Hola hola!!!!
¿Cómo están? Espero que muy bien y si no es así les mando un súper fuerte abrazo de oso y espero que éste nuevo capítulo les saque una gran sonrisa 🥰
Primero que todo muchas gracias por su continuo apoyo y amor a mis fanfics, no saben lo mucho que me alegra leer sus comentarios y me animan muchísimo 💕
Casi siempre mis historias las escribo sobre la marcha, puedo tener algunas cosas muy claras pero otras pueden variar y éste va a ser uno de los casos, espero puedan darle mucho amor a éste nuevo personaje que entra a la historia 💕
Gracias nuevamente y nos leemos en Diciembre 💕
Tema: COMPASS ROSE
Extensión: Serial
Parejas: Varias
Autora: Akari-chan
Capítulo 44
*Yuya*
- Su majestad ¿qué le pareció el obsequio al joven Yuri? – Pregunta Takuto segundos después de entrar a mi despacho y reverenciarse, aprovechando el que había llegado temprano para hablar con él.
- Le encantó – respondo con una gran sonrisa, recordando el rostro completamente asustado de mi amado, mientras que yo trataba en lo posible de no delatarme e ir a abrazarlo y confesarle que aquel bello obsequio venía de mi parte – hiciste un buen trabajo, muchas gracias.
- Yo no hice mucho su alteza – sonríe – la flor que usted escogió es muy bella, sólo hice todo tal cual me lo ordenó ¿necesita que haga algo más?
- Sí, por eso te he llamado – digo extendiéndole un papelito – aquí están las indicaciones del siguiente regalo, por favor recuerda mantener el mayor anonimato posible.
- Claro que lo haré su majestad, puede confiar en ello.
- Listo, entonces ya puedes retirarte.
- Que tengas un agradable día su alteza.
- Igualmente – digo viendo a éste reverenciarse antes de salir del despacho, quedando solo en espera de Kei y mi adorable Yuri. Comenzando a preocuparme al notar la hora y Yuri no ha llegado, él siempre es muy puntual.
Después de meditarlo por unos segundos salgo del despacho tremendamente preocupado ¿y si le pasó algo? ¿O si está enfermo? Pregunto para mis adentros, recordando que a la hora del desayuno Hikaru no me había dicho algo al respecto así que podría no ser eso. Y mientras seguía pensando en un montón de escenarios posibles lo encuentro por fin en uno de los pasillos, junto con mi hermano Yuto, sintiendo cierta presión en mi pecho.
- Buenos días – digo interrumpiendo su conversación, sorprendiéndome de hacer tal cosa, ya que no suelo inmiscuirme en conversaciones ajenas.
- Buenos días hermano – responde Yuto con una sonrisa.
- Su majestad, buenos días – dice Yuri también sonriente.
- Que sorpresa encontrarlos por aquí – digo tratando de ocultar mi voz molesta, acercándome un poco más a Yuri.
- Estaba quedando con Yuri de conversar sobre algo importante cuando termine su trabajo – dice Yuto.
- Sí, eso estábamos haciendo – confirma Yuri.
- Entiendo – digo sintiéndome ahora apenado.
- Bueno, entonces así quedamos – dice Yuto – nos vemos más tarde.
- Hasta la tarde – responde Yuri viendo como éste se aleja con prisa - ya iba de camino al despacho ¿necesitabas algo? – Pregunta preocupado, a lo que yo lo tomo suavemente de la cintura y escondiéndonos detrás de un muro lo beso de manera apasionada, sintiendo sus brazos envolver mi cintura – su majestad… Alguien podría vernos… - Dice entre besos, sin intención de alejarme.
- Lo siento, es sólo que me preocupé de que no llegaras – digo avergonzado por comportarme de tal manera ¿será esto a lo que llaman celos? ¿Estaba celoso de la cercanía de mi novio con mi hermano más pequeño?
- ¿Estás celoso? – Pregunta sin titubeo alguno, sonriendo de una manera tan pícara que me hace estremecer por completo, pero al mismo tiempo haciéndome sentir más tranquilo.
