24/7/13

~Seduciendo a mi profesor~

Hola a tod@s
Perdón por haberme demorado un poco en actualizar, pero estaba tan ocupada en otros asunto que no me daba tiempo para escribir ;_____;
Pero ahora ya volví y les traigo el tan esperado capítulo 15 >w< que como siempre este fic está dedicado a Mabe-chan :D y espero les guste *o*
Y muchas gracias por sus lindos comentarios *o*/



Tema: ~Seduciendo a mi profesor~
Extensión: Serial
Parejas: Takachii/Inoodai/Yamajima
Autora: Akari-chan



Capítulo 15

Esperaba pacientemente en la cafetería donde había quedado de encontrarme con Yuto, claramente la puntualidad no era una de sus virtudes, ya que llevaba esperando más de media hora, suspiré profundo y tomé un sorbo del café que había pedido, el cielo estaba despejado y el viento corría frío por cada rincón de la ciudad, haciendo de este un clima bastante agradable. De un momento a otro pude visualizar a lo lejos a mi amigo corriendo hacía donde yo estaba, agitando su mano en modo de saludo.

- Llegas tarde como siempre  - dije al tenerlo a pocos metros de donde estaba, tratando de sonar molesto -.

- Lo siento Yuri – dijo reverenciándose – pero se me olvidó decirle a mi mayordomo que me despertara.

- ¿No estás muy grande cómo para que te despiertes solo? – dije burlonamente -.

- No te burles – dijo mientras se sentaba, quedando los dos frente a frente -.

- Está bien, no me burlaré más.

- Gracias.

- ¿Y qué es eso tan urgente de lo que quieres hablar? – pregunté inmediatamente -.

- Bueno, ya sabrás que Ryosuke y Keito están saliendo ¿cierto?

- Y eso te molesta – asintió – pero ¿te molesta más por quién? – Pregunté, sabía muy bien que Yuto sentía algo muy fuerte por Ryosuke y también por Keito, aunque por este último no lo quisiera reconocer -.

- Obvio que por Ryosuke – dijo algo nervioso -.

- ¿Seguro? – mirándolo fijamente -.

- ¿Será qué Keito todavía me odia? – suspiró profundo, bajando la mirada -.

- Lo más probable es que si, tiene sus razones, pero no creo que te odie realmente.

- Pero le hice mucho daño, le mentí respecto a mis sentimientos por él y ahora creo que estoy pagando por eso – dijo mientras finas lágrimas amenazaban con salir de sus ojos, así que me levanté y me acerqué a él para abrazarlo -.

- No llores, aunque claramente es culpa tuya todavía puedes arreglar ese error – dije dulcemente, pero sin dejar de ser sincero con él -.

- Gracias – nos separamos y me sonrió – aunque me enoja verlos juntos, no sé si podré soportarlo más.

- Te entiendo – dije con fastidio, yo estaba en la misma situación -.

- ¿A qué te refieres? – dijo mientras me apartaba un poco, mirándome con curiosidad -.

- No es nada que te incumba – dije fríamente y me retiré, volviendo a sentarme en donde estaba hace unos cuantos minutos -.

- ¿Será que Yuri-chan tiene un amor no correspondido? – dijo burlonamente -.

- Claro que no, él me ama y de eso estoy seguro – dije realmente confiado ¿y por qué no estarlo? Si él me correspondía de la misma manera -.

- ¿Quién es? – preguntaba mi amigo con mucha curiosidad -.

- No te lo diré.

- ¿Lo conozco?  

- Tampoco te lo diré.

- No seas malo – haciendo puchero – dime -.

- ¡Que no!

- Está bien, no preguntaré más – dijo para al fin quedarse callado, odiaba que me hicieran tantas preguntas -.

- Ahora qué me hiciste enojar, llévame de compras.

- ¿Eh? – dijo sorprendido y sin esperar su opinión, pagué la cuenta del café que me había bebido  y tomando del brazo a mi amigo, nos dirigimos hacía el centro comercial que quedaba a un par de cuadras de donde estábamos -.


