31 dic 2014

Musekinin Hero - Final -

Hola a todo el mundo :D

No podía despedirme de este año sin terminar primero este serial que sin lugar a dudas, disfruté mucho de escribirlo y me alegra mucho de que les haya gustado y me hayan apoyado durante este hermoso año y espero que también lo hagan para el siguiente que todavía tienen fics míos para rato...

Así que sin alargarme más, les dejo el capítulo final de Musekinin Hero :D espero les guste y como siempre, este va dedicado a mi hermosa amiga Wen-chan y a Mimi-chan. Muchas gracias por la paciencia y que lo disfruten >w<




Tema: Musekinin Hero
Extensión: Serial 
Parejas: Takanoo y otras...
Autora: Akari-chan


Capítulo 16

No había podido dormir en toda la noche, pensando en lo que debía de decirle a Yuri para que aceptara mis sentimientos, pasando por la penosa situación de tener que preguntarle a Arioka-kun en dónde vivía, ya que ni yo llevando tres años trabajando con él lo sabía y después de toda una ronda de regaños y amenazas de que si le hacía daño me pasarían un sinfín de cosas malas, me lo terminó diciendo de todos modos.
Y ahí me encontraba, frente a la puerta que según decía en el papel que me había dado Arioka-kun, era la que me daba entrada al apartamento en donde vivía la persona que estaba buscando, toqué la puerta y luego de unos segundos, vi como dos chicas abrían la puerta.
- Buenos días – dijeron ambas al unísono -.
- Buenos días ¿Aquí vive Chinen Yuri? – pregunté, ya que quizás me había equivocado -.
- Si, pero en estos momentos fue a la tienda a comprar unas cosas para el almuerzo – dijo una de ellas -.
- Si gustas, puedes esperarlo dentro, no demorará en llegar – dijo la otra chica -.
- Gracias – dije para después entrar al apartamento y enseguida sentarme en uno de los muebles que estaban en la sala -.
- Mucho gusto, mi nombre es Ai.
- Y yo soy Nozomi, nosotras somos las hermanas de Yuri – dijo sentándose junto con su hermana en el sofá -.
- ¿Y tú eres?
- Yo soy Nakajima Yuto y soy el…
- ¿Eres el novio de mi hermano? – dijo entusiasmada Ai -.
- No, soy su jefe, pero a eso vine, porque quiero ser su novio – dije, no había caso en decirles mentiras, además si me ganaba el afecto de ellas, tendría más posibilidades de estar con Yuri -.
- ¡KYAAAA! – gritaron ambas -.

Corrí lo más rápido que pude, al escuchar el grito de mis hermanas, temiendo que algo malo les estuviera pasando.
- ¿QUÉ PASÓ? – grité al momento de abrir la puerta, con la respiración agitada -.
- Onii-chan, tienes visita – dijeron mis hermanas, al mismo tiempo que me abrazaban fuertemente -.
- ¿Visita? ¿De quién? – Dije mirando a mí alrededor y ahí estaba aquel que no salía de mi cabeza desde hacía unos días -.
- Hola – dijo Yuto sonriente -.
- Ho… hola – dije nerviosamente, sintiendo como mi corazón latía rápidamente -.
- Kawaii – dijeron ambas al verme en ese estado -.
- Nakajima-kun vino aquí a pedirte que seas su novio – dijo Ai emocionada -.
- Justo cuando pensábamos que te ibas a quedar solterón toda la vida – dijo Nozomi, llorando de la emoción -.
- No digan esas cosas – dije avergonzado y más por saber el motivo de la visita de Yuto -.
- Muy bien, los dejaremos solos para que hagan sus cosas de novios – dijo Ai, tomando la mano de Nozomi y saliendo juntas del apartamento -.
- ¿Por qué no has ido a trabajar? – preguntó Yuto, mirándome con preocupación -.
- Esto… - no sabía que responder en esos momentos, aunque tenía muy claros mis sentimientos hacía él, me sentía muy avergonzado por todo lo que había pasado -.
- Supongo que te molesta verme – dijo con un tono triste -.
- No, no me molesta, es solo que…
- ¿Has pensado en lo que te dije?
- Si… - respondí sonrojado -.
- ¿Y qué es lo que piensas al respecto?
- No sé qué decirte – suspiré -.
- Yuri – en ese momento Yuto se arrodilló, tomando mi mano derecha – Mi Yuri, sé que piensas de mí que soy un idiota, un pervertido, un abusador y que no he hecho más que molestarte en todos estos años que llevamos de conocernos y en verdad lo lamento, lamento mucho el haberte incomodado e humillado tanto, pero de lo que si estoy seguro es que no puedo vivir tranquilamente si no estás a mi lado, te necesito… te amo – dijo finalmente besando mi mano dulcemente -.
Me arrodillé quedando casi a la misma altura que él, acariciando su rostro con la mano que tenía libre, acercando mi rostro cada vez más al suyo, hasta por fin juntar mis labios con los suyos en un delicado beso.

