26 dic 2018

Father's Love

Hola Hola 😊
Primero que todo quiero desearles a todos una FELIZ NAVIDAD (Aunque sea un poco atrasada) 😅
Espero que la hayan pasado muy bien y que recibieran muchos regalitos. 💗
Muchas gracias por todo el amor y el cariño a este fic, no saben lo feliz que me hace el que les guste y como ésta será mi última publicación del año les deseo también un próspero y feliz año 2019, que espero que me sigan acompañando por acá, todavía hay fics para rato. 😉💪
Como siempre este fic va dedicado a mi querida amiga Mari 💖
Y también quiero darle un saludo especial a Yojhannah Tomatito que es una muy fiel seguidora y que me alegra siempre leer sus comentarios.
Bueno, ya sin más les dejo el fic, que lo disfruten 💟



Tema: Father's Love
Extensión: Serial
Parejas: Varias 
Autora: Akari-chan


Capítulo 49

*Maruyama Ryuhei*

- Daiki, ¿te molestaría si vas solo a la mansión?

- ¿Eh? ¿Por qué? – Pregunta notablemente asustado.

- No te preocupes, si voy a ir - río al causarme gracia su expresión - pero creo que no alcanzo a venir a recogerte para ir juntos.

- Ah, ya ¿y eso?

- Es que tengo unas cosas que hacer en el banco y creo que no me va a dar el tiempo.

- No pasa nada, igual quedé de encontrarme con Kei para hacer unas compras y pues iré directamente con él entonces.

- Me alegra saber eso – sonrío – bueno, ya me voy – digo tomando mi bolso y revolviendo un poco sus cabellos – nos veremos allá.

- Sí papá que te vaya muy bien – dice sonriente antes de verme salir por la puerta.

Pasar gran parte de la víspera de navidad en un banco no me parecía la mejor cosa por hacer, pero no tenía remedio, si no cumplía con mis deberes de adulto hoy, para mañana sería tarde, aunque no puedo evitar pensar en lo que vendrá ésta noche, me siento un poco intranquilo

Después de terminar con todos los trámites, me sorprendí de haber terminado un poco más pronto de lo que tenía previsto, así que aproveché para ir a merendar y dar algún paseo por las transitadas calles de la ciudad.

- Disculpe ¿Es usted Maruyama Ryuhei? – Pregunta de repente un extraño hombre, haciéndome parar en seco.

- Si… Soy yo… - Digo sintiéndome algo nervioso, pero no tuve tiempo para huir o decir algo más porque de inmediato todo se volvió oscuro.


*Murakami Shingo*

- Uchi, en verdad no creo que esto sea necesario – digo siendo llevado de la mano por mi novio, caminando por las calles llenas de gente.

- Pero es que vas a conocer hoy a tus consuegros, tienes que ir bien vestido.

- Pero yo en casa tengo varios trajes.

- Lo sé, pero ya están desgastados y viejos ¿desde hace cuánto que no compras uno?

- Como 6 años.

- ¿Ves? Por eso tienes que comprar uno para hoy – dice sonriente.

- Pero para hoy todo va a estar más costoso de lo que ya de por sí es.

- Mi amor, el comprar un traje nuevo no te va a empobrecer.

- Está bien, tú ganas – digo ya resignado, dejándome llevar por mi amor.


*Maruyama Ryuhei*

Abro mis ojos lentamente, sintiendo un ligero dolor de cabeza, pero no hay tiempo para preocuparme por eso, al estar completamente despierto me doy cuenta de que he estado todo este tiempo durmiendo sobre un sofá, notando también que me encuentro dentro de un gran salón…

- Ya despertaste, me alegra mucho – dice una voz femenina entrando al salón, sorprendiéndome al ver a esa mujer que hace poco había tenido la oportunidad de por fin conocerla.

- ¿Qué hago aquí? – Pregunto temblando de los nervios.

- Relájate, no te va pasar nada malo – sonríe.

