23/8/13

~Seduciendo a mi profesor~

Hola Hola :D
por fin día de actualización, pero al parecer los capis me están saliendo algo cortos >___< (bueno siempre los hago cortos XD) si los hiciera más largos me demoraría más en publicar y pues para no dejarlas esperar tanto hago las cosas así, cómo siempre este capi va dedicado a Mabe-chan, muchas gracias por sus comentarios y espero les guste el capi :'D




Tema: ~Seduciendo a mi profesor~
Extensión: Serial
Parejas: Takachii/Inoodai/Yamajima
Autora: Akari-chan


Capítulo 17

- Buenos días, Yuto – decía mi amigo más bajo, mientras se acercaba a mi, sonriéndome cálidamente -.

- Buenos días, Yuri – respondí -.

- ¿Ya te sientes mejor? – Preguntó -.

- Un poco – tratando inútilmente de sonreír -.

Nos quedamos en silencio por unos segundos, hasta que escuchamos unos murmullos que se escuchaban a unos cuantos metros de donde estábamos, así que nos acercamos para saber a que se debía tanto alboroto, pero hubiera sido mejor no haber ido y menos para ver tal escenita, por un lado estaba feliz por ver a las dos personas que más amaba y si, por fin después de tanto tiempo había reconocido lo que sentía por mi mejor amigo y por otro lado odiaba verlos juntos y menos al suponer que lo que tanto me temía había sucedido.

Vi cómo entraban los dos al salón, Ryosuke siendo cargado por Keito en su espalda, para seguidamente sentarlo con cuidado sobre su pupitre, se veían tan felices, pero esa felicidad no la podía soportar, sonó el timbre y Yuri sin decirme nada se fue, dándome antes de irse un par de palmadas sobre mi hombro, me sentía desahuciado.


Caminaba a paso lento, dirigiéndome al salón en el cual tendría que dar la primera clase del día, el dolor en mi parte trasera era insoportable y si así estaba yo ¿cómo estaría mi novio? No quería imaginar el dolor que estaba sufriendo, llegué hacía mi destino, entrando por aquella puerta, viendo primero la hermosa sonrisa de mi novio que se encontraba sentado en su puesto, de cierta manera verlo tan sonriente me hacía sentir mucho mejor.

- Buenos días, Sensei – se levantaron todos para luego hacer una reverencia, pero me sorprendía que Daiki se pudiera mover sin problema -.

- Buenos días – respondí, iniciando de una vez con la clase, más tarde hablaría con mi novio -.


- Kou-chan, nuestro padre nos podría ver – decía mi esposo entre besos, mientras lo tenía totalmente desnudo aprisionado entre mis brazos, sobre el escritorio, el cual estaba totalmente desordenado -.

- Anoche me dejaste con las ganas y por eso este será tu castigo – dije maliciosamente, para volver a devorar sus labios, aunque en realidad no fuera un total castigo para él, adoraba ver su cara llena de terror al pensar en que seríamos descubiertos -.

Bajé el cierre de mi pantalón, dejando salir mi miembro que se moría de ganas por entrar en la deliciosa entrada de mi esposo, abrí todo lo que pude sus piernas y lo penetré de una sola estocada, haciendo que diera un fuerte grito lleno de placer, en verdad amaba cada expresión que hacía con su rostro.

- Si sigues… gritando… así… nos descubrirán – reí, viendo como con dificultad trataba de callar sus gemidos, mientras que cada vez lo penetraba más rápido y fuerte -.

De un momento a otro salí de su interior y lo volteé casi sin cuidado, dejándolo de espaldas frente a mí, dándome una buena vista de su trasero y sin esperar más volví a penetrarlo, entrando mucho más por aquella cavidad.

