31/5/22

COMPASS ROSE - Capítulo 7

 Hola hola!!!!!

¿Cómo están? Espero que estén muy bien y de no ser así les mando un super fuerte abrazo. 
Hago ésta entrada rapidita para traerles el capítulo 7 de éste serial y me alegra mucho saber que les está gustando, yo también pienso que los pequeñines son muy adorables, aunque todavía falta uno más y espero poder incluirlo en el siguiente capítulo X'D 

Muchas gracias siempre por sus hermosos comentarios, me gusta mucho leerlos!!!!
Y bueno, espero les guste éste capítulo y nos leemos en el siguiente mes!!!!!




Tema: COMPASS ROSE
Extensión: Serial 
Parejas: Varias
Autora: Akari-chan


Capítulo 7

*Hikaru*

- ¿Y si Yuri sigue durmiendo? – Pregunta Kota en voz baja al llegar ambos a la puerta de mi habitación.

- No creo – digo con el mismo tono de voz – antes de las ocho ya está despierto – digo mientras abro con cuidado la puerta, viendo al pequeño Yuri estirando sus bracitos todavía sobre la cama – vamos – digo siendo seguido por él - ¡Feliz cumpleaños! – Decimos al unísono al estar ya dentro.

- ¡Papás! – Exclama emocionado, saliendo de la cama rápidamente para venir a abrazarnos.

- Feliz cumpleaños mi niño – digo alzándolo entre mis brazos, dándole un beso en la mejilla.

- Gracias papá – dice dándome un fuerte abrazo.

- ¿Cómo amaneciste? – Pregunta Kota acariciando su cabeza.

- Muy bien padre – responde el pequeño alegremente.

- Te hemos traído un pequeño regalo – digo llevándolo hasta la cama, sentándolo en el borde de ésta.

- ¿Un regalo? ¿Para mí? – Pregunta curioso.

- Sí – respondo recibiendo una pequeña bolsa de terciopelo que trae Kota en una de sus manos, en la que se encuentra un precioso collar de plata, con un hermoso cuarzo rosa como dije.

- Que bonito – dice mirándolo con ilusión.

- Creo que te va a quedar todavía un poco grande – digo al verlo ya colgando del cuello del más chico.

- Así está bien, a medida de que vaya creciendo le quedará a la perfección – dice Kota.

- Muchas gracias padres – dice tomando el dije con cuidado para mirarlo mejor.

- Yo también llevo uno – digo mostrando el mío que tiene un cuarzo amarillo.

- Y yo – dice Kota también dejando ver el suyo que es un cuarzo de un verde claro – pensamos en darte esto como símbolo de nuestra alianza.

- Aunque ya eres nuestro hijo legalmente, se nos hizo lindo darte algo que pudiéramos tener los tres, quizás es algo simple pero para nosotros representa el profundo amor que te tenemos hijo y que sin importar las circunstancias siempre estaremos contigo.

- Gra… Gracias… – dice con voz temblorosa y con sus ojos a punto de comenzar a derramar unas lágrimas.

- ¡No llores! – Exclamo un poco asustado, tomando su rostro entre mis manos - ¿dije algo malo?

- No son lágrimas de tristeza papá, me siento muy feliz, en serio – dice tratando de limpiarlas con la manga de su pijama – estoy muy feliz de estar aquí con ustedes.

- Y nosotros también somos felices de tenerte – digo abrazándolo con dulzura.

- Así que cuídalo mucho – dice Kota alborotando un poco los cabellos de éste - ve y cámbiate rápido que nos están esperando para desayunar, sobre todo los príncipes – dice con una sonrisa.

- Sí señor – dice Yuri animadamente, bajando de la cama para ir rápidamente hacia el cuarto de baño.


*Yuri* 

- ¡FELIZ CUMPLEAÑOS YURI! – Gritan Yuto y Daiki al llegar junto con mis padres al comedor, corriendo hacia mí para abrazarme.

- Gracias chicos – digo con alegría correspondiendo al abrazo de ambos.

- Queríamos ser los primeros en felicitarte pero tus padres se nos adelantaron – dice Yuto haciendo un puchero.

- Nosotros como sus padres teníamos que hacerlo primero – dice papá Hikaru con orgullo.

- ¡Pero no es justo! – Vuelve a reclamar Yuto.

- ¿Por qué hay tanto alboroto desde tan temprano? – Pregunta el rey llegando al lugar junto con el señor Kei.

- Es que Yuto y yo queríamos felicitar primero a Yuri, pero el señor Kota y el señor Hikaru se nos adelantaron.

- Pues esto no hubiese pasado si alguien – dice Yuto mientras mira a Daiki – no hubiese estado tan dormido como una roca.

- ¿Ahora es mi culpa? – Pregunta Daiki consternado.

- ¡Sí! – Dice Yuto molesto.

- Ya hermanitos, no peleen por eso – dice el rey con voz calmada – ya de por sí sabemos lo difícil que es despertar a Daiki en las mañanas.

- ¡Oye! – Exclama Daiki.

