manos -.
- Es que nunca pensé que llegaría tan pronto este día, todavía pienso que estoy como en un sueño – sonreí -.
- Eso es normal hijo, yo me sentía igual antes de casarme con tu padre, no te preocupes que todo va a salir bien – me sonrió dulcemente, dejando la bandeja en mi escritorio -.
- Gracias mamá.
- No tienes que agradecerme nada, desayuna rápido que tenemos que ir a recoger el traje que usarás para la boda – dijo para después salir de mi habitación -.

Por fin había llegado el día que tanto había esperado desde que conocí al amor de mi vida, no podía sentirme más feliz en ese momento, ya quería verlo y llenarlo de besos y decir con orgullo que él era mi hermoso esposo.
- Kei ya deja de tontear y desayuna rápido, tenemos mucho que hacer – dijo Kota algo molesto y ya más o menos sabía el por qué -.
- No seas grosero Kou-chan – dijo Hikaru -.
- Es que por culpa de esto tú y yo no…
- Por favor no sigas – lo detuvo Hikaru, totalmente sonrojado –.
- Si Kota, solo ten paciencia – reí al ver su rostro enojado -.
- Chicos este no es momento para hablar de cosas privadas, así que rápido – dijo Hikaru -.
- Por cierto ¿dónde está papá? – pregunté –.
- Está en el cementerio, me dijo que de ahí pasaba para la iglesia – dijo Kota -.
- Muy bien, ya vámonos que se nos hace tarde – dijo Hikaru levantándose de su asiento – Kou-chan y yo iremos a la iglesia a ultimar detalles de la boda y tú ponte guapo hermanito – dijo Hikaru, para luego tomar de la mano a Kota y salir junto con él de la mansión, mientras que yo subí a mi habitación, viendo sobre mi cama el traje que llevaría puesto para esa ocasión tan especial -.

- Yu… Yu…ya – jadeé al sentir como su semen se esparcía dentro de mi entrada, al mismo tiempo que él me besaba fogosamente en los labios, se me hacían tan deliciosos -.
- Te amo – dijo para después bajar su rostro hacía mi entrepierna, introduciendo mi miembro que todavía se encontraba erecto dentro de su boca, succionándolo y dando suaves mordiscos en la punta, haciendo que me corriera dentro de ella -.
Se acostó a mi lado, tomándome de la cintura y depositando un dulce beso en mi frente, desde hacía dos años que estábamos juntos y cada día estábamos más enamorados el uno del otro, nuestros padres habían aceptado nuestro compromiso, aunque más que todo por dinero, pero no me importaba eso en lo absoluto, con tal de tener la libertad de estar con él, valía la pena.
- Tenemos que alistarnos para ir a la boda – dijo Yuya mientras se levantaba pesadamente de la cama, a él al igual que a mí no quería levantarse -.
- Todavía es temprano, quedémonos otro ratito – dije haciendo un puchero -.
- Sabes que eso me encantaría – dijo besándome apasionadamente, para después separarse – Soy el padrino de la boda, así que no puedo llegar tarde.
- Entonces cuando volvamos ¿podemos seguir con lo que estábamos haciendo? - pregunté de manera provocativa, levantándome de la cama y poniéndome de puntitas para volver a besarlo, ambos estábamos desnudos, así que eso no ayudaba mucho en que mis hormonas se tranquilizaran -.

