19 jul 2014

Musekinin Hero

Hola a tod@s
Dejo esto rápido por aquí que tengo que trabajar XD
Espero que les guste y muchas gracias por sus lindos comentarios *____*
Y como siempre este fic va dedicado a Wen-chan y Mimi-chan :D



Tema: Musekinin Hero
Extensión: Serial 
Parejas: Takanoo y otras...
Autora: Akari-chan


Capítulo 9

- Yo me quedo aquí – dije al llegar a mi lugar de trabajo, acompañado por Takaki-kun -.
- Que tengas un buen día Inoo-kun – dijo dedicándome una hermosa sonrisa, acto que hizo que mi corazón diera un vuelco -.
- Lo mismo Takaki-kun – reí nerviosamente y entré rápidamente a la oficina, sin ni siquiera esperar a que se fuera, sintiendo como mi corazón latía rápidamente, me sentía demasiado extraño, hacía tanto que no me sentía así y menos con Kota, que era mi novio -.
Respiré profundo y me senté sobre la silla del escritorio, llevando una de mis manos a mis labios, acariciándolos lentamente, sintiendo todavía ese calor que emanaban sus labios sobre los míos, recordando lo sucedido la noche anterior.
Flashback
Quedé realmente sorprendido por lo que estaba sucediendo en esos momentos, Takaki-kun me estaba besando, mientras que yo me quedaba quieto, sin hacer movimiento alguno, debido a la impresión, pero luego de unos segundos volví en sí y lo aparté delicadamente.
- ¿Pero qué haces? – Pregunté de inmediato, no era que me sintiera enojado o algo parecido, sino que algo muy dentro de mí necesitaba saberlo -.
- Porque me... gustas – dijo entrecortadamente, mi corazón comenzó a latir rápidamente y más al volver a sentir sus labios besando los míos, pero esa vez si le correspondí -.
No sabía si era por efecto del alcohol o porque me sentía tan necesitado de amor, de ese amor que Kota ya no me daba, pero simplemente me dejaba llevar, además no podía negar que Takaki-kun de cierta forma me atraía. Me recostó suavemente sobre el sofá, besándome con tanta inocencia y torpeza, hasta me hacía pensar que nunca había besado a alguien, sonreí entre besos, entrelazando mis brazos en su cuello, profundizando más el beso, tratando de meter mi lengua en su cavidad hasta por fin lograrlo y enredarla con la suya.
- Te quiero – susurró muy cerca de mi oído, haciéndome estremecer, intenté acomodarme mejor, pero terminé dando un mal movimiento y giramos ambos, cayendo estrepitosamente del sofá, quedando encima de él que se quejaba del golpe que se había dado en la espalda -.
- Lo… lo siento mucho – dije intentando levantarme -.
- No lo hagas – dijo Takaki-kun, tomándome de la cintura, ocasionando un suave roce entre nuestros miembros que todavía estaban presos por nuestros pantalones, gimiendo ante tal acción. No me pude contener mucho tiempo y volví a besarlo, pero esa vez en su cuello, lamiendo y succionando cada rincón de éste, mientras desabotonaba lentamente su camisa, hasta dejar su pecho al descubierto -.
Me relamí los labios, al mismo tiempo que lentamente acariciaba la piel de su pecho descubierto, me sentía tan excitado y no dudé en comenzar a probarlo, pasando mi lengua por éste, mordiendo ambas tetillas, sacándole jadeos llenos de placer, en verdad que se me hacía tan adorable. Bajé mi rostro hasta su entre pierna, pudiendo ver aquel bulto que comenzaba a asomarse por debajo de su pantalón, acariciándolo con una de mis manos, sacándole más y más gemidos.
Bajé la cremallera de su pantalón, junto con su ropa interior, visualizando aquel pedazo de carne que quedaba libre ante mis ojos, tomándolo con una de mis manos, masajeándolo suavemente, sintiendo como cada vez más se endurecía, lamiendo solo la punta, sin apartar la mirada de su rostro totalmente sonrojado.
- Inoo…san – jadeó -.
- Llámame Kei – dije de manera seductora, introduciendo su miembro por completo en mi boca -.
- Kei… - de inmediato comenzó a jadear mucho más fuerte, mientras que yo succionaba y disfrutaba del sabor de su miembro, perdiendo toda la cordura que me quedaba, hasta sentir su semen recorrer el interior de mi boca, tragándolo con gusto -.
- Eres tan lindo – sonreí, volviendo a acomodarme encima de él para volver a besarlo -.
- Te amo y quiero que mi primera vez sea contigo – dijo de repente -.
- ¿EH? – Exclamé - ¿Tu primera vez? Dime que esto es una broma – dije al mismo tiempo que me ponía de pie, recobrando por fin la cordura, eso no me podía estar sucediendo -.
- ¿Dije algo malo? – Dijo Takaki-kun, intentando levantarse pero debido a lo ebrio que estaba, se le dificultaba mucho -.
- Respóndeme ¿eres virgen? – pregunté, esperando que fuera solo un mal entendido, pero al ver su mirada llena de sinceridad, lo confirmé –.
Suspiré profundo y luego lo ayudé a levantarse, sentándolo nuevamente sobre el sofá, acomodándole la ropa, bajo la mirada llena de tristeza y de confusión que me brindaba.
- Lo… siento… yo…
- No tienes por qué preocuparte, la culpa es mía, yo fui quién te hizo todas esas cosas – dije sonrojado, recordando lo ocurrido minutos antes -.
- Pero yo te besé, es mi culpa.
- No es tu culpa – dije acariciando sus cabellos – yo soy el que está mal, tengo novio y lo estoy traicionando, no soy una buena persona – dije sintiendo como unas lágrimas comenzaban a escaparse de mis ojos -.
- No llores – dijo, mirándome con súplica, limpiando mis lágrimas con sus dedos -.
- Mejor duerme, mañana hablaremos – dije, besando dulcemente su frente y apartándome de su lado -.
- Tú… ¿me quieres? – Preguntó, antes de quedarse profundamente dormido, cosa que me alegró un poco -.
- Te quiero, pero no creo ser la persona que merezcas, además – suspiré – tengo a otra persona en mi corazón – dije en un susurro, para luego irme a mi habitación, tomar una de mis cobijas que estaban en el armario e ir a arroparlo con una, volviendo de inmediato a mi cuarto y finalmente acostarme en mi cama, pensando en lo sucedido, me sentía tan confundido y asustado, que mis lágrimas volvieron a salir, mojando todo a su alrededor -.
Fin del Flashback
Lloré hasta quedarme dormido y aunque me alivió un poco que Takaki-kun no se acordara de lo que había pasado aquella noche, no podía dejar de sentirme triste y no estaba realmente seguro de si contárselo o no y menos cuando no sabía muy bien cuáles eran mis sentimientos hacia él.
- Buenos días – entró de repente Kota, haciendo que saliera de mis pensamientos -.
- Kota, buenos días – respondí, levantándome del asiento y abrazarlo fuertemente, intentando besarlo, pero él apartó su rostro - ¿Cómo te fue en el viaje?
- Muy bien – sonrió -.
- Me alegro mucho – sonreí nerviosamente, no sabía por qué, pero me sentía un poco fuera de lugar -.
- Por cierto, Kei, yo… - en ese momento comenzó a sonar su celular, el cual contestó rápidamente - ¿Si?... ok… de inmediato voy para allá -.
- ¿Quién era? – pregunté -.
- Tengo que atender a unos clientes que dejé pendientes antes de viajar – dijo, sacando unos papeles de su escritorio – Nos vemos luego – dijo, besando mi frente -.
- Que te vaya bien… - respondí, sintiendo un gran vacío dentro de mi -.

