25/1/23

COMPASS ROSE - Capítulo 15

 Hola Hola!!!!!

¿Cómo están? Espero que muy bien y de no ser así les mando un super fuerte abrazo de oso y espero que éste capítulo les saque una sonrisa. 

Como podrán ver ésta vez estoy publicando un poco antes de la fecha ya que me voy a unas pequeñas vacaciones con mi familia, pero no quería irme sin antes dejarles éste capítulo. 

Muchas gracias siempre por su apoyo y que lo disfruten!!!!




Tema: COMPASS ROSE
Extensión: Serial 
Parejas: Varias
Autora: Akari-chan


Capítulo 15

*Daiki*

- Que agradable ha sido ese príncipe, me lo imaginaba diferente pese a lo que Keito ya me había comentado sobre él – sonrío – pero gracias a él ahora me siento un poco mejor – suspiro algo cansado - ¿Dónde estarán Yuto y los demás? – Pregunto para mí mismo, saliendo de entre la multitud, buscándolos con la mirada.

- Príncipe Daiki – me detengo de inmediato al escuchar aquella voz tan conocida y que hace que mi corazón palpite más de la cuenta.

- Se… Señor Kei… - Murmuro nervioso mientras volteo para verlo.

- Te estaba buscando – dice con una leve sonrisa.

- ¿Me buscabas? ¿A mí? – Pregunto sorprendido y por sobre todo muy feliz.

- Sí – sonríe - ¿me concederías ésta pieza príncipe? – Pregunta mientras extiende su mano derecha.

- Lo… ¿Lo dices en serio? – Pregunto sintiendo mis mejillas enrojecer – es que te vi muy ocupado con unas doncellas y pues pensé que…

- ¿Pensaste que no querría bailar contigo? – Pregunta preocupado.

- Exactamente – digo avergonzado ¿por qué siquiera pensé eso?

- Lamento mucho si hice que te enojaras, no era mi intención – dice haciendo una leve reverencia.

- Tranquilo, no tienes que disculparte ya estoy bien.

- ¿Entonces si estabas enojado?

- Sólo un poco – digo apenado.

- ¿Aceptas bailar conmigo? – Sonríe con dulzura.

- Encantado – digo sintiendo que mi corazón da un brinco de alegría al tener su mano sosteniendo la mía, invitándome a bailar. 

- Has mejorado mucho príncipe – comenta Kei mientras bailamos.

- He estado practicando mucho, no quería pisar a mi hermano y tampoco a ti…

- A mí nunca me ha molestado que me pises – sonríe – me resulta algo tierno y más viniendo de ti, además todavía eres pequeño y tus pisadas no duelen mucho… ¡Auch!

- Perdón, se me resbaló – digo después de haberlo pisado con toda la intención, me molesta que siempre me recalquen que soy pequeño.

- Tranquilo, no fue nada – dice adolorido, cosa que me hace sentir mal, no debí hacer eso. 

- En verdad lo siento – digo preocupado – ¿te duele mucho?

- No pasa nada, estoy bien – dice acariciando mis cabellos – en parte ha sido mi culpa, sé lo mucho que te disgusta el que…

- Cuando sea un adulto – digo mientras lo miro fijamente a los ojos - mediré dos metros, seré mucho más alto que Yuya o inclusive más que mi padre – digo totalmente seguro.

- Espero poder ver eso – ríe.

- ¿No crees que pueda lograrlo?

- Te estaré apoyando – dice con una gran sonrisa – serás el hombre más alto del reino.

- Lo seré – digo totalmente decidido, sintiendo nuevamente una de sus manos revolver mis cabellos, adoro tanto esa sensación.

- ¿Quieres seguir bailando o prefieres descansar un rato?

- La verdad quisiera comer algo – digo apenado – me ha dado hambre de tanto bailar.   

- Creo que a mí también – sonríe – ha sido una noche muy movida.

- Si, me imagino – digo con algo de fastidio de pensar que ha sido porque ha bailado con un montón de mujeres.

