30/11/21

COMPASS ROSE - Capítulo 1

Hola Hola!!!!!!!!

Hoy por fin después de tanta espera les traigo el primer capítulo de este nuevo serial!!!!!!!
En serio muchísimas gracias por todo su amor y apoyo a mis anteriores historias y espero que con ésta no sea la excepción. 

Y quiero mandarle un abrazo super fuerte a Yojhannah Tomatito quién últimamente no ha pasado por un buen momento, en verdad lamento mucho lo que pasó y espero logres sentirte mejor prontamente, me alegra mucho saber que mis historias te animan, así que con muchísimas más ganas lo seguiré haciendo. 

Muchas gracias siempre por todo y que disfruten de ésta nueva historia!!!!!



Tema: COMPASS ROSE
Extensión: Serial 
Parejas: Varias
Autora: Akari-chan


Capítulo 1

- ¡EL REY HA MUERTO!

Se escucha una y otra vez a los alrededores del castillo. Mi padre, el rey de éste país ha muerto víctima de una enfermedad incurable. Los gritos de agonía y de dolor no se hacen esperar, pero al mismo tiempo los de gozo y alegría vienen hacía mí, quién destrozado por la pérdida de mi amado padre tengo que aceptar todo lo que se viene tras su pérdida.

- ¡QUE VIVA EL NUEVO REY!

- ¡QUE VIVA!

 

*Yuri*

- Yuri, hijo, ¡no te alejes demasiado! – Gritaba  mi mamá desde la puerta de la casa con una enorme sonrisa.

- No te preocupes mamá, no me alejaré – dije sonriente, corriendo de un lado a otro por el verde pasto, persiguiendo a las hermosas mariposas que volaban alrededor.

 

- ¡Despierta mocoso! – Escucho el grito de un hombre, haciendo que me despierte de inmediato, recibiendo luego un baldado de agua fría sobre mí - ¡No llores! – Vuelve a gritar al verme sollozar un poco, cayendo en cuenta que lo anterior había sido un sueño…

Vivía solo con mis padres a las afueras de un pueblo, en una pequeña granja, la cual tenía gran variedad de animales como gallinas, patos, cinco cerdos, tres vacas y un par de caballos. Éramos muy felices ahí, hasta que llegaron estos hombres y lo destrozaron todo. Robaron nuestras pertenencias y cruelmente asesinaron a mis padres en frente de mis ojos y no contentos con eso me han llevado con ellos, no entiendo para qué.  

- ¡Por favor déjenme ir! ¡No quiero estar aquí! – Exclamo suplicante, tratando de golpear con todas mis fuerzas a aquel hombre, pero recibo un empujón de su parte, haciéndome caer al suelo.

- Agradece que no hemos golpeado esa linda carita tuya – dice otro llegando a la celda en la que me tienen - de hacerlo no podríamos venderte a un buen precio.

- Ven… Venderme… - Susurro asustado - ¿a quién?

- Al que mejor pague por ti, claro está – dice agachándose para quedar a mi altura, tomando mi rostro con ambas manos - eres un niño muy lindo – dice con una sonrisa que me hace temblar de miedo - ¿Cuántos años tienes?

- O… Ocho años – respondo ante la mirada tan insistente y aterradora de éste.

- Esa es una buena edad – sonríe - puedes servir para muchos trabajos – dice mirándome de pies a cabeza, sintiendo un escalofrío por todo mi cuerpo y más al bajar una de sus manos para acariciar mi pierna.

- Vamos Shin, deja eso para el que vaya a comprarlo – dice el otro con burla – nos darán un buen dinero si éste niño es virgen.

- Vi… ¿Virgen? – Pregunto confundido.

- Sabrás que es eso cuando estés con tu nuevo dueño – dice el tal Shin poniéndose de pie, sin apartar su siniestra mirada de mí – Es una pena no poder estrenarte, eres justo como me gustan – suspira – pero me gusta más el dinero, así que está bien.