Caminaba hacía mi lugar de trabajo, bajo las miradas asombradas de los trabajadores de la empresa, como si nunca hubieran visto a alguien con la mejilla inflamada.
- ¿Yuto? ¿Pero qué te pasó? – preguntó Ryosuke, preocupado -.
- Lo de siempre – dije, entrando ambos a su oficina -.
- ¿Heridas de amor? – dijo casi en una carcajada -.
- No te rías – dije molesto -.
- Está bien ¿ahora que le hiciste?
- Nada, sólo lo besé y después me golpeó, pero que beso – dije recordando aquel momento, aunque me dolía mi rostro horrores y por mucho que haya usado hielo y cremas para la inflamación, ésta solo había bajado solo un poco, pero a pesar de todo, había valido realmente la pena -.
- ¿Estás seguro de que no estás enamorado de él?
- No digas tonterías, yo… no lo amo.
- Entonces ¿por qué te sonrojas?
- No estoy sonrojado – dije un poco alterado – cambiando de tema ¿cómo sigues con Arioka-san?
- No va nada bien, me dijo que está enamorado de otra persona – suspiró -.
- Y si está enamorado de otro ¿Por qué se acuesta con desconocidos? – pregunté -.
- A lo mejor no le corresponde, pero eso me tiene muy mal – dijo desanimado -.
- Será mejor que te olvides de él.
- Quizás eso sea lo mejor, aunque lo vea todos los días, siendo mi asistente.
- Ya verás que todo saldrá bien – sonreí – bueno, se me hace tarde y Yuri debe estar buscándome, nos vemos a la hora del almuerzo – dije para luego salir de la oficina, sintiendo las miradas de todos nuevamente sobre mí -.

