24 dic 2019

My First Christmas With You

Hola Hola
Todavía estamos a víspera de navidad pero no quería dejarles si éste pequeño presente de mi parte y agradecerles enormemente el apoyo y el amor que le han dado a mis fics durante éste año
Espero les guste éste pequeño fic OhYass, que es de mis OTP preferidas de Eito.
También éste fic va dedicado a mi querida amiga Mari
Los quiero muchísimo y Feliz Navidad, Feliz año, que disfruten mucho con sus familiares, amigos o quizás solos.
Les mando un fuerte abrazo y nos leeremos nuevamente en Enero con el nuevo capítulo de Amor Carmesí, que les adelanto será sobre Daiki



Tema: My First Christmas With You
Extensión: Oneshot
Parejas: OhYass
Autora: Akari-chan


My First Christmas with you

Hacía tres meses que había comenzado una nueva vida, una al lado del amor de mi vida, mi tierno novio desde la secundaria, aquel joven que con su sonrisa tan resplandeciente nunca ha dejado de brindar calor a mi frío corazón, desde aquella vez que cruzamos nuestras miradas en la cafetería del colegio.

- Por favor Okura, acompáñame a la cafetería – decía mi amigo Ryo suplicante.

- ¿No puedes ir solo? – Digo sacando el almuerzo de mi bolso, me estresaba el hecho de pensar en hacer una interminable fila para comprar algo para comer, así que yo traía mi propia comida, además de que también me molestaba estar rodeado de tanta gente y tanto ruido

- No seas malo Okura – dice haciendo ojitos de cachorrito.

- Tú sólo quieres llevarme como excusa para ver a Subaru.

- Pero es que tú eres amigo de él.

- Pero no es necesario que yo vaya, puedes hablar tranquilamente con él, no creo que se vaya a molestar porque lo hagas.

- Por favor – dice ahora haciendo puchero, haciendo que de un fuerte suspiro.

- Está bien, iré contigo – digo resignado, recibiendo un abrazo de mi amigo.

Tomé mi caja del almuerzo y a regañadientes caminé junto a Ryo hacía la cafetería, visualizando al fondo a Subaru con un grupo de amigos de su clase y al acercarnos fijé inmediatamente mi mirada en un chico bajito, que sonreía de oreja a oreja por la absurda y animada conversación que tenían y al cruzar nuestras miradas mi corazón comenzó a latir frenéticamente y de algún modo podía sentir que él presenciaba lo mismo.

Y desde ese momento seguí acompañando a Ryo todos los días de escuela a la cafetería, para poder ver a Yasu, hablar con él y al pasar el tiempo comenzar a tomarnos de la mano debajo por debajo de la mesa.

“Bendigo completamente el día en el que fui a acompañar a Ryo a la cafetería de la escuela”

Y en ésta ocasión celebraríamos la navidad juntos, no era la primera vez como tal, pero sí lo era en nuestro apartamento, por el que durante muchos años trabajamos fuertemente para lograr pagar la cuota inicial y aunque tuviéramos que pagar cientos de cuotas más, estábamos felices de tener algo nuestro.  

Pero cuando pensaba que éste día no podía empeorar más, me encuentro atrapado en un trancón que atraviesa casi toda la ciudad. Lo único realmente maravilloso que había pasado en éste fue los preciosos momentos junto a mi novio al despertar y tomar el desayuno; luego de eso todo se convirtió en caos en la oficina, horas extras y ahora esto.

Luego de casi dos horas de espera, llego por fin a casa, algo preocupado porque Yasu ya se hubiese dormido y es normal, porque ya es más de media noche. Saco las llaves del bolsillo de mi abrigo, abriendo lentamente la puerta.

- Estoy en casa – susurro mientras me quito los zapatos y en silencio voy caminando hacía la cocina, en dónde se encuentra mi amado, durmiendo plácidamente apoyando su cabeza en sus brazos sobre la mesa.

