31/10/22

COMPASS ROSE - Capítulo 12

Hola Hola!!!!!

¿Cómo están todos? Espero que muy bien y si ese no es el caso les mando un super fuerte abrazo de oso y espero que éste nuevo capítulo les saque una gran sonrisa!!!!!!

Muchas gracias siempre por sus hermosos comentarios, no saben lo feliz que me hace leerlos y saber que mis historias les encantan. Yo también espero que los niños crezcan ya para que se den besitos con sus amores, pero ya cada vez falta poco para eso. 

Les deseo un muy feliz Halloween y que coman muchos dulces!!!!!
Gracias nuevamente y disfruten del capítulo!!!!




Tema: COMPASS ROSE
Extensión: Serial 
Parejas: Varias
Autora: Akari-chan



Capítulo 12

*Daiki*

- ¡Ryu! ¿Estás bien? – Pregunto preocupado luego de escuchar un llanto proveniente del jardín, viendo al más pequeño consolando a otro niño que se había raspado la rodilla.

- Sí, si lo estoy, pero mi amigo no – dice soplando un poco la herida de aquel niño quién hace un gesto de dolor por tal acción.

- ¿Por qué corriste así Daiki? – Pregunta Yuto al alcanzarnos, respirando agitado, me preocupé tanto de que a Ryutaro le hubiese pasado algo que me olvidé de que venía con él.

- ¿Te duele mucho? – Pregunto agachándome para quedar a su altura y poder mirar mejor la herida.

- Un poco… - Susurra entre sollozos.

- ¿Cómo pasó? – Pregunta Yuto.

- Estábamos jugando a venados y cazadores… – Dice Ryutaro casi a punto de llorar -  y de repente Keito tropezó y cayó…

- No llores Ryu – digo acariciando su cabeza – fue un accidente.

- Pero fui yo quién le propuso que jugáramos eso – dice haciendo un pucherito.

- ¿Es grave? – Pregunta Yuto.

- Parece que no – digo examinando la herida – vamos a la fuente ¿puedes caminar Keito?

- Sí… - Dice en un susurro, lo ayudo a levantarse y siendo apoyado por mí caminamos despacio hacia la fuente, sentándolo al borde de ésta.

- Vamos a limpiar la herida primero – digo tomando un poco de agua con las manos, poniéndole sobre la herida.

- ¡Arde!

- Sólo será por un momento – digo limpiando con cuidado la herida ayudado de un pañuelo que siempre traigo – creo que me va a hacer falta otro para vendarlo.

- Puedes usar el mío – dice Yuto sacando uno de su bolsillo.

- Gracias – le dedico una sonrisa y con cuidado amarro el pañuelo alrededor de su rodilla – ¿Ya te sientes mejor?

- Sí… Muchas gracias… - Dice sonriente.

- ¿Dónde aprendiste a hacer eso? – Pregunta Ryutaro asombrado.

- Una vez que la maestra Sayuri no vino a darnos clase, el señor Hikaru nos enseñó algo de primeros auxilios, dijo que era importante para un príncipe aprenderlo.

- Ya veo… ¡Quisiera aprender también! – Exclama Ryutaro emocionado.

- El señor Hikaru sabe muchas cosas – dice Yuto.

- Eso es verdad, tiene mucho tiempo libre – digo entre risas.

- ¿Ustedes son los príncipes? – Pregunta Keito.

- Sí, somos los hermanos del Rey – sonrío – mi nombre es Daiki.

- Y yo soy Yuto – dice éste con alegría.

- Es un gusto conocerte Keito – digo con una enorme sonrisa.

- El gusto también es mío – dice con un leve sonrojo, haciéndolo ver adorable.

- ¿Tú eres el niño del otro reino? – Pregunta Yuto con entusiasmo.

- Sí, he venido junto mi padre y el príncipe… – Dice tímidamente.

- ¿Y cómo es el príncipe? - Pregunto curioso, no porque esté interesado en él realmente sino por una conversación que escuché casualmente entre mi hermano y el señor Kei y que me ha tenido un poco preocupado últimamente.

- Parece agradable – dice Ryutaro.

- ¿Y qué edad tiene? ¿Cómo se llama? – Pregunta Yuto insistente, acercándose demasiado a Keito.

- Tiene quince años y se llama Ryosuke…- Responde avergonzándose por la cercanía de mi hermano pequeño.

- Yuto, no lo acoses así – digo apartándolo un poco de éste.