- ¿Es esta tu respuesta? – pregunté totalmente emocionado al separarnos del beso -.
- Te… amo… - dijo al mismo tiempo que sus mejillas se enrojecían, haciéndolo ver más hermoso de lo que ya era -.
Podía sentir como una felicidad inexplicable se apoderaba de todo mi cuerpo, haciéndome sonreír de oreja a oreja, me levanté del suelo, ayudándolo a él también, volviendo a juntar mis labios con los suyos, aprovechando la cercanía para cargarlo entre mis brazos como si se tratara de una princesa.
- ¿Qué haces? – preguntó -.
- ¿Dónde queda tu habitación?
- ¿EH? ¿Para qué quieres saber eso? - dijo completamente avergonzado y sonrojado por lo que le acababa de preguntar -.
- Que pregunta más tonta, pues para tener sexo – dije brindándole una de mis mejores sonrisas -.
- Pero si acabamos de ennoviarnos ¿no puedes esperar?
- Después de todo lo que hicimos hace unos días ¿crees que voy a poder esperar más?
- Pero…
- Vamos, yo sé que tú quieres también – dije, acariciando sus glúteos, sintiendo como se estremecía -.
- Es el del fondo a la izquierda – dijo ocultando su rostro en mi pecho, sonreí victorioso, comenzando a caminar con la persona que amaba entre mis brazos y a la que jamás dejaría ir de mi lado -.

- Inoo ¿Puedo hablar contigo? - me sorprendí al escuchar la voz de Yabu, hacía tanto tiempo que no nos dirigíamos la palabra, que se me hacía demasiado extraño que tan de repente volviera a hablarme -.
- ¿Sobre qué? – pregunté un poco molesto, todavía me sentía molesto por lo de su traición con Morimoto-kun -.
- Sé que es un poco tarde para pedirte perdón, pero es que si no lo hago antes de irme, no me sentiría bien conmigo mismo.
- ¿Irte? ¿A dónde?
- Me iré a Osaka, no te lo había dicho antes de que termináramos, pero es todo un hecho de que me trasladarán allá, solo estaba esperando a terminar unos asuntos y el hablar contigo es uno de ellos.
- Está bien, habla entonces – dije un poco más tranquilo -.
- En verdad lamento mucho todo el daño que te hice, pero en verdad estoy muy enamorado de Ryutaro y solo con él quiero estar y sé que tuve que ser sincero con mis sentimientos, pero en verdad no quería que sufrieras, por favor perdóname – dijo haciendo una reverencia en modo de disculpa -.
- Aunque no puedo negar que me dolió mucho tu traición, te lo agradezco mucho, de no haber sido por eso, no hubiera conocido nunca el amor que me brinda Yuya – dije sonrojándome al pronunciar su nombre -.
- ¿Lo quieres mucho? – Preguntó Yabu sonriente a lo que yo asentí – él es un buen tipo y por la cara que pones de seguro te hace muy feliz.
- Mucho.
- Bueno, ya que tengo tu perdón ya puedo irme tranquilo.
- ¿Y Morimoto-kun?
- Nos iremos juntos y con sus padres, les he conseguido empleo a ambos en la sucursal de la empresa allá en Osaka y Ryu seguirá con sus estudios en una de las mejores universidades de allá.
- Te deseo lo mejor en tu nueva vida – dije al mismo tiempo que lo abrazaba amigablemente -.
- Lo mismo deseo para ti – dijo correspondiendo al abrazo -.
- Hasta pronto.
- Hasta pronto – dijo finalmente, nos separamos y sonriéndonos dulcemente, volvimos cada uno a seguir con su camino, sintiendo como un peso se me quitaba de encima.
Pasaron los días y después de haber recorrido casi toda la ciudad en busca del apartamento en el que viviríamos, por fin habíamos conseguido uno que nos quedaba más cerca al trabajo, terminando completamente agotados con lo de la mudanza y demás cosas, pero estábamos realmente felices por el gran paso que habíamos dado.
Ya llevábamos tres días de habernos mudado y aunque ya dormíamos en la misma cama, no habíamos hecho la “inauguración” correspondiente del apartamento y la verdad era que deseaba mucho hacer aquello y sabía que mi novio también lo estaba.
- Yuyan, tengo frío – dije melosamente, mientras abrazaba a mi novio, que se encontraba sentado en el sofá de la sala -.
- Pe… pero como no vas a tener frío si solo llevas esa camisa puesta y tu ropa interior – dijo mirándome de pies a cabeza, aunque a la vista de él llevaba eso puesto, de seguro no imaginaba que lo segundo sí que no lo tenía -.
- Pero para eso estás tú, para que me des calor – dije, sentándome sobre sus piernas, quedando frente a frente con él -.
Rodee su cuello con mis brazos para así comenzar a besarlo de manera demandante, siendo correspondido torpemente por él, acto que me causó muchísima gracia. Poco a poco comencé a adentrar mi lengua en su boca, profundizando mucho más aquel beso, sintiendo como mi cuerpo se calentaba a cada instante y más al sentir sus manos sus manos acariciar mi cuerpo.
- Toca más abajo – dije seductoramente, separándome del beso, pero sin alejar mucho mis labios de los suyos y así tal cual como se lo ordené, lo hizo, llevándose una gran sorpresa -.
- Ke… Kei ¿Y tu ropa interior? – preguntó nerviosamente, pero aun así no dejaba de palpar aquella zona que estaba desnuda -.
- Por eso te decía que tenía frío ¿quieres calentarlo por mí? – Dije de manera inocente, levantando la parte delantera de mi camisa, mostrándole mi miembro que estaba apenas despertándose -.
- ¿Puedo? – preguntó como si no creyera lo que estaba pasando -.
- Claro que sí, toca todo lo que quieras – dije, viendo como él acercaba su mano hasta mi miembro, rodeándolo con ésta, haciéndome estremecer un poco por aquel contacto y más cuando comenzó a masturbarme, aunque lo hacía suavemente se sentía muy bien -.
Mientras él se hacía cargo de mi miembro, yo sin dudarlo comencé a desabotonar su camisa, besando y lamiendo gran parte de su cuello y de su pecho que quedaba descubierto, mordiendo sus tetillas al llegar a ellas, escuchando unos leves jadeos de su parte, me encantaba que tuviera la piel tan sensible, pero quería mucho más de él, así que introduje una de mis manos bajo su pantalón de pijama, tocando aquel miembro que ya comenzaba a endurecerse.
- El tuyo también tiene frío – dije acariciándolo suavemente – tendré que calentarlo – me levanté de su regazo, para después agacharme, quedando a la altura de su entrepierna, quitándole de inmediato sus pantalones y así visualizar aquello que tanto deseaba -.