Me encontraba sacando unas fotocopias a unos documentos importantes, me valía de cualquier cosa para no estar cerca de mi jefe, que gracias al cielo y a las palabras que le había dicho la noche anterior, por fin se había resignado a querer algo más conmigo, aunque por otro lado, me sentía mal, así que saqué el anillo que estaba siempre en mi bolsillo, sonriendo al verlo, me producía tanta paz.
- Me pregunto ¿dónde estarás? o más bien ¿quién eres? – dije mientras sostenía aquel anillo entre mis manos, queriendo recordar quién era esa persona que me había tomado esa noche en la que bebí tanto, podía recordar vagamente sus caricias y besos, pero no su rostro y eso era lo que más me mortificaba y de un momento a otro pasó por mi cabeza el rostro de mi jefe, recordando aquella vez que estuvimos juntos, sintiendo como mi cuerpo se estremecía de tan solo pensarlo, pero tenía que olvidarme de él, no había tenido buenas experiencias con mis antiguos jefes, con los que tuve relaciones amorosas, a excepción de Yokoyama-sama que con él todo era meramente de trabajo, por eso me había quedado trabajando ahí, además él ya tenía a alguien a quién amaba -.
- Siempre que te encuentro, estás con ese anillo en la mano – dijo Yuyan, acercándose a donde estaba -.
- Sabes que es muy importante para mí – sonreí, guardando el anillo en su lugar de costumbre -.
- ¿Sigues pensando en esa persona?
- Sí, aunque es difícil recordar a alguien a quién no sabes cómo es su rostro.
- Pero creo que es más difícil el hecho de que estás enamorado de él.
- Es posible – me quedé mirándolo por unos segundos, viendo algo extraño en su cuello -.
- Yuyan ¿qué te pasó ahí? – pregunté, señalando el moretón que se encontraba en la parte baja de su cuello -.
- Ah eso, creo que me lo hice con la caída de anoche.
- ¿Caída? – Pregunté no muy convencido de lo que estaba escuchando -.
- Bueno, yo no me acuerdo, pero Inoo-san me dijo que me caí intentando caminar hacía el baño - dijo inocentemente -.
- ¿Estuviste anoche con Inoo-san?
- Si, fuimos a beber a su casa.
- Ya veo…
- ¿Sucede algo?
- No, nada, de hecho ya me tengo que ir – dije tomando las copias de la fotocopiadora – ten más cuidado cuando estés ebrio, no sea y te des un golpe más fuerte.
- Trataré de no hacerlo – sonrió – que tengas un buen día.
- Gracias – respondí y comencé a caminar, tenía que hablar con Inoo-san lo más pronto posible -.

- ¡Yuri-chan! – exclamó Yasuda-san, al mismo tiempo que me abrazaba, como si yo fuera un peluche -.
- Hola Yasuda-san – dije intentando deshacerme del abrazo, pero fue en vano -.
- Vengo a mostrarte el primer ejemplar de lo que será la primera revista de ropa y accesorios de Strawberry Kiss – dijo mientras me soltaba y me mostraba el borrador -.
- ¿Tan pronto?
- Es solo un borrador, todavía hay que cambiarle algunas cosas.
- ¿Y por qué me lo muestras a mí?
- Para que veas lo hermoso que quedaste en las fotos – dijo sonriente, tomé la revista, abriéndola y viendo las fotos -.
- No parezco yo – dije sonriente, me veía totalmente distinto, aunque era obvio, ya que estar vestido de chica hacía mucha diferencia, pero además de sentirme un tanto avergonzado, me emocionaba ver lo bellas que habían quedado las fotos -.
- Nakajima-sama es un gran fotógrafo ¿no te perece?
- Si, aunque la mayoría de las veces sea un pesado – dije con molestia -.
- Eso es porque te quiere – dijo muy cerca de mi oído - le iba a responder, pero en ese momento llegó el nombrado en la conversación, arrebatándome la revista que tenía en mis manos -.
- Me tengo que ir, nos veremos luego – dijo Yasuda-san, despidiéndose de ambos y caminando lo más rápido posible -.
- ¿Qué habrá querido decir con eso? – dije casi en un susurro -.
- ¿Decir qué? – Preguntó Nakajima-san, sin retirar su mirada de la revista -.
- Nada que te interese.
- ¿Sabes? Te ves muy bien vestido de chica, aunque preferiría verte desnudo – dijo seductoramente cerca de mi oído y aprovechando que no había nadie alrededor intentó besarme, pero lo aparté bruscamente de un empujón -.
- Si no quieres que deje tu otra mejilla a la par con la otra ¡Déjame en paz! – Dije, alejándome de él, sintiendo como mi corazón latía aceleradamente -.

- Inoo-san ¿tienes un momento? Es que necesito decirte algo – dije al verlo en uno de los pasillos de la empresa -.
- Sí claro ¿qué necesitas?
- Si no te molesta, puede ser en un lugar más privado, es algo personal.
- Sígueme – dijo, comenzamos a caminar hasta llegar a la oficina de Yabu-sama -.
- ¿No hay nadie cierto?
- Claro que no, Yabu-san a atender unos clientes importantes, respondió, abriendo la puerta de la oficina - ¿Y qué es eso tan importante que tienes que decirme? – preguntó al estar ya ambos adentro -.
- Muy bien – suspiré – iré a grano ¿Qué pasó anoche entre tú y Yuyan? Y no me digas que se tropezó y cayó, porque yo sé muy bien cómo se hacen esas marquitas en el cuello – dije, viendo su rostro realmente asustado -.
- ¿Sospecha algo? – preguntó preocupado -.
- No, Yuyan es muy inocente, así que si le dicen que le cayó un meteorito él se lo cree.
- Ya veo…
- Igualmente acabas de afirmarme que sí pasó algo – sonreí victorioso -.
- Por favor no le digas.
- Pues eso es algo entre ustedes dos, pero si llegado el caso no le dices, lo haré yo – dije para después acercarme a la puerta – por cierto, él te quiere, no, mejor dicho, te ama, así que trata de no lastimarlo – dije, para después salir de la oficina, ya había hecho lo que tenía que hacer, solo era esperar a que las cosas fluyeran positivamente -.



