Hola hola!!!!!
¿Cómo están todos? espero que muy bien y si no es así les mando un super fuerte abrazo de oso y espero que éste nuevo capítulo les saque una gran sonrisa.
Ésta vez si hago la entrada rapidita porque tengo que irme a trabajar jajajaja
Muchas gracias a todos por sus lindos comentarios y apoyo a éste Fanfic, nos leemos en el siguiente mes.
Capítulo 41
*Yuya*
Desde
hace un tiempo para acá tengo el mismo sueño…
Un
sueño tan vívido, casi tan real que me hace avergonzar de los deseos tan
impuros que desconocía que se albergaban en mi corazón. Pero al mismo tiempo no
puedo negar que lo disfruto, que disfruto de una manera inexplicable cada vez
que en estos tengo a Yuri entre mis brazos.
Abro los ojos lentamente luego de escuchar unos leves
sonidos provenir de alguna parte, como voces, una dulce voz que poco a poco se
me hacía más dulce y demasiado conocida para mis sentidos; sonriendo
ampliamente al encontrarme con el protagonista de mis sueños a un lado de mi
cama.
- ¿Yuri? – Pregunto después de agarrar firme y dulcemente
la mano de éste, en un intento de cerciorarme que ya no estaba soñando y que el
chico a mi lado era el verdadero.
- Su majestad, es mejor que descanses – dice con voz
temblorosa, nervioso, como alguien que está siendo descubierto en medio de una fechoría
- su cena está sobre el escritorio, me preocupé un poco al saber que no habías
bajado a comer y…
- Discúlpame por hacerte preocupar – digo sonriente,
afianzando un poco más el agarre de mi mano sobre la suya, deseando desde lo
más profundo de mi ser mantenerlo a mi lado.
- No, no tienes por qué disculparte su majestad yo… - Y
haciendo caso a mis crecientes deseos interrumpo su hablar para atraerlo a mi
cama, a mi cuerpo, rodeando su cintura con mis brazos, aferrándome a él,
sintiendo un calor agradable al contacto de sus manos sobre mi pecho.
- ¿Qué me has hecho Yuri? – Pregunto mirándolo con
curiosidad, tratando de descifrar a través de sus ojos el porqué de todos estos
sentimientos que comienzan a emerger.
- ¿Hacer qué? – Pregunta en casi un susurro, sin apartar
su mirada de la mía, sintiendo su cuerpo temblar un poco, como si fuera un
animalito indefenso al frente de un posible depredador.
- Lo que estoy sintiendo ahora… - Digo también en un
susurro, apoyando mi frente sobre la suya.
- ¿Qué estabas soñando? – Pregunta de repente, haciendo
que me aparte un poco, completamente apenado.
- No creo que quieras saberlo – digo agradeciendo que
estuviese un poco oscuro en mi habitación para que Yuri no pueda ver el muy
notable sonrojo que posiblemente adorna mi rostro.
- ¿Era algo vergonzoso? – Pregunta curioso, como con
cierta inocencia, haciéndome sentir un poco peor de lo que ya estaba, como un
degenerado.
- La verdad no sé cómo decirlo – digo avergonzado – pero
estabas ahí y cuando desperté y te vi tan cerca pensé por un momento que seguía
soñando – sonrío – aunque pienso que esto se siente mucho mejor que un sueño,
excepto por… - me detengo, pensando en si será correcto dejar que mis palabras
fluyan con naturalidad
- ¿Excepto por?
- No sé si deba decirlo, no creo que deba aprovecharme –
susurro preocupado, temeroso, no quiero aprovecharme de mi posición como Rey
para obligarlo a hacer algo que quizás no desee, ablandando sólo un poco el
agarre de su cintura entre mis brazos ¿sería correcto llevar a cabo lo que
cruza por mi mente?
- ¿Y si te doy el permiso de hacerlo? – Pregunta con
decisión en su mirada, llevando la mía a sus hermosos labios entre abiertos,
tan rosas, sintiéndome hipnotizado por ellos, como si me llamasen a probarlos…
Y eso es lo que definitivamente hago, un fugaz y dulce beso que me estremece
por completo.
