Hola hola!!!
¿Cómo están todos? Espero que muy bien y si no es así les mando un súper fuerte abrazo de oso y espero que éste nuevo capítulo les saque una sonrisa 🥰
Primero que todo, lamento mucho el no haber publicado el mes pasado, pero como sabrán, Yuto dejó de manera muy sorpresiva a JUMP y por ende estuve muy mal anímicamente.
Pero ya estoy bien!!!! Desconcertada todavía y aunque hay muchas teorías rondando por ahí, lo único que podemos hacer es apoyarlos en sus nuevos proyectos y pues que sea lo que haya sucedido sólo quedará entre ellos.
Por mi parte mi amor por JUMP incrementa con cada día que pasa y será por siempre y para siempre mi grupo favorito 💕
Muchísimas gracias a todos por la paciencia y el amor a mis fics, no saben lo feliz que me hace leer sus comentarios ❤️
Nos leemos en el siguiente mes 🤭
Tema: COMPASS ROSE
Extensión: Serial
Parejas: Varias
Autora: Akari-chan
Capítulo 42
*Yuya*
Despierto con una gran alegría recorriendo todo mi cuerpo, convenciéndome de nueva cuenta de que lo ocurrido la noche anterior no había sido sólo uno más de mis sueños, sino todo lo contrario, fue tan real que todavía puedo sentir el roce de sus labios sobre los míos, el tacto de sus manos sobre mi cuerpo y sus ojos expresando deseo por mí, pidiéndome que lo tomara aquí mismo en mis aposentos, tan lindo y tan dispuesto a entregarse…
- ¡No es hora de pensar en eso! – Exclamo levantándome rápidamente de mi cama, tratando de disipar esos pensamientos impuros de mi cabeza – no es correcto hacerlo y menos si no estamos casados – digo yendo con prisa hacia el cuarto de baño, dejando que el agua fría me baje un poco la calentura…
Después de estar completamente limpio y con mi fuego interior en calma, me visto con una de mis mejores prendas, rociándome con uno de mis perfumes favoritos y del cual ahora que lo pienso, siempre que me lo aplicaba Yuri se la pasaba más cerca de mí durante el día, más de lo que se podría considerar normal en una relación de trabajo; pensando nuevamente en lo idiota que había sido por no darme cuenta de sus sentimientos con anterioridad.
- ¡Siga! – Exclamo segundos después de escuchar unos leves toques en la puerta desde afuera de mi habitación.
- Su majestad, buenos días – dice entrando con cautela uno de mis caballeros más leales, Takuto, reverenciándose ante mí.
- Buenos días Takuto – respondo indicándole que cierre la puerta.
- ¿En qué puedo servirle su alteza? – Pregunta amablemente, atento a cualquier petición que pueda hacerle.
- Sí, esto… – Respondo tratando de ocultar lo emocionado y nervioso que estoy – es una tarea muy muy importante la que quiero asignarte.
- En ese caso soy todo oídos su majestad – sonríe.
- Muy bien – suspiro profundamente antes de continuar – si he decidido darte éste trabajo es porque confío en que eres una persona honesta y discreta.
- Me halaga profundamente escuchar esto de su parte, su alteza – dice conmovido por mis palabras.
- Por eso espero y deseo que esto que voy a encomendarte no vaya a parar a oídos de otras personas – digo con seriedad, no quiero que esto pueda divulgarse, no por ahora.
- Puede confiar en ello su majestad, mis labios estarán sellados.
- También te pediré que trates de ir de incógnito, que nadie sepa que eres un caballero real o que siquiera vienes de éste castillo.
- Como ordene su alteza, seré lo más discreto posible.
- Teniendo eso claro, esto es lo que necesito que hagas.
Luego de encomendarle aquella misión tan importante a mi caballero, me dirijo hacia la sala del comedor, con la esperanza de encontrarme con mi adorado Yuri ya en ésta, encontrándolo efectivamente, pero con el agregado de que se encuentra desayunando junto a sus padres, el príncipe Ryosuke, el pequeño ya no tan pequeño Ryutaro y su amigo Rihito.
- Buenos días – digo entrando con naturalidad.
- Buenos días su majestad – dicen todos los presentes al unísono, levantándose por unos momentos de sus sillas para reverenciarse, siendo Yuri quién recibe toda mi atención, sonriéndome al sentirse observado por mí; deseando con todas mis fuerzas ir a su lado para abrazarlo y besarlo, pero de sólo ver a sus padres me contengo, así que me dirijo a mi silla habitual, feliz de que Yuri se ha sentado en la que está ubicada al lado derecho de la mía.
- ¿Pasaste una buena noche su majestad? – Pregunta Hikaru – te ves muy contento.