Correspondí al beso de mi niño, tomándolo de la cintura, en verdad quería quedarme ahí todo el día con él, pero por desgracia no podía, no quería dejar solo a Inoo en su día especial. Luego de eso nos separamos y fuimos hacía el cuarto de baño, tomando un relajante baño juntos, lleno de besos, caricias y dulces palabras de amor, aunque si no fuera por lo de la boda, justo ahí terminaríamos haciendo el amor. Salimos de allí y luego nos vestimos, poniéndonos nuestros mejores trajes, Yuri siempre iba a quedarse a mi apartamento cuando sus padres no estaban en casa por largo tiempo, así que tenía su propio armario en mi habitación.
- ¿Qué color te gusta más?– preguntó, mostrándome dos corbatas, una en cada mano -.
- La rosada – le respondí, tomándola y ayudándosela a poner, hacer eso me traía tan buenos recuerdos -.
- Eres el padrino más bello de toda la historia de las bodas – dijo, sonriéndome dulcemente, lo amaba demasiado -.
- Y tú eres el novio del padrino más lindo del mundo – sonreí, dándole un dulce beso en sus labios – todavía nos queda algo de tiempo ¿vamos a desayunar?
- Pensé que no me lo dirías, me muero de hambre, tanto ejercicio me deja hambriento – reí ante su comentario y ambos salimos de mi apartamento, sería un día bastante largo -.

- Yuto ¿en verdad tenemos que ir a esa boda? – pregunté -.
- Claro que sí, recuerda que Keito es primo del Director y seguramente estará allí.
- Pero no sabemos todavía si ya ha vuelto de Inglaterra, hace una semana que no sabemos de él –dije un poco triste, lo extrañaba mucho -.
- Ya verás que si, Keito es muy leal a su palabra – sonrió, revolviendo un poco mis cabellos, íbamos ambos en el auto que le habían regalado sus padres por su cumpleaños, supuestamente iríamos a la iglesia, pero por alguna razón el auto había tomado el camino que no era -.
- Yuto… ¿estás seguro de que es por aquí? – pregunté -.
- Ya te diste cuenta – sonrió – es que quiero hacer algo primero – dijo al mismo tiempo que me miraba de una manera muy provocativa, detuvo el auto y me besó intensamente – todavía faltan como dos horas para la boda, así que podemos pasar un buen rato juntos – dijo para después seguir con su camino, llegando ambos a lo que parecía un Love Hotel -.
Entramos al lugar, aunque yo no estaba muy convencido de que nos dejaran entrar ya que ambos éramos menores de edad, pero aun así, Yuto se las ingenió para que nos asignaran una habitación. Subimos al ascensor y al cerrarse la puerta comenzamos a besarnos y acariciarnos desesperadamente hasta llegar al piso que nos correspondía. Caminamos lo más rápido posible a la que sería nuestra habitación en esa ocasión, entramos de inmediato a esta y sin esperar ningún segundo más me aventó contra la cama, posicionándose encima de mí, besándome al mismo tiempo que quitaba rápidamente cada prenda que cubría mi cuerpo, hasta dejarme totalmente desnudo.
- Yu…to – gemí al sentir como sus labios besaban mi cuello, pero algo extraño hizo que dejara de concentrarme en lo que estaba haciendo, sentía que mis brazos estaban estancados, así que miré por encima y vi como mis muñecas eran aprisionadas por un par de esposas -.
- Es que quiero jugar un poco – dijo para luego tomar un trapo y tapar con él mis ojos, no entendía muy bien el porqué de hacer aquello pero de una manera u otra, me excitaba -.
Siguieron los besos y las caricias por todo mi cuerpo, haciéndome estremecer con cada una de ellas, hasta sentir como introducía su miembro bruscamente en mi interior, sacándome un jadeo lleno de placer mezclado con dolor y aunque se sentía muy bien, no dejaba de sentirme algo inquieto, Yuto no era de los que hacía ese tipo de cosas, él era mucho más tierno, eso más bien parecía obra de…
- ¡KEITO!
- Ya era hora – dijo quitando la venda de mis ojos, comenzando a embestirme aceleradamente, quería decirle tantas cosas, pero no podía, debido al placer que estaba causando, así que simplemente me dejé llevar, mientras veía como Yuto se masturbaba al ver como Keito me hacía suyo, pero no quería dejarlo solo, así que hice que Keito saliera de mí, acerqué mi rostro a su miembro que estaba totalmente erecto, me relamí los labios y lo introduje en mi boca, saboreando todo de él, mientras que Keito volvía a penetrarme con fuerza. Me sentía tan feliz de estar nuevamente así con los dos, disfrutando lo mejor de cada uno, seguimos así hasta que sentí el semen de Yuto entrar por mi boca y tiempo después el de Keito en mi ano -.
- Keito… - me arrodillé sobre cama, poniéndome a su altura, besándolo de manera desesperada, anhelaba tanto volverlo a besar - ¿Por qué no me dijiste lo de tu regreso? – dije al separarme del beso, necesitaba respuestas -.
- Quería que fuera una sorpresa, por eso le pedí a Yuto que no te dijera nada – dijo  sonriéndome con picardía - ¿no te gustó?
- Ambos son unos… -  no pude terminar la frase porque de repente Yuto se apoderó de mis labios y Keito comenzaba a acariciar mi miembro – mmm ¿No va…mos a ir a la boda? – pregunté con algo de dificultad -.
- Ya llamé a mi tío y le dije que llegaríamos a la fiesta, él sabe que me aburre ir a una iglesia – respondió -.
- Además ya que estamos los tres juntos, tenemos que recuperar el tiempo perdido – dijo Yuto, haciendo que me acostara en la cama, abriendo mis piernas y viendo cómo ambos lamían mí miembro como si se tratara de un dulce. Quizás para el resto del mundo nuestro amor era anormal, pero a nosotros no nos importaba, ya que tenía la certeza de que estaríamos juntos por siempre, pasara lo que pasara -.

