Hola Hola!!!!!!
Como siempre lamento mucho la demora, sé que había dicho que en Octubre publicaría, pero al final no pude hacerlo, estuve ocupada en muchas cosas, pero ya estoy aquí nuevamente!!!!!
Con la segunda parte de éste ahora mini serial, que al inicio pensaba en hacerlo un Threeshot pero cuando lo lean sabrán el por qué X'D
Y bueno, para no demorarme más, espero que les guste y esperen a final de mes el primer capítulo de Compass Rose, que ya estoy ultimando detalles.
Muchísimas gracias como siempre por todo su amor y sus lindos comentarios!!!!!
PARTE
II
- Es tan lindo… - Digo en un susurro, sonriendo tontamente de
tan sólo pensar en él. De todos los lugares en los que me había imaginado
encontrarlo jamás se me pasó por la cabeza que terminaría siendo en la escuela
de mi sobrinita.
Mi corazón no ha dejado
de latir frenéticamente por ese pequeño encuentro, de saber que él también me
recuerda, tengo tantas ganas de verlo, de abrazarlo, besarlo…
- ¡No! ¡Eso no está bien!
¡Ni siquiera sé exactamente cómo se llama! - Exclamo mientras revuelvo mis cabellos,
ganándome una mala mirada por parte de las personas que están a mí alrededor en
el centro comercial donde me encuentro – no debo apresurarme tanto, podría
asustarlo – digo en voz baja, sentándome en una banca que está cerca, esperando
la hora de ir por él a la escuela, estoy tan emocionado que no quiero volver a
casa de mi hermana hasta no verlo de nuevo.
¿En realidad ha sucedido?
¿El muchacho de hace un rato era él? Pregunto para mis adentros, sintiendo mi
corazón latir con frenesí. Durante todos estos años nunca he dejado de pensar
en ese chico y anhelaba con todas mis fuerzas volver a verlo, pero eso nunca
pasó. Mis esperanzas de volver a encontrarlo se desvanecían con el pasar de los
días. Pero hoy, como si el destino en verdad deseara que volviéramos a vernos,
lo trajo hacia mí y que maravilloso fue darme cuenta que todavía me recordaba.
- Daiki ¿Estás bien? –
Pregunta uno de mis compañeros de trabajo y uno de mis mejores amigos mirándome
preocupado.
- Eh… Sí…. ¿Por qué lo
preguntas?
- Es que estás rojísimo –
dice tocando mi frente – pero parece que no tienes fiebre – dice un poco
aliviado.
- La verdad es que no es
nada…
- ¿De qué tanto hablan? –
Pregunta mi otro mejor amigo, Ryosuke, sentándose a mi lado en el comedor.
- ¿Tú qué haces aquí? –
Pregunto desconcertado de verlo.
- Vine a hablar con mi
madre – dice llevándose una generosa cucharada de arroz a la boca. La mamá de
Ryosuke es la directora de ésta escuela – acuérdense que gracias a mí tienen
éste trabajo – dice con gracia.
- Y te lo agradecemos
¿pero no es raro que entres así como si nada?
- ¿Por qué raro? He
venido a ésta escuela desde que tengo memoria – dice sonriente - además amo la
comida que prepara Himiko-san.
- Me alegra mucho escuchar
eso joven Ryosuke – dice la recién nombrada, trayendo en sus manos una olla con
abundante arroz - ¿Quieren más arroz chicos?
- Por favor – dice
Ryosuke alegremente.
- No gracias, así estoy
bien – digo.
- Yo sí quiero un poco
más – dice Yuri alcanzándole su plato. Ryosuke y Yuri son mis mejores amigos,
nos conocimos en la secundaria y desde entonces hemos sido casi que
inseparables.
- ¿Y de qué estaban
hablando antes de que llegara? – Pregunta Ryosuke con curiosidad.
- Estaba diciéndole a
Daiki que está muy raro el día de hoy, como ausente – dice Yuri preocupado.
- ¿Ausente? ¿Y eso por
qué?