Me sentía completamente en el cielo, con el solo hecho de que Kei tuviera sus manos puestas sobre mi miembro y todavía más cuando comenzó a lamerlo lentamente, desde la base hasta la punta, dándole suaves mordidas al llegar a ésta última y para luego introducírselo entero en la boca, haciéndome jadear de puro placer, hasta finalmente correrme en su cavidad, viendo como se lo tragaba de inmediato y lamía lo que quedaba alrededor de éste.
Era la segunda vez que gozaba de tal privilegio, pero a diferencia de la primera vez, en esta ocasión estaba con mis cinco sentidos bien puestos y nada en el mundo podía dañar este momento.
- Vamos a la habitación – dijo Kei comenzando a desabotonar su camisa, mientras caminaba hacía ésta, quedándome sentado en el sofá sin hacer movimiento alguno, asimilando todo lo que estaba e iba suceder en esos momentos, haciendo memoria de todo lo que me había explicado Dai-chan sobre el tema. Respiré profundo y llenándome de valor, caminé rápidamente hasta la habitación, encontrándome con mi novio completamente desnudo, acostado sobre la cama, con las piernas muy abiertas -.
- Pensé que no ibas a venir ¿todavía tiene frío? – preguntó, señalando mi parte baja que volvía nuevamente a endurecerse -.
- Mucho… ¿sabes si hay alguna manera de que se le quite? – dije en un intento de sonar sensual, pero eran tanto mis nervios que no estaba muy seguro de haberlo hecho bien -.
- Hay una manera – sonriendo con picardía – si lo metes aquí, dejará de sentir frío de inmediato – dijo, acariciando levente su entrada -.
Fue tanta la excitación que sentí en esos momentos, que haciendo caso no más a mis impulsos, me abalancé sobre él, besándolo fogosamente, frotando fuertemente mi miembro con el suyo, sacándole esos jadeos que tanto deseaba escuchar y que para mí eran como el canto de los ángeles.
- Me… mételo ya… - decía Kei ansioso y sin querer hacerlo esperar más, introduje mi miembro de una sola estocada, sintiendo lo caliente que estaba su interior, me preocupé por unos momentos en que le doliera, pero de tan solo ver su cara llena de placer, dejé de preocuparme, comenzando con las embestidas, pero de un momento a otro y con una fuerza que desconocía totalmente que tuviera mi novio, cambiamos de posición, quedando él arriba, cabalgando ágilmente sobre mi miembro, permitiéndome entrar muchísimo más en su interior, acomodé mis manos sobre su cintura para ayudarlo a subir y a bajar, sintiendo de repente como algo húmedo caía sobre mi abdomen, tomé un poco de lo que había caído con uno de mis dedos, para luego dirigirlo hacía mi boca, probando de su esencia.
Aunque ya se había corrido, Kei no dejaba de moverse y no lo hizo hasta que sintió mi semen mojar su interior, acompañado de un fuerte jadeo.
- Yu… Yuya – susurró mi nombre agitado, haciendo que saliera de su interior, acostándose sobre mi cuerpo, dejando su rostro cerca del mío, para luego besarme dulcemente -.
- Kei, te amo – dije, recibiendo una tierna sonrisa de su parte -.
- Yo te amo mucho más – dijo sonriente -.
- Pues yo llevo más tiempo estando enamorado de ti.
- Pero yo te amo más y punto – dijo, dándome un casto beso en los labios – tenemos que seguir con lo de la inauguración – dijo acariciando mi pecho -.
- ¿Pero no acabamos de hacerlo ya?
- Eso fue solo el principio, tenemos que hacerlo en todo el apartamento – dijo sonriendo con picardía, lo abracé fuertemente, realmente feliz de estar en esos momentos con él, con la persona que amaba y con la que en algún momento pensé que jamás alcanzaría, pero ahí estábamos, juntos, desnudos y completamente enamorados -.

- Brindo porque los del trío de vírgenes, ya dejaron por fin de serlo – dije, alzando la copa que llevaba en mi mano, estábamos en la tan nuestra noche de chicos, solo que cambiamos las discotecas por bares más tranquilos y en los que podíamos conversar a gusto -.
- No lo digas tan alto – dijo Yuri apenado -.
- Pero es que me siento tan orgulloso, por un momento pensé que sería yo el que les haría el favor, claro, si estuviera soltero.
- Gracias al cielo que no – dijo Hikaru -.
- Pues de lo que te perdiste – dije en modo de broma -.
- Gracias – dijo Yuya, que no paraba de reírse por el comentario de Hikaru.
Me alegraba mucho de que mis amigos y yo, casi al mismo tiempo habíamos sido envueltos por las bondades del amor, quizás de maneras muy distintas del uno al otro, pero de saber que ellos eran igual de felices que yo, con eso me bastaba para ser completamente feliz y sabía que nada ni nadie nos arrebatarían tal felicidad.

