Father's Love

Muy buenas tardes *o*

En verdad lamento mucho la demora con éste capítulo, pero éste ha sido un mes muy agitado X'D 

Agregando también que desde agosto estoy siendo parte de un coro aquí en mi ciudad y tengo que poner todas mis ganas en ello, sobre todo porque ya estamos en los últimos ensayos ya que pronto serán nuestras presentaciones y me siento muy ansiosa por eso >__<  aunque me siento muy feliz por que he aprendido mucho y a llegar a tonos que nunca me imaginé que podría llegar.

Pero dejando eso de lado, espero que les guste mucho éste capítulo *o* que como siempre va dedicado a mi querida amiga Mari, que la quiero mucho <3

Que lo disfruten ;) 

Tema: Father's Love

Extensión: Serial

Parejas: Varias 

Autora: Akari-chan

Capítulo 28

*Okura Tadayoshi*

El viaje hacía la isla de Okinawa había sido muy largo y agotador, tanto que al subir al bus que nos llevaría hasta nuestro hotel nos quedamos dormidos. Desperté luego de media hora, notando que ya el sol estaba próximo a esconderse, sonriendo al ver a mi esposo y a los niños dormir.

No habíamos vuelto a venir desde que mi esposa murió y eso de cierta forma me traía tan buenos recuerdos y a la vez tristes, ya que no volvíamos con ella, pero no era momento para ponerse melancólico, tengo a mis hijos y a Yasu a mi lado y soy enormemente feliz con ellos y estoy seguro que ella esté donde esté, estará feliz por nosotros, de que sigamos adelante.

- Yasu, despierta – digo en un susurro, dándole suaves palmadas en su rostro – ya vamos a llegar.

- ¿Ya? – Pregunta abriendo lentamente sus ojos.

- Si, solo faltan un par de cuadras para llegar al hotel – digo dándole un suave beso en los labios.

- Chicos, ya vamos a llegar – dice volteando su rostro sonrojado, viendo a los chicos despertarse poco a poco, al igual que el resto de pasajeros.

- Por fin – dice Ryutaro frotándose los ojos.

- Que bonito – dice Yuri mirando por la ventana del autobús.

- Extrañaba mucho éste lugar – dice Yuya emocionado.

- Yo también – dice finalmente Kota.

El autobús se detuvo al frente del hotel en donde nos hospedaríamos, esperando a que el resto de pasajeros bajaran primero, para así después hacerlo nosotros, bajando por fin de éste, ya quería descansar en una cama cómoda con mi Yasu.

- Muy bien chicos, ustedes llevarán las maletas – digo empezando a caminar junto con mi esposo.

- ¿¡Eh!? – Exclamó Ryutaro - ¿Por qué nosotros?

- Ustedes son más jóvenes y fuertes, además no están ni tan pesadas.

- Vamos Ryutaro, es la luna de miel de nuestros padres, es normal que lo que quieran es relajarse – dice Yuri tomando una de las maletas, haciéndonos avergonzar un poco.

- Pero se supone que son vacaciones en familia.

- Es un 2x1, vacaciones familiares y luna de miel – dice Yuya felizmente.

- Lo que acabas de decir es estúpido – dice Ryutaro molesto.

- Ya, ya chicos, entremos todos al hotel – dice Yasu sonriendo dulcemente, entrando todos al edificio frente a nosotros.

El lugar estaba completamente lleno de gente entrando y saliendo, había sido un total alivio el poder reservar las habitaciones a tiempo, aun cuando lo había hecho ya un poco tarde.

*Ryutaro*

- Aquí tiene sus llaves Señor Okura, que disfruten su estadía – dice la chica de recepción haciendo una reverencia, entregándole las llaves a Okura-san.

- ¿Cuantas habitaciones reservaron? – Pregunta el idiota pervertido.

- Hemos reservado tres habitaciones, así que en una estaremos Yasu y yo obviamente – dice Okura-san sonriente, mientras mi padre sonríe sonrojado ¿por qué se avergüenzan si ya llevan varios meses de casados?