- No te enojes – dice mientras estira un poco uno de mis cachetes – tú eres la persona más importante para mí – dice con una cálida sonrisa, haciendo que me sonroje.

- Va… Vamos a la cocina – digo mientras tomo su mano y comenzamos a caminar hacia el lugar anteriormente dicho con mi corazón latiendo frenéticamente.

 
*Hikaru*

Nos quedamos mirando por varios segundos, sintiéndome ansioso de tenerlo tan cerca y temiendo que éste pueda sentir los desenfrenados latidos de mi corazón.

- ¿Podemos comenzar? – Pregunta tímidamente, haciéndome salir de mi pequeño trance.

- Sí, claro… - Respondo comenzando a bailar con algo de torpeza.

- Estás muy tenso – ríe divertido – relájate un poco, no es como si te fuera a atacar.

- Es que ha sido un día muy raro y lo es más cuando estoy cerca de ti – digo sin ponerme a pensar si es correcto o no hacerlo.

- Me pasa igual – dice mirándome fijamente, haciéndome perder por unos momentos en sus preciosos ojos color café - ¿por eso no querías bailar conmigo?

- Se puede decir que sí – río nervioso – me disculpo por las molestias que pude haberte causado.

- Tranquilo, no ha sido ninguna molestia, al contrario – sonríe – me alegra mucho el hacerte sentir así.

- ¿Y cómo has estado? ¿Qué te ha parecido la fiesta? – Pregunto tratando de cambiar de tema.

- Ha sido sumamente divertida – sonríe levemente – y ahora los es muchísimo más porque estoy contigo.

- Ya… Ya veo… - Digo notablemente nervioso, hasta puedo sentir que mis manos comienzan a sudar, pero el príncipe no deja de sostenerla con firmeza - ¿Y qué tal el príncipe Daiki?

- Es encantador y muy buen bailarín – sonríe – todavía me falta por conocer al príncipe Yuto, pero puedo notar que es muy escurridizo.

- Es un niño con mucha energía, pero así como lo ves corriendo por todos lados de un momento a otro se queda dormido en cualquier lugar del castillo, la última vez lo encontramos durmiendo sobre el comedor.

- Vaya que es un niño muy interesante – ríe el príncipe – tu hijo también es demasiado lindo, espero poder conocerlo muchísimo mejor en estos días.

- Él también se siente muy emocionado al respecto,

- Por cierto… El hombre con el que estabas bailando hace rato ¿es tu amigo? El que me dijiste la otra vez que adoptó junto contigo al pequeño Yuri.

- Sí, él es Kota ¿Por qué lo preguntas?

- Es que los vi muy cercanos…

- Sí, es mi mejor amigo – sonrío - nos conocemos desde siempre, al igual que con el rey y Kei.

- Eso suena divertido – sonríe - el único amigo que tengo en mi castillo es a Keito.

- ¿En serio? – Pregunto sorprendido.

- Bueno, me refiero a que es el más cercano a mi edad.

- Entiendo, me estaba preocupando de que tuvieras días muy solitarios en tu castillo – suspiro aliviado.

- En verdad no es tan así, pero agradezco tu preocupación – sonríe – creo que podré hacer muchos amigos por aquí y ya he empezado contigo.

- ¿Quieres que seamos amigos?

- ¿No lo somos ya? – Ríe divertido – ya lo eres desde que nos conocimos por primera vez – dice con su rostro ligeramente enrojecido, quiero abrazarlo…

 
*Ryosuke*

Acabo de decir eso, pero la verdad es que quisiera ser mucho más para Hikaru… Pero aunque lo note nervioso ante mi presencia, no puedo asegurar que sea por lo mismo que yo siento por él y el hecho de que haya una razón por la que esté aquí no me permite siquiera considerarlo… ¿Pero estaría bien rendirme ahora?

- ¡Cuidado príncipe! – Exclama éste de repente, sosteniéndome rápidamente entre sus brazos.

- ¿Eh? ¿Qué? – Pregunto sorprendido.

- ¿No te diste cuenta de que acabas de tropezar? – Pregunta con preocupación, abrazándome con un poco más de fuerza, haciéndome avergonzar por el hecho de que estaba tan absorto en mis pensamientos que no me di cuenta de que casi caigo al suelo.

