22 jun 2013

All of me for you

Hola Hola :D
y como lo prometido es deuda aquí les traigo el Oneshot (algo corto) en honor al cumple de Inoo-san que es  mi segundo Jump favorito >w< bueno, se acuerdan del Twoshot "Animal Magic" que publiqué hace unos meses, pues es ese mismo Inoodai, así que es como una continuación XD
espero que les guste :D


Tema: All of me for you
Extensión: Oneshot
Parejas: Inoodai
Autora: Akari-chan


Había pasado un año desde aquel incidente con mis compañeros del grupo de teatro, los cuales fueron expulsados inmediatamente del lugar y también desde que Kei y yo iniciamos nuestra relación, hacía unos meses había decidido irme a vivir con él, ya este era mi último año de instituto y mi novio ya había ingresado a la Universidad, ambos además de estudiar también trabajamos a medio tiempo para cubrir los gastos del apartamento, ya que lo de nuestros estudios se encargaban nuestros padres.

Caminaba por las calles, en busca de un regalo que pudiera darle a mi novio ya que se acercaba su cumpleaños y quería sorprenderlo, pero nada de lo que veía me gustaba y también estaba el hecho de que no tenía mucho dinero para comprar algo que valiera la pena, así que resignado decidí volver a casa, pero antes de dar un paso más cierta idea se me cruzó por mi cabeza y de seguro era algo que disfrutaría mucho.

Llegó el día de su cumpleaños y luego de un desayuno especial mi novio se fue a la Universidad, por suerte ese día no tenía que estudiar y tampoco trabajar, así que me quedé preparando todo para la noche.


Salí exhausto del trabajo, ahora solo quería llegar a casa y descansar, llegué hasta el apartamento, abriendo la puerta de este y entré rápidamente, iba para la habitación pero un olor agradable en la cocina me hizo dirigirme allí primero, viendo como la mesa estaba decorada con un mantel blanco de encaje con un pastel de chocolate en el centro.

- ¡Feliz cumpleaños Kei-chan! – exclamó mi novio, acercándose para besarme dulcemente – ¿y ese vestido? – pregunté al separarnos -.

- Sé lo mucho que te gusta verme vestido de esta forma y pues quería complacerte ¿no te gusta? – preguntó algo triste -.

- Me encanta – sonreí, Dai-chan llevaba un vestido de tirantes negro bastante corto, que me dejaba ver con claridad sus hermosas piernas, nos acercamos hasta la mesa y él encendió una vela que estaba en medio del pastel -.

- Pide un deseo – me dijo dulcemente, cerré los ojos pensando en que podría desear y luego soplé apagando de inmediato la vela – ahora a comer el pastel – dijo alegremente -.

- Prefiero comer otra cosa – tomándolo de la cintura, apegándolo a mi cuerpo y con nuestros rostros demasiado cerca -.

- Pero tanto que me esforcé en hacer el pastel – dijo haciendo puchero, sonreí, besándolo apasionadamente  y levantarlo un poco para sentarlo sobre la mesa – ¿qué haces? – preguntó tratando de sonar inocente, pero era clara su intención desde un principio -.

- Pues voy a comerte – reímos para luego continuar besándonos, colando mis manos por debajo de la falda del vestido - ¿no traes ropa interior? – pregunté, ahora besando su cuello, toqueteando lo que había debajo de esa tela -.

- No la creí necesaria – susurró en mi oído -.

Volvimos a besarnos, entrelazando nuestras lenguas, rodeando sus piernas alrededor de mi cintura, friccionando un poco nuestros miembros, comencé a bajar la parte superior del vestido, dejando libres sus tetillas que ya estaban erectas y duras, tomé un poco de la crema del pastel y la unté sobre estas, para seguidamente succionarlos, saboreando ese exquisito dulce.

- Está delicioso – tomando un poco más de crema con mis dedos, untando la punta de su miembro, soltaste un fuerte gemido al ser tocado en esa parte, así que bajé mi cabeza hasta esa parte tan sensible de su cuerpo, dándole una lamida en la punta, quería torturarlo un poquito -.

- Ke…kei métetelo ya – decía jadeante, así que sin esperar más, lo introduje todo en mi boca, succionando de arriba abajo, introduciendo uno de mis dedos en su entrada para dilatarlo -.


Sentía como choques eléctricos recorrían todo mi cuerpo, el placer que me daba mi novio era demasiado, pero quería más, lo aparté de mi miembro, haciendo que también sacara los dedos que estaban dentro de mi y me bajé de la mesa, bajo la mirada confundida de mi novio, lo besé lascivamente y luego me volteé, quedando de espaldas frente a él, apoyando mis brazos sobre la mesa, abriendo un poco las piernas, para que así pudiera ver mi entrada.

- Mételo, por favor – dije con voz suplicante -.

Él no lo pensó mucho y me penetró de una sola estocada, haciéndome gritar de puro placer, me encantaba que fuera algo brusco al momento de penetrarme, moví un poco mis caderas indicándole que podía comenzar y solo fue cuestión de segundos para que estuviera gimiendo y jadeando, por cada embestida que recibía de él, al mismo tiempo que masturbaba mi miembro al ritmo de éstas.

