En verdad lamento mucho el haberme demorado tanto en publicar éste capítulo, pero bueno, aquí está recién salido del horno, muchas gracias por sus comentarios *o* en verdad me alegra que les guste y más por que es la primera vez que incluyo tanto a kanjani8 y eso de cierto modo me preocupaba, pero por lo que he notado lo he hecho bien hasta ahora :)
Y como siempre este fic va dedicado a mi querida Mari a quién tuve la oportunidad de visitar la semana pasada, sin duda fueron días que valieron mucho la pena y espero volver pronto.
Así que disfrútenlo :D
Tema: Father's Love
Extensión: Serial
Parejas: Varias
Autora: Akari-chan
Capítulo 18
*Ryosuke*
Nos quedamos en silencio frente a nuestros hogares,
durante todo el camino no nos habíamos dirigido palabra alguna y solo nuestras
manos habían permanecido juntas, no sabía que hacer o que decir, todo esto es
muy confuso.
- Bien, llegamos – dice Yuto rompiendo con este
silencio tan incómodo.
- Si, ya llegamos – digo sintiendo como él lentamente
suelta mi mano, haciéndome sentir un frío desagradable.
- Buenas noches Nishi…
- Llámame Ryosuke, por favor – digo con súplica, hasta
ahora me doy cuenta de que detesto que me llame por mi apellido, como si fuera
un desconocido.
- Está bien Ryosuke – sonríe levemente, caminando
hasta entrar por la puerta de su casa, dejándome solo en la calle.
- Buenas noches Yuto… - digo en un susurro, caminando
también hasta mí casa, con el corazón latiendo a mil por hora.
Él dijo que me ama, pero también me dijo que Ryutaro
le gusta ¿qué debería hacer?
*Nishikido Ryo*
Caminamos tomados fuertemente de las manos, dándonos
dulces besos durante el camino, olvidándonos por completo de nuestros estados
civiles, aunque él ya es un hombre nuevamente libre, yo todavía no lo soy, pero
por al menos esta noche no quiero que esas cosas afecten la tan esperada unión
de nuestros cuerpos, esa que llevaba esperando desde hace mucho, cuando mi
deseo sexual comenzó a despertar, pero más que todo quería entregarme a él, a
la única persona que realmente amo.
- Te amo Ryo – dice Subaru besando nuevamente mis
labios, un beso dulce que hace que todo mi cuerpo tiemble; nos encontramos en
la única habitación que quedaba disponible del hotel, acostados sobre la cama,
aunque más bien él está sobre mí.
- ¿Esto es un sueño? – Pregunto sin todavía creer que
estamos los dos aquí a punto de consumar nuestro amor, sin ninguna prenda
cubriendo nuestros cuerpos.
- Afortunadamente no lo es – sonríe dirigiendo sus
labios a mi cuello.
- Por favor, no dejes marcas – digo un poco apenado,
aunque realmente me gustaría que lo hiciera, que marcara todo mi cuerpo que de
ahora en adelante solo será suyo.
- En el cuello no, pero si más abajo – sonríe
traviesamente y sin dejarme protestar bajó su rostro hasta mi pecho, pasando su
lengua sobre éste hasta llevarla a una de mis tetillas para seguidamente
morderla, haciéndome gemir de dolor.
- No seas tan brusco – digo dándole un golpe en su hombro
– me dolió.
- Lo siento, es que no puedo contenerme y menos de
tenerte así para mí – dice mirándome con deseo volviendo a lo que estaba
haciendo segundos antes, pero con más delicadeza, haciéndome estremecer con
cada roce de sus labios sobre mi piel y más al sentir una de sus manos
acariciar mi miembro, que ya estaba erecto desde antes de llegar al hotel y que
él no se había molestado en atender.
Pero yo no quiero quedarme quieto, también quiero
tocarlo y hacerle sentir muchas de las cosas que él me hace a mí, así que
tomando un pequeño impulso logro que quedemos los dos sentados sobre la cama y
aprovechando esta posición, tomo su miembro con una de mis manos, masajeándolo
de arriba abajo haciendo presión en su glande, al mismo tiempo que lo beso con
fogosidad, adentrando mi lengua en su boca, su mano tampoco ha dejado de
masturbar el mío, acercándose un poco más a mí, haciendo que nuestros miembros se
junten y al ya no poder aguantar más, ambos nos corremos mojando nuestras manos
con nuestros semen mezclados.
- ¿Qué te gustaría ser? – Pregunta sonriente mientras
acaricia mis piernas, lo miro confundido pero luego de unos segundos creo saber
a qué se refiere.