- Así que debiste contemplar eso primero antes de molestarte con él, recuerda que a nuestro padre nunca le gustó vernos pelear.

- Lo sé, pero… - Susurra Yuto.

- Además no creo que a Yuri le moleste si lo felicitan primero o si son los últimos en hacerlo ¿o me equivoco? – Pregunta dirigiendo su mirada hacia mí.

- Está en lo correcto su majestad – respondo un tanto nervioso por su presencia – no importa a qué horas me feliciten, siempre lo recibiré con mucho cariño.

- ¿Ya lo ven? – Sonríe - esfuércense más para la próxima vez – dice acariciando las cabezas de ambos.

- Sí hermano – dicen avergonzados.

- Ganaremos el siguiente año – dice Yuto con entusiasmo dirigiéndose a mi papá.

- ¿Desde cuándo el felicitar a Yuri en su cumpleaños se volvió una competencia? – Dice papá Hikaru – no tienen ninguna oportunidad contra mí.

- No saben en lo que se han metido príncipes – dice papá Kota burlonamente.

- Feliz cumpleaños pequeño Yuri – dice el señor Kei.

- Muchas gracias – sonrío haciendo una leve reverencia.

- Por cierto Yuri – dice el rey acercándose a mí – Feliz cumpleaños – dice dulcemente mientras acaricia mi cabeza.

- Gracias su majestad… - Susurro - ¿va asistir a la fiesta?

- La verdad es que tengo mucho trabajo – dice haciendo que me ponga un poco triste - pero haré todo lo posible por asistir aunque sea un momento.

- Me alegraría mucho que lo hiciera – digo con ilusión.

- Haré todo lo posible – sonríe – bien, vamos a desayunar – dice caminando hacia la mesa – nos espera un día largo.

 

*Hikaru*

- Por favor pon estas flores aquí – le indico a una de las empleadas quién lleva unas rosas blancas en un precioso jarrón celeste, ya pronto iniciará el festejo así que necesito que todo sea perfecto.

- Hikaru ¿pero qué estás haciendo? – dice Kei mirándome divertido - ¿no se supone que ésta también es tu fiesta?

- Sí, pero es la primera fiesta de Yuri y quiero que sea especial.

- Parece que la paternidad te ha hecho mucho bien – sonríe - ¿Y dónde está Kota?

- Se fue hace un momento a recoger a Ryutaro.

- En verdad que está muy enamorado de él, jamás pensé que lo vería así.

- Es raro ¿verdad?

- ¿Y tú cómo estás?

- ¿Cómo estoy de qué?

- Del corazón.

- Pues supongo que bien, tengo un ritmo cardiaco normal.

- No estoy hablando sobre eso ¿hay alguien que te guste?

- ¿Eh? ¿Por qué preguntas eso tan de repente? – Pregunto sintiendo mi rostro arder un poco al recordar a aquel chico extraño del otro día.

- Sólo es curiosidad – sonríe.

- ¿Y a ti? ¿Te gusta alguien?

- Supongo que es complicado – suspira – bueno, iré a ver al rey, tengo que llevarle algo que me encargó.

- Está bien, pero por favor no hagas preguntas así de la nada, que fea costumbre que tienes.

- Lo siento – hace una pequeña reverencia – nos vemos luego.

- Nos vemos – respondo viendo cómo se aleja rápidamente – jovencita, pon las galletas en ésta mesa.

 
*Yuya*

- Su majestad, ya estoy de regreso – dice Kei entrando por la puerta de mi despacho.

- ¿Pudiste conseguir lo que te pedí?

- Sí señor, aunque no fue nada fácil – digo entregándole el objeto dentro de una caja – el encargado de la tienda me dijo que hace un par de años dejaron de producirlo, pero fue una suerte que todavía tuviera una copia en la bodega.

- Me alegro mucho, no pensé que fuera tan difícil de conseguir, espero no haberte ocasionado algún problema.

- Claro que no su majestad, para mí es un gusto servirle.

- ¿Y cómo van los preparativos de la fiesta?

- Van muy bien, Hikaru está al pendiente de todo.

- Espero poder asistir un rato - suspiro – se lo prometí a Yuri.

- Bueno, si tanto desea asistir lo mejor es que se concentre en trabajar su majestad.

- Ya voy, ya voy – digo resignado, el trabajo de un rey es bastante duro y todavía no me acostumbro.

 
*Yuri*

- ¡Feliz cumpleaños Yuri!

- Muchas gracias Ryutaro – digo correspondiendo a su abrazo.

- Feliz cumpleaños a ti también señor Hikaru – dice Ryu haciendo una reverencia.

- Gracias pequeño Ryutaro – dice mi papá Hikaru - me alegra mucho verte, noto que has crecido un poco desde la última vez que te vi.

- Eso es porque siempre me como todas mis frutas y verduras.

- Me alegra saber eso, así vas a crecer sano y fuerte.

- Gracias señor – sonríe – ¿podemos Yuri y yo ir a jugar?

- Por supuesto que sí, pero no vayan muy lejos.

- Sí señor – respondemos al unísono, alejándonos un poco de ahí.