- Dentro de unas horas ya no estarás aquí con nosotros así que no te preocupes – ríe el otro – termina de bañarte y ponte esto - tienes que estar presentable para la subasta.

- ¿Subasta?

- Ya deja de preguntar todo y haz lo que se te dice – dice molesto, saliendo junto con Shin de la celda, quedándome nuevamente solo y con mucho miedo de lo que pueda pasar.

 

 *Hikaru*

- En serio no sé por qué tengo que acompañarte a ese lugar tan nefasto – dice mi acompañante mientras mira por la ventana del carruaje con total desagrado.

- Porque eres mi mejor amigo y además no tenías nada mejor que hacer ¿o sí? – Pregunto con una enorme sonrisa.

- Estoy perdiendo tiempo de calidad con mi prometido por estar aquí contigo – dice un poco molesto.

- Por favor Kota – digo haciendo un puchero - sé que es un lugar horrible pero es el único en donde puedo conseguir todo lo que necesito.

- ¿Y no puedes mandar a otra persona para que lo haga?

- ¡Por supuesto que no! – Exclamo ofendido – tengo que hacerlo yo mismo, la última vez que mandé a alguien me trajo perejil en vez de cilantro – suspiro – además es mejor que yo vea todas las plantas con más detalle, tengo que asegurarme de que sean de muy buena calidad y a un precio razonable.  

- La verdad es que si eres muy complicadito, por eso no tienes novio – dice recibiendo una palmada en la cabeza de mi parte – ¡Auch! ¿Pero qué te pasa?

- Eres un grosero, serás mi mejor amigo pero no te permito que hables así de mi vida personal.

- Deberías considerarlo, lo digo por tu bien.

- La verdad es que no estoy interesado en casarme, ni siquiera considero el compartir mi vida con alguien.

- ¿No piensas que eso es muy triste?

- Más triste es que te comprometan con un bebé.

- ¡Mi prometido no es un bebé! Tiene cinco años.

- Sí, pero hace cinco años era un bebé – digo con burla – todavía me acuerdo de la expresión de tu rostro cuando tus padres anunciaron felizmente tu compromiso con él.

- No voy a negar que al principio fue algo decepcionante, pero al verlo por primera vez y tenerlo en mi brazos fue realmente maravilloso, pensé en que quería pasar el resto de mi vida con él.

- Eso es muy romántico Kota – digo enternecido.

- Gracias – sonríe sonrojado.

- ¡Hemos llegado! – Exclama el chofer al mismo tiempo que detiene el carruaje, saliendo ambos de éste para adentrarnos al mercado negro.

 

*Yuri*

Entre lágrimas me pongo aquella prenda que me han dado esos hombres, que consiste solamente en un camisón blanco que me llega hasta las rodillas, sintiéndome algo incómodo de sólo llevar eso puesto.

- Pareces un angelito – dice Shin, mirándome nuevamente de esa manera que me perturba.

- El que te compre estará más que complacido – dice el otro hombre, poniéndome algo en el cuello, notando luego de que se trata de una cadena – es para que no se te ocurra escapar.

- Por favor… Déjenme ir… - Vuelvo a suplicar.

- Ya es muy tarde mocoso ¿además para dónde piensas ir? – Dice serio, y tiene razón, mis padres ya no están y mi hogar fue reducido a cenizas - Si te dejamos con vida fue única y exclusivamente para esto – dice ajustando un poco más la cadena en mi cuello.

- Ya dentro de poco es nuestro turno – dice Shin – así que cuando estemos ahí arriba pórtate muy bien – dice con intención de acariciar mi mejilla, pero yo aparto mi rostro antes de que lo haga.

- ¡Oigan ustedes! ¡Es su turno! – Dice el señor que al parecer está a cargo.