- ¡MUY BONITO! - un escalofrío recorrió todo mi cuerpo al escuchar esa voz tan conocida para nosotros, nos habíamos quedado totalmente quietos, sin poder articular palabra alguna – Si van a hacer sus cochinadas, asegúrense de cerrar bien la puerta, ¿qué tal que hubiera sido un alumno y no yo? Ustedes si no cambian – y así sin más nuestro padre se fue, cosa que nos extrañó demasiado, pero que agradecimos que no nos regañara como lo hacía antes y viendo en esos momentos que no seríamos castigados continuamos con lo que estábamos haciendo -.


De vez en cuando nuestras miradas se encontraban, haciéndome sonrojar muy notablemente, cosa que mi novio al verme así me sonreía dulcemente y sentía como mi corazón latía rápidamente, la noche anterior habíamos hecho el amor y al haber sido mi primera vez, lo hacía demasiado especial, pero el dolor en mi parte trasera, aunque era molesto aún así no me quitaba esa enorme sonrisa que tenía en mi rostro, me sentía muy feliz de estar a su lado, pero aún así no dejaba de pensar en Yuto, quién nos miraba con suma tristeza pero entre miradas y sonrisas pasaron rápidamente las horas hasta que llegó el momento de almorzar.

- ¿Estás seguro de que puedes caminar? – preguntó mi novio con preocupación -.

- Claro que si – dije mientras trataba de levantarme lentamente - ¡AY! – exclamé al sentir una punzada en aquella parte -.

- Al parecer te tengo que cargar de nuevo – reía burlonamente -.

- No es necesario, yo puedo solo, ya verás – dije para después levantarme de una vez, tratando de ser fuerte para soportar el dolor -.

- Lo siento, no debí ser tan brusco – dijo agachando la cabeza, en verdad que se sentía mal de verme así -.

- El dolor pasará, pero lo que hicimos ayer estará siempre grabado en mi memoria y en mi piel – le sonreí y luego lo besé, al separarnos pude notar como estaba su rostro totalmente sonrojado, amaba ver esa parte tan dulce de él y que solo me la mostraba a mí -.

- Entonces vamos a comer – sonreímos, tomándonos seguidamente de las manos y caminamos despacio hacia el patio del colegio a comer nuestros almuerzos -.


Esperaba impacientemente a que llegara mi niño a la oficina, tenía tantas ganas de besarlo y acariciarlo que la espera se me hacía horriblemente larga, no podía evitar sonreír tontamente al recordar todo por lo que habíamos pasado, lo conocía prácticamente desde que había nacido, inclusive en una ocasión le cambié el pañal, era un bebé demasiado hermoso y lo amé desde el primer momento en que mis ojos se encontraron con los suyos. De repente la puerta se abrió, dejándome ver a la persona que ocupaba mis pensamientos, mirándome con deseo, mientras cerraba con seguro la puerta de mi oficina.

- Estaba ansioso por verte – dije luego de levantarme y acercarme hacía él, arrinconándolo contra la puerta, apegando mi cuerpo al suyo -.

- Yo también estaba ansioso – entrelazando sus brazos alrededor de mi cuello, dejando su rostro muy cerca al mío, podía sentir como su respiración chocaba con la mía -.

- No sabes cómo me tienes – susurré en su oído, tomándolo de las caderas y haciendo una leve fricción entre nuestros miembros, saliendo un provocativo gemido de nuestros labios -.

- Te a… - no dejé que terminara la frase ya que me había apoderado de sus labios, besándolo con lascivia, lo deseaba demasiado y me alegraba que me correspondiera de la misma manera -.

Rodeó mi cintura con sus piernas, así que aprovechando eso, lo llevé hacía  mi escritorio, sentándolo ahí delicadamente, sin dejar de comerle la boca, quitándole rápidamente el saco de su uniforme y desabotonando luego su camisa, me separé de sus labios para dedicarme a ver su hermoso torso, que me llamaba para que le diera un poco de atención, llevé mis labios a su cuello, comenzando a chuparlo y morderlo un poco, pudiendo escuchar muy cerca de mi oído, los excitantes gemidos de mi amado niño, quién con rapidez abrió el cierre de mi pantalón e introdujo su mano, acariciando mi pene por encima de la tela del bóxer.