Sonrío al verlo en ese estado y con mucho cuidado lo tomo en mis brazos, llevándolo a la cama y acostándolo suavemente sobre ésta. Suerte que él ya tiene puesta su pijama, así que no tendría que desvestirlo, aunque no es algo que me moleste en lo absoluto.

Después de quitarle las pantuflas y arroparlo con la cobija, vuelvo a la cocina,  guardo la cena que había preparado mi novio en la nevera y lavo los trastes que habían quedado sucios y al tener todo organizado vuelvo a la habitación, me tomo una ducha, me lavo los dientes, me pongo mi pijama y por último voy hacia la cama, adentrándome en la cobija y abrazar a mi novio por la espalda, dándole un dulce beso en la nuca.

- Lo siento… - Escucho un susurro que viene de él, quién se voltea lentamente para quedar ambos frente a frente.

- No tienes que disculparte, de todos modos fui yo el que llegó tarde.

- Pero había preparado la cena y me quedé dormido…

- La comeremos al amanecer – digo sonriente, dándole un beso en la frente – nada me hace más feliz que estar así contigo – digo apegándome más a su cuerpo.

- Feliz navidad – dice dedicándome su bella sonrisa.

- Feliz navidad – sonrío besándolo dulcemente en los labios, cerrando mis ojos a la par que él, me sentía agotado, pero feliz de compartir éste especial momento con mi amado. 

FIN

1 dic 2019

Amor Carmesí

Hola Hola!!!!! 😁
Ya es primero de Diciembre y hoy les traigo el capítulo 6 de éste hermoso serial 💗
Muchas gracias por todo el amor y los preciosos comentarios y teorías que me dejan, me encantan mucho leerlas 💖
Todavía no daré mi despedida del año porque les traeré un pequeño Fic para navidad, de una de mis parejas favoritas de Kanjani8 💕
Espero que les guste mucho el capítulo y como siempre éste va dedicado a Yojhannah Tomatito 😘



Tema: Amor Carmesí
Extensión: Serial
Parejas: Varias 
Autora: Akari-chan




Capítulo 6

*Daiki*

Mi hermanito y yo subimos a un carruaje para que nos llevara a la iglesia, hablando muy animadamente sobre lo ocurrido los días que no estuve en el pueblo, me alegra verlo tan feliz, inclusive más de lo que lo ha estado antes, me pregunto si hay algún motivo en especial para tal felicidad. Al llegar a la iglesia fuimos recibidos por Ryutaro quién ayudó a bajar las maletas del carruaje.

- Padre Daiki, hay alguien esperándolo en la casa cural.

- ¿Alguien esperándome? – Pregunto sorprendido.

- Sí, ha estado aquí desde hace más de una hora – dice alegremente.

- ¿Por qué lo has hecho esperar tanto?

- Le dije que te ibas a demorar un poco más, pero insistió en quedarse.

- Ya creo saber quién es – digo esbozando una sonrisa y al llegar a sala de estar de ésta me encuentro con Keito quién me esperaba sentado en el sofá con una enorme sonrisa.

- ¿Pensé que me iban a salir raíces de tanto esperarte? – dice sonriente acercándose a mí y dándome un fuerte abrazo.

- Entonces me hubieses venido a visitar más tarde para que no tuvieras que esperar tanto – digo sonriente.

- Veo que Yuri no pudo evitar ser el primero en verte – dice al ver a mi hermanito entrar con un par de maletas.

- ¡Keito! – Exclama alegremente, acercándose para abrazarlo también – hace mucho que no vas a casa – dice haciendo un puchero.

- Lo siento mucho, pero hemos estado muy ocupados.

- Sí, lo sé, Ryosuke tampoco se lo pasa mucho en casa.

- Ryutaro, he traído unos pastelitos ¿serías tan amable de preparar el té?

- Claro que sí Padre – dice felizmente – recibiendo la bolsa con los pastelitos que había traído.