- Lo… Lo siento mucho – digo apenado, pero sin querer apartarme de él.

- Joven príncipe ¿está bien? – Pregunta el señor Kenichi acercándose a nosotros preocupado, notando que varios de los invitados se nos han quedado viendo con la misma expresión de preocupación.

- Estoy bien, el señor Hikaru pudo detener mi caída – digo todavía avergonzado, sintiendo mi rostro arder por la repentina cercanía, apartándome sin querer todavía de su lado, sus brazos son tan acogedores que podría quedarme ahí por siempre.

- Muchas gracias señor Hikaru.

- No es nada, estábamos bailando juntos así que fue más fácil atraparlo.

- Perdón por mi torpeza…

- No tienes que disculparte por eso, a cualquiera le puede pasar – sonríe dulcemente.

- ¿Desea descansar un poco príncipe? - Pregunta el señor Kenichi – ha estado bailando por largo rato y quizás por eso sus pies han perdido algo de fuerza.

- ¿Tú crees? – Río apenado – quizás tengas razón, iré a sentarme ¿deseas acompañarnos señor Hikaru? – Pregunto con algo de ilusión.

- Me encantaría, pero voy a mirar cómo están los niños, además quiero ayudarle a Yuri con algo.

- Por favor te encargo el mío – dice el señor Kenichi.

- Por supuesto – dice sonriente – ve a descansar te hará bien.

- Gracias – sonrío de vuelta – que sigas pasando una agradable velada.  

- Lo mismo para ti príncipe – dice haciendo una leve reverencia para antes de irse, mientras que el señor Kenichi y yo buscamos en dónde sentarnos, realmente me duelen los pies.

 
*Yuri*

- ¡Papá! – Exclamo mientras camino con prisa entre la multitud al ver a mi padre hablando con unos señores - ¡Papá!

- Disculpen un momento – le dice a los señores - ¿Sucede algo hijo?

- Es que Ryu y Yuto se han quedado dormidos sobre un mueble y papá Hikaru me dijo que si ocurría eso les avisara a alguno de los dos.

- Muchas gracias por avisarme – dice acariciando mis cabellos – en un momento regreso caballeros – le dice a los señores mientras hace una reverencia, tomando mi mano para así caminar hacia donde se encuentran mis amigos.

- ¿Tú no quieres dormir también? Ya es tarde – dice mientras mira su reloj de bolsillo.

- Todavía no – digo mientras dirijo mi mirada hacia donde se encuentra el rey, bailando con una señorita mientras una interminable fila de mujeres espera su turno, quizás y no pueda tener oportunidad…

 
*Hikaru*

- Te estaba buscando hijo – digo al ver a Yuri caminando junto con Kota - ¿A dónde van con tanta prisa? 

- Yuri me ha dicho que Ryutaro y el príncipe Yuto se han quedado dormidos, así que estamos yendo a dónde se encuentran ellos.

- Justo hace poco estaba hablando de que Yuto se quedaba dormido en cualquier lado – río divertido – voy con ustedes – digo tomando la mano libre de mi pequeño hijo, caminando así el resto del trayecto - Por cierto Yuri ¿ya lograste bailar con el rey?

- No, todavía no, creo que será imposible – dice con decepción.  

- ¿En serio quieres bailar con Yuya? Él es un poco torpe – dice Kota con algo de burla, aunque tiene razón.

- A Yuri le hace ilusión bailar con él, no te burles.

- Pero aun así con todas esas doncellas detrás de él será complicado – dice pensativo.

- Sí, por eso pienso ayudarle a nuestro pequeño – digo notando que hemos llegado a donde se encuentran los pequeños durmientes, siendo custodiados por Keito.

- Muchas gracias por cuidarlos Keito – digo con una amable sonrisa – nosotros nos encargaremos, puedes ir con tu padre, debe estar en el salón del comedor junto con el príncipe.

- Sí señor – dice haciendo una reverencia – nos veremos luego Yuri.