- Sí, fue una noche bastante agradable – digo mirando de reojo a Yuri quién tiene su rostro levemente sonrojado, luchando internamente con las incontrolables ganas de besar sus mejillas - ¿Y piensan salir a algún lado? – Pregunto tratando de desviar el tema – es que no es común verlos tan temprano.
- La verdad es que a quién no es tan común ver tan temprano es a usted su majestad – dice Kota mirándome con curiosidad.
- Oh ¿en serio? – Río nerviosamente, dándome cuenta de que tiene razón.
- Es que me desperté muy motivado para trabajar – digo volviendo mi mirada a Yuri quién me sonríe tan dulcemente.
- Me alegra escuchar eso su alteza – dice Kei entrando junto con mi hermano Daiki - porque hoy tenemos mucho trabajo por hacer – dice sentándose en su silla habitual seguido de éste.
- Que bien, me alegra que te alegre.
- No te preocupes su majestad, como siempre estaré ahí para ayudarle – dice Yuri haciendo que mi corazón se acelere, queriendo tomar su mano y sujetarla con fuerza…
- Buenos días – dice Yuto entrando de repente, con su apariencia todavía somnolienta.
- Buenos días – respondemos todos, recibiendo mi desayuno junto con el de los recién llegados.
- Bueno, y respondiendo a su pregunta de hace unos minutos su majestad – dice Kota volviendo a tomar la palabra – después del desayuno pienso salir con Ryutaro y Rihito al pueblo para que pueda conocerlo.
- ¿Puedo ir también? – Pregunta Yuto ahora sí más despierto que hace unos segundos.
- Por supuesto príncipe, estaremos encantados de contar con su agradable compañía – dice Kota con una sonrisa - ¿te parece bien Ryutaro?
- Sí, claro que sí, entre más seamos será mucho más divertido.
- ¿Te gustaría venir con nosotros hijo? – Pregunta Kota sonriente a Yuri, sintiéndome un poco preocupado de que aceptase, aunque no debería de estarlo, él es su padre de todos modos.
- No creo que vaya a aceptar – responde Yuto en voz baja, pero lo suficientemente alta para que todos en la mesa podamos escucharlo, creándose cierta tensión…
- Muchas gracias padre – responde Yuri con una sonrisa – pero prefiero quedarme trabajando con el rey – dice mientras dirige su mirada hacía mí - quizás otro día si lo prefieres podemos salir a algún lado.
- Está bien – responde también sonriente – pero que no pase demasiado tiempo, hace mucho que no salimos los dos.
- Te prometo que será pronto – sonríe nuevamente.
- ¿Y tú Hikaru? ¿Vas a ir a los campos? – Pregunto, desviando el tema totalmente.
- Sí, iré en compañía del príncipe Ryosuke – dice sonriente – estaremos todo el día allá, así que esperamos estar de vuelta ante de que anochezca.
- Es bueno saber que el príncipe Ryosuke está muy interesado y comprometido con las cosas de éste reino.
- No voy a negar que extraño el mío, pero aquí realmente me siento muy a gusto – sonríe – los siento como una segunda familia.
- Espero que pronto seas realmente parte de ésta.
- Eso también espero su majestad.
Y así, la hora del desayuno transcurrió entre risas y demás conversaciones triviales, sintiéndome realmente feliz de compartir de un momento tan agradable con todos los residentes del castillo, sobre todo porque son pocas las veces en las que podemos reunirnos todos para algo tan sencillo como esto. Después de terminar nos despedimos, tomando cada grupito su propio camino.
- Creo que olvidé algo en mi habitación – dice Kei de repente mientras caminábamos hacía mi despacho junto con Yuri – ya en un momento regreso – dice yendo rápidamente al lugar antes mencionado.
- Es nuestra oportunidad – digo en un susurro el cual Yuri no alcanzó a escuchar, tomando firmemente una de sus manos, halándolo rápidamente hasta mi despacho, en el cual al estar ya dentro y cerrar la puerta lo abrazo con fuerza, disfrutando del calor de su cuerpo que moría por tener nuevamente en mis brazos – te extrañé tanto…
- Yo también… Yuya… - Susurra correspondiendo al abrazo con la misma intensidad, disfrutando de la cercanía del otro de una manera que no creía posible – estás muy guapo hoy.
- No más que tú – Sonrío besando su frente, disfrutando del aroma floral de su cabello, continuando abrazados, como si quisiera reponer con esto todo el tiempo perdido, sin tener realmente plena consciencia del tiempo que estuvimos así de juntos, hasta que llegó Kei, quién gracias a Dios siempre toca la puerta antes de entrar, haciéndonos apartar rápidamente.
- ¡Adelante! – Exclamo al estar ya en mi escritorio, mientras que Yuri finge buscar algún libro en la estantería.
- Siento un poco la demora – dice apenado, llegando con unos documentos en sus manos.