CONTINUARÁ…

2 jul 2014

~Seduciendo a mi profesor~ ESPECIAL

Hola a tod@s
En verdad que yo quería tener esto listo para el cumpleaños de Inoo, pero se me presentaron otras cosillas y la inspiración tampoco llegaba cuando debía de hacerlo, pero aquí está lo que muchos esperaban XD el especial de mi primer serial "Seduciendo a mi profesor" que en verdad les agradezco mucho todo el apoyo y los lindos comentarios que me dieron durante el transcurso de éste y si no lo han leído, les invito a leerlo, ahí está en la lista de fics de la página y como lo fue el serial, este especial va dedicado a Mabe-chan, muchas gracias, lánlo y comenten bonito <3



Tema: ~Seduciendo a mi profesor~
Extensión: Serial/Especial
Parejas: Takachii/Inoodai/Okayamajima/Yabuhika
Autora: Akari-chan


ESPECIAL
2 años después…
Habían pasado dos años desde que Kei me había propuesto matrimonio y al fin había llegado ese día en que uniríamos nuestras vidas para siempre.
- Buenos días, hijo – entró mi madre a la habitación, llevando en sus manos una bandeja con el desayuno -.
- Buenos días, mamá.
- ¿Cómo amaneciste?
- Muy bien, un poco nervioso.
- ¿Por qué nervioso? Si se supone que este es el día más feliz de tu vida – dijo al mismo tiempo que acariciaba mi rostro con una de sus manos -.
- Es que nunca pensé que llegaría tan pronto este día, todavía pienso que estoy como en un sueño – sonreí -.
- Eso es normal hijo, yo me sentía igual antes de casarme con tu padre, no te preocupes que todo va a salir bien – me sonrió dulcemente, dejando la bandeja en mi escritorio -.
- Gracias mamá.
- No tienes que agradecerme nada, desayuna rápido que tenemos que ir a recoger el traje que usarás para la boda – dijo para después salir de mi habitación -.

Por fin había llegado el día que tanto había esperado desde que conocí al amor de mi vida, no podía sentirme más feliz en ese momento, ya quería verlo y llenarlo de besos y decir con orgullo que él era mi hermoso esposo.
- Kei ya deja de tontear y desayuna rápido, tenemos mucho que hacer – dijo Kota algo molesto y ya más o menos sabía el por qué -.
- No seas grosero Kou-chan – dijo Hikaru -.
- Es que por culpa de esto tú y yo no…
- Por favor no sigas – lo detuvo Hikaru, totalmente sonrojado –.
- Si Kota, solo ten paciencia – reí al ver su rostro enojado -.
- Chicos este no es momento para hablar de cosas privadas, así que rápido – dijo Hikaru -.
- Por cierto ¿dónde está papá? – pregunté –.
- Está en el cementerio, me dijo que de ahí pasaba para la iglesia – dijo Kota -.
- Muy bien, ya vámonos que se nos hace tarde – dijo Hikaru levantándose de su asiento – Kou-chan y yo iremos a la iglesia a ultimar detalles de la boda y tú ponte guapo hermanito – dijo Hikaru, para luego tomar de la mano a Kota y salir junto con él de la mansión, mientras que yo subí a mi habitación, viendo sobre mi cama el traje que llevaría puesto para esa ocasión tan especial -.

- Yu… Yu…ya – jadeé al sentir como su semen se esparcía dentro de mi entrada, al mismo tiempo que él me besaba fogosamente en los labios, se me hacían tan deliciosos -.
- Te amo – dijo para después bajar su rostro hacía mi entrepierna, introduciendo mi miembro que todavía se encontraba erecto dentro de su boca, succionándolo y dando suaves mordiscos en la punta, haciendo que me corriera dentro de ella -.
Se acostó a mi lado, tomándome de la cintura y depositando un dulce beso en mi frente, desde hacía dos años que estábamos juntos y cada día estábamos más enamorados el uno del otro, nuestros padres habían aceptado nuestro compromiso, aunque más que todo por dinero, pero no me importaba eso en lo absoluto, con tal de tener la libertad de estar con él, valía la pena.
- Tenemos que alistarnos para ir a la boda – dijo Yuya mientras se levantaba pesadamente de la cama, a él al igual que a mí no quería levantarse -.
- Todavía es temprano, quedémonos otro ratito – dije haciendo un puchero -.
- Sabes que eso me encantaría – dijo besándome apasionadamente, para después separarse – Soy el padrino de la boda, así que no puedo llegar tarde.
- Entonces cuando volvamos ¿podemos seguir con lo que estábamos haciendo? - pregunté de manera provocativa, levantándome de la cama y poniéndome de puntitas para volver a besarlo, ambos estábamos desnudos, así que eso no ayudaba mucho en que mis hormonas se tranquilizaran -.

Correspondí al beso de mi niño, tomándolo de la cintura, en verdad quería quedarme ahí todo el día con él, pero por desgracia no podía, no quería dejar solo a Inoo en su día especial. Luego de eso nos separamos y fuimos hacía el cuarto de baño, tomando un relajante baño juntos, lleno de besos, caricias y dulces palabras de amor, aunque si no fuera por lo de la boda, justo ahí terminaríamos haciendo el amor. Salimos de allí y luego nos vestimos, poniéndonos nuestros mejores trajes, Yuri siempre iba a quedarse a mi apartamento cuando sus padres no estaban en casa por largo tiempo, así que tenía su propio armario en mi habitación.
- ¿Qué color te gusta más?– preguntó, mostrándome dos corbatas, una en cada mano -.
- La rosada – le respondí, tomándola y ayudándosela a poner, hacer eso me traía tan buenos recuerdos -.
- Eres el padrino más bello de toda la historia de las bodas – dijo, sonriéndome dulcemente, lo amaba demasiado -.
- Y tú eres el novio del padrino más lindo del mundo – sonreí, dándole un dulce beso en sus labios – todavía nos queda algo de tiempo ¿vamos a desayunar?
- Pensé que no me lo dirías, me muero de hambre, tanto ejercicio me deja hambriento – reí ante su comentario y ambos salimos de mi apartamento, sería un día bastante largo -.