- Siempre he querido saber que se siente tenerte entre
mis piernas, he soñado mucho con eso – digo avergonzado, después de todo lo que
hemos hecho hasta ahora, no puedo dejar de sentirme así – pero sé cuidadoso que
soy virgen – de por Dios que estoy diciendo.
- Será todo un honor quitarle la virginidad a tan
bello joven – ríe haciéndome avergonzar más de lo que estoy.
*Shibutani Subaru*
Siento que puedo morir de felicidad de tan solo estar
así con Ryo, sintiendo su respiración chocar con la mía y sus labios besándome
con devoción. Dirijo la mano que está empapada con el semen de ambos hasta
donde se encuentra su ano, masajeando un poco esa parte hasta adentrar uno de
ellos hasta esa cavidad tan estrecha, sintiendo su cuerpo estremecerse.
Lo acuesto nuevamente sobre la cama sin dejar de
dilatar su entrada, ahora con tres dedos dentro, escuchando los excitantes
gemidos de mi amado que poco a poco comienza a mover las caderas al mismo ritmo
que mis dedos que luego de unos minutos más de preparación los saco de ahí y
abro bien sus piernas, introduciendo lentamente mi miembro en su entrada,
disfrutando de esa estreches que tanto placer me está causando.
- Te amo… te amo tanto… - digo entre besos, moviéndome
lentamente dentro de él, sé que debería esperar pero mi autocontrol ya llegó a
un límite en el que no puedo parar, puedo ver sus lágrimas y oír sus quejidos
de dolor, mientras que yo disfruto al máximo de estar dentro de él.
- Yo también te amo Subaru – dice casi sollozando,
rodeando mi cintura con sus piernas, comenzando a mover sus caderas al ritmo de
mis embestidas, saliendo poco a poco de sus labios esos jadeos que tanto he ansiado
escuchar, nunca he creído en la perfección, pero para mí hacer el amor con Ryo,
con el hombre que amo, simplemente lo es.
Nos seguimos acariciando y besando con pasión,
aguantándome las enormes ganas de dejar marcas en su piel, de demostrarle al
mundo que por fin él es mío, expulsando ambos nuestro semen casi al mismo
tiempo, seguidos de un jadeo lleno de placer.
- Su… Subaru, solo… espérame un poco más – dice Ryo
entrecortadamente, besando dulcemente mis labios, totalmente exhausto.
- Ya te he esperado mucho y lo seguiré haciendo – digo
saliendo de su interior para luego posar mi cabeza sobre su pecho, quedándome
dormido con el sonido de su acelerado corazón.
*Yuri*
- ¿Para dónde vas? – Pregunta de inmediato Ryutaro al
verme levantado de mi cama ¿es qué acaso no duerme por estarme vigilando?
- Voy al baño – digo con obviedad.
- Te acompaño – dice sentándose en el borde de su
cama.
- No es necesario que lo hagas, solo voy al baño.
- Quieras o no te acompañaré.
- Ryutaro solo voy al baño, por favor confía en mi –
digo suplicante.
- Está bien, pero no demores – dice amenazante, así
que salgo de la habitación y me dirijo rápidamente al baño, cerrando la puerta
de éste con cuidado, sintiendo como alguien me abraza por detrás, rodeando mi
cintura con sus brazos.
- Pensé que no vendrías hoy – dice Yuya en voz baja,
besando luego mi mejilla.
- Lo siento, pero ya sabes como es mi hermano, casi
que me toca venir junto con él – digo mientras me volteo para poder verlo.
- Lo sé, pero lo importante es que ya estás aquí -
dice abrazándome con fuerza y comenzando a devorar mis labios en un fogoso beso
que me deja casi sin aliento.
- Estás muy ansioso hoy – digo riendo con picardía, me
encanta que me desee de esa manera.
- Es que extrañaba tanto tus besos que no podía dormir
sin recibir el de buenas noches al menos – sonríe haciéndome sonrojar con esas
dulces palabras, nunca nadie me había tratado de esa manera.
- Te quiero Yuya – digo tomando su rostro con mis
manos para volverlo a besar.
- Yo también, aunque más que querer, quiero decirte
que te amo.
- Yuya… si sigues diciendo esas cosas…
- Te amo Yuri – dice bajando sus manos hacia mis
nalgas, haciéndome jadear.
- Yuri ¿por qué demoras tanto? – Dice desde el otro
lado de la puerta mi hermano Ryutaro, haciéndonos separar estrepitosamente.
- Ya voy – respondo con algo de molestia ¿por qué
tienen que ser así las cosas?
- No te enojes con él – dice besando mi frente –
buenas noches.
- Buenas noches – susurro dándole un corto y dulce
beso en los labios.
- ¡Yuri!