- Ya he dicho que no es
nada… Sólo estaba pensando…
- En mi tío Kei ¿verdad?
– Pregunta Sayumi-chan, interrumpiendo la conversación.
- Oh, es cierto, has estado
actuando raro desde entonces – dice Yuri con picardía.
- ¡No es eso! – Exclamo
avergonzado.
- Te has puesto rojo de
nuevo – dice Sayumi-chan sonriente.
- ¿Lo conoces? – Pregunta
Yuri curioso.
- No sé cómo explicar
eso…
- ¿Acaso es eso que
llaman amor a primera vista? – Pregunta Ryosuke burlonamente.
- No se burlen – digo
tapando mi rostro con las manos, completamente avergonzado.
- Mi tío Kei es muy buena
persona – dice la niña sonriente – sería lindo que ambos fueran novios – dice
ilusionada.
- No digas esas cosas… -
digo más avergonzado de lo que ya estaba.
- Sayumi-chan, ve y
termina de comer – dice Yuri amablemente – y por favor, no le comentes nada de
esto a nadie.
- Sí, Yuri-sensei – dice
ésta volviendo a su mesa rápidamente.
- Así que es por eso –
dice Yuri pensativo.
- Es una larga historia –
suspiro – en resumen, él me ha invitado a salir – digo sintiendo mi rostro
enrojecer.
- ¿En serio? – Preguntan ambos
al unísono, sintiendo sobre nosotros las miradas curiosas de los niños.
- Mejor vayamos a hablar
a otro lado – digo moviendo mi silla de ruedas – niños, pórtense bien, nosotros
vamos a estar un momento afuera – digo con una sonrisa.
- ¡Sí Dai-sensei! – Exclaman
todos al unísono, siguiendo con lo suyo.
- ¿Van a salir? –
Pregunta Ryosuke emocionado al estar ya los tres afuera.
- ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿A qué
horas? – Pregunta Yuri igual de emocionado.
- Hoy… después de la
escuela…
- ¿Y es guapo? – Pregunta
Ryosuke.
- No lo vi muy de cerca,
pero supongo que sí – dice Yuri sonriente.
Pasamos lo que quedaba de
descanso hablando sobre aquel chico que llevaba quitándome el sueño desde hacía
mucho tiempo. Nunca les había contado sobre esto, pero me hace muy feliz saber
que cuento con el apoyo de ambos.
Y así la tarde pasó
rápidamente, llegando con ésta la hora de la salida. Voy al baño para quitarme
el delantal y peinarme un poco, quiero verme presentable para él, aunque no sé
si sea correcto hacerlo, no quiero hacerme ilusiones ¿y si él no busca lo mismo
que yo? ¿Está bien enamorarse de alguien que escasamente conoces?
- ¿Quieres que te ayude?
– Pregunta Yuri tocando la puerta suavemente.
- No creo que puedas ayudar
mucho – sonrío - pero pasa – digo mientras acomodo un poco mi flequillo.
- Pues tenías razón, no
hay mucho en lo que pueda ayudar, te ves precioso – dice con una sonrisa.
-
Gracias, aunque no es para tanto – digo nerviosamente – me sabe un poco mal
dejarte organizando todo.
-
No te preocupes por eso, conmigo es más que suficiente, tú sólo preocúpate por
disfrutar tú cita.
-
Yuri… ¿Crees que él sienta lo mismo que yo?
-
No sé si pueda asegurar eso, pero si te pidió salir sería por algo ¿no? – Dice
con una amable sonrisa – estate tranquilo, todo va a salir bien.
-
Gracias – sonrío - ¿Los niños ya están listos?
-
Sí, ya guardaron sus pertenencias y acomodado sus pupitres, y también algunos
padres han comenzado a llegar.
-
Entonces no los hagamos esperar más tiempo – digo saliendo junto con él para ir
a despedir a los niños, que poco a poco iban yéndose junto con sus padres o
algún otro familiar, visualizando a lo lejos a aquel chico, caminando con mucha
prisa, sintiendo mi corazón acelerarse, poniéndome nervioso – Yuri, podrías
hablar con él mientras me calmo un poco.