- Entonces en ese caso yo…

- Yo dormiré con Yuyan – dice Yuri, interrumpiendo lo que yo iba a decir, tomando del brazo al bobo de su novio.

- ¡Yuri! – Exclamo molesto, no puedo permitir que esos dos estén solos y menos sabiendo el tipo de relación que tienen y más al saber que yo compartiría habitación con…

- Eso quiere decir que yo dormiré con Ryu-chan – dice el idiota pervertido, posando una de sus manos en mi hombro.

- No me toques – lo miro de manera fulminante haciendo que retire su asquerosa mano de mi hombro.

- Eso es excelente – dice mi papá emocionado – me alegra de que sean tan cercanos ahora.

- Y lo seremos mucho más – dice Yuri mirando de manera nada inocente al bobo de su novio. En verdad que no me quiero imaginar el tipo de “unión” al que se refieren.

- Por cierto, las habitaciones están en pisos distintos – dice Okura-san entregándole las llaves a sus hijos, me imagino que por el hecho de ser los mayores y los que se encargarían de nosotros, aunque eso me disguste - ¿Quieren cenar ahora o quieren hacerlo más tarde?

- Creo que es mejor hacerlo ahora – dice mi papá - estamos muy agotados del viaje y después de comer lo mejor será descansar.

- Está bien, llevemos nuestras maletas a las habitaciones y nos vemos aquí en quince minutos – dice Okura-san tomando su equipaje.

- Siempre que nos encontremos será aquí en la recepción – dice mi papá sonriente.

- Sí señor – dijimos los cuatro al unísono tomando cada uno su equipaje, subiendo al ascensor que por suerte estaba desocupado.

*Yasuda Shota*

Después de dejar las maletas en nuestra habitación, bajamos rápidamente para ir a cenar con los chicos, quienes ya nos estaban esperando en el lugar acordado. Me siento muy feliz de estar aquí con mi hermosa familia, al parecer la relación entre nuestros hijos ha mejorado y eso me alegra mucho, sobre todo por Ryutaro, quién desde un comienzo no ha tomado bien todo esto.

- Por fin a dormir – digo acostándome boca abajo sobre la cama después de haber cenado.

- ¿A dormir? – Pregunta mi esposo sorprendido – Pensé que íbamos a hacer de todo menos dormir – susurra acomodándose sobre mí.

- Pero estoy agotado.

- Pero yo quiero mi postre – dice besando suavemente mi nuca, haciéndome suspirar.

Se apartó un poco para hacer que yo girara sobre la cama, quedando ahora boca arriba, besándome lentamente al mismo tiempo que acaricia la piel de mi abdomen por debajo de mi ropa. Estoy muy cansado pero aun así no puedo evitar dejarme llevar por sus besos y caricias, así que correspondo a ellas de la misma manera, empezando poco a poco a excitarme, pero de un momento a otro Yoshi deja de moverse.

- ¿Yoshi? – Pregunto moviéndolo un poco, notando que se había quedado dormido encima de mí – me dejaste iniciado – suspiro un poco molesto, retirándolo de mí encima. Ahora tenía que encargarme de mi problema entre las piernas solo.

*Kota*

- Estúpido Yuri, me las va a pagar – dice Ryutaro dando vueltas por la habitación, completamente molesto.

- ¿Tan malo es que estemos en la misma habitación? – Sonrío divertido, me encanta verlo con esa expresión.

- ¡Es muy malo! No quiero estar en la misma habitación con un pervertido.

- Yo no soy un pervertido – digo haciendo puchero.

- Claro que lo eres, te la pasas por casa en ropa interior.

- Solo lo hago cuando estoy en mi habitación ¿por qué te molesta tanto eso? Somos hombres.

- Me molesta y punto, no voy a hablar contigo sobre eso – dice sacando su pijama de la maleta, entrando al cuarto de baño.

Suspiro profundo, quitándome de inmediato mi ropa, quedándome en bóxer, sé de antemano que verme así le disgustará, pero no pienso darle el gusto, que entienda que no tiene ningún poder sobre mí.