- Qui… quiero tenerlo dentro – decía jadeante, mientras lo apretaba un poco más, haciéndome gemir -.

- Cuando sea el momento indicado, te prometo que pronto te estaré embistiendo como loco y lo vas a disfrutar mucho – le dije mientras le quitaba los pantalones, mi niño se sonrojó hasta parecer un tomate y asintió alegremente, me encantaba lo obediente que era en algunas ocasiones, lo dejé solamente con su camisa abierta, quedé fascinado por lo mucho que había crecido ese cuerpo, aunque había quedado de una estatura baja, podía apreciar muy bien su cuerpo que estaba muy bien formado a pesar de su edad -.

- No es justo Yuyan – esa frase me sacó de mis pensamientos -.

- ¿Qué no es justo? – pregunté algo confundido -.

- Es que estoy casi semidesnudo y tú no te has quitado nada – me decía haciéndome un adorable puchero -.

- Entonces, quítame tu la ropa – le dije apretando una de sus tetillas, mientras que con mi otra mano rodeaba su miembro, moviéndolo de arriba abajo sobre toda su extensión -.

Pero algo que no esperaba y que temía nos interrumpió, unos suaves golpes en la puerta desde la parte de afuera, lo que hizo que me detuviera.

- ¡Yuyan! ¿Estás ahí? – aquella era la voz de la que era mi prometida en ese entonces, pero al parecer a mi niño eso no le importó, ya que sin darme cuenta ya tenía los pantalones hasta mis tobillos y él ya comenzaba a acariciar mi miembro totalmente erecto -.

- No le respondas – dijo en un susurro, apretando mi pene entre sus manos -.

- Pero… - no pude decir nada más ya que mi niño me besaba de manera demandante y así que lo seguí en aquel excitante juego, ignorando por completo los golpes que venían de afuera -.


- ¿Será que no está?

- Tanaka Haruna, ¿buscas a Takaki? – pregunté -.

- Sanada-san, que gusto verlo – me sonrió con esa sonrisa hipócrita que tenía, ella  y yo nunca nos habíamos llevado bien -.

- No sé como has entrado, pero debes estar informada de que gente particular no puede entrar a este Instituto, a no ser que sea el familiar de un alumno.

- Pero si yo soy la prometida de uno de sus profesores.

- Seas lo que seas para Takaki, no está permitido que entres, está en el reglamento del Instituto, aquí no se permiten visitas conyugales.

- Pero solo vengo a saludarlo.

- Eso no me importa, incumples con las reglas que con tanto esfuerzo he hecho seguir en este lugar, así que si quieres ver a tu prometido, tendrás que hacerlo en otra parte, pero no aquí – dije de manera demandante -.

- Está bien me voy.

- Te acompaño a la salida – le dije, no entendía como Takaki pensaba en casarse con alguien tan despreciable como ella, por esa actitud la habían dejado plantada en el altar, esperaba que Takaki recapacitara de su decisión -.


- Dai-chan ¿cómo hiciste para que estés caminando sin dificultad? – pregunté de una vez que mi novio entró a mi oficina -.

- Esto… - se sonrojó – es vergonzoso – decía apenado -.

- Quiero saber, es que ya no me aguanto el dolor – en eso una hermosa sonrisa se asomó por su rostro -.

- Es que cuando llegué ayer a casa, mi madre vio que caminaba extraño y sin preguntarme nada, me dio unos medicamentos para el dolor y una pomada – dijo avergonzado - aunque todavía me duele, pero solo un poquito – me sonrió al mismo tiempo que me daba una pequeña bolsa, la cual recibí con curiosidad -.

- ¿Y esto? – pregunté -.

- Son los medicamentos y la pomada que me recetó mi mamá, como se acabaron, los compré para ti.

