Musekinin Hero

Hola a TODOS!!!!
Después de más de un mes sin publicar, aquí les traigo por fin el capítulo 7, perdón si es muy cortito, pero es mejor esto que nada n.nU pero eso si, está bien sustancioso (?) espero que les guste y muchas gracias por sus comentarios y como siempre este fic va dedicado a Mimi-chan y Wen-chan <3

Tema: Musekinin Hero

Extensión: Serial 

Parejas: Takanoo y otras...

Autora: Akari-chan

Capítulo 7

Me quedé esperando por casi una hora, no sabía muy bien si aquello sería buena idea, pero por lo menos debíamos de intentarlo, de repente la puerta se abrió, quedándome realmente impactado por lo que veía salir de ella, si no supiera en esos momentos que la hermosa chica que tenía en frente de mí era Yuri, nunca lo hubiera sospechado.

- ¿Qué te parece? – preguntó Yasuda-san demasiado entusiasmado, yo me quedé sin habla, mirando de pies a cabeza a aquel ser tan hermoso. Tenía una peluca negra ondulada que le llegaba casi a la cintura, un hermoso vestido color rosado con estampado de flores blancas, que dejaba al descubierto sus brazos y una pequeña parte de sus piernas, ya que el resto estaba cubiertas por una medias blancas que hacían juego con el vestido y las zapatillas también rosas – las medias son para que no se vea tanto el vello de sus piernas – aclaró Yasuda-san -.

- Está hermoso – dije sin dejar de mirarlo, sentía como mi corazón latía rápidamente, era la primera vez que me sentía de esa manera con alguien, pero no era por el hecho de verlo vestido de mujer, ya que prefería mil veces verlo como en realidad es, sino fue el hecho de verlo totalmente sonrojado, eso era algo que nunca me había dado el gusto de ver -.

- ¡Muy bien! Creo que ya es momento de comenzar ¿No crees Nakajima-kun? – preguntó Yasuda-san muy entusiasmado -.

- ¡Todos a sus lugares! – grité haciendo que los ayudantes apartaran la mirada de Yuri, no me gustaba que lo miraran tanto –.

- ¿Y qué tengo que hacer? – pregunté, me sentía demasiado avergonzado, quería huir de ahí pero no podía quedarle mal a Yasuda-san y a la empresa -.

- Solo tienes que pararte ahí y posar ante la cámara, no es nada del otro mundo – dijo Nakajima-san -.

- Ya lo sé, es solo que no sé nada de ser modelo y esas cosas – dije molesto -.

- Chinen-kun, solo actúa normal - dijo Yasuda-san -.

- ¿Normal? Si es así, las fotos saldrán horribles por la cara de amargado que siempre pone – dijo Nakajima-san en tono de burla, si no hubiera estado tanta gente alrededor de nosotros, sin duda le hubiera propinado un buen golpe en esa carita suya -.

- No te preocupes Yasuda-san, haré mi mejor esfuerzo - le sonreí y me encaminé hacia donde me habían indicado, tratando de recordar cómo se veían las modelos en las revistas y en las vallas publicitarias, pero eso no servía de mucho, no era de los que se la pasaban viendo con detalle ese tipo de cosas -.

Comenzamos con la sesión de fotos, traté de relajarme en lo más posible y también de sonreír, pero me sentía demasiado nervioso de que me viera tanta gente, pero sobre todo él que no desaprovechaba ningún momento para fastidiarme, tocando disimuladamente mis nalgas cuando decía que debía de indicarme de que manera debía sentarme o pararme, conteniéndome de las ganas tan tremendas de golpearlo y así siguió la sesión de fotos, entre muchos cambios de ropa, maquillaje y las manoseadas de Nakajima-san.

- ¡Muy bien! hemos terminado – exclamó Nakajima-san, seguido de las felicitaciones que me daban las personas del Staff -.

- Chinen-kun, lo hiciste genial – dijo Yasuda-san al mismo tiempo que me abrazaba -.

- Gra… gracias Yasuda-san – correspondí a su abrazo alegremente -.

- Espero poder encontrar fotos que sean realmente buenas – dijo Nakajima-san no muy convencido -.

- De seguro que sí, nunca había visto a alguien a quién le lucieran tan bien las prendas que diseño – dijo Yasuda-san con mucho entusiasmo. De repente comenzó a sonar un celular, no era el mio ni tampoco el de Nakajima-san ya que conocía muy bien el sonido de este – Es el mío – dijo Yasuda-san, contestándolo, al parecer hablaba con alguien muy especial ya que se sonrojaba y sonreía como alguien que está enamorado – Lo siento mucho chicos, pero tengo que irme – dijo mientras me volvía a abrazar – fue un gusto conocerte Chinen-kun, hasta mañana Nakajima-sama – hizo una reverencia y se fue casi corriendo del lugar -.

- Iré a cambiarme – dije para después irme al camerino, ya me estorbaba el maquillaje y la ropa -.

                                                                                                     

Las fotos habían quedado espectaculares, inclusive eran mejores que las de todas las modelos que había fotografiado juntas y sin pensarlo me fui sigilosamente detrás de él, abriendo la puerta del camerino cuidando de que él no notara mi presencia, viendo como intentaba bajarse el cierre del vestido que quedaba en la parte trasera de este, pero al parecer le estaba causando problemas.

- ¿Quieres que te ayude? – pregunté, ganándome una mala mirada de su parte -.

