Hago esta entrada rapidita para dejarles por fin el nuevo capítulo 😅
En verdad lamento mucho la demora, pero como sabrán la salida de Subaru de Eito y la próxima de Keito en JUMP, no me han tenido muy bien anímicamente 😓
Pero de todos modos les deseo a ambos lo mejor y que trabajen duro para lograr lo que se proponen y que el caso de Suba-chan no desaparezca del todo y que vuelva como el gran músico que es y estaré esperando ansiosa a Keito 💚💝
Muchas gracias por todo este amor que ha recibido el fic, en verdad que estoy muy agradecida y pues solo me queda decirles que ya vamos por la recta final de éste.
Y como siempre este fic va dedicado a mi querida amiga Mari 💗
Disfrútenlo 😚
PD: Este hermoso dibujo lo a hecho ella con mucho cariño, ya fue hace rato pero quería compartírselos en algún momento, muchas gracias 💘
Tema: Father's Love
Extensión: Serial
Parejas: Varias
Autora: Akari-chan
Capítulo 44
*Maruyama Ryuhei*
Llego al lugar que
indicaba en la invitación, sintiéndome idiota y nervioso por estar ahí parado,
justo en frente de la entrada del restaurante, que por su fachada puedo
asegurar que es uno de los más cotizados de la ciudad.
Respiro profundo,
tratando así de darme fuerzas para continuar, caminando despacio hasta cruzar
por fin la entrada…
- ¡Bienvenido! – Dicen
alegremente dos chicos que han salido de la nada, reconociendo de inmediato a
uno de mis alumnos.
- Ryosuke-kun ¿pero qué
haces aquí? – Pregunto sorprendido.
- Mi padre es uno de los
dueños del restaurante – dice sonriente.
- Ahora entiendo el por
qué tú me entregaste la invitación.
- Maruyama-sensei, yo soy
Shibutani Yuto, no sé si te acuerdes de mí, pero alcancé a tener unas clases
con usted antes de cambiar de Instituto este año.
- Shibutani… Claro que te
recuerdo, me da gusto verte - digo viéndolo con detalle, ese apellido y su
parecido con él…
- Chicos por favor no
atosiguen a nuestro invitado – dice acercándose aquella persona que estaba
viniendo a mi mente – vayan y atiendan los demás clientes, yo me encargo de él
– dice para luego ver como ambos chicos se van rápidamente.
- ¿Subaru? Años sin verte
– digo sin poder evitar abrazarlo.
- Que bueno que todavía
me recuerdes Maru-chan.
- ¿Cómo no iba a hacerlo?
Si tú fuiste de las pocas personas que estuvieron conmigo después de que…
- Aun así no entiendo por
qué después de eso perdimos el contacto.
- Quería de algún modo
deshacerme de todo lo que me recordaba y acercara a él, en verdad lo siento –
digo haciendo una reverencia.
- No te disculpes por
eso, espero que de ahora en adelante todo marche bien para ambos – dice
haciendo que me entre un escalofrío al acordarme del por qué he venido acá.
- Por cierto, ¿Yuto-kun
es tu hijo?
- Sí – responde
alegremente.
- Entonces te has casado,
que bueno – digo con total alegría.
- Bueno, hace poco me he
divorciado.
- ¿Eh? ¿En serio? ¿Por
qué?
- Creo que este no es
momento para conversar sobre eso, él ya te está esperando – dice con una enorme
sonrisa, haciéndome sentir más asustado de lo que ya estaba – pero si quieres
puedes venir otro día y conversamos con mucha más calma – dice comenzando a
caminar seguido de mí.
Caminamos hasta donde se
supone que está él, caminando lento para demorar un poco más mí llegada,
deteniéndonos al frente de la puerta.
- Yokoyan es un buen tipo
y te ama demasiado.
- Si en verdad me amara
no me hubiera hecho eso.
- Entiendo tu sentir,
pero muchas veces uno hace grandes sacrificios por el bienestar de la persona
que amas – sonríe – que disfrutes tu noche y no se preocupen, que si hacen
mucho ruido no se va a escuchar nada aquí afuera – dice felizmente haciendo una
reverencia, dejándome sonrojado y avergonzado en frente de la puerta.