- Ya vamos – dice Shin comenzando a caminar seguido de ese señor, mientras que el otro tira de la cadena para que yo lo siga, llegando a lo que parece una tarima, sintiéndome intimidado por todas las miradas que están sobre mí, tengo miedo, mucho miedo.

 

*Hikaru*

- Que suerte hemos tenido hoy, ya sólo faltan un par de cosas y nos vamos – digo alegremente.

- Me alegra escuchar eso, no soporto ni un segundo más estar en éste lugar – dice Kota un poco fastidiado – sobre todo por eso de allá – dice señalando lo que parece una subasta de esclavos, fijando mi mirada en un pequeño niño que llora desconsoladamente.

- Pobrecito… - Susurro sintiendo una opresión en mi pecho. Estas cosas nunca me habían afectado en el pasado, pero por alguna razón siento que debo hacer algo al respecto.

 - Eso es lo que más detesto de éste lugar, tratan a las personas como si fueran menos que basura.

- Kota…

- ¿Sí?

- ¿Tienes dinero?

- ¿Eh? ¿Por qué preguntas eso?

- Respóndeme – digo serio - ¿Tienes dinero?

- ¿Hikaru en qué estás pensando?

- ¡Kota! – Exclamo ahora sí que molesto.

- Sí – responde  por fin - ¿pero qué piensas hacer?

- Ya lo sabrás ahora – sonrío corriendo hacia la tarima, seguido de éste que seguramente estará pensando que he enloquecido. Llegando justo en el momento en el que ha comenzado la puja.

- Yo ofrezco Cien peras – dice el primer interesado, comenzando así a aumentar el precio a pagar por ese niño entre todos los compradores.  

- ¿Cuánto traes?

- ¿Hasta ahora me lo preguntas?

- Kota por favor, esto es serio.

- Es que no puedo creer esto ¿de cuándo a acá te interesan las subastas?

- No sé cómo explicarlo, pero…

- ¿Pero?

- Siento que debo ayudar a ese niño.

- Hikaru esto no está bien…

- Por favor Kota, te lo pagaré con creces – digo suplicante.

- Está bien – dice suspirando profundamente – pero que ésta sea la primera y la última vez que me pides algo así – dice seriamente.

- ¿Alguien ofrece más de Doscientas mil peras? – Pregunta el anfitrión.

- ¡QUINIENTAS MIL PERAS! – Grita Kota, asustando a los que están a nuestro alrededor.

- ¿Alguien ofrece más de Quinientos mil? – Pregunta nuevamente, pero nadie ofrece más – muy bien, vendido a aquel elegante señor de allá – dice el anfitrión entusiasmado, de seguro ganará una buena comisión por esto.


*Yuri*

- Que afortunado eres mocoso, te ha comprado alguien con muchísimo dinero – dice aquel hombre muy feliz.

- Habíamos calculado que ofrecerían Cincuenta mil, pero Quinientos mil es muchísimo más de lo que habíamos imaginado – dice Shin igual de feliz o inclusive más que el otro. Mientras que yo estoy sentado en el suelo, abrazando mis piernas mientras siento como mi cuerpo tiembla de miedo.

Después de eso llegó el señor de antes y les dio el dinero correspondiente a esos sujetos, quienes se fueron alegremente, entrando luego la persona que me había comprado, acompañado de otro señor quién me mira de manera cálida.

- Hola – dice éste sonriente - ¿Cómo te llamas? – Pregunta con una dulce voz.

- Yu… Yuri – digo atemorizado.

- No te asustes, no vamos a hacerte daño – dice acariciando mi cabeza – mi nombre es Hikaru y él es mi amigo Kota – dirijo mi mirada hacia el hombre que me había comprado, quién me sonríe amablemente, sintiendo luego mis ojos pesados, viendo sólo oscuridad.

 

*Hikaru*

- Se ha desmayado – digo sosteniéndolo entre mis brazos.

- Quizás está deshidratado y dudo que esos tipejos lo alimentaran siquiera.