De un momento a otro salió de mi interior, haciendo que me quejara, pero mi disgusto se fue cuando me volteó y me acostó sobre la mesa, penetrándome nuevamente, poniendo mis piernas sobre sus hombros, entrando mucho más en mi, puse mi mano sobre el pastel, para luego pasarla por mi torso, untándolo por completo de éste. Sonrió y sin dejar de embestirme, comenzó a lamerlo, mordiendo de vez en cuando mis tetillas que suplicaban por atención, tener su lengua y dientes sobre mi piel era demasiado placentero.

Luego de lamer todo ese chocolate, volvió a tomar mi miembro con su mano, masturbándolo, haciéndome gritar mucho más, sintiendo cómo mi semen salía, manchando parte de su camisa; con dificultad conseguí sentarme, rodeando su cuello con mis brazos para poder besarlo, introduciendo mi lengua de una vez en su cavidad, haciendo de ese beso uno húmedo y excitante, mientras él se seguía moviendo dentro de mi, apretando en ocasiones su miembro con mi entrada, quería sentir su semen mojar mi interior y sin aviso alguno llegó, haciéndome soltar un jadeo entre besos, me recosté nuevamente sobre la mesa, con su rostro sobre mi pecho, respirando agitados.

- Feliz cumpleaños mi amor – dije con una gran sonrisa -.

- ¿Quieres saber que deseo pedí? – Dijo de repente, mientras acercaba su rostro al mío, sintiendo como nuestras respiraciones se mezclaban, yo solo asentí – deseé que siempre estuvieras a mi lado, por que no podría vivir sin tenerte.

- Te amo Kei – dije animadamente, yo también deseaba lo mismo, nos volvimos a besar, mientras él me tomaba en brazos, llevándome a nuestra habitación para continuar con la celebración -.


FIN


19 jun 2013

~Seduciendo a mi profesor~

Hola a tod@s
Después de tantos ires y venires les traigo el capi 13 >w<
Sé que he descuidado un poco a las otras parejas pero no se preocupen que pal siguiente saldrán, aunque sea un poquito XD
Este fic va dedicado a Mabe-chan, espero que les guste y de pronto el sábado subiré el Oneshot en honor a al cumple de Kei :) y sin más las dejo leer XD que lo disfruten >w<



Tema: ~Seduciendo a mi profesor~
Extensión: Serial
Parejas: Takachii/Inoodai/Yamajima
Autora: Akari-chan


Capítulo 13

Me levanté con una gran sonrisa en mi rostro, lo sucedido el día anterior con Kei-chan en el cine fue realmente maravilloso, a veces me parecía tan increíble que alguien cómo él me pudiera amar tanto, pero era una realidad y eso me hacía enormemente feliz. Me levanté de la cama para luego entrar al cuarto de baño y ducharme, esa noche sería muy especial y estaba ansioso por ver nuevamente a mi novio; pero primero tenía que ir con mis padres al cementerio.


Bajé hasta el comedor, en donde se encontraban mi padre y mis hermanos ya desayunando, los saludé, me senté en mi lugar y de una vez  llegó una de las sirvientas con mi desayuno y comencé a comer de inmediato.

- Padre – interrumpió Kota - ¿a qué se debe la cena de esta noche? – nos quedamos mirando a mi padre, en espera de la respuesta, a mi también me daba curiosidad -.

- Es una fecha muy especial para mí y esta vez quiero celebrarlo con ustedes, que son mi familia – sonrió, volviendo a tomar de su café -.

- ¿Y por qué invitaste a Dai-chan? – preguntó Hikaru -.

- Porque además de ser el novio de Kei, también le incumbe venir a esta cena.

- ¿Tiene que ver con la persona a quién se parece? – pregunté -.

- Exactamente hijo.

- ¿Entonces por fin sabremos quién es? – Preguntó Hikaru emocionado, nuestro padre solo asintió y haciendo una reverencia salió del salón, dejándonos a los tres con las ganas de saber de quién se trataba -.


Fuimos a comprar unas hermosas flores, antes de ir al cementerio el cual quedaba a las afueras de la ciudad, todos los años en esa fecha íbamos los tres a visitar la tumba de mi abuelo, nunca lo conocí y mi padre tampoco ya que él había muerto meses antes de que mi padre naciera. El cementerio era bastante grande, así que nos costaba un poco encontrar su tumba, al llegar por fin a ésta y como en todos los años, ya había un enorme adorno de flores frente a la tumba, nunca habíamos podido saber de quién provenían, pero al verlo tan hermosamente decorado, de seguro era alguien que lo había apreciado muchísimo, no le dimos más importancia al asunto y poniendo nuestro ramo en ella comenzamos a rezar.


El día pasó bastante rápido y ya iba en el auto directo a la casa de mi amado Dai-chan, tenía tantas ganas de verlo, abrazarlo y besarlo, lo amaba y no quería perder ni un solo segundo de cada momento que pasaba con él, lo que más deseaba en la vida era verlo sonreír y eso era lo que haría, ya que su felicidad era también la mía. Toqué la puerta y rápidamente fue abierta por el chico que ocupaba gran parte de mis pensamientos.

- Kei-chan - dijo para luego besarme, beso al cuál correspondí con gusto, pero no duramos mucho ya que sus padres nos veían con una gran sonrisa sobre sus rostros -.

- Tranquilos, piensen que no estamos aquí – decía mi suegra -.