- No te preocupes, todavía estamos justo a tiempo para comenzar… - Me levanto rápidamente al ver que Kei se tambalea un poco, siendo sostenido por Yuri que se encontraba más cerca.
- ¿Estás bien Señor Kei? – Pregunta Yuri preocupado.
- Sí, es sólo que sentí un ligero mareo, creo que no tengo buena condición física – ríe apenado.
- ¿Deseas que mi padre te revise cuando vuelva?
- No, no es necesario – dice sonriente.
- ¿Estás seguro? – Pregunto.
- Sí, no se preocupen es sólo que vine con mucha prisa.
- Está bien, pero si vuelves a sentirte mal por favor no dudes en hablar con Hikaru.
- Eso haré su alteza – dice haciendo una leve reverencia, iniciando por fin con nuestro trabajo habitual, esperando con ansias la noche para así poder estar a solas con mi adorado Yuri.
*Ryosuke*
- ¿Dónde está Keito? – Pregunta Hikaru mientras esperamos a que carguen el carruaje con algunos materiales que quiere llevar a los campos.
- Dijo muy temprano que debía de hacer algo en el pueblo… - Digo pensativo – al parecer llegó una carta de su padre, pero no me quiso decir qué ocurrió.
- Ya veo… También llegó una de tu hermana la reina ¿cierto?
- Sí… - Suspiro.
- ¿Y cómo va su embarazo?
- Va muy bien, ya está pronto a terminar el segundo trimestre de su embarazo – sonrío – estoy pensando en ir a visitarla después de que dé a luz.
- Se alegrará mucho de verte después de tanto tiempo.
- Yo también ansío verla, aunque todavía está esperanzada en que haya algún avance en lo de mi supuesto compromiso…
- ¿No le has insinuado algo en cartas?
- No creo que sea algo que deba comunicarlo de tal manera, así que aprovecharé mi regreso al reino para hablar con ella y comentarle lo nuestro – digo con una sonrisa, deseando tomar su mano, pero me abstengo de hacerlo porque hay muchas personas alrededor.
- ¿Quieres que te acompañe?
- Me encantaría, pero prefiero hacerlo solo - digo un poco nervioso, no quisiera que Hikaru se enfrentara a la ira de mi hermana.
- Si no quieres está bien, pero si llegas a cambiar de opinión estaré más que encantado de poder acompañarte – sonríe con dulzura, aguantándome las ganas de querer llenar su carita de besitos.
- Lo tendré en consideración – digo devolviéndole una sonrisa.
- Mi Señor, ya está todo listo para irnos – dice de repente uno de los caballeros, interrumpiendo nuestra conversación.
- En un segundo vamos – dice Hikaru – hoy también nos espera un día largo de trabajo ¿estás listo?
- Más que listo – sonrío ampliamente, caminando ambos hacía el carruaje que nos está esperando.
*Rihito*
Llegamos al pueblo en poco tiempo, maravillado de poder ver más de cerca lo que había podido notar escasamente el día anterior mientras estaba subido en el carruaje, sintiéndome feliz de ver a mi amigo tan feliz, caminando sujeto al brazo de su prometido.
- ¿No crees que se ven muy lindos juntos? – Pregunto en voz baja a mi acompañante, que durante todo el trayecto ha estado en silencio, nada que ver con el apuesto y animado príncipe que había conocido.
- Sí, hacen una linda pareja… – responde brevemente, viendo como la parejita de delante se detiene, seguido de nosotros.
- Ryutaro quiere comprar algo en ésta tienda – Dice el señor Kota señalando lo que parece una tienda de antigüedades - ¿desean acompañarnos?
- Gracias, pero prefiero quedarme aquí – responde el príncipe, poco interesado en el lugar.
- ¿Y tú? ¿Rihito?
- Deseo acompañar al príncipe aquí afuera – respondo rápidamente, mirando de reojo a éste que me mira con un gesto de sorpresa.
- Está bien – dice Ryutaro.
- Prometemos no demorar demasiado – dice el Señor Kota – aunque si gustan pueden esperarnos en la cafetería que hay aquí al lado.
- Me parece muy buena idea – respondo con una sonrisa, tomando de la mano al príncipe para encaminarnos a dicho lugar y esperar a nuestros acompañantes.
- Rihito, pero si viniste a conocer…
- ¿Te sucede algo? – Pregunto preocupado – no es que quiera ser entrometido, pero has estado actuando extraño desde que salimos del castillo, durante el desayuno más específicamente.
- No me pasa nada – dice desviando la mirada.
- ¿Te molestó que Yuri no viniera con nosotros?
- Cómo…
- Sólo lo deduje por como reaccionaste, por el simple hecho de cómo sabías que su respuesta iba a ser negativa.
- Es algo predecible viniendo de Yuri – ríe nervioso, hallándose descubierto.