FIN

21 dic 2014

Musekinin Hero

Hola a tod@s
Se me hace un poco tarde para ir a trabajar, así que les traigo rápidamente, el penúltimo capítulo de este serial, que espero que les guste QAQ muchas gracias por sus comentarios y como siempre, va dedicado a Wen-chan y Mimi-chan :3




Tema: Musekinin Hero
Extensión: Serial 
Parejas: Takanoo y otras...
Autora: Akari-chan


Capítulo 15

- ¡Ya llegamos! – gritó entusiasmado Hikaru al bajar ambos del autobús, pero yo no sabía a dónde habíamos llegado ya que tenía una venda en los ojos -.
- Que bien ¿pero no te parece ridículo tenerme así durante todo el recorrido? – Dije avergonzado, de seguro que la gente que estaba a nuestro alrededor nos miraban como si fuéramos unos locos -.
- Oh si, lo siento – dijo quitándome de una vez por todas la venda - ¿te gusta el lugar que escogí para ya sabes qué? – preguntó de manera provocativa, dedicándome una mirada para nada sana -.
- Si… está bien… muy bien… - decía entrecortadamente, me sentía nervioso de tan solo pensar en que me había llevado a un Onsen para dar ese gran paso -.
Enseguida tomó mi mano, llevándome hasta el interior del lugar, pasando primero por la recepción ya que Hikaru había reservado una habitación especial para ambos, tomó las llaves y gracias a las indicaciones de uno de los trabajadores llegamos a nuestra habitación.
- Por fin solos – dijo Hikaru, al mismo tiempo que me abrazaba por la espalda, haciéndome sentir más nervioso de lo que estaba -.
- Hika…
- ¿Qué pasa? ¿No te gusta? – preguntó preocupado, haciéndome sentir realmente mal -.
- No es eso, es solo que… – dije, sintiendo como mi rostro se ponía rojo y más al sentir los labios de Hikaru besar los míos -.
- No te preocupes, lo que menos quiero es lastimarte y si al terminar nuestra estadía aquí no lo hacemos, no pasa nada, solo quiero pasar un fin de semana agradable con la persona que amo – dijo sonriente, volviéndome a besar dulcemente -.

La verdad es que yo estaba igual o más nervioso que Keito en esos momentos, pero trataba de aparentar no estarlo porque de lo contrario las cosas se complicarían, aunque me emocionaba pensar en que posiblemente estaríamos juntos, si no estaba listo, no lo iba a obligar, esperaría todo el tiempo que fuera necesario.
- ¿Qué quieres hacer primero? – pregunté, dejando nuestras maletas en un rincón de la habitación -.
- Pues… - susurró completamente sonrojado, me gustaba tanto verlo en ese estado, tanto que hasta me provocaba comérmelo a besos ahí mismo -.
- Bueno, ya que estamos en un lugar como éste, lo ideal sería tomar un baño, juntos.
- ¿Un baño? ¿Juntos? – preguntó nervioso -.
- Claro que sí ¿acaso eso no hacen los novios? – Pregunté, sorprendiéndome a mí mismo de todas esas cosas que decía, no quería que se asustara, pero no podía evitarlo -.
- Es… está bien – dijo Keito, entrando de inmediato al vestidor -.

Me miré en el espejo, notando que mi rostro estaba tan rojo como un tomate, tenía que tranquilizarme o sino Hikaru se preocuparía y no haríamos nada de lo que teníamos pensado en hacer, respiré profundo y luego de mojar mi rostro para amenizar mi sonrojo, comencé a quitarme la ropa, pensando en todas esas veces en las que nos habíamos tocado en profundidad, si habíamos llegado a eso, de seguro hacer lo que faltaba sería más fácil.
- Tú puedes hacerlo Keito – dije para mí mismo, tratando así de darme ánimos, salí del vestidor, solo con una toalla que cubría lo necesario -.
- Te demoraste mucho – dijo Hikaru, que ya estaba solo con su toalla puesta, quedándome embobado al ver su torso desnudo, teniendo unas ganas terribles de tocarlo, pero tenía que controlarme -.
- Vamos a bañarnos – dije tomando la mano de mi novio, entrando ambos a donde estaba el estanque de aguas termales -.
- Me gustaría que antes de meternos nos laváramos primero– dijo Hikaru, abrazándome por la espalda – y me encantaría que lavaras mi espalda – dijo finalmente, haciéndome sonrojar más de lo que había estado antes -.
- Si… sí – respondí nerviosamente -.
Hikaru se sentó sobre uno de los banquitos que había en el lugar, tomé un balde y lo llené de agua, para enseguida echarla encima de mi novio, mojándolo por completo, riéndome de verlo titiritar por lo fría que estaba. Me senté en otro banquito, quedando atrás de él y tomando el jabón, comencé a lavar su espalda, recordando cuando le hacía lo mismo a mi padre cuando era más pequeño, pero aquella vez era diferente, se lo estaba haciendo a la persona que amaba y eso me producía cierta revolución entre mis hormonas.