El momento crucial se acercaba y yo cada vez me sentía más nervioso, no era que tuviera dudas de casarme con Kei, sino que se me hacía tan difícil de creer, que realmente pensaba que se trataba de un sueño y que al despertar todo fuese sólo eso, un sueño.
- Te ves tan guapo hijo – dijo mi madre muy alegre, íbamos ambos en la limosina, directo a la iglesia en donde se celebraría la ceremonia – aunque hubiese preferido que usaras un vestido de novia.
- ¡Mamá! – exclamé avergonzado -.
- Pero igualmente te ves precioso con ese traje y Inoo-kun se quedará sin habla al verte.
Me sonrojé por lo que dijo y nos quedamos en silencio hasta llegar por fin a la iglesia, mi madre bajó primero y luego el chofer abrió la puerta, permitiéndome salir del vehículo, mi madre me tomó del brazo y caminamos juntos hacía la entrada de la iglesia, la cual se veía realmente hermosa, con todas esas flores rojas y blancas que adornaban el marco de la entrada de ésta y las esquinas de las bancas.
Miré al frente y ahí estaba el dueño de mi corazón, vestido con un hermoso traje tan blanco como el mío, adornado con una bella rosa roja en el bolsillo de su saco y su cabello ligeramente peinado, encantaba esa forma desaliñada que tenía. Comenzó a sonar la marcha nupcial y junto con mi madre comenzamos a caminar despacio hasta donde estaba él, quién me sonreía y me miraba con tanto amor, definitivamente quería pasar el resto de mi vida con él.