- ¿Pero por qué te molesta si para ti es tan predecible? – Pregunto muy serio, curioso por saber su respuesta, notando cómo sus ojos se abren anonadados, pensando que quizás me estoy metiendo en cosas que no me incumben – siento mucho si te he incomodado – digo rápidamente – si no deseas hablarlo…
- No, no, está bien – sonríe, pero ésta vez con alivio – no pensé que fueras tan observador.
- Lo soy cuando algo o alguien me interesa mucho – digo para después sentirme como un idiota por decir tal barbaridad a alguien con quién apenas llevo un día de conocer.
- ¿Entonces te intereso? – Pregunta sonriente, como si de un momento a otro los papeles se hubiesen intercambiado.
- Me pareces alguien muy agradable – digo tomando un sorbo del té que había pedido con anterioridad – así que me pareció extraño verte actuar de esa manera.
- La verdad es que sí me molesta – dice cambiando su semblante a uno más serio - pensé que ya estaba bien con eso…
- ¿Te gusta? – Pregunto, notando un leve sonrojo en sus mejillas, sintiendo una leve presión en mi pecho.
- No sabría decirlo… - Susurra, intensificándose un poco más el sonrojo en sus mejillas.
- ¿Y se lo has dicho?
- No… Nunca he pensado en hacerlo – suspira pesadamente – no creo que haya caso en hacerlo de todos modos.
- ¿Por qué? ¿Piensas que va a rechazarte?
- Eso es lo más seguro – ríe amargamente.
- Ya veo… – digo desviando la mirada hacia otro lado, lamentando el hecho de que la conversación se tornara un poco incómoda.
- ¿Piensas que debería hacerlo? – Pregunta luego de varios segundos en silencio, notándose pensativo.
- ¿Cómo una manera de cerrar el círculo?
- Puede ser…- Suspira – pienso que si no lo hago, que si no escucho el rechazo proviniendo de sus labios, seguiré aferrándome a algo que sé que nunca podrá ser.
- Te aconsejo que hagas lo que sientas que te hará sentir mejor – digo sonriendo amablemente, recibiendo también una sonrisa de su parte.
*Yuri*
Al cerrar la puerta de mi habitación, me tumbo sobre la cama completamente agotado. Tal y cómo lo había dicho el Señor Kei, hoy nos esperaba un día largo y cansado de trabajo, teniendo apenas tiempo para almorzar, pero aún con todo eso en contra no pude evitar aprovechar cada oportunidad que tuviera de acercarme al Rey, de acariciar alguna de sus manos u cualquier otra parte del cuerpo que pudiese estar a mi alcance, como sus hombros, espalda y de vez en cuando una de sus piernas, disfrutando de notar el cómo temblaba por mi tacto, mientras luchaba contra las inmensas ganas de besarlo, pero no hubo ni un solo momento en el que pudiésemos estar a solas para llevarlo a cabo, así que tuve que conformarme con percibir el delicioso aroma de ese perfume que tanto me encanta.
- ¿Se habrá dado cuenta de lo mucho que me gusta? – Pregunto a mis cuatro paredes, con una gran sonrisa adornando mi rostro, recordando lo ocurrido la noche anterior, en la que su majestad confesó que tenía sentimientos por mí, algo que hasta ese momento yo lo creía tan lejano e improbable, pero para sorpresa y alegría mía ese sentir era recíproco, pero también no dejo de pensar en el cómo me envolvía en sus brazos con fuerza y esa manera tan inocente y torpe de besarme.
Me levanto de un salto al ver que casi era hora de mi clase con el Rey ¿en verdad me había quedado divagando por tanto tiempo? Me alisto lo más rápidamente posible, bajando hacía la cocina y comer algo con prisa porque ni tiempo me daba para cenar, recibiendo un regaño de la Señora Hitomi, pero sin tomarle importancia alguna me dirijo hacia el despacho del rey, dando un par de golpes a la puerta, recibiendo un “adelante” de su parte y cómo si nada más me importara, después de cerrar la puerta con seguro, me dirijo a sus brazos, siendo recibido con entusiasmo, pudiendo sentir el latir de su corazón tan frenético como el mío, tomando su rostro entre mis manos para besarlo por fin, siendo correspondido con la misma intensidad.
Uy uy uy uyyyyy SE VIENEEEE SE VIENEEEEEE Y YO ME MUERO DE AMOORRRR CON DAIKI Y KEI
ResponderEliminarQué pasará con Yutti y Rihito?? Me dejaste picando jajajaja igual que con Ryosuke y Hika bebé, necesito saber el chisme YAAAA
Amo, repito, AMO al rey y a su lindo ayudante, tanto que todos los capítulos se me hacen cortísimos por lo mucho que me enganchan
FALTA MUCHO PARA OCTUBRE????