- Quizás un poco… - Respondo resignado.
- Yo sólo tengo ojos para ti – dice sin apartar su mirada de la mía, tomando mi rostro con sus suaves manos – los he tenido desde el primer momento en el que te vi – susurra con su rostro enrojecido, sin poder evitar llenar de dulces besos cada rincón de éste – es mejor que vayamos a trabajar – dice apartándome un poco, pero vuelvo a acercar mis labios a los suyos besándolo con la misma intensidad de antes hasta separarnos por la falta de aire, sintiéndome complacido de ver su rostro enrojecido y jadeante.
- Será mejor que vayamos a trabajar – digo al separarnos, dándole un dulce beso en la frente contrastando con la acción anteriormente hecha, tomando nuestro camino de regreso a mi despacho mientras nuestros meñiques están entrelazados.
*Masaki*
Desde que tengo uso de razón mis padres viven constantemente viajando, llevándome con ellos a diferentes lugares, conociendo otros idiomas, gastronomías y culturas, sintiéndome parte del mundo y a la vez de ningún lugar, hasta que cierto día lo conocí a él, encontrando mi lugar al ser rodeado por sus brazos.
- Hijo mío ¿ya estás listo? – Pregunta mi madre asomándose por la puerta de mi habitación, con sus ojos notablemente hinchados quizás de tanto llorar.
- Mamá… - Digo acercándome a ella, dándole un fuerte abrazo al que soy correspondido de la misma manera - ¿por qué lloras? No es que me vaya a ir para siempre.
- Lo siento, es que no puedo asimilar que ya seas un adulto – dice entre sollozos.
- Sólo me iré por unos días, conoceré a mi prometido, pasaré tiempo con él y regresaré a ser el niño consentido de mi querida madre – digo dándole un beso en la mejilla.
- No te apresures por mí, tómate el tiempo para conocer a tu prometido – dice apartándose un poco de mí, para mostrarme una de sus más cálidas sonrisas - ¿cómo te sientes?
- Muy nervioso – río – no sé qué esperar realmente ¿crees que le gustaré?
- Eres hermoso mi niño – dice mientras acaricia mi mejilla – caerá rendido a tus pies cuando te vea.
- Ojalá así sea – suspiro, esperando que sea igualmente para mí - ¿y es guapo?
- No he tenido el honor de verlo actualmente, pero por lo que he escuchado y puedo recordar de cuando era un niño es muy buen mozo – dice con una gran sonrisa - además de que es un caballero real, así que tiene un alto estatus en la sociedad.
- Ya veo…
- ¿Todavía piensas en ese chico? – Pregunta preocupada, pero a la vez comprensiva.
- A veces… - Suspiro profundo – pero ya me hice a la idea de que jamás lo volveré a ver, así que estoy dispuesto a seguir adelante, no puedo estar pensando eternamente en alguien que vi por unos minutos hace dos años.
- Lamento mucho que no hayas podido encontrarlo, me hubiese encantado mucho conocerlo y agradecerle por ayudarte.
- Masaki ¿ya estás listo? – Pregunta mi padre desde afuera de mi habitación – el carruaje ya está esperándote afuera.
- Sí ¡en un momento bajo! – Exclamo, terminando de alistarme con ayuda de mi madre, cerciorándome de que no se me haya quedado algo importante, para después si salir en compañía de ella de mi habitación a la puerta principal de nuestra casa.
- Que tengas un buen viaje hijo – dice mi padre mientras me da un abrazo.
- Gracias papá – sonrío correspondiendo al abrazo – voy a echarlos mucho de menos.
- Nosotros también – dice con algo de tristeza – pórtate bien y si quieres volver antes no dudes en hacerlo.
- Lo tendré en cuenta padre.
- ¿Estás seguro de ir solo? – Pregunta mi madre preocupada - ¿No quisieras que uno de nuestros sirvientes te acompañen?
- No te preocupes, estaré bien - sonrío - sé defenderme muy bien - río divertido, abrazándola por última vez al igual que a mi padre antes de subirme al carruaje, sintiendo una inquietud en el pecho, auto convenciéndome de que lo mejor será olvidarme de ese chico y abrirle las puertas de mi corazón al que será mi prometido y posteriormente mi esposo.