Aburrido, no había mejor palabra para describir el cómo estaba en esos momentos que esa, a pesar de que mi familia era adinerada, nunca me emocionaba despilfarrar mi dinero en cosas innecesarias y por ende no era de esos novios que le compraban de todo a sus novias y eso ella lo sabía muy bien, aunque eso me hacía recordar cuando Yuri me pedía que le comprara todo lo que quisiera y yo alegremente le cumplía todas sus peticiones, él lo hacía más que todo cuando se enojaba conmigo, era tan lindo ver sus pucheritos, me hacía realmente feliz y deseaba volver a esos tiempos en los que ambos éramos felices.

- ¡Yuyan! ¿Me estás escuchando? – Decía mi prometida algo enojada, al parecer estaba tan sumido en mis pensamientos que ni le prestaba atención -.

- Si, te escucho – sonreí, logrando que se calmara un poco -.

- Te ves distraído ¿estás bien? – preguntó preocupada -.

- Estoy bien, es solo que he tenido mucho trabajo y no he descansado lo suficiente – dije tratando de sonar convincente, aunque en verdad no podía dormir por estar pensando en él -.

- Lo siento si te hice venir en tu día de descanso – dijo algo triste -.

- No te preocupes, no es ninguna molestia, estar contigo me hace sentir mejor – odiaba tener que decir cosas que realmente no sentía, pero no tenía otra opción -.

- Eres tan tierno Yuyan – dijo para después abrazarme y besarme dulcemente, beso que me obligué a corresponder -.


De todas las cosas que no esperaba ver, esta era la peor de ellas, quería ver a mi Onii-san pero no de esa manera, me partía realmente el corazón verlo besarse con su “noviecita”, pero tenía que ser fuerte, no dejaría por ningún motivo que ella se lo quedara.

- ¿Qué tanto miras? – preguntó mi amigo -.

- Es que me pareció ver a alguien conocido.

- ¿A quién?

- ¿No es Takaki-sensei el que está allá? – señalé disimuladamente fingiendo sorpresa -.

- Es cierto, es él y al parecer está con su prometida – me molesté al escuchar esa palabra, todavía no lo asimilaba -.

- ¿Cómo sabes que es su prometida? – pregunté -.

- Pues además de intuirlo por aquel beso que se están dando, ella es amiga de mi hermana me quedé sorprendido por lo que acababa de escuchar -.

- Vayamos a saludarlos no creo que se molesten – dije al mismo tiempo que sostenía fuertemente el brazo de mi amigo que a regañadientes se dejaba llevar por mí -.

- No creo que sea buena idea, se ve que están ocupados.

- Ya te dije que está bien – reí con malicia, cosa que asustó un poco a mi amigo -.

Nos acercamos rápidamente hacía la banca en la que estaban ambos sentados, tenía que pensar en algo pronto, aunque no me disgustaba la idea de seducirlo estando su novia presente y aunque en verdad no me parecía bien, utilizaría un poco a Yuto para darle celos.


Sentí cómo un sudor frío recorría todo mi cuerpo al ver a mi adorable pesadilla acercarse hacía nosotros, una parte de mí sentía felicidad por verlo y la otra parte sentía celos de verlo con uno de mis estudiantes tan juntitos, pero tenía que tranquilizarme, no era conveniente en esos momentos tener un arranque de celos en pleno centro comercial y con mi novia cerca.

- Hola Takaki-sensei – dijeron ambos al unísono al mismo tiempo que se reverenciaban -.

- Ho…hola – dije tratando de sonar tranquilo -.

- Hola Yuto-kun, que gusto verte– dijo ella alegremente – estás mucho más alto que la última vez que te vi ¿eres alumno de Yuyan?

- Si – respondió Nakajima - me da mucho gusto verte también Haru-chan.

