21/1/17

Father's Love

Hola muy buenas tardes :D
Aquí les traigo por fin la primera publicación del año 2017 y también capítulo 30 de Father's Love que estará éste año también con nosotros X'D
Muchas gracias por su paciencia y amor a éste fic <3 que yo también lo amo con locura <3
Este mes estoy cumpliendo 4 años de publicar en el blog, así que muchas gracias a Lyly por hacerme parte de él <3 y a ustedes por leerme <3
Y como siempre éste hermoso fic va dedicado a mi querida amiga Mari <3
Que lo disfruten <3


Tema: Father's Love
Extensión: Serial
Parejas: Varias 
Autora: Akari-chan

Capítulo 30

*Shibutani Subaru*
Ryo se había quedado dormido abrazado a mí, luego de haber llorado por más de dos horas, haciendo que yo también me quedara dormido a su lado, brindándole mi protección. Hubiese querido hacerle el amor para que pudiera relajarse, pero sentí que no era el momento idóneo para hacerlo; me duele verlo tan triste, tan desconsolado.

Me levanto lentamente de la cama cuidando de no despertarlo, notando que ya se ha hecho de noche; me estiro un poco y me dispongo a salir de la habitación, dirigiéndome a la cocina, encontrándome con una nota sujeta por un imán en el refrigerador.

“Querido Papá:
Pasaré la noche en casa de Ryosuke.
Y quizás el resto del día de mañana también.
Así que no me esperes.
Necesito estar a su lado.
Con cariño:
Yuto”.

Sonrío al terminar de leer la nota, me alegra saber que ambos son tan cercanos, así como siempre lo hemos sido Ryo y yo, entiendo que esto también debe de ser duro para él. Lleno un vaso con agua y luego de tomar su contenido, subo nuevamente a mi habitación, viendo que mi adorado Ryo sigue durmiendo, así que vuelvo a acostarme a su lado, estrechándolo entre mis brazos.
No pienso apartarme de él, no cuando por fin podemos estar juntos.


*Ryosuke*

- Ryosuke… - Susurra Yuto después de un buen rato sin hablar, sólo sintiendo sus caricias sobre mi espalda.

- Yuto… - Susurro también, abrazándome más a su cuerpo.

- ¿Te puedo preguntar algo? – Pregunta, mientras que yo asiento, mirándolo fijamente con mis enrojecidos ojos de tanto llorar - ¿Estás así sólo porqué te alejarás de mí o porqué también lo harás de tu papá?

- ¿Qué clase de pregunta es esa? – Pregunto molesto – claro que por ti.

- ¿Por qué mientes?

- No estoy mintiendo – digo apartándome un poco de él.

- Ryosuke – suspira – sé más que nadie lo mucho que adoras a tu papá y sé que a pesar de todo, tus sentimientos por él no han cambiado.

- Sólo dices disparates – digo tratando de levantarme de la cama, pero él se aferra fuertemente a mí, evitando que lo haga – No puedo perdonarlo Yuto, por su culpa ahora tú y yo…

- ¿Pero te has puesto a pensar en lo que siente él? – Interrumpe – no justifico lo que ha hecho ¿pero no crees que él también sufre?

- No tiene por qué estarlo, ahora podrá estar con la zorra esa, ya por fin ha logrado lo que quería, deshacerse de nosotros.

- ¡Ya basta Ryosuke! – Exclama molesto – no tienes ni la más mínima idea de cómo sufre él, desde que llegó de la corte no ha hecho sino llorar ¿eso no te produce aunque sea algo?

- ¿Viniste a consolarme o a sermonearme? – Pregunto en modo de reproche.

- Sólo quiero que te des cuenta de que lo que haces está muy mal – suspira nuevamente – te amo Ryosuke pero no soporto esto ya.

- ¿Y qué quieres que haga entonces?

- Que arregles las cosas con él antes de que te vayas.

- ¿Y qué si no lo hago? – Pregunto, viendo el rostro sonriente de Yuto, no sabía que reacción debía de tener al ver aquello, quise decir algo pero sus labios sobre los míos evitaron que lo hiciera.

- Vamos a dormir – dice finalmente, besando mi frente, dejándome con muchas cosas revoloteando por mi cabeza.