Mi corazón comenzó a latir aceleradamente al ver como poco a poco aquel ser tan hermoso se acercaba al altar, se veía tan adorable con ese traje y lo que lo hacía más bello era ese sonrojo que sobresalía de sus mejillas, recordando cada momento vivido con él; la primera vez que nos vimos, nuestro primer beso, nuestra primera discusión, el día que aceptó ser mi novio, nuestra primera cita, la primera vez que hicimos el amor, cuando le propuse matrimonio, llegando hasta ese día en que uniríamos nuestras vidas en matrimonio, lo amaba con cada célula de mi cuerpo y así sería por siempre.
- Inoo-kun – habló la madre de Daiki, al llegar ambos a donde estaba – Sabes que Daiki es mi único hijo y que como tal es lo más preciado que tengo, así que confío plenamente en que él será lo mismo para ti – dijo al mismo tiempo que se limpiaba una lágrima que bajaba por su mejilla -.
- De eso puedes estar segura – le respondí con una enorme sonrisa -.
- Dai-chan, cuida a mi hijo tanto como yo lo he cuidado a él – le dijo mi padre a Daiki -.
- Lo haré – respondió Daiki sonriente, nuestros padres se apartaron, dejándonos ahí en el altar -.
La ceremonia comenzó y solo las palabras del sacerdote se escuchaban por todo el lugar, durante el transcurso de la boda, Daiki y yo no nos soltábamos de las manos, estábamos nerviosos y solo de esa manera podíamos tranquilizarnos.
- Kei ¿aceptas a Daiki, cómo tu futuro esposo, para amarlo y respetarlo todos los días de tu vida?
- Acepto encantado – dije, dedicándole una sonrisa mi amado -.
- Daiki ¿aceptas a Kei cómo tu futuro esposo, para amarlo y respetarlo todos los días de tu vida?
- Por supuesto que acepto – dijo bastante sonrojado, se veía tan adorable -.
Luego llegó la parte de ponernos nuestros anillos, jurándonos amor eterno y tras obtener la bendición del Sacerdote, nos besamos de manera anhelante, transmitiendo todo lo que sentíamos en ese beso, escuchando los aplausos de todos los asistentes de la iglesia.
- Muchas felicidades – dijo mi padre, abrazándonos después de salir de la Iglesia -.
- Muchas gracias – respondimos al unísono, todos se nos acercaban y felicitaban con mucha alegría, entre ellos mi padrino de bodas y mejor amigo, Takaki Yuya -.
- ¿Sabes? Antes nunca pensé que llegarías a casarte y mira que tan equivocado estaba – dijo mi amigo, mientras me daba un cálido abrazo -.
- Y tú que cancelaste dos, espero que ésta vez sí lo hagas – dije sin poder evitar reírme un poco -.
- De eso puedes estar seguro, es solo cuestión de encontrar a la persona indicada – dijo mientras tomaba la mano de su novio y la besaba dulcemente, haciendo que el pequeño se sonrojara -.
- Mi amor, tenemos que irnos a la mansión para la fiesta – dijo mi ahora esposo, tomándome del brazo -.
- Nos vemos en la fiesta – dije haciendo una pequeña reverencia - subiéndonos ambos en la limosina -.
- Por fin solos – dije al momento en que se cerró la puerta del vehículo y me abalanzaba sobre mi esposo, besándolo con desespero, llevábamos dos meses sin tener relaciones sexuales y no solo era por los preparativos de la boda, sino que a mi suegra se le ocurrió la maravillosa idea de prohibirnos hacer aquello hasta que llegara la noche de bodas, eso era muy cruel -.
- Ke… Kei-chan detente – jadeó Dai-chan al momento que había abandonado sus labios para comenzar a besar y lamer su cuello -.
- Pero quiero hacerlo – dije de manera suplicante -.
- Y yo también – dijo al mismo tiempo que me apartaba de encima suyo – pero espera a que nos vayamos de la fiesta.
- Bueno, si he esperado por dos meses, creo que puedo hacerlo por unas cuantas horas más – dije volviendo a besar a mi esposo, pero de una manera dulce, amaba el sabor de sus labios -.

