Nuevamente perdonen la demora, pero aquí estoy de nuevo, no sé que tan bien me quedó, pero creo que lo hice bien XD espero les guste mucho y muchas gracias por sus comentarios y cómo siempre este fic está dedicado a mi querida amiga Mari y a Shizuka, que lo disfruten >3<
P.D. Ya puedo por fin concentrarme en la segunda parte de Guilty que sé que muchas lo esperan con ganas, así que esperénlo para el cumpleaños de Yuri.
Tema: Father's Love
Extensión: Serial
Parejas: Varias
Autora: Akari-chan
Capítulo 15
*Yokoyama You*
- Maru… - susurro su nombre al verlo parado frente a
mí, mirándome igual o inclusive más sorprendido de lo que yo estoy, sintiendo
un escalofrío recorrer todo mi cuerpo y unas ganas inmensas de querer
abrazarlo, pero hace mucho tiempo dejé de tener ese privilegio y me parece que
es una broma muy cruel la que nos está haciendo la vida.
- Maru-sensei, te presento a mi Papá – dice Keito
entusiasmado, sin estar consciente de lo que está pasando a su alrededor.
- Yo… Yo… - alcanza a susurrar antes de comenzar a desmayarse,
pero a pesar de lo consternado que todavía estoy, logro sostenerlo en mis
brazos antes de que su cuerpo toque bruscamente el suelo.
- Keito ¿Dónde está la enfermería? – Pregunto con algo
de desesperación, levantando su cuerpo como si de una princesa se tratara,
disfrutando de ese dulce aroma que tanto añoré volver a oler.
- Yo te llevo – dice saliendo rápidamente del salón,
mientras que yo lo sigo.
Era
otro día aburrido en la empresa de mi familia, desde que nací había sido
educado para que algún día fuera el dueño de ésta y pues la verdad no me sentía
muy emocionado de serlo, pero al ser hijo único toda esa responsabilidad recaía
en mí y eso hacía que las cosas se complicaran, estaba cursando el cuarto semestre
de Arquitectura, tal y como mi Padre quería y aunque él fuera muy estricto le
tenía mucho respeto y trataba lo más posible de complacerlo aunque por dentro
estuviera con ganas de huir de ahí.
Me
encontraba en la cafetería de la empresa, tratando inútilmente de leer el libro
que tenía sobre la mesa, pero por alguna razón no lograba concentrarme, así que
me puse de pie, guardando el libro en mi mochila y comenzando a caminar por los
alrededores en busca de alguna distracción.
-
Buenas tardes Yokoyama-kun, que suerte encontrarte por aquí – dijo uno de los
socios de la empresa y muy amigo de mi Padre, Katori Shingo.
-
Buenas tardes Katori-san – dije haciendo una reverencia, fijando luego mi mirada en el chico que estaba
a su lado.
-
Él es Maruyama-kun, trabajará como obrero en la empresa a partir de mañana.
-
Mucho gusto, Maruyama Ryuhei – dijo reverenciándose levemente, quedándome
embobado con él, con su tímida sonrisa.
-
El gusto es mío, Yokoyama kimitaka, pero por favor llámame solo Yoko – dije
apenado, en verdad que mi nombre no me gustaba.
-
Maruyama-kun es hijo de un gran amigo mío y por eso no dudé ni un segundo en
aceptarlo, es un muchacho trabajador – dijo alegremente.
-
Me alegra mucho escuchar eso – dije sin dejar de sonreír, no entendía por qué,
pero me sentía muy feliz.
-
¿Estás muy ocupado?
-
No, de hecho estoy dando un paseo para des aburrirme un poco.
-
Perfecto, es que me gustaría que le enseñaras a Maruyama-kun las instalaciones
de la empresa ya que ahora estoy algo ocupado, bueno, si no es molestia para
ti.
-
Claro que no, lo haré con gusto y así de paso me entretengo y conozco mejor a
Maruyama-san.
-
Entonces ya podré hacer mis obligaciones sin tener que preocuparme – suspiró
aliviado - Yokoyama-kun es el hijo del Presidente de la empresa, así que
trátalo bien – dijo para finalmente despedirse, dejándonos solos.
-
No deberías de molestarte en mostrarme la empresa, yo puedo hacerlo solo.
-
Ya te dije que no es ninguna molestia.
-
Pero el hijo del Presidente no debería de hacer esas cosas y menos con un
simple obrero – dijo apenado.
-
Vamos, yo te acompañaré – dije comenzando a caminar.
-
Gracias Yokoyama-san – dice caminando tras de mí.
-
Llámame Yoko solamente.
-
¿Yoko-san?
-
Así está mejor – sonrío amablemente - ¿por qué has decidido trabajar de obrero?
Es un trabajo muy pesado para alguien tan joven cómo tú.
