A que no pensaban que hoy iba a actualizar XD
Bueno, primero que todo muchas gracias por sus hermosos comentarios, por el apoyo y poro todo el amor que ha recibido éste fic, que en verdad me alegra que les guste.
Y para no alargarme más, este fic va dedicado a mi querida amiga Mari <3
Espero que lo disfruten :D
Tema: Father's Love
Extensión: Serial
Parejas: Varias
Autora: Akari-chan
Capítulo 21
*Yokoyama You*
-
Yoko… la gente nos ve… - Dijo Maru después de haber recibido otro beso
anhelante de mi parte, nos encontrábamos en una cafetería, su favorita de toda
la ciudad, comiendo un delicioso helado de esos que tanto le encantaban.
-
¿Y qué importa si nos ven? – Pregunté divertido.
-
Puede vernos alguien conocido.
-
¿Cuántas veces hemos hablado de esto Maru? Sabes muy bien que me importa poco
lo que la gente piense de nuestra relación, yo te amo a ti y no dudaré en
demostrártelo.
-
Pero…
-
Pero nada, come – dije finalmente tomando una gran cucharada de la copa de
helado, para casi atragantarlo con ésta, pidiendo después disculpas por aquel
acto tan brusco, llenándolo nuevamente de besos.
Ahora estamos sentados frente a frente, completamente
en silencio, mientras que Aiba y el tal Ohno hablan tranquilamente, mi mirada
está fija en él, analizando cada expresión y movimiento de su cuerpo, cada vez
que lo veo nuevamente se me hace mucho más hermoso y eso hace que mi corazón no
deje de latir cómo loco, cuantas ganas tengo de que al menos me sostenga la
mirada, para así poder hundirme en la oscuridad de sus ojos.
*Maruyama Ryuhei*
Me odio, me odio profundamente por comportarme como lo
estoy haciendo, por sentir como mi corazón late acelerado solo por tener su
mirada fija en mí, ni siquiera soy capaz de mirarlo, al menos para hacerlo con
odio y que de una vez por todas entienda que no lo quiero en mi vida. Quiero
huir, salir corriendo lo más lejos posible de éste lugar, pero no puedo
permitirme hacerlo, no quiero que piense que me afecta el estar cerca de él,
soy un adulto y tengo que comportarme como uno.
- ¿Y a qué te dedicas Yokoyama-san? – Pregunta
Ohno-san de repente.
- Soy el Presidente de una Constructora – dice con un
dejo de superioridad ¿por qué tiene que ser tan creído?
- Oh, que interesante, yo soy el…
- El Rector del Instituto al que asiste mi hijo – dice
nuevamente en ese tono que tanto me fastidia, pero a la vez me hace temblar de
tan solo escucharla, me aterran las reacciones de mi cuerpo.
- Yoko-chan es el Padre de Yokoyama Keito, el
estudiante que entró a inicios del año – Dice Aiba-san animadamente, ha de ser
muy amigo de él para llamarlo con tanta confianza.
- Claro que me acuerdo de él, Maruyama-san siempre
está hablando de lo listo que es ¿No es así Maruyama-san?
- ¿Eso es cierto? – Pregunta él con asombro.
- Sí… Kei… digo, Yokoyama-kun es un chico muy
inteligente y dedicado, he quedado maravillado con él.
- Es que heredó el encanto de su Padre – dice con
orgullo.
- Pues dudo mucho que lo haya sacado de usted, Señor
Yokoyama – digo, notando como Ohno-san me mira con extrañeza y por fin
dirigiendo mi mirada hacía él.
- Tal vez – dice tomando un sorbo del café que había
pedido – mi exesposa es una mujer muy inteligente y hermosa – dice mirándome
desafiante.
- No pensé que estuvieras divorciado – digo sorprendido,
en verdad no me esperaba eso, pero igualmente eso no debería de importarme.
