Hola, hola!!!!
¿Cómo están todos? Espero que muy bien y si no es así les mando un súper fuerte abrazo de oso y espero que éste nuevo capítulo les saque una gran sonrisa.
Ésta vez si hago la entrada rapidita porque tengo que empezar a trabajar!!!!
Muchas gracias por su cariño a mis historias y esperen a mediados de marzo la tercera parte de Heat, agarrénse bien esos calzones jajajajaja
Capítulo 37
*Daiki*
Nuestro viaje de vuelta resultó ser más ameno y
placentero a comparación del de ida y ahora más al saber que mis sentimientos
por Kei fueron hermosamente correspondidos, pudiendo sentir cuerpo y mi mente
mucho más ligeros que antes y aunque por ahora tengamos que mantenerlo en
secreto por diversas razones, me encargaré de hacerlo plenamente feliz.
- Ya desde aquí se ve el castillo – dice Kei con una
hermosa sonrisa.
- Por fin en casa – digo dándole un dulce beso en la
mejilla.
- ¿Te sientes nervioso?
- No, para nada y menos ahora que estamos juntos – digo
tomando su mano para besar el dorso de ésta – espero puedas permitirme
escabullirme hacía tus aposentos en las noches – digo con picardía, disfrutando
de ver su rostro sonrojado.
- Bueno, no creo que eso sea una novedad – ríe apenado –
de todos modos siempre lo has hecho.
- Sí, pero ahora
lo haré por otros motivos mucho más interesantes – digo acariciando una de sus
piernas.
- ¿Dónde está el tierno príncipe del que me enamoré?
- Sigo estando aquí – río rozando la punta de mi nariz
con la suya – te amo – digo rodeando su cintura con mis brazos.
- Yo también te amo mi príncipe – dice abrazándome de
vuelta, sintiendo un reconfortante calor al estar entre sus brazos, esto es más
de lo que había deseado antes.
*Kei*
Luego de varios minutos más llegamos finalmente al
castillo, siendo recibidos con alegría por todos los habitantes de éste, viendo
cómo mi príncipe es secuestrado por los más jóvenes después de saludar al Rey.
- ¿Cómo estuvo su viaje? – Pregunta el rey con una gran
sonrisa mientras nos encaminamos rápidamente junto con Kota y Hikaru a su despacho
- ¿pudieron concretar todos los asuntos pendientes?
- Claro que sí su majestad, las negociaciones fueron todo
un éxito, el príncipe Daiki hizo un gran trabajo.
- Me alegra escuchar eso, me sentía un poco preocupado
porque se sintiera abrumado por una responsabilidad tan grande.
- El rey Junmyeon fue bastante amable con el príncipe y
todos en el palacio lo fueron – sonrío
alegre – he de decir que también me sentía un poco preocupado por su desempeño,
pero lo hizo todo perfectamente, inclusive su dominio del idioma fue bastante
alabado por los residentes del reino.
- ¿Entonces todo salió cómo se esperaba? - Pregunta Kota con una gran sonrisa en su
rostro, mientras me mira expectante y aprieta un poco su agarre en mi hombro.
- Sí… Mejor de lo que crees – digo apartándome un poco de
su lado, sintiendo mi rostro enrojecer de ser consciente de a lo que se
refiere.
- Felicidades a ambos por haber culminado con éxito su
misión – dice dando un par de palmadas en mi espalda.
- ¿De qué tanto hablan ustedes? – Pregunta Hikaru
curioso.
- De nada en especial, ya sabes cómo es Kota de metiche
en ocasiones.
- Esa es una gran verdad – dice Hikaru asintiendo totalmente
de acuerdo.
- Lo dices como si no fueras el mayor de los metiches –
dice Kota desafiante.
- Lo soy – dice Hikaru orgulloso – pero tú no te quedas
atrás.
- Estoy muy feliz de que les haya ido muy bien en
Cottonland – dice el rey interrumpiendo nuestra conversación - Junmyeon siempre
ha sido un hombre muy recto y amable, no dudo que su estadía haya sido muy
reconfortante.