Disfrutaba demasiado de sentir las manos de mi novio sobre mi espalda, era una sensación realmente agradable, pero al mismo tiempo me hacía pensar en todo aquello que quería hacer con él, haciendo que cierta parte de mi anatomía comenzara a despertar.
- Ah… - solté un leve gemido, haciendo que mi novio se detuviera de inmediato -.
- Hika… ¿Sucede algo? – preguntó Keito preocupado -.
- ¡YA NO LO SOPORTO MÁS! – Grité, girándome para quedar frente a frente con mi novio y enseguida abalanzarme sobre él, besándolo con ansias, siendo correspondido de inmediato, sintiendo algo duro por debajo de la toalla que cubría sus partes íntimas, haciéndome caer en cuenta de que él estaba en las mismas condiciones que yo -.

Me sorprendí mucho al ver la acción que había tomado mi novio, pero no me disgustaba para nada, yo también quería que comenzáramos de una vez con lo que veníamos desde un principio, dejándome llevar solamente por ese amor y esa pasión que sentía por él.
- Hika-chan… ¿Quieres meterte al agua conmigo? – pregunté en un tono que jamás me hubiera imaginado que pudiera hacer -.
- Si… claro que si – dijo levantándose con dificultad, debido al bulto que sobresalía bajo la toalla, ayudándome a levantarme del suelo– creo que sería mejor si nos quitamos esto – dijo para después quitarse de un solo tirón su toalla y luego la mía, quedando completamente desnudos, mirándonos de arriba abajo -.
Nos besamos y tomándonos de nuestras manos nos sumergimos en el agua, sin separar nuestros labios de tan agradable contacto, comenzando a acariciarnos como en anteriores ocasiones lo habíamos hecho, perdiendo de un solo golpe esa vergüenza que anteriormente nos embargaba.

Me alistaba para salir a una reunión importante junto con Yuto, Daiki que estaba preocupado por su amigo Chinen-kun, me dijo que no podía acompañarme y como yo sabía lo importante que eran sus amigos para él, sin dudarlo le dije que sí.
- ¿Serías tan amable de decirme qué te pasa? – pregunté al estar ya harto de ver la cara tan sería que tenía mi amigo hacía unos días -.
- Ya te dije que no me pasa nada.
- ¿Tiene que ver acaso con Chinen-kun? – pregunté y por la expresión que había hecho, pude confirmarlo -.
- Si – respondió resignado -.
- ¿Le hiciste algo? – pregunté sorprendido -.
- Más bien que no le hice.
- ¡¿EH?! ¿Y qué es lo que te preocupa entonces?
- Que lo amo y quiero que me ame a mí también.
- ¿Y por qué no se lo dices?
- Se lo dije, pero no me respondió – dijo desilusionado -.
- Debe ser por eso que no ha venido.
- De seguro es eso o quizás debe seguir triste por que descubrió que su amorcito está con otro – dijo un poco molesto -.
- Daiki fue a hablar hoy con él, deberías ir mañana a su casa, aprovechando que no trabajas.
- ¿Crees que le agradará verme?
- Solo lo sabrás cuando estés allá – dije, dándole una suave palmada en su hombro, quería que mi amigo fuera feliz y esperaba que Yuri pudiera corresponderle de la misma manera -.

Ya había llegado al edificio en donde vivía Yuri, hacía unos días que no había ido a trabajar y me preocupaba más el hecho de que no contestara ni siquiera el teléfono, así que le había pedido permiso a Ryosuke para que me dejara ir a visitarlo. Temiéndome lo peor, que estuviera deprimido porque se había enterado de que Yuya estaba de novio con Inoo-san. Toqué la puerta esperando a que me abrieran.
- Hola… - no terminé de decir mi saludo, ya que se habían abalanzado dos cuerpos sobre mí -.
- ¡Dai-chan! – gritaron ambas chicas al unísono, eran las hermanas de Yuri, Ai y Nozomi -.
- Ai, Nozomi, hola – dije todavía tirado en el suelo con ellas dos encima -.
- ¿Es cierto eso de que tienes novio? – preguntó Ai con un brillo particular en sus ojos -.
- ¿Y está guapo? – preguntó Nozomi -.
- Si… sí – respondí sonrojado -.
- Kawaii – dijeron ambas -.
- ¿Está Yuri? – pregunté al mismo tiempo que nos levantábamos del suelo -.
- Si, pero ha estado muy raro últimamente – dijo Ai -.
- Se la pasa casi todo el tiempo en su habitación y ni siquiera ha ido a trabajar – dijo Nozomi -.
- Ya veo, iré a hablar con él – dije, encaminándome hacía la habitación de mi amigo, tocando la puerta, siendo abierta de inmediato por él -.