- Yuto ¿en verdad tenemos que ir a esa boda? – pregunté -.
- Claro que sí, recuerda que Keito es primo del Director y seguramente estará allí.
- Pero no sabemos todavía si ya ha vuelto de Inglaterra, hace una semana que no sabemos de él –dije un poco triste, lo extrañaba mucho -.
- Ya verás que si, Keito es muy leal a su palabra – sonrió, revolviendo un poco mis cabellos, íbamos ambos en el auto que le habían regalado sus padres por su cumpleaños, supuestamente iríamos a la iglesia, pero por alguna razón el auto había tomado el camino que no era -.
- Yuto… ¿estás seguro de que es por aquí? – pregunté -.
- Ya te diste cuenta – sonrió – es que quiero hacer algo primero – dijo al mismo tiempo que me miraba de una manera muy provocativa, detuvo el auto y me besó intensamente – todavía faltan como dos horas para la boda, así que podemos pasar un buen rato juntos – dijo para después seguir con su camino, llegando ambos a lo que parecía un Love Hotel -.
Entramos al lugar, aunque yo no estaba muy convencido de que nos dejaran entrar ya que ambos éramos menores de edad, pero aun así, Yuto se las ingenió para que nos asignaran una habitación. Subimos al ascensor y al cerrarse la puerta comenzamos a besarnos y acariciarnos desesperadamente hasta llegar al piso que nos correspondía. Caminamos lo más rápido posible a la que sería nuestra habitación en esa ocasión, entramos de inmediato a esta y sin esperar ningún segundo más me aventó contra la cama, posicionándose encima de mí, besándome al mismo tiempo que quitaba rápidamente cada prenda que cubría mi cuerpo, hasta dejarme totalmente desnudo.
- Yu…to – gemí al sentir como sus labios besaban mi cuello, pero algo extraño hizo que dejara de concentrarme en lo que estaba haciendo, sentía que mis brazos estaban estancados, así que miré por encima y vi como mis muñecas eran aprisionadas por un par de esposas -.
- Es que quiero jugar un poco – dijo para luego tomar un trapo y tapar con él mis ojos, no entendía muy bien el porqué de hacer aquello pero de una manera u otra, me excitaba -.
Siguieron los besos y las caricias por todo mi cuerpo, haciéndome estremecer con cada una de ellas, hasta sentir como introducía su miembro bruscamente en mi interior, sacándome un jadeo lleno de placer mezclado con dolor y aunque se sentía muy bien, no dejaba de sentirme algo inquieto, Yuto no era de los que hacía ese tipo de cosas, él era mucho más tierno, eso más bien parecía obra de…
- ¡KEITO!
- Ya era hora – dijo quitando la venda de mis ojos, comenzando a embestirme aceleradamente, quería decirle tantas cosas, pero no podía, debido al placer que estaba causando, así que simplemente me dejé llevar, mientras veía como Yuto se masturbaba al ver como Keito me hacía suyo, pero no quería dejarlo solo, así que hice que Keito saliera de mí, acerqué mi rostro a su miembro que estaba totalmente erecto, me relamí los labios y lo introduje en mi boca, saboreando todo de él, mientras que Keito volvía a penetrarme con fuerza. Me sentía tan feliz de estar nuevamente así con los dos, disfrutando lo mejor de cada uno, seguimos así hasta que sentí el semen de Yuto entrar por mi boca y tiempo después el de Keito en mi ano -.
- Keito… - me arrodillé sobre cama, poniéndome a su altura, besándolo de manera desesperada, anhelaba tanto volverlo a besar - ¿Por qué no me dijiste lo de tu regreso? – dije al separarme del beso, necesitaba respuestas -.
- Quería que fuera una sorpresa, por eso le pedí a Yuto que no te dijera nada – dijo  sonriéndome con picardía - ¿no te gustó?
- Ambos son unos… -  no pude terminar la frase porque de repente Yuto se apoderó de mis labios y Keito comenzaba a acariciar mi miembro – mmm ¿No va…mos a ir a la boda? – pregunté con algo de dificultad -.
- Ya llamé a mi tío y le dije que llegaríamos a la fiesta, él sabe que me aburre ir a una iglesia – respondió -.
- Además ya que estamos los tres juntos, tenemos que recuperar el tiempo perdido – dijo Yuto, haciendo que me acostara en la cama, abriendo mis piernas y viendo cómo ambos lamían mí miembro como si se tratara de un dulce. Quizás para el resto del mundo nuestro amor era anormal, pero a nosotros no nos importaba, ya que tenía la certeza de que estaríamos juntos por siempre, pasara lo que pasara -.