-
¿Pero qué dices Daiki? – Pregunta extrañado.
-
Por favor, sólo unos segundos.
-
Está bien – suspira – de paso aprovecho para verlo más de cerca – sonríe – no
te demores mucho – dice dándome una suave palmada en mi hombro derecho.
Camino
lo más rápido que puedo a la escuelita, no porque esté llegando tarde o algo
parecido, sino porque me siento tan ansioso de verlo nuevamente que mis piernas
se mueven casi que por sí solas. ¡Ay! esto que siento por ese chico es fuera de
éste mundo.
-
¡Tío Kei! – Exclama mi hermosa sobrinita al verme – ¿Me vas a llevar a casa
también? – Pregunta con ilusión.
-
Eh… ¿No ha llegado tu padre? – Pregunto algo agitado por venir tan deprisa.
-
No – dice haciendo un pucherito.
-
¡Siento mucho la espera! – Exclama mi cuñado llegando al lugar, también con la
respiración agitada.
-
¡Papi! – Exclama mi sobrinita abrazándolo alegremente.
-
Kei, que gusto verte – dice con una sonrisa – ¿mi hermana te pidió que vinieras
por Sayumi?
-
Yo…
-
Michishige-san, que gusto verlo – dice al parecer uno de los maestros
acercándose a nosotros.
-
Hola Chinen-sensei ¿cómo se portó Sayumi hoy?
-
Se ha portado muy bien, es una niña muy obediente – dice sonriente.
-
Me alegra mucho escuchar eso – sonríe – entonces nos retiramos, tengo que ir
por un encargo de camino a casa – dice tomando a Sayumi de la mano - ¿vienes
con nosotros Kei?
-
Eh… Yo… No… Me quedaré…
-
¿Te quedarás por Dai-sensei? – Pregunta Sayumi emocionada.
-
Sí…
-
Oh ¿En serio? – Dice mi cuñado – no pensé que se conocieran – dice con una
sonrisa – bueno, que les vaya muy bien, ya tenemos que irnos.
-
Por favor dile a mi hermana que llegaré algo tarde.
-
Tranquilo, no creo que te vaya a reprender por no llegar temprano a casa.
-
Eso es lo que tú crees… - digo con una sonrisa nerviosa.
-
Está bien, hasta luego – dice comenzando a caminar junto con su hija.
-
Que te vaya muy bien en tu cita con Dai-sensei – dice Sayumi mientras se aleja.
-
Tú debes ser el tío de Sayumi-chan ¿verdad? – Asiento - yo soy Chinen Yuri, es
un gusto conocerle…
-
Inoo Kei – respondo rápidamente – es un gusto.
-
El gusto es mío – sonríe – Daiki está tan nervioso que no ha querido salir para
verte.
-
¡No digas eso Yuri! – Dice el recién nombrado, con su rostro tiernamente
enrojecido.
-
Bueno, ahora si los dejo solos – dice Chinen-san sonriente – disfruten mucho su
cita – dice para luego entrar a la escuela rápidamente. Quedándonos viendo por
largo rato, hasta que comencé a hablar.
-
Inoo Kei… – Digo nervioso – ese es mi nombre.
-
Arioka Daiki – sonríe, bajando un poco la mirada, como si estuviera
avergonzado.
-
Conozco una cafetería cerca de aquí, es muy acogedora y creo que podríamos
hablar tranquilamente ahí.
-
Creo saber a cuál te refieres – dice con una sonrisa, mirándome con esos ojitos
tan bonitos que tiene.
-
¿Quieres que te ayude? – Pregunto refiriéndome a su silla de ruedas.
-
No, gracias, yo puedo hacerlo solo – dice comenzando a movilizarse, mientras
que yo camino a su lado, en silencio, llegando en pocos minutos a la cafetería,
en dónde pedimos una mesa para dos. Me asombro de ver lo ágil que es para pasar
de la silla de ruedas a una de las sillas que acompañan la mesa.