- Lo siento mucho yo… - Digo avergonzado de lo que acabo
de hacer ¿Y si no era esto lo que Yuri esperaba? ¿Va a odiarme ahora? ¿He
malinterpretado todo? Pregunto todavía para mis adentros, queriendo apartarme,
pero como una respuesta a todas las preguntas que fluyen como ríos en mi
cabeza, Yuri toma mi rostro con una dulzura que hace que todo el caos en mi
interior se disipe, volviendo a unir nuestros labios de manera torpe y
desordenada, pero se siente tan bien.
- Lo amo su majestad…
- Yo también te amo – digo sonriendo con amplitud al
darle por fin un nombre a todo esto que siento, volviendo a fundirme en sus
labios, disfrutando de sus caricias sobre mi pecho desnudo, llevando mis manos
a sus piernas, acariciándolas por encima de la ropa, dejándonos llevar quizás
demasiado…
- Su majestad… – Murmura Yuri, apartándose por completo
de mi lado, acostándose boca arriba sobre mi cama, abriendo sus piernas
mientras hace una seña para que yo pueda acomodarme en medio de ellas,
volviendo a besarnos con desesperación, sintiendo cómo ahora acaricia mi
espalda, haciendo que nuestros cuerpos estén mucho más cerca el uno del otro,
obedeciendo cada sutil petición que me hace, cambiando de posición luego de un
largo rato besándonos, con Yuri ahora sobre mí, provocando una deliciosa
fricción entre nuestros miembros casi a punto de despertar, comenzando a
quitarse lentamente los primeros botones de su camisa…
- Será mejor que lo dejemos así – digo sentándome con
dificultad aún con Yuri sobre mí, ante su mirada confundida.
- ¿Hice algo mal? – Pregunta con preocupación.
- No, no – sonrío, dándole dulces besos sobre su rostro –
claro que no.
- ¿Entonces por qué? – Dice haciendo un puchero mientras
rodea mi cuello con sus brazos.
- Porque considero que estamos yendo muy rápido y no creo
que sea correcto.
- Yo no lo veo así – dice dándome un corto beso en la
mejilla, pasando nuevamente sus manos por mi pecho – no tengo problema con
entregarme a su majestad si así lo desea…
- Yuri…- Suspiro tomando una sábana para cubrir la
desnudez de mi pecho volviendo a enredar mis brazos alrededor de su cintura –
es la primera vez que me siento así por alguien y la verdad estoy muy abrumado,
son muchas cosas que procesar – río avergonzado por cómo me estoy comportando
después de que hace unos instantes estábamos casi que devorándonos a besos,
pero Yuri es alguien muy especial, no quiero que piense que lo único que deseo
de él es eso.
- Siento mucho si he hecho que se sienta así – ríe apenado,
retirándose de mi regazo, abotonando nuevamente los botones que había alcanzado
a soltar – por favor no vayas a pensar que soy un indecente.
- No pienso nada de eso – sonrío - aquí el único indecente
soy yo, fui el primero en arrastrarte a mi cama – digo acariciando suavemente
su mejilla derecha – y te besé – digo uniendo nuevamente nuestros labios en un
casto beso – sonriendo como tontos al separarnos – creo que deberíamos comenzar
a estudiar.
- No quiero… – Dice haciendo un pucherito.
- Pero quedamos en que íbamos a estudiar el idioma de
Cottonland – río divertido al ver su expresión, besando su frente y bajándome
de la cama para buscar una nueva camisa y ponérmela.
- Está bien – murmura resignado, bajando de la cama
también – pero primero hay que cenar su majestad – dice mirando hacia donde
está la cena que había traído para mí – no es bueno estudiar con el estómago
vacío.
- Tienes razón – sonrío - primero a cenar y luego si a
estudiar – digo acercándome al escritorio en dónde mi adorado había dejado la
bandeja con la comida, comenzando a comer, disfrutando de ésta en su compañía.
*Yuri*
Luego de acompañarlo mientras cenaba nos dirigimos
nuevamente hacía el despacho, en dónde habíamos acordado que se llevarían a
cabo nuestras clases impartidas por él mismo, iniciando de inmediato con ésta al
estar allí ya que habíamos iniciado un poco más tarde de lo establecido, dudando
un poco en si podré concentrarme plenamente después de nuestra reciente confesión.
- ¿Desde cuándo? – Pregunta de repente, recibiendo una
mirada confusa de mi parte.