- Eso ya fue hace mucho tiempo, así que no tiene
importancia – dice mirándome fijamente con una sonrisa, quiero que deje de
torturarme con sus estúpidos gestos.
- Lo siento, tengo que atender ésta llamada – dice
Ohno-san al momento que suena su teléfono móvil, levantándose de su asiento
para salir fuera de la cafetería.
- Yo tengo que ir al baño – dice Aiba-san levantándose
de su asiento también, dejándome solo con él.
- Yo… - digo tratando de inventar alguna excusa para
retirarme, pero su mano tomó la mía firmemente.
- Por favor, no huyas – me dice suplicante.
- No te creas tan importante, como para pensar que voy
a huir de ti – digo soltándome de su agarre, además estoy completamente seguro
de que me has estado siguiendo, no creo que haya sido solo “casualidad” – Digo
mirándolo desafiante.
- Tengo muchas cosas mejores y mucho más importantes
que hacer que seguirte.
- ¿Entonces por qué no te vas? – Digo con frialdad.
- Porque me alegra mucho verte, aunque sea en estas
condiciones.
- Pues ya me viste, así que vete – digo tratando de
sonar lo más serio y decidido posible, pero él sigue ahí sentado.
- Maru...
- Maruyama-san para ti – digo con notable molestia - y
una cosa más, dile a tu hijo que se aleje del mío.
- Ni creas que voy a hacer eso, por horrible que te
parezca mi hijo está muy enamorado del tuyo y no tengo ni una sola intención de
separarlos.
- ¿Está tan enamorado como decías tú que estabas de
mí? – Pregunto al mismo tiempo que siento como mis lágrimas comienzan a bajar
por mi rostro, ya no lo soporto más, estar cerca de él me produce mucho dolor,
por más que he querido todos estos años de ser fuerte, nunca he podido borrarlo
realmente de mi cabeza, de mi cuerpo… Así que tomando mis cosas salgo corriendo
de ahí bajo la mirada atónita de Ohno-san. - Lo siento, tengo que irme… -
Alcanzo a susurrar, siguiendo con mi camino, huyendo de él, como un vil
cobarde.
*Aiba Masaki*
- ¿Pero por qué se va? – Pregunta Ohno-san extrañado.
- De seguro tenía algo importante que hacer – digo
tomándolo del brazo, viendo cómo mi amigo va detrás de Maruyama-san.
- ¿Y Yokoyama-san también tenía que irse?
- Sí, él es un hombre muy ocupado.
- Que amigo tan raro tienes ¿ahora qué haré?
- Podemos salir los dos, además hay cosas que tengo
que hablar contigo sobre el trabajo.
- Está bien – dice resignado y así juntos volvemos a
entrar a la cafetería, espero que Yoko logre alcanzarlo.
*Ryutaro*
No puedo creer que mi hermano mayor me esté
traicionando de ésta manera, al parecer todos mis esfuerzos para evitar que
estuvieran juntos han sido en vano y ahora lo compruebo al ver como se devoran
descaradamente con la mirada mientras se comen un enorme helado que pidieron ¿no
sé cómo no me di cuenta antes? Pero ahora que lo pienso, mi hermano siempre
termina saliéndose con la suya.
Pero lo que más me preocupa ahora es la mirada fría
que me manda Ryosuke ¿acaso he hecho algo malo para que me mire de esa manera?
Y lo otro y peor aún es que el idiota de mi hermanastro mayor no deja de
molestarme, es un pesado y si no fuera porque Yuto está aquí ya me hubiese ido
desde hace mucho, quiero que éste día termine rápido.
*Ryosuke*
- ¿A dónde vamos ahora? – Pregunta Yuto al salir todos
de la cafetería, mientras que yo me sostengo fuertemente de su brazo, no pienso
separarme de él en ningún momento y al parecer eso no le molesta.
- ¡Vamos a la noria! – dicen Yuri y su novio al
unísono, pero de solo escuchar eso hace que mí cuerpo tiemble, le temo a las
alturas.