-
Tampoco soy tan joven – sonrió nervioso – mi Padre también fue obrero, así que
me enseñó todo lo que tenía que saber.
-
Entonces ¿en verdad deseas ser obrero?- Pregunté curioso.
-
La verdad es que necesito trabajar y ahorrar dinero para ir a la Universidad,
ya que mis padres no pueden costeármelo.
-
¿Y qué quieres estudiar?
-
Quiero ser profesor de Japonés – dijo emocionado, pagaría cualquier cosa solo
por ver esa sonrisa siempre.
-
Trabaja duro para conseguirlo, serás un gran profesor.
-
No me conoces del todo y ya me andas diciendo ese tipo de cosas, pero muchas
gracias por confiar en mí.
-
Puedo saberlo con tan solo verte – dije haciendo que él se ruborizara un
poco seguimos nuestro camino, disfrutando
por primera vez de la compañía de alguien que acababa de conocer.
Al llegar a la enfermería acosté de inmediato a Maru
en la camilla, notando que no está el Doctor adentro.
- Keito, ve y busca al Doctor, yo me quedaré con él –
digo con algo de desesperación y para qué negarlo, quiero estar aunque sea unos
momentos a solas con él.
- Voy enseguida – dice saliendo rápidamente.
- Maru-chan, te he extrañado mucho – digo al mismo
tiempo que acaricio sus cabellos, sentándome en la orilla de la camilla, se ve
tan hermoso así durmiendo, quiero decirle tantas cosas, suplicarle que me
perdone por lo que le hice, decirle una y otra vez que mi corazón solo le
pertenece a él, pero sé que nada de lo que le diga hará que todo cambie, tal
vez debería de dejar las cosas como están y alejarme, pero no puedo, no quiero
hacerlo, recuesto mi cabeza sobre su pecho, escuchando los leves latidos de su
corazón, se siente tan bien.
- Que… Qué pa… - Me levanto rápidamente al escuchar su
voz – ¿Qué pasó? – Pregunta rascándose la cabeza, pero al verme su expresión
cambió a una de furia - ¿Qué haces aquí? – Dice levantándose estrepitosamente
de la cama, cayendo al suelo - ¡No me toques! – Dice molesto al ver que yo
quería ayudarlo.
- Maru, me alegra mucho verte…
- Pues a mí me pasa todo lo contrario – dice sin siquiera
mirarme – me voy, no soporto estar cerca de ti – dice dirigiéndose a la puerta,
pero yo tomo su brazo, haciendo que se moleste más – Suéltame.
- No, tenemos que hablar.
- ¿Hablar? ¿Hablar de qué? Ya todo lo que me tenías
que decir lo dijiste hace muchos años y me quedó muy claro todo, eres un
maldito mentiroso.
- Maru, por favor escúchame…
- Papá encontré al Doctor Ninomiya-san – dice Keito
alegremente entrando a la enfermería con el susodicho.
- Bueno, veo que el paciente ya está mejor, pero de
todos modos voy a revisarte, siéntate.
- Doctor, yo estoy bien.
- Que te sientes – dice con seriedad, haciendo que se
Maru se sentara de una vez.
*Maruyama Ryuhei*
En verdad pensé que todo esto era un sueño, pero no es
así, quiero salir corriendo pero ya estoy muy grandecito como para estar
huyendo como una niñita asustada, no puedo creerlo, lo odio, pero no dejo de
sentirme nervioso al estar cerca de él, de verlo de nuevo.
- Tu pulso está algo acelerado, pero no es para
alarmarse – dice Ninomiya-san – aunque le recomiendo que duerma y coma bien,
posiblemente por falta de esas cosas se desmayó.
- Gracias.
- Me preocupé mucho Sensei – decía Keito abrazándome
fuertemente – ¿ahora sí puedes atendernos? – Pregunta suplicante, en verdad que
él había estado muy emocionado de que conociera a su padre pero…
- Creo que deberíamos dejar lo de la reunión para otro
momento – dice el verdadero causante de que me desmayara.
- Papá tiene razón, es mejor que Sensei descanse –
dice con algo de desilusión.
- No te pongas triste – digo volviéndolo a abrazar, sabiendo
ahora que Keito es su hijo y me he encariñado mucho con él, no me siento capaz
de odiarlo – ya tendremos otra oportunidad para reunirnos – digo sonriendo
amablemente.
- Gracias Maru-sensei.
- Es mejor que me vaya ahora – digo levantándome y
acomodando un poco mi ropa – nos veremos el Lunes Keito – digo saliendo
rápidamente de ahí, ignorando por completo a la otra persona que estaba dentro.
Al pisar la entrada de mi casa, aquellas lágrimas que
con tanto esfuerzo había logrado contener durante todo el camino comenzaron a
caer, empapando mi rostro, subo rápidamente las escaleras llegando hasta mi
cuarto, para luego tumbarme sobre mi cama y llorar desconsoladamente.
