30/12/22

COMPASS ROSE - Capítulo 14

 Hola Hola!!!!!

¿Cómo están todos? Espero que muy bien y de no ser así les mando un fuerte abrazo a todos los que están pasando por un mal momento y deseo de todo corazón que todos esos problemas que los aquejan se solucionen, quiero que sepan que desde la distancia les estoy brindando todo mi apoyo. 

Primero que todo muchísimas gracias por todo el apoyo que me dieron durante éste año, leer sus comentarios en mis historias me llenan muchísimo de felicidad y espero que para el 2023 sigan acompañándome y si quieren comentar algo que no viene a cuento pues también, aquí estamos todos para apoyarnos. 

Quería traerles algo para Navidad pero no alcancé a terminarlo, así que apenas lo termine lo estaré publicando y pues de una vez les adelanto que se trata del segundo especial de "Seduciendo a mi profesor" ¿Será que la tercera es la vencida y que Yuyan por fin se casará?

Feliz año nuevo a todos, que coman mucho y espero que éste capítulo les saque una gran sonrisa. 

Nos leemos nuevamente en Enero. 




Tema: COMPASS ROSE
Extensión: Serial 
Parejas: Varias
Autora: Akari-chan



Capítulo 14

*Daiki*

- ¿Por qué han tardado tanto? – Pregunta mi hermano al ver que nos acercamos.

- Bueno, es que…

- Fue culpa mía, lo siento – digo haciendo una leve reverencia.

- Debí imaginarlo – dice con una sonrisa – hay ocasiones en las que te comportas un tanto rebelde antes de una fiesta – dice revolviendo un poco mis cabellos.

- ¡Me despeinas! – Exclamo tratando de fingir molestia.

- Así te ves mucho mejor – dice sonriente - ¿Ya podemos ir bajando? – Le pregunta a Kei.

- Todavía no – dice con una sonrisa – voy a bajar a ver si ya está todo en orden y cuando comiencen a tocar los músicos ustedes bajan.

- ¿Es necesario todo eso?

- Por supuesto que sí, eres el Rey – sonríe – los espero abajo – dice haciendo una reverencia antes de comenzar a bajar las escaleras con prisa.

- Yuya ¿puedo preguntarte algo?

- Claro ¿Qué quieres saber?

- Es sobre ese príncipe, el de Ichigoland.

- ¿Ya se conocieron?

- No, todavía no…

- ¿Hay algo que te preocupe? – Pregunta observándome con curiosidad – Has estado escuchando conversaciones ajenas ¿cierto?

- De casualidad sólo pasaba por ahí – respondo apenado.

- Está bien, pero recuerda que no es correcto hacer eso.

- Sí, lo sé…

- ¿Te preocupa lo del compromiso?

- ¿Qué es compromiso? – Pregunta Yuto mientras se esconde bajo la capa de Yuya.

- Es cuando dos personas hacen un acuerdo para casarse en el futuro – responde mi hermano con una sonrisa.

- Te mentiría si dijera que no me preocupa.

- Relájate, no estás obligado a hacerlo si no quieres – sonríe – sólo te pido que sean corteses con él mientras esté aquí, puede que terminen siendo muy buenos amigos y eso sería muy bueno.

- Sí hermano, muchas gracias – digo dándole un dulce abrazo, escuchando que la música comienza a sonar.

- Yuto sal de ahí, tenemos que bajar – dice Yuya levantando su capa dejando ver a nuestro hermanito, tomando nuestras manos para así comenzar a descender por las escaleras con lentitud, gracia y uno que otro tropiezo.


*Ryosuke* 

- Con que esos son los príncipes – digo bajito al ver al Rey bajar junto con estos ante los aplausos de todos los presentes – se ven adorables

- Me alegra ver que muestra interés por ellos – dice el señor Kenichi.

- Te dije que lo haría – digo mientras dirijo mi mirada rápidamente hacia Hikaru, quién se encuentra en compañía de su hijo y de otro hombre que carga en sus brazos a uno más pequeño, conversando alegremente, parece que se llevan muy bien, ¿será el amigo del que me habló la otra vez? - ¿Y ahora qué sigue? – Pregunto al ver que el Rey se sienta en su trono.

- Según lo que me dijo el consejero, cada grupo de invitados pasará a darle sus felicitaciones al rey.

- Eso suena muy aburrido… - Digo mirando con pena al Rey - ¿Nosotros tenemos que pasar también?

- Claro que sí príncipe.

- ¿Y después de eso?

- Viene la cena y por último el baile, ahí será una buena oportunidad para que se acerque a los príncipes.

- Me parece bien – sonrío alegremente al pensar en la posibilidad de bailar con Hikaru.

 
*Hikaru*

Después de las felicitaciones por parte de todos los invitados, nos dirigimos hacia el comedor, en donde ya estaba la cena perfectamente servida, haciendo primero un brindis en honor a su majestad y luego si disfrutar de todos los exquisitos platillos preparados para tan importante ocasión, hasta que finalmente llegó la hora del gran baile. 

Tal y como se lo había prometido Kota al pequeño Ryutaro, fue el primero en bailar con éste, aunque al principio la escena se veía algo graciosa dadas las notables diferencias de estatura de ambos, así que al final Kota optó por cargarlo en sus brazos mientras el pequeñín sonríe alegremente.