- No hables tan fuerte, ya voy – digo en voz baja,
saliendo del baño viendo a mi hermano con su cara de molestia que cada vez me
irrita un poco más.
- Vamos – dice tomándome de la mano, caminando juntos hasta
nuestra habitación, por más molesto que sea, en verdad no puedo enojarme
seriamente con él.
*Keito*
- Hasta luego hijos, nos vemos en la noche – dice mi
Papá levantándose de su asiento al terminar de desayunar, acercándose a
nosotros para darnos un beso en la frente.
- Hasta la noche – decimos ambos al unísono con una
sonrisa.
- Kei ¿estás preocupado por algo? – Pregunto de
inmediato al ver a mi Papá cruzar por la puerta.
- ¿Por qué preguntas eso? – Dice nervioso.
- Es que desde hace uno días te veo muy extraño y más
ayer que llegaste pálido como un fantasma ¿pasó algo con Dai-chan?
- No, con Dai-chan va todo muy bien, pero… - suspira –
el problema es su Padre.
- ¿Con Maru-sensei? – Pregunto totalmente extrañado.
- Sí, desde hace un tiempo que le está diciendo a Daiki
que me deje y no entiendo por qué tan de repente cambió de opinión, si desde un
principio estuvo de acuerdo con la relación.
- ¿Desde hace cuánto está pasando esto?
- Hace menos de un mes – responde angustiado.
- Ya veo… - digo pensativo ¿será que esto tiene que
ver con el encuentro de Papá y Maru-sensei?
- Tengo que irme ya – dice Kei tomando el último sorbo
de su café.
- Que te vaya muy bien hermano, saluda a Dai-chan de
mi parte.
- Lo haré y por favor Keito, no le digas nada a mi Papá
sobre esto, no quiero preocuparlo.
- No te preocupes, mis labios están sellados, ya verás
que pronto todo se solucionará.
- Eso espero – dice finalmente, dándome un abrazo para
luego salir también de la mansión.
- Bien, es hora de que el Detective Keito vuelva con
su investigación.
Digo al terminar de desayunar y aprovechando que mi
Padre no está en casa, subo rápidamente hasta su habitación, encontrándome con
que ésta no está cerrada con seguro, así que esto hará las cosas un poco más
fáciles para mi investigación, así que entro de inmediato, viendo todo a mi
alrededor, ahora que lo pienso desde que llegué no he entrado a ésta
habitación, así que no sé muy bien por donde debería comenzar a buscar, así que
con cuidado de no desordenar busco en los cajones, aunque es difícil hacer esto
y no saber exactamente qué es lo que se está buscando, pero algo debe haber,
alguna pista que me ayude a esclarecer todas mis dudas; hasta que fijo mi
mirada en la mesa de noche, viendo sobre ésta una foto, una que no había visto
nunca en mi vida.
*Murakami Shingo*
No pude pegar el ojo en toda la noche por estar
pensando en que mal había hecho para que Uchi-san se enojara conmigo, porque en
verdad que se veía molesto y eso no me agrada para nada y menos si se trata de
él, así que he estado casi media hora esperando con la puerta medio abierta,
esperando a que llegue de su trabajo.
- ¿Papá qué haces? – Pregunta Hikaru.
- Estoy esperando a que llegue Uchi-san de su trabajo.
- Papá ¿has pensado en que te ves como un acosador
escondiéndote así? – Pregunta con burla.
- No soy un acosador, solo necesito hablar
urgentemente con él.
- Sí, claro, entonces me iré adelante, nos vemos en el
Instituto – dice dándome un abrazo para después irse, mientras que yo me quedo
ahí mirando por la abertura de la puerta.
*Hikaru*
- Buenos días Hikaru – dice Uchi-san saludándome
alegremente, aunque se ve bastante cansado.
- Buenos días Uchi-san ¿vienes del trabajo?
- Sí y créeme que lo primero que haré cuando entre a
mi casa será dormir.
-Ya veo, por cierto tengo algo que contarte.
- ¿Qué pasó?
- ¿Te acuerdas del chico que me estaba molestando
últimamente? – Asiente – pues él y yo somos novios ahora – digo con una
felicidad y un sonrojo que no me la creo todavía.
- Que bien, me alegro mucho por ustedes.
- Gracias, bueno, tengo que irme que quedé de
encontrarme con él en la entrada del Instituto.
- Ve con cuidado – dice dándome un abrazo.
- Por cierto, mi Papá te está esperando en la entrada
del apartamento, dijo que tiene que hablar contigo urgentemente – digo
finalmente, tomando nuevamente mi camino.