- ¿Para dejarlos a ustedes dos solos ahí? Ni lo
piensen – dice Ryutaro con enojo.
- A mí me parece buena idea – dice sonriente el otro
hermanastro de Yuri – pero sería mejor ir más tarde, para ver el atardecer.
- Hermano, esa es una grandiosa idea – dice el novio
de Yuri.
- A mí me parece bien – dice Yuto alegremente.
- Pero Yuto… - digo mirándolo con ojos de súplica, él
sabe muy bien el temor que tengo.
- No te preocupes, yo estaré contigo – dice sonriéndome
dulcemente – entonces vayamos a otras atracciones mientras llega la hora de ir
a la noria.
- Entonces vamos primero a la montaña rusa – dice Yuri
muy animado, pero esa no es buena idea también.
- Mejor demos un paseo y ya luego subimos a la montaña
rusa, acabamos de comer y creo que eso no sería muy bueno – dice el mayor de
todos, haciendo que mi cuerpo comience a temblar por el miedo.
- Si no quieres subir no lo hagas – susurra Yuto,
acariciando mis cabellos con su mano libre, haciéndome sentir seguro, aunque
obviamente no voy a subir a esa cosa.
*Hikaru*
- Keito… ¿Estás seguro de querer hacer esto? –
Pregunto sintiendo nuevamente los labios de mi novio sobre los míos.
- Segurísimo – dice comenzando a desabotonar mi camisa
mientras besa ahora mi cuello, haciéndome suspirar.
- Pero… ¿Y tú Papá? ¿Y tú hermano?
- Mi Papá salió muy temprano ésta mañana y mi hermano
está en una excursión y llega hasta mañana en la noche. – dice despreocupadamente
hasta desabotonar el último botón de mi camisa, retirándola completamente. Nos encontramos
en su habitación, apenas llegamos a la Mansión me trajo hasta acá y aunque es
algo que en verdad quiero hacer con él, no dejo de sentirme inseguro.
- Keito…
- ¿Qué sucede? ¿No quieres hacerlo conmigo? – Dice con
un dejo de tristeza.
- No, no es eso – digo tratando de animarlo – es solo
que, contigo sería la primera vez que esté con un hombre y pues es muy nuevo
para mí.
- Entonces es eso… - Dice sonriente – no te preocupes,
por esta vez seré yo el pasivo.
- ¿Cómo que por esta vez? – Pregunto algo asustado.
- Es que preferiblemente me gusta ser el activo –
sonríe nuevamente - pero por ser tu primera vez y por qué en verdad te veo muy
temeroso, seré el pasivo.
- No tienes por qué molestarte.
- No hay problema con eso, así que relájate y disfruta.
- Te quiero Keito – digo dándole un dulce beso en los
labios.
- Y yo a ti Hika-chan – sonreímos y volvimos a lo que
minutos antes estábamos haciendo, quitándole su camisa con la misma rapidez que
él hizo con la mía, devorándonos a besos y disfrutando de tocar su suave piel,
esa que desde hacía meses quería sentir en su totalidad.
*Yokoyama You*
Caminábamos
juntos, todavía tomados de la mano, nuestra primera cita había sido todo un
éxito y no podía estar más feliz en aquellos momentos.
-
¿En qué tanto piensas?- Preguntó Maru al notar que me había quedado en
silencio.
-
En lo mucho que te amo – dije sonriente, viendo el hermoso sonrojo que se
asomaba por sus mejillas.
-
No deberías de pensar tanto en eso – dijo avergonzado.
-
¿Por qué no? Si tú eres todo lo que más quiero – dije con notable alegría - ¿Y
sabes una cosa más?
-
¿Qué?
-
Jamás voy a soltar ésta mano – digo elevando un poco nuestra manos que siguen
unidas.
-
¿En serio estás dispuesto a hacerlo? – Preguntó dudoso.
-
Nunca lo haré – dije dándole un corto beso y luego seguir caminando camino a su
casa.