Llegamos a la mansión en donde se celebraría la fiesta, era la primera vez que iba allá, así que de cierto modo me sentía algo incómodo, no me gustaban mucho este tipo de celebraciones, pero con solo estar al lado de mi Yuyan, podría soportarlo.
- ¡Yuri! – Escuché que alguien me llamaba, así que miré a todos lados hasta encontrar a mis amigos, que se acercaban a mí junto con Keito, a quién no veía desde hacía dos años -.
- Chicos, me alegra mucho verlos por aquí – dije muy entusiasmado, abrazando a cada uno de ellos -.
- Gusto en verlo Takaki-sensei – dijeron los tres al unísono, me causaba gracia que fueran tan sincronizados de cierto modo -.
- Lo mismo digo – sonrió – dejaré que se actualicen un rato, iré a hablar con Sanada-sama, nos veremos en un rato – dijo mi novio, para luego besarme dulcemente, frente a mis amigos que quedaron atónitos por lo que veían -.
- ¿Desde cuándo tú y Sensei están saliendo? – preguntó Yuto, sin todavía salir de su asombro -.
- Desde hace dos años – dije sonriente, sus expresiones me hacían reír mucho –.
- ¿Eh? ¿Y por qué no nos dijiste nada? – preguntó Ryosuke -.
- Porque no lo creí necesario, ya saben que me gusta ser discreto, además quería decírselos cuando fuera el momento indicado, pero como que se adelantaron las cosas – reí -.
- ¿Eres feliz con él? – preguntó Keito -.
- Completamente – dije esbozando una gran sonrisa - ¿Y ustedes? Por lo que veo, supongo que todo marcha bien.
- Ya que Keito volvió, seguiremos estando juntos, como antes de que se fuera – dijo Ryosuke, abrazando a su novio -.
- Pero Yuri ¿cuéntanos cómo fue que te ennoviaste con Takaki-sensei? – preguntó Yuto, se veía muy interesado al igual que Keito y Ryosuke -.
- Es una larga historia, pero se las contaré – dije, para luego buscar en donde sentarnos, teníamos tantas cosas que contarnos y me alegraba el hecho de que volveríamos a estar juntos, como los grandes amigos que éramos -.

- Hika… aprovechemos que todavía no ha llegado toda la gente y vamos un ratito a nuestra habitación – susurró en mi oído mi esposo, su propuesta era tentadora y no podía negar que yo también tenía ganas, pero tenía todavía muchas cosas por hacer -.
- Ya te he dicho que no Kou-chan, papá nos regañará si no nos ve aquí – dije un poco nervioso -.
- Pero yo sé que tú tampoco te aguantas más – lamió el lóbulo de mi oreja y colando una de sus manos por debajo de mi camisa, estábamos en un lugar alejado y un tanto oscuro del salón principal, así que nadie podía ver lo que Kota me hacía -.
- Kou-chan… - jadeé al sentir como apretaba con sus dedos una de mis tetillas -.
- ¿Vamos? – preguntó con esa voz seductora que tanto me encantaba -.
- Pero solo un ratito – dije bastante sonrojado, él solo sonrió y así nos fuimos ambos a nuestra habitación -.

