13 abr 2013

~Weeeek~

Hola Hola :D
Este es un oneshot que planeaba hacer para celebrar el cumple de Yuyan y la graduación de Inoo pero como días antes caí enferma pues no pude hacerlo, pero después de tantos ires y venires aquí está :'D este se lo dedico a Wen-chan ya que amablemente me pidió un fic de esta pareja XD
y como información adicional, haré un serial basado en este oneshot, así que puede que algunos detalles cambien, solo les diré que lo comenzaré a publicar después de que termine ~Seduciendo a mi profesor~ ( a ese todavía le falta XD) pero bueno, espero que les guste :)



Tema: ~Weeeek~
Extensión: Oneshot
Parejas: Takanoo
Autora: Akari-chan


Otro día agotador de trabajo como mensajero de una gran empresa, era bastante duro pero ganaba lo suficiente para pagar mis gastos, pero había algo o más bien alguien que era la razón principal de que mis días de trabajo valieran realmente la pena y aquella persona era Inoo Kei, el asistente personal de un alto ejecutivo del lugar; desde que lo conocí hace dos años al entrar a ésta empresa, no he dejado de observarlo; su resplandeciente y dulce sonrisa me llenaban de muy buen humor a pesar de tener un día horrible.

- Inoo-san – dije casi en un susurro, sin prestar atención de por donde caminaba, ya que las cajas que llevaba en mis brazos obstruían mi vista, tropezándome con quién sabe qué y cayendo al suelo, con todas estás encima de mi -.

- ¿Estás bien? – escuché aquella voz muy cerca de mí, mientras me extendía la mano y sonriéndome dulcemente como siempre lo hacía -.

- Eso creo – reí tontamente, estar cerca de él me ponía bastante nervioso, tomé con timidez su mano ayudándome a levantar, sintiendo lo suave que era, cosa que me hizo sonrojar -.

- ¿Tienes fiebre? – volviste a hablar con esa voz tan dulce, posando tu mano en mi frente, yo solo negué con la cabeza, no podía hablar de la emoción que me daba estar así contigo, era la primera vez que estábamos tan cerca el uno del otro -.

- Gracias – pude decir al fin, soltaste mi mano para ayudarme a levantar algunas de las cajas que estaban en el suelo – no es necesario – dije tomando una que ya habías recogido -.

- Déjame ayudarte – y de nuevo esa hermosa sonrisa que me enamoraba cada vez más, sí, lo amaba, pero había un pequeño problemita -.

- Inoo, ¿puedes venir a mi oficina? – aquella voz era la del problema -.

- Enseguida voy – ladeando un poco el rostro para responderle – ten más cuidado cuando camines Takaki-san, fue un gusto verte – sonreíste y luego te fuiste directo a la oficina de tu jefe, para mí no era un secreto que ellos dos tenían algo más que una relación de trabajo, ya varias veces los había visto en situaciones bastante comprometedoras, eso me entristecía pero no veía posible que alguien tan bello como él se fijara en alguien como yo, así que desistía de la idea de conquistarlo; acomodé nuevamente las cajas sobre mis brazos, dirigiéndome hacía la oficina de correos, a donde tenía que llevarlas.

Llegó el fin de semana y con esto mis amigos Daiki y Hikaru me invitaron a beber a un bar no muy concurrido de la ciudad, era un lugar pequeño, pero acogedor y perfecto para hablar mientras tomábamos unas cuantas cervezas.

- Yuyan, ¿cómo te ha ido con Inoo? – preguntó Daiki -.

- Pues no ha pasado nada, todo sigue igual – dije desanimado -.

- ¿Ya te rindes tan pronto? – dijo Hikaru -.

- No hay manera de competir contra su novio, esa ya es una pelea perdida – bebiendo otro sorbo de mi cerveza -.

- Pero no te rindas sin haberlo intentado todavía – decía Daiki -.

- Ya Dai-chan, ves muchas películas de amor – dijo Hikaru, haciendo que mi otro amigo se ruborizara -.

- Tonto – golpeándolo en uno de sus brazos, haciéndome soltar una gran carcajada -.

- Parecen un par de tortolitos – dije, haciendo que mis dos amigos se sonrojaran intensamente -.

- No digas tonterías – dijeron al unísono -.

- Está bien, no me maten.

- Takaki-san, que sorpresa verte por acá – en ese momento volteé mi rostro para ver al chico del cual hace unos momentos estábamos hablando, al parecer venía solo y eso de cierto modo me alegraba -.

- Lo mismo digo – dije algo nervioso –.

- ¿Me puedo sentar con ustedes? Es que me gusta beber en compañía – sonriendo dulcemente y sentándose justo a mi lado -.

