Perdón por el pequeño retraso, durante ésta cuarentena además de trabajar he estado leyendo el manga de Katekyo Hitman Reborn, ya voy por los últimos capítulos y cada vez se pone más tensionante, no quiero que se acabe X'D
¿Cómo les está yendo a ustedes?
¿Leyeron el Fic Leopika que dejé en el capítulo anterior?
Bueno, aquí les traigo el nuevo capítulo de éste serial.
Muchas gracias como siempre por su apoyo y espero les guste.
Y como siempre éste va dedicado a Yojhannah Tomatito!!!!
Tema: Amor Carmesí
Extensión: Serial
Parejas: Varias
Autora: Akari-chan
Capítulo
11
*Yuya*
-
¿Aquí vives? – Pregunta mirando asombrado el lugar – es enorme – dice
comenzando a caminar hacia la mansión que comparto con Kota.
-
Sí – respondo siguiéndolo en su andar.
-
No pensé que vivieras a las afueras del pueblo vecino – sonríe.
-
¿No te gusta? – Pregunto abrazándolo por la espalda.
-
Es muy agradable.
-
A Kota y a mí nos gusta la tranquilidad, así que cuando supimos que ésta
mansión estaba a la venta decidimos comprarla.
-
¿Y él se encuentra ahora?
-
No, salió al pueblo a hacer unas diligencias, creo que llegará hasta la noche o
incluso mañana.
-
Que pena, me hubiese gustado conocerlo.
-
¿Por qué tanto interés en él?
-
Porque quiero conocer todo de ti – dice girando entre mis brazos, sonriéndome
dulcemente con su rostro sonrojado.
-
Cuando llegue el momento lo conocerás – digo besando su frente - ¿Entramos?
-
Sí – dice tomándome del brazo, comenzando a caminar hacia la entrada de la
mansión.
*Fujigaya Taisuke*
-
¿Pero quién se cree ese tipo? – Susurro casi para mis adentros mientras camino
hacía la iglesia, necesitaba hablar con Daiki sobre el caso y si era posible
también de lo que acabo de ver – bueno, en realidad Yuri y yo no somos nada –
chasqueo la lengua - no debería de estar enojado por verlo con otro hombre,
aunque si se veía algo mayor como para considerar que es de la escuela.
Sigo
mi camino notando como poco a poco la lluvia desparece, dejando ver un precioso
y deslumbrante sol alumbrando el día, cierro mi paraguas y visualizo la iglesia
que se encuentra a sólo unas cuadras, recordando la conversación que había
tenido con Daiki hacía ya casi una semana.
- Que sorpresa Fujigaya-san, no pensé
que fueras a venir tan temprano – dijo Daiki recibiéndome con una sonrisa,
yendo juntos hacía la sala.
- Quería hablar de algo contigo.
- ¿Hablar? ¿Sobre el caso?
- No exactamente – suspiré,
sintiéndome un poco temeroso por lo que planeaba decir y no era para menos, era
la primera vez que tendría ese tipo de conversación con alguien – Es algo
personal.
- ¿Algo personal?
- En verdad no sé cómo decirlo… -
Dije nervioso.
- No me voy a burlar de ti si se
trata de algo vergonzoso – dijo amablemente.
- No es nada de eso – dije tomando un
sorbo del café que había servido sobre la mesita.
- ¿Entonces de qué se trata?
- Daiki – suspiré tratando de
tranquilizarme y darme ánimos para continuar – quiero decirte que estoy muy
interesado en tu hermano Yuri.
- ¿Interesado?
- Bueno, la verdad es que me gusta
mucho y quisiera pedir su mano en matrimonio.
- ¿En matrimonio? – Preguntó
sorprendido.
- Sé que puede ser un poco
descabellada mi propuesta, pero prometo que él va a ser muy feliz a mi lado.
- Fujigaya-san, me alegra que tengas
sentimientos sinceros hacía mi hermano más pequeño, ¿pero al menos ustedes
tienen algún tipo de relación?
- No – dije apenado.
- Lo suponía – sonrió – entiendo que
en éstas épocas muchos padres casan a sus hijos con el mejor postor, aún si
éstos no se conocen del todo – tomó un sorbo de su café – y yo la verdad no soy
muy participe de ese tipo de uniones.
- Lo entiendo, creo que me he
precipitado un poco – dije avergonzado.
- Aunque eso no quiere decir que no
apruebe que cortejes a mi hermanito – sonrió – si logras que él se enamore de
ti, te daré su mano en matrimonio sin titubear, llegado el caso de que no
suceda eso, tienes que rendirte – dijo seriamente.
- Estoy completamente de acuerdo.
- Con el poder que me confiere el ser
la cabeza de mi familia, tienes mi total aprobación.
- Muchas gracias – dije haciendo una
leve reverencia.
- Pero.
- ¿Pero?
- Tienes que buscar la aprobación de
Ryosuke también.
- No habrá problema con eso – sonreí.
- Confío en que él te dará su
aprobación también, pero por favor no le digas que yo te he dado la mía.
- Cuenta con ello – respondí
alegremente, tendría vía libre para enamorar a Yuri y hacerlo mi esposo.
Pero
dadas las circunstancias no había podido hacer algo al respecto, éste caso y
muchos otros consumen demasiado mí tiempo, haciendo que vea mi cometido muy
lejano, considerando que tampoco he hablado con Ryosuke para obtener su
aprobación y con lo que he visto hoy no puedo evitar sentirme celoso.
