10/12/20

Amor Carmesí - Capítulo 18

Hola Hola!!!!!
Aquí llegué yo con un nuevo capítulo de éste serial.
En verdad lamento mucho la demora, pero últimamente he tenido mucho trabajo aquí en casa y aunque las ideas para escribir fluyen demasiado por mi cabeza, al momento de plasmarlas en el Word no me llegan a convencer y estoy en un proceso de borrar y volver a escribir, un quite aquí y ponga allá constante X'D
Pero he quedado por fin contenta con el resultado, ya para los siguientes capítulos espero no lucharla tanto, hay tantas cosas que quiero escribir!!!!
También les quedaré debiendo por ahora el capítulo 4 de Cherry Blossom, espero para antes de navidad tenerlo listo, así que estén pendientes de Wattpad para cuando lo publique 😅
Espero que lo disfruten y como siempre éste va dedicado a Yojhannah Tomatito 💗

PD: Por si no llego a publicar algo más por aquí me adelanto a desearles una muy Feliz Navidad!!!!
Los quiero mucho y muchas gracias por acompañarme otro año más, leyendo y disfrutando mis historias, en verdad no saben lo feliz que me hacen, nos leeremos nuevamente en la actualización de Enero!!!!



Tema: Amor Carmesí
Extensión: Serial
Parejas: Varias 
Autora: Akari-chan


Capítulo 18

*Ryosuke*

Nos bajamos del carruaje al llegar a la estación de policía, entrando a la oficina de Fujigaya-san quién se encuentra entre un montón de archivos sobre su escritorio.

- Buenas noches Fujigaya-san – digo haciendo que éste deje de hacer lo suyo.

- Hola chicos ¿Cómo les fue con Yuri? – Pregunta preocupado, levantándose de su asiento para acercarse a nosotros.

- Desearía decir que bien – respondo dando luego un largo suspiro – pero todas nuestras sospechas resultaron ser ciertas.

- ¿En verdad se trata de un vampiro? – Pregunta Fujigaya-san todavía incrédulo.

- Sí, el mismo Yuri nos lo confirmó – responde Keito.

- ¡No puede ser! ¡Tuve al enemigo frente a mí todo éste tiempo! – Exclama Fujigaya decepcionado.

- Tranquilo, no había manera de que lo supieras con sólo verlo.

- Pero igualmente presentía que algo mal pasaba con ese tipo – dice decepcionado – pero cambiando de tema… - suspira - ¿Pudieron conseguir algún tipo de información de su paradero?

- De eso se están encargando Daiki y Hikaru, aunque la verdad no creo que vaya a dar algún detalle de su paradero.

- Lo único que sabemos es que no es de aquí – Dice Keito.

- Él me comentó que viene del pueblo vecino, pero no estamos seguros de sí es dentro de éste o en las afueras – dice Fujigaya-san pensativo - ¿Ya han planeado algo?

- Por el momento hemos enviado a uno de nuestros aprendices para que reúna a los demás que tenemos a nuestra disposición – dice Keito.

- ¿Y cuántos aprendices son? – Pregunta Fujigaya-san.

- Son diez, los únicos cazadores profesionales que hay ahora mismo somos Keito, Daiki, Hikaru y yo, los demás se encuentran desde hace varios meses muy lejos de aquí en una misión, así que nos fue imposible contactar con ellos, por eso hemos venido aquí para pedir que nos colabores con refuerzos para que vigilen la ciudad.

- Por supuesto, ya le daré la orden a todos mis hombres para que les sean de apoyo – dice Fujigaya-san.

- También queremos saber si es posible mantener a los habitantes en sus casas, algo así como un toque de queda.

- Para eso necesito la autorización del Alcalde – dice pensativo.

- Pero la Alcaldía ya tuvo que haber cerrado – dice Keito algo decepcionado.

- No hay problema con eso, lo mejor será buscarlo a su casa.

- ¿Pero no se molestará? – Pregunto.

- Claro que no, él más que nadie está interesado en que acaben con esto de una vez por todas así que no se molestará porque vayamos a buscarlo a su casa.

- Gracias – digo haciendo una corta reverencia.

- Así que si no es mucha molestia, les pido que me escolten hasta allá - dice tomando su abrigo, saliendo seguido de nosotros de su oficina.

- Por supuesto – decimos al unísono.

- ¡Miyata-san! – Exclama Fujigaya-san hacía uno de sus hombres.

- ¡Sí señor! – Exclama éste corriendo rápidamente hacía nosotros.

- Voy a ir a la oficina del Alcalde junto con ellos, así que por favor reúne a todos nuestros hombres lo más rápido posible, para que cuando volvamos podamos indicarles lo que hay que hacer.