- Pobre niño… - digo mirándolo con tristeza, mientras lo cubro con una manta – pero ahora estarás en un mejor lugar que éste – digo cargándolo sin problema alguno, se ve más pequeño de lo que es normalmente un niño de su edad.

- Ya vámonos – dice saliendo de la habitación – vayamos por lo que te hace falta y salgamos de una vez de éste espantoso lugar.

- Sí – respondo alegremente - Gracias Kota – digo mientras caminamos en busca de lo que me hace falta - ¿Pero por qué traías tanto dinero?

- Pensaba en comprarle algo a Ryutaro de camino al reino, pero después de esto ya no será posible.

- No te preocupes, todavía me queda algo de dinero, de seguro podremos comprarle algo – digo sonriente y realmente agradecido con Dios de tener al mejor amigo del mundo, aunque creo que el nuevo Rey me va a reñir por esto. 


CONTINUARÁ...

4/11/21

KIMI ATTRACTION - PARTE II

 Hola Hola!!!!!!

Como siempre lamento mucho la demora, sé que había dicho que en Octubre publicaría, pero al final no pude hacerlo, estuve ocupada en muchas cosas, pero ya estoy aquí nuevamente!!!!!
Con la segunda parte de éste ahora mini serial, que al inicio pensaba en hacerlo un Threeshot pero cuando lo lean sabrán el por qué X'D 

Y bueno, para no demorarme más, espero que les guste y esperen a final de mes el primer capítulo de Compass Rose, que ya estoy ultimando detalles. 

Muchísimas gracias como siempre por todo su amor y sus lindos comentarios!!!!!



Tema: KIMI ATTRACTION
Extensión: Mini serial 
Parejas: InooDai
Autora: Akari-chan


PARTE II

- Es tan lindo…  - Digo en un susurro, sonriendo tontamente de tan sólo pensar en él. De todos los lugares en los que me había imaginado encontrarlo jamás se me pasó por la cabeza que terminaría siendo en la escuela de mi sobrinita.

Mi corazón no ha dejado de latir frenéticamente por ese pequeño encuentro, de saber que él también me recuerda, tengo tantas ganas de verlo, de abrazarlo, besarlo…

- ¡No! ¡Eso no está bien! ¡Ni siquiera sé exactamente cómo se llama! - Exclamo mientras revuelvo mis cabellos, ganándome una mala mirada por parte de las personas que están a mí alrededor en el centro comercial donde me encuentro – no debo apresurarme tanto, podría asustarlo – digo en voz baja, sentándome en una banca que está cerca, esperando la hora de ir por él a la escuela, estoy tan emocionado que no quiero volver a casa de mi hermana hasta no verlo de nuevo.

 

¿En realidad ha sucedido? ¿El muchacho de hace un rato era él? Pregunto para mis adentros, sintiendo mi corazón latir con frenesí. Durante todos estos años nunca he dejado de pensar en ese chico y anhelaba con todas mis fuerzas volver a verlo, pero eso nunca pasó. Mis esperanzas de volver a encontrarlo se desvanecían con el pasar de los días. Pero hoy, como si el destino en verdad deseara que volviéramos a vernos, lo trajo hacia mí y que maravilloso fue darme cuenta que todavía me recordaba.

- Daiki ¿Estás bien? – Pregunta uno de mis compañeros de trabajo y uno de mis mejores amigos mirándome preocupado.

- Eh… Sí…. ¿Por qué lo preguntas?

- Es que estás rojísimo – dice tocando mi frente – pero parece que no tienes fiebre – dice un poco aliviado.

- La verdad es que no es nada…

- ¿De qué tanto hablan? – Pregunta mi otro mejor amigo, Ryosuke, sentándose a mi lado en el comedor.

- ¿Tú qué haces aquí? – Pregunto desconcertado de verlo.

- Vine a hablar con mi madre – dice llevándose una generosa cucharada de arroz a la boca. La mamá de Ryosuke es la directora de ésta escuela – acuérdense que gracias a mí tienen éste trabajo – dice con gracia.