- ¿Qué cosa?
- ¿Desde cuándo sientes esto por mí? – Pregunta con
seriedad, pero también un tanto ansioso por saber lo que tengo que decir.
- Desde el primer momento en que lo vi – río acordándome
como si hubiese sido ayer tal primer encuentro, dejándome embelesar por el gran
aura de grandeza que pude percibir aquella vez y que aún a día de hoy me es muy
perceptible – bueno, era un niño en ese entonces así que quizás no pueda
considerar eso como amor – sonrío - era más como un sentimiento de admiración,
pero a medida que iba creciendo, al igual lo hacían mis sentimientos hacia usted
y supe que lo que quería era estar a su lado, no como un simple asistente o el
niño que fue gentilmente recibido en el castillo, sino como algo más.
- ¿Por eso decidiste ayudarme en el despacho desde tan
pequeño? – Pregunta curioso, pero con una dulce sonrisa que hace que me derrita
a cada instante.
- No creas que es sólo por eso – sonrío – en verdad lo
hago porque estoy muy agradecido con todo lo que he recibido de éste reino y de
alguna manera he querido contribuir – digo tomando suavemente su mano,
entrelazándola con la mía – pero no voy a hacerme el tonto con eso, adoraba
verlo cada mañana al llegar al despacho y quedarme embobado por momentos admirando
lo hermoso que se ve trabajando.
- ¿Me observabas tanto?
- Más de lo que estaría dispuesto a aceptar… – Río nerviosamente.
- No puedo creer que sintieras todo aquello desde hace
tanto tiempo y yo ni en cuenta – dice apenado – en verdad lo lamento mucho…
- No tienes por qué lamentarte su majestad – sonrío -
ahora podemos recobrar todo ese tiempo que perdimos – digo llevando mis labios
a los suyos, queriendo no separarme de estos por un buen rato, pero
lastimosamente tengo que respirar - ¿Y su majestad desde cuándo? – Pregunto luego
de terminar el beso, curioso por su respuesta.
- No lo sé exactamente – suspira – pero de un momento a
otro comencé a disfrutar de tu compañía de una manera un poco más íntima, de
los leves roces entre nuestras manos y lo muy celoso que me ponía al verte tan
cercano con mi hermano o cualquier otro joven que se te acercase.
- ¿Con Yuto? – Pregunto extrañado mientras que el rey
asiente suavemente, apenado - ¿Estuviste celándome todo éste tiempo con él? –
Digo ahora en un tono divertido - es imposible que entre Yuto y yo haya algo
más – río levemente – sólo somos amigos.
- Eso lo sé, pero siempre han sido muy cercanos y pues
varios en el castillo me han dicho que hacen muy linda pareja, además no puedo
negar que mi hermano es joven y muy apuesto.
- Pero tú eres mucho más apuesto – digo acercándome a su
lado, dándole un beso en la mejilla antes de sentarme sobre su regazo - ¿no te
ha quedado claro lo mucho que deseo estar contigo? – Pregunto de manera coqueta
- Muy claro – responde nervioso, con un leve rubor en sus
mejillas – pero por eso mismo pienso que debemos hacer las cosas bien y en
orden.
- ¿En orden?
- Sí, tengo que hablar muy seriamente con tus padres.
- ¿Con mis padres? – Pregunto con preocupación.
- Por supuesto, pedir su permiso para formalizar nuestra
relación, organizar un baile para presentarte como mi prometido y…
- ¿Quieres que sea su prometido? – Pregunto, conteniendo
parte de la felicidad que siento y se acumula cada vez más en mi interior.
- ¿Acaso no quieres? – Pregunta con decepción en su
mirada.
- Claro que sí quiero su majestad – digo llenando de
besos cada parte de su rostro - ¿pero no estaría mejor esperar un poco para
eso?
- ¿No quieres que formalicemos? – Pregunta confundido.
- Claro que sí – digo con una gran sonrisa – no sabes lo
feliz que me hace saber que me considera para ser su pareja, pero siento que
vamos muy rápido – río ahora nervioso, todo esto es demasiado para mi corazón.