- Pasa – dije al ver que era Daiki -.
- Hasta que por fin te veo – dijo con preocupación -.
- Lo siento…
- ¿Por qué no has ido a trabajar?
- No he estado de humor, eso es todo.
- A mí no me engañas, algo te pasa y quiero saber ahora mismo que es.
- No es nada…
- ¿Acaso te enteraste de lo de Yuyan? – dijo mirándome con tristeza, pero la realidad era que no era por ese motivo, de hecho, hasta me había olvidado de aquello, solo tenía a una persona en mi cabeza – Lo siento mucho Yuri – dijo al mismo tiempo que me abrazaba -.
- No tienes de que disculparte, de hecho me alegro de que Yuyan está por fin con la persona que ama – dije tranquilamente, sorprendiéndome de lo que acababa de decir -.
- ¿Entonces?
- Si te lo digo ¿prometes no regañarme?
- ¿Y por qué tendría que regañarte?
- Es que… bueno… Yu… digo, Nakajima-sama y yo… - sentía como mi rostro ardía y se ponía rojo de tan solo pensar en lo que días antes había hecho con Nakajima-sama -.
- ¿Qué te hizo ese desgraciado? – dijo con enojo -.
- No te he dicho nada y ya te enojas.
- Pero de ver tu cara tan roja, ya me imagino que te hizo ¿te lastimó?
- No, la verdad, fue muy amable y tierno conmigo, me hizo sentir muy bien – me sonrojaba cada vez más de tan solo recordarlo -.
- ¿Y qué piensas hacer?
- No lo sé, me siento muy confundido y más por aquello que me dijo.
- ¿Y qué te dijo?
- Que me ama, dijo que me ama y no sé qué hacer.
- Entonces ¿Es por él que estás así? – Asentí – no lo conozco muy bien, pero Ryosuke si y por lo que me ha dicho, yo en verdad creo que él te ama.
- ¿En verdad lo crees? – Dije de repente con una felicidad que desconocía totalmente -.
- Y por cómo te brillan los ojos, estoy seguro de que sientes lo mismo por él – dijo sonriente -.
- ¿Qué me aconsejas qué haga?
- No importa lo que decidas, siempre y cuando seas feliz, eso es lo importante, ya era hora de que te enamoraras de alguien que no fuera Yuya.
- Tienes razón, muchas gracias – dije abrazándolo – iré el lunes a hablar con él – dije emocionado y sonrojado -.

- Hika… ahhh… - no podía parar de gemir, debido a las embestidas que mi novio me daba, después de haber tomado un excitante baño con él en las aguas termales, nos fuimos nuevamente a nuestra habitación, entregándonos por completo en cuerpo y alma, sintiéndome enormemente feliz, de que por fin éramos uno -.
- Te amo… Keito… - dijo para después correrse en mi interior -.
- Y yo a ti – dije sonriendo, después de correrme -.
- ¿Te gustó que te trajera aquí?
- Hubiese donde hubiese sido, de tan solo estar así contigo, realmente me hace muy feliz – dije, para después besarlo dulcemente, con nuestras respiraciones agitadas, pero felices, realmente muy felices -.
CONTINUARÁ...

PD: Esto es pa que se den la idea de que ellas son las hermanas de Yuri LOL


Bye Bye :D


7 dic 2014

Musekinin Hero

Hola a tod@s
Me eché una escapadita del trabajo para publicar esto, aprovechando que no está muy lleno el lugar, así que aquí les traigo el capítulo 14 *o* ya solo faltan dos capítulos para el final, muchas gracias por sus comentarios y como siempre, este fic está dedicado a Wen-chan y Mimi-chan, las quiero :3




Tema: Musekinin Hero
Extensión: Serial 
Parejas: Takanoo y otras...
Autora: Akari-chan


Capítulo 14
Me dirigía hacía la sección de publicidad para ultimar detalles sobre la nueva colección de ropa, teniendo que desviar mi camino al ver un pequeño bulto sobre el piso, reconociéndolo de inmediato.
- ¿Yuri? ¿Qué te pasa? ¿Estás bien? – pregunté al verlo sentado en el suelo, acercándome a él y agachándome para así quedar a su altura -.
- No… te importa… - dijo levantando su rostro, dejándome ver esos ojos hinchados de tanto llorar -.
- ¿Quién te hizo daño? – pregunté molesto, Yuri no era de los que lloraban por cualquier cosa y verlo así me destrozaba -.
- Me… me caí – dijo ocultando su rostro -.
- ¿Cómo crees que me voy a creer eso? No lloras ni cuando te acoso.
- Yuya… - dijo casi en un susurro, pero logré escuchar bien aquel nombre que me producía solo molestias –.
- No vale la pena que llores por alguien que no te ama.
- Dudo mucho que te hayas enamorado alguna vez de alguien.
- Pues no, nunca me he enamorado y si va a ser así de doloroso, espero no hacerlo – dije, haciendo que él diera una pequeña sonrisa -.
- Me odiaré luego por decir esto, pero a veces me gustaría ser tan despreocupado como tú.
- Lástima que no todo el mundo puede ser como yo.
- Eres un creído – dijo volviendo a sonreír levemente, cosa que me alegraba.
- Muy bien – dije poniéndome de pie y extendiéndole una de mis manos – vamos a salir -.
- ¿Eh? – Dijo mirándome extrañado – yo no iré a ningún lado contigo.
- Pues quieras o no, te vienes conmigo – dije, haciendo que se levantara y así casi a rastras llevarlo hasta el parqueadero de la empresa -.
- Te dije que no quiero ir contigo – decía tratando inútilmente de soltarse de mi agarre -.
- Solo quiero que te distraigas, no te preocupes que no te voy a hacer nada de lo que piensas.
- No sé si creerte – decía dudoso – está bien, iré contigo, pero si intentas algo extraño ya sabes lo que te pasará – decía de manera completamente amenazante, haciéndome recordar aquellos golpes que me había dado, pero sin duda habían valido la pena -.
- Y bien ¿A dónde quieres ir? – Pregunté al estar ambos dentro de mi auto -.
- Tú eres el que me está invitando.
- Lo sé, pero no sé cómo se divierten los pobres.
- Eres un tonto – dijo con molestia – pero ya que insistes, llévame a un parque.
- ¿De diversiones?
- No idiota, solo quiero ir a un parque normal.
- ¿Un parque normal?
- Si, un parque normal.
- Está bien – dije encendiendo el auto y posteriormente comenzar a conducir hacía un parque cercano -.