*Nishikido Ryo*

- Buenos días, Ryo – dice suavemente Subaru al sentirme abrazándolo por la espalda, mientras prepara el desayuno, había llorado casi todo el día de ayer y me siento algo apenado de que él tuviera que hacerse cargo de mí, ¿pero a quién quiero engañar? Me encanta ser mimado por él.

- Buenos días – digo dándole un dulce beso en la mejilla - ¿Y Yuto? – Pregunto al notar que no se encuentra por ningún lado de la casa.

- Está con Ryosuke, dijo que se quedaría con él hasta que se fuera mañana.

- Se parecen tanto a nosotros.

- Eso mismo estaba pensando ¿te encuentras mejor? – Pregunta volteándose para quedar frente a frente a mí.

- Más o menos – respondo con desgano - ¿vas a ir a trabajar?

- Sí, me da un poco de pena con Nagase-san que se ha hecho cargo del restaurante mientras nosotros no estamos.

- Si… ¿Puedo ir contigo?

- Pienso que es mejor que te quedes en casa, no estás muy bien emocionalmente.

- Pero al menos así me distraería – digo haciendo un pucherito, sé lo mucho que él no se resiste a ellos.

- Mejor espérame aquí en casa – sonríe – con sólo un delantal puesto – dice haciéndome sonrojar.

- Me lo pondré después de llegar del trabajo – sonrío también – espera me cambio y nos vamos – digo besándolo luego, sintiendo sus manos apretar mis nalgas – Subaru…

- Me alegra verte un poco mejor.

- Es gracias a ti, por tu amor – digo volviéndolo a besar.

- Ve y cámbiate rápido, que si seguimos así, llegamos a mediodía – dice burlonamente, a lo que yo también sonrío, hay que recuperar todo el tiempo perdido, el que no disfrutamos por haber sido unos completos tontos.


*Kei*

- Buenos días – digo al llegar a la sala del comedor, en dónde ya se encontraban mi padre y mi hermano que todavía tenía su pijama puesta, desayunando.

- Buenos días – responden ambos, así que me siento en mi lugar de siempre, al lado derecho de mi padre, quedando así frente a frente con mi hermano, que siempre se sienta en el lado izquierdo.

- ¿Vas a casa de Dai-chan hoy? – Pregunta mi padre sonriente.

- Si – digo sonriendo de igual manera, pensando en mi adorable novio – pasaremos el día estudiando y quizás veamos una película en la sala de su casa.

- También para darse besitos – dice Keito, para luego seguir tomando de su jugo.

- Si, eso también – sonrío algo avergonzado – aunque Maruyama-san ya no se opone a lo nuestro, quiero que me tenga más confianza y acepte que soy alguien digno para su hijo y que lo que menos quiero es lastimarlo.

- Él tiene un gran corazón – dice sonriendo dulcemente, eso se me hace extraño considerando que mi padre sólo lo ha visto una vez.

- Lo dices como si lo conocieras de toda la vida.

- Esto… desde que hablé con él en la reunión de padres en el Instituto, me pareció muy agradable, además Keito se la pasa hablando de lo bueno que es, así que me hago a la idea de que es una buena persona – dice rápidamente.

- Entiendo…

- ¿Puedo ir contigo? – Pregunta Keito de inmediato, mirándome suplicante.

- ¿Quieres ir? – Pregunto extrañado ¿quién en su sano juicio quiere ir a casa de su profesor?

- Por supuesto, Maru-sensei me ha dicho que puedo ir a visitarlo cuándo quiera, así que ya que vas a ir, no estaría de más en acompañarte – dice haciendo ojos de cachorrito.

- Está bien…

- Gracias hermano – dice dándome un fuerte abrazo – voy a cambiarme, ya vuelvo – dice corriendo rápidamente hasta su habitación.

- ¿Por qué a él si lo quiere y a mí no? – Digo un poco molesto.

- Porque Keito no es el que sale con Daiki – dice papá sonriente.

- En verdad dudo que sea por eso, Keito se hace querer muy fácil.

- Sólo ten paciencia – dice sin dejar de sonreír – termina de desayunar que no demora Keito en bajar.


*Yokoyama You* 

- ¡Listo! ¡Hora de irnos! – Exclama Keito alegremente bajando por las escaleras.