- Y te lo agradecemos ¿pero no es raro que entres así como si nada?

- ¿Por qué raro? He venido a ésta escuela desde que tengo memoria – dice sonriente - además amo la comida que prepara Himiko-san.

- Me alegra mucho escuchar eso joven Ryosuke – dice la recién nombrada, trayendo en sus manos una olla con abundante arroz - ¿Quieren más arroz chicos?

- Por favor – dice Ryosuke alegremente.

- No gracias, así estoy bien – digo.

- Yo sí quiero un poco más – dice Yuri alcanzándole su plato. Ryosuke y Yuri son mis mejores amigos, nos conocimos en la secundaria y desde entonces hemos sido casi que inseparables.

- ¿Y de qué estaban hablando antes de que llegara? – Pregunta Ryosuke con curiosidad.

- Estaba diciéndole a Daiki que está muy raro el día de hoy, como ausente – dice Yuri preocupado.

- ¿Ausente? ¿Y eso por qué?

- Ya he dicho que no es nada… Sólo estaba pensando…

- En mi tío Kei ¿verdad? – Pregunta Sayumi-chan, interrumpiendo la conversación.

- Oh, es cierto, has estado actuando raro desde entonces – dice Yuri con picardía.

- ¡No es eso! – Exclamo avergonzado.

- Te has puesto rojo de nuevo – dice Sayumi-chan sonriente.

- ¿Lo conoces? – Pregunta Yuri curioso.

- No sé cómo explicar eso…

- ¿Acaso es eso que llaman amor a primera vista? – Pregunta Ryosuke burlonamente.

- No se burlen – digo tapando mi rostro con las manos, completamente avergonzado.

- Mi tío Kei es muy buena persona – dice la niña sonriente – sería lindo que ambos fueran novios – dice ilusionada.

- No digas esas cosas… - digo más avergonzado de lo que ya estaba.

- Sayumi-chan, ve y termina de comer – dice Yuri amablemente – y por favor, no le comentes nada de esto a nadie.

- Sí, Yuri-sensei – dice ésta volviendo a su mesa rápidamente.

- Así que es por eso – dice Yuri pensativo.

- Es una larga historia – suspiro – en resumen, él me ha invitado a salir – digo sintiendo mi rostro enrojecer.

- ¿En serio? – Preguntan ambos al unísono, sintiendo sobre nosotros las miradas curiosas de los niños.

- Mejor vayamos a hablar a otro lado – digo moviendo mi silla de ruedas – niños, pórtense bien, nosotros vamos a estar un momento afuera – digo con una sonrisa.

- ¡Sí Dai-sensei! – Exclaman todos al unísono, siguiendo con lo suyo. 

- ¿Van a salir? – Pregunta Ryosuke emocionado al estar ya los tres afuera.

- ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿A qué horas? – Pregunta Yuri igual de emocionado.

- Hoy… después de la escuela…

- ¿Y es guapo? – Pregunta Ryosuke.

- No lo vi muy de cerca, pero supongo que sí – dice Yuri sonriente.

Pasamos lo que quedaba de descanso hablando sobre aquel chico que llevaba quitándome el sueño desde hacía mucho tiempo. Nunca les había contado sobre esto, pero me hace muy feliz saber que cuento con el apoyo de ambos.

Y así la tarde pasó rápidamente, llegando con ésta la hora de la salida. Voy al baño para quitarme el delantal y peinarme un poco, quiero verme presentable para él, aunque no sé si sea correcto hacerlo, no quiero hacerme ilusiones ¿y si él no busca lo mismo que yo? ¿Está bien enamorarse de alguien que escasamente conoces?

- ¿Quieres que te ayude? – Pregunta Yuri tocando la puerta suavemente.

- No creo que puedas ayudar mucho – sonrío - pero pasa – digo mientras acomodo un poco mi flequillo.