- Papi ¿lo estoy haciendo bien? – Pregunta Yuri mientras mira sus pies moverse sobre el suelo, tratando de seguir el ritmo de los míos.

- Lo haces perfectamente, eres un gran bailarín – sonrío con dulzura.

- Es que tengo al mejor maestro – dice sonriente.

- Eso es verdad, soy el mejor – digo orgulloso.

- ¿Crees que el rey esté bien? – Dice mirando hacia el lugar donde éste se encuentra bailando con una de las invitadas, al tiempo que es rodeado por un gran número de doncellas dispuestas a bailar aunque sea una pequeña pieza con él.

- Ésta vez sí la tiene un poco más difícil – digo tratando de no reírme de la situación.

- ¿Podré tener oportunidad de bailar con él?

- Sólo si eres más rápido que todas ellas – dice Kota acercándose a nosotros – pero primero tienes que bailar conmigo – sonríe.

- Y luego conmigo – dice el pequeño Ryutaro.

- Claro que sí – dice mi niño sonriente, intercambiando parejas de baile, bailando éste con Kota y yo con el pequeño Ryutaro.


*Daiki* 

Después de bailar con nuestro hermano Yuya, fuimos apartados por una gran horda de mujeres que querían bailar con él, mientras podíamos ver el sufrimiento en su rostro. Contrario a eso, el señor Kei también está siendo perseguido por una considerable cantidad de mujeres, pero éste si se ve de lo más feliz con ellas, eso me irrita un poco.

- Daiki vamos a bailar con Yuri y Ryutaro – dice Yuto después de bailar juntos por un rato.

- Vamos a buscarlos – digo mirando por última vez al señor Kei, sintiéndome algo molesto porque no me ha invitado a bailar y parece que no tiene intención de hacerlo.

 
*Ryosuke*

Después de haber tenido la oportunidad de bailar con el rey, bailé con varias personas más, recibiendo muchos halagos por parte de estas, pero aun así, no podía despegar por momentos mi vista de Hikaru, quién tiernamente bailaba con su pequeño hijo, haciendo que mi corazón se acelere por la dulzura de la escena.

- Joven Príncipe, creo que ésta es una muy buena oportunidad para que te acerques a los príncipes – dice el señor Kenichi mientras bailamos, viendo que Keito se nos ha adelantado y ya se encuentra jugando con los más pequeños.

- Está bien – digo sin más, caminando entre la multitud, llegando finalmente hacia ellos que nos miran con curiosidad – disculpen si los interrumpo, pero me sentía algo ansioso por conocer a los príncipes.

- ¿Eres el príncipe de ichigoland? – Pregunta el más grande mientras asiento – Yo soy el príncipe Daiki, es un gusto por fin conocerte.

- El mío también – sonrío – mi nombre es Ryosuke.

- Te presentaría a Yuto, pero creo que se ha ido a jugar con los demás – ríe divertido al ver que los más pequeños se alejan del salón.

- Ya tendré tiempo para conocerlo – sonrío – me quedaré aquí por una semana, así que espero podamos llevarnos mejor.

- Pienso igual – sonríe amablemente ¿Qué te ha parecido el reino?

- Es hermoso – sonrío genuinamente – los paisajes son preciosos, la comida es deliciosa, creo que volveré con unos kilos de más a mi reino – reímos ambos – y la gente de éste reino es sumamente interesante – digo mirando por un breve momento a Hikaru, bailando tan armoniosamente con el hombre que lo acompaña desde el inicio – Por cierto… ¿Me concederías ésta pieza? - Pregunto extendiéndole mi mano.

- ¿Eh? ¿Bailar?

- Sí ¿acaso no sabes?

- Claro que sí – dice con obviedad - ¿No me viste bailar con mi hermano?

- Creo que no… - Digo apenado, había estado toda la noche observando a Hikaru que no me di cuenta de ello - ¿aceptas?

- Creo que no estaría mal si acepto  – dice tomando mi mano con delicadeza, comenzando a bailar acompasadamente.

- Eres un buen bailarín – digo mientras nos movemos dentro del salón.

- Realmente estuve practicando mucho para éste día.

- ¿Pensabas en bailar con alguien en especial?

- Sí… Pero creo que eso no va a suceder – dice con algo de tristeza.

- Lo lamento mucho.

- Tranquilo, estoy bien…

- Mejor hablemos de otra cosa – digo rápidamente con intenciones de cambiar de tema, no quiero que llore en frente de mí y menos porque de cierto modo me siento en la misma situación.

 
*Kei*

- Señor Kei por favor baila conmigo.

- ¡Tú ya bailaste con él! ¡Ahora es mi turno!

- ¡No, sigo yo!

- Chicas por favor no peleen – digo tratando de calmar a las doncellas que me rodean.

- ¡Pero si es mi turno!

- Lo entiendo y me halaga que quieran bailar conmigo, pero la verdad es que me encuentro un poco agotado ¿podría descansar por unos minutos?

- Lo sentimos, en verdad no queríamos ser descorteces con usted.

- Tranquila, es que hoy tuve un día muy cargado de trabajo y pues la verdad quisiera descansar un poco.