- No te hubieras molestado.

- No es ninguna molestia, pensé que también estarías sufriendo por el dolor y no podía dormir bien de pensar en eso.

 - Gracias Dai-chan – lo abracé y lo besé dulcemente, todavía no podía creer que un ser tan hermoso como él me amara tanto -.

- Aunque, me quedé con las ganas de más – me dijo de repente de manera pícara -.

- Yo también, pero tenemos que seguir con las tutorías, no te puedes descuidar de  tus estudios.

- Ok – dijo desanimado -.

- Pero prepárate para este fin de semana, que no te voy a dejar levantarte de nuestra cama – sonreí pervertidamente -.

- Eso suena bien – y sin más nos volvimos a besar, para luego continuar con la tutoría, ambos esperábamos con ansias a que llegara el fin de semana para volvernos entregar a ese hermoso acto de amor -.



CONTINUARÁ…

9/8/13

~Seduciendo a mi profesor~

Hola Hola :D
Les traigo por fin el capi 16, perdonénme por lo corto, pero es que por lo de Keito pues ya sabrán, no estoy muy de humor para escribir ¬¬ aunque lo sigo amando y será mi Ichiban por siempre <--- se tiene fe XD y seguiré luchando hasta donde pueda y como siempre, este fic va dedicado a Mabe-chan, espero les guste y gracias por sus comentarios que me animan mucho, les prometo que el próximo capi será más larguito ;)




Tema: ~Seduciendo a mi profesor~
Extensión: Serial
Parejas: Takachii/Inoodai/Yamajima
Autora: Akari-chan


Capítulo 16

Hace algunos años…

- ¡Yutorin! – gritaba desde lo lejos a mi mejor amigo, que me esperaba bajo la sombra de aquel enorme árbol, en donde habíamos acordado de vernos el día anterior, aquel día por fin tendría el valor de confesarle mis sentimientos y aunque no estaba completamente seguro de que los aceptaría, de todos modos iba a hacerlo -.

- Hola Keito-kun – me sonrió con esa dulce y característica sonrisa, haciendo que mi corazón latiera aceleradamente, dándome la sensación de que de un momento a otro se saldría de mi pecho -.

- Hola Yuto – dije nerviosamente, estar cerca de él me hacía sentir así – me alegro de que hayas venido -.

- ¿Y por qué no habría de hacerlo? – Sonrió – eres mi mejor amigo y siempre estaré ahí para cuando me necesites.

- Gra… gracias – dije bajito, sintiendo como un leve sonrojo se asomaba por mis mejillas -.

- Ya que estamos por fin reunidos, ¿qué es eso tan importante que debes de decirme? – preguntó curioso, mirándome fijamente,  haciéndome sentir más nervioso de lo que ya estaba -.

- Bueno yo… es que tu…- desvié mi mirada de la suya, pensando rápidamente en las palabras correctas que debía de decirle -.

- ¿Yo qué? – dijo, al mismo tiempo que posaba su mano por debajo de mi barbilla, levantando así mi rostro, encontrándome nuevamente con su intensa mirada -.

- Tú… tú me gustas  - dije por fin -.

- Eso lo sé muy bien, tu también me gustas, por eso somos amigos – dijo, al parecer no había entendido a que tipo de “gustar” me refería -.

- No entiendes Yuto – dije tratando de ocultar un poco mi desilusión -.

- ¿Qué no entiendo? – Preguntó, sabía que Yuto era un poco lento, pero tampoco tanto, así que en un acto de desesperación, lo abracé y dulcemente besé sus labios -.

- Yuto, tú a mi me gustas de otra manera, no solo como amigo, sino como algo más – dije al separarme del beso, viendo con atención el rostro perplejo de mi amigo -.

- Keito yo… - dijo mientras me tomaba suavemente de los hombros, alejándome de él -.

- No te gusto ¿verdad? – bajé la mirada, sintiendo como mis lágrimas comenzaban a bajar por mi rostro -.