*Daiki*
- ¿En verdad crees que
está bien hacer esto? – Pregunta mi novio a su hermano todavía incrédulo.
- Claro que está bien, no
me quiero perder ningún solo detalle de esta cita – dice Keito emocionado.
- Pero parecemos idiotas
vestidos así – dice Kei mirándose, estamos vestidos todos completamente de
negro, siguiendo los consejos que le había dado Aiba-san a Keito sobre
espionaje.
- Es para no llamar la
atención.
- ¿Y no crees que así llamamos
mucho más la atención? Además… ¿Por qué viene tu novio? Sin ofender Hikaru-kun.
- Porque vas a estar
besuqueándote con Dai-chan mientras estamos aquí pues no quería hacer mal
tercio.
- Pero aun así…
- Deja de quejarte y
mejor entremos, ya tuvieron que haber llegado – dice tomando del brazo a su novio,
caminando hacia el restaurante.
- No te preocupes tanto
Kei, de hecho me parece divertido.
- Debería de decirle a mi
papá que no permita que Keito se junte tanto con el tío Aiba, él no está muy
bien de la cabeza.
- ¿Pero qué dices? – Río
– Keito lo hace con la mejor de las intenciones y ya que nos hemos tomado la
molestia de venir así vestidos deberíamos de entrar – digo dándole un dulce
beso en la mejilla, haciéndolo sonrojar.
- Pero igual pienso que
no está bien el venir acá a espiar a nuestros padres… - Suspira – siento que
hay que dejar que las cosas fluyan entre ellos sin tener que intervenir.
- En eso tienes razón –
sonrío - ¿Pero no te da curiosidad verlos?
- Pues la verdad un poco
– dice apenado.
- ¿Se van a quedar ahí
parados? – Grita Keito desde la entrada.
- ¡Ya vamos! – Responde
Kei, sujetándome de la mano, caminando rápidamente hacia donde está su hermano.
*Shibutani Subaru*
- Subaru… - Susurra Ryo
mientras camino hacia el salón principal, tomándome del brazo y llevándome de
un tirón hacia nuestra oficina.
- ¿Sucede algo? –
Pregunto preocupado ante tal acción.
- Es que… ¿Por qué te
tienes que dejar abrazar por todos?
- ¿De qué estás hablando?
- Es que te vi abrazando
a Maruyama-san en la entrada y pues… - Dice cruzando sus brazos con algo de
molestia.
- Ah, entiendo, estás
celoso – sonrío acercándome a él, rodeando su cintura con mis brazos.
- No estoy celoso – dice
sonrojado y haciendo un adorable puchero que lo único que me provoca es comérmelo
a besos.
- Ryo, mi amor, no te
pongas así, sabes que Maru-chan es un buen amigo y llevaba muchos años sin
verlo.
- Lo sé, pero es que no
soporto que alguien más te toque.
- Solo fue un abrazo de
amigos – susurro cerca de su oído – no tienes por qué ponerte celoso, solo tú
puedes tocarme en donde y cuando quieras – digo besando dulcemente su mejilla,
llevando luego mis labios hasta los suyos y besarlo con intensidad, sintiendo
como sus brazos que antes estaban cruzados suben hasta mi cuello, rodeándolo.
- Parezco un idiota
comportándome así – dice al terminar el beso – pero es que tengo miedo de que
todo esto acabe en algún momento.
- ¿Y por qué tendría que
acabar? Ryo, te he esperado toda la vida, aún a pesar de que estuviéramos con
otras personas siempre albergué la esperanza de que terminaríamos juntos y soy
plenamente feliz contigo ¿no te lo he demostrado lo suficiente?
- Bueno, sí, mucho… -
Dice completamente sonrojado.
- ¿O quieres que te lo
vuelva a demostrar? – Digo apegándolo más a mi cuerpo, sintiendo su respiración
agitada.
- Creo que ahora no es un
buen momento – dice apenado.
- Tienes razón – sonrío –
¿te parece bien si vamos a algún lugar más íntimo cuando cerremos?
- ¿Vas a dejar que los
niños se vayan solos a casa?
- No son unos bebés – río
– además creo que ellos también necesitarán un tiempo a solas.
