30/9/23

COMPASS ROSE - Capítulo 23

 Hola hola!!!!

¿Cómo están todos? Espero que muy bien y si no es así les mando un super fuerte abrazo de oso y que éste nuevo capítulo les saque una enorme sonrisa. 

Hoy si la entrada será fugaz porque me voy a trabajar, espero disfruten mucho de éste capítulo y nos leemos en el siguiente mes, muchas gracias por todo el amor y apoyo a ésta historia. 



Tema: COMPASS ROSE
Extensión: Serial 
Parejas: Varias
Autora: Akari-chan



Capítulo 23

*Daiki*

- La verdad que si es muy raro el ver a Hikaru tan concentrado en algo – dice mi hermano entre risas.

- No diga eso su majestad – dice Yuri haciendo un puchero – mi papá es muy inteligente y dedicado en lo que hace.

- Eso lo sé muy bien – sonríe – no hay nadie mejor que Hikaru para estas situaciones, por eso confío plenamente en él.

- Su majestad tiene razón – dice Kei con una amable sonrisa – no hay nadie en quién confiemos más que en Hikaru – dice revolviendo un poco los cabellos de Yuri, haciéndome sentir un tanto inquieto – debes sentirte orgulloso de eso.

- Lo estoy – sonríe ampliamente.

- Bien, creo que es mejor que vuelva a lo que estaba, todavía hay detalles que concretar.

- ¿Cómo van con eso? – Pregunta mi hermano interesado.

- Va muy bien, el señor Hikaru ha sido de mucha ayuda, aunque todo esto no hubiese sido posible sin los consejos del señor Kei – digo sintiendo mi rostro enrojecer al notar su mirada sobre mí.

- Me alegra saber que te he sido de ayuda príncipe – dice haciendo una leve reverencia.

- Muchas gracias – digo en casi un susurro, mirándolo tímidamente y sintiendo su mano sobre mi cabeza acariciándola con suavidad – creo que es mejor que me retire… - Me detengo al escuchar unos golpes en la puerta.

- ¡Adelante! – Exclama mi hermano, haciendo que la persona que está afuera abra con cuidado la puerta, viendo entrar por ésta al señor Kota.

- Buenos días – dice con una enorme sonrisa, seguido de un chico casi de su mismo tamaño, quién sonríe tímidamente.

- ¡Ryu! – Exclama Yuri abalanzándose sobre él.

- ¿Ryu? ¿En serio eres tú? – Pregunto sorprendido, acercándome a ellos quienes se están abrazando, siendo arrastrado por estos para terminar los tres en un abrazo grupal.

- Que cambiado estás Ryu – dice Yuri con alegría al separarnos.

- Y tan alto…

- Ustedes también han crecido mucho – dice con una sonrisa.

- Pero no tanto como tú – digo un tanto decepcionado – no es justo, mis hermanos son muy altos pero yo… 

- Daiki, no te lamentes por eso, tampoco es la gran cosa ser tan alto – dice mi hermano.

- Pero yo quería medir dos metros…

- Yo pienso que así estás perfecto – dice Kei con una linda sonrisa, haciéndome sonrojar.

- ¿Eso crees? – Pregunto no muy convencido, pero de sólo ver su sonrisa hace que me sienta un poco mejor.

- Es un gusto verte nuevamente Ryutaro – dice mi hermano levantándose de su asiento, para acercarse al recién nombrado – me alegra ver que has crecido fuerte y saludable.

- Muchas gracias su majestad, lamento no haberlo saludado antes – dice haciendo una reverencia.

- No te preocupes, entiendo que extrañaras ver a tus amigos.

- Es un honor para mí estar aquí después de tanto tiempo.

- Ésta también es tu casa y puedes venir cuando gustes.

- Muchas gracias su majestad – vuelve a reverenciarse.

- Ryu ¿Por qué no vas a ayudarle a Daiki con los preparativos para la fiesta de bienvenida del príncipe Ryosuke?

- ¿Va a venir? – Pregunta emocionado.

- Sí, mañana llegará al reino al atardecer y se quedará una larga temporada – dice mi hermano sonriente.

- Que buena noticia – sonríe ampliamente – regresé en muy buen momento.

- Totalmente – sonrío - entonces vamos que todavía hay cosas que hacer – digo tomándolo del brazo, para encaminarnos hacia la salida.


*Yuri* 

- ¿No vienes con nosotros Yuri? – Pregunta Ryutaro.

- Me encantaría – sonrío – pero tengo mucho trabajo que hacer…

- Puedes ir con ellos Yuri – dice el rey haciendo que voltee a verlo.  

- Pero su majestad, todavía no hemos terminado con los informes.

- Ya hemos adelantado lo suficiente, es realmente poco lo que hace falta – sonríe mientras me señala los papeles que todavía faltan por revisar – ve y pasa tiempo con tus amigos, casi no lo haces por estar aquí ayudándonos.

- Para mí no es ninguna molestia su majestad – digo con una sonrisa – me agrada trabajar para usted.

- Y no sabes lo agradecido que estoy con que lo hagas – sonríe – pero puedes tomarte el día libre por hoy.