- ¡Mamá! – exclamaba mi novio, se veía tan lindo sonrojado, notando que iba vestido con un elegante traje negro con una corbata roja anudada en su cuello -.

- Te ves hermoso Dai – dije dándole un dulce beso en la frente -.

- Gracias – volvió a sonrojarse – tú te ves guapísimo – ambos sonreímos y olvidándonos por un momento de que nos miraban, volvimos a besarnos -.

- Hacen bonita pareja – dijo mi suegro, haciendo que nos volviéramos a separar -.

- Ya es momento de irnos – dije tomando la mano de mi novio -.

- Que les vaya muy bien chicos y salúdame a tu padre Kei-kun.

- Si señora – le respondí sonriente -.

- No se preocupen por la hora de llegada, si quieren pueden volver mañana – decía mi suegro -.

- Y Kei-kun sé gentil.

- Lo seré – dije sonriente, sabía muy bien a que se refería y al parecer Dai-chan ni enterado ya que me miraba confundido -.

- No es nada – le sonreí –.

- ¡Hasta luego! – dijimos ambos entrando de una vez al auto -.

Camino a la mansión de mi padre nos besábamos dulcemente, nos habíamos extrañado demasiado y eso que no llevábamos ni más de un día sin vernos, sus brazos rodeaban delicadamente mi cuello y yo con mis manos acariciaba lentamente su cintura, era una sensación realmente agradable y deseaba estar así para siempre pero tuvimos que interrumpirlo ya que habíamos llegado a nuestro destino; salí del auto y ayudé a mi novio a salir de éste, nos dimos un corto beso y tomándonos nuevamente de las manos entramos a la mansión.


Aquella era la primera vez que iba a la mansión y por ende me sentía entre nervioso y emocionado, era realmente grande e idéntica a las que se veían en los doramas.

- Es enorme – susurré al entrar en ella-.

- De hecho es la más pequeña que pudo comprar mi padre  - dijo Kei-chan mientras sonreía -.

- ¿La más pequeña? – pregunté bastante asombrado -.

- Sí, las demás eran realmente enormes – rió – ven, te mostraré cada rincón de la mansión – dijo tomándome de la mano, empezando a caminar alrededor de ésta -.

Recorrimos todo el lugar, viendo cada habitación que se hallaba dentro, excepto la habitación de mis cuñados ya que ciertos sonidos algo vergonzosos para mí se escuchaban desde dentro, mi novio solo se reía, llevándome por último a su habitación, era tan amplia y tan bonita como las demás que me había mostrado, necesitábamos nuestro momento a solas.

- ¿Ya te dije que te ves hermoso? – me dijo para después besarme dulcemente en los labios -.

- Muchas veces – sonreí, abrazándolo por el cuello, mientras que él me llevaba hacía la cama, recostándome suavemente sobre ella, quedando él encima de mí -.

- Quiero que nos besemos hasta que nos llamen para bajar a cenar, aunque tenga ganas de quitarte la ropa no quiero desarreglarte – rió, yo solo asentí dejándome envolver nuevamente por sus dulces labios -.


La hora de la cena se estaba acercando, así que ya listo bajé hasta el comedor.

- Mizuki-chan, ve y avísale a los chicos que ya pueden bajar – la sirvienta se fue de inmediato, ahora solo faltaba esperar, así que me senté en mi puesto de siempre, esperando pacientemente -.


Nos vestíamos rápidamente, nos habíamos quedado dormidos después de nuestra “sesión” de la tarde, me causaba mucha gracia las expresiones de Hikaru, cuando estaba apurado se veía tan lindo.

- Es por tu culpa Kou-chan – me decía mientras se ponía los zapatos -.

- No te hice nada que no te gustara – dije tranquilamente poniéndome la corbata -.

- Lo sé, pero… - se acercó a mí, besándome de manera desesperada – cuando acabe la cena ¿lo repetimos? – me decía con esa sonrisa pervertida que tanto me encantaba -.

 - Cuantas veces quieras.

- Yabu-sama, Yaotome-sama ya pueden bajar a cenar – gritaban desde afuera, nadie se atrevía a entrar a nuestra habitación -.

- Ya vamos, gracias – dije para luego salir y dirigirnos al comedor -.


Dai-chan y yo nos encontrábamos acostados uno al lado del otro sobre mi cama, hablando sobre muchas cosas, besándonos de vez en cuando hasta que escuchamos unos suaves golpes en la puerta, me levanté, de seguro era para avisarnos que bajáramos.

- Inoo-sama la cena está lista, ya pueden bajar al comedor – dijo la sirvienta haciendo una reverencia -.

- Gracias Mizuki-chan – se retiró y luego de eso sentí como mi novio me abrazaba por la espalda -.

- Vamos – se puso delante de mí, dándome un corto y dulce beso, tomándome de la mano y yendo juntos hasta el comedor y al llegar ya estaban mi padre y mis hermanos en sus respectivos asientos, esperando a que nosotros llegáramos -.

- Perdón por la demora – dije indicándole a mi novio donde debía de sentarse, que era justo al lado mío, saludamos a los presentes -.

- ¿Ya conociste toda la mansión, Dai-chan? – preguntó mi padre -.

- Si suegro, Kei-chan me mostró todo el lugar, es muy grande y bonito – respondió Dai sonriente -.

