7 dic 2014

Musekinin Hero

Hola a tod@s
Me eché una escapadita del trabajo para publicar esto, aprovechando que no está muy lleno el lugar, así que aquí les traigo el capítulo 14 *o* ya solo faltan dos capítulos para el final, muchas gracias por sus comentarios y como siempre, este fic está dedicado a Wen-chan y Mimi-chan, las quiero :3




Tema: Musekinin Hero
Extensión: Serial 
Parejas: Takanoo y otras...
Autora: Akari-chan


Capítulo 14
Me dirigía hacía la sección de publicidad para ultimar detalles sobre la nueva colección de ropa, teniendo que desviar mi camino al ver un pequeño bulto sobre el piso, reconociéndolo de inmediato.
- ¿Yuri? ¿Qué te pasa? ¿Estás bien? – pregunté al verlo sentado en el suelo, acercándome a él y agachándome para así quedar a su altura -.
- No… te importa… - dijo levantando su rostro, dejándome ver esos ojos hinchados de tanto llorar -.
- ¿Quién te hizo daño? – pregunté molesto, Yuri no era de los que lloraban por cualquier cosa y verlo así me destrozaba -.
- Me… me caí – dijo ocultando su rostro -.
- ¿Cómo crees que me voy a creer eso? No lloras ni cuando te acoso.
- Yuya… - dijo casi en un susurro, pero logré escuchar bien aquel nombre que me producía solo molestias –.
- No vale la pena que llores por alguien que no te ama.
- Dudo mucho que te hayas enamorado alguna vez de alguien.
- Pues no, nunca me he enamorado y si va a ser así de doloroso, espero no hacerlo – dije, haciendo que él diera una pequeña sonrisa -.
- Me odiaré luego por decir esto, pero a veces me gustaría ser tan despreocupado como tú.
- Lástima que no todo el mundo puede ser como yo.
- Eres un creído – dijo volviendo a sonreír levemente, cosa que me alegraba.
- Muy bien – dije poniéndome de pie y extendiéndole una de mis manos – vamos a salir -.
- ¿Eh? – Dijo mirándome extrañado – yo no iré a ningún lado contigo.
- Pues quieras o no, te vienes conmigo – dije, haciendo que se levantara y así casi a rastras llevarlo hasta el parqueadero de la empresa -.
- Te dije que no quiero ir contigo – decía tratando inútilmente de soltarse de mi agarre -.
- Solo quiero que te distraigas, no te preocupes que no te voy a hacer nada de lo que piensas.
- No sé si creerte – decía dudoso – está bien, iré contigo, pero si intentas algo extraño ya sabes lo que te pasará – decía de manera completamente amenazante, haciéndome recordar aquellos golpes que me había dado, pero sin duda habían valido la pena -.
- Y bien ¿A dónde quieres ir? – Pregunté al estar ambos dentro de mi auto -.
- Tú eres el que me está invitando.
- Lo sé, pero no sé cómo se divierten los pobres.
- Eres un tonto – dijo con molestia – pero ya que insistes, llévame a un parque.
- ¿De diversiones?
- No idiota, solo quiero ir a un parque normal.
- ¿Un parque normal?
- Si, un parque normal.
- Está bien – dije encendiendo el auto y posteriormente comenzar a conducir hacía un parque cercano -.

No entendía por qué razón había aceptado salir con él, si lo que más quería en esos momentos era estar solo, que nadie me molestara y Nakajima-sama era la última persona a la que quería ver. Estacionó su auto, saliendo de éste de inmediato, sin decirnos palabra alguna y luego juntos caminamos hacía el enorme parque que quedaba muy cerca de la empresa, sentándonos uno al lado del otro sobre una banca que estaba desocupada.
- ¿Solo haremos esto?
- Si, y si no te gusta mucho el plan entonces vete – dije molesto -.
- Solo preguntaba.
Nos quedamos en silencio por buen rato, viendo la gente pasar, sobre todo a los niños que corrían y jugaban alrededor del parque, llegando a mi todo tipo de recuerdos junto con mis amigos, viendo cómo esos mismos niños se acercaban rápidamente a un señor que iba vendiendo helados, antojándome de querer probar uno, metiendo una de mis manos a mi bolsillo, dándome cuenta de que había dejado mi billetera en la oficina.
- ¿Quieres uno? – preguntó Nakajima-sama, levantándose de su asiento sin siquiera esperar a que le contestara, corriendo hacia donde estaba el heladero, pero antes de llegar a él dio un giro y volvió hacía donde yo estaba – Perdón, pero ¿qué sabor te gusta?
- ¿EH? ¿No crees que debiste de preguntarme eso primero? – ¿cómo podía ser tan tonto?
- No te enojes y solo dime – dijo haciendo pucherito, acto que hizo que mi corazón diera un pequeño vuelco, ignorándolo de inmediato -.
- De fresa supongo que está bien – dije, para después él salir nuevamente corriendo hacia el heladero, pensé por unos momentos en irme de allí, aprovechando que me encontraba solo, pero por alguna razón no lo hice, aunque la mayoría del tiempo Nakajima-sama me resultaba bastante molesto, en esos momentos era diferente, se comportaba como si en verdad estuviera preocupado por mí y eso me hacía sentir extraño -.