El momento crucial se acercaba y yo cada vez me sentía más nervioso, no era que tuviera dudas de casarme con Kei, sino que se me hacía tan difícil de creer, que realmente pensaba que se trataba de un sueño y que al despertar todo fuese sólo eso, un sueño.
- Te ves tan guapo hijo – dijo mi madre muy alegre, íbamos ambos en la limosina, directo a la iglesia en donde se celebraría la ceremonia – aunque hubiese preferido que usaras un vestido de novia.
- ¡Mamá! – exclamé avergonzado -.
- Pero igualmente te ves precioso con ese traje y Inoo-kun se quedará sin habla al verte.
Me sonrojé por lo que dijo y nos quedamos en silencio hasta llegar por fin a la iglesia, mi madre bajó primero y luego el chofer abrió la puerta, permitiéndome salir del vehículo, mi madre me tomó del brazo y caminamos juntos hacía la entrada de la iglesia, la cual se veía realmente hermosa, con todas esas flores rojas y blancas que adornaban el marco de la entrada de ésta y las esquinas de las bancas.
Miré al frente y ahí estaba el dueño de mi corazón, vestido con un hermoso traje tan blanco como el mío, adornado con una bella rosa roja en el bolsillo de su saco y su cabello ligeramente peinado, encantaba esa forma desaliñada que tenía. Comenzó a sonar la marcha nupcial y junto con mi madre comenzamos a caminar despacio hasta donde estaba él, quién me sonreía y me miraba con tanto amor, definitivamente quería pasar el resto de mi vida con él.

Mi corazón comenzó a latir aceleradamente al ver como poco a poco aquel ser tan hermoso se acercaba al altar, se veía tan adorable con ese traje y lo que lo hacía más bello era ese sonrojo que sobresalía de sus mejillas, recordando cada momento vivido con él; la primera vez que nos vimos, nuestro primer beso, nuestra primera discusión, el día que aceptó ser mi novio, nuestra primera cita, la primera vez que hicimos el amor, cuando le propuse matrimonio, llegando hasta ese día en que uniríamos nuestras vidas en matrimonio, lo amaba con cada célula de mi cuerpo y así sería por siempre.
- Inoo-kun – habló la madre de Daiki, al llegar ambos a donde estaba – Sabes que Daiki es mi único hijo y que como tal es lo más preciado que tengo, así que confío plenamente en que él será lo mismo para ti – dijo al mismo tiempo que se limpiaba una lágrima que bajaba por su mejilla -.
- De eso puedes estar segura – le respondí con una enorme sonrisa -.
- Dai-chan, cuida a mi hijo tanto como yo lo he cuidado a él – le dijo mi padre a Daiki -.
- Lo haré – respondió Daiki sonriente, nuestros padres se apartaron, dejándonos ahí en el altar -.
La ceremonia comenzó y solo las palabras del sacerdote se escuchaban por todo el lugar, durante el transcurso de la boda, Daiki y yo no nos soltábamos de las manos, estábamos nerviosos y solo de esa manera podíamos tranquilizarnos.
- Kei ¿aceptas a Daiki, cómo tu futuro esposo, para amarlo y respetarlo todos los días de tu vida?
- Acepto encantado – dije, dedicándole una sonrisa mi amado -.
- Daiki ¿aceptas a Kei cómo tu futuro esposo, para amarlo y respetarlo todos los días de tu vida?
- Por supuesto que acepto – dijo bastante sonrojado, se veía tan adorable -.
Luego llegó la parte de ponernos nuestros anillos, jurándonos amor eterno y tras obtener la bendición del Sacerdote, nos besamos de manera anhelante, transmitiendo todo lo que sentíamos en ese beso, escuchando los aplausos de todos los asistentes de la iglesia.
- Muchas felicidades – dijo mi padre, abrazándonos después de salir de la Iglesia -.
- Muchas gracias – respondimos al unísono, todos se nos acercaban y felicitaban con mucha alegría, entre ellos mi padrino de bodas y mejor amigo, Takaki Yuya -.
- ¿Sabes? Antes nunca pensé que llegarías a casarte y mira que tan equivocado estaba – dijo mi amigo, mientras me daba un cálido abrazo -.
- Y tú que cancelaste dos, espero que ésta vez sí lo hagas – dije sin poder evitar reírme un poco -.
- De eso puedes estar seguro, es solo cuestión de encontrar a la persona indicada – dijo mientras tomaba la mano de su novio y la besaba dulcemente, haciendo que el pequeño se sonrojara -.
- Mi amor, tenemos que irnos a la mansión para la fiesta – dijo mi ahora esposo, tomándome del brazo -.
- Nos vemos en la fiesta – dije haciendo una pequeña reverencia - subiéndonos ambos en la limosina -.
- Por fin solos – dije al momento en que se cerró la puerta del vehículo y me abalanzaba sobre mi esposo, besándolo con desespero, llevábamos dos meses sin tener relaciones sexuales y no solo era por los preparativos de la boda, sino que a mi suegra se le ocurrió la maravillosa idea de prohibirnos hacer aquello hasta que llegara la noche de bodas, eso era muy cruel -.
- Ke… Kei-chan detente – jadeó Dai-chan al momento que había abandonado sus labios para comenzar a besar y lamer su cuello -.
- Pero quiero hacerlo – dije de manera suplicante -.
- Y yo también – dijo al mismo tiempo que me apartaba de encima suyo – pero espera a que nos vayamos de la fiesta.
- Bueno, si he esperado por dos meses, creo que puedo hacerlo por unas cuantas horas más – dije volviendo a besar a mi esposo, pero de una manera dulce, amaba el sabor de sus labios -.