- Soy un idiota, un terrible idiota – me repito varias
veces, mientras sigo corriendo tras de él, gracias al cielo no lo he perdido de
vista, no puedo dejarlo ahora y menos sabiendo que está así por mi culpa.
*Maruyama Ryuhei*
Corro lo más rápido que mis piernas me lo permiten,
quiero estar lo más lejos posible de él, no quiero ver su estúpida cara y
tampoco quiero seguir escuchando su voz, me duele tanto el corazón y mis
lágrimas no han dejado de caer, he de verme realmente patético y más al caer al
suelo, éste no podía ser un peor día.
- ¡Maru! ¿Estás bien? – Bueno, si puede ser un peor
día.
- ¡Vete! – Digo levantándome rápidamente del suelo, limpiándome
las lágrimas, dispuesto a correr nuevamente, pero él me toma firmemente del
brazo - ¡Suéltame! – Exclamo molesto.
- No lo haré, tenemos que hablar.
- Yo no tengo nada que hablar contigo.
- Pues si tenemos muchas cosas de qué hablar.
- A mí no me interesa nada de lo que salga de tu boca,
así que déjame solo.
- No voy a dejarte Maru, no ahora…
- Ya me dejaste una vez, no debería de importarte
mucho hacerlo de nuevo – digo con tristeza, sintiendo mis lágrimas nuevamente
mojar mi rostro, es humillante que me vea así.
- Maru no llores – dice tratando de posar su mano en
mi rostro, pero lo esquivo rápidamente.
- No tienes por qué quedarte, no es necesario que
sientas lástima por mí.
- Yo nunca sentiría lástima por ti, sino todo lo
contrario.
- Vete por favor – digo de manera suplicante ¿acaso no
entiende que me hace daño tenerlo tan cerca?
*Yokoyama You*
- Está bien, voy a dejarte solo, pero antes de hacerlo
quiero pedirte una cosa – digo resignado, es mejor dejar las cosas hasta acá
por ahora.
- ¿Qué cosa? – Pregunta un poco más tranquilo, pero no
deja de dolerme verlo tan herido, quisiera tanto poder abrazarlo.
- Por favor no interfieras con la relación de nuestros
hijos, está bien que me odies y que no quieras nada de mí, pero te lo suplico,
déjalos estar juntos.
- ¿Para qué? ¿Para qué tu hijo le haga al mío lo mismo
que me hiciste tú a mí? – Dice con enojo.
- Solo no quiero que hagas lo mismo que hizo… - No, no
es momento para hablar de eso – te aseguro que eso no va a suceder, nuestros
hijos se aman, no les causes ese dolor.
- Está bien, si eso es lo que quieres no interferiré,
pero si en algún momento veo a mi hijo sufrir por tu hijito, me las vas a pagar
el doble, Kimitaka.
- Gracias – digo haciendo una corta reverencia – pero te
agradecería más que no me llamaras por mi verdadero nombre.
- Pues yo te llamo como quiera – dice molesto – ya me
dijiste lo que me tenías que decir, así que vete.
- Está bien, pero una cosita más – digo comenzando a
caminar, alejándome unos pocos metros de él – Yo nunca he dejado de amarte –
digo finalmente viendo el rostro lleno de desconcierto de mi amado.
- ¡KIMITAKA IDIOTA! – Lo escucho gritar a lo lejos
mientras corro, no quiero ganarme una paliza de su parte, definitivamente no
voy a rendirme.
*Ryutaro*
- Bien ¿ya decidieron con quién van a ir a la noria? –
Pregunta entusiasmado mi hermano al salir todos de los carros chocones.
- Es cierto, solo pueden entrar de a dos y ya está
atardeciendo – dice Yuto animado.
- Yo iré contigo Yuyan – dice mi hermano Yuri,
abrazando fuertemente a su pareja, me da horror no más pensar en esa palabra.