- ¿Podrían esperarme un poco? Tengo que cambiarme.

- Claro, aquí te esperamos - dice Keito.

- No demores tanto, que tengo que hacer un trabajo para la escuela – dice Yuri.

- Gracias, trataré de no demorarme – digo tomando mis maletas y yendo a mi habitación.


*Yuri*

- Keito, quisiera preguntarte algo – digo al tiempo que nos sentábamos en el sofá.

- ¿Qué sería?

- Lo siento si te pregunto algo tan personal, pero… ¿Alguna vez te has enamorado? – Pregunto sintiendo mi rostro enrojecer.

- ¿A qué viene esa pregunta? – Ríe divertido.

- Sólo responde – digo avergonzado.

- Sí, lo he estado – responde con una sonrisa.

- ¿Y cómo se siente?

- Es un sentimiento difícil de describir, pero puedo asegurarte que cada vez que estás al lado de esa persona que amas, se te olvida el resto del mundo.

- Eso es cierto… - Susurro sintiendo mí corazón latir aceleradamente.

- Aunque en mi caso, la verdad es que siempre he estado enamorado de la misma persona – sonríe de manera nostálgica.

- ¿Y qué pasó?

- Pues fue otro el que se ganó su corazón antes que yo – suspira – pero no te preocupes, estoy bien al respecto de eso.

- ¿Y esa persona lo sabe?

- Creo que no tiene sentido que lo sepa ahora – sonríe – ¿estás enamorado? – Pregunta haciéndome sonrojar más de lo que estoy – he de suponer que tu sonrojo me lo confirma.

- Por favor no le digas nada a alguno de mis hermanos – digo apenado.

- Nada de eso va a salir de mis labios – sonríe - ¿Es alguien de la escuela?

- Esto…

- ¿Qué es lo que tanto murmuran? – Pregunta mi hermano Daiki al regresar a la sala.

- ¡No es nada! – Exclamo nerviosamente.

- Es un secreto entre amigos – dice Keito.

- ¿Y es algo que no le puedes contar a tu hermano?

- No todavía – digo apenado.

- Está bien – sonríe acariciando mis cabellos, al tiempo que llega Ryutaro con el té y los pastelitos servidos en una bandeja, dejándolos sobre la mesita – Muchas gracias Ryutaro, si quieres puedes acompañarnos.

- En verdad que no quisiera ser una molestia.

- Claro que no lo eres – sonríe, sentándonos todos alrededor de la mesita para merendar.


*Daiki*

- Ya se me está haciendo tarde para ir a la biblioteca – dice Yuri mirando su reloj al terminar la merienda – en verdad que quisiera quedarme más tiempo pero es algo realmente importante.

- No te preocupes Yuri, los estudios son importantes también – digo levantándome del sillón para abrazarlo – me alegra mucho que hayas venido a recibirme en la estación.

- Siempre será un gusto para mí – dice alegremente – nos veremos luego – dice haciendo una reverencia luego de despedirse de todos los presentes. Ryutaro también se retira dejándonos a Keito y a mí solos.

- Hace mucho que no te veía ese rosario.

- Siempre lo llevo puesto, sólo que por lo general está debajo de la sotana.

- Es muy bonito y también muy especial para ti – sonríe.

- No ha pasado ni un solo día en el que no deje de pensar…

- Por cierto Padre, antes de que llegaras trajeron éste paquete – dice Ryutaro llegando de nuevo a la sala con aquel objeto en sus manos.

- ¿Quién lo trajo?

- Un joven, pensaría que es de la policía porque llevaba puesto el uniforme.

- Ah, ya sé que es – digo tomándola entre mis manos – muchas gracias Ryutaro, vuelve a tu habitación.  

- Cómo usted ordene Padre – dice saliendo de la sala alegremente.

- ¿Qué sucede? ¿Por qué la policía te manda eso? – Pregunta Keito confundido.

- Te voy a contar algo, pero por favor no le digas nada a Ryosuke.