*Ryutaro*

Respiro profundo al estar ya dentro del cuarto de baño, tratando de tranquilizarme, de hacerme a la idea de que tenía que compartir habitación con ese pervertido degenerado, maldiciendo en mis adentros al idiota de mi hermano por haber preferido al bobo de su novio antes que a mí, seguramente en estos momentos estarán haciendo un montón de cochinadas, aprovechando de que ahora tenían una habitación solo para ellos, con una cama enorme así como la que hay en la habitación que comparto con el bobo pervertido, que mala suerte la mía.

- Yuri idiota – susurro al abotonarme el último botón de mi pijama y tomando la ropa que me había quitado, salgo del baño, quedándome estático de ver al idiota sólo con su bóxer puesto - ¿acaso olvidaste tu pijama?

- No, siempre duermo así, aunque en realidad me gusta más hacerlo desnudo – sonríe pícaramente, haciéndome rabiar más de lo que estaba.

- Ni creas que voy a dormir en la misma cama contigo así – digo molesto.

- No tienes por qué hacerlo si no te apetece, mira, aquí está todo el suelo a tu disposición.

- ¿Por qué tengo que dormir yo en el suelo?

- Porque yo soy el mayor – dice con obviedad.

- Se supone que los mayores tienen que cuidar a los más jóvenes.

- Pensé que no querías ser cuidado por mí – dice acercándose demasiado a mí.

- ¿Sabes qué? Prefiero dormir en la calle – digo apartándome de su lado.

- No es mala idea tampoco – dice riéndose, entrando al cuarto de baño, lo odio.

*Kota*

- ¿Eh? ¿Pero qué es esto? – Pregunto al salir del baño, viendo una muralla hecha de sábanas en medio de la cama.

- Estoy separando mi parte de la cama de la tuya – dice riendo con satisfacción.

- ¿En verdad crees que es necesario hacer todo esto? Ni que te fuera hacer algo.

- Uno nunca sabe, no me siento seguro durmiendo en la misma cama con un pervertido como tú.

- Si quisiera hacerte algo ya lo hubiese hecho hace mucho tiempo, a no ser que… - digo acercándome nuevamente a él, dejando por alguna razón mi rostro muy cerca al suyo – quieras en realidad que yo te haga algo – digo viendo como el rostro de éste se sonroja, se ve tan lindo.

- ¿Pero qué cosas dices? ¿Por qué querría yo eso? – Dice separándose de mí, acostándose en la parte derecha de la cama, arropándose hasta la cabeza.

- Buenas noches – digo finalmente sin recibir respuesta alguna.

Estás serán unas vacaciones muy interesantes.

*Yuya*

Nos habíamos acostado a dormir apenas y llegamos de cenar, el viaje había sido agotador y lo que más queríamos en esos momentos era dormir juntos y muy abrazados, ya ha amanecido y a pesar de que ya estoy despierto, miro embelesado la espalda de mi amado, que mira con tanta ilusión el bello mar que estaba en frente del hotel y que se puede ver perfectamente desde la ventana de nuestra habitación, así que haciendo el menor ruido posible me acerco a él, notando que habla solo, eso es tan adorable.

- Se ve mucho más bonito que en la tele o revistas de viaje – susurra Yuri con emoción, mirando por la ventana de nuestra habitación.

- Pero no es tan hermoso como tú – digo abrazándolo por la espalda, haciéndolo estremecer por la sorpresa, dándole un beso en la mejilla.

- Yuya ¿te desperté? – Dice volteándose para verme.

- Ya estaba despierto hace mucho, viendo lo hermoso que eres – digo rozando mis labios con los suyos - ¿Es la primera vez que vienes a un lugar como éste?

- Sí y me gusta más que sea estando contigo – dice sonrojado – y con nuestra familia, claro está.

- Te amo Yuri – digo acariciando sus cabellos.

- Yo también te amo, más de lo que te puedas imaginar – dice besándome dulcemente.

- Quiero que ésta también sea como una luna de miel para nosotros – digo apartando solo un poco mis labios de los suyos.