- Por favor ve y descansa un rato, nosotras lo esperaremos.

- Muchas gracias, las veré en un rato – digo yéndome rápidamente de ahí, por poco y casi que no me quito a esas doncellas de encima – Daiki debe estar molesto porque no le he invitado a bailar – digo para mis adentros, buscándolo entre la multitud de personas que bailan en el salón, sintiendo algo desagradable en mi interior al verlo bailar con el príncipe de Ichigoland, sé que había dicho que no me metería en eso, pero no puedo evitar sentirme celoso por la cercanía que tienen ¿será que el príncipe ha captado su atención?

 
*Hikaru*

- ¿Qué pasa Hikaru?

- ¿Qué pasa de qué?

- Pues… ¿Por qué estás molesto? ¿Te pisé o algo?

- ¿Eh? No, no es nada de eso, es que quizás algo de la cena me cayó mal.

- Pues ese no es el rostro de alguien que tiene retorcijones.

- Creo que en vez de tesorero debiste ser bufón.

- ¿Acaso te cae mal el príncipe Ryosuke? No has dejado de mirarlo en toda la noche como con fastidio y pareciera que estuvieras huyendo de él.

- No digas tonterías Kota – río nerviosamente.

- ¿Tuvieron alguna discusión?

- No, es sólo que… No sé.

- ¿Cómo que no sabes?

- Es eso, no sé qué sucede.

- ¿Quieres bailar con él?

- ¿Pero qué dices? – Pregunto ahora sí sintiéndome más que nervioso.

- Sólo ve, no creo que vaya a rechazarte.

- No digas tonterías Kota.

- Ve – dice con seriedad – te estaré observando.

- Pe… Pero…

- Sólo ve e invítalo a bailar.

- Está bien, lo haré – digo para luego suspirar profundamente – lo hago no más para que dejes de pensar en cosas raras – digo yendo finalmente a donde se encuentra él, carraspeando un poco mi garganta para llamar su atención.

- Hi… Señor Hikaru, que sorpresa – dice sonriéndome ampliamente, con un brillo intenso en su mirada.

- Lamento mucho interrumpir su agradable momento, pero quisiera bailar con el príncipe Ryosuke.

- Claro, es todo tuyo – dice el príncipe Daiki con una sonrisa - iré a buscar a Yuto, con su permiso – dice haciendo una leve reverencia antes de retirarse.

- Pensé que no me invitarías a bailar…

- No pensaba hacerlo…

- ¿Entonces?

- No sé cómo explicarlo – digo nervioso - pero es como si una fuerza me empujara hasta ti – digo tomando su mano izquierda, juntándola con mi derecha, llevando la otra mano hacia su cintura y la que le queda libre a él se apoya suavemente sobre mi espalda, sintiendo casi nuestros alientos mezclarse. 


CONTINUARÁ... 



30/11/22

COMPASS ROSE - Capítulo 13

 Hola Hola!!!!

¿Cómo están todos? Espero que muy bien y de no ser así les mando un super fuerte abrazo de oso y las mejores vibras, espero que éste nuevo capítulo les saque muchas sonrisas. 

El mes de noviembre ha sido tremendo, todavía mi cabeza no puede procesar la noticia de King & Prince, se especulan muchísimas cosas pero quizás nunca lleguemos a saber la verdad de lo que está pasando, de todos modos como fans lo mejor que se puede hacer es apoyar a cada uno de los chicos en sus actividades de ahora en adelante, un abrazo fuerte a todas las Tiara. 

Por otro lado estoy demasiado contenta por el regreso del Señor Hikaru a JUMP!!!!
Inclusive me desperté ese domingo a las 6 a.m. para ver el Live por Instagram, estaba tan hermoso como el día en el que se fue, en verdad que fue algo que me hizo muy feliz, ver a los 8 juntos de nuevo es maravilloso, estoy segura que los demás miembros cuidarán de él. 

Muchas gracias siempre por sus hermosos comentarios, no saben lo mucho que me encanta leerlos!!!
Espero disfruten de la lectura y nos leemos nuevamente a finales de diciembre, espero traerles una sorpresa para navidad, aunque no creo que vaya a ser con esa temática X'D 



Tema: COMPASS ROSE
Extensión: Serial 
Parejas: Varias
Autora: Akari-chan



Capítulo 13

*Yuya*

- No quiero ir… - Digo con pereza mientras me aferro fuertemente a la sábana de mi cama.

- Su majestad ¡No eres un niño! – Exclama Kei con suplica y algo de molestia.   

- Cinco minutos más…

- ¡Eso me dijiste hace exactamente cinco minutos! – Dice mientras tira de una de mis piernas sin éxito alguno.

- Está bien… - Digo por fin con resignación, levantándome con desgano.

- Por fin… - Suspira aliviado - ¿Deseas que le pida a alguna de las empleadas que te ayude a vestir?

- No, puedo hacerlo solo – digo yendo hacía el armario, buscando el traje púrpura que habían mandado a hacer para ésta ocasión, el cual se siente un poco pesado por los múltiples bordados que lo adornan, haciéndome sentir un poco angustiado de que la capa que hará conjunto con éste será el doble de pesada. 

- ¿En serio no quieres ayuda?