- Y tú debes ser el chico raro de la otra vez ¿verdad? – preguntó mirando curiosamente a Yuri a lo que él solo asintió - ¿cómo te llamas?

- Chinen Yuri.

- Mucho gusto Chinen ¿y qué los trae por acá?

- Pues supongo que lo mismo que a ustedes, venir de compras – dijo mi amado niño de manera arrogante, mientras alzaba un poco la bolsa que llevaba en su mano libre -.

- Ya veo, nosotros venimos a comprar algunas cosas para nuestra boda – sonrió alegremente mi novia y vi como el rostro de mi niño se tensaba un poco -.

- ¿Cuándo se casan?

- Dentro de tres semanas, ya está casi todo listo, pronto enviaremos las invitaciones, me haría muy feliz que fueras.

- Claro, no me perdería de esa boda por nada.

- Ya es casi la hora del almuerzo – dijo mientras miraba su reloj – ¿te gustaría acompañarnos junto con tu amigo a comer? Hace mucho que no hablamos y me parece una buena oportunidad.

- Por mi encantado ¿qué dices Yuri?

- Me parece bien – dijo mi niño sonriente, no podía evitar quedarme embobado viendo su hermosa sonrisa -.

Así que sin más los cuatro comenzamos a caminar, Haru-chan y Nakajima-kun caminaban juntos hablando de quién sabe que cosas, no podía prestar atención ya que quién caminaba a mi lado era mi amado niño, que no dejaba de mirarme intensamente.

- Si te quedas mirándome así, vas a caerte – dije tratando de ocultar mis nervios -.

- No te preocupes “Yuyan” eso no va a suceder – dijo burlonamente -.

- Soy tu profesor, no deberías de llamarme así.

- Pues yo te llamo como quiera “Yuyan”  - dijo dulcemente pero sin dejar de usar ese tono burlón, no podía negar que se escuchaba mejor saliendo de sus dulces labios -.

Seguimos caminando y al parecer los dos de adelante no se decidían en donde ir a almorzar, pero agradecía un poco el poder estar cerca de Yuri aunque fuera unos momentos y de repente, vi cómo mi hermoso niño se tropezaba, pero antes de que pudiera caer al suelo, rápidamente lo tomé del brazo y apegándolo a mi cuerpo evité que se cayera, sintiendo cómo dulcemente me abrazaba y su dulce olor recorría mis pulmones.

- Te dije que no te me quedaras mirando – susurré muy cerca de su oído, sintiendo cómo su pequeño cuerpo se estremecía -.

- ¿Qué pasó? – preguntó Nakajima-kun -.

-  Tropezó, pero pude evitar que cayera al suelo – dije sin dejar de abrazar protectoramente a mi niño -.

- Verlos así abrazados me hace pensar que son muy cercanos – dijo Haru-chan -.

- De hecho lo somos – dije en un susurro que nadie escuchó -.

- Me alegra que no haya pasado nada grave – suspiró Nakajima aliviado -.

- ¿Ya escogieron dónde vamos a almorzar?  - preguntó Yuri al mismo tiempo que lentamente se separaba de mí -.

- Si, vamos a un restaurante de comida Italiana – dijo Haru-chan alegremente, tomándome de la mano, entrando juntos al lugar seguidos por mi niño y su acompañante -.

Tomamos asiento en una de las mesas que estaban disponibles, el lugar se veía bastante fino y de seguro la comida sería costosa, esa era otras de las cosas por las que no me gustaba gastar innecesariamente mi dinero, para mí siempre y cuando fuera comida estaba bien, no importaba si fuera barato, creo que eso era lo que hacía que la gente pensara que era tacaño.

Hicimos nuestro pedido al mesero y en unos cuantos minutos ya estaba la comida servida en la mesa, empezando todos a comer, viendo cómo mi niño y su amigo se hablaban muy cerca el uno del otro, al mismo tiempo que se sonreían mutuamente, haciéndome sentir unos celos terribles.