No entendía por qué razón había aceptado salir con él, si lo que más quería en esos momentos era estar solo, que nadie me molestara y Nakajima-sama era la última persona a la que quería ver. Estacionó su auto, saliendo de éste de inmediato, sin decirnos palabra alguna y luego juntos caminamos hacía el enorme parque que quedaba muy cerca de la empresa, sentándonos uno al lado del otro sobre una banca que estaba desocupada.
- ¿Solo haremos esto?
- Si, y si no te gusta mucho el plan entonces vete – dije molesto -.
- Solo preguntaba.
Nos quedamos en silencio por buen rato, viendo la gente pasar, sobre todo a los niños que corrían y jugaban alrededor del parque, llegando a mi todo tipo de recuerdos junto con mis amigos, viendo cómo esos mismos niños se acercaban rápidamente a un señor que iba vendiendo helados, antojándome de querer probar uno, metiendo una de mis manos a mi bolsillo, dándome cuenta de que había dejado mi billetera en la oficina.
- ¿Quieres uno? – preguntó Nakajima-sama, levantándose de su asiento sin siquiera esperar a que le contestara, corriendo hacia donde estaba el heladero, pero antes de llegar a él dio un giro y volvió hacía donde yo estaba – Perdón, pero ¿qué sabor te gusta?
- ¿EH? ¿No crees que debiste de preguntarme eso primero? – ¿cómo podía ser tan tonto?
- No te enojes y solo dime – dijo haciendo pucherito, acto que hizo que mi corazón diera un pequeño vuelco, ignorándolo de inmediato -.
- De fresa supongo que está bien – dije, para después él salir nuevamente corriendo hacia el heladero, pensé por unos momentos en irme de allí, aprovechando que me encontraba solo, pero por alguna razón no lo hice, aunque la mayoría del tiempo Nakajima-sama me resultaba bastante molesto, en esos momentos era diferente, se comportaba como si en verdad estuviera preocupado por mí y eso me hacía sentir extraño -.

Me resultaba difícil aceptar la manera en la que me estaba comportando con Yuri, sinceramente ese no era el yo que acostumbraba a ser siempre, aquel a quien no le importaba los sentimientos de los demás y que tomaba así fuera a la fuerza lo que quería, pero no podía evitar sentirme mal de ver a Yuri tan triste, quería protegerlo, abrazarlo, besarlo y decirle que todo estaba bien, pero de seguro recibiría un golpe de su parte.
Llegué hacia donde estaba el heladero, pidiendo un helado de fresa y uno de vainilla para mí, pidiéndole que se quedara con el cambio y así volver a donde estaba anteriormente.
- Ten – dije extendiendo mi mano hacía él -.
- Gracias – dijo tomando el helado que traía ésta – pero no debiste molestarte.
- En algo tengo que gastar mi dinero – dije sentándome nuevamente a su lado, dándole una lamida a mi helado -.
Y así nos la pasamos casi todo el resto de la tarde, sentados en aquella banca, diciendo cualquier tontería con tal de verlo sonreír y me emocionaba mucho el saber que lo estaba logrando, sin duda era una sensación bastante agradable, pero de un momento a otro sus lágrimas comenzaron a salir de nuevo, haciendo que me preocupara y ladeara mi rostro hacía donde él estaba mirando, percatándome de inmediato de que se trataba de su amigo que se encontraba muy acaramelado con su novio, así que sin esperar ni un segundo más, lo tomé del brazo y lo llevé conmigo lo más lejos posible de ahí, llegando ambos al lugar en donde había estacionado mi auto.
- Yuri, por favor cálmate – dije poniendo mis manos sobre sus hombros, me dolía tanto verlo así -.
En ese momento me abrazó, sintiendo como sus lágrimas mojaban mi camisa, al mismo tiempo que yo acariciaba suavemente sus cabellos, pensando en alguna solución para hacer que se olvidara de eso que lo hacía sufrir tanto, pero en lo único que podía pensar era demasiado arriesgado, pero no tenía otra opción, así que me separé un poco de él y sin más lo besé, siendo correspondido inmediatamente por él.
- Yuri, quizás y te parezca que me estoy aprovechando de la situación y pues la verdad es que si lo estoy haciendo, pero te pido que aunque sea por esta vez, solo esta vez – decía mientras lo miraba fijamente a los ojos - me permitas hacerte el amor – dije finalmente, esperando que me golpeara o algo, pero nada de eso pasó, Yuri me tomó por el cuello y volvió a juntar sus labios con los míos -.