- Pero si tú siempre haces lo mismo con el señor Kei y nunca te digo nada – dice haciendo un puchero.

- ¡Eso es diferente! – Exclamo avergonzado – al señor Kei lo conocemos desde que nacimos.

- Sí, lo que digas ¿Quién quiere jugar? – Pregunta cambiando de tema como siempre lo hace, pero en parte me alegra de que lo hiciera.

- ¡Yo! – Exclama Ryutaro con alegría.

- ¿Quieres seguir jugando? – Le pregunto a Keito.

- Sí, ya me siento mucho mejor, gracias – sonríe amablemente.

- No es nada, hay que ir con cuidado – digo finalmente, yendo tras Yuto y Ryutaro que ya se nos habían adelantado.


*Hikaru* 

- Que cansado estoy – digo tirándome sobre mi cama, han sido demasiadas emociones hasta ahora y todavía falta para que se acabe el día.

- ¿Te encuentras bien papi?

- Lo estoy ¿por qué lo preguntas?

- Es que te noto raro – dice con notable preocupación en su rostro.

- No te preocupes, no es nada grave – digo sentándome en el borde de la cama.

- ¿Cómo les fue en el pueblo? – Pregunta Kota entrando como si nada a mi habitación.

- ¡Papá! – Exclama Yuri corriendo hacía sus brazos – nos fue muy bien – responde sonriente.

- ¿Podrías al menos haber tocado la puerta? ¿Qué tal si hubiese estado desnudo?

- No tienes nada que no haya visto antes – dice burlonamente.

- Que grosero… - Digo haciendo un puchero.

- ¿Por qué estás molesto? ¿Pasó algo?

- No es nada, sólo quería bromear un poco – digo levantándome de la cama – por cierto, hay algo que Yuri quiere decirte.

- ¿Sí? ¿Y qué es? – Pregunta mirando a éste con atención.

- ¿Puedo ayudarle al rey con su trabajo? – Pregunta algo temeroso por lo que pueda responder Kota - sólo será de vez en cuando – dice con ilusión en su mirada.

- ¿El rey se lo pidió?

- Más que el deseo del rey, lo es de Yuri – sonrío – aunque no dudo en que el rey estará encantado de recibir algo más de ayuda.

- Ya veo – dice pensativo – creo que sería bueno para Yuri el aprender el cómo funciona el reino, puede que en el futuro pueda recibir un alto cargo dentro de éste.

- ¿Eso es un sí? – Pregunta Yuri algo ansioso.

- Claro que sí – responde Kota – pero ve poco a poco ¿está bien?

- ¡Sí! – Exclama emocionado - ¡Gracias papá! – Sonríe ampliamente - ¿puedo ir a jugar con los príncipes?

- Sí – sonríe – ahora deben estar en el jardín junto con Ryutaro y un niño del reino de Ichigoland.

- Que bien, más niños con quienes jugar – dice emocionado.

- Recuerda volver pronto para alistarte para la fiesta – digo recibiendo un abrazo de su parte.

- Sí papi – sonríe – nos vemos luego.

- Ve con cuidado – decimos ambos al unísono, mientras Yuri nos dedica una sonrisa antes de salir con prisa de la habitación.

- ¿Seguro que no estás molesto?

- Claro que no – digo rápidamente – sólo estoy un poco cansado.

- Entonces me retiro para que descanses – dice haciendo una leve reverencia.

- Gracias – digo correspondiendo de la misma manera, tumbándome nuevamente en la cama al cerrarse la puerta - ¿Qué me está pasando con ese mocoso?

 
*Yuya*

- Creo que así podemos dejar por hoy – dice Kei poniendo otra pila de papeles sobre el escritorio.

- ¿En serio tengo que ir a la fiesta? – Digo con cansancio – quisiera ir a dormir y despertar dentro de un mes.

- Su majestad, es una fiesta en su honor, es obvio que tiene que ir.

- ¿No podemos posponerla?

- Definitivamente no – dice un tanto molesto – mucha gente ha venido desde muy lejos sólo para felicitarlo, así que no es una opción.

- ¿Al menos puedo dormir un poco? – Pregunto con súplica.

- Bueno, todavía faltan menos de dos horas para que empiece la fiesta, así que supongo que puede dormir un poco – suspira – pero yo mismo iré a despertarlo, no sea y en verdad se quede dormido por un mes.

- Gracias Kei – digo sonriente, yendo a abrazar a mi amigo para luego salir felizmente directo a mi habitación.