Caminaba con prisa por las solitarias calles de un pueblo, mis padres habían decidido que descansaríamos en éste por ese día para que al día siguiente a primera hora continuáramos con nuestro viaje. Así que desde que llegamos me dispuse a explorar éste, prometiendo que regresaría antes de que anocheciera, pero me distraje viendo una actuación de teatro callejero, que cuando quise darme cuenta ya me había pasado de la hora de regreso.
- Mi madre se va a molestar – susurré sin disminuir la velocidad de mi caminar, viendo a lo lejos a tres hombres de aspecto hostil de pie en una esquina, decidiendo de inmediato cruzar la calle para no toparme de frente con ellos, pero lastimosamente mi estrategia no funcionó.
- ¿Qué hace alguien tan lindo como tú tan solito? – Preguntó uno de ellos mirándome de arriba abajo como si fuese un pedazo de carne, sintiendo un escalofrío recorrer todo mi cuerpo.
- ¿Eres nuevo en el pueblo? No recuerdo haberte visto antes – dijo otro acercándose más de la cuenta, pero mi cuerpo no quería moverse preso del miedo.
- ¿Te ha comido la lengua los ratones? – Preguntó el tercero, llevando su mano a mi rostro, sintiéndome asqueado por su tacto - ¿no te gustaría pasar un buen rato con nosotros?
- No estoy interesado… - Dije apartándome un poco, queriendo escabullirme pero me tenían acorralado.
- Vamos, te va a gustar…
- ¿Acaso no están escuchando que no está interesado? – Dijo una cuarta voz, tumbando a uno de esos hombres de un puñetazo, al mismo tiempo que de una manera casi imperceptible me encontraba ya rodeado entre sus brazos.
- Qué… ¿Quién eres tú? – Preguntó uno de los tipos abalanzándose hacia nosotros siendo esquivado rápidamente, mientras que mi salvador misterioso me cargaba como a una princesa, propinándole una certera patada en su parte baja, haciéndolo caer al suelo junto al otro que se hallaba inconsciente.
- ¿Y tú? ¿No piensas hacer nada? – Dice mirando al otro hombre de una manera que hasta a mí me hizo temblar de miedo, pero también notando que se trataba de un joven muy apuesto.
- Yo mejor me voy – dijo aquel tipo escabulléndose como la rata que era, desapareciendo en la oscuridad de las calles.
- ¿Estás bien? ¿Te hicieron algo? – Preguntó en un tono más suave, observando todo mi cuerpo como si buscara alguna herida, haciéndome sentir nervioso ante su mirada.
- E… Estoy bien… - Respondí con voz temblorosa - ¿Usted también está bien? Esos golpes que les diste se vieron muy fuertes.
- Fue como la picadura de un mosquito para mí – rió divertido - ¿no eres de aquí cierto?- Preguntó con una leve sonrisa, a lo que yo asiento afirmativamente – Apenas cae el sol en éste lugar se vuelve muy peligroso para cualquiera, sobre todo para chicos tan hermosos como tú.
- Y si es tan peligroso ¿qué haces aquí?
- Bueno, si no hubiese estado aquí en estos momentos quién sabe que te hubiesen hecho esos tipos – respondió con seriedad.
- Tienes razón – suspiré - en ese caso, muchas gracias – dije apartando mi mirada de él, sintiendo mi corazón latir con fuerza, aunque no logré determinar en ese momento si era por lo acontecido anteriormente o porque aquel hombre me hacía sentir cosas que jamás había sentido por ningún otro – Pu… ¿Puedes bajarme?- Pregunté notando que todavía me encontraba siendo alzado por sus brazos.
- Cla… Claro, una disculpa – respondió bajándome con suavidad, viendo que somos casi del mismo tamaño - ¿estamos lejos de donde te estás quedando?
- No, de hecho dando la vuelta a ésta calle está el hotel.