- ¿Entonces por qué me has secuestrado? 

- Yo no te he secuestrado – ríe – de hecho te puedes ir cuando quieras, sólo quería hablar contigo antes de la cena.

- ¿Hablar de qué?

- Sobre Yoko.

- Perdón ¿pero qué tengo que ver en eso?

- No te hagas el que no entiende, yo sé muy bien qué tipo de relación tienen ambos, incluso desde antes que me casara con él.

- Esto…

- No te preocupes, toma asiento, todavía falta mucho para la cena así que podemos hablar con calma – sonríe - ¿Quieres un té o un café?

- Un té estaría bien – sonrío nervioso.

*Rika*

- Nuestras más sentidas condolencias – dijo mi madre haciendo una reverencia en frente del reciente viudo y su hijo, quién no dejaba de llorar.

Nunca había tenido la oportunidad de hablar con él y aunque quería consolarlo en aquellos momentos, no podía hacerlo, había creado como una especie de caparazón alrededor de él que lo hacía completamente inaccesible.

Pasaron un par de años para que pudiera adentrarme en esa coraza y todo fue gracias a la amistad que había establecido con su amigo Aiba-chan y junto con él nos volvimos inseparables, logrando sacar aunque fuera una pequeña sonrisa en su tan deprimido rostro, quería protegerlo, decirle que era lo que más amaba en el mundo y que como tal no quería apartarme ni un momento de él.

El día de separarnos por un largo tiempo llegó y con ese cambio de ciudad, llegó el amor para él. Nunca pude verlos juntos, pero según lo que me contaba Aiba, Yoko estaba realmente feliz.

Mi corazón no dejaba de doler de tan solo pensar en que yo no había sido la persona que había conseguido que Yoko sonriera sinceramente, por un tiempo sentí odio por ese ser que me había arrebatado lo que más quería. Pero luego de meditarlo me sentí aliviada y feliz de saber que estaba tan alegre, así que no quise intervenir.

- Rika-chan, te casarás con Kimitaka – dijo de repente Yokoyama-san, durante una sorpresiva visita en la mansión de mi familia y todo bajo la completa aprobación de mis padres.

- Pero señor yo…

- Sé muy bien que estás interesada en mi hijo y estoy de acuerdo en que te cases con él.

- Pero…

- No aceptaré un no como respuesta, la decisión ya está tomada – dijo finalmente para luego irse así como llegó.

- ¿No estás feliz hija? – Preguntó mi madre emocionada.

- Eso creo… - Dije dando un profundo suspiro.

Cuando volvió a Tokyo, aquella sonrisa que tanto me describía Aiba había desaparecido, era como si hubiese retrocedido en el tiempo y hubiésemos vuelto al día del funeral de su adorada madre.

- Yoko, si no te quieres casar conmigo no hay problema, podremos hablar con tu padre y convencerlo…

- Rika… La decisión ya está tomada – dijo serio.

- Pero no quiero ser un obstáculo en tu vida - estuve un tiempo dolida de saber que Yoko no me había tenido la suficiente confianza para contarme lo de su relación, quizás por lo que llegara a pensar de ese tipo de relaciones, pero aun así no quise sacar ese tema a relucir y él nunca supo que yo en verdad lo sabía.

- Me casaré contigo, además si lo pensamos bien pudo haber sido peor.

- Que malo eres – dije haciendo un puchero, viéndolo sonreír levemente y lo abracé fuertemente, pensando en que estaría bien en ser algo egoísta.

La boda se realizó por todo lo alto, no hubo persona de la alta jerarquía japonesa que no haya asistido y yo me sentía la mujer más afortunada del mundo por casarme con la persona que tanto amaba.

Durante todos nuestros años de matrimonio Yoko había demostrado ser un gran esposo y sin duda un magnífico padre, pero a pesar de lo perfecta que pudiera parecer nuestra vida, en el fondo sabía que él nunca me amaría tanto como yo lo hacía con él y el día que murió su padre supe que era el momento de dejarlo libre.