- ¿En serio su majestad? – Pregunto un tanto emocionado.

- Por supuesto – dice brindándome una de sus tan bellas sonrisas, haciendo que mi corazón de un vuelco de la emoción.

- Yo voy a estar aquí por si al rey se le ofrece algo – dice mi padre – así que ve y diviértete, Ryutaro ha estado todo éste tiempo queriendo verlos.  

- Gracias padre – sonrío abrazándolo con fuerza – nos veremos más tarde, con su permiso su majestad – digo haciendo una reverencia a su majestad.

- Que pasen un buen día – dice con una gran sonrisa.

- Nos vemos más tarde – dice Daiki tomándonos de las manos, saliendo finalmente del despacho.  

- Por cierto ¿dónde está Yuto? – Pregunta Ryutaro al estar todos en el pasillo.

- Debe estar en la Biblioteca, hoy tiene clase de caligrafía – dice Daiki sacando su reloj de bolsillo – ya falta poco para que termine, si nos apuramos podremos encontrarlo antes de que salga de ésta.

- Entonces vamos rápido – dice Ryutaro emocionado, comenzando a caminar seguidos de él.

- ¿Todavía te acuerdas en dónde queda la Biblioteca? – Pregunta Daiki.

- Por supuesto, no es como que el castillo haya cambiado mucho – ríe divertido, yendo con ligereza hacía nuestro destino, encontrándonos a Yuto justo en la entrada de ésta.

- ¿Ryutaro? ¿Eres tú? – Pregunta Yuto mirando al recién nombrado con sorpresa, mientras éste asiente afirmativamente – que alegría, estás casi de mi tamaño – dice maravillado, abrazándolo al instante.

- Me alegra mucho verte también Yuto – dice Ryu correspondiendo al abrazo.

- ¿Cuándo llegaste?

- En la madrugada.

- Entonces debes estar cansado.

- Para nada lo estoy, dormí durante casi todo el viaje – sonríe – en verdad estaba muy emocionado de verlos, los extrañé muchísimo.

- Nosotros también te extrañamos – dice Daiki - ¿Vas a hacer algo ahora Yuto?

- Pues pensaba ir a descansar a la habitación, pero ya que Ryu está aquí vamos a recuperar el tiempo perdido – sonríe - ¿y qué vamos a hacer?

- Pues todavía hay que terminar con algunas cosas para la fiesta de bienvenida de Ryosuke, entre esas hay que darle el visto bueno a los bocadillos que se servirán mañana – dice Daiki pensativo - la señora Hitomi dijo que tendría las degustaciones hoy en la tarde.

- Eso suena bien – dice Yuto – todo tendrá fresas ¿verdad?

- Exactamente –dice Daiki - ¿Alguno de ustedes es alérgico o algo?

- No – respondemos todos al unísono.

- Me parece perfecto – porque tampoco es que tengamos tiempo de cambiar el menú.

- Y mientras esperamos a que llegue la tarde ¿qué vamos a hacer? – Pregunto.

- Vamos al jardín un rato mientras llega la hora del almuerzo – dice Daiki comenzando a caminar, seguido por nosotros.

El día transcurrió con total normalidad, entre risas y anécdotas que habíamos recolectado durante todo el tiempo que estuvimos separados, sintiéndome realmente feliz de pasar éste tiempo con mis amigos, aunque por momentos no dejaba de pensar en el rey. Al llegar la noche Ryutaro decidió que quería pasar unos días en el castillo, así que mientras traían algo de ropa desde su casa y a la vez le daban aviso a sus padres, Yuto le prestó uno de sus camisones para dormir, ya que eran lo más cercano a su talla, aunque mi padre había ofrecido prestarle uno, pero Ryu se negó avergonzado. Pasando finalmente la noche en el cuarto de los príncipes, quedándonos dormidos hasta altas horas de la noche, durmiendo en la cama junto con Daiki y Ryu con Yuto en la de éste, esperando ansiosos al siguiente día.


*Ryosuke* 

- No puedo creer que estemos tan cerca – digo mientras miro a lo lejos el esplendoroso castillo que años atrás había visitado.

- ¿Está emocionado príncipe? – Pregunta Keito con una amplia sonrisa.

- Siento muchas cosas ahora mismo – río nerviosamente, sintiendo mi corazón saltar de pura alegría, no sólo por la dicha de saber que volvería a ver a mis amigos, sino también porque estaba cada vez más cerca del hombre que me quita el sueño.

- Nos ha rendido bastante, apenas van a ser las dos de la tarde, se suponía que llegaríamos al atardecer.

- Es verdad, eso es muy bueno, tendré más tiempo de verlos a todos – sonrío con total alegría, llegando al poco tiempo a aquel bello reino, notando lo poco que ha cambiado y rememorando los lugares que visité junto con Hikaru la vez que nos conocimos ¿se acordará tanto como yo de aquel día?

- Hemos llegado – dice el chofer desde afuera del carruaje, estaba tan metido en mis pensamientos que no me había dado cuenta de que ya estábamos en la entrada del castillo.