- Está bien – dice besándome
nuevamente pero con dulzura. Estoy dispuesto a demostrarle lo mucho que lo amo
cada día de nuestras vidas.
*Yokoyama You*
Había llegado una hora
antes de la indicada en la invitación, quería ver el salón primero, cuidando de
cada detalle de éste, desde la iluminación, hasta el mantel que se pondría todo
en unos tonos naranjas, desde los más oscuros hasta los más claros. Además del
comedor también hay un televisor, un enorme y cómodo sofá y un minibar.
Me sobresalto un poco al
escuchar el ruido de la puerta al abrirse, poniéndome rápidamente de pie,
sintiendo mi corazón latir fuertemente al verlo entre el marco de la puerta,
pensativo, como si dudara en seguir. Me sonrojo al verlo tan arreglado, tan
hermoso.
- ¿Puedo seguir? –
Pregunta diciendo luego algo entre dientes, como si se regañara a sí mismo por
hacer aquella pregunta.
- Claro, sigue – sonrío,
viéndolo caminar lentamente hasta quedar ambos frente a frente - Me alegra que
aceptaras mi invitación Maru-chan – digo haciendo una reverencia, totalmente
emocionado.
- No tenía opción, tenía
hambre y pues no quería cocinar – dice haciéndome reír por su respuesta ¿en
serio piensa que me voy a creer eso?
- No te rías, es verdad –
dice seriamente.
- Entonces estás de
suerte hoy, porque al final de esta cita te irás muy bien alimentado – digo
avergonzándome después de lo que acabo de decir – toma asiento - digo sentándome rápidamente en donde me encontraba antes.
Maru-chan todavía dudoso
decide sentarse también, en silencio, solo mirándonos fijamente. Creo que ni en
nuestra primera cita nos habíamos sentido tan avergonzados y nerviosos, pero
dada la situación considero que es algo normal. Maru-chan todavía no confía plenamente
en mí.
- ¿A qué horas traen la
comida? – Pregunta interrumpiendo el incómodo silencio que se había formado.
- Estaba esperando a que
llegaras para que la trajeran, así que no debe de tardar – sonrío y como había
previsto, llegó la cena.
- Buen provecho – dice el
mesero después de acomodar todo sobre la mesa, para finalmente hacer una
reverencia y salir de la sala.
- ¡Mapo doufu! – dice Maru
mirándolo con ojos brillantes y luego de agradecer por la comida, empezó a
comer felizmente.
- Sabía que te encantaría
– digo disfrutando de ver su expresión de alegría al comer.
- La verdad es que
llevaba mucho tiempo sin comerlo – dice deteniéndose por un momento, un poco
apenado por la reacción que había tenido al ver su comida favorita.
- No te avergüences, amo
verte sonreír y comer también – digo sonriente – estaría toda la vida mirándote
hacerlo.
- No creo que sea algo
tan maravilloso.
- Todo lo que tenga que
ver contigo es maravilloso – sonrío – pero no te detengas, no quiero perderme
ningún detalle – digo mirándolo atento a cada movimiento que pudiera hacer, a
cada expresión de su rostro, de sus labios…
- Ya deja de mirarme así
que me pone nervioso.
- Eso es lo que quiero –
digo con picardía, llevando una de mis piernas hasta rozar una de las suyas por
debajo de la mesa, sintiéndolo estremecer.
*Kei*
- ¡¿Entonces hemos venido
para nada?! – Exclama mi hermano con total decepción.
- Tal parece que sí –
dice Yuto tratando de no reírse de la situación.
- Yo quería verlos juntos
en su primera cita – dice con tristeza.
- Bueno, lo importante es
que ahora están juntos – dice Daiki tratando de animar las cosas.
- Pero no es lo mismo, yo
quería ver todo con lujo de detalles.
- ¿En verdad les parece
agradable saber que sus padres ahora están juntos? – Pregunta Ryosuke uniéndose
a lo conversación.
- Pero es que se ven muy
lindos juntos – dice Keito emocionado – además Maru-sensei fue el primer amor
de mi papá y saber que después de tanto tiempo lo están intentando de nuevo se
me hace muy romántico.