- Sí, es un gran hombre y me alegra mucho que le esté dando
una nueva oportunidad al amor, el príncipe Sehun se ve que es una muy buena
persona y que lo ama con devoción.
- Ha de estar muy emocionado por su boda – dice Hikaru con
ilusión – estoy seguro de que Minseok hará un trabajo espléndido en los
preparativos de ésta.
- ¿Y cómo está Kyungsoo? – Pregunta el rey.
- Sigue siendo un imprudente – río – no sé cómo su esposo puede soportarlo
todo el tiempo.
- No creo que sea tan malo – dice Hikaru dejando pasar a
dos empleadas que traen bandejas con té y galletas, las preferidas del rey.
- Pero su hijo es adorable, espero no le aprenda las
malas mañas – digo haciendo que todos rían por mi comentario.
- Era divertido verlos discutir de pequeños – dice Kota
divertido.
- Hace tantísimo que no se celebra una boda en éste
castillo – dice Hikaru pensativo.
- Ha éste paso dudo que vaya a haber una pronto – dice
Kota mirando discretamente al rey – a no ser… - dice dirigiendo su mirada hacia
mí.
- Hablando de la boda del rey Junmyeon, han pedido que
mandemos nuestra confirmación por medio de una carta y también el nombre de
quién será nuestro acompañante en caso de que lo haya.
- ¿El rey irá con alguien en especial? – Pregunta Hikaru
curioso y bastante expectante por la respuesta de éste y he de decir que Kota y
yo también lo estamos.
- Sí, iré con Yuri, él será mi acompañante.
- ¿Yuri? – Pregunta Kota levantándose de su asiento
sorprendido y se puede decir que algo molesto.
- ¿Tiene algo de malo que vaya con él? – Pregunta el rey.
- No, no tiene nada de malo su majestad – dice Hikaru
haciendo que Kota se siente nuevamente – es sólo que pensábamos que quizás ibas
a invitar a alguien más, quizás alguien ajeno al castillo.
- ¿Por qué lo haría?
- Por nada en especial - dice Hikaru - me parece lindo y
un gran honor que consideres a mi hijo para que te acompañe a un evento de tal
magnitud.
- Yuri también es mi hijo y el ahijado del rey Junmyeon,
está más que invitado a esa boda, no es necesario que sea el acompañante de su alteza
– dice Kota bastante serio, haciéndome sentir un poco de escalofríos.
- Lo sé perfectamente, pero mi decisión ya está tomada –
suspira - además se lo he prometido a Yuri con anterioridad y pienso cumplir
con mi palabra.
- Sí, pero…
- Ay no te alteres Kota – dice Hikaru - ¿Qué tiene de
malo que Yuri vaya con el rey?
- Claro que no tiene nada de malo, es sólo que me tomó
por sorpresa.
- Ni que se fueran a casar después de eso – digo entre
risas, recibiendo una mirada asesina de parte de Kota.
- ¿Interrumpo? – Pregunta Yuri entrando al despacho,
cortando la tensión que se había creado en el lugar.
- Claro que no hijo, estábamos hablando de cómo había ido
el viaje – dice Hikaru con una enorme sonrisa, levantándose de su asiento
haciendo que Kota haga lo mismo – pero ya es momento de volver a nuestras
ocupaciones, así que nos retiramos – dice halando a Kota hasta la salida
después de despedirse de nosotros.
- ¿Y cómo les fue durante mi ausencia?
- Nos fue muy bien, Yuri es un chico muy responsable y
diligente – responde el rey.
- Siempre hago lo mejor que puedo su majestad – sonríe
Yuri halagado – pero sin duda alguna la presencia del señor Kei es
indispensable y de verdad que nos hiciste mucha falta.
- Gracias por reconocer mi arduo trabajo Yuri.
- ¿Quieres galletas? – Pregunta el rey, acercándole la
bandeja a Yuri, quién esboza una tierna sonrisa mientras asiente, tomando unas
cuantas con sus manos y probarlas de inmediato, notando claramente que se miran
con total devoción, ignorando mi presencia. Haciéndome cuestionar seriamente si
con anterioridad había notado este tipo de comportamiento entre los dos.