*Uchi Hiroki*
Suspiro profundamente ante el último comentario de
Hikaru ¿me está esperando? ¿Qué querrá decirme? Así que con pasos torpes me
dirijo al edifico, totalmente temeroso por lo que pudiera pasar.
- Buenos días Uchi-san – dice Murakami-san saliendo
estrepitosamente de su apartamento, tiene un aspecto de que no durmió bien en
toda la noche y eso hace que me preocupe.
- Buenos días – respondo todavía temeroso.
- Uchi-san – dice al mismo tiempo que se arrodilla en
el suelo y hace una reverencia ¿qué está pasando? – Te pido perdón por si hice
algo malo que hizo que te molestaras, sea lo que sea que haya sido quiero
pedirte que me perdones y que no era mi intención.
- Murakami-san no creo que debas de llevar las cosas
al extremo.
- Por favor perdóname Uchi-san – dice en casi un
grito, estampando su rostro en el suelo.
- Te perdono, te perdono – digo rápidamente viendo
como él se levanta y me toma de las manos.
- ¿En serio me perdonas? – Pregunta con cierto brillo
en los ojos.
- Bueno, en realidad debes ser tú el que me perdone
por haber sido grosero contigo anoche.
- ¿Por qué estabas molesto?
- Esto… no era nada importante, perdón si te causé
alguna molestia – digo haciendo una pequeña reverencia, en verdad no es
necesario que sepa que todo fue por unos celos estúpidos.
- Bueno, creo que ahora puedo estar más tranquilo –
dice Murakami-san suspirando aliviado, me voy ya que se me hace tarde y no es
bueno para un profesor ser impuntual.
- Que tengas un buen día – digo dándole sin pensarlo
un beso en la mejilla – Pe… perdón.
- Que tengas un buen día también – dice un poco
avergonzado, yéndose casi corriendo ¿pero qué tontería acabo de hacer?
*Maruyama Ryuhei*
- Maruyama-san ¿puedo hablar contigo un momento? –
Dice Ohno-san al entrar a la sala de profesores.
- Claro ¿de qué quieres hablar?
- Me gustaría que habláramos en el pasillo, aquí hay
mucha gente.
- Sí – digo saliendo junto con él de la sala - ¿Y de
qué quieres hablarme?
- Maruyama-san, tú y yo nos conocemos desde hace mucho
y además tenemos tanto en común – dice un poco nervioso ¿se encontrará bien?
- ¿Y qué tenemos en común?
- Bueno, pues, cumplimos años el mismo día.
- Ah, es cierto ¿pero a qué quieres llegar con esto?
- Maruyama-san ¿te gustaría salir conmigo?
- Claro que si – digo sonriente.
- Gracias, entonces ¿para éste sábado te parecería
bien?
- Por supuesto – digo alegremente, quizás salir con un
amigo me ayudará a relajarme un poco.
*Yokoyama You*
- ¿Ahora qué quieres? – Pregunto al contestar mi
teléfono, es una llamada de Aiba.
- Yoko, tengo que contarte algo.
- ¿Le pasó algo a Keito?
- No, Keito está muy bien, es sobre Maruyama-san, el
director lo ha invitado a salir.
- ¿Y qué tiene eso de grave?
- Lo grave es que Ohno-san está muy interesado en él y
quiere conquistarlo.
- Bueno, eso sí es grave – digo con preocupación - ¿es
muy guapo?
- Tan guapo como tú no es, pero en verdad creo que
deberías de hacer algo.
- Está bien, averigua en donde se encontraran y a qué
horas.
- Lo haré, que tengas un buen día – dice colgando de
inmediato el teléfono, dejándome con una preocupación enorme, pero estoy seguro
de que él no le corresponderá ¿o sí?
CONTINUARÁ...
No puedo decirte que tan emocionada estoy sobre este fic, espero que pronto publiques mas ewe amo este serial tan original
ResponderEliminarEl detective Keito... Jajaja, tan lindo.
ResponderEliminarMe está empezando a gustar la pareja Subaru-Ryo, y que Yabu haga un movimiento con Ryutaro para que deje de ser tan sobreprotector con Yuri xD
Estaré esperando ansiosamente el siguiente capítulo. Ánimo~
Ese Ryutaro necesita atención urgentemente! xD Yabu ya ponte las pilas!
ResponderEliminar*w* Que hot estuvo el SubaRyo
Ohno intenta robarse a Maru! You has algo rapido!
Baka-Yama-chan ahora sí siente algo por Yuto... espero que le pida perdón como es debido >A<
ResponderEliminarPienso que si a Ryutaro le dieran un buen rato no estaría tan amargado...¿ne? hahahah
Me hace mucha gracia el detective Keito, ¿qué habrá descubierto?