- ¿Y qué es?

- Decidí que voy a ayudarlos, aunque sea en el anonimato.

- ¿Es en serio? – Pregunta Keito sonriendo alegre.

- Sí – suspiro - ¿han sabido algo de la chica desaparecida?

- No hemos encontrado nada todavía.

- Ya veo…

- Y tememos que ya sea demasiado tarde para salvarla.

- No lo dudo – suspiro, sintiéndome algo inquieto.

- Pero contigo de nuestro lado puedo sentirme más seguro de que podremos dar con ellos y acabarlos.

- Te ves muy emocionado para tratarse de algo tan trágico.

- Es que me siento como en los viejos tiempos.

- Que esto sea un secreto.

- ¿Se lo puedo contar a Hikaru?

- Bueno, a él sí – sonrío – Por cierto, ¿qué hablabas con Yuri antes de que volviera?

- Es un secreto, estaría mal revelártelo.

- Que malo – digo haciendo puchero, ya en otro momento le preguntaré a mi hermanito.


*Yuri*

Llegué justo a tiempo a la biblioteca, en dónde se encontraban un par de mis compañeros esperándome para hacer el trabajo, nos quedamos el resto de la tarde estudiando y terminando éste con éxito. Luego de que ellos se fueron, me quedé un rato más en ésta, sintiendo una agradable presencia sentándose a mi lado en la mesa.

- Pensé que estarías aquí – sonríe acariciando mi mejilla.

- Yuya… - Sonrío de verlo, en verdad no lo esperaba - ¿me has estado persiguiendo por todo el pueblo? – Pregunto burlonamente.

- No, sólo tuve el presentimiento de que te encontrarías aquí y he acertado – sonríe, tenía muchas ganas de verte, en verdad que no he dejado de pensar en lo maravilloso del día de ayer.

- Créeme que yo tampoco – río sintiendo mis mejillas enrojecer.

- ¿Quieres salir a dar una vuelta?

- Ya he estudiado mucho por hoy, así que me caería bien tomar algo de aire fresco – digo alegremente, comenzando a guardar mis libros en el bolso, para seguidamente salir de la Biblioteca, tomado de su brazo.

Nos dirigimos a un parque cercano, del cual poco a poco la gente se iba yendo ya que comenzaba a caer la noche. Nos sentamos en una banca, muy juntos, disfrutando extrañamente del silencio que se había formado entre los dos, sólo sintiendo el acelerado palpitar de mi corazón y podía asegurar que el de él también.

- Yuya, quisiera decirte algo – digo quebrando aquel silencio que nos rodeaba.

- Puedes decirme lo que quieras – sonríe, besando dulcemente mi frente.

- Ya no quiero que seas mi pretendiente – digo mirándolo fijamente a los ojos, notando su mirada llena de sorpresa.

- ¿Por qué? ¿He sido muy atrevido? ¿O he estado yendo muy rápido?

- No es eso – río al ver su reacción, entre preocupado y asustado – Yuya yo… - digo mientras voy sosteniendo sus manos – ¡quiero que seas mi novio! – digo rápidamente, notando sus ojos iluminarse por lo que acabo de decir.

- Así que era eso – suspira aliviado.

- ¿Qué dices? ¿Aceptas?

- ¿No debería ser yo el que te lo proponga?

- Da igual quién lo haga primero, creo que para ambas partes sería la misma respuesta.

- Y no puedes estar más en lo correcto – dice sonriente, tomando delicadamente de mi cintura para acercarme más a su cuerpo, al tiempo que sus labios se unen a los míos en un dulce beso.

- Te amo Yuya… - Digo sintiendo mi rostro arder por el rubor.

- Y yo a ti, muchísimo – dice volviendo a besarme de una manera más demandante, rodeando su cuello con mis brazos, intensificando más éste, sintiéndome completamente dichoso y más al confirmar que su corazón late con la misma intensidad que el mío.



CONTINUARÁ...