31/8/22

COMPASS ROSE - Capítulo 10

Hola Hola!!!! 
Cómo están tod@s!!!! 
Espero que estén muy bien y si por cosas de la vida no están pasando por un buen momento les mando un super fuerte abrazo y espero que éste nuevo capítulo les saque una sonrisa. 

Mientras escribía esto salieron los Spoilers del manga de Black Clover y se me hizo casi media noche para publicar, pero al menos seguirá siendo 31 de agosto (?) aquí en mi país X'D 

Así que para no hacer esto más largo les agradezco enormemente por su amor y apoyo a mis escritos, no saben lo feliz que me hace leer sus comentarios y opiniones, muchas gracias siempre, disfruten de su lectura y nos leemos en el siguiente mes. 




Tema: COMPASS ROSE
Extensión: Serial 
Parejas: Varias
Autora: Akari-chan



Capítulo 10

*Hikaru*

-  ¿Te has divertido en el pueblo Yuri? – Pregunto alegremente al más pequeño al cruzar juntos la gran puerta del castillo.

- ¡Sí! – Exclama con alegría – el pueblo se ve muy festivo por el cumpleaños del rey ¿es así siempre?

- Por supuesto que sí, el cumpleaños de un rey siempre es un gran acontecimiento y más cuándo éste es muy querido por su gente.

- Eso puedo notarlo muy bien – dice con una linda sonrisa.

- ¿Quieres ir a saludarlo?

- ¿Podemos hacerlo? ¿No estará ocupado?

- Así esté ocupado a él no le molesta que vayan a visitarlo a su despacho – sonrío – además podrías aprovechar para darle su regalo – digo señalando la pequeña bolsa que sostiene en su mano.

- Joven Hikaru que bueno que lo encuentro – dice la señora Hitomi caminando rápidamente hacia nosotros.

- ¿Sucede algo? – Pregunto un poco preocupado - ¿va todo bien con los preparativos de la fiesta?

- Sí señor, estamos trabajando duramente para que la celebración sea todo un éxito, pero necesitamos tu opinión sobre dónde poner las violetas.

- Está bien – sonrío – Yuri si quieres ve adelantándote ¿o prefieres esperarme en nuestra habitación?

- Quiero ir ahora mismo – dice tímidamente.

- Muy bien – digo acariciando su cabeza – ya en un rato te alcanzo.  

- Sí papá – dice haciendo una leve reverencia mientras me alejo junto con la señora Hitomi.

 
*Yuri*

Suspiro profundo al quedarme solo en el pasillo, comenzando a caminar lentamente hacía el despacho del rey, sintiendo un ligero malestar en mi estómago; pensando en que no debí comer tantos dulces en el pueblo. Me quedo mirando la enorme puerta por unos segundos, dudando en sí debería tocar o no, pero al final decido hacerlo, dando suaves golpes sobre ésta.

- Adelante – escucho desde adentro, poniéndome de puntitas para poder alcanzar la cerradura de la puerta, abriéndola con facilidad – Oh, hola Yuri – dice el rey sonriente en medio de un montón de papeles sobre su escritorio - ¿Hikaru viene contigo?

- No señor – digo todavía desde la puerta – en un rato viene.

- Ya veo – dice mientras dirige su mirada nuevamente a la hoja que tiene en sus manos.

- ¿Desea que me retire? – Pregunto nerviosamente.

- ¿Eh? No, para nada – sonríe amable – por favor pasa, es bueno tener algo de compañía mientras trabajo

- Es que lo veo tan ocupado… - Susurro apenado.

- Lo estoy, pero eso no me impide el poder conversar contigo – sonríe - ¿Cómo les fue en el pueblo? Kota me dijo que habían salido temprano.

- Nos fue muy bien – digo acercándome un poco a dónde se encuentra él - paseamos por varios lugares y comimos muchos dulces.

- Eso suena divertido, que envidia…

- Te he traído unos también – digo poniendo una pequeña bolsa sobre su escritorio. 

- ¿Son para mí? – Pregunta con ilusión.

- Sí, papá Hikaru dijo que son tus favoritos así que decidimos traer algunos.

- ¡Muchas gracias! – Exclama emocionado, probando uno de estos con total gusto. Papá tenía razón, el rey en ocasiones es como un niño.