- Eres idéntico – susurró mi padre, pero todos pudimos escucharlo -.


- ¿Idéntico? ¿A quién? – pregunté confundido -.

- A una persona muy especial para mi.

- ¡¿Y quién es?! – preguntaron mi novio y sus hermanos al unísono -.

- No sean impacientes – rió – comenzaré con su nombre, de seguro cuando Daiki lo escuche, sepa de quién se trata.

- ¿Y por que tendría que saberlo?

 - Porque esa persona tiene que ver contigo, su nombre es Arioka Daichi - mis ojos se abrieron completamente al escuchar aquel nombre y claro que sabía perfectamente quien era -.

- ¿Mi abuelo? – Dije casi en un susurro debido a la impresión -.

- Si, tu abuelo – sonrió dulcemente – y hoy se cumplen 45 años de su muerte – dijo con algo de tristeza -.

- ¿Eso es cierto Dai? – preguntó mi novio tomándome de la mano -.

- Si, hoy fuimos al cementerio a dejarle flores – y de repente cierto adorno de flores se me vino a la cabeza – entonces ¿tú eres el que siempre deja esas hermosas flores en su tumba? – pregunté, necesitaba saber la respuesta -.

- Si, de hecho todos los meses voy a dejarle flores – sonrió -.

- ¿Y cómo era él? – pregunté con ilusión -.

- Físicamente igual a ti y una muy buena persona, pero a diferencia tuya era muy reservado, no era fácil que mostrara sus sentimientos – dijo sacando una pequeña foto de su billetera, la tomé y mi novio y sus hermanos se acercaron para verla, era muy antigua, pero se podía ver con claridad a dos jóvenes sonrientes en ella -.

- Se parecen muchísimo – Dijo Yabu-san -.

- Bastante, Papá era guapo – dijo Hikaru-san -.

- ¿Lo amabas? – Preguntó Kei-chan de repente, nos quedamos los cuatro mirando a mi suegro, en espera de una respuesta -.

- Les contaré cómo fue todo – sonrió, cada uno volvió a su asiento y así él comenzó a hablar -.


Hace mucho tiempo

Me encontraba solo y llorando, sentado en una banca en un parque alejado de mi casa, en ese tiempo era un chico bastante caprichoso y discutía con mis padres por casi cualquier cosa, no me iba bien en los estudios y ese era el motivo de nuestras discusiones y ese día había dicho cosas realmente horribles, pero mi orgullo no me permitía disculparme apropiadamente con ellos, aún sabiendo que tenían razón.

- ¿Te encuentras bien? – escuché una dulce voz, haciendo que levantara la mirada, viendo la sonrisa más hermosa del mundo -.

- S…si – dije con dificultad debido al llanto -.

- Pues esas lágrimas me dicen lo contrario – dijo aquel chico sentándose a mi lado, yo no dejaba de mirarlo, llevaba un uniforme de Instituto, eso me indicaba que era mayor que yo, ya que apenas iba a terminar la secundaria -.

Al parecer no era mala persona así que le conté lo sucedido, nunca antes había hablado con alguien sobre lo que me pasaba y nunca pensé que ese alguien sería un total desconocido para mí, pero aún así algo me decía que podía confiar en él. Luego de ese día nos hicimos muy buenos amigos, viéndonos casi a diario al terminar las clases ya que estudiábamos en lugares distintos, yo había mejorado en mis estudios y por ende ya no discutía con mis padres, Dai-chan había llegado a mi vida cuando más lo necesitaba, haciendo que me enamorara poco a poco de él.

Pasó el tiempo y con ello la graduación de Daichi, yo apenas cursaba el primer año de Instituto, le había insistido a mis padres que me dejaran cursarlo en el mismo que mi amigo, pero se negaron, ya que tenía que hacerlo en el Instituto que heredaría algún día. Ese día quedamos de encontrarnos en el mismo parque en donde nos conocimos, él me dijo que tenía algo muy importante que decirme, así que lo esperé pero nunca llegó.

Fui a mi casa y lo llamé a la suya, necesitaba saber si le había ocurrido algo, pero no me contestaron, pensé que tal vez estaban celebrando en familia así que no insistí más. Pasó una semana y no sabía nada de él, así que fui a su casa, con la esperanza de encontrarme con él allá y efectivamente ahí estaba.

- Dai-chan – lo abracé apenas abrió la puerta, me alegraba de que estuviera bien – por fin te encuentro pensé que te había sucedido algo – dije aliviado -.

- Lamento no haberme comunicado contigo pero tuvimos que hacer un viaje imprevisto, lo siento si hice que te preocuparas Yu-chan – me dijo dulcemente, pero aún así podía ver que su mirada no era la misma -.

- Te ves diferente ¿pasó algo? – pregunté preocupado -.

- No pasa nada, estoy bien, solo que algo cansado por el viaje, llegamos en la madrugada.

- Ya veo, entonces me iré para que descanses – dije para luego retirarme -.

Después de ese día aparentemente todo había vuelto a la normalidad entre los dos, pero presentía que algo no andaba bien, lo sentía un poco distante conmigo y eso me lastimaba. Pasó un año y Daichi me había pedido que nos viéramos en una cafetería, tenía algo importante que decirme.