- ¿Ahora eres tú el que piensa que vamos rápido? – Ríe
acariciando mis cabellos – Yuri, lo que quiero contigo es muy serio, por eso estoy
dispuesto a dar cada paso como se debe, aunque hoy nos saltamos muchos de ellos
– dice esto último con algo de vergüenza – pero si deseas que nos tomemos un
tiempo más antes de informarlo a todos, estaré dispuesto a aceptarlo.
- Se lo agradezco mucho su majestad – digo volviendo a
depositar un besito sobre su mejilla izquierda - además recuerda lo mal que se
puso mi padre con lo de mis pretendientes, no creo que sea bueno que se entere
ahora.
- Es verdad, no le importaría matarme aún si soy el rey –
dice burlonamente, pero también con algo de temor. Mi padre es un muy buen
hombre, pero hay ocasiones en las que sí parece demasiado temible.
- Así que por mí está bien esperar e ir estrechando
nuestra relación un poco más antes de llegar a algo mucho más serio – digo con
una sonrisa, encantado con saber que el Rey desea que en un futuro sea su
esposo – por cierto su majestad ¿sería correcto para mí llamarle por su nombre?
¿Al menos en privado?
- ¿Por qué no sería correcto? Claro que puedes hacerlo –
Sonríe tiernamente, dándome su total aprobación con un beso.
- Yuya – digo con dulzura, notando su rostro
completamente ruborizado, robándole otro beso, volviendo mi mirada hacía el
libro que tengo a mi lado, con mi corazón palpitando enloquecido.
Nos quedamos estudiando hasta pasada la media noche,
entre palabras nuevas en el diccionario y uno que otro beso fugaz y apasionado,
sintiéndome sobre una nube por todo lo ocurrido durante éste día en el que supe
que mis sentimientos por el Rey eran completamente recíprocos.
- No debió molestarse, Yuya… - Digo en voz muy bajita al
llegar a la puerta de mi habitación, siendo acompañado por mi ahora novio quién
insistió tanto en traerme, manteniendo una cierta distancia entre los dos por
si alguien pudiese vernos.
- Nunca sería una molestia – responde con el mismo
volumen de voz, cuidando que mis padres que están en las habitaciones vecinas
puedan escucharnos – aunque no voy a negar que puede ser algo peligroso.
- Lo más posible es que mis padres te acusen de explotador
laboral - reímos tratando de no hacerlo tan fuerte.
- No quiero irme – dice con algo de tristeza, acercándose
un poco más a mi cuerpo, abrazándome suavemente – quiero quedarme así contigo
todo el tiempo.
- Yo también – susurro emocionado – pero por ahora
tenemos que mantener la distancia, al menos para los demás.
- Va a ser muy difícil, pero haré lo mejor que pueda –
sonríe resignado – que pases buena noche – dice apoyando su frente cobre la
mía.
- Buenas noches, Yuya – respondo, mientras él me regala un
último beso antes de despedirnos, con algo de pesar por tener que separarnos,
pero con la promesa de que nos veríamos al día siguiente.
CONTINUARÁ...
*Suspira como colegiala*
ResponderEliminarNo puedo evitar enamorarme de los dos, son la ternura hecha rey y ayudante. Paso de la ternura, al amor y a la risa gracias a ellos.
Yuya es todo corazón, quiere todo con Yuri bebé y su lindo y tierno ayudante no le tiene miedo a nada jajaja salvo a su padre 🤣 amo que se vea claramente las prioridades de ambos, los distintos pensamientos y conceptos de "ir despacio" y que entre los dos lleguen a un acuerdo, siempre entre besos y abrazos, que ambos ya se lo merecían y estaban tardando jajaja
Ahora quiero saber cómo harán para mantener este amor tan lindo y puro en secreto la menos por un tiempo, ya quiero ser testigo de más momentos robados 🤭 espero el siguiente capítulo con más ansias que nuncaaaaaa
Choco y su Review todo lindo y yo lo único que puedo decir es que PENSE QUE SI IBAN A COGER
ResponderEliminarNo puede ser!!! Fue mejor de lo que me imaginé! No puedo con la emoción, eh de aceptar que por un momento considere que Yuya le haría más a Yuri pero también dije que tal si entra alguno de sus papás y le d aún infarto! Ojalá pronto formalicen, hacen tan linda pareja.
ResponderEliminarAhora sí lo hice bien, comenté en tiempo y forma