- ¿Tan rápido? – Pregunta Kei asombrado.

- Me bañé antes de dormir anoche, así que sólo era cambiarme de ropa.

- Está bien, vámonos entonces – dice Kei terminando de tomar su café.

- ¡Buenos días! – Exclama ahora Aiba-chan, entrando de sorpresa, como siempre lo hace.

- Buenos días Tío Aiba – dicen mis dos hijos abrazándolo enseguida.

- ¿Van a algún lado? Porque se ven muy guapos ambos – dice sonriente, correspondiendo al abrazo.

- Vamos a casa de Maru-sensei – dice Keito emocionado.

- Que bien, de seguro estará muy feliz de verlos.

- Ya quisiera… - Dice Kei con desgano.

- Nos encantaría quedarnos a conversar contigo Tío, pero se nos hace algo tarde – dice Keito tomando del brazo a su hermano.

- Claro, vayan con cuidado yo me quedaré conversando con su papá.

- Nos vemos en la noche papá – dice Kei viniendo a abrazarme.

- Saluda a Daiki de mi parte y dile que venga a visitarme a mí también.

- Claro, estará encantado de venir a verte – sonríe – hasta luego Tío – dice finalmente saliendo de la casa.

- Hasta más tarde papi – dice Keito abrazándome también.

- Keito, pórtate bien y no hagas ninguna locura – le advierto, sé muy bien lo travieso que es mi hijo pequeño.

- No haré nada malo, te lo prometo – sonríe y luego de hacer una reverencia, sale también de la mansión.

- Pareciera que Keito fuera a ir a un parque de diversiones.

- Ya lo sabe – digo de repente, viendo la cara llena de asombro de mi amigo.

- ¿Le contaste todo a Keito?

- Si, no pude evitarlo, me acorraló y terminé por decírselo, está mucho más alegre desde eso.

- Es que vieras lo mucho que adora a Maruyama-san – sonríe – se la vive abrazándolo en el Instituto.

- Lo sé, espero que no haga nada imprudente mientras esté en su casa.

- No te preocupes, no lo hará, creo… ¿Kei también lo sabe?

- No, todavía no, cuando vea que es un buen momento lo haré ¿A qué has venido? – Pregunto volviéndome a sentar para terminar con mi desayuno.

- Es que estoy aburrido y pues se me ocurrió pasar el día con mi mejor amigo.

- Aiba-chan, ¿no deberías de considerar buscarte un novio?

- ¡Pero si yo tengo novio! – Exclama un poco enfadado, haciendo que escupa un poco del café que estoy tomando.

- ¿En serio? – Pregunto sorprendido, en verdad no me esperaba algo así.

- Sí, estamos saliendo desde hace siete meses– dice sonrojado, sentándose en la silla que había ocupado Keito hacía unos minutos.

- ¿Por qué no me lo habías contado?

- Porque con todo esto de Maruyama-san se me pasó. Ahora ya lo sabes, así que puedes estar feliz – dice cruzándose de brazos y desviando su mirada todavía sonrojado, acto que me causa muchísima gracia.

- ¿Y quién es?

- Tu abogado.

- ¿¡Sakurai-san!? – Pregunto todavía más sorprendido.

- Ya dejemos de hablar de mí – dice volviéndose a verme – Ohno-san no ha dejado de llamarme para preguntar sobre qué hacer para conquistar a Maruyama-san y cómo bien sabes que mi lealtad está contigo, le he dicho una y mil veces que se saque esa idea de la cabeza, pero él no entiende.

- Él no me preocupa tanto – digo totalmente seguro de que Maru-chan todavía siente algo por mí.

- De todos modos te pido que si quieres recuperarlo, tienes que comenzar a trabajar desde ya para que te perdone – dice serio – conozco muy bien a Ohno-san y él no es de los que se rinden fácil.

- Pero no sé cómo acercarme sin que se moleste – digo frustrado.

- Ya pensaremos en algo – dice dándome unas suaves palmadas en mi hombro – pero no puedo pensar con el estómago vacío-

- Ayumi-chan.

- ¿Señor?

- Por favor trae el desayuno para Aiba.