- Pues tenías razón, no hay mucho en lo que pueda ayudar, te ves precioso – dice con una sonrisa.

- Gracias, aunque no es para tanto – digo nerviosamente – me sabe un poco mal dejarte organizando todo.

- No te preocupes por eso, conmigo es más que suficiente, tú sólo preocúpate por disfrutar tú cita.

- Yuri… ¿Crees que él sienta lo mismo que yo?

- No sé si pueda asegurar eso, pero si te pidió salir sería por algo ¿no? – Dice con una amable sonrisa – estate tranquilo, todo va a salir bien.

- Gracias – sonrío - ¿Los niños ya están listos?

- Sí, ya guardaron sus pertenencias y acomodado sus pupitres, y también algunos padres han comenzado a llegar.

- Entonces no los hagamos esperar más tiempo – digo saliendo junto con él para ir a despedir a los niños, que poco a poco iban yéndose junto con sus padres o algún otro familiar, visualizando a lo lejos a aquel chico, caminando con mucha prisa, sintiendo mi corazón acelerarse, poniéndome nervioso – Yuri, podrías hablar con él mientras me calmo un poco.

- ¿Pero qué dices Daiki? – Pregunta extrañado.

- Por favor, sólo unos segundos.

- Está bien – suspira – de paso aprovecho para verlo más de cerca – sonríe – no te demores mucho – dice dándome una suave palmada en mi hombro derecho.

 

Camino lo más rápido que puedo a la escuelita, no porque esté llegando tarde o algo parecido, sino porque me siento tan ansioso de verlo nuevamente que mis piernas se mueven casi que por sí solas. ¡Ay! esto que siento por ese chico es fuera de éste mundo.

- ¡Tío Kei! – Exclama mi hermosa sobrinita al verme – ¿Me vas a llevar a casa también? – Pregunta con ilusión.

- Eh… ¿No ha llegado tu padre? – Pregunto algo agitado por venir tan deprisa.

- No – dice haciendo un pucherito.

- ¡Siento mucho la espera! – Exclama mi cuñado llegando al lugar, también con la respiración agitada.

- ¡Papi! – Exclama mi sobrinita abrazándolo alegremente.

- Kei, que gusto verte – dice con una sonrisa – ¿mi hermana te pidió que vinieras por Sayumi?

- Yo…

- Michishige-san, que gusto verlo – dice al parecer uno de los maestros acercándose a nosotros.

- Hola Chinen-sensei ¿cómo se portó Sayumi hoy?

- Se ha portado muy bien, es una niña muy obediente – dice sonriente.

- Me alegra mucho escuchar eso – sonríe – entonces nos retiramos, tengo que ir por un encargo de camino a casa – dice tomando a Sayumi de la mano - ¿vienes con nosotros Kei?

- Eh… Yo… No… Me quedaré…

- ¿Te quedarás por Dai-sensei? – Pregunta Sayumi emocionada.

- Sí…

- Oh ¿En serio? – Dice mi cuñado – no pensé que se conocieran – dice con una sonrisa – bueno, que les vaya muy bien, ya tenemos que irnos.

- Por favor dile a mi hermana que llegaré algo tarde.

- Tranquilo, no creo que te vaya a reprender por no llegar temprano a casa.

- Eso es lo que tú crees… - digo con una sonrisa nerviosa.

- Está bien, hasta luego – dice comenzando a caminar junto con su hija.

- Que te vaya muy bien en tu cita con Dai-sensei – dice Sayumi mientras se aleja.

- Tú debes ser el tío de Sayumi-chan ¿verdad? – Asiento - yo soy Chinen Yuri, es un gusto conocerle…

- Inoo Kei – respondo rápidamente – es un gusto.

- El gusto es mío – sonríe – Daiki está tan nervioso que no ha querido salir para verte.

- ¡No digas eso Yuri! – Dice el recién nombrado, con su rostro tiernamente enrojecido.