Quizás era por el dolor que sentía en esos momentos o porque muy dentro de mí quería que aquello pasara, así que acepté su oferta, después de tantas veces en las que había jurado en que jamás me acostaría con él, pero lo necesitaba tanto, necesitaba tanto del calor de alguien, necesitaba ser querido.
Subimos ambos nuevamente a su auto, llegando hasta un gran edificio, al bajar del vehículo Nakajima-sama tomó dulcemente mi mano y durante el recorrido hacía su apartamento, nunca la soltó.
Al entrar nos abrazamos fuertemente, volviendo a juntar nuestros labios en un beso que cada vez se hacía más apasionado, sintiendo una extraña y a la vez agradable sensación dentro de mí, queriendo que aquello no acabara, llegando a mi mente la primera vez que lo vi y pensé en lo guapo que era.
- Naka… - dije entre besos -.
- Por hoy llámame Yuto – dijo sonriente, haciéndome sonrojar y más al ver esa mirada tan dulce que me brindaba -.
Me había perdido tanto en mis pensamientos que no me di cuenta de en qué momento habíamos entrado a su habitación, Yuto comenzaba a desvestirme lentamente, tocando con delicadez cada parte que quedaba descubierta, haciendo que me estremeciera por cada contacto, pero no quería quedarme atrás, así que también me dispuse a quitarle su camisa, pero se me dificultaba hacerlo, ya que mis manos no paraban de temblar, me sentía demasiado nervioso y no era para menos, yo no tenía experiencia en el sexo.
- No te preocupes, seré gentil contigo – dijo como si me hubiera leído la mente, me abrazó nuevamente, disfrutando de su embriagante aroma, posando mis manos sobre su pecho descubierto, recorriendo con ellas cada rincón de éste, sintiendo como su cuerpo se estremecía y más al posar mis labios sobre éste, besándolo lentamente, en momentos como ese me encantaba ser bajito -.

No encontraba las palaras correctas para describir lo que sentía en esos momentos, aquella inocencia con la que me tocaba y me besaba, me resultaba tan encantadora, tan tierna y sentía que debía de corresponderle de la misma manera. Tomé su rostro con mis manos, besando con ternura su frente, lo llevé hasta la cama, recostándolo suavemente sobre ésta, era la primera vez que me comportaba así con alguien, acariciándolo suavemente, como si su piel fuera de cristal y se rompiera al tocarlo más fuerte, me sentía nervioso y podía jurar que estaba temblando un poco. Le quité lo que le quedaba de ropa y luego también hice lo mismo con la mía, quedando ambos completamente desnudos, quedándome embelesado con lo hermoso que era su cuerpo.
- No me equivoqué al decirte que desnudo te verías más hermoso – dije para luego acomodarme sobre él, besándolo con deseo, mientras paseaba mis manos sobre su piel -.
- Yu…to… be… besa mi cuello – dijo Yuri al separarnos del beso, estaba completamente sonrojado y avergonzado por lo que acababa de decir, pero no me negaría a cualquiera de sus peticiones, así que hice justamente lo que me pedía -.
Comencé a lamer, besar y a morder levemente su cuello, sacándole unos cuantos jadeos que para mí eran como el canto de los ángeles, bajé una de mis manos a su entrepierna, acariciando su pene que ya comenzaba poco a poco a endurecerse, notando como su cuerpo se tensaba por aquel contacto, al mismo tiempo que acariciaba una de sus tetillas.
Bajé mi rostro hasta donde se encontraba su miembro, abriendo lo más que pude sus piernas, viendo esa hermosa entrada, que pronto sería completamente mía, estiré mi brazo y abriendo el primer cajón de mi mesita de noche, saqué un frasco de lubricante, sabía que era sus primera vez y no quería que sufriera demasiado.
Unté tres de mis dedos con aquel líquido y sin pensarlo más, metí uno de ellos en aquella cavidad, al mismo tiempo que introducía su miembro en mi boca, succionándolo con muchas ganas, haciendo que gimiera entre dolor y placer, sintiendo como su semen entraba por mi boca, tragándomelo de inmediato, disfrutando de ese sabor que comenzaba a encantarme, había esperado ese momento desde que lo había conocido y ahora que lo tenía como en tantas veces había soñado no lo desaprovecharía, haría que él lo disfrutara tanto como yo lo hacía.
Al notar que ya estaba lo suficientemente dilatado, dejé su miembro, para acomodarme nuevamente sobre él y besándolo dulcemente, comencé a introducir mi miembro en su entrada, viendo como algunas lágrimas bajaban por su rostro debido al dolor, me quedé quieto, esperando a que se acostumbrara, al mismo tiempo que acariciaba y borraba con mis besos aquellas lágrimas.
- Haz…lo… - dijo Yuri entrecortadamente, dándome paso para comenzar con las embestidas -.
Comencé primero a hacerlo lento, pero a medida que iba a avanzando las hacía cada vez más rápidas y fuertes, sacándole esos gemidos llenos de placer que tanto quería escuchar y me hacía mucho más feliz el saber que yo era el causante de provocárselos.
- Ma… más… más… - gritaba Yuri a cada embestida, rodeando mi cintura con sus piernas, para que así pudiera entrar más en él, volví a apoderarme de sus labios, enredando mi lengua con la suya, deseando con todo mi ser que él fuera solo mío y que esto se repitiera las veces que fueran necesarias -.
- Yuri… Yuri…- jadeaba su nombre, me sentía como si estuviera en el cielo, jamás había sentido algo semejante con mis anteriores amantes y eso solo me confirmaba algo que muchas veces me decidí a negar -.
Me corrí en su interior y segundos después lo hizo él, manchando parte de su abdomen y del mío, salí de su interior y me recosté en su pecho, escuchando los agitados latidos de su corazón, me sentía feliz, completo, sin duda amaba a esa persona.
- Te amo – dije finalmente, viendo cómo se sonrojaba y sin esperar respuesta alguna lo besé, quería hacerlo mío nuevamente y tenía el resto del día para hacerlo.

CONTINUARÁ...