- Hikaru, tenemos que irnos ya – dijo de repente Daiki -.

- ¿Para dónde van? – pregunté -.

- Es que quedamos de encontrarnos en otro lugar con unos compañeros de trabajo.

- ¿Podemos ir con ustedes?

- No, claro que no, se aburrirán – dijo Hikaru – quédense aquí y nosotros nos vamos.

- Hablaremos después Yuyan – dijo Daiki mientras jalaba a Hikaru hacia la salida, todo esto se me hacía sospechoso, pero como me decían ellos, tenía que arriesgarme a conquistarlo -.

Por primera vez no me sentía capaz de dirigirle la palabra, estaba realmente nervioso y hasta las manos me sudaban por esa causa, él solo bebía tranquilamente de su cerveza y de vez en cuando me sonreía, en verdad me estaba comportando como un idiota.

- Tus amigos son extraños – dijiste haciéndome dar un pequeño salto por el susto -.

- No eres el único que lo piensa – reí -.

- Si tú lo dices – riendo - esta es la primera vez que estamos así solo nosotros dos -.

- Nuestros trabajos no nos dejan tiempo para platicar.

- Tienes razón, pero es agradable observar como trabajas tan duramente.

- ¿Tú me observas mucho?

- Casi siempre, cuando no estoy tan ocupado – sonreí alegremente al escuchar eso, mi corazón no dejaba de latir rápidamente -.

Seguimos bebiendo y platicando agradablemente, hasta ya sentirme mareado, pero aun así un poco consciente de lo que pasaba a mi alrededor, en cambio tú, si te veías mucho peor que yo. En un momento comencé a sentir como acariciabas mi pierna de una manera no muy inocente, sabía que estaba mal que hicieras eso pero no quería desaprovechar tan agradable caricia; poco a poco, acercabas cada vez más tu rostro al mío, hasta llegar al punto de que nuestros labios estuvieran a pocos milímetros de rozarse, en ese momento quise alejarme, pero tú ya me habías tomado por el cuello, para así unirlos en un demandante beso, en realidad no sabía cómo reaccionar a eso así que delicadamente traté de alejarlo un poco.

- ¿Pero qué haces? – dije inmediatamente después de tomarlo por los hombros, separándome del beso -.

- Pues, besándote – sonriendo -.

- Si, lo sé, pero eso no está bien – dije tratando de apartarme, pero me habías rodeado completamente el cuello con tus brazos -.

- ¿No te gusto? – Preguntando melosamente – a mi si me gustas – lamiendo mi mejilla, no sabía que responder a eso, me tenía totalmente bajo su dominio, volviste a besarme y esa vez no me resistí, te abracé por la cintura, siguiendo el juego que nuestras lenguas estaban comenzando, probando el sabor a licor que provenía de tu boca –

- Ustedes dos, si piensan en  hacer cochinadas aquí, mejor lárguense para otro lado – nos separamos al escuchar la voz enojada del dueño del lugar, fuimos sacados casi a rastras, pero no sin antes pagar la cuenta -.

- Yuyan, ¿a dónde vamos ahora? – Dijo mientras me tomaba de la mano, tambaleándose un poco de lo ebrio que estaba -.

- Pues, te llevaré a casa – tomándote de la cintura para evitar que cayeras -.

- Pero no quiero ir a mi casa – haciendo puchero – reí al ver esa expresión tan tierna -.

- Entonces, ¿a dónde quieres ir?

- A un Love Hotel – diciendo bastante entusiasmado -.

- No voy a llevarte a un lugar así – ya me estaba comenzando a poner nervioso, pero debía de admitir que la propuesta era bastante tentadora -.

- Vamos Yuyan – poniéndome cara de cachorrito -.

- Que no, si no quieres ir a tu casa entonces te llevaré a la mía.

- Yuyan pervertido, te quieres aprovechar de mí.

- Claro que no – aunque la verdad es que si quería hacerlo – además tú eras el que estaba proponiendo ir a un Love Hotel, tú eres el pervertido -.

- Es que Yuyan me gusta – rodeando nuevamente mi cuello con sus finos brazos – y además – sonrojándose – tengo una erección -.

- ¿Cómo es que estás así? – En verdad no me lo podía creer -.

- No sé, es tu culpa.

- Vamos a mi casa, con una ducha bien fría se te pasará - alzándolo como si se tratara de una princesa lo llevé hasta el estacionamiento en donde se encontraba mi motocicleta, nos subimos los dos en ella y mientras me sujetabas lo más fuerte que podías, encendí la maquina, llevándonos rápidamente al lugar en donde vivía -.

Al llegar a mi humilde apartamento, hice que te sentaras en el sofá de mi pequeña sala, pero como siempre, me tropecé quedando encima de ti con el rostro muy cerca al tuyo, tanto que hasta podía sentir como nuestras respiraciones se mezclaban.