Llegamos a la mansión en donde se celebraría la fiesta, era la primera vez que iba allá, así que de cierto modo me sentía algo incómodo, no me gustaban mucho este tipo de celebraciones, pero con solo estar al lado de mi Yuyan, podría soportarlo.
- ¡Yuri! – Escuché que alguien me llamaba, así que miré a todos lados hasta encontrar a mis amigos, que se acercaban a mí junto con Keito, a quién no veía desde hacía dos años -.
- Chicos, me alegra mucho verlos por aquí – dije muy entusiasmado, abrazando a cada uno de ellos -.
- Gusto en verlo Takaki-sensei – dijeron los tres al unísono, me causaba gracia que fueran tan sincronizados de cierto modo -.
- Lo mismo digo – sonrió – dejaré que se actualicen un rato, iré a hablar con Sanada-sama, nos veremos en un rato – dijo mi novio, para luego besarme dulcemente, frente a mis amigos que quedaron atónitos por lo que veían -.
- ¿Desde cuándo tú y Sensei están saliendo? – preguntó Yuto, sin todavía salir de su asombro -.
- Desde hace dos años – dije sonriente, sus expresiones me hacían reír mucho –.
- ¿Eh? ¿Y por qué no nos dijiste nada? – preguntó Ryosuke -.
- Porque no lo creí necesario, ya saben que me gusta ser discreto, además quería decírselos cuando fuera el momento indicado, pero como que se adelantaron las cosas – reí -.
- ¿Eres feliz con él? – preguntó Keito -.
- Completamente – dije esbozando una gran sonrisa - ¿Y ustedes? Por lo que veo, supongo que todo marcha bien.
- Ya que Keito volvió, seguiremos estando juntos, como antes de que se fuera – dijo Ryosuke, abrazando a su novio -.
- Pero Yuri ¿cuéntanos cómo fue que te ennoviaste con Takaki-sensei? – preguntó Yuto, se veía muy interesado al igual que Keito y Ryosuke -.
- Es una larga historia, pero se las contaré – dije, para luego buscar en donde sentarnos, teníamos tantas cosas que contarnos y me alegraba el hecho de que volveríamos a estar juntos, como los grandes amigos que éramos -.

- Hika… aprovechemos que todavía no ha llegado toda la gente y vamos un ratito a nuestra habitación – susurró en mi oído mi esposo, su propuesta era tentadora y no podía negar que yo también tenía ganas, pero tenía todavía muchas cosas por hacer -.
- Ya te he dicho que no Kou-chan, papá nos regañará si no nos ve aquí – dije un poco nervioso -.
- Pero yo sé que tú tampoco te aguantas más – lamió el lóbulo de mi oreja y colando una de sus manos por debajo de mi camisa, estábamos en un lugar alejado y un tanto oscuro del salón principal, así que nadie podía ver lo que Kota me hacía -.
- Kou-chan… - jadeé al sentir como apretaba con sus dedos una de mis tetillas -.
- ¿Vamos? – preguntó con esa voz seductora que tanto me encantaba -.
- Pero solo un ratito – dije bastante sonrojado, él solo sonrió y así nos fuimos ambos a nuestra habitación -.

Al llegar a la fiesta, todos los invitados nos recibieron con aplausos y felicitaciones, estábamos muy felices de que tantas personas nos acompañaran en ese día tan especial para nosotros.
- Felicidades por su matrimonio – dijo Okamoto-kun, el primo de mi esposo, al acercarse a nosotros y darnos un abrazo a cada uno – lamento mucho no haber ido a la ceremonia, pero tenía algo muy importante que hacer.
- No te preocupes, de que hayas venido es más que suficiente – le dijo mi esposo -.
- Kei ¿no has visto a tus hermanos? Es que vamos a hacer el brindis y no los veo por ningún lado – Preguntó mi suegro un tanto preocupado -.
- Pues ahora que lo dices, no los he visto desde que llegamos.
- De seguro han de estar haciendo sus cochinadas en su habitación – dijo algo molesto – pero no importa, haremos el brindis sin ellos.
Luego de hacer el brindis y bailar juntos el vals, mis cuñados llegaron al salón con sus ropas un tanto desordenadas, recibiendo de inmediato un regaño por parte de mi suegro, mientras que mi esposo y yo no parábamos de reírnos al ver tal escena, aunque los entendíamos muy bien, nosotros también estábamos en las mismas condiciones.
- ¿Quieres que nos vayamos ya? – preguntó Kei, mientras me abrazaba por la espalda y me daba un beso en la mejilla -.
- Pero ¿y los invitados? Todavía no ha acabado la fiesta – dije un tanto preocupado -.
- No te preocupes, nos despediremos de ellos y luego nos vamos, además ya es de noche y quiero hacer otras cosas – dijo al mismo tiempo que se mordía el labio y me miraba de manera seductora -.
- Entonces vamos – lo besé tiernamente en los labios y luego fuimos a despedirnos de los invitados que de seguro entendían que los esposos querían pasar tiempo a solas -.
Salimos de la mansión y juntos nos subimos a la limosina, indicándole al chofer que nos llevara hacia nuestra casa, mientras nos besábamos y acariciábamos, tratando de controlarnos y no hacerlo en el vehículo. Hasta llegar por fin  a nuestro destino, saliendo rápidamente de la limosina y decirle al chofer que ya podía irse y luego entramos a nuestro nido de amor, besándonos y tocándonos de manera desesperada.
Subimos a nuestra habitación y me llevé una gran sorpresa al ver lo hermosa que estaba decorada, había pétalos de rosas formando un camino desde la puerta hacía la cama y también sobre ésta, iluminado únicamente por velas, dándole un ambiente muy romántico al lugar.
- ¿Te gusta? – Preguntó mí ahora esposo, comenzando a quitarme el saco de mi traje -.
- Está precioso ¿lo hiciste tú? – pregunté -.
- Lo de poner las flores y las velas si lo hice yo, pero tuve que pedirle el favor a un sirviente para que las encendiera – dijo al mismo tiempo que me cargaba como si yo fuera una princesa y me recostaba lentamente sobre la cama -.