- Hola Yu-chan – dijo él respirando algo agitado, al parecer había corrido hasta acá -.

- Hola Dai-chan – sonreí – ¿qué es eso tan importante que debes decirme? – pregunté, desde el fondo de mi corazón deseaba que fuera aquello que tanto quería escuchar de sus labios -.

- Me casaré el próximo mes – me lo dijo enseguida, en ese momento sentí como mi corazón se desgarraba poco a poco, pero debía de ser fuerte para no llorar ahí mismo -.

- Apenas vas a cumplir 20 años ¿No estás muy joven para eso? – En verdad no lo podía creer, tenía que ser una broma -.

- Estoy hablando en serio – dijo cambiando su expresión a una seria, mis lágrimas poco a poco comenzaban a salir de mis ojos y sin pensarlo un segundo me levanté de mi asiento y acercándome a él lo besé, pero fue un beso corto, me sentía tan dolido que no pude esperar a ver su reacción y salí corriendo de ahí -.

Ese mismo día tomé la decisión de irme al extranjero sin decirle ni siquiera a mis padres a donde iba, no quería estar cerca de él y pensaba que de pronto la distancia me haría olvidarlo, pero no fue así, cada día lo extrañaba más y eso me hacía sentir peor. Así que meses después decidí volver, necesitaba hablar con él, aunque ya estuviera casado y eso me hiriera profundamente, quería que fuera feliz.

Fui saliendo del aeropuerto a casa de sus padres para preguntar en donde vivía con su esposa, pero al llegar me encontré con una noticia bastante desagradable. Daichi había muerto hace un mes atrás en un accidente de trabajo, sentí como nuevamente mi mundo se desarmaba, ahora no tan solo el matrimonio me había alejado de él, sino que también la muerte hizo de las suyas, pero lo que más me dolía era que no me había disculpado con él. Llegué a mi casa llorando, no quería hablar con nadie, pero fui interrumpido por una de las sirvientas.

- Yuma-sama, supongo que ya se enteró ¿verdad? – Dijo mirándome con preocupación, mis lágrimas no dejaban de salir y sin poder contenerme la abracé, necesitaba tanto de un abrazo – joven hace cuatro meses llegó esta carta, es del joven Arioka, pero como no sabíamos donde estabas no pudimos entregártela – dijo dándome aquel sobre, yo estaba anonadado, así que dándole las gracias subí a mi habitación, acostándome sobre la cama, tratando de no romper la carta debido a la desesperación -.

“Querido Yuma
Lamento todo el sufrimiento que te he hecho pasar, de seguro en estos momentos debes de estarme odiando, pero no tenía opción, mis padres insistían con esa boda y yo no pude negarme ¿te acuerdas del día de mi graduación? No pude encontrarme esa vez contigo en el parque ya que mis padres me habían dado la inesperada noticia de mi compromiso, me sentía muy triste ya que eso impedía que estuviera con la persona que amo y si, esa persona eres tú, eso era lo tan importante que te quería decir ese día, lo siento por hacerte llorar el día que te dije que me casaría y no esperé que hicieras lo que hiciste, aquel beso inesperado que me diste lo atesoraré por siempre en mi corazón, pero por favor no quiero que te alejes de mi, no soportaría un día más sin verte, sé que es doloroso para ti, pero quiero verte, tenerte cerca aunque sea solo cómo los amigos que siempre hemos sido y por favor, nunca olvides que Te amo y nunca amaré a nadie cómo te amo a ti.”

Mis lágrimas volvieron a caer, mojando aquel papel, pero era una mezcla de dolor y felicidad, dolor por haber huido sin disculparme y volver y saber que ya no te encontrabas en este mundo y felicidad de saber que sentía exactamente lo mismo que yo.


Nos quedamos todos en silencio viendo como finas lágrimas mojaban el rostro de mi padre, nos sentíamos tristes de escuchar aquella historia.

- Sabía que su esposa había quedado embarazada, pero se fue lejos y no supe nada más de ella, hasta que llegó Kei contigo ese día a mi oficina, en ese momento supe que eras su nieto y fue como verlo nuevamente en vida – dijo limpiándose las lágrimas con un pañuelo – y aunque Kei no lleve mi sangre, en ustedes veo realizado el amor que Daichi y yo nos tuvimos – dijo ahora sonriente -.

- Me alegra mucho que alguien cómo tú amara tanto a mi abuelo, mi abuela no solía hablar mucho de él.

- Un día de estos seguiremos hablando de él, ahora si todos a comer – y sin más trajeron la comida y entre anécdotas y sonrisas continuamos con aquella cena. Al finalizar la cena nos despedimos de todos, subiendo junto con Daiki al auto.

- ¿Adónde vamos? – preguntó Dai-chan -.

- Lo sabrás cuando lleguemos – el auto comenzó a moverse, mientras que yo comenzaba a darle dulces besos a mi novio -.


CONTINUARÁ…

16 jun 2013

Amor de verano

Hola a todas esto es algo que escribí para un concurso, espero que les guste :)
la siguiente semana publicaré el capi 13 de "Seduciendo a mi profesor" y un Oneshot por el cumple de Inoo >w< solo esperen :) y muchas gracias


Tema: Amor de verano
Extensión: Drabble
Parejas: La que quieran
Autora: Akari-chan


“Te amo” fue lo que dije la última vez que nos vimos, luego de habernos entregado a la pasión aquella noche de verano, nos habíamos conocido hace muy poco, pero lo que sentía por él iba más allá de una atracción, quería compartir el resto de mi vida con aquella persona, pero así como llegó fugazmente a mi vida, también se fue sin despedirse siquiera.