- En seguida Yokoyama-sama – dice ella alegremente, yendo rápidamente hasta la cocina. No pienso dejarme ganar, Maru-chan volverá conmigo.


*Keito*

Me siento realmente emocionado de saber que pronto estaré en casa de Maru-sensei y ahora que sé la verdad sobre mi padre y él, me emociona más el hecho de que muy pronto será parte de mi familia.

- Ya llegamos – dice mi hermano estacionando el auto frente a una encantadora casa, digna de ser habitada por tan adorables personas.

- Es tan bonita – digo bajando del auto de inmediato, mirándola detenidamente.

- Si, es preciosa – dice mi hermano sonriente – vamos – dice tomando mi mano, caminando ambos hasta quedar frente a la puerta de ésta, dando suaves golpes en ella, siendo abierta por mi lindo cuñado.

- Kei… – dice él sonrojado, dándole un dulce beso a mi hermano como bienvenida.

- Hola Dai-chan – responde él luego de dar por terminado el beso – Por cierto, espero que no te moleste que haya traído a Keito, no alcancé a avisarte – dice al acordarse de que yo también existo.

- Por supuesto que no – sonríe – es un gusto verte Keito – dice abrazándome.

- El gusto es mío también.

- Por favor pasen, mi papá está en la sala – dice haciéndose a un lado para dejarnos entrar, viendo que la casa por dentro es igual de adorable o incluso más que la parte de afuera.

- Maru-sensei – digo emocionado y sin poder evitarlo, rápidamente voy a abrazarlo, siendo correspondido sin queja alguna por él.

- Keito, no esperaba tu visita tan pronto.

- Aproveché que mi hermano vendría hoy a ver a Dai-chan.

- Me alegro, me hubiese preocupado que te perdieras.

- Yo también me alegro de verlo Maruyama-san – dice mi hermano interrumpiendo nuestra conversación, se ve un poco molesto.

- Bienvenido – dice él seriamente, creándose en la sala un ambiente algo tenso.

- Kei y yo vamos a estudiar en mi cuarto, así que con su permiso – dice Dai-chan tomando del brazo a mi hermano, subiendo ambos por las escaleras.

- Lo siento, simplemente no me hago a la idea de que mi hijo esté de novio con… él.

- Mi hermano es un buen chico, no tienes de qué preocuparte – digo sin dejar de sonreír, entiendo cuál podría ser la razón del por qué no lo acepta por completo, así que trataré de ayudar a mi hermano en lo posible en su relación con Maru-sensei.

- En la cocina hay galletas ¿quieres?

- Me encantaría, gracias – digo apartándome de su encima, acompañándolo a la cocina, pensando en lo perfecto que sería todo si estuviéramos los cinco juntos, como una familia.


*Daiki*

- Kei, no debiste de ser tan grosero – digo al cerrar la puerta de mi habitación.

- Lo siento mucho – dice sentándose sobre mi cama – pero es que no lo soporto.

- Al parecer estás celoso de que tu hermano sea más cercano a mi papá – digo sentándome a horcajadas sobre su cadera, besando su frente – me hace sentir celoso también.

- Dai-chan… vinimos a estudiar ¿recuerdas? – Dice acariciando suavemente mis piernas por encima de mi pantalón.

- Quiero jugar un ratito – digo desabotonando uno a uno los botones de mi camisa, simplemente no me puedo contener cuándo nos encontramos a solas.

- ¿No quedamos en que no lo haríamos aquí? – Dice rozando mi cuello con sus labios.

- Mi papá se distraerá con Keito – digo desabotonando su camisa también.

- Te amo – dice besando de manera demandante mis labios, haciéndome estremecer al sentir sus manos sobre mi pecho.

- ¡Kei! ¡Dai-chan! – Bajen a comer galletas con té – dice Keito, entrando a mi habitación estrepitosamente.

- ¡Keito! – Exclamo un poco molesto ¿Por qué siempre alguien nos tiene que interrumpir?

- Oh, estaban ocupados – sonríe – agradezcan que fui yo el que vino a avisarles, porque el que iba a venir en primer lugar era Maru-chan.

- ¿Maru-chan? ¿Desde cuándo lo llamas así? – Dice mi novio algo dolido, en verdad que le afecta que mi padre no lo apetezca.