- Maru-chan, me
dijiste que me ayudarías con la maqueta – dijo Yoko haciendo un puchero, de
esos que desde hacía un tiempo comenzaban a gustarme demasiado.
-
Sé que te lo prometí, pero tengo trabajo que hacer.
-
Pero soy el hijo del Presidente, así que tienes que obedecerme – dijo para
finalmente tomarme del brazo y llevarme junto con él hacía la oficina que le había
asignado su Padre, de seguro recibiría un regaño por faltar al trabajo.
-
Si lo que te preocupa es que te castiguen, ya hablé con Katori-san para que no
suceda – dijo sonriente.
-
¿Y qué le dijiste?
-
La verdad, que necesito que me ayudes con una maqueta ¿o pensabas que era para
otra cosa?
-
No – dije de inmediato, ya llevaba siete meses trabajando en la constructora y
la verdad era que con el pasar de los días me había enamorado de Yoko-san, pero
era una tontería siquiera pensar en que él también sintiera lo mismo.
Al
llegar a la oficina comenzamos de inmediato con el trabajo, disfrutaba
demasiado poder ayudarlo con sus cosas y siempre que había oportunidad él me
enseñaba cosas sobre su carrera y de su vida, me sentía muy feliz de al menos
ser cercano para él.
-
Maru-chan.
-
¿Qué sucede?- Pregunté dejando lo que estaba haciendo para mirarlo, pero a cambio
de eso, sentí sus labios rozar los míos, haciéndome sonrojar por completo.
-
Me gustas Maru-chan – dijo y sin salir de mi estado de shock, volvió a besarme,
pero con más ternura.
-
Yoko…
-
Tú también me amas ¿cierto?
-
¿Acaso me lees la mente?
-
Eso quiere decir que me amas – dice dándome otro beso.
-
Yoko, esto no está bien, somos hombres.
-
Pero ya te he besado tres veces y no te has quejado – dijo sonriente, para
luego besarme por cuarta vez.
-
Te amo, te amo mucho – dije finalmente, abrazándolo con fuerza, besándonos por
quinta vez, sintiendo aquellas maripositas volar dentro de mi estómago.
*Yokoyama You*
- Lamento mucho que no hayas podido conocer cómo se
debía a Maru-sensei – decía Keito todavía decepcionado.
- No te lamentes hijo, ya será en otra oportunidad.
- Por cierto Papá ¿tú ya conocías a Maru-sensei?
- ¿Por qué lo preguntas?
- Porque cuando entramos al salón tu dijiste “Maru” y que
yo recuerde nunca te dije su nombre.
- Quizás escuchaste mal – río nervioso.
- Si, de seguro escuché mal.
- Y hablando de eso ¿por qué nunca me habías dicho el
nombre de tu profesor?
- Te lo diré, pero no le digas que yo te lo dije.
- Prometo que no se lo diré.
- Tío Aiba.
- ¿Aiba? – Ahora entiendo por qué me insistió tanto en
que fuera, ese tonto lo sabía y no me lo había dicho.
- Ese idiota – digo un tanto molesto, pero tuve que
calmarme ya que llegó un mensaje a mi celular de mi secretaría, recordándome de
la reunión que tendría dentro de una hora – Keito, tengo que irme, nos vemos en
la noche – digo dándole un beso en la frente de mi hijo, ya tendría tiempo para
hablar luego con Aiba.
*Keito*
Veo como mi Padre se aleja rápidamente de mí, mientras
yo estoy ansioso por tener más respuestas y en verdad que si había escuchado muy
bien que había dicho el nombre de mi Sensei.
- No me puedes engañar Papá, tú lo conoces, lo pude
ver en tus ojos, nunca habías mirado a alguien como lo hiciste con él, ni
siquiera a mi Madre.
*Yokoyama You*
Al terminar la reunión me dirigí a mi oficina, tengo
la cabeza dándome vueltas por lo ocurrido el día de hoy, abro uno de los
cajones en busca de algún medicamento que me pudiera servir, pero encuentro
aquel sobre que semanas atrás me había negado en abrir, envolviéndome esa
curiosidad de leer lo que está adentro, igual no tengo nada que perder.
-
Maru ¿te puedo preguntar algo? – Dije apegándome más al cuerpo de mi novio, nos
encontrábamos desnudos, exhaustos y sudorosos después de habernos entregado
como tantas veces ya lo habíamos hecho, con el mismo amor y deseo.
-
Dime – dijo al mismo tiempo que me sonreía dulcemente.
-
Si tuviéramos un hijo ¿qué nombre le pondrías? – Al terminar la pregunta, Maru
se quedó mirándome extrañado, soltando luego una leve risa.