- ¿Y sus mamás lo saben?
– Pregunta Ryosuke.
- Mi mamá no quiere verlo
ni en pintura, así que creo que de igual modo no le importa – dice Daiki con
tristeza.
- Lamento mucho que la
relación de tus padres no sea buena.
- Ya me acostumbré –
suspira.
- Mamá todavía no lo sabe,
pero tampoco creo que le moleste ¿cierto hermano?
- Estoy seguro de que no
– sonrío.
- ¿Tú cómo reaccionarías
a eso Ryosuke? – Pregunta Yuto.
- ¿Reaccionar a qué?
- Bueno, supongamos que
nuestros padres…
- ¡No seas tonto Yuto!
¡Eso jamás pasaría!
- Pero por eso digo que
es una suposición.
- ¡Ryosuke! ¡Yuto!
¡Vengan a atender estas mesas! – Exclama de repente uno de los empleados.
- Creo que tendremos que
dejar la conversación para más tarde ¿podrían esperarnos hasta la hora de
salida?
- Por mí no hay problema
– digo mirando a mi novio que asiente con alegría.
- De mi parte tampoco –
dice Hikaru.
- Entonces espérennos
hasta entonces y estamos a su servicio por si se les ofrece algo más – dice
Yuto, yéndose rápidamente junto con Ryosuke.
*Maruyama Ryuhei*
Después de comer nos
sentamos en el sofá, demasiado cerca, demasiado juntos para mi acelerado
corazón, no quería bajar tanto la guardia pero se siente tan bien estar así con
él, besándonos con cariño, acariciando sutilmente nuestras manos.
- Eres tan lindo – dice acariciando
mi rostro, regalándome esa hermosa mirada que solo él me puede dar – sigues
siendo tan bello como siempre, aunque con unos kilitos de más – dice con una
sonrisa que hace que me avergüence.
- ¿Me estás diciendo
gordo? – Pregunto algo ofendido.
- No quise decir eso –
ríe – estás muy bien, solo que ahora tienes un poco más de donde yo pueda
agarrar – dice al mismo tiempo que toca mis brazos y parte de mi abdomen,
recostándome suavemente sobre el sofá, abriendo mis piernas para que él se
acomode mejor sobre mí.
- Kimi…
- No me gusta que me
llames así – dice con un poco de molestia.
- Por esa razón es que lo
seguiré haciendo – sonrío, recibiendo un ferviente beso de su parte, siendo
correspondido de inmediato, mientras mis manos viajan por su espalda, bajando
hasta su trasero, ese que tanto me vuelve loco, aunque no quisiera reconocerlo,
siempre había anhelado volverlo a sentir entre mis manos.
- Te amo – dice para
luego seguir besándome, recorriendo con sus manos cada rincón de mi cuerpo por
encima de la ropa.
- Yo también – digo casi
sin pensarlo, dejándome llevar por el amor tan grande que siento por él,
sintiéndome todavía más idiota e indefenso entre sus brazos, así que apenado lo
aparto un poco, mientras que él me mira con algo de confusión – lo siento…
- Por favor no te
disculpes, debería ser yo el que lo haga – dice besando mi frente - En verdad no sabes cómo me arrepiento de todo
el daño que te hice, de pensar en lo mucho que te hice sufrir y entiendo
completamente que me odies, pero no quiero desistir, no pienso hacerlo – sonrío
al ver tal sinceridad en sus ojos, en sus palabras.
Durante todos estos años
traté de alejarme de todo lo que me acercara a él, los amigos, los lugares que frecuentábamos,
la ciudad en donde pasamos la mayor parte de nuestra relación, pero aun así mis
sentimientos aunque disfrazados de odio nunca se extinguieron y aunque todavía
tengo algo de miedo, no estaría mal en intentar.
CONTINUARÁ...
Punto número 1, se ve bien lindo el dibujo, ojalá hiciera más asi.
ResponderEliminarPunto número dos, madre dvina, que pasará cuando Ryo descubra lo de su padre, seguro se infarta jajaja mientras que Yuto es un amor, ojala que esta parejita Maru y Yoko, logren por fin concretar su hermoso amor, estare ansiosa del siguiente capítulo. Gambatte