-
¿Qué sucede?
-
Nada, sólo pensaba que eres asombroso – digo sonriente.
-
Gracias… - Susurra con una dulce sonrisa, tomando la carta para ver el menú,
mirándonos de vez en cuando, compartiendo una que otra sonrisa, haciendo
nuestro pedido con uno de los meseros, llegando éste a los pocos minutos, en
los cuales nos habíamos quedado en silencio, pensando en qué decir, en cómo
expresarle mis sentimientos sin asustarlo.
-
Yo…
- Recuerdo aquel día con
total claridad – sonríe levemente - había salido de casa a escondidas de mis
padres porque estaba harto de que me sobreprotegieran tanto – suspira – quería
salir y hacer amigos como cualquier otro niño, así que por eso fui al parque,
pero tuve el infortunio de encontrarme con esos bravucones.
- Lo lamento…
- Me alegro de que
llegaras a defenderme – sonríe, mirándome con dulzura.
- No es nada, no podía
permitir que le hicieran daño a un chico tan lindo como tú – digo sintiéndome
apenado por mis palabras.
- Gracias por pensar que
era lindo.
- Todavía lo eres - digo
rápidamente - en verdad no sé si es correcto decir esto, pero no has salido de
mi cabeza desde entonces.
- ¿Eso es cierto? – Pregunta,
notándose un intenso color rojo en sus mejillas.
- Lo es – río
nerviosamente.
- Yo tampoco he dejado de
pensar en ti desde ese día – dice todavía más ruborizado
- Me alegra mucho
escuchar eso – digo, buscando las palabras adecuadas para decirle lo que siento
– no sé cómo explicarlo, pero es como si…
- ¿Nos conociéramos de
mucho antes? – Pregunta con ilusión.
- Sí… Como si nos
hubiésemos conocido en una vida pasada… - Digo sintiéndome un poco avergonzado
de decir esas cosas, pero a estas alturas no suena para nada descabellado.
- Yo también lo creo… -
sonríe – como si tuviéramos la oportunidad de hacer lo que no pudimos en la
anterior vida – dice con una hermosa sonrisa que hace derretir mi corazón – aunque
suene rebuscado decir eso…
- Sea cierto o no – digo
tomando una de sus manos – me gustaría conocerte y que me conocieras también.
- ¿Tú me quieres? –
Pregunta sosteniendo fuerte mi mano.
- Creo que estoy
enamorado de ti…
- ¿Y no te importaría
estar con alguien como yo?
- Para nada – sonrío –
con todo el gusto te llevaría a cualquier lugar que me pidas – digo acercando
su mano para besar el dorso de ésta - entonces… ¿Está bien si lo intentamos? –
Pregunto mirándolo expectante – no estás obligado a aceptar, me conformaría con
ser sólo tu amigo…
- ¡Intentémoslo! –
Exclama avergonzado, haciendo que mi corazón lata de felicidad.
No sé porque de la nada pensé en el fic que acaba de terminar y que en esta vida ambos son normales y se volvieron a encontrar. Hoy pude venir a leerte por aquí, la verdad que eh tenido días malísimos, eh tenido el desfortuno de ser asaltada, entre todo eso lo que más me dolió fue perder mi lap.
ResponderEliminarPero bueno que podría hacer aparte de sentirme triste por ratos, el avance de años lo perdí en un segundo, en fin venir y leer tu fic me transporta a otro lugar y olvidar lo desafortunado del destino, gracias por este fic que realmente ya lo esperaba desde hace tiempo jsjsjs y sigo pensando que el continuación, pero dejare que me lo aclares tu próximamente, la verdad estoy emocionada por lo que se viene, es mi pareja favorita
Waaaaaa dime qué lo vas a continuar!!! Es hermoso!!!
ResponderEliminarQuiero más de este fic. *-* solo imaginarme a Daiki bebé se derrite mi corazón
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