Ahora luego de un año, me encuentro nuevamente aquí, en el mismo lugar en donde nuestras miradas se encontraron y se dio inicio a un bello romance, nunca pude olvidar las sonrisas, las caricias, los besos y cada hermoso recuerdo que creamos juntos y aún hoy vuelvo con la esperanza de volverlo a ver y no dejarlo ir nunca.

Me senté sobre la fina arena, viendo como el sol poco a poco se ocultaba en el mar, era una vista realmente hermosa y aunque me causaba mucha paz, también por dentro sufría por no tenerle en estos momentos a mi lado; pasaron los minutos y ni rastro de él por ningún lugar, ni siquiera tenía su número telefónico y tampoco su correo electrónico, sabía que era una estupidez esperar a alguien con quién no había quedado para encontrarnos, pero mi corazón me decía que lo hiciera, que lo esperara y eso fue lo que hice.

De repente sentí como mis ojos lentamente comenzaban a cerrarse y sin oponerme a ello, me recosté sobre la arena y dejé que los brazos de Morfeo me abrazaran y me llevaran de ahí mismo al reino de los sueños.

No supe cuanto tiempo pasó y ya comenzaba a sentir el frío de la noche, pero no me importaba, me quedaría allí el tiempo que fuera necesario, me quedé ahí acostado y con los ojos aún cerrados, dejándome envolver nuevamente por el sueño, pero algo me detuvo, cierto peso sobre mi cuerpo y un suave roce sobre mis labios, que conocía muy bien se apoderó de ellos convirtiéndose en un dulce y anhelante beso, no hubo necesidad de que abriera los ojos ya que sabía perfectamente de quién se trataba, no olvidaría ese calor ni por que pasaran mil años.

Me dejé llevar, disfrutando de ese momento que había esperado por mucho, volviéndome a entregar a aquella pasión que tanto deseaba volver a sentir, volviéndonos nuevamente uno sobre aquella arena, teniendo como testigos de nuestro amor a la luna y las estrellas que alumbraban este solitario y hermoso lugar; no eran necesarias las palabras ya que con cada beso y caricia respondíamos todas nuestras preguntas. El momento del clímax llegó y con ello un suave “Te amo” salió de sus labios, definitivamente no volvería a dejar que esta persona se alejara de mi vida.



7 jun 2013

~Seduciendo a mi profesor~

Hola a Tod@s
Les traigo el capítulo 12 de este hermoso fic, que sé muy bien que lo han estado esperando con ansias :D
Va super dedicado a Mabe-chan y espero que sea de su agrado :D
Que lo disfruten >w<



Tema: ~Seduciendo a mi profesor~
Extensión: Serial
Parejas: Takachii/Inoodai/Yamajima
Autora: Akari-chan


Capítulo 12

Por fin había terminado la jornada escolar, de cierta manera me sentía frustrado por lo que había pasado ese día con mi niño, me ignoró por completo y eso me hacía enojar, sabía muy bien que no debería de estarlo, pero el solo pensar en verlo con otro me hacía hervir la sangre. Llegué a mi oficina, tomé mis cosas y salí nuevamente, necesitaba irme a casa, estar ahí me hacía sentir mal; caminé rápidamente, para así salir lo más pronto posible, pero no estaba de suerte ese día ya que lo vi tomándose del brazo de al parecer uno de mis alumnos de otra clase, si no estaba mal era Nakajima-kun, mi furia incrementaba pero no quise armar escándalo, así que sin más me fui con un gran tormento en mi cabeza.


- ¡Yuri! – escuché a Yuto, así que volteé para verlo -.

- Hola Yuto – sonreí, tomándome de su brazo, cuando estábamos juntos siempre acostumbraba a hacerlo -.

- Yuri, necesito hablar contigo urgentemente – me decía desesperado, ya sospechaba a que venía -.

- Ahora no puedo Yuto, tengo que hacer algunos deberes que tengo, pero estaré libre el domingo, si quieres podemos salir y hablamos tranquilamente.

- Eso estaría bien – sonrío -.

- Entonces nos vemos el domingo – dije para después subirme en el auto – hasta luego – dije finalmente, viendo cómo se despedía, me sentía muy mal por él, pero tenía que hacer que se responsabilizara de sus actos -.


Me encontraba realmente nervioso, ya casi se acercaba la hora de que mi novio viniera a recogerme, mi madre estaba en casa y al decirle que saldría esa noche con Inoo sensei, ella muy animadamente me ayudó a escoger la ropa que debía de ponerme y también arregló mi cabello, a veces se me hacía extraño que se comportara así, pero de cierto modo me alegraba mucho.

- Yo abro – dije apenas sonó el timbre de la casa, seguido por mi madre -.

- Buenas noches Arioka-kun y Señora Arioka – dijo con su hermosa voz mientras sonreía -.

- Me da mucho gusto verlo Inoo sensei ¿te gustaría pasar un momento? – dijo mi madre -.