- Creo que con la tuya será suficiente.

- La señora Hitomi ha hecho un gran trabajo en escoger su atuendo para éste día – dice Kei con una enorme sonrisa.

- Creo que cada vez exagera un poco más, no necesito todo esto… - Suspiro – pero imagino que a ella le hace mucha ilusión.

- Ni que lo digas, escuché que ella misma escogió los hilos – sonríe – estará ansiosa de verte con él puesto.

- De seguro que sí – suspiro nuevamente comenzando a desvestirme, poniéndome rápidamente el traje, siendo Kei quién me ayuda a poner la capa con mucho esfuerzo.

- Aunque recuérdame decirle a la señora Hitomi que trate de que los trajes sean más ligeros la próxima vez.

- Por favor – río divertido – terminaré tremendamente agotado ésta noche.

- De ser así te permitiré dormir hasta medio día mañana.

- Eso estaría muy bien – digo agradecido - ¿Me ayudas con el cabello?

- Claro, con mucho gusto – dice, invitando a que tome asiento frente al tocador, comenzando a peinar mi cabello con cuidado - por cierto Yuya – suspira - ¿puedo preguntarte algo?

- Sí, dime.

- ¿No has pensado en casarte? – Pregunta con curiosidad.

- ¿Sigues molesto por lo del príncipe de Ichigoland?

- Sólo un poco – dice cambiando por unos segundos su semblante a uno más serio – pero no me refiero a eso, quiero saber si en un futuro piensas hacerlo.

- No estoy seguro… - Digo con un poco de desánimo.

- ¿Por qué no? Eres muy apuesto y no dudo que haya personas que deseen casarse contigo.

- Pero tú me rechazaste – digo tratando de sonar serio.

- Te rechacé porque estaba casado con Kota, mientras que Hikaru y tú eran nuestros hijos – dice fingiendo molestia, riendo ambos al recordar aquella vez que jugábamos a ser una familia y el rol de cada uno se definió con un papel dentro de una caja.

- Perdón, mi yo de cinco años no entendía muy bien el juego.

- Sólo a Hikaru se le ocurrían esas cosas – dice sonriente - ¿Recuerdas lo molesto que estaba por no sacar el papel de la esposa?

- Sí, creo que nunca lo he visto tan enojado como aquella vez, después de ese día jamás volvimos a jugar a la familia.

- Es verdad, fue la primera y la última vez – sonríe – ¿en serio no piensas casarte? – Pregunta volviendo al tema inicial.

- Realmente no se trata de que no quiera hacerlo – suspiro – de momento el cargo de rey me tiene muy ocupado, todavía hay cosas que debo aprender sobre el reino y trato de hacer lo mejor posible todos los días, no tengo cabeza para otra cosa.

- Entiendo, te convertiste en rey tan de repente que no tuviste otra opción que aceptar todo lo que venía con ello – suspira - pero trata de divertirte hoy en el baile, quizás conozcas a alguien interesante que te haga pensar en casarte de inmediato.

- No creo que suceda, pero lo intentaré – sonrío – tú también deberías de intentarlo, hace mucho que no sales con alguien.

- Quizás debería hacerlo – dice con una leve sonrisa, terminando por fin de peinarme – bien, ya has quedado listo.

- Muchas gracias Kei.

- No es nada – sonríe – si en algún momento te llegas a sentir angustiado por tus obligaciones como rey recuerda que Kota, Hikaru y yo estaremos ahí para ayudarte.

- Y el pequeño Yuri también – digo sonriente.

- Ese es el más importante – dice con una enorme sonrisa – no te olvides de los príncipes.

- No lo olvidaré – sonrío - te lo agradezco mucho – digo levantándome de la silla, para verme por última vez en el espejo, asegurándome de que todo esté en perfecto estado.

- Todavía falta algo - dice yendo hacia el tocador, abriendo el cofre en donde se encuentra la corona.

- Ya se me estaba olvidando – digo inclinándome un poco para que sea más fácil para Kei acomodarla en mi cabeza.

- Ahora si pareces un Rey – dice mirándome con orgullo - creo que ya es hora de ir bajando al salón – dice sonriente – iré a ver si los príncipes ya están listos para bajar juntos.

- Los esperaré en el pasillo cerca a las escaleras.

- Está bien, nos vemos luego – dice haciendo una reverencia antes de salir de mi habitación. Volviendo a mirarme en el espejo, creo que mañana amaneceré adolorido.

 
*Kei*

- ¿En qué momento comencé a sentir esto por Daiki? – Susurro mientras camino hacía la habitación de los príncipes, sintiendo mi corazón acelerarse a cada paso que me acerco a ésta. Pensando en el momento exacto en el que mis sentimientos por el joven príncipe cambiaron por completo.

 

- Soy tan patético… - Dije entre sollozos mientras me hacía bolita debajo de uno de los árboles del fondo del jardín, mi novia, o más bien exnovia había terminado conmigo y no podía sentirme más que devastado por eso. Así que en vez de llorar en mi habitación vine a éste lugar, seguro de que nadie me vería en una situación tan penosa como ésta.

- Kei ¿eres tú? – Preguntó una voz infantil muy cerca de mí ¡Adiós a mi escondite perfecto!