- Es que… a mi no me gustan los niños, no de esa manera – dijo para después intentar abrazarme, pero no pudo hacerlo,  ya que yo comencé a correr con todas mis fuerzas, alejándome de ese lugar -.

Pasaron los días y poco a poco volvimos a ser tan unidos como antes de que me confesara,  apenas éramos unos niños de diez años, así que estas cosas las superábamos rápido, por lo menos me hacía feliz el hecho de poder seguir a su lado.

- Chicos creo que me gusta alguien – escupí el jugo que me estaba tomando en ese momento, habían pasado cuatro años desde que me había confesado y enterarme de que alguien le gustaba me hacía sentir cierta opresión en mi pecho -.

- ¿Y quién es la afortunada? – Preguntó Yuri con asombro, -.

- No es ella, sino él – al escuchar eso lo miré confundido, ¿no era que no le gustaban los chicos? -.

- ¿Quién es? – pregunté, tratando de aguantar mis ganas de llorar, necesitaba saberlo -.

- Kento-kun – dijo sonriente -.

- ¿Nakajima Kento? ¿El de primer año? – preguntó Yuri, mirándome con preocupación, el sabía muy bien de mis sentimientos por Yuto -.

- Si, él – dijo dulcemente, se le notaba mucho que le gustaba, pero no pude aguantarlo más y levantándome bruscamente le propiné una fuerte bofetada en su mejilla derecha - ¡eres un idiota! – Y dejando a mis dos amigos atónitos, me fui del lugar, comenzando a sentir un gran odio dentro de mí, el problema no era que no le gustaban los chicos, sino que el problema era yo, él no me quería -.

Corrí y corrí, sin un rumbo fijo, solo corría, estaba tan sumido en mis pensamientos que solo al sentir que me había chocado con alguien, volví en sí, percatándome que era ese chico que tanto le gustaba a mi amado amigo, sonreí de manera traviesa, ante una idea que comenzaba a rondar por mi cabeza.

- Lo siento mucho – decía aquel chico, ayudando a levantarme -.

- No te preocupes, yo era el que estaba distraído – le sonreí, mirándolo de pies a cabeza, era un chico bastante atractivo y vi como se comenzaba a poner nervioso ante mi mirada, provocándole un gran sonrojo,  eso era una buena señal de que mi plan funcionaría -.

Solo con unas cuantas palabras de afecto, unos besos y unas cuantas caricias, me lo llevé fácilmente a la cama, claramente era mi primera vez y luego hice que Yuto se enterara, terminando así con nuestra amistad, sabía en el fondo que no era lo correcto, pero estaba tan dolido que no me importaba en lo absoluto y así seguí, no sólo con aquel chico, sino que con cualquiera que me provocara, de alguna manera buscaba en otros lo que no podía recibir de la persona que amaba.


Mis lágrimas bajaban al recordar aquello, era algo que todavía no era capaz de digerir, me volteo abrazando a aquel cuerpo desnudo y durmiente que estaba a mi lado, aunque amara a Yuto, desde que llegó Ryosuke a mi vida, sentía que podía volver a ser ese niño dulce que era antes y lo estaba logrando, por eso no permitiría que se alejara de mi lado.


Era un nuevo día, los pájaros cantaban y el sol se asomaba felizmente en el hermoso cielo azul, hacía mucho tiempo que no me despertaba con tan buen humor y todo gracias a que por fin había aclarado mis sentimientos por mi amado niño, aunque a mis padres no les iba a agradar que rompiera otro compromiso, pero esta vez estaba totalmente decidido a quedarme con el amor de mi vida. Llegué al Instituto más temprano de lo normal, así que por ende no había casi nadie dentro del establecimiento,  así que fui directamente a mi oficina para preparar las clases que tendría ese día, hasta que de un momento a otro oí como tocaban suavemente la puerta, la abrí encontrándome con unos dulces labios besando lo míos, cayendo ambos al suelo, quedando él encima de mí.