- No gracias, yo puedo solo – dijo retomando lo que estaba haciendo sin éxito alguno -.

- ¿Estás seguro? – dije mientras me acercaba más a él -.

- Está bien – suspiró – pero no hagas nada extraño.

- No te preocupes, no lo haré – y ya con su permiso, tomé el cierre y lo bajé cuidadosamente viendo detalladamente su espalda y sin contenerme acerqué mis labios a esta, besándola, sintiendo como su cuerpo se estremecía -.

- ¿Qué haces? – se volteó dejándome ver nuevamente su rostro sonrojado y la vez lleno de furia -.

- Hago lo que me da la gana – y tomándolo de los brazos lo acorralé entre la pared y mi cuerpo, besando ferozmente sus labios, pero él no daba ni señas de querer corresponder, así que rocé su miembro con una de mis piernas, haciendo que gimiera un poco y aprovechando que había abierto la boca, adentré mi lengua en esta, entrelazando mi lengua con la suya, notando como por fin él correspondía a mi beso -.

No sabía exactamente por qué le correspondía, pero no podía negar que se sentía muy bien, era la primera vez que alguien me besaba de esa manera, por no decir que nunca nadie me había besado, aunque hubiese preferido que el primero fuera Yuyan.

- Yuri… - susurró luego de apartar sus labios de los míos, con la respiración algo agitada – acuéstate conmigo – dijo seductoramente cerca de mi oído, en ese momento reaccioné y le di un fuerte golpe en su cara, tirándolo al suelo -.

- ¡ERES UN CERDO! – Le grité y tomando mi ropa salí del camerino totalmente enojado, buscando un lugar en donde cambiarme, en verdad que no entendía por qué me había dejado llevar por ese idiota -.

La hora de salida había llegado rápidamente y junto con ella unas ganas inmensas de ver a Takaki-kun, todos esos días junto con él, me habían hecho sentir muy bien, olvidándome casi por completo de mis problemas con Kota.

- ¿Listo para irnos? – pregunté, sonriendo al ver que no me había dejado plantado -.

- Si ¿A dónde iremos? – preguntó al mismo tiempo que ambos caminábamos hacia el estacionamiento de la empresa -.

- A mi casa – respondí -.

- ¿A tu casa? – preguntó realmente sorprendido, pero lo que me causó más gracia fue el hecho de que se sonrojara, se veía tan lindo -.

- ¿Hay algún problema?

- No, no hay ninguno, es solo que pensé que iríamos a un bar o algo parecido.

- Lo siento, es que no tengo ganas de ir hoy a uno, pero si te molesta podemos ir a donde tú quieras.

- No te preocupes, en tu casa estará bien – sonrió -.

- Gracias – le sonreí de vuelta y nos sentamos sobre el vehículo, ya con nuestros cascos puestos, comenzando a conducir rápidamente, haciendo que me sujetara fuertemente a él, esa calidez de su espalda se me hacía muy reconfortante -.

Llegamos al edificio en donde residía, subiendo al ascensor y llegando de inmediato a mi apartamento, entrando los dos juntos en este.

- Ponte cómodo, ya traigo las cervezas – dije, indicándole que se sentara en el sillón que quedaba en la sala -.

Después de salir de trabajar, me fui a la discoteca que siempre frecuentaba con mis amigos, pero esa vez fui solo, necesitaba sacarme de la cabeza al que hace unas semanas era mi nuevo jefe, no dejaba de acosarme y de pedirme que tuviera algo serio con él, pero simplemente no quería, no podía. Entré al establecimiento, mirando alrededor de este, buscando a alguien con quién pasar la noche, pensando en que así podría sacarme esos sentimientos.

- ¿Vienes solo? – preguntó alguien por detrás de mí con una voz seductora muy cerca de mí oído, tomándome de la cintura, volteé para ver quién era, pero vaya sorpresa la que me llevé -.

-¿Qué haces aquí? – Pregunté enojado, justo cuando venía a olvidarme de él, aparecía como si nada en mi vida -.

- Pues a lo mismo que tú – dijo acercándose más a mí, intentando besarme, pero me aparté antes de que lo hiciera -.

- Mira Yamada-sama, yo soy tu asistente y tu mi jefe, así que por favor dejemos las cosas como están, no quiero tener nada más contigo – le dije suplicante -.

- Pero Dai…

- Por favor, si en verdad te gusto como dices, harás lo que te pido.

- Pero ¿por qué?

- Porque yo amo a otra persona – y sin esperar a que me dijera algo, salí corriendo de allí, sintiendo como mis lágrimas comenzaban a salir -.

- Siempre hablas de tus amigos como si fueran muy especiales – dije tomando otro sorbo de mi cerveza, estábamos a punto de terminar la primera docena, así que en esos momentos comenzábamos a sentir los efectos del alcohol -.

- Lo son, nos conocemos desde la primaria – sonrió -.

- ¿Tanto tiempo? – Pregunté sorprendido -.

- Si, pero son los mejores amigos que he tenido.

- Yo no tengo amigos tan antiguos, solo a unos cuantos de la universidad donde estudié.

- Si quieres yo podría ser de esos amigos de mucho tiempo - sonrió, acto que me hizo sonrojar, ya que había acercado demasiado su rostro al mío -.

- ¿Lo dices en serio? – susurré, sin intenciones de querer apartarme -.

- Si, aunque esto propiamente no lo hacen los amigos – y acortando toda distancia entre nosotros, me besó -.

CONTINUARÁ…