- Y también… - Digo tímidamente, sacando de la bolsa que tengo en la mano una pequeña cajita negra con un bonito moño morado adornando ésta – ¡Feliz cumpleaños su majestad! – digo extendiendo la cajita hacia él.

- Gracias Yuri – dice recibiéndola con cuidado – pero no te hubieses molestado – dice quitando el moño con ligereza para luego abrir la cajita mirando con atención el contenido de ésta – es muy linda – dice mientras sostiene la pulsera con su mano derecha - ¿Tú la hiciste?

- Sí, sí señor – respondo tímidamente – mi papá Hikaru me enseñó a hacerla, pero creo que no ha quedado muy bien – digo apenado.

- Pienso que es hermosa – sonríe dulcemente - el púrpura es mi color favorito y esta piedra amatista que tiene en el centro es muy bonita ¿quieres ayudarme a ponérmela? – Pregunta haciendo que mi corazón lata rápidamente y sin dudarlo rodeo el escritorio para estar más cerca de él y poder ayudarlo.

- ¡Listo! – Exclamo emocionado al terminar de abrochar la pulsera en su muñeca - ¿En serio le ha gustado? – Pregunto todavía incrédulo.

- Claro que sí y más porque ha sido hecha por ti – dice con una enorme sonrisa – la llevaré siempre conmigo – dice mientras acaricia mi cabeza, revolviendo un poco mis cabellos.

- ¿Interrumpo algo? – Pregunta mi papá Hikaru entrando al despacho – Feliz cumpleaños su majestad – dice haciendo una reverencia.

- Gracias Hikaru.

- Veo que Yuri te ha dado su regalo – dice con una sonrisa – se esmeró muchísimo en hacerlo, no hacía más que pensar en eso.

- ¿Es eso cierto Yuri? – Pregunta el rey curioso.

- Sólo un poco… - Susurro sintiendo arder un poco mis mejillas.

- Entonces con muchísima más razón atesoraré esto, muchas gracias – dice volviendo a revolver mis cabellos, sintiéndome realmente feliz.

 
*Hikaru*

- Por cierto Hikaru, recuerda que hoy viene el príncipe de Ichigoland.

- Es cierto… Se me había olvidado – digo un poco avergonzado.

- Vendrá a quedarse unos días, así que te pido que lo traten con la mayor de las cortesías.

- Sí su majestad – respondo mientras Yuri asiente animadamente.

- Como no estabas ésta mañana tuve que pedirle a Kota y a Kei que fueran por él, no deben demorar en llegar.

- ¿Deseas que esté al pendiente de su llegada?

- Sí por favor – sonríe – como ves todavía tengo mucho que hacer acá y si es posible por favor tráelo para darle la bienvenida.

- Con gusto su majestad – sonrío – si no necesita algo más, entonces me retiro – digo tomando la mano de Yuri.

- ¿Puedo quedarme un poco más? – Pregunta con algo se súplica – quiero ayudarle al rey.

- ¿Quieres ayudarlo? – Pregunto sorprendido y un tanto enternecido - ¿Te molestaría que Yuri se quede a ayudarte?

- Claro que no, un poco de ayuda no estaría mal – responde el rey sonriente.

- En ese caso quedas a cargo de mi niño - digo acariciando la cabeza de Yuri.

- Cuidaré bien de él, puedes estar seguro de eso.

- Está bien – sonrío volviendo mi mirada hacia el más pequeño – pórtate bien y obedece al rey en lo que te pida.

- Sí papi – responde con entusiasmo, haciendo una última reverencia antes de irme.

 
*Ryosuke*

- Me pregunto si volveré a verte… - Susurro para mis adentros, ilusionado con la idea de volver a encontrarme con Hikaru.

- Puedo notar que el príncipe ha quedado cautivado por aquel hombre – dice el señor Kenichi mirándome con curiosidad.

- ¿Eh? ¡No es nada de eso! – Exclamo avergonzado mientras éste ríe divertido.

- ¡Es hermoso! – Exclama el pequeño Keito haciéndome dar un pequeño salto del susto. Señalando el enorme castillo desde la ventana del carruaje. La primera vez que visité éste reino no tuve la oportunidad de verlo tan de cerca, pero he de decir que es asombroso.