- Me encantaría mucho, igual todavía falta para que empiece la película, así que puedo quedarme un rato – dijo de una vez entrando, era la primera vez que entraba a mi casa y eso me hacía sentir feliz y a la vez nervioso -.

- Por aquí es – dijo mi madre señalando el sillón de la sala, para seguidamente, Inoo-san y yo sentarnos sobre este, mientras que ella iba a la cocina -.

- Te ves nervioso, ¿sucede algo? – preguntó, mirándome preocupado -.

- No es nada – sonreí – es que es la primera vez que entras a mi casa y eso me hace sentirme así.

- Es verdad, es muy acogedora – sonrió al mismo tiempo que tomaba mi mano – pero estar entre tus brazos es más acogedor – me sonrojé por lo que dijo, lo hubiera besado de no ser porque mi madre estaba en casa -.

- Traes la pulsera que te regalé – dije al notarla en su muñeca -.

- Siempre la traigo, cada que la veo me hace pensar en ti, aunque todo el tiempo pienso en ti – dijo con una sonrisa burlona -.

- Espero que te guste el Té, Inoo sensei – dijo mi madre apenas salió de la cocina, él y yo nos soltamos rápidamente de las manos, al parecer no lo había notado, así que puso el Té sobre la mesita del centro junto con unas galletas -.

- Me encanta – tomando una de las tazas y dándole un pequeño sorbo – está delicioso – sonrió, tomando otro sorbo -.

- Y pruebe las galletas, las hizo Daiki, a él le quedan riquísimas – dijo mi madre acercándole la bandeja en donde estaban las galletas, él tomó una de estas, le dio una mordida y puso una cara de felicidad que me hizo alegrar mucho, le habían encantado -.

- No sabía que Arioka-kun era tan hábil en la cocina, son las mejores galletas que he probado  – dijo mirándome con ternura -.

- Mi hijo es un excelente cocinero, hijo deberías de llevarle el almuerzo a Inoo sensei, lo harías muy feliz - esas palabras hacían que me avergonzara mucho más –.

- Mamá no digas esas cosas – dije bastante apenado -.

- No te pongas así hijo, yo sé muy bien que tipo de relación tienen ustedes dos – dijo mi madre tranquilamente, tomando de su Té -.

- ¿Lo sabes? – pregunté todavía sorprendido, Inoo-san solo sonreía -.

- Hijo mío, se te nota demasiado lo que sientes por Inoo sensei y a él también se le nota lo mucho que te quiere, es bastante obvio para mi.

- ¿Y te parece bien? – pregunté dudoso -.

- Tu padre y yo estamos totalmente de acuerdo, desde que te tenía en mi vientre siempre había querido que fueras una niña y que cuando crecieras te consiguieras un novio tan guapo y amable como Inoo sensei, y se me cumplió, aunque realmente seas un chico, pero es casi lo mismo – me quedé realmente sorprendido por lo que dijo, Inoo-san me tomó nuevamente de la mano y besó dulcemente mi frente -.

- Cuidaré muy bien de Dai-chan, de eso puedes estar segura, Madre.

- No tienes por que decirlo, sé que lo harás – sonrió mi madre -.

- Me gustaría quedarme a conversar un poco más pero ya se nos hace tarde – dijo de repente Inoo-san, poniéndose de pie sin todavía soltarme de la mano -.

- Claro, ya no los distraeré más – dijo también levantándose - ¿quieres llevar algunas cuantas galletas?

- Por supuesto – sonrió, mientras que mi madre las guardaba en una bonita bolsita, entregándoselas de inmediato -.

- Que les vaya muy bien y no se preocupen por la hora de llegada.

- ¡Mamá! – exclamé avergonzado -.

- Lo traeré apenas termine la película, mañana tenemos una cena importante en nuestra mansión y no quiero que vaya agotado – no sabía muy bien a que se refería Inoo-san, pero esa picardía en su mirada me hacía temblar un poco -.

Nos despedimos de mi madre, para luego subirnos en el auto, el cual comenzó a arrancar apenas cerramos las puertas de este, ambos nos quedamos en silencio, mientras entrelazábamos nuestras manos, nos quedamos así hasta llegar al cine.

- ¿Y qué película veremos? – pregunté apenas salimos del auto -.

- No lo sé.

- ¿Cómo que no sabes? Si esta tarde me dijiste que había una película que querías ver en especial.

- Cierto, pero para mi la película que elijas será especial, ya que será la primera de muchas que veremos juntos – me dijo para después dedicarme una de sus hermosas sonrisas -.

- Está bien – dije bajito, creo que estaba rojo de la cabeza a los pies por tales palabras, Inoo-san siempre me envolvía con ellas -.

- ¿Y cuál te gustaría ver? – me preguntó apenas entramos al lugar -.

- Veamos las carteleras para saber que hay ´- lo tomé de la mano por unos momentos pero lo solté, eso le extrañó -.


- ¿Qué sucede? – pregunté preocupado -.

- Es que alguien conocido nos podría ver y eso nos traería problemas – dijo con un tono de desilusión, yo solo mire y acaricié sus suaves cabellos – tienes razón, pero cuando seas mayor de edad, nos tomaremos de las manos en cualquier lugar que queramos – Dai-chan me sonrió y yo le devolví la sonrisa, caminamos hacía las carteleras, mirando detenidamente cada expresión de él, mientras escogía la película que veríamos -.