Al llegar a la fiesta, todos los invitados nos recibieron con aplausos y felicitaciones, estábamos muy felices de que tantas personas nos acompañaran en ese día tan especial para nosotros.
- Felicidades por su matrimonio – dijo Okamoto-kun, el primo de mi esposo, al acercarse a nosotros y darnos un abrazo a cada uno – lamento mucho no haber ido a la ceremonia, pero tenía algo muy importante que hacer.
- No te preocupes, de que hayas venido es más que suficiente – le dijo mi esposo -.
- Kei ¿no has visto a tus hermanos? Es que vamos a hacer el brindis y no los veo por ningún lado – Preguntó mi suegro un tanto preocupado -.
- Pues ahora que lo dices, no los he visto desde que llegamos.
- De seguro han de estar haciendo sus cochinadas en su habitación – dijo algo molesto – pero no importa, haremos el brindis sin ellos.
Luego de hacer el brindis y bailar juntos el vals, mis cuñados llegaron al salón con sus ropas un tanto desordenadas, recibiendo de inmediato un regaño por parte de mi suegro, mientras que mi esposo y yo no parábamos de reírnos al ver tal escena, aunque los entendíamos muy bien, nosotros también estábamos en las mismas condiciones.
- ¿Quieres que nos vayamos ya? – preguntó Kei, mientras me abrazaba por la espalda y me daba un beso en la mejilla -.
- Pero ¿y los invitados? Todavía no ha acabado la fiesta – dije un tanto preocupado -.
- No te preocupes, nos despediremos de ellos y luego nos vamos, además ya es de noche y quiero hacer otras cosas – dijo al mismo tiempo que se mordía el labio y me miraba de manera seductora -.
- Entonces vamos – lo besé tiernamente en los labios y luego fuimos a despedirnos de los invitados que de seguro entendían que los esposos querían pasar tiempo a solas -.
Salimos de la mansión y juntos nos subimos a la limosina, indicándole al chofer que nos llevara hacia nuestra casa, mientras nos besábamos y acariciábamos, tratando de controlarnos y no hacerlo en el vehículo. Hasta llegar por fin  a nuestro destino, saliendo rápidamente de la limosina y decirle al chofer que ya podía irse y luego entramos a nuestro nido de amor, besándonos y tocándonos de manera desesperada.
Subimos a nuestra habitación y me llevé una gran sorpresa al ver lo hermosa que estaba decorada, había pétalos de rosas formando un camino desde la puerta hacía la cama y también sobre ésta, iluminado únicamente por velas, dándole un ambiente muy romántico al lugar.
- ¿Te gusta? – Preguntó mí ahora esposo, comenzando a quitarme el saco de mi traje -.
- Está precioso ¿lo hiciste tú? – pregunté -.
- Lo de poner las flores y las velas si lo hice yo, pero tuve que pedirle el favor a un sirviente para que las encendiera – dijo al mismo tiempo que me cargaba como si yo fuera una princesa y me recostaba lentamente sobre la cama -.