- ¿Con noche de bodas incluida? – Dice rodeando mi cuello con sus brazos.

- Luna de miel no es luna de miel sin noche de bodas – digo sonriente, volviendo a besarlo pero ahora con más intensidad, siempre le demostraré a mi amado Yuri lo mucho que lo amo y lo importante que es para mí estar a su lado.

*Okura Tadayoshi*

Abro los ojos lentamente al sentir un agradable cosquilleo en mi cuello, viendo a mi amado Yasu besando aquella parte de mi cuerpo, acordándome de lo que había hecho la noche anterior, tenía que disculparme.

- Yasu… yo… - no pude terminar lo que iba a decir debido a que ahora él está besando mis labios, beso al que correspondo con gusto.

Lo tomo entre mis brazos, queriendo cambiar posiciones con él pero éste no me deja, así que sin insistir más me dejo llevar, viendo como mi esposo baja lentamente hasta mi entrepierna, bajando el cierre de mi pantalón, sacando de ahí mi miembro que ya estaba comenzando a despertarse, lamiéndolo desde la base hasta la punta.

Jadeo al sentir su cálida lengua recorrer mi miembro, haciendo que se endurezca mucho más, deseando desesperadamente que lo introduzca en su boca hasta correrme dentro de ella, pero al parecer esa no es su intención.

- Yoshi… - dice dejando su labor, mirándome fijamente, con una sonrisa que desconocía por completo – bajemos a desayunar, los chicos deben de estar esperándonos – dice levantándose de la cama, dejándome atónito.

- ¡¿Eh?! – Exclamo sorprendido – Pe… pero mi…

- Sobre eso – dice rozando con uno de sus dedos mi glande – puedes masturbarte, así como yo lo hice anoche cuando me dejaste igual – dice sin borrar esa siniestra sonrisa.

- Yasu, no era mi intención dejarte así – digo arrepentido – no me dejes así.

- Te esperaré abajo – dice dándome un beso en la frente – no demores – dice saliendo finalmente de la habitación.

Al parecer tendré que aliviarme solo, hasta que Yasu deje de estar enojado conmigo.

*Yasuda Shota*

No me gusta hacer sufrir así a mi esposo, pero es que lo que me hizo anoche no tiene nombre ¿cómo se le ocurre dormirse así sin más? Con mi pobre amiguito vestido y alborotado, pero no puedo negar que me causa algo de gracia verlo con su rostro suplicante porque lo atendiera, pero por más ganas que tenga yo también de hacerlo con él, no puedo dejarle las cosas tan fáciles, lo haré sufrir solo un poco.

- Buenos días niños – digo al ver a los chicos esperando en la recepción.

- Buenos días – dicen los cuatro al unísono.

- ¿Dónde está papá? – Pregunta Kota extrañado.

- Es que acaba de levantarse, pero no demora en bajar – digo sonriente.

Nos quedamos esperándolo por unos minutos más hasta que lo vimos bajar por las escaleras, con su respiración agitada, no era necesario que las bajara corriendo si hay un ascensor en el hotel.

- Buenos… días… - Dice agitadamente, llegando a nuestro lado.

- Buenos días – respondimos todos.

- Ahora si vamos a desayunar – digo viendo como los chicos comienzan a caminar directo al restaurante del hotel, mientras que yo tomo la mano de mi amado esposo, caminando junto con él.

- Yasu…

- ¿Si?

- Lo siento – dice mirándome con sus ojitos de cachorrito.

- ¿Pudiste aliviarte?

- No, tuve que esperar a que se me bajara, si no es contigo, no puedo hacerlo – dice haciéndome sonrojar por tan lindas palabras.

- No creas que por decirme eso vas a hacer que te perdone fácilmente – digo tratando de sonar molesto, pero la verdad es que no puedo enojarme mucho con él.

- No pensé que fueras tan vengativo.

- Pero me amas ¿no es así?

- Creo que ahora te amo más – dice mirándome con ternura, besando mi frente, siguiendo con nuestro camino.

CONTINUARÁ...