- ¿Qué? Ustedes no pueden ir juntos – digo molesto.
- Yo iré con Yuto – dice Ryosuke, tomándolo del brazo
como lo ha hecho casi todo el día, es que no me ha dejado ni siquiera hablarle,
ha estado muy raro conmigo en todo el día.
- Entonces eso quiere decir que yo iré con Ryutaro –
dice el idiota mayor posando su mano sobre mi cabeza.
- Si es así, prefiero no subirme – digo retirando su
mano de mi cabeza.
- Vamos Ryutaro, ni porque Kota fuera a hacerte algo –
dice Yuri burlonamente.
- Idiotas – digo caminando directo a la noria ¿por qué
tendría que tenerle miedo a ese tonto?
*Yuto*
Solo podía sonreír al notar el brazo de Ryosuke
sostenerse fuertemente al mío, sé muy bien el gran temor que le causan las
alturas, pero aquí estaba yo para cuidarlo. La fila para subir a la noria es
larga, pero aun así avanza a una velocidad rápida, eso hace que Ryosuke tiemble
de tan solo pensar en que va a subir ahí.
- Bien, creo que ya es nuestro turno – digo al ver que
somos los siguientes en la fila, así que casi a rastras hice que Ryosuke
entrara a la cabina conmigo y al estar ya dentro Ryosuke me abraza fuertemente.
- Yuto ¿me quieres todavía? – Pregunta de repente.
- ¿Por qué preguntas eso?
- Porque la vez pasada me dijiste que te gusta Ryutaro
y yo no quiero que él te guste.
- ¿Estás celoso de Ryutaro? – Pregunto divertido.
- No has respondido todavía a mi pregunta.
- ¿Y qué pasaría si la respuesta es afirmativa?
- Lo sabrás cuando respondas – dice mirándome
fijamente a los ojos.
- Yo quiero a Ryutaro – digo viendo la cara de espanto
de Ryosuke – pero como a un buen amigo, yo te quiero es a ti, como mi novio –
digo tomando su rostro con mis manos y por fin besarlo, siendo correspondido de
inmediato.
- Yo también te quiero Yuto – dice Ryosuke emocionado
y sonrojado – te quiero, te quiero, te quiero – dice repartiendo dulces besos
por mi rostro, sin duda éste día ha sido más que perfecto.
*Kota*
- Pero por favor di algo – digo un poco molesto, estoy
dentro de una de las cabinas de la noria con Ryutaro y éste ni me mira y ni me
habla ¿tan mal le caigo?
- Dije que iba a subir contigo, no que íbamos a tener
una charla.
- Recuerda que estamos aquí porque necesitamos pasar
tiempo de calidad juntos.
- Pues tú estás aquí de colado, yo no te invité.
- ¿Cómo te ha ido en matemáticas?
- Bien, fin de la conversación – dice quedando en
silencio nuevamente, pero que chico tan difícil.
*Yuya*
- Se ve todo tan hermoso desde aquí arriba – dice Yuri
mirando con asombro desde la ventana de la cabina.
- Pero tú eres mucho más hermoso – digo al mismo
tiempo que lo tomo de la cintura, sentándolo sobre mis piernas.
- Yuyan, yo quiero hacer el amor contigo, pero aquí no
podemos hacerlo – ríe divertido.
- Pero no quiero hacer eso aquí, ya habrá otro
momento, solo quiero besarte – digo, viendo como Yuri se voltea dejando su
rostro muy cerca al mío y besarme sin dudarlo ni un poco, estaríamos así hasta
que llegara nuestro turno de salir.
*Maruyama Ryuhei*
- ¡IDIOTA! ¡IDIOTA! – Grito al llegar a casa,
aprovechando que Daiki está este fin de semana en casa de su Madre en Kyoto -
¿cómo te atreves a decir que todavía me amas? ¡ERES UN MENTIROSO! ¡UN MALDITO
MENTIROSO!
CONTINUARÁ...