- Ya vengo - dije de repente, levantándome de mi asiento y dirigiéndome a los baños, al llegar lavé mi rostro con el agua que salía del grifo del lavamanos, necesitaba tranquilizarme, pero volví a inquietarme cuando sentí cómo unos brazos me rodeaban, no tuve que voltear para saber de quién se trataba -.

- ¿Estás bien?

- Nakajima-kun y tú ¿son algo más que amigos? – Pregunté sin titubear, volteándome para quedar frente a frente con mi niño -.

- Eso no te importa – dijo seriamente -.

- ¡Claro que me importa! Me molesta verte con él, tú eres mío y no quiero verte con otro – dije al fin, ya no podía soportarlo un minuto más -.

- ¿Y tú cómo crees que me siento? ¿Acaso piensas que eres el único que sufre?

- Yu…Yuri.

- ¿Creías que te iba a esperar toda la vida? ¿Viendo cómo te casas con ella, mientras que yo solo me quedo esperando a que me des tus migajas de amor? Dices que soy tuyo, pero tú para mi completamente no lo eres – dijo empezando a sollozar – ¿qué más te da verme con otra persona?

Todo lo que me decía era cierto, yo estaba siendo egoísta respecto a mis sentimientos y había hecho sufrir a la persona que más amaba, me acerqué a él, tomando su rostro con mis manos, limpiando sus lágrimas con mis dedos y en un impulso lo besé, pero era un beso más bien posesivo y apasionado. Nos adentramos en uno de los cubículos, tocándolo con desesperación y él me correspondía de la misma manera.

- No quiero que nadie más te bese – decía mientras bajaba mis labios a su cuello para besarlo y lamerlo – ni que te toque cómo yo lo hago – abriendo ágilmente su pantalón, introduciendo una de mis manos por debajo del bóxer, acariciando su miembro – porque el único que puede hacerte sentir así, soy yo – dije finalmente, volviendo a besar fogosamente sus labios, sin dejar de masturbar su miembro, que ya estaba completamente duro y húmedo -.

- Yuya Yu…ya – entre besos gemía mi nombre, eso me hacía muy feliz, ya que era la primera vez que me llamaba por mi nombre, así que animadamente seguí dándole placer a su pene con mi mano, hasta ya sentir cómo ese líquido blanco y caliente salía de éste -.

- Te amo Yuri, pero dame tiempo para terminar con todo esto – besando su frente -.

- Y yo te amo a ti, mi Yuya – sonrío – pero no te demores tanto – dijo todavía respirando agitado, asentí y nos volvimos a besar, después limpiamos el pequeño desastre que habíamos hecho, saliendo seguidamente del baño -.

- ¿Por qué se demoraron tanto? – preguntó Haru-chan -.

- Es que Yuri se sintió un poco mareado y nos quedamos ahí un rato hasta que se sintiera mejor.

- ¿Seguro que estás bien? – preguntó su amigo -.

- Si, muy bien – dijo al mismo tiempo que me sonreía tiernamente -.

Nos volvimos a sentar, para continuar comiendo, sintiendo como de vez en cuando nuestras piernas se acariciaban mutuamente por debajo de la mesa, haciéndome sentir el hombre más feliz del mundo.


CONTINUARÁ…




5/7/13

~Seduciendo a mi profesor~

Hola Hola :D
Antes de irme a trabajar les dejo el capítulo 14 *o* asdasdasdasdsadlemonInoodaiasdasddasdd, y ya la cosa se pondrá más interesante en el siguiente capítulo >w< espero que les guste y muchas gracias por sus lindos comentarios \*o*/ y como siempre dedicado a Mabe-chan



Tema: ~Seduciendo a mi profesor~
Extensión: Serial
Parejas: Takachii/Inoodai/Yamajima
Autora: Akari-chan


Capítulo 14

El chófer conducía y yo seguía sin saber a donde nos llevaba, me sentía ansioso y eso lo notaba mi novio, ya que sostenía fuertemente mi mano, al mismo tiempo que me miraba dulcemente.