¿Celoso?
¿Y
si Yuri y ese tal Takaki Yuya son más que amigos?
¿Será
posible que él se me haya adelantado?
-
¡Fujigaya-san! ¡Fujigaya-san!
-
¿Eh? ¿Qué pasa? – Pregunto a uno de mis subordinados que viene corriendo hacia
mí.
-
He estado buscándolo por todo el pueblo… - Dice tratando de recuperar el
aliento.
-
¿Y eso?
-
El Alcalde quiere hablar con usted.
-
¿El Alcalde?
-
Sí, quiere saber cómo va el caso de las desapariciones.
-
Creo que es mejor que vaya – suspiro resignado, tendré que dejar la
conversación para otro momento – Él no es un hombre muy paciente y sé que me va
a regañar porque no se ha avanzado en casi nada.
-
Acabaremos con esto pronto jefe, ya lo verás – dice con optimismo mi
subordinado.
-
Eso espero, lo que menos deseo es que hayan más víctimas. – sonrío, parando un
carruaje para que nos lleve rápidamente a la comisaría.
*Yuri*
Jadeo
sin parar al sentir su miembro dentro de mí, embistiendo cada vez con más
fuerza y precisión, mientras sus labios recorren mi cuello y mis manos su
espalda, aferrando mis uñas sobre ésta debido al dolor y al placer que estoy
sintiendo.
-
Más… - Digo entre jadeos, aferrándome todo lo que puedo a su cuerpo.
-
Eres hermoso Yuri – dice acariciando mi rostro con ternura, acto que contrasta
con lo salvaje de las embestidas.
Nos
besamos fogosamente al sentirnos cerca del clímax, haciéndolo yo primero entre
nuestros cuerpos, estremeciéndome al sentir que él lo hace en mi interior,
dejando caer su cuerpo sobre el mío mientras recuperamos el aliento.
-
Te amo tanto Yuri – dice mi novio besando mi frente.
-
Yo te amo también – digo sintiendo mi rostro enrojecer, me siento tan feliz.
-
¿Te gustaría quedarte conmigo para siempre?
-
¿Para siempre?
-
Sí, desde ahora – sonríe – viajar por el mundo y conocer lugares maravillosos
juntos.
-
Nada me gustaría más que eso – digo acariciando su rostro – pero no quiero
alejarme de mis hermanos, ¿no crees que es demasiado pronto?
*Yuya*
Mis
ojos se abren sorprendidos al escuchar sus palabras, en verdad que no había
tenido en cuenta ese amor que siente Yuri por su familia, y eso es tan tierno
en cierto modo, pero no siento que pueda ser capaz de esperar más por él.
-
Creo que he dicho una tontería, por favor perdóname – digo dando un suspiro, sentándome
sobre la cama, no puedo molestarme con él.
-
¿Estás molesto? – Se sienta con algo de molestia en su parte trasera.
-
No lo estoy – sonrío acariciando su rostro - ¿Te duele?
-
Un poco… - Sonríe apenado.
-
Lamento si hice que te preocuparas – sonrío – pero es que estoy tan feliz de
estar contigo.
-
Yo también lo soy – dice tomando mi mano que acaricia su rostro entre las suyas
– Yuya, ¿podrías esperarme sólo poco más?
-
Yuri – suspiro – no me hagas esperar tanto.
-
Te lo prometo – sonríe mientras se acerca a mí, sentándose sobre mis piernas y
con su rostro levemente sonrojado.
-
¿Quieres hacerlo otra vez? – Pregunto mirándolo con perversión, viendo cómo
éste asiente tímidamente, rodeo su cintura con mis brazos, besándolo
apasionadamente desde el principio – Yuri… - Susurro en su oído luego de
besarnos - después de esto hay algo importante que debo decirte.
-
¿Algo importante?
-
Sí, pero… – digo mirando su cuerpo desnudo, llevando mis manos hacia sus
nalgas, apretándolas con deseo, su cuerpo es el manjar más delicioso que he
probado – primero lo primero – digo tumbándolo nuevamente sobre la cama,
acomodándome entre sus piernas.
*Ryutaro*
-
Tengo que dejar todo limpio antes de que regrese el Padre Daiki – digo mientras
barro la parte de afuera de la iglesia. En la noche iremos a quedarnos un
tiempo en casa de Keito, así que tengo que dejar todo en orden.
-
Hola – volteo al escuchar una voz a pocos metros de mí.
-
Ho… Hola – respondo mirando a aquel extraño hombre.
-
¿Te han dicho alguna vez que tu cabello negro es hermoso?
-
¿Qué quieres? – Pregunto mirándolo desafiante, no me gusta para nada la
presencia de ésta persona.
-
Tranquilo, no pienso hacerte nada malo – sonríe de manera que me hace revolver
el estómago - ¿Te gustaría dar un paseo conmigo?
CONTINUARÁ...
Muchas gracias por dedicarme este capítulo como los anteriores.
ResponderEliminarDéjame decirte que aún no paso por el otro fic, pero eh leído todos los de aquí nuevamente, una vez terminando, dejaré mi comentario por allá.
Antes que nada déjame decirte ¡Oh mi dios!!!! Me dejaste con la boca abierta, quiero y deseo que a Yuri no le arruinen la vida como a Daiki, que Daiki le ayude para ser feliz y que Taisuke acepte su derrota en el amor como un verdadero hombre.
Aaaah me dejas con un montón de sensaciones que ni se expresar!! Estuvo realmente encantador