- Da… Daiki… - Murmuré todavía con mis lágrimas cayendo por mi rostro.

- ¿Por qué estás llorando? ¿Te caíste? ¿Te duele algo? – Preguntó con preocupación - ¿Puedo ayudarte en algo? No me gusta verte así – dijo con pena en su rostro, notando al instante sus ojos llorosos.

- ¡Por favor no llores! – Exclamé llevando mis manos hacía su rostro, limpiando las traviesas lágrimas que habían logrado escapar – No tienes que llorar por mí, estoy bien, en serio.

- Pero sigues llorando… - Dijo con tristeza, al mismo tiempo que extendía sus pequeños brazos, rodeándome lo más que podía en un abrazo, el cual acepté con anhelo, volviendo a llorar como un niño pequeño, siendo acompañado por el príncipe Daiki que lloraba con la misma intensidad.

Lloramos hasta quedar profundamente dormidos debajo de aquel árbol y al despertar me di cuenta de que el cielo comenzaba tornarse de un precioso color naranja.

- Ya está atardeciendo – dije en un susurro, sosteniendo entre mis brazos el pequeño cuerpo de Daiki – sigue dormido… - Susurré mientras me movía un poco para acomodarme mejor, cuidando de no despertar al pequeño durmiente, pero no funcionó…

- ¿Kei? – Preguntó alzando su rostro todavía somnoliento para mirarme, haciendo que me sonroje por la cercanía y por lo precioso que se veía.

- ¿Sí? – Dije desviando la mirada.

- ¿Ya te encuentras mejor?

- Sí, creo que sí…

- Me alegro mucho – sonrió tiernamente ¿su sonrisa siempre había sido tan linda?

- Es gracias a ti – dije acariciando sus cabellos, realmente agradecido por su compañía, de cierto modo no me sentía avergonzado de haberme mostrado en ese estado tan lamentable ante él – creo que es hora de que volvamos al castillo, deben estar preocupados por ti.

- Sí – dijo mientras se apartaba y nos poníamos de pie.

- Por cierto ¿Cómo llegaste hasta aquí? - Pregunté curioso, pensaba que estaba lo suficientemente apartado para que nadie me encontrara.

- Estaba buscando insectos para mostrárselos a Yuto, pero de repente escuché unos ruidos extraños y en un principio pensé que se trataba de algún espíritu – dijo apenado – pero vi que eras tú así que por eso me acerqué, me preocupé mucho.

- Ya veo – sonreí con ternura – muchas gracias, tu compañía me ha hecho mucho bien – dije mientras tomaba su mano y comenzábamos a caminar juntos de vuelta al castillo.

- Escuchar eso me hace muy feliz – sonrió ampliamente – siempre que te sientas triste no dudes en buscarme.

- Lo tendré en cuenta – sonreí – lo mismo va para ti, cuando necesites consuelo estaré ahí para ti – dije viendo como el más pequeño asentía alegremente.

 

- Fue a partir de ese día que comenzamos a ser más cercanos y por ende estos sentimientos comenzaron a… - Susurro ya al frente de la puerta de la habitación de los príncipes, listo para tocarla…

- ¡Señor Kei! – Exclama Daiki al abrir la puerta estrepitosamente, abalanzándose sobre mí, cayendo ambos al suelo.

- ¡Príncipe por favor! – Exclama una de las empleadas – ¿No le da pena estar desnudo sobre el señor Kei?

- ¿Eh? ¿Desnudo? – Digo sintiendo mi rostro enrojecer al ver que es verdad.

- A mí no me importa que el señor Kei me mire desnudo – dice sonriéndome dulcemente, acto que hace que mi rostro arda más de lo que ya está, apartándome rápidamente de su lado.

- Daiki… - Digo tratando de mantener la compostura, sintiéndome aliviado de ver que la empleada lo ha cubierto con una sábana - ¿por qué no estás listo? Ya dentro de poco comienza la celebración.

- ¡No quiero!

- ¿Por qué no quieres ir? Es el cumpleaños de tu hermano mayor.

- No es eso – dice haciendo un adorable puchero - es que el traje que me quieren poner es muy feo.

- ¿Feo? – Pregunto desconcertado.

- ¡Sí! ¡Es horrendo!

- Eso no es verdad joven príncipe – dice la chica angustiada – es un traje muy bonito – dice mostrándome el dichoso traje, el cual veo de lo más normal - ¿Y por qué no te gusta? Yo lo veo muy lindo.

- Porque me hace ver como un niño – dice cruzándose de brazos, haciéndome reír por lo dicho - ¿Por qué te ríes?

- Lo siento príncipe – sonrío - pero es que todavía eres un niño.

- ¡Eso no es cierto! – Exclama molesto.

- Yo pienso que te verías muy lindo con él puesto – digo tratando de persuadirlo.

- Pero...

- ¿Acaso no quieres estar junto con tu hermano en la fiesta? Él se pondría muy triste de que no estuvieras presente.

- Tienes razón, no sería justo para él – dice con tristeza.

- Yo pienso que cualquier ropa que te pongas te hará lucir precioso, así que no debes preocuparte por eso.

- ¿Lo dices en serio? – Pregunta un poco más calmado y con sus mejillas levemente sonrojadas.