- Entendido señor – dice haciendo una reverencia para luego retirarse e ir a cumplir con lo indicado. Mientras que nosotros salimos apresuradamente de la estación de policía, con destino a la casa del Alcalde.

Espero que al terminar la noche, toda ésta pesadilla ya dé por terminada.

 
*Yuya*

- ¿No piensas tirar el cuerpo de ese chico? – Pregunto al ver que después de un rato éste todavía se encuentra sobre la cama de mi amigo.

- Todavía no – sonríe – es demasiado hermoso como para tirarlo por ahí, lo conservaré hasta que ya pierda su belleza.

- Pareciera que te gustara.

- No te voy a negar que disfruté demasiado el tomarlo – ríe – pero al haber sido una presa un tanto difícil de obtener creo que le he tomado cariño.

- ¿Y qué piensas hacer ahora?

- Por el momento voy a ir al pueblo, la noche todavía es joven y ya que éste niño no aguantó toda mi pasión – ríe - pues no me queda de otra que ir a buscar en otro lado.

- De verdad que eres insaciable amigo mío – río.

- Lo sé – ríe con picardía – ¿no piensas salir?

- No lo sé todavía – suspiro – en lo único que puedo pensar es que quiero estar con Yuri en todo momento.

- Entonces ve y búscalo ¿qué te detiene?

- He quedado de verme con él mañana…

- ¿Y eso qué? ¿Por qué tienes que estar jugando al novio perfecto? Ve y tómalo, ya es tuyo de todos modos.

- No comas ansías Kota, mañana será el día en el que por fin lo traiga conmigo, sea por las buenas o por las malas.

- Me encanta escucharte hablar así, ese es el Yuya que conozco – sonríe.

- Así que ve preparando tus cosas, porque mañana mismo nos vamos.

- Claro que sí, no te preocupes por eso, después de que termine mi última noche en éste pueblo será lo primero que haga.

- Eso espero - sonrío.

- Entonces ¿vienes conmigo?

- Ve tú primero, todavía tengo que empacar algunas cosas.

- Está bien, nos veremos luego – dice alegremente – disfruta tu última noche y no llegues tan tarde.

- Eso es lo que yo te debería de decir – río viendo cómo éste se despide con una sonrisa.

 
*Ryosuke*

- Por cierto Fujigaya-san – digo interrumpiendo el silencio que se había hecho dentro del carruaje - ¿a qué te referías con lo de estar celoso la otra vez?

- No es nada, en serio – responde nerviosamente.

- ¿Acaso te gusta Yuri? – Pregunta Keito directamente.

- Eso… - Suspira – creo que no vale la pena negarlo ¿verdad?

- Es muy obvio que te desvives por él – dice Keito divertido.

- Sí me gusta – dice bajando la mirada avergonzado – inclusive hablé hace poco con Daiki para pedir su mano en matrimonio, pero con todo lo que está pasando ahora mismo, no creo que se pueda concretar algo entre los dos.

- Lo lamento mucho… - Digo algo apenado.

- No te preocupes, ahora hay cosas más importantes en las que pensar – dice serio, notando que el carruaje se ha detenido frente a la casa del Alcalde.

Salimos de ésta tan pronto como llegamos, el Alcalde sin ninguna traba nos concedió el permiso del toque de queda desde las 09:00 p.m. hasta las 06:00 a.m. regresando de nueva cuenta a la estación de policía en dónde ya se encuentran todos los oficiales y nuestros diez aprendices, quienes están muy emocionados por tener por fin una misión real.

- Muchas gracias a todos por estar aquí – dice Fujigaya-san haciendo que todos se queden en silencio – en ésta noche tenemos una misión muy importante que cumplir y quiero saber si todos ustedes están dispuestos a darlo todo porque ésta concluya con éxito.

- ¡SÍ, SEÑOR! – Exclaman todos al unísono.

- Muy bien, esto es lo que hay que hacer…

 
*Daiki*

- Yuri despierta – digo zarandeando un poco el cuerpo de mi hermanito, viendo cómo éste comienza a frotar sus ojos, abriéndolos lentamente para mirarme con algo de temor.

- Tranquilo, yo no te voy a regañar – sonrío – por favor perdóname por la actitud de Ryosuke – digo tranquilamente – pero en la situación en la que estamos nos es difícil no estar alterados y más al enterarnos de que has estado todo éste tiempo con alguien como él.

- Lamento mucho preocuparlos, no era mi intención.

- No tienes que disculparte, en parte es nuestra culpa por no advertirte y también por dejarte solo tanto tiempo, siento que no hemos sido los mejores hermanos.