- ¿Necesitan que les ayude en algo? – Pregunto mirando la
pila de papeles que están sobre el escritorio.
- No es necesario, creo que por hoy puedes descansar,
acabas de llegar de un viaje bastante largo – dice el rey con voz amable.
- Estoy bien – sonrío – puedo trabajar perfectamente.
- Mejor ve y descansa – dice ahora con tono serio, como
si se tratara de una orden - ya mañana puedes venir a cumplir con tu trabajo
habitual.
- Está bien, está bien – digo resignado – pero cualquier
cosa que necesiten no duden en avisarme.
- Lo haremos – responde Yuri con una linda sonrisa. Y sin
objeción alguna de mi parte, hago una reverencia ante el rey y me despido del
joven ayudante antes de retirarme del despacho, con un montón de dudas formándose
en mi cabeza con respecto a ellos dos – debe ser el cansancio por el que
comienzo a pensar en cosas que no son – digo negando al mismo tiempo con la
cabeza, mientras camino con prisa hacía mi habitación.
*Ryosuke*
- ¿Y cómo te fue? ¿Avanzaste en algo con el señor Kei? –
Pregunto al momento en que Yuri y Yuto abandonan la habitación para volver con
sus actividades, emocionado por saber cada detalle, bueno, no tanto detalle
llegado el caso.
- Sí – dice asomándose un muy intenso color rojo en sus
mejillas – dimos demasiados pasos a la vez en Cottonland.
- ¿Cómo cuáles? – Pregunto curioso y emocionado.
- No creo que sea correcto que lo sepas, es… Muy íntimo…
- Lo… ¿lo hicieron? - Pregunto sorprendido, mientras mi
amigo asiente avergonzado - ¿y dolió?
- Bueno, no realmente, pero a Kei sí… - Responde todavía
con la cara roja de la pena.
- Ya veo, eres del tipo que da – digo entre risas,
recibiendo un golpe en mi brazo de su parte.
- Mi intimidad no debería ser motivo de burla.
- Lo siento, es que de verdad me ha sorprendido – río,
sobando la zona anteriormente golpeada – pero me alegro mucho por ambos.
- Muchas gracias por tus buenos deseos – sonríe.
- Han dado un muy gran paso, más rápido de lo que pensé –
río divertido – ni con Hikaru he llegado a ese nivel y eso que llevamos mucho
más tiempo siendo pareja.
- ¿Todavía no?
- No, pero en mi defensa es él el que se escabulle – río
divertido
- Me sorprende que siendo todo un adulto se comporte de
esa manera.
- Pero no voy a negar que el que haga eso me parece
adorable, me divierte seducirlo y ver hasta dónde puedo hacer que ceda a mis
deseos.
- En ocasiones me das miedo – ríe - pero espero que
pronto puedas hacerlo caer en tus redes.
- Eso espero también, ya me ha hecho esperar mucho.
- Sobre mi relación con Kei lo hemos hablado y está de
acuerdo en que de momento la mantengamos en secreto hasta que lo discutas con
tu hermana.
- Muchas gracias – suspiro – en verdad no es nada fácil
enfrentarme a ella, está demasiado ilusionada con que me case con alguno de
ustedes.
- Lo entiendo – dice apoyando una mano en mi hombro,
consolándome.
- En verdad lamento mucho las molestias.
- No te preocupes por eso, Kei también le tiene miedo a
mi hermano, por eso aceptó tan fácilmente el ocultar nuestra relación.
- Entonces estamos a mano.
- Eso parece – sonríe dulcemente, bostezando de repente.
- Debes estar agotado por el viaje, será mejor dejarte
descansar.
- Muchas gracias, eso haré - dice volviendo a bostezar,
haciendo que yo haga lo mismo, riendo ambos.
- Nos vemos más tarde – digo levantándome del mueble,
viendo como mi amigo se dirige a su cama, tumbándose sobre ésta.
- Nos vemos – dice antes de quedarse dormido en cuestión
de segundos.