- Buenos días mi amor – dijo mi amado niño apenas dejó de besarme -.

- Buenos días, Yuri – robándole otro beso, el cual hizo que se sonrojara, se veía tan lindo -.

- Vine a darte los buenos días, espero que no te moleste – dijo coquetamente -.

- Claro que no me molesta, de hecho me encanta que vengas a saludarme de esa manera – volviendo a rozar mis labios con los suyos, mordiendo un poco su labio inferior antes de separarnos nuevamente -.

Nos levantamos del suelo y tomándolo de la cintura lo senté sobre mi escritorio, volviendo a devorar sus labios, acariciándolo por encima de la molesta tela del uniforme, no había sensación más agradable para mí que estar así con mi niño, pero no pudimos continuar con lo nuestro ya que tocaban fuertemente la puerta, así que con dificultad nos separamos y me acerqué a la puerta, abriéndola de inmediato, encontrándome con mi amigo Inoo que se veía totalmente radiante de felicidad.

- ¿Y esa cara? – pregunté enseguida -.

- Takaki estoy muy feliz – verlo así de cierta manera me daba miedo – ¿interrumpo algo? – preguntó al ver a Yuri -.

- Algo así – respondí con pesadez -.

- Pues si quieres hablamos luego.

- No es necesario Sensei yo ya me voy para mi clase – dijo mi niño -.

- Si quieres ven aquí a la hora del almuerzo – le dije, recibiendo una sonrisa pícara de su parte -.

- Claro que sí, hasta luego – y dando una reverencia se fue del lugar -.

- ¿Me perdí de algo? – dijo mi amigo algo sorprendido -.

- En resumidas cuentas, te puedo decir que Yuri y yo estamos mejor que nunca, aunque me preocupa un poco Haru-chan – suspiré pesadamente – no sé como decirle que ya no me casaré con ella.

- Pues díselo antes de que sea demasiado tarde y ya estés frente al altar,  jurándole amor eterno, cuando en verdad amas a otra persona.

- Espero que no lo tome tan mal, aunque si me odiará por ello – dije resignado -.

- Lo superará, bueno, eso espero – sonriéndome dulcemente -.

- ¿Y cómo estuvo tu fin de semana? Aunque viéndote con esa cara puedo decir que muy bien.

- Fue espectacular, lo mejor que me ha pasado en la vida – dijo alegremente – Daiki y yo por fin hicimos el amor y fue maravilloso.

- Me alegro mucho, siéntate – dije al mismo tiempo que me sentaba en mi cómoda silla, pero mi amigo no lo hacía - ¿por qué no te sientas? – pregunté -.

- Es que bueno, él a mi me…

- Ya deja así, no quiero saber los detalles – en verdad que no quería escuchar esas cosas – me alegro mucho por ti y espero que sean muy felices, pero por favor no digas nada más.

- Gracias – sonrió – espero que lo tuyo con Chinen-kun funcione de maravilla.

- Así será – sonreí, hacía mucho que no me sentía así de feliz -.


- Keito, la gente nos está viendo, bájame – dije al ver como nuestros compañeros  de clase se murmuraban entre si, al verme a mi sobre la espalda de mi novio, quién se ofreció amablemente a cargarme debido a que tenía un fuerte dolor en mi parte trasera que me impedía caminar con facilidad -.

- No lo haré, es mi culpa que estés así y quiero recompensártelo.

- Pero me da vergüenza.

- ¿En verdad eso te preocupa? ¿O que nos vea Yuto? – me quedé en silencio ante lo que dijo, Keito no era tonto y sabía que no me había olvidado de Yuto, pero tampoco quería dejarlo a él y menos cuando ya eso que había sentido alguna vez volvía a florecer, también amaba ese chico que gentilmente me cargaba en su espalda -.


CONTINUARÁ…