- Esta – dijo de repente señalando una que al parecer era una comedia romántica -.

- Si esa es la que quieres, la veremos – le sonreí, dirigiéndonos hacia la taquilla, compramos las entradas y fuimos a comprar las palomitas de maíz y  dos refrescos, él insistía en pagar su parte pero yo no se lo permití y me causó mucha gracia que me hiciera sus pucheritos, pero ni haciendo eso yo desistía de pagar-.

Entramos a la sala, estaba algo oscura, solo era iluminada por la gran pantalla que ya estaba mostrando los trailers, con la mano que tenía libre tomé la tuya y así caminamos despacio y con cuidado de no caernos llegando por fin a los que eran nuestros asientos, sonreímos y aprovechando la oscuridad del lugar nos besamos, pero tuvimos que interrumpirlo ya que la película estaba iniciando; nos concentramos en verla y como Dai-chan tenía el bote de las palomitas sobre sus piernas, de vez en cuando nuestras manos se rozaban, la película era bastante divertida, pero aún así no dejaba de mirar a mi novio, amaba verlo sonreír y para mi eso era mejor que cualquier otra cosa, en un momento volteó a verme y me besó, con gusto le correspondí, tomando las palomitas y poniéndolas en el asiento del lado, para que no se cayeran.

Dejamos a un lado la película para seguirnos besando apasionadamente, nuestros cuerpos claramente se necesitaban y de cierta forma sentía cómo nuestra calentura iba en aumento, ya que además de besarnos, nos acariciábamos con deseo y desesperación, si hubiéramos estado en un cuarto solos, de seguro y lo desvestía de una buena vez, pero debía de controlar mis impulsos, no era ni el momento ni el lugar para hacerlo mío, pero aún así disfrutaríamos mucho de esos momentos de intimidad. Un suave gemido salió de sus labios, al momento que “accidentalmente” rocé su entrepierna con mi mano, volví a tocar esa parte, acallando sus gemidos con mis labios, notando cómo poco a poco su miembro se endurecía, desabroché hábilmente su pantalón e introduje mi mano por debajo de este y su ropa interior, tocándolo con mayor profundidad, haciendo que sus gemidos fueran más sonoros, había cómo diez personas más dispersadas por todo el lugar, que al parecer ni cuenta se daban de lo que sucedía en nuestro lado.


Inoo-san me tocaba como nunca antes lo había hecho, mientras que yo trataba de ocultar mis gemidos al besarnos, de un momento a otro sus labios se apartaron de los míos, abrí mis ojos y vi que se había arrodillado frente a mi, bajando un poco mis pantalones junto con mi ropa interior.

- ¿Qué haces? – pregunté con voz temblorosa por la excitación -.

- Voy a hacerte sentir muy bien, así que trata de no gemir muy alto – susurró en mi oído, para después introducir mi miembro en su boca, tapé mi boca con mis manos, tenía miedo de que alguien nos descubriera, pero aún  así no podía y no quería que se detuviera, me estaba llevando al cielo. Puse mis manos sobre su cabeza y me mordí el labio inferior, tratando con todas mis fuerzas de callar mis jadeos que suplicaban por salir.


El pene de Daiki era realmente antojable, así que no dudé ni un solo segundo en metérmelo a la boca, eso siempre había deseado hacer desde que lo conocí, saborear aquél líquido pre seminal que salía de este y cómo se endurecía cada vez más a cada succión que le daba. Todo en él me enloquecía y me hacía desearlo más, sentía como sus dedos se enredaban en mis cabellos, cada vez se aferraba más a ellos y así pude intuir que pronto se correría dentro de mi boca, me hacía enormemente feliz que lo disfrutara, así que continué con mis succiones, hasta sentir aquel líquido viscoso recorrer toda mi cavidad, acompañado de un fuerte jadeo que se alcanzó a escapar de sus labios.

- Sabe rico – dije mientras le subía los pantalones y los abrochaba, acerqué mi rostro al suyo y lo volví a besar, sintiendo un extraño sabor metálico, debido a la sangre que salía de sus labios de tanto mordérselos – Lo siento, hice que te lastimaras – dije preocupado -.

- No te preocupes, esto no es nada comparado con el placer que me hiciste sentir hace poco – sonrió y volvimos a besarnos, ahora con más cuidado de no lastimarlo -.

Al acabar la película, nos fuimos sonrojados y tomados de las manos hacía el auto, continuando nuestro juego de besos en él hasta llegar a su casa.

- Vendré por ti a las 5:00pm a recogerte – dije para luego abrazarlo fuertemente -.

- Gracias por lo de hoy – dijo bastante sonrojado -.

- Y habrán muchas más como estas – le sonreí, besando su frente -.

- Te amo Kei-chan – me sorprendí al escuchar cómo me llamó -.

- Dilo de nuevo.

- ¿Te amo? - Dijo divertido -.

- No, lo otro.

- Kei-chan – dijo de manera cantarina -.

- Te amo mucho Dai-chan.

- Y yo a ti, te veré mañana, buenas noches – me dio un fugaz beso y entró rápidamente a su casa, no podía borrar la enorme sonrisa que se dibujaba en mi rostro, Dai-chan había capturado mi corazón -.



CONTINUARÁ…