- No, no te disculpes, no es culpa de ustedes, también es culpa mía por no tener la confianza suficiente de decirles sobre mi noviazgo. 

- Yuri ¿qué pensaste cuándo él te confesó que era un vampiro? ¿Cambió tu perspectiva sobre él? – Pregunto sintiendo su cuerpo temblar un poco.

- Sí – suspira – pensé inmediatamente que tendría que ver con las desapariciones de las chicas y aunque quise preguntarle tuve miedo de hacerlo y me negué a creer algo así.

- Comprendo – sonrío acariciando su cabeza - ¿Y qué piensas ahora después de todo lo que has escuchado?

- Tengo miedo – dice abrazándome con fuerza.

- ¿Miedo de qué?

- No quiero que le hagan daño a Yuya, yo lo amo – dice comenzando nuevamente a sollozar – aunque ahora sea completamente consciente de lo peligroso que es, no quiero perderlo.

- Yuri… - Susurro apartándolo un poco para mirarlo – entiendo que te sientas confundido y aterrado por toda la información que has recibido, pero debes entender que no todo es cómo uno quiere y aunque entiendo completamente tu temor de perderlo, no es algo que deba permitir.

- ¿Pero por qué? ¿No podríamos hacer que cambie?

- Yuri, eso no es tan fácil, es muy difícil que un vampiro cambie su forma de alimentarse, esas cosas se definen al instante en el que son convertidos.

- ¿Cómo puedes asegurar que él no pueda cambiar?

- Yuri… - Suspiro -  aún si él decide cambiar, no podemos obviar el hecho de que él tiene que pagar por sus actos – digo seriamente.

- Pero… - En ese momento se escuchan fuertes golpes en la puerta de entrada a la casa y Hikaru quién había estado todo éste tiempo escuchando nuestra conversación en absoluto silencio fue rápidamente a abrirla, llegando a la sala de estar en un abrir y cerrar de ojos Kaoru-chan, la ama de llaves de Keito.

- Kaoru-chan que sorpresa verte por acá – digo apartándome de Yuri para acercarme a ella, notando una gran preocupación en su rostro.

- Joven Daiki, lo he estado buscando en todos lados – dice la señora agitada.

- ¿Qué pasó? ¿Ocurrió algo con Keito?

- No, se trata de Ryutaro…

- ¿Ryutaro? ¿No está en casa?

- Él no ha regresado desde que salió en la tarde y estoy muy preocupada, pensé que estaría con usted.

- No, no está conmigo…

- ¿No estará en casa de un amigo? – Pregunta Hikaru.

- La verdad es que Ryutaro no tiene amistad con nadie, salvo nosotros.

- ¿Entonces crees que se trate de ellos? – Pregunta Hikaru preocupado.

- Yuri – digo volviendo al lado de mi hermanito, tomándolo de los hombros – por favor, dinos dónde se encuentran.

 
*Keito*

El toque de queda dio inicio sin ningún contratiempo y aunque algunos transeúntes y comerciantes estaban confundidos con la tan repentina solicitud del Alcalde, hicieron caso a ésta sin chistar. Nuestros aprendices junto con algunos oficiales de policía se dividieron en grupos para buscar en los alrededores el escondite de los vampiros, mientras que los demás oficiales se esparcieron por el pueblo con el objetivo de vigilar y hacer que los ciudadanos cumplan con el toque de queda.

- Ryosuke – digo rompiendo el sepulcral silencio que se ha creado entre los dos, mientras caminamos dando vueltas alrededor del parque central, zona que se nos había confiado para vigilar.

- ¿Si?

- Cuándo todo esto termine… ¿Quisieras salir conmigo?

- ¿Salir a dónde? – Pregunta, sintiendo un poco de vergüenza en su voz.

- No te hagas, sé muy bien que sabes a qué me refiero – río poniéndome frente a él – dame la oportunidad de hacerte feliz – digo acercando mi rostro al suyo, cortando toda distancia con un beso, uno corto y tan lleno de cariño.

- Keito… Yo…

- Vaya, vaya ¿pero a quién tenemos aquí? – Pregunta una voz desconocida para mí, pero al parecer para Ryosuke si le es familiar porque su rostro ahora mismo es una mezcla entre terror y rabia.

- Ryosuke ¿qué pasa? – Pregunto mirándolo con preocupación.

- Sabía que no podía irme de éste pueblo sin antes hacerte una visita, que bueno que tuve suerte de encontrarte, bastardo – dice aquel sujeto con una siniestra sonrisa ¿acaso él…? 


CONTINUARÁ...