- Divorciémonos – dije viendo como los ojos de Yoko se abrían ampliamente.

- ¿Pero qué dices? ¿Por qué?

- Yoko, sé muy bien que no me amas y que nunca lo harás – dije con notable tristeza, pero firme con mi decisión – quiero que seas libre.

- ¿Libre? – Preguntó mirándome confundido.

- Sólo di que aceptas, no hagas más doloroso esto – dije sin poder evitar que mis lágrimas comenzaran a bajar por mis mejillas.

- ¿Estás segura?

- Totalmente - dije entre sollozos, pero sabía que era lo mejor para ambos.


 *Maruyama Ryuhei*

- Yo… En verdad lo siento… - Digo sintiendo una gran tristeza en mi corazón.

- No tienes por qué sentirte mal – dice acercándose a mí con una gran sonrisa – Fue una decisión difícil para mí, pero sin duda fue lo mejor para todos – dice tomando mis manos.

- Pero aun así tú…

- No te preocupes por mí, ese tema ya está superado, lo único que me importa es que ustedes dos sean felices y por eso me vi en la necesidad de aclarar las cosas contigo – sonríe – y lamento haberte asustado, pero pensé que quizás te ibas a negar en venir.

- No vuelvas a hacer algo así – río – si quieres hablar conmigo sólo dímelo y vendré – digo sintiéndome mucho más tranquilo - ya veo de dónde sacó Keito su chispeante personalidad.

- Eso me dicen muy seguido.

- Pero de todos modos gracias.

- Gracias a ti por escucharme y no tengas miedo de amar a Yoko, él te adora y su felicidad es la mía también – dice dándome un abrazo, al que correspondo en seguida – Y ya que estás aquí ¿quisieras ayudar con los preparativos de la cena?

- Encantado – digo sonriente, mientras ella se aferra a uno de mis brazos y salimos del salón


*Hikaru*

- ¿Cuánto pagarán de luz en ésta casa? – Pregunta mi papá mirando sorprendido la mansión de la familia de mi novio, con miles de luces recubriéndolo.

- Creo que no podemos preguntar eso – dice Uchi-san mirando sorprendido también.

- ¿Vamos a entrar o se van a quedar mirando?

- ¡Hikaru no me hables así! – Dice mi papá al mismo tiempo que me da un golpe en la cabeza.

- Auch – digo adolorido. 

Después de pasar por el portón, fuimos directamente hacia la entrada de la mansión, siendo recibidos por mi suegra quién no deja de abrazarme.

- Es un gusto conocerlo Murakami-san, su hijo es simplemente encantador.

- Gracias señora.

- No me diga señora que me hace sentir vieja, puedes llamarme Rika.

- Está bien, Rika.

- ¿Y quién es el guapo joven que lo acompaña?

- Es mi novio.

- Se ven tan adorables – sonríe – pero que grosera soy, pasen, están en su casa – dice haciéndose a un lado para dejarnos entrar, causándome gracia el ver a mi padre y a Uchi-san mirar todo con asombro.

- Papá, disimula.

- Yo nunca había estado en un lugar así – susurra Uchi-san, mientras vamos de camino a la sala del comedor, encontrándome con mi novio quién me recibe con un abrazo y un beso.


*Yokoyama You*

- Bienvenido Yokoyama-sama – dicen Mizuki-chan y Ayumi-chan haciendo una reverencia.

- En la sala del comedor ya están todos los invitados, sólo falta usted señor.

- Gracias chicas, si quieren ya pueden retirarse, nosotros nos encargaremos del resto.

- Muchas gracias señor, Feliz Navidad – dicen ambas emocionadas, retirándose rápidamente luego de reverenciarse.

- Lamento mucho la tardanza, pero el tráfico estaba terrible – me disculpo al llegar a la sala, sonriendo de verlos a todos reunidos y más a Maru-chan.