- Vaya, eso fue muy rápido – río arropándolo con una de
las sábanas, saliendo de su cuarto sin hacer el más mínimo ruido - ¿debería
buscar a Hikaru? – Pregunto para mis adentros, pensando en que quizás siga en
el despacho del rey, pero mientras sigo con mi camino hacía dicho lugar, lo veo
al protagonista de mis pensamientos junto con el señor Kota, caminando
rápidamente tomados de la mano, haciéndome sentir un poco celoso por tal cercanía
y más sabiendo desde hace un tiempo y por boca del mismo Hikaru que estuvo
mucho tiempo enamorado de él.
Sé que no debería sentirme molesto por eso, ya que él
ahora está conmigo y que su enamoramiento por el señor Kota nunca fue
correspondido, pero de cierto modo siento envidia por la relación tan cercana
que tienen, además de que comparten un hijo en común, aunque adoptivo, pero su
hijo igualmente. Su más grande adoración.
- ¿Debería seguirlos? – Vuelvo a preguntar para mí mismo,
negando de inmediato con la cabeza por pensar en aquella idea tan absurda, tengo
que confiar en mi pareja, pero igualmente quiero saber qué pasó, Hikaru se veía
algo molesto ¿habrá ocurrido algo malo? ¿Qué hago? - Voy a echarlo a la suerte
– digo sacando una moneda de mi bolsillo – sello – digo lanzándola al aire,
viendo que ha caído justo ese, dirigiendo mi caminar hacia dónde va mi amado.
*Hikaru*
- ¿Qué fue eso? – Pregunto cerrando la puerta de mi
habitación al estar ambos dentro de ésta.
- No sé de qué estás hablando – dice desviando la
mirada.
- No te hagas el tonto Kota, te conozco muy bien – digo
molesto - ¿por qué reaccionaste de esa manera? ¿Qué tiene de malo que el rey
desee ir con Yuri como su acompañante a la boda?
- No tiene nada de malo, es sólo que…
- ¿Qué?
- No me lo esperaba para nada, además… - Dice quedándose
en silencio por varios segundos, desesperándome más de lo que ya lo estoy.
- Por Dios Kota no me dejes las frases a medias.
- Me sentí celoso, eso es todo.
- ¿Celoso? ¿Pero por qué? – Pregunto tratando de no
reírme de su expresión preocupada.
- Porque todavía es difícil hacerme a la idea de que
algún día Yuri encuentre a alguien con quién casarse y nos abandone.
- No creo que Yuri vaya a hacer eso – río con ternura de
verlo haciendo un pucherito – y si llegase a ocurrir aquello, pues es parte de
la vida – digo acercándome para darle un abrazo, dándome éste uno de vuelta.
- Lo sé, pero no dejo de verlo como el niño dulce que
rescatamos de ese lugar horrible.
- Yo también lo sigo viendo como nuestro bebé, pero hay
que aceptar que ya está en edad de que se enamore y quiera formar una familia
con alguien, no podemos arrebatarle eso – digo dándole suaves palmaditas en su
espalda – además debes de considerar todo un honor que el rey lo aprecie tanto,
así como todos en el castillo y en el reino.
- Eso es verdad – sonríe – perdón por comportarme como un
idiota.
- Que lo hagas de vez en cuando está bien – sonrío,
apartándome lentamente de él – pero algo más te pasa, te he sentido extraño
desde ésta mañana, así que espero que lo sueltes o te lo sacaré a la fuerza.
- No quiero hablar de eso – dice volviendo a desviar la
mirada como si se tratase de un niño malcriado, tan grande y tan tonto.
- ¿Pasó algo con Ryutaro? – Pregunto notando cómo aprieta
un poco los labios - ¿Se han peleado?
- Por supuesto que no – dice con firmeza, volviendo su
mirada hacia mí – no es con él el problema.
- ¿Entonces?
- Va a venir un amigo suyo, del reino en el que estuvo
viviendo hace unos años.
- ¿Estás preocupado de que sea algún pretendiente de
Ryutaro? – Pregunto tratando inútilmente de no soltar una carcajada.