- Pero no es tan hermoso como el de nuestro reino – digo completamente orgulloso, sintiendo que el carruaje se detiene, indicando que hemos llegado a nuestro destino.

El pequeño Keito es el primero en bajar, seguido del señor Kenichi quién me ayuda a bajar del carruaje con cuidado.

- Bienvenido a nuestro castillo joven príncipe – dice el señor Kota reverenciándose al igual que el señor Kei, quién por alguna extraña razón tengo el presentimiento de que no le agrado mucho.

- Muchas gracias, sin duda es un reino encantador – digo completamente maravillado por todo lo que había visto, notando de repente a un pequeño niño que se esconde detrás del señor Kota.

- Hola – digo agachándome un poco para verlo mejor - ¿Cómo te llamas?

- Saluda al príncipe – dice el señor Kota acariciando los cabellos de éste con suma ternura.

- Ryu… Ryutaro – dice tímidamente, saliendo un poco de su escondite, es muy adorable.

- ¿Venía con ustedes? – Pregunto curioso – no recuerdo haberlo visto antes.

- Sí, es que cuando te recibimos en la entrada del pueblo prefirió quedarse dentro del carruaje.

- Ya veo ¿es tu hijo?

- No, es mi prometido – dice serio.

- Oh, lo siento no debí preguntar eso – digo apenado.

- Tranquilo, cualquiera que no sea de por aquí pensaría lo mismo, es normal por la gran diferencia de edad que hay entre nosotros.

- Entiendo – sonrío - el pequeño Ryutaro es muy afortunado.

- Gracias – sonríe.

- Señor Kota ¿podemos ir a jugar al jardín? – Dice el pequeñín mientras toma la mano de Keito, al parecer en cuestión de segundos se han hecho amigos.

- Está bien, pero vayan con cuidado – dice revolviendo un poco sus cabellos.

- Sí señor – dice éste alegremente mientras se aleja junto con Keito.

- Me sorprende la gran habilidad que tienen los niños de hacer amigos – dice el señor Kenichi.

- A mí también, es impresionante – río divertido.

- Creo que ya hemos estado mucho tiempo aquí, por favor siga – dice amablemente el señor Kota, haciéndose a un lado para dejarme pasar, gesto que agradecí con una sonrisa. Comienzo a caminar lentamente, observando todo a mí alrededor, hasta que mi mirada se encuentra nuevamente con el dueño de mis pensamientos, haciendo que me detenga de inmediato a pocos metros de él, quién me mira anonadado.

- ¿Sucede algo príncipe? – Pregunta el señor Kenichi preocupado.

- No, no es nada – digo nervioso.

- Él es el chico de la otra vez… - Susurra con sorpresa.

- ¿Está bien príncipe? – Pregunta el señor Kota.

- Sí – respondo con mi corazón comenzando a latir aceleradamente – es sólo que casi tropiezo con la alfombra.

- Ten más cuidado por favor, sería terrible que se accidentara.

- Tranquilo, trataré de que no pase – digo nerviosamente, sintiendo todavía la mirada de Hikaru sobre mí.

 
*Hikaru*

¡No puede ser! ¡No puede ser! ¡NO PUEDE SER! Grito para mis adentros ¿Qué hace él aquí? ¿Qué está pasando? ¿Por qué no puedo articular palabra alguna? ¿Será que me he quedado mudo de por vida?

- Hikaru… ¡Hikaru! – Exclama un poco molesto Kota, interrumpiendo mis pensamientos – ¿estás bien? Pareciera que hubieses visto un fantasma.

- Quizás acabo de ver uno… - Digo en casi un susurro.

- Tú siempre estás en las nubes – suspira profundo – Él es el príncipe del reino de Ichigoland, su nombre es Ryosuke.

- Oh, ya veo… - Vuelvo a susurrar sin apartar mi mirada de aquel joven que conocí hace tiempo atrás ¿no que era un viajero o algo así? – Yo soy Hikaru, el botánico de éste reino – digo haciendo una reverencia.

- Es un gusto conocerlo… - Dice éste igual o inclusive más nervioso que yo, al parecer tampoco se esperaba el verme aquí.

- El gusto es mío – digo dedicándole una sonrisa - El rey de momento está ocupado pero ha pedido que por favor vayan a saludarlo a su despacho, yo seré su guía de aquí en adelante.