- Déjame salir primero – dice Keito abriendo la pequeña puerta, ofreciéndome su mano como todo un caballero – ya puede salir príncipe.

- No tienes que ser tan formal conmigo – digo entre risas, tomando su mano para salir del carruaje con elegancia y la finura que me caracteriza.

- Si no lo hago la reina me matará – ríe – pero tampoco es que me moleste hacerlo.

- Pero ella no está aquí – río.

- No, pero podría enterarse por algún otro lado – dice nerviosamente, notando que la señora Hitomi se acerca a nosotros con una gentil sonrisa, junto con unos empleados más.

- Príncipe Ryosuke, no lo esperábamos tan pronto – dice haciendo una reverencia al estar a pocos metros de mí.

- Nosotros también estamos sorprendidos por lo rápido que hemos llegado ¿Cómo has estado? Te ves tan radiante como la última vez que nos vimos.

- Ay, no diga eso joven príncipe, ya tengo unas cuantas arruguitas más – sonríe dulcemente avergonzada.

- Pues la hacen ver muchísimo más bella.

- Muchas gracias por sus halagos joven príncipe, pero le recuerdo que soy una mujer felizmente casada.

- Es una pena haber llegado tan tarde – digo fingiendo estar dolido. Durante el tiempo que estuve en el castillo la primera vez hace años, la señora Hitomi siempre fue muy amable conmigo y de vez en cuando bromeábamos de ésta manera.

- Realmente es una pena – sonríe con diversión – pero por favor príncipe entre, nuestros empleados llevarán sus cosas a las habitaciones que se les han asignado.

- Muchas gracias – respondo mientras entramos finalmente al castillo – Keito ¿podrías ir con ellos para que dejen las maletas en donde corresponden?

- Cómo usted ordene príncipe – dice haciendo una reverencia antes de retirarse.

- Por cierto, quisiera ir a saludar al rey…

- ¡Ryosuke! – Doy un pequeño brinco al escuchar ese conjunto de voces llamándome, siendo abrazado primeramente por mi querido amigo Daiki.

- Daiki ¿Cómo has estado? – Pregunto correspondiendo a su abrazo.

- Muy bien, me alegra mucho verte de nuevo.

- A mí también – sonrío ampliamente, mirando a los otros dos chicos que están presentes.

- ¿Yuto? ¿Ryu? – Pregunto asombrado de verlos, mientras estos dos asienten animadamente.

- Me complace verlo de nuevo príncipe – dice Ryutaro haciendo una reverencia.

- Un gusto Ryu – sonrío – Daiki me contó hace un tiempo que estabas fuera del reino.

- Sí, fue una muy grata experiencia pero no hay como estar nuevamente con la gente que aprecio – sonríe dulcemente.

- Apenas Daiki escuchó que habías llegado se vino corriendo – dice Yuto entre risas – pero también estoy feliz de verte nuevamente – dice con una gran sonrisa.

- Que envidia, son tan altos – digo haciendo un leve puchero.

- Eso mismo les he dicho – ríe apenado Daiki.

- ¿Y Yuri?

- Yuri si es más bajito que nosotros – responde Daiki

- No me refiero a eso – río, dándole un leve golpe en el brazo - ¿dónde está?

- Ah, eso – sonríe – está en el despacho de mi hermano ¿quieres que te lleve?

- Justo estaba hablando de que quería saludar al rey cuando ustedes llegaron.

- Entonces puedes venir con nosotros – dice Daiki.

- En ese caso volveré con mis quehaceres – dice la señora Hitomi - ¿quisieras algo de beber príncipe?

- Agua estaría bien, por favor.

- En un momento se la llevaré al despacho del rey.

- Muchas gracias – sonrío viendo a la amable señora alejarse.

Fuimos rápidamente al despacho del rey, siendo recibido amablemente por todos los presentes, exceptuando un poco por el señor Kei, que al igual que en nuestro primer encuentro no dejaba de mirarme con cierta molestia. Pero lo que me decepciona un poco es no haber visto desde que llegué a Hikaru.

- ¿Y el señor Hikaru? – Pregunto en voz alta, avergonzándome un poco por decir aquello.

- Hikaru está en el campo – responde el rey – al parecer ha aparecido una plaga y él ha salido temprano ésta mañana para hacer un diagnóstico más acertado, volverá hasta entrada la noche.

- Ya veo… - Digo sintiéndome un poco entristecido.

- ¿Quieres que vayamos a los campos? – Dice Daiki.

- No… No creo que sea necesario – digo un tanto apenado.

- No es ninguna molestia, de ahí podemos ir al pueblo y visitar alguna cafetería – dice Daiki.

- Sí, vamos – dice Yuto emocionado - ¿podemos ir Yuya?

- Por supuesto, tienen mi permiso – dice el rey amablemente.

- Entonces vamos – dice Daiki, uniéndose a nosotros Yuri que a regañadientes aceptó la insistencia del rey de acompañarnos, sintiéndome emocionado de por fin a ver a Hikaru. 


CONTINUARÁ...