-
Yoko, nosotros no podemos tener hijos, bueno, al menos no entre nosotros.
-
Pero podríamos adoptar, estoy seguro de que serías un buen padre – dije
sonriente.
-
¿En verdad quieres eso? ¿Tener hijos conmigo?
-
Por supuesto que sí, con la única persona con la que quiero conformar una
familia es contigo, pero todavía no me has respondido ¿qué nombre te gustaría?
-
Pues… Kei me gusta mucho y Daiki es un nombre muy bonito también.
-
¿Kei? ¿Daiki? ¿Por qué esos nombres? – Pregunté curioso.
-
Siempre me han gustado esos nombres – dijo sonrojado – no pensé que lo nuestro
fuera tan enserio que hasta ya estamos hablando de nombres para nuestros hijos.
-
Claro que lo nuestro es enserio – dije tomando sus manos – Maru, yo te amo –
dándole un dulce beso en ellas.
-
Yo también te amo Yoko – besándome dulcemente.
-
Luego pensaremos el nombre de nuestro tercer hijo – dije posicionándome encima
de mi novio.
-
¿Tendremos tres hijos? – Preguntó Maru sorprendido.
-
Si, tres hijos, pero ya te dije que luego hablaremos de eso, ahora quiero hacer
otras cosas – dije volviendo a besar sus labios.
-
¿No es que estabas cansado?
-
Para hacer el amor contigo nunca estaré cansado.
-
No digas esas cosas – dijo sonrojado, dejándose hacer.
No puede ser, Dai-chan es su hijo, tal y como lo
supuse la primera vez que lo vi, abrazo aquel papel, arrepintiéndome de no
haberlo leído antes, mi hijo y el suyo están enamorados, tal y como nosotros en
nuestra juventud y eso me hace muy feliz, pero lo que más me alegra además de
eso, es que está divorciado, quizás y pueda luchar por tener su amor
nuevamente.
*Maruyama Ryuhei*
-
Yoko – me abalancé hacía sus brazos, siendo correspondido, pero sentía algo
extraño, como si algo malo fuera a suceder, pero quizás y eran imaginaciones
mías – ¿para qué me llamabas con tanta urgencia?
-
Maruyama-san, tengo algo que decirte, algo muy importante.
-
¿Por qué me hablas de esa manera? – Pregunté extrañado, en esos tres años que
teníamos de relación Yoko nunca me decía Maruyama-san.
-
El mes que viene me casaré, así que lo nuestro terminó.
-
¿Qué? – Pregunté sorprendido, aquello me había caído como un balde de agua fría
o más que eso, la sentía caliente.
-
Que me casaré con la persona que en verdad amo – dijo seriamente, rompiendo mi
corazón en mil pedazos.
-
Esto es una broma, debe ser una broma – dije para mí mismo, comenzando a llorar.
-
¿En verdad creíste que me enamoraría de alguien cómo tú?
-
Yoko por favor dime que esto es una broma.
-
Si es una broma, haber salido contigo fue una gran broma – dijo con la misma
expresión en su rostro – no te quiero volver a ver, ya me aburrí de ti.
- Fui un idiota al pensar en que alguien como
él se enamoraría realmente de mi – susurré viendo cómo él se alejaba sin decir ni una sola palabra más y caí
al suelo dejando que mis lágrimas mojaran todo a su alrededor, él se había
llevado lo mejor de mí, fui un tonto al enamorarme de él y creer ciegamente en
sus mentiras.
He llorado toda la tarde y más por el hecho de
recordar todos aquellos momentos que había pasado junto con él y que creía que
había olvidado, pero los tenía muy grabados en mi corazón, sobre todo esas
palabras que me habían destruido por completo, por suerte Daiki no está para
que me vea en este estado tan deprimente.
- Daiki… Espera un momento, si él es el padre de Keito
y éste último es hermano del novio de mi hijo, eso quiere decir que, no puede
ser cierto… - digo sintiendo un fuerte mareo, viendo todo muy oscuro.
CONTINUARÁ...
Fue tan tierno el flashback del YokoMaru y Keito es tan asadhasdfgag (?) σ(≧ε≦σ) ♡
ResponderEliminarNo me quedo tan angustiada porque ya están divorciados y de alguna forma u otra se que arreglarán los malentendidos.
Estaré esperando el siguiente capítulo~
Que, qué? Kckabxkajvf ay quiero el siguiente capítulo >~< kxkqjs y quiero TakaChii xD y que Yamada sufra lol~ <3 ay que lxkabxls estare esperando el siguiente capítulo nee-chan ~
ResponderEliminarT_T el YokoMaru ♥♥♥ es tan adorable... y kimi-kun es un idiota xD
ResponderEliminarMe gustaría saber qué le hizo decir aquellas palabras tan horribles ;A; está super super interesante *A*
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