Me resultaba difícil aceptar la manera en la que me estaba comportando con Yuri, sinceramente ese no era el yo que acostumbraba a ser siempre, aquel a quien no le importaba los sentimientos de los demás y que tomaba así fuera a la fuerza lo que quería, pero no podía evitar sentirme mal de ver a Yuri tan triste, quería protegerlo, abrazarlo, besarlo y decirle que todo estaba bien, pero de seguro recibiría un golpe de su parte.
Llegué hacia donde estaba el heladero, pidiendo un helado de fresa y uno de vainilla para mí, pidiéndole que se quedara con el cambio y así volver a donde estaba anteriormente.
- Ten – dije extendiendo mi mano hacía él -.
- Gracias – dijo tomando el helado que traía ésta – pero no debiste molestarte.
- En algo tengo que gastar mi dinero – dije sentándome nuevamente a su lado, dándole una lamida a mi helado -.
Y así nos la pasamos casi todo el resto de la tarde, sentados en aquella banca, diciendo cualquier tontería con tal de verlo sonreír y me emocionaba mucho el saber que lo estaba logrando, sin duda era una sensación bastante agradable, pero de un momento a otro sus lágrimas comenzaron a salir de nuevo, haciendo que me preocupara y ladeara mi rostro hacía donde él estaba mirando, percatándome de inmediato de que se trataba de su amigo que se encontraba muy acaramelado con su novio, así que sin esperar ni un segundo más, lo tomé del brazo y lo llevé conmigo lo más lejos posible de ahí, llegando ambos al lugar en donde había estacionado mi auto.
- Yuri, por favor cálmate – dije poniendo mis manos sobre sus hombros, me dolía tanto verlo así -.
En ese momento me abrazó, sintiendo como sus lágrimas mojaban mi camisa, al mismo tiempo que yo acariciaba suavemente sus cabellos, pensando en alguna solución para hacer que se olvidara de eso que lo hacía sufrir tanto, pero en lo único que podía pensar era demasiado arriesgado, pero no tenía otra opción, así que me separé un poco de él y sin más lo besé, siendo correspondido inmediatamente por él.
- Yuri, quizás y te parezca que me estoy aprovechando de la situación y pues la verdad es que si lo estoy haciendo, pero te pido que aunque sea por esta vez, solo esta vez – decía mientras lo miraba fijamente a los ojos - me permitas hacerte el amor – dije finalmente, esperando que me golpeara o algo, pero nada de eso pasó, Yuri me tomó por el cuello y volvió a juntar sus labios con los míos -.

Quizás era por el dolor que sentía en esos momentos o porque muy dentro de mí quería que aquello pasara, así que acepté su oferta, después de tantas veces en las que había jurado en que jamás me acostaría con él, pero lo necesitaba tanto, necesitaba tanto del calor de alguien, necesitaba ser querido.
Subimos ambos nuevamente a su auto, llegando hasta un gran edificio, al bajar del vehículo Nakajima-sama tomó dulcemente mi mano y durante el recorrido hacía su apartamento, nunca la soltó.
Al entrar nos abrazamos fuertemente, volviendo a juntar nuestros labios en un beso que cada vez se hacía más apasionado, sintiendo una extraña y a la vez agradable sensación dentro de mí, queriendo que aquello no acabara, llegando a mi mente la primera vez que lo vi y pensé en lo guapo que era.
- Naka… - dije entre besos -.
- Por hoy llámame Yuto – dijo sonriente, haciéndome sonrojar y más al ver esa mirada tan dulce que me brindaba -.
Me había perdido tanto en mis pensamientos que no me di cuenta de en qué momento habíamos entrado a su habitación, Yuto comenzaba a desvestirme lentamente, tocando con delicadez cada parte que quedaba descubierta, haciendo que me estremeciera por cada contacto, pero no quería quedarme atrás, así que también me dispuse a quitarle su camisa, pero se me dificultaba hacerlo, ya que mis manos no paraban de temblar, me sentía demasiado nervioso y no era para menos, yo no tenía experiencia en el sexo.
- No te preocupes, seré gentil contigo – dijo como si me hubiera leído la mente, me abrazó nuevamente, disfrutando de su embriagante aroma, posando mis manos sobre su pecho descubierto, recorriendo con ellas cada rincón de éste, sintiendo como su cuerpo se estremecía y más al posar mis labios sobre éste, besándolo lentamente, en momentos como ese me encantaba ser bajito -.