- Estábamos esperándote, toma asiento – dice Rika indicándome mi lugar de siempre, ésta vez junto a Maru-chan.

- Te ves precioso – digo en un susurro, a la vez que tomo su mano por debajo de la mesa.

- Tu también – dice con un leve sonrojo en su rostro.

- Buenas noches a todos – saluda Rika-chan, poniéndose de pie -  ya que estamos por fin todos reunidos quiero aprovechar para agradecer el que pudieran venir a celebrar con nosotros esta festividad tan hermosa – sonríe – en verdad estoy muy feliz de tenerlos a todos acá y poder conocerlos mejor, porque de ahora en adelante seremos una gran familia – dice mirando hacia mi lado – y especialmente celebrar la hermosa relación de Yoko y Maru-chan que luego de muchos años han decidido darse una segunda oportunidad.

- Rika…

- ¡¿EH?! – Exclama Maru-chan totalmente avergonzado.

- No te avergüences papá, ya todos lo sabíamos desde hacía mucho – dice Daiki sonriente.

- Nosotros fuimos los encargados de juntarlos nuevamente – dice Keito con orgullo.

- Y yo – dice Aiba-san mostrando una gran sonrisa.

- Ustedes son lo peor – dice Maru-chan en tono de burla – pero gracias – dice mirándome con ternura, dándome un dulce beso de repente, ante las alegres miradas de todos los presentes.


*Okura Tadayoshi*

- Jamás pensé que llegaría el día en el que celebraría navidad con sopa de miso – digo mirando la taza que tengo entre mis manos con dicho contenido.

- Pero es por tu bien mi amor – dice mi esposo tratando de reconfortarme – además no creo que a alguno les moleste ¿cierto chicos?

- No, claro que no – dice Kota con una cálida sonrisa mientras que los demás asienten.

- De hecho nos sentimos muy felices porque ésta es la primera navidad que celebramos en familia – dice Yuri alegremente.

- Y más porque podemos disfrutarla junto contigo – dice mi esposo dándome un dulce beso.

- Además vendrán muchas navidades más y en ellas podremos comer hasta reventar – dice Yuya entusiasmado.

- Bueno, hasta reventar tampoco – dice mi esposo – Yoshi tiene que cuidarse mucho con su alimentación de ahora en adelante.

- Eso no es divertido – digo haciendo un puchero, viendo como todos ríen alrededor de la mesa.

- Podemos hacer cosas mucho más divertidas cuando te recuperes – susurra mi esposo cerca de mi oído, haciéndome sonrojar.

- ¡Son tan lindos! – Exclama Yuri emocionado, haciéndonos avergonzar pero a la vez sintiéndome feliz de compartir esta festividad con mi hermosa familia.


*Nishikido Ryo*

Después de la cena de navidad preparada en ésta ocasión con tanto esmero por Ryosuke, nos quedamos los cuatro reunidos en la sala un tiempo más después de la media noche, hasta que los más jóvenes decidieron irse a dormir. Aprovechando el estar ya solos para acostarnos muy juntitos sobre el sofá, frente a frente.

- Te amo Subaru – digo dándole un dulce beso en los labios, sintiéndome totalmente dichoso de tenerlo a mi lado.

- Yo también te amo – dice dándome otro beso, al que correspondo con gusto.

- He estado pensando…

- ¿En qué? – Pregunta mientras acaricia mis cabellos.

- En que deberíamos de decirle la verdad a Ryosuke.

- ¿Estás seguro? – Pregunta serio.

- Creo que es mejor que se entere por nuestra boca y no de otra manera.

- Si eso es lo que quieres cuenta conmigo – sonríe con cariño - aunque tienes que prepararte para lo que vaya a acarrear esto.

- Lo sé y por eso he tomado la decisión de decírselo – digo abrazándolo con fuerza, el sentir el calor de Subaru es demasiado acogedor y me da el valor para seguir adelante. 

CONTINUARÁ...