- ¡No te rías! – Exclama molesto.
- No deberías preocuparte por esa tontería – río
divertido – que inseguro te has vuelto ¿dónde está el Kota seguro de sí mismo y
hombreriego que conocí?
- Créeme que no me sentiría inseguro si no hubiesen
veinte años de diferencia entre los dos.
- Si sigues pensando así Ryutaro te va a dejar en serio –
digo recibiendo una mirada fulminante de su parte - ¿y dentro de cuando llega?
- En una semana – suspira – quiere traerlo al castillo
también para que nos conozca a todos.
- Entonces será más que bienvenido – digo sonriendo
ampliamente, ganándome un ligero golpe en la cabeza.
- Tengo muchísimas cosas que hacer todavía – dice acercándose
a la puerta – nos vemos en la cena - dice abriendo ésta, sonriendo de repente –
te buscan – dice saliendo de mi habitación, dejando la puerta abierta, entrando
rápidamente mi pequeño tormento, cerrándola de inmediato.
- ¿Qué haces aquí? ¿Me estabas espiando? – Pregunto
curioso y un tanto preocupado por si alguien lo ha visto entrar aquí.
- Sólo quería verte – dice acercándose y darme un beso en
los labios.
- No está bien espiar a las personas – digo rodeando su
cintura con mis brazos - ¿estabas celoso? – Pregunto viendo cómo su semblante cambia
a uno de total desagrado, mi Ryosuke es tan fácil de leer.
- Sólo un poquito…
- No debí contarte que él me gustaba – digo besando su
mejilla con ternura - ¿crees que si siguiera sintiendo lo mismo por él así estaría contigo?
- ¿Estás molesto? – Pregunta mirándome notablemente arrepentido
- no era mi intención espiarlos, es sólo que te vi molesto y quise saber qué
pasaba.
- No es nada de lo que debas preocuparte – digo volviendo
a besar sus labios – eran sólo asuntos familiares – sonrío - ¿Qué tanto
escuchaste?
- Creo que todo – dice apenado – lamento haber sido tan
entrometido.
- No lo lamentes, eso ya lo he notado con anterioridad –
río divertido al ver su expresión de molestia - ¿y por qué querías verme con
tanta urgencia?
- ¿Acaso necesito una excusa para ver al hombre que amo?
– Pregunta, rodeando mi cuello con sus brazos, besándome con intensidad por un
largo rato.
- Ryosuke… Por favor… - Digo apartándolo un poco – aquí no
por favor, Yuri podría entrar en cualquier momento.
- Ven ésta noche a mi cuarto – dice con súplica –
prometiste que lo harías, pero no me has dicho cuándo y yo estoy muy ansioso de
estar contigo – dice volviendo a besarme.
- Ryosuke…
- Por favor – dice mirándome de esa manera tan tierna que
me es casi imposible no car ante ella.
- Está bien, iré ésta noche – digo dándole otro beso en
los labios, queriendo estar así con él todo el tiempo si se me permitiera.
- Entonces, te estaré esperando – sonríe - ¿a eso de la
medianoche te parece bien? – Pregunta emocionado.
- Me parece bien – respondo besando finalmente su frente
antes de salir ambos de mi habitación, cuidando de que no haya alguien que
pudiese vernos.
CONTINUARÁ...
AAAAAAAAAAAAHH RYOSUKE Y HIKARU ME MUEEEEROOOOO
ResponderEliminarCreo que Kota ya sospecha que el Rey y Yuri sienten algo, yo no digo nada y lo digo todo
Ay no, la quiero saber cómo va a reaccionar Yuya cuando se entere quién es el dueño del corazón de Daiki, con cada capítulo se pone más y más interesante
Te juro que jamás imaginé que todo avance tan rápido, cada que leo un capítulo nuevo mi corazón se me acelera y ya hasta se me había olvidado el amigo de Ryu ¿Quién será? Quiero saber jajaja ya quiero descubrir quien le dará un heredé al trono primero jajaja ok no, me encanta. Un fuerte abrazo
ResponderEliminar