*Hikaru*  

- ¿Y qué se hace en la fiesta de un rey? – Pregunta Yuri mientras le estoy poniendo el traje que llevará para la celebración.

- Primeramente el rey estará sentado en su trono mientras cada familia de los nobles invitados lo felicitan por su cumpleaños – río al recordar que en su anterior cumpleaños Yuya casi se queda dormido durante ese acto – luego de eso viene la cena y por último el gran baile.

- ¿Un baile? – Pregunta con ilusión.

- Sí, es divertido ver a su majestad tratando de huir sin éxito de todas las personas que quieren bailar con él.

- El rey es muy popular – sonríe - ¿puedo bailar con él?

- Claro que sí, pero tienes que ser rápido, la gente siempre espera atenta cualquier oportunidad en la que el rey esté sin pareja.

- Haré todo lo posible – dice con determinación - ¿Y tú con quién bailarás?

- No lo sé, quizás con Kota y Kei – digo pensativo, viniendo a mi mente el bello príncipe de Ichigoland pero sacudo mi cabeza tratando de no pensar en tonterías.

- ¿Bailarías conmigo también?

- Por supuesto que sí mi amor – digo besando su frente – aunque me pone celoso que primero pienses en bailar con el rey antes que conmigo – digo haciendo un puchero.

- Es que el rey es diferente – sonríe tímidamente – también bailaré con papá, Daiki, Yuto, Ryutaro y Keito, el niño del otro reino.

- Vas a tener muchas parejas de baile ésta noche – sonrío.

- Señor Hikaru, ya me bañé – dice el pequeño Ryutaro saliendo del cuarto de baño cubierto con una toalla.

- Muy bien Ryutaro, ya eres un niño grande – digo yendo hacia el más pequeño ya que he terminado de arreglar a Yuri, comenzando a secarlo con cuidado.

- ¿Con quién vas a bailar en el baile? – Pregunta Yuri con curiosidad.

- Con Kota – dice el más pequeño alegremente – me ha pedido ser el primero que baile con él – sonríe – aunque no sé muy bien qué se hace.

- Kota es un gran bailarín, de seguro te enseñará muy bien – digo mientras comienzo a ponerle la ropa.

- ¿Puedo pasar? – Pregunta el recién nombrado después de dar tres golpes a la puerta.

- Adelante – digo continuando con mi oficio – cuando está Ryutaro si te tomas la molestia de tocar – digo burlón.

- Eso es porque no quiero incomodarlo.

- ¿Pero tú a mí sí?

- Es divertido hacerte rabiar.

- Que malo eres – digo sin dejar de reír – aunque he de admitir que tienes buen gusto para la moda – digo viendo a los más pequeños perfectamente vestidos.

- Gracias, es sólo uno de los tantos dones que he adquirido.

- Presumido – río divertido - creo que ya estamos listos, así que ya podemos ir bajando al salón.

- ¡Sí! – Exclaman ambos pequeñines entusiasmados.

 
*Ryosuke*

- ¿Cómo me veo? – Le pregunto a mis dos acompañantes que me miran con asombro.

- Te ves muy bien príncipe – dice Keito con emoción.

- Luce encantador joven príncipe – dice el señor Kenichi brindándome una sonrisa.

- Mi hermana mandó a confeccionarlo para ésta ocasión – digo mirándome por enésima vez en el espejo, pensando en qué reacción tendrá Hikaru cuando me vea.

- Keito ¿puedes salir un momento?

- Sí, padre – dice haciendo obedientemente lo que su padre le ha pedido.

- Príncipe, no olvides la conversación que tuvimos en la tarde.

- Lo sé – suspiro – no tienes por qué repetirlo.

- No se moleste príncipe, sólo quiero lo mejor para ambos reinos.

- ¿Pero alguien quiere pensar en lo que quiero yo?

- ¿Entonces si está interesado en ese hombre?

- Ni siquiera estoy seguro, pero no te preocupes, trataré de tener contacto con los príncipes durante el baile y puede que algo resulte – sonrío – además Keito me ha dicho que ambos son muy agradables así que ansío conocerlos pronto.

- Me alegra que lo esté tomando de buena manera príncipe.

- Gracias, pero no vuelvas a sacarme ese tema, al menos no por lo que queda de nuestro tiempo aquí.

- Le ofrezco una disculpa, no volverá a pasar – dice haciendo una reverencia.


CONTINUARÁ...