Y ahí estábamos nuevamente, en aquel lugar donde tuvimos nuestra primera vez y que continuamente era testigo de nuestras demostraciones de amor, aunque estaba tan desesperado como él en unir nuestros cuerpos, quería que esta vez fuera especial, así que debía controlar mis impulsos.
Comencé a desvestirlo lentamente, besando cada rastro de piel que quedaba al descubierto, disfrutando de aquellos excitantes gemidos que comenzaban a salir de su boca, me gustaba lo sensible que era a mi tacto. Mis labios llegaron a sus rosadas y apetecibles tetillas, las cuales mordía y succionaba con desespero, al mismo tiempo que bajaba una de mis manos hacía su pantalón, bajándolo un poco junto con su ropa interior, acariciando ese miembro que comenzaba a despertarse por cada caricia que le daba.
Dejé sus tetillas para volver a devorar sus labios en un fogoso beso, llevándome la sorpresa de que Daiki cambiaba de posición junto conmigo, dejándome a mí sobre la cama y con esa mirada llena de perversión, se quitó completamente lo que le quedaba de ropa, cambiando nuevamente de posición, dejando su trasero cerca de mi rostro, sintiendo como con sus manos abría rápidamente mi pantalón y se engullía completamente mi pene en su boca, no me quise quedar atrás así que hice lo mismo con el suyo, disfrutando de su sabor, al mismo tiempo que introducía uno de mis dedos en su entrada.
Seguimos así hasta sentir como nos corríamos dentro de la boca de cada uno, tragando todo ese líquido que había salido de nosotros. Lo postré nuevamente sobre la cama, quitándome toda la ropa que tenía encima y aprovechando que su entrada ya estaba dilatada, lo penetré, sacándole un jadeo de placer mezclado con dolor, lo besé comenzando de una vez con las embestidas, enloquecido por la estrechez de su interior, había extrañado tanto todo eso.
Rodeó mi cintura con sus piernas, haciendo que entrara mucho más en él, mientras que yo lamía y daba succiones en su cuello, dejando unas marcas sobre éste. Sintiendo de repente un dolor punzante en mí parte trasera, sabía muy bien que era lo que quería mi amado y yo no se lo negaría.
Hizo que saliera de él, poniéndome a cuatro patas, dejando mi trasero delante de él, introduciendo sin descaro su lengua en mi entrada, lubricándome, haciéndome gemir como loco ante la intromisión y el cómo apretaba y masajeaba mis nalgas, eran pocas las veces en las que mi Daiki tomaba este rol en la relación, pero cuando lo hacía, lo recibía con mucho gusto. Luego dejó de usar su lengua y se acomodó, rozando la punta de su miembro con mi entrada.
- Mete…mela… ya… - logré decir de manera jadeante y desesperada -.
- ¿Lo quieres? – preguntó de manera seductora, torturándome con aquel roce -.
- Si… si… lo quiero… dentro… por… favor – y sin hacerme esperar más, me penetró de una sola estocada, comenzando a embestirme como si no hubiera mañana, sin duda me encantaba que Daiki se comportara de esa manera tan salvaje, abría mis piernas un poco más, para así hacer que entrara más en mí, me estaba volviendo loco y más cuando hizo que me levantara, dejando solo mis rodillas en la cama, aprovechando la posición para morder y besar mi espalda, apretando con una de sus manos una de mis tetillas y con la otra masturbaba mi pene, sin dejar de embestirme, hasta que sentí que ya no podía más y me corrí, manchando parte de la cama y su mano, la cual después se llevó a su boca, lamiendo el semen que había quedado en ésta y luego de unas embestidas más él también lo hizo en mi interior -.
Salió de mi interior y nos acostamos completamente sobre la cama, respirando agitados y con nuestros cuerpos mojados, debido al sudor. Seguíamos besándonos, pero de una manera lenta y deliciosa, disfrutando del calor de nuestros cuerpos.
- Te amo, mi amado esposo – dije besando su frente, abrazándome más a él -.
- Y yo a ti, esposito – sonrió dulcemente – todavía no puedo creer que ya estemos casados, dime que no es un sueño.
- No lo es – lo miré a los ojos – esto es real, es nuestra realidad y sé que quizás no sea perfecto, pero contigo me siento así.
- Yo soy el que debería de decir eso – río y se acurrucó en mi pecho, quedándose rápidamente dormido, volví a besar su frente, tomé una de las cobijas y me arropé junto con él, contemplando su rostro hasta quedarme profundamente dormido -.

FIN

5 comentarios:

  1. Lo ame! Lo unico es qe casi no ubo takachi </3 Pero el inodai esta lleno de amor:3 felizidades amo como escribes sempai:3

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  2. kya!! afaffsfssgsgaga me ha facinadoooo mira quen lemon mas detallado y hermosamente !! bello entre el inoodaiii *a* no me gusta compartir a Yamada connkeito solo xon Yuto pero tu hiciste que me encantara!!!!!!!!!!!!! *|* gracias por subirlo me gustado muchoooooooo¡¡'¡¡ :3!! espero pronto actualizes un yamajima :3' me facina como escribes soy tu fan >w<

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  3. A la verch (╯°□°)╯︵ ┻━┻ por qué no leí esto!

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  4. Del coñazo!!!!!! Crei que ya no habia habido conti dios estuvo mas que buena pido exigo......bueno no exigo (tal vez un poco) que hagas un fic del trío tan hot de esta historia que esta ñam ñam ewe el takachii fabuloso y ame amo y reamo esta historia gracias

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  5. fhvuhnyuh o sea como? yo no comenté aquí? cómo?!! juraría que había comentado, que rayos >~< no lo hice? aun no me la creo u.u... Ay bueno pero aquí estoy después de mucho, ay u.u bueno sigue siendo mi fanfic favorito y lo voy a leer de nuevo por eso me pasaba por aquí jiji ay este especial lo amé <3

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