- Yuyan ¿tú me quieres? – dijiste casi en un susurro -.

- Si, te quiero y no sabes cuánto – ya no había marcha atrás, si tenía que pasar algo, pues que sucediera -.

- Entonces, hazme el amor – no pude decir nada más ya que nuestros labios se volvieron a encontrar -.

Lentamente con mis manos acariciaba tu cuerpo por encima de la ropa, sentía como te estremecías bajo mi contacto, de hecho esa era mi primera vez y no tenía mucha idea de lo que debía de hacer, pero haría lo posible por complacerte, seguíamos besándonos y cada vez aquel beso se hacía mucho más intenso, solo nos separábamos para tomar un poco de aire y así continuar con lo que hacíamos. No supe exactamente en qué momento nos habíamos desnudado y cambiado de posiciones.

Dejaste mis labios para así dirigirte a mi cuello, besabas, lamías y mordías cada parte de mi piel que se encontraba a tu alcance, sacándome leves gemidos, mientras enredaba mis dedos en tus cabellos, seguiste bajando hasta llegar a mis tetillas, las cuales mordiste suavemente, di un quejido de dolor ante tal acto, sonreíste y volviste a bajar hasta encontrarte con mi miembro que estaba casi erecto, volviste a sonreír mirándome a los ojos y sin esperar más lo introdujiste en tu boca.

Lo succionabas como si de un dulce se tratara, acariciando mis piernas y al llegar al glande lo mordías un poco haciéndome enloquecer de placer, sentía que pronto llegaría la hora de correrme, pero de un momento a otro sacaste mi pene de tu boca y sonriéndome de manera pervertida te sentaste sobre este, empalándote de una sola vez. El placer de estar dentro de ti era demasiado para mi, estaba tan apretadito y húmedo ahí dentro, que tenía unas ganas incontrolables de embestirte, moví un poco mis caderas, al hacerlo diste un jadeo de placer, comenzando a moverse de arriba abajo sobre él, mientras posaba sus manos sobre mi pecho y las mías apretando suavemente sus nalgas. Luego de un rato, volví a estar encima de ti, embistiéndote tanto como quería, disfrutando de ver tus expresiones llenas de placer, sentí que ya no podía aguantar más y dando un par de embestidas más me corrí en tu interior y unos segundo más tarde lo hiciste manchando con tu semen nuestros abdómenes; salí de tu interior y acomodando mi cabeza sobre tu pecho me quedé profundamente dormido, alcanzando a escuchar un casi inaudible “Te quiero”.

Me desperté, encontrándome con que ya no estabas, busqué por todos los rincones de mi apartamento y ningún rastro de ti, no le di más vueltas al asunto ya que se me hacía tarde para ir a trabajar, me tomé una ducha rápida, me vestí y me fui directo a la empresa. Llegué justo a tiempo y sin más comencé a trabajar, de vez en cuando traté de buscarte con la mirada pero no te encontraba, y si ¿sólo estaba jugando conmigo? Al parecer en verdad era solo eso, un juego, me resigné y me concentré en lo que tenía que hacer.

Llegó la hora del almuerzo y fui hasta la cafetería para comprar algo, al hacerlo busqué una mesa vacía, me acomodé en ella y comencé a comer, no había comido la noche anterior y mucho menos desayunado esa mañana, así que estaba totalmente hambriento.

- Takaki-san – casi me atraganté al escuchar su inesperada voz -.

- Inoo-san ¿por qué te fuiste sin decirme nada? – no dudé en preguntar, tenía que saberlo -.

- Necesitaba cambiarme de ropa – sonriendo -.

- ¿Y por qué no me despertaste? Te hubiera llevado a casa.

- Es que te veías tan lindo durmiendo que no quise despertarte – noté un leve sonrojo en tus mejillas, eso me hizo sonreír -.

- Sobre lo de anoche ¿Qué va a pasar ahora?

- Pues – sonriendo con picardía – no estaría mal si lo repetimos nuevamente – me quedé atónito con esa respuesta, pero y ¿su novio? – no te preocupes por él esto es solo un secreto entre nosotros dos, dijo para después acariciar dulcemente mi mejilla y sin decirme nada más se fue, dejándome totalmente confundido -.

FIN 

Muchas gracias :'D

2 comentarios:

  1. *o* jajajaja inno-chan promiscuo >.< me gusto :3

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  2. Waaaa! Menudo es Inoo xDDD
    Mira que tiene novio (o supuestamente según Takaki xD)
    El lemmon estuvooo >////3////<
    Dios, me encantó, no se lee mucho sobre esta pareja *-*
    LO AMÉ! >.<

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