- Claro que sí, serás el más lindo del baile – digo totalmente convencido de que así será, porque a mis ojos él es lo más hermoso.

- ¡Iré a ponérmelo! – Exclama con entusiasmo - ¡ya vengo! - Dice mientras se levanta rápidamente, tomando de las manos de la empleada aquel traje y entrando nuevamente a la habitación.

- Menos mal llegaste Señor Kei, no sabía que más hacer – dice la empleada aliviada.

- El príncipe Daiki suele ser muy caprichoso en ocasiones, pero es cuestión de saber hablar con él.

- Ojalá fuera tan sencillo como lo dices – suspira – no puedo creer que haya sido más fácil vestir al príncipe Yuto.

- Daiki está creciendo, quizás y se vuelva más berrinchudo de lo que es.

- Por favor no diga eso – dice temerosa.

- Tranquila, sólo tenle algo de paciencia, en verdad que es un buen chico.

- ¡Listo! – Exclama saliendo de la habitación perfectamente vestido, el traje es de un color naranja, parecido al de aquella tarde en la que me acompañó en mi tristeza.

- Te ves hermoso… - Digo totalmente anonadado por su belleza.  

- Viéndolo mejor, creo que no me hace ver tan infantil – dice apenado – en verdad siento mucho el causarte tantos problemas – dice refiriéndose a la empleada.

- No tienes de que disculparte joven príncipe, te ves encantador – dice ella sonriente.

- Bueno, es mejor que vayamos ya con el rey, debe estarnos esperando ¿Dónde está el príncipe Yuto?

- Se ha quedado dormido mientras intentaba vestir al príncipe Daiki, ya voy a despertarlo – dice la empleada yendo por el más pequeño.

- ¿Yuto cómo puede dormir con tanto escándalo?

- Eso mismo quisiera saber yo – sonríe – siento lo de hace algunos momentos, a veces me molesta que me traten como a un niño.

- Pero si todavía…

- Ya lo sé - dice jugando un poco con su cabello – pero me gustaría que al menos tú…

- ¡Vamos a la fiesta! – Exclama el príncipe Yuto con entusiasmo al salir de la habitación.

- Muy bien, vayamos rápidamente con el rey, ya lo hemos hecho esperar mucho – digo tomando a ambos niños de la mano, sintiendo cierta calidez en la del más grande.

CONTINUARÁ...

31/10/22

COMPASS ROSE - Capítulo 12

Hola Hola!!!!!

¿Cómo están todos? Espero que muy bien y si ese no es el caso les mando un super fuerte abrazo de oso y espero que éste nuevo capítulo les saque una gran sonrisa!!!!!!

Muchas gracias siempre por sus hermosos comentarios, no saben lo feliz que me hace leerlos y saber que mis historias les encantan. Yo también espero que los niños crezcan ya para que se den besitos con sus amores, pero ya cada vez falta poco para eso. 

Les deseo un muy feliz Halloween y que coman muchos dulces!!!!!
Gracias nuevamente y disfruten del capítulo!!!!




Tema: COMPASS ROSE
Extensión: Serial 
Parejas: Varias
Autora: Akari-chan



Capítulo 12

*Daiki*

- ¡Ryu! ¿Estás bien? – Pregunto preocupado luego de escuchar un llanto proveniente del jardín, viendo al más pequeño consolando a otro niño que se había raspado la rodilla.

- Sí, si lo estoy, pero mi amigo no – dice soplando un poco la herida de aquel niño quién hace un gesto de dolor por tal acción.

- ¿Por qué corriste así Daiki? – Pregunta Yuto al alcanzarnos, respirando agitado, me preocupé tanto de que a Ryutaro le hubiese pasado algo que me olvidé de que venía con él.

- ¿Te duele mucho? – Pregunto agachándome para quedar a su altura y poder mirar mejor la herida.

- Un poco… - Susurra entre sollozos.

- ¿Cómo pasó? – Pregunta Yuto.

- Estábamos jugando a venados y cazadores… – Dice Ryutaro casi a punto de llorar -  y de repente Keito tropezó y cayó…

- No llores Ryu – digo acariciando su cabeza – fue un accidente.

- Pero fui yo quién le propuso que jugáramos eso – dice haciendo un pucherito.

- ¿Es grave? – Pregunta Yuto.

- Parece que no – digo examinando la herida – vamos a la fuente ¿puedes caminar Keito?

- Sí… - Dice en un susurro, lo ayudo a levantarse y siendo apoyado por mí caminamos despacio hacia la fuente, sentándolo al borde de ésta.

- Vamos a limpiar la herida primero – digo tomando un poco de agua con las manos, poniéndole sobre la herida.

- ¡Arde!

- Sólo será por un momento – digo limpiando con cuidado la herida ayudado de un pañuelo que siempre traigo – creo que me va a hacer falta otro para vendarlo.

- Puedes usar el mío – dice Yuto sacando uno de su bolsillo.

- Gracias – le dedico una sonrisa y con cuidado amarro el pañuelo alrededor de su rodilla – ¿Ya te sientes mejor?

- Sí… Muchas gracias… - Dice sonriente.

- ¿Dónde aprendiste a hacer eso? – Pregunta Ryutaro asombrado.