Y ahí estábamos nuevamente, en aquel lugar donde tuvimos nuestra primera vez y que continuamente era testigo de nuestras demostraciones de amor, aunque estaba tan desesperado como él en unir nuestros cuerpos, quería que esta vez fuera especial, así que debía controlar mis impulsos.
Comencé a desvestirlo lentamente, besando cada rastro de piel que quedaba al descubierto, disfrutando de aquellos excitantes gemidos que comenzaban a salir de su boca, me gustaba lo sensible que era a mi tacto. Mis labios llegaron a sus rosadas y apetecibles tetillas, las cuales mordía y succionaba con desespero, al mismo tiempo que bajaba una de mis manos hacía su pantalón, bajándolo un poco junto con su ropa interior, acariciando ese miembro que comenzaba a despertarse por cada caricia que le daba.
Dejé sus tetillas para volver a devorar sus labios en un fogoso beso, llevándome la sorpresa de que Daiki cambiaba de posición junto conmigo, dejándome a mí sobre la cama y con esa mirada llena de perversión, se quitó completamente lo que le quedaba de ropa, cambiando nuevamente de posición, dejando su trasero cerca de mi rostro, sintiendo como con sus manos abría rápidamente mi pantalón y se engullía completamente mi pene en su boca, no me quise quedar atrás así que hice lo mismo con el suyo, disfrutando de su sabor, al mismo tiempo que introducía uno de mis dedos en su entrada.
Seguimos así hasta sentir como nos corríamos dentro de la boca de cada uno, tragando todo ese líquido que había salido de nosotros. Lo postré nuevamente sobre la cama, quitándome toda la ropa que tenía encima y aprovechando que su entrada ya estaba dilatada, lo penetré, sacándole un jadeo de placer mezclado con dolor, lo besé comenzando de una vez con las embestidas, enloquecido por la estrechez de su interior, había extrañado tanto todo eso.
Rodeó mi cintura con sus piernas, haciendo que entrara mucho más en él, mientras que yo lamía y daba succiones en su cuello, dejando unas marcas sobre éste. Sintiendo de repente un dolor punzante en mí parte trasera, sabía muy bien que era lo que quería mi amado y yo no se lo negaría.
Hizo que saliera de él, poniéndome a cuatro patas, dejando mi trasero delante de él, introduciendo sin descaro su lengua en mi entrada, lubricándome, haciéndome gemir como loco ante la intromisión y el cómo apretaba y masajeaba mis nalgas, eran pocas las veces en las que mi Daiki tomaba este rol en la relación, pero cuando lo hacía, lo recibía con mucho gusto. Luego dejó de usar su lengua y se acomodó, rozando la punta de su miembro con mi entrada.
- Mete…mela… ya… - logré decir de manera jadeante y desesperada -.
- ¿Lo quieres? – preguntó de manera seductora, torturándome con aquel roce -.
- Si… si… lo quiero… dentro… por… favor – y sin hacerme esperar más, me penetró de una sola estocada, comenzando a embestirme como si no hubiera mañana, sin duda me encantaba que Daiki se comportara de esa manera tan salvaje, abría mis piernas un poco más, para así hacer que entrara más en mí, me estaba volviendo loco y más cuando hizo que me levantara, dejando solo mis rodillas en la cama, aprovechando la posición para morder y besar mi espalda, apretando con una de sus manos una de mis tetillas y con la otra masturbaba mi pene, sin dejar de embestirme, hasta que sentí que ya no podía más y me corrí, manchando parte de la cama y su mano, la cual después se llevó a su boca, lamiendo el semen que había quedado en ésta y luego de unas embestidas más él también lo hizo en mi interior -.
Salió de mi interior y nos acostamos completamente sobre la cama, respirando agitados y con nuestros cuerpos mojados, debido al sudor. Seguíamos besándonos, pero de una manera lenta y deliciosa, disfrutando del calor de nuestros cuerpos.
- Te amo, mi amado esposo – dije besando su frente, abrazándome más a él -.
- Y yo a ti, esposito – sonrió dulcemente – todavía no puedo creer que ya estemos casados, dime que no es un sueño.
- No lo es – lo miré a los ojos – esto es real, es nuestra realidad y sé que quizás no sea perfecto, pero contigo me siento así.
- Yo soy el que debería de decir eso – río y se acurrucó en mi pecho, quedándose rápidamente dormido, volví a besar su frente, tomé una de las cobijas y me arropé junto con él, contemplando su rostro hasta quedarme profundamente dormido -.

FIN