- ¿Quieres que te acompañe? No podría dormir ésta noche de pensar que podría pasarte algo – dijo notablemente preocupado, haciendo que me sonroje por tan bellas palabras, pero dudé un poco de si aceptar su propuesta ¿y si se trataba de algún degenerado tratando de que bajara la guardia y violentarme después?- No soy ningún degenerado si es lo que estás pensando.
- ¡No estaba pensando en eso! – Exclamé avergonzado de que pudiese de alguna manera descifrar lo que pensaba – pero si deseas acompañarme no pondré objeción alguna.
- Está bien, así podré estar más tranquilo – dijo sonriente, comenzando a caminar ambos a la misma velocidad, la más lentamente posible, como si tratásemos de extender esos minutos antes de la inminente separación. Llegando más pronto de lo que hubiese querido al hotel en el que me estaba quedando junto a mis padres.
- Aquí es… - Dije al estar ambos frente al hotel – muchas gracias por acompañarme y por lo de hace un rato, me has salvado de algo muy aterrador.
- No es nada – dijo con una linda sonrisa – pero ten más cuidado de ahora en adelante.
- Lo tendré en cuenta – respondí con firmeza, dándole un último vistazo a ese joven antes de entrar al hotel, arrepintiéndome segundos después de no haber preguntado su nombre y cuando quise hacerlo éste ya se había esfumado.
Aquella noche recibí el gran regaño de mi vida de parte de mis padres, que al saber de mi propia boca lo que había ocurrido me prohibieron por varios meses salir solo, así que decidí entrenar por mi cuenta y volverme fuerte para no volver a pasar por algo así.
- ¿Dónde estarás ahora? ¿Pensarás en mí? – Digo mirando el paisaje a través de la ventana, con un dejo de tristeza en mi voz, permitiéndome una vez más pensar en él, antes de que mi corazón y mi cuerpo pertenezcan a otra persona.
*Keito*
- Me pregunto que habrá sido de ese chico – susurro mientras paseo por los campos, sin quitar la vista de encima del príncipe Ryosuke, quién se encuentra plantando zanahorias junto a su amado, el señor Hikaru.
Ésta mañana antes de despertar había soñado de nueva cuenta con aquel chico que salvé en un pueblo alejado de Ichigoland hace más de dos años, de vez en cuando ocurría, en ocasiones reviviendo ese momento y en otras yendo a situaciones un poco más íntimas y el de hoy justamente fue uno de esos subidos de tono.
En ese tiempo me habían dado unos días libres después de una misión que pude concretar con éxito, yendo a aquel pueblo junto con otros compañeros, mezclándonos entre la gente como civiles. Mis amigos habían decidido ir a beber, pero yo preferí devolverme al hostal donde nos hospedábamos, habíamos llegado ese mismo día en la madrugada y pues la verdad ansiaba descansar; siendo mis planes interrumpidos al ver a tres tipos acorralando a un jovencito que claramente se veía asustado ante estos.
Como caballero real mi prioridad es velar por la seguridad de los miembros de la realeza, así que pocas o nulas veces me metía en situaciones que no tuviera que ver con estos, pero simplemente no pude ignorarlo y como si algo me impulsara a hacerlo me acerqué a ellos y tomé al jovencito entre mis brazos, acabando con dos de ellos de un solo golpe a cada uno, mientras el tercero huía como un cobarde.
Ese chico era sin duda precioso, una belleza que podía cautivar a cualquiera y claramente yo no fui la excepción y no podía negar que aún a día de hoy añoraba de alguna forma volverlo a ver y me lamentaba mucho el no haber podido preguntarle siquiera su nombre, porque ni siquiera lo que siento por el príncipe Yuto hace que me olvide enteramente de él.
CONTINUARÁ...

Quién lo hubiera dicho, Masakito bebé y el valiente Keito 😊🥰 estoy ansiosa por saber cómo sale eso, además vamos a tener drama con Yutti y Rihi bebé (???????) cada vez más interesante la cosa jajaja
ResponderEliminarAmo amo amo los momentos robados de Yuyan y Chii 🥰 el rey me tiene totalmente rendida a sus pies 🫣
Falta mucho para diciembre???