- Muchas gracias Hi… Señor Hikaru – dice el príncipe sonriente, haciendo que mi corazón de un vuelco extraño, debería ir a revisarme con el Doctor.

- En ese caso Kei y yo nos retiramos – dice Kota - nuevamente les deseamos que su estadía sea placentera y cualquier cosa que necesiten no duden en decirnos.

- Muchas gracias señor Kota y señor Kei.

- Nos vemos luego – dice con una leve sonrisa, haciendo una reverencia antes de irse junto con Kei.


*Kei* 

- Si las miradas mataran ese príncipe ya habría muerto como quinientas veces – dice Kota entre divertido y molesto – sé menos evidente.

- Lo siento ¿se notó tanto?

- Hasta pensaría que el príncipe se dio cuenta del aura asesina que emanabas.  

- ¡Qué vergüenza! ¿Qué debería hacer Kota? – Pregunto desesperado.

- Primero que todo tranquilízate – dice serio – y segundo esperar a ver qué sucede.

- Eso no me tranquiliza para nada…

- ¡Señor Kei! ¡Señor Kota!– Exclaman a lo lejos el príncipe Daiki junto con el príncipe Yuto, llegando rápidamente hacia nosotros, abrazándome le primero fuertemente como siempre lo hace.

- Si están aquí es porque ya ha llegado el príncipe del otro reino ¿verdad? – Pregunta Yuto curioso.

- Exactamente – responde Kota – de momento está hablando con el rey así que tienen que esperar para conocerlo – suspiran ambos con decepción.

- Por cierto ¿saben si Yuri ya llegó? – Pregunta el príncipe Daiki aún sin despegarse de mí, esto no es nada bueno para mi corazón.

- Pues hace poco vimos a Hikaru, así que posiblemente ha de estar por ahí – responde Kota amablemente – aunque si quieren pueden ir al jardín, allá está Ryutaro con un niño que viene con el príncipe.

- ¡Qué bien! Otro niño con quién jugar – dice el príncipe Yuto animadamente.

- Entonces iremos para allá – dice el príncipe Daiki, apartándose lentamente de mí, sintiendo un ligero frío en esa zona antes invadida por él – por favor, si ven a Yuri díganle que estaremos allá.  

- Con gusto príncipe – dice Kota sonriente.

- Nos vemos luego – dice dedicándome una linda sonrisa antes de irse junto con su hermanito.

- ¿Te quedaste mudo? – Pregunta Kota preocupado, mientras que yo lo miro confundido, aunque pensándolo bien no dije palabra alguna en todo ese tiempo que estuvieron ambos.

- Lo siento – río nervioso – debo parecer un ser patético.

- Sí, patéticamente enamorado – dice revolviendo mis cabellos – tengo que adelantar algo de trabajo antes de que comience la fiesta, deberías ir a dónde está el rey, debe estar ahogado en papeles.

- Tienes razón, pero primero tengo que ir a mi habitación, hay unos documentos que quedé de darle al rey ésta mañana y que he dejado allí.

- Entonces te acompaño – dice dedicándome una sonrisa.

- Gracias Kota – sonrío.

- ¿Por acompañarte a tu cuarto?

- Por siempre estar ahí cuando te necesito – digo dándole una suave palmada en el hombro, recordando lo incondicional que ha sido Kota desde que éramos niños, cuidando siempre de Yuya, Hikaru y yo.

 
*Ryosuke*

- ¿Podemos ir a un lugar más tranquilo antes de ir con el rey? – Pregunto creándose un ambiente tenso entre los dos.

- Se… Seguro, sígueme – responde comenzando a caminar hacia algún lugar del castillo siendo seguidos por el señor Kenichi quién está a una distancia prudente de nosotros – creo que aquí estará bien – dice sacando una gran cantidad de llaves de uno de sus bolsillos, abriendo la puerta que está al frente nuestro con una de ellas.

-  Señor Kenichi ¿podrías quedarte aquí afuera un momento?

- ¿Está seguro príncipe?

- Sí, por favor – digo sin apartar mi mirada de Hikaru – necesito hablar a solas con él.

- Como usted desee príncipe, aquí estaré por si necesita algo.

- Gracias – digo entrando a la pequeña sala, seguido por Hikaru quién no deja de mirarme, cerrando la puerta tras de sí. 


CONTINUARÁ...