No encontraba las palaras correctas para describir lo que sentía en esos momentos, aquella inocencia con la que me tocaba y me besaba, me resultaba tan encantadora, tan tierna y sentía que debía de corresponderle de la misma manera. Tomé su rostro con mis manos, besando con ternura su frente, lo llevé hasta la cama, recostándolo suavemente sobre ésta, era la primera vez que me comportaba así con alguien, acariciándolo suavemente, como si su piel fuera de cristal y se rompiera al tocarlo más fuerte, me sentía nervioso y podía jurar que estaba temblando un poco. Le quité lo que le quedaba de ropa y luego también hice lo mismo con la mía, quedando ambos completamente desnudos, quedándome embelesado con lo hermoso que era su cuerpo.
- No me equivoqué al decirte que desnudo te verías más hermoso – dije para luego acomodarme sobre él, besándolo con deseo, mientras paseaba mis manos sobre su piel -.
- Yu…to… be… besa mi cuello – dijo Yuri al separarnos del beso, estaba completamente sonrojado y avergonzado por lo que acababa de decir, pero no me negaría a cualquiera de sus peticiones, así que hice justamente lo que me pedía -.
Comencé a lamer, besar y a morder levemente su cuello, sacándole unos cuantos jadeos que para mí eran como el canto de los ángeles, bajé una de mis manos a su entrepierna, acariciando su pene que ya comenzaba poco a poco a endurecerse, notando como su cuerpo se tensaba por aquel contacto, al mismo tiempo que acariciaba una de sus tetillas.
Bajé mi rostro hasta donde se encontraba su miembro, abriendo lo más que pude sus piernas, viendo esa hermosa entrada, que pronto sería completamente mía, estiré mi brazo y abriendo el primer cajón de mi mesita de noche, saqué un frasco de lubricante, sabía que era sus primera vez y no quería que sufriera demasiado.
Unté tres de mis dedos con aquel líquido y sin pensarlo más, metí uno de ellos en aquella cavidad, al mismo tiempo que introducía su miembro en mi boca, succionándolo con muchas ganas, haciendo que gimiera entre dolor y placer, sintiendo como su semen entraba por mi boca, tragándomelo de inmediato, disfrutando de ese sabor que comenzaba a encantarme, había esperado ese momento desde que lo había conocido y ahora que lo tenía como en tantas veces había soñado no lo desaprovecharía, haría que él lo disfrutara tanto como yo lo hacía.
Al notar que ya estaba lo suficientemente dilatado, dejé su miembro, para acomodarme nuevamente sobre él y besándolo dulcemente, comencé a introducir mi miembro en su entrada, viendo como algunas lágrimas bajaban por su rostro debido al dolor, me quedé quieto, esperando a que se acostumbrara, al mismo tiempo que acariciaba y borraba con mis besos aquellas lágrimas.
- Haz…lo… - dijo Yuri entrecortadamente, dándome paso para comenzar con las embestidas -.
Comencé primero a hacerlo lento, pero a medida que iba a avanzando las hacía cada vez más rápidas y fuertes, sacándole esos gemidos llenos de placer que tanto quería escuchar y me hacía mucho más feliz el saber que yo era el causante de provocárselos.
- Ma… más… más… - gritaba Yuri a cada embestida, rodeando mi cintura con sus piernas, para que así pudiera entrar más en él, volví a apoderarme de sus labios, enredando mi lengua con la suya, deseando con todo mi ser que él fuera solo mío y que esto se repitiera las veces que fueran necesarias -.
- Yuri… Yuri…- jadeaba su nombre, me sentía como si estuviera en el cielo, jamás había sentido algo semejante con mis anteriores amantes y eso solo me confirmaba algo que muchas veces me decidí a negar -.
Me corrí en su interior y segundos después lo hizo él, manchando parte de su abdomen y del mío, salí de su interior y me recosté en su pecho, escuchando los agitados latidos de su corazón, me sentía feliz, completo, sin duda amaba a esa persona.
- Te amo – dije finalmente, viendo cómo se sonrojaba y sin esperar respuesta alguna lo besé, quería hacerlo mío nuevamente y tenía el resto del día para hacerlo.

CONTINUARÁ... 

2 comentarios:

  1. WOOOOOH!!!!!
    asdasdasd al fin!!! al fin!!!!
    NakaChi!!! asdasdasd *rueda en la silla y grita como loca*

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  2. Aaaaaaaaaw me encanto nakachiiiiiii ~ al fin acabaron juntos... Chi-chan aceptará? Que ganas de leer la continuacion! *A*

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