- Acaba de pedirme que lo llame así cuando no estemos en el Instituto ¿no es genial? – Dice esbozando una gran sonrisa.

- Sí, genial.

- No te preocupes hermanito, usaré mis influencias para que Maru-chan te quiera – dice acariciando los cabellos de mi novio, haciendo que mi novio sonriera ampliamente, me hubiese gustado tener un hermano como Keito.

- Dile que ya vamos – digo quitándome de encima de mi novio, abotonando mi camisa, viendo a Keito asentir para luego volver a bajar a la cocina.

- Ya pronto lo haremos, no te preocupes – dice Kei abrazándome por la espalda.

- Te amo muchísimo – digo alegremente, cualquier momento junto con él, es muy valioso para mí.


*Maruyama Ryuhei*

Luego de almorzar, Daiki y su novio fueron nuevamente a la habitación de éste, en verdad que no era mi intención el hacerlo sentir mal, pero es que no es fácil para mí aceptarlo, a pesar de que dije que ya lo había hecho, pero cada vez que lo veo recuerdo lo que su padre hizo conmigo y me hierve la sangre de tan solo pensar en que él podría hacerle lo mismo a mi hijo y no quiero, jamás se lo perdonaría.

- ¿Maru-chan? ¿Estás bien? – Pregunta Keito algo preocupado.

- Sí ¿por?

- Es que acabas de romper en dos el lápiz – dice señalando el objeto que está en mi mano, con su otra mitad sobre el escritorio.

- Lo… lo siento – digo apenado.

- No te preocupes ¿estabas pensando en algo que te hiciera enojar?

- ¿Por qué piensas eso?

- Porque yo hago lo mismo cuando me enojo, destrozo todo lo que tenga en mis manos – Sonríe – es por mi hermano ¿verdad?

- No me malinterpretes – suspiro – pero no es fácil para mi… es complicado.

- Entiendo, mi hermano se siente muy mal por tu rechazo.

- ¿En serio?

- Sí, piensa que quizás no lo consideras suficiente para Dai-chan, pero vieras lo mucho que lo adora.

- Lo he notado.

- Trata de no ser tan duro con él y háblale con más confianza así como lo haces conmigo.

- Trataré en lo posible de hacerlo – digo acariciando su cabeza – ¿no te parece aburrido calificar exámenes conmigo?

- Para nada, me gusta.

- ¿Quieres ayudarme a hacer la cena?

- Me encantaría – dice emocionado – pero…

- ¿Pero?

- No sé cocinar - dice apenado.

- Pues hoy estás de suerte – sonrío – hoy te enseñaré a cocinar.

- ¿En serio lo harías? – Dice mirándome con ilusión.

- Por supuesto ¿te gusta el Arroz con curry?

- Es mi plato favorito – responde alegre.

Bajamos a la cocina, comenzando de una vez con los preparativos para la cena, explicándole paso a paso sobre lo que se tenía que hacer, el cómo cortar los vegetales, la carne, el pollo, cocinar el arroz aparte. Keito, aunque algo torpe, aprendía rápidamente, eso me hacía muy feliz.

- Está delicioso – dice Daiki, llevando otro bocado a su boca.

- Sí, muy bueno – dice bajito el novio de mi hijo.

- Muchas gracias Kei – sonrío al ver su expresión de felicidad – pero no me den todo el crédito a mí, Keito fue el que lo hizo, yo solo le di las instrucciones.

- Tienes talento para esto Keito – dice Daiki.

- Gracias Dai-chan.

- Espero que puedas hacerlo en casa también – dice Kei.

- Estaré encantado de hacerlo – dice para luego dirigir su mirada hacía mi – hablando de eso, quiero decirte algo Maru-chan.

- Sí, dime.

- Es que quiero invitarlos a Daiki y a ti a cenar a nuestra mansión – dice tomando mi mano.

- ¿¡EH!? – Exclamo sorprendido y asustado ¿no me puede estar pidiendo esto?

- Por favor – dice mirándome con súplica - estaría muy feliz de que fueras.

- Es muy buena idea Keito – dice Kei – por favor Maruyama-san, acepta nuestra invitación – dice levantándose y haciendo una reverencia.