- Una vez que la maestra Sayuri no vino a darnos clase, el señor Hikaru nos enseñó algo de primeros auxilios, dijo que era importante para un príncipe aprenderlo.

- Ya veo… ¡Quisiera aprender también! – Exclama Ryutaro emocionado.

- El señor Hikaru sabe muchas cosas – dice Yuto.

- Eso es verdad, tiene mucho tiempo libre – digo entre risas.

- ¿Ustedes son los príncipes? – Pregunta Keito.

- Sí, somos los hermanos del Rey – sonrío – mi nombre es Daiki.

- Y yo soy Yuto – dice éste con alegría.

- Es un gusto conocerte Keito – digo con una enorme sonrisa.

- El gusto también es mío – dice con un leve sonrojo, haciéndolo ver adorable.

- ¿Tú eres el niño del otro reino? – Pregunta Yuto con entusiasmo.

- Sí, he venido junto mi padre y el príncipe… – Dice tímidamente.

- ¿Y cómo es el príncipe? - Pregunto curioso, no porque esté interesado en él realmente sino por una conversación que escuché casualmente entre mi hermano y el señor Kei y que me ha tenido un poco preocupado últimamente.

- Parece agradable – dice Ryutaro.

- ¿Y qué edad tiene? ¿Cómo se llama? – Pregunta Yuto insistente, acercándose demasiado a Keito.

- Tiene quince años y se llama Ryosuke…- Responde avergonzándose por la cercanía de mi hermano pequeño.

- Yuto, no lo acoses así – digo apartándolo un poco de éste.

- Pero si tú siempre haces lo mismo con el señor Kei y nunca te digo nada – dice haciendo un puchero.

- ¡Eso es diferente! – Exclamo avergonzado – al señor Kei lo conocemos desde que nacimos.

- Sí, lo que digas ¿Quién quiere jugar? – Pregunta cambiando de tema como siempre lo hace, pero en parte me alegra de que lo hiciera.

- ¡Yo! – Exclama Ryutaro con alegría.

- ¿Quieres seguir jugando? – Le pregunto a Keito.

- Sí, ya me siento mucho mejor, gracias – sonríe amablemente.

- No es nada, hay que ir con cuidado – digo finalmente, yendo tras Yuto y Ryutaro que ya se nos habían adelantado.


*Hikaru* 

- Que cansado estoy – digo tirándome sobre mi cama, han sido demasiadas emociones hasta ahora y todavía falta para que se acabe el día.

- ¿Te encuentras bien papi?

- Lo estoy ¿por qué lo preguntas?

- Es que te noto raro – dice con notable preocupación en su rostro.

- No te preocupes, no es nada grave – digo sentándome en el borde de la cama.

- ¿Cómo les fue en el pueblo? – Pregunta Kota entrando como si nada a mi habitación.

- ¡Papá! – Exclama Yuri corriendo hacía sus brazos – nos fue muy bien – responde sonriente.

- ¿Podrías al menos haber tocado la puerta? ¿Qué tal si hubiese estado desnudo?

- No tienes nada que no haya visto antes – dice burlonamente.

- Que grosero… - Digo haciendo un puchero.

- ¿Por qué estás molesto? ¿Pasó algo?

- No es nada, sólo quería bromear un poco – digo levantándome de la cama – por cierto, hay algo que Yuri quiere decirte.

- ¿Sí? ¿Y qué es? – Pregunta mirando a éste con atención.

- ¿Puedo ayudarle al rey con su trabajo? – Pregunta algo temeroso por lo que pueda responder Kota - sólo será de vez en cuando – dice con ilusión en su mirada.

- ¿El rey se lo pidió?

- Más que el deseo del rey, lo es de Yuri – sonrío – aunque no dudo en que el rey estará encantado de recibir algo más de ayuda.

- Ya veo – dice pensativo – creo que sería bueno para Yuri el aprender el cómo funciona el reino, puede que en el futuro pueda recibir un alto cargo dentro de éste.

- ¿Eso es un sí? – Pregunta Yuri algo ansioso.

- Claro que sí – responde Kota – pero ve poco a poco ¿está bien?

- ¡Sí! – Exclama emocionado - ¡Gracias papá! – Sonríe ampliamente - ¿puedo ir a jugar con los príncipes?

- Sí – sonríe – ahora deben estar en el jardín junto con Ryutaro y un niño del reino de Ichigoland.

- Que bien, más niños con quienes jugar – dice emocionado.

- Recuerda volver pronto para alistarte para la fiesta – digo recibiendo un abrazo de su parte.

- Sí papi – sonríe – nos vemos luego.

- Ve con cuidado – decimos ambos al unísono, mientras Yuri nos dedica una sonrisa antes de salir con prisa de la habitación.

- ¿Seguro que no estás molesto?

- Claro que no – digo rápidamente – sólo estoy un poco cansado.

- Entonces me retiro para que descanses – dice haciendo una leve reverencia.

- Gracias – digo correspondiendo de la misma manera, tumbándome nuevamente en la cama al cerrarse la puerta - ¿Qué me está pasando con ese mocoso?

 
*Yuya*

- Creo que así podemos dejar por hoy – dice Kei poniendo otra pila de papeles sobre el escritorio.