- Está bien, cuídate – dice mi pequeño con una sonrisa, mientras Keito se va en busca de su padre.  

- ¿Y dónde está Daiki? – Pregunto extrañado al no ver al más grande con ellos, si casi siempre están juntos.  

- Hace poco lo vi bailando con Kei – dice Kota.

- Bueno, ese está más que bien – sonrío – tú lleva a Ryutaro y yo llevaré al príncipe.

- ¿Y dónde los dejamos? – Pregunta tomando al más pequeño con cuidado de no despertarlo.

- En mi habitación – digo mientras tomo al príncipe Yuto, quien duerme como una piedra.

- Yo los acompañaré – dice Yuri sujetándose del borde de mi camisa.

- De regreso iremos por el rey – digo brindándole una gran sonrisa mientras éste me sonríe de vuelta.

 
*Yuya*

Estoy cansado… Pienso para mis adentros mientras tengo que fingir una sonrisa ante las doncellas que esperan deseosas bailar conmigo. Bien podría rechazarlas pero siento que sería una falta de respeto ignorarlas, así que tendré que resignarme ante mi cruel destino.

- Su majestad que bueno que lo encuentro – dice Hikaru mientras posa una de sus manos sobre mi hombro.

- ¿Eh? ¿Qué sucede? – Pregunto preocupado.

- Sentimos mucho interrumpirlo, pero es que ha acontecido una emergencia – dice ahora Kota con seriedad, tiene que ser algo importante.

- Lamentamos mucho los inconvenientes señoritas, pero el rey no puede atenderlas por el momento – dice Hikaru mientras me toma del brazo y Kota hace lo mismo con el otro, llevándome con ellos mientras las doncellas quedan desconcertadas ¿tan importante es?

- ¿Pero qué pasa?  - Pregunto asustado, pero estos no me responden, sólo sonríen como si estuvieran a punto de cometer una travesura, alejándonos completamente del gran salón, yendo hacia uno más pequeño en donde se encuentra el pequeño Yuri esperándonos, sonriendo ampliamente al verlo ahí.

- Estaremos afuera – dice Hikaru para luego salir junto con Kota.

- Su… Su majestad – dice éste haciendo una reverencia – lamento si mis padres lo interrumpieron en algo importante.

- En verdad me siento aliviado – sonrío.

- ¿Aliviado? – Pregunta mirándome con curiosidad.

- Sí, pensé que había estallado una guerra en plena fiesta, pero me alegra que no sea eso.

- Lo siento…

- No te disculpes, realmente me siento agradecido de haber salido de ahí, ya me sentía cansado de bailar – digo viendo que la expresión del más pequeño se entristece ¿así que es eso lo que quiere? Debo medir mejor mis palabras, pienso mientras me acerco al más pequeño, poniéndome a su altura – adorable jovencito ¿sería usted tan amable de permitirme bailar ésta pieza contigo? – Digo extendiéndole mi mano, mientras éste me mira con ilusión.

- Sí señor – dice alegremente al tiempo que toma mi mano y al ser todavía tan pequeño decido cargarlo en mis brazos – Su… Su majestad…

- Te prometo que cuando crezcas bailaremos como se debe – digo con una gran sonrisa, por alguna razón el estar cerca de Yuri hace que me sienta tranquilo y hasta relajado.

- Esperaré ese día – sonríe dulcemente.

Bailo alrededor del salón, siguiendo el ritmo de la música que todavía se puede escuchar desde esa distancia, mientras que el pequeño Yuri sonríe ampliamente, al igual que yo, me siento como si estuviera flotando sobre una nube, agradeciendo internamente a Hikaru y a Kota por alejarme de ahí.

Y cuando me quise dar cuenta el pequeño Yuri había apoyado su cabeza en mi hombro, cayendo profundamente dormido, sonrío enternecido por tal acto, el más pequeño estaba aguantando con todas sus fuerzas no quedarse dormido sólo por el hecho de bailar conmigo.

- Muchas gracias Yuri – digo acariciando suavemente su cabeza. 


CONTINUARÁ...