- Por favor papá – dice Daiki ¿por qué me ponen en una situación así? No quiero, no quiero encontrarme de nuevo con él.

- Está bien, iré – ¿pero qué estoy diciendo?

- Muchas gracias Maru-chan – dice Keito abalanzándose a mis brazos, seguido por Daiki y su hermano.


*Yuto* 

Mi cumpleaños siempre había sido un día de felicidad para mí, un día que siempre esperaba ansioso desde que tengo memoria, lleno de regalos y demostraciones de afecto. Pero honestamente, este año, no tenía pinta de que sería así, porque se iría de mi lado la persona que amo.

Pasamos toda la tarde de ayer junto con nuestros amigos Hikaru, Kento y Fuma, que estaban completamente entristecidos de que Ryosuke se fuera, así que decidimos darle entre todos una tarde alegre, llena de recuerdos felices. Me hubiese encantado que Yuri y Ryutaro estuvieran con nosotros, pero éstos se encuentran de vacaciones, pero de todos modos mandaron sus mejores deseos a Ryosuke y de paso a mí por mi cumpleaños.

- Feliz cumpleaños Yuto – dice Ryosuke, con sus mejillas empapadas por lágrimas.

- Gracias… - susurro – al menos trata de sonreír, tampoco te vas para siempre – digo limpiando sus lágrimas con mis dedos – yo iré a visitarte y tú también lo harás.

- Te amo Yuto – dice besándome dulcemente.

- Y yo a ti.

- ¡Ryosuke! ¡Ya vete alistando que dentro de una hora nos vamos! – Grita su mamá desde abajo, haciendo que ambos nos levantemos de la cama.

Había ayudado anoche a hacer la maleta de mi novio, al parecer su madre no tenía planeado llevarse ningún mueble de la casa, para evitarse todo el mal recuerdo de su horrible matrimonio, como decía últimamente a todas sus amistades, yo siempre la había visto como una mujer hermosa y amable, pero en estos días se me hacía de lo más pendenciera.

- ¿Estás seguro que no quieres que vaya al aeropuerto contigo? – Digo estrechándolo entre mis brazos.

- Prefiero que no – dice con tristeza, correspondiendo a mi abrazo.

- Sólo será por un par de años, cuándo seamos mayores, podremos vivir juntos si queremos.

- Eso suena bien.

- ¡Ryosuke! – Vuelve a gritar su madre - ¡Ya dentro de poco llegará el taxi! ¡Apúrate!

- ¡Ya voy! – Grita fastidiado, me hubiese gustado que al menos hablara con su papá antes de irse.

- Te amo, te amo más que a nada – digo apoderándome de manera apasionada de sus labios, es lo único bueno que recibiré al menos éste día.

- Yo también, mucho – dice sonriente, volviéndome a besar.

Bajamos rápidamente las escaleras, junto con el enorme equipaje, llegando hasta la entrada, encontrando a su madre afuera esperando el taxi. Miré hacía mi casa, en dónde se encontraban mi papá y mi tío Ryo viendo desde el jardín, notando que Ryosuke también los miraba con algo de tristeza, sorprendiéndome de ver que al menos no lo miraba con odio.


*Ryosuke*

No estoy muy seguro de lo que voy a hacer, pero siento que debo hacerlo, tengo que dejar salir mis sentimientos, no puedo irme así. Al llegar el taxi y poner todas nuestras maletas dentro de la cajuela, corro rápidamente hasta dónde está mi padre, mirándome sorprendido y también con sus lágrimas brotando de sus ojos, descontroladas.

- Papá… - digo entre sollozos, abrazándolo con fuerza – a pesar de todo, te quiero, te quiero mucho, eres el mejor papá del mundo – digo finalmente.

- Yo te amo más que a nada – dice abrazándome con más fuerza, dándome a entender que no quería que me fuera.

- Nos veremos, pronto – digo separándome de él al escuchar los incesantes gritos de mi madre.

- Gracias – dice acariciando mi cabeza.

- Vuelve pronto Ryosuke – dice mi Tío Subaru también abrazándome.

- Hasta pronto – dice Yuto, brindándome su radiante sonrisa, orgulloso de que yo diera éste paso tan importante, siento que me he quitado un gran peso de encima.

CONTINUARÁ...