- ¿Ya falta poco? – pregunté -.

- Ya estamos cerca – dijo besando mi frente, sintiendo como luego el auto se detenía -.

- ¿Y este lugar? – Pregunté de una vez saliendo del auto, estábamos frente a una casa un poco más grande que la de mis padres, era bastante hermosa -.

- ¿Te gusta? – dijo Kei-chan, abrazándome por la espalda -.

- Es hermosa pero ¿qué hacemos aquí? – volví a preguntar -.

- Es nuestra casa – dijo con un tono alegre, besando mi mejilla – aquí viviremos cuando te gradúes, pero si no quieres hacerlo después de eso, podremos hacerlo en cualquier momento.

- ¿Es en serio? – Me volteé para verlo de frente, no sabía muy bien que decir estaba demasiado sorprendido y feliz –.

- Claro que es en serio – dijo para luego besar dulcemente mis labios – ven, entremos – tomándome de la mano, abriendo ágilmente la puerta con una sola mano y ya dentro encendió la luz, dejándome ver el interior de la casa. Caminé lentamente por el lugar, observando detalladamente cada rincón y cada mueble que adornaban hermosamente el entorno -.

- Todo es bellísimo – en verdad no me podía creer lo que estaba viendo y me emocionaba la idea de vivir con mi novio -.

- Y ¿cuál es tu respuesta? – Dijo poniéndose en frente de mí, mirándome directamente a los ojos, esperando ansioso mi respuesta -.

- ¡Si! Si quiero vivir contigo – dije para después abrazarlo y darle besitos en sus mejillas – pero está bien si lo hago después de graduarme – sonreí -.

- Eso me hace feliz – sonrió - ¿quieres ver nuestra habitación? – dijo apegándome mucho más a su cuerpo, mirándome con deseo, desde que habíamos entrado sabía muy bien de sus intenciones y yo también lo deseaba, me tomó de la mano y lentamente fuimos subiendo las escaleras hacia nuestro cuarto, entrando inmediatamente en él -.

Era como el doble de grande que mi habitación, con un gran armario, un televisor, unos cuantos muebles más y una enorme cama matrimonial, era todo muy lujoso y me sentí nervioso al verla, no podía sacar de mi cabeza lo que tal vez ocurriría.

- ¿Estás nervioso? – Me susurró muy cerca a mi oído, mientras me abrazaba por la espalda – si no quieres hacerlo todavía, no hay problema, podré esperar – dándome un dulce beso en la mejilla -.

- Tengo un poco de miedo – dije volteándome para quedar frente a él –.

- Te entiendo, pero si en verdad no te sientes preparado, está bien, lo que menos quiero es que te sientas obligado – acariciando mi mejilla – seré enormemente feliz con el hecho de dormir a tu lado – sonrió dulcemente, para luego comenzar a besarme despacio, como si tratara de no lastimarme, correspondí de la misma manera, alzando mis brazos para así rodear su cuello con ellos, mientras él me tomaba de la cintura, intensificando cada vez más aquel beso -.

- Quiero hacerlo – susurré al separarme del beso -.

- ¿Estás seguro? – preguntó con algo de preocupación -.

- Si, hazme tuyo – sonrojándome por lo que acaba de decir -.


- Te amo y haré que tu primera vez sea maravillosa - sonreí al ver que su rostro se tornaba totalmente rojo -.

No me resistí y volví a besarlo pero con más intensidad, acariciando su cuerpo por encima de la tela del traje que llevaba puesto y que me comenzaba a estorbar, me separé de sus labios y le quité el saco y seguidamente comencé a desabotonarle la camisa, toqueteando aquella piel tan suave que se estremecía bajo mi contacto, quité rápidamente su corbata, dejando cada prenda tirada en el suelo, hasta conseguir que su torso quedara desnudo ante mis ojos que lo miraban con deseo. Lo llevé hasta la cama, recostándolo suavemente sobre esta, quitándome rápidamente la ropa, dejándome solamente los pantalones al igual que Daiki.