- Bueno, ahora si los dejo solos – dice Chinen-san sonriente – disfruten mucho su cita – dice para luego entrar a la escuela rápidamente. Quedándonos viendo por largo rato, hasta que comencé a hablar.

- Inoo Kei… – Digo nervioso – ese es mi nombre.

- Arioka Daiki – sonríe, bajando un poco la mirada, como si estuviera avergonzado.

- Conozco una cafetería cerca de aquí, es muy acogedora y creo que podríamos hablar tranquilamente ahí.

- Creo saber a cuál te refieres – dice con una sonrisa, mirándome con esos ojitos tan bonitos que tiene.

- ¿Quieres que te ayude? – Pregunto refiriéndome a su silla de ruedas.

- No, gracias, yo puedo hacerlo solo – dice comenzando a movilizarse, mientras que yo camino a su lado, en silencio, llegando en pocos minutos a la cafetería, en dónde pedimos una mesa para dos. Me asombro de ver lo ágil que es para pasar de la silla de ruedas a una de las sillas que acompañan la mesa.

- ¿Qué sucede?

- Nada, sólo pensaba que eres asombroso – digo sonriente.

- Gracias… - Susurra con una dulce sonrisa, tomando la carta para ver el menú, mirándonos de vez en cuando, compartiendo una que otra sonrisa, haciendo nuestro pedido con uno de los meseros, llegando éste a los pocos minutos, en los cuales nos habíamos quedado en silencio, pensando en qué decir, en cómo expresarle mis sentimientos sin asustarlo.

- Yo…

- Recuerdo aquel día con total claridad – sonríe levemente - había salido de casa a escondidas de mis padres porque estaba harto de que me sobreprotegieran tanto – suspira – quería salir y hacer amigos como cualquier otro niño, así que por eso fui al parque, pero tuve el infortunio de encontrarme con esos bravucones.

- Lo lamento…

- Me alegro de que llegaras a defenderme – sonríe, mirándome con dulzura.

- No es nada, no podía permitir que le hicieran daño a un chico tan lindo como tú – digo sintiéndome apenado por mis palabras.

- Gracias por pensar que era lindo.

- Todavía lo eres - digo rápidamente - en verdad no sé si es correcto decir esto, pero no has salido de mi cabeza desde entonces.

- ¿Eso es cierto? – Pregunta, notándose un intenso color rojo en sus mejillas.

- Lo es – río nerviosamente.

- Yo tampoco he dejado de pensar en ti desde ese día – dice todavía más ruborizado

- Me alegra mucho escuchar eso – digo, buscando las palabras adecuadas para decirle lo que siento – no sé cómo explicarlo, pero es como si…

- ¿Nos conociéramos de mucho antes? – Pregunta con ilusión.

- Sí… Como si nos hubiésemos conocido en una vida pasada… - Digo sintiéndome un poco avergonzado de decir esas cosas, pero a estas alturas no suena para nada descabellado.

- Yo también lo creo… - sonríe – como si tuviéramos la oportunidad de hacer lo que no pudimos en la anterior vida – dice con una hermosa sonrisa que hace derretir mi corazón – aunque suene rebuscado decir eso…

- Sea cierto o no – digo tomando una de sus manos – me gustaría conocerte y que me conocieras también.

- ¿Tú me quieres? – Pregunta sosteniendo fuerte mi mano.

- Creo que estoy enamorado de ti…

- ¿Y no te importaría estar con alguien como yo?

- Para nada – sonrío – con todo el gusto te llevaría a cualquier lugar que me pidas – digo acercando su mano para besar el dorso de ésta - entonces… ¿Está bien si lo intentamos? – Pregunto mirándolo expectante – no estás obligado a aceptar, me conformaría con ser sólo tu amigo…

- ¡Intentémoslo! – Exclama avergonzado, haciendo que mi corazón lata de felicidad. 


CONTINUARÁ...