- ¿En serio tengo que ir a la fiesta? – Digo con cansancio – quisiera ir a dormir y despertar dentro de un mes.

- Su majestad, es una fiesta en su honor, es obvio que tiene que ir.

- ¿No podemos posponerla?

- Definitivamente no – dice un tanto molesto – mucha gente ha venido desde muy lejos sólo para felicitarlo, así que no es una opción.

- ¿Al menos puedo dormir un poco? – Pregunto con súplica.

- Bueno, todavía faltan menos de dos horas para que empiece la fiesta, así que supongo que puede dormir un poco – suspira – pero yo mismo iré a despertarlo, no sea y en verdad se quede dormido por un mes.

- Gracias Kei – digo sonriente, yendo a abrazar a mi amigo para luego salir felizmente directo a mi habitación.


*Hikaru*  

- ¿Y qué se hace en la fiesta de un rey? – Pregunta Yuri mientras le estoy poniendo el traje que llevará para la celebración.

- Primeramente el rey estará sentado en su trono mientras cada familia de los nobles invitados lo felicitan por su cumpleaños – río al recordar que en su anterior cumpleaños Yuya casi se queda dormido durante ese acto – luego de eso viene la cena y por último el gran baile.

- ¿Un baile? – Pregunta con ilusión.

- Sí, es divertido ver a su majestad tratando de huir sin éxito de todas las personas que quieren bailar con él.

- El rey es muy popular – sonríe - ¿puedo bailar con él?

- Claro que sí, pero tienes que ser rápido, la gente siempre espera atenta cualquier oportunidad en la que el rey esté sin pareja.

- Haré todo lo posible – dice con determinación - ¿Y tú con quién bailarás?

- No lo sé, quizás con Kota y Kei – digo pensativo, viniendo a mi mente el bello príncipe de Ichigoland pero sacudo mi cabeza tratando de no pensar en tonterías.

- ¿Bailarías conmigo también?

- Por supuesto que sí mi amor – digo besando su frente – aunque me pone celoso que primero pienses en bailar con el rey antes que conmigo – digo haciendo un puchero.

- Es que el rey es diferente – sonríe tímidamente – también bailaré con papá, Daiki, Yuto, Ryutaro y Keito, el niño del otro reino.

- Vas a tener muchas parejas de baile ésta noche – sonrío.

- Señor Hikaru, ya me bañé – dice el pequeño Ryutaro saliendo del cuarto de baño cubierto con una toalla.

- Muy bien Ryutaro, ya eres un niño grande – digo yendo hacia el más pequeño ya que he terminado de arreglar a Yuri, comenzando a secarlo con cuidado.

- ¿Con quién vas a bailar en el baile? – Pregunta Yuri con curiosidad.

- Con Kota – dice el más pequeño alegremente – me ha pedido ser el primero que baile con él – sonríe – aunque no sé muy bien qué se hace.

- Kota es un gran bailarín, de seguro te enseñará muy bien – digo mientras comienzo a ponerle la ropa.

- ¿Puedo pasar? – Pregunta el recién nombrado después de dar tres golpes a la puerta.

- Adelante – digo continuando con mi oficio – cuando está Ryutaro si te tomas la molestia de tocar – digo burlón.

- Eso es porque no quiero incomodarlo.

- ¿Pero tú a mí sí?

- Es divertido hacerte rabiar.

- Que malo eres – digo sin dejar de reír – aunque he de admitir que tienes buen gusto para la moda – digo viendo a los más pequeños perfectamente vestidos.

- Gracias, es sólo uno de los tantos dones que he adquirido.

- Presumido – río divertido - creo que ya estamos listos, así que ya podemos ir bajando al salón.

- ¡Sí! – Exclaman ambos pequeñines entusiasmados.

 
*Ryosuke*

- ¿Cómo me veo? – Le pregunto a mis dos acompañantes que me miran con asombro.

- Te ves muy bien príncipe – dice Keito con emoción.

- Luce encantador joven príncipe – dice el señor Kenichi brindándome una sonrisa.

- Mi hermana mandó a confeccionarlo para ésta ocasión – digo mirándome por enésima vez en el espejo, pensando en qué reacción tendrá Hikaru cuando me vea.

- Keito ¿puedes salir un momento?

- Sí, padre – dice haciendo obedientemente lo que su padre le ha pedido.

- Príncipe, no olvides la conversación que tuvimos en la tarde.

- Lo sé – suspiro – no tienes por qué repetirlo.

- No se moleste príncipe, sólo quiero lo mejor para ambos reinos.

- ¿Pero alguien quiere pensar en lo que quiero yo?

- ¿Entonces si está interesado en ese hombre?

- Ni siquiera estoy seguro, pero no te preocupes, trataré de tener contacto con los príncipes durante el baile y puede que algo resulte – sonrío – además Keito me ha dicho que ambos son muy agradables así que ansío conocerlos pronto.

- Me alegra que lo esté tomando de buena manera príncipe.

- Gracias, pero no vuelvas a sacarme ese tema, al menos no por lo que queda de nuestro tiempo aquí.

- Le ofrezco una disculpa, no volverá a pasar – dice haciendo una reverencia.


CONTINUARÁ...