- No es mi primera vez con un hombre, pero… - dije sentándome sobre su cadera, presionando mi trasero con su miembro que comenzaba a despertar, por debajo del pantalón – si serás el primero en penetrarme – dando suaves saltos sobre su miembro, soltando leves gemidos por parte de ambos -.


Me quedé realmente sorprendido por lo que dijo, sería el primero en entrar en él y eso de alguna manera me hacía enormemente feliz, pero a la vez me asustaba el hecho de no tener experiencia en el tema ¿y si lo lastimaba? No, no podía dejar que eso sucediera, tenía que controlarme. Llevé mis manos hacia la parte de arriba de su pantalón, desabotonando y bajando el cierre de éste, mientras que él no dejaba de saltar sobre mi pene, que se sentía preso entre mis pantalones, queriendo salir.

Cambiamos de posiciones, quedando él debajo de mí, aproveché eso para quitarme los pantalones, liberando por fin mi miembro que estaba completamente erecto, le di un dulce beso en los labios, para luego hacer un camino de besos hasta su miembro que suplicaba por atención.

- Tócalo – dijo jadeante al ver que no hacía nada, así que lo apreté un poco con mi mano, sintiendo lo palpitante y duro que ya estaba, no me aguanté más y rápidamente le quité los pantalones junto con los bóxer y de una vez introducir su miembro en mi boca, tratando de imitar lo que él me había hecho en el cine y al parecer le encantaba ya que jadeaba fuertemente, mientras aferraba sus manos en mi cabeza, marcándome el ritmo que debía seguir.

Con mis manos que estaban libres apretaba y estiraba sus tetillas, haciéndolo enloquecer de placer, de repente tomó una de mis manos y comenzó a lamer de manera sensual tres de mis dedos mientras jadeaba, saqué su miembro de mi boca y retirando mis dedos de su boca, me apoderé nuevamente de sus labios y él tomando mi mano la acercó a su entrada, pidiéndome que introdujera uno de mis dedos, cosa que hice de inmediato, sacándole un quejido de dolor mezclado con placer, moviendo lentamente el dedo en su interior sin dejar de besarlo, luego de un rato introduje un segundo y luego un tercero, moviéndolos en círculos.

- Ya puedes meterlo – susurró en mi oído, para después morder el lóbulo de mi oreja -.

Lo acosté sobre la cama y posicionándome entre sus piernas, comencé a introducir poco a poco mi pene en su entrada, sintiendo un placer inigualable, entrando completamente en él, pero sin moverme, sintiendo como Kei-chan enterraba sus uñas en mis hombros, debido al dolor que sentía, nos besamos dulcemente mientras espera a que se acostumbrara a tenerme dentro. Pasaron un par de minutos más y mi novio con un ligero movimiento de caderas me indicó que ya podía comenzar con las tan ansiadas embestidas.

Aquellos quejidos de dolor se habían convertido en jadeos llenos de placer, así que cada vez mis embestidas eran más rápidas y profundas, llegando a ese punto exacto que lo hacía gritar, de repente pude sentir como algo se introducía en mi entrada, era algo incómodo y podía adivinar que era.

- Te estoy preparando – sonrió pervertidamente, sin dejar de mover su dedo, apoderándose de mis labios, mientras introducía el segundo -.
Mis embestidas iban en aumento y sentía que pronto llegaría al climax, di un par de embestidas más y me corrí en su interior, ahogando mis jadeos en sus labios que no me cansaba de besar. Salí de su interior, acostándome sobre la enorme cama quedando boca arriba, respirando agitado.

- Ahora es mi turno de entrar – susurró, volviendo a introducir sus dedos en mi entrada, mientras dirigía sus labios a mis tetillas, para así morderlas y chuparlas, haciéndome gemir fuertemente, de un momento a otro me puso a cuatro patas, dejando mi trasero delante de su rostro, me sentía demasiado nervioso, pero era tanto el placer que sentía que ya nada más me importaba, quería que mi novio entrara, así que comencé a mover mi cadera, incitándolo a que me penetrara y no tardó en hacerlo -.