- ¿Dónde están Yuto y Daiki? – Pregunta Ryutaro.

- Dijeron que iban por algunas golosinas – digo mirando hacia todos lados viéndolos venir hacia nosotros.

- Ryutaro, que bueno que llegaste – dice Yuto con emoción.

- Deberías de probar éstas galletas – dice Daiki ofreciéndonos algunas.

- Gracias – digo tomando una, dándole un mordisco – está deliciosa.

- La señora Hitomi hace las mejores galletas del mundo – dice Daiki alegremente.

- Eso es verdad – afirma Yuto.

- ¿Y a dónde van? – Pregunta Daiki.

- Vamos a jugar ¿quieren acompañarnos? – Pregunta Ryutaro con ilusión.

- Claro que sí, vamos al jardín – dice Yuto con emoción, siguiéndolo todos hacia dicho lugar.


*Hikaru*

La fiesta está transcurriendo tal y como se esperaba, el pequeño Yuri se está divirtiendo y ha recibido muchos regalos, siendo más de la mitad de parte de Kota, ese hombre no escatima en gastos, debería de medirse.

- Hikaru… ¡Hikaru! – Exclama de repente una voz familiar haciéndome dar un brinco del susto que me ha dado, viendo al rey escondido tras una columna.

- Su…

- Shhh no lo digas, acércate – dice haciendo una seña con su mano.

- Su majestad ¿por qué se esconde? – Pregunto confundido.

- No quiero que los invitados me vean, no quiero llevarme toda la atención.

- Entiendo su majestad.

- ¿Cómo va la fiesta?

- Va muy bien, no más mira lo alegre que está Yuri – digo al verlo jugar con varios de los niños invitados.

- Me alegra mucho – sonríe – he venido tal y cómo se lo prometí a Yuri ¿puedes pedirle que venga? Quisiera darle su regalo personalmente.

- Claro que sí su majestad – hace una reverencia - Ya voy por él – digo yendo hacia donde están los niños - ¡Yuri! – Exclamo llamando su atención, viniendo éste hacia mí.

- ¿Qué sucede papá? – Pregunta al estar ya cerca.

- El rey ha venido a verte – digo agachándome un poco para que sólo pueda escucharlo él.

- ¿El rey? – Pregunta emocionado.

- Sí, pero no lo digas tan alto.

- Lo siento – dice apenado - ¿Y dónde está? – Pregunta mirando hacia todos lados.

- Está detrás de aquella columna – digo señalándole tal lugar – ve con cuidado - sonrío viendo cómo corre rápidamente hacia ese lugar – ni siquiera es tan veloz cuando se trata de Kota o de mí.


*Yuri* 

- Su majestad viniste – digo emocionado.

- Sí, así como te lo prometí – sonríe - ¿me acompañas al pasillo? Necesito decirte algo importante.

- Sí señor – respondo siguiéndolo hasta dicho lugar - ¿por qué no entra a la fiesta? – Pregunto curioso.

- Es tu día especial, no quiero que se vea opacado por mi presencia.

- A mí no me molestaría.

- Lo sé, pero es mejor así – dice sonriente.

- ¿Y qué es lo que quiere decirme?

- Feliz cumpleaños Yuri – dice mostrándome lo que parece una caja envuelta en un papel muy colorido – este es un regalo de mi parte.

- ¿Un regalo para mí? – Pregunto sintiéndome emocionado.

- Sí, espero que sea de tu agrado.

- ¡Muchas gracias! – Digo aceptando el regalo con alegría – ¿puedo abrirlo?

- Claro que sí – dice mientras mira atentamente el cómo abro aquella caja, sorprendiéndome de ver un libro dentro de ésta.

- ¿Un libro? – Pregunto mirándolo con ilusión.

- La maestra Sayuri me ha dicho que has comenzado a leer, así que pensé que sería un buen regalo para ti, tiene una gran variedad de cuentos infantiles con los cuales puedes practicar tu lectura – sonríe – cuando era pequeño mis padres me regalaron un libro como éste, pero con el pasar de los años y el uso ya está un poco desgastado, así que pensé en darte uno nuevo. 

- Muchas gracias su majestad – digo abrazando dicho libro con ternura – lo cuidaré mucho.

- Estoy muy contento de que te guste – dice acariciando mi cabeza – bueno, tengo que irme a trabajar, espero termines de pasarla muy bien.

- Claro que lo haré su majestad, pero espera un momento – digo entrando rápidamente al salón, yendo hacia una de las mesas en dónde se encuentran las galletas envueltas en bolsitas de papel, tomando una de éstas – por favor lleva esto – digo extendiéndole la bolsita con mi respiración agitada.

- No debiste molestarte.

- Por favor, recíbelas – insisto.

- Muchas gracias pequeño – dice tomando la bolsita con cuidado, dedicándome una bella sonrisa.

- Mucho ánimo en el trabajo su majestad.

- Gracias, lo voy a necesitar – dice alborotando un poco mis cabellos, yéndose del lugar a paso apresurado, sintiéndome feliz de haberlo visto aunque fuera por un rato. 


CONTINUARÁ...