- Du…duele mu…mucho – alcancé a decir, era un dolor bastante desgarrador y no hacía más que apretar mis puños entre las sábanas -.

- Aguanta un poco – besando mis hombros – después lo gozarás y no querrás que salga – dijo para de una vez comenzar a embestirme lentamente y masturbar mi miembro al ritmo de las embestidas. Besaba mi cuello, mientras susurraba palabras dulces para que me relajara, las cuales comenzaban a dar efecto, ya que podía sentir un poco más el placer que tanto deseaba sentir -.

Sus embestidas cada vez eran más rápidas y profundas y ya no sentía dolor alguno, abría mis piernas para que entrara mucho más y de un momento a otro se sentó sobre la cama, haciendo que apoyara mis manos en la cabecera de la cama y saltara frenéticamente sobre su miembro, mientras él sostenía mi cadera con sus manos y lamiendo mi espalda.

Luego de un rato, sentí como cierto líquido mojaba mi interior, dándome a entender que mi novio ya había llegado a su límite. Con dificultad me levanté, haciendo que saliera de mi interior, acostándome sobre su sudoroso cuerpo, besando dulcemente sus labios hasta quedarnos profundamente dormidos de inmediato.

Sentía cómo los cálidos rayos del sol entraban por la ventana de nuestra habitación, haciendo que me despertara, viendo con claridad el hermoso rostro de mi novio dormido, quise levantarme pero el dolor en mi parte trasera me lo impedía, así que seguí acostado sin dejar de ver a la persona que más amaba dormir, de vez en cuando rozaba mis labios con los suyos, no quería despertarlo así que lo hacía despacio, hasta que  noté que poco a poco abría los ojos.

- Buenos días – dijo dulcemente -.

- Buenos días – respondí, besando por fin sus labios -.

- ¿Cómo te sientes? – preguntó algo preocupado -.

- Bien, aunque algo adolorido – reí - ¿y tú? –.

- Un poco adolorido también, fuiste algo brusco – dijo haciendo puchero -.

- Tú también lo fuiste así que no te quejes – ambos reímos y nos volvimos a besar, abrazándonos dulcemente -.

- ¿Quieres desayunar? ¿Tomar un baño? – preguntaba mientras besaba mi cuello -.

- No creo que pueda levantarme ahora y supongo que tú tampoco – reí -.

- Entonces quedémonos aquí hasta que podamos hacerlo y mientras eso pasa quiero consentirte – y luego de eso nos quedamos besando dulcemente repartiéndonos dulces caricias -.


Me levanté de la cama de muy mal humor, era ya domingo y no quería hablar ni ver a nadie, no había pegado el ojo en toda la noche y eso me molestaba y todo era culpa de mi amado niño, en verdad no soportaba la idea de pensar que estuviera en brazos de otro, cuando iba a entrar a la ducha mi teléfono sonó y sin mirar de quién era, contesté con desgano.

- ¡Yuyan! – suspiré con pesadez, no podía llamar en peor momento -.

- Hola Haru-chan – traté de sonar tranquilo, aunque en verdad quería aventar el móvil contra la pared –.

- Hola mi amor – me alegraría más si fuera él quien me llamara, pensé -.

- ¿Para que me llamas tan temprano?

- Es que quiero que me acompañes a comprar algunas cosas para la boda – decía ella alegremente -.

- Mejor hazlo tu sola, no se me dan bien esas cosas – lo que menos quería era salir -.

- No seas malo Yuyan, casi nunca sales, un poco de aire no te hará daño – reía -.

- Está bien – suspiré – en un rato paso por tu casa – colgué sin siquiera despedirme y entré a la ducha, sería un día bastante largo -.




CONTINUARÁ…