19 may 2015

Father's Love

Hola a todos :D

Me siento muy feliz y emocionada, por lo del nuevo album de Jump que casualmente será lanzado el 24 de Junio que es mi cumpleaños, en verdad que está que se me sale el corazón de tanta emoción y espero poder comprarlo XD

Como siempre este fic va dedicado a mi querida amiga Mari que hace poco cumplió añitos, te quiero mucho y muchísimas gracias por todos sus comentarios *o*


Tema: Father's Love
Extensión: Serial
Parejas: Varias 
Autora: Akari-chan


Capítulo 7

*Uchi Hiroki* 

Desde que conocí a Murakami-san, algo dentro de mí despertó, una atracción que hacía mucho no sentía por alguien y aunque fuera mayor que yo y ya tuviera un hijo, eso no sería un obstáculo para conquistarlo, aunque en realidad si había uno, y ese era que con toda esa hoja de vida que tiene, era casi imposible que él se fijara en alguien como yo.

- Buenos días – dije alegremente al ver que se abría la puerta y era él quién la abría.

- Buenos días – dijo, notando cierto brillo en sus ojos, que me hacía sentir muy bien - ¿En qué puedo ayudarte?

- Siento mucho tocar tan temprano, pero es que necesito un favor – dije con algo de súplica.

- Si es por ti, hago cualquier cosa – dijo, haciendo que me ruborizara por completo.

- Esto… Bueno, cómo verás, he tenido mucho trabajo que hacer últimamente y no me ha quedado tiempo para hacer las compras, así que me preguntaba si tenías algo para ofrecerme de comer, cualquier cosa estaría bien, hasta la semana siguiente tengo día libre, así que te lo pagaré hasta entonces.

- Pues si quieres pasa y desayuna conmigo – dijo sonriendo ampliamente.

- ¿No sería mucha molestia?

- No, para nada, sería un verdadero gusto, además mi hijo hoy se fue sin desayunar, así que no sería bueno desperdiciar esa comida.

- Gracias Murakami-san – dije totalmente aliviado y es cierto, trabajo en una empresa y en estos días tenía que ayudar con el inventario y todo un montón de cosas más y sumándole lo de la mudanza a mi nuevo apartamento, no me había quedado ni tiempo para algo tan básico como el hacer las compras.


*Murakami Shingo*

Esta es la primera vez que Uchi-san entra a mi apartamento, y por ende no puedo evitar sentirme entusiasmado y más al saber que podía ayudarlo en algo, haciendo que mí corazón lata de la alegría tan grande que siento en estos momentos, porque si de algo estoy seguro es que siempre lo ayudaría en lo que pudiera.

Después de haber servido el desayuno, nos sentamos ambos en las sillas del comedor, notando que realmente él estaba muerto de hambre, al ver como se comía todo lo que había preparado con tantas ansias.

- No pensé que estuvieras tan hambriento – dije sin quitarle la mirada de encima.

- Es que anoche llegué tardísimo y sobretodo muy cansado, así que me dormí sin probar bocado alguno – dijo apenado.

- Se ve que tu trabajo es muy duro – dije con algo de preocupación.

- Es que estoy cubriendo dos turnos mientras llegan los nuevos empleados, mis compañeros y yo hemos estado trabajando así desde inicios de este mes.

- ¿Y no hay restaurantes cerca de donde trabajas?

- Si, en la empresa hay uno, pero no me gusta mucho la comida que allá preparan, aunque igualmente siempre se hacen filas interminables para conseguir algo, así que ni me molesto, esa es mi realidad en estos momentos.

- Ya veo – dije pensativo, cruzándose cierta idea por mi mente – pues si quieres, yo te puedo hacer las tres comidas, para que las lleves y puedas comer a gusto, mientras se soluciona tu situación.

- En verdad que no quiero ser una molestia – dijo todavía apenado.

- Ya te dije que estoy encantado de ayudarte – dije tomando de manera inconsciente su mano.

- Muchas gracias, no sé cómo pagarte todo esto, pensarás que soy un aprovechado.

- No tienes por qué preocuparte.

- Ya se me está haciendo tarde – dijo al mismo tiempo que miraba su reloj.

- ¿Ya te vas? – Pregunté desanimado.

- Si, muchas gracias por el desayuno – dijo levantándose de su asiento, dispuesto a salir, pero con la misma se devolvió – por cierto, toma – dijo entregándome una llave.

- ¿Y esto? – Pregunté un poco confundido.

- Es una copia de la llave de mi apartamento, llegaré pasadas las diez de la noche, así que puedes dejar la cena en el mesón de la cocina.

- Está bien, que tengas un buen día – dije sonriente, recibiendo una sonrisa y un sorpresivo beso en la mejilla de su parte, dejándome totalmente atónito por lo que acababa de pasar.


*Ryosuke*

- ¡Feliz cumpleaños! – Exclamó mi Papá al verme entrar por la puerta de la sala del comedor, para enseguida abrazarme fuertemente.

- Gracias Papá – dije correspondiendo alegremente a aquel abrazo.

- Feliz cumpleaños hijo – dijo mi Mamá al salir de la cocina, llevando en sus manos un enorme pastel con muchas fresas, esas que tanto me encantan, con una vela ya encendida en medio del pastel.

- Muchas gracias Mamá – dije entusiasmado, sin quitarle la vista de encima a ese pastel que se ve tan apetitoso.

- Primero apaga la vela y pide un deseo – dijo mi Papá, así que cerré mis ojos, pensando seriamente en lo que desearía, apagándola de un solo soplo al ya haber pensado en cuál era mi deseo.

Luego de eso comimos algo de pastel, dejando el resto para la noche y despidiéndome de mis padres, me encaminé hacía el Instituto, ignorando por completo al que es mi vecino, al llegar me felicitaron algunos de mis maestros y varios de mis compañeros.

- Feliz cumpleaños Ryosuke – dijeron Fuma y Kento, abrazándome con fuerza.

- Gracias chicos – dije con dificultad, tratando de zafarme del abrazo.

- ¿Ya cuantos cumples? – Preguntó Fuma.

- Dieciocho años – dije con orgullo.

- Ya casi eres un adulto – dijo Kento.

- No seas tonto – reí.

Comenzó la clase normalmente, sintiéndome tan feliz de ser tan querido, hasta había sido felicitado por Hikaru, quién últimamente se veía muy decaído y pensativo, esperaba poder hablar con él lo más pronto posible y saber qué es lo que tanto le atormenta, pero aun así trataré de disfrutar este día tan especial para mí.


*Nishikido Ryo*

Todavía me puedo acordar con claridad del día en el que tuve a mi hijo por primera vez entre mis brazos, se veía tan pequeñito, tan frágil, hasta tenía miedo de que en algún momento se me fuera a caer, pero poco a poco mis miedos y preocupaciones se fueron desvaneciendo, dejándome disfrutar de eso tan hermoso como lo es ser un Papá.

- Hoy está cumpliendo años Ryosuke ¿cierto? – Preguntó Subaru, al verme entrar al restaurante.

- Si, dieciocho años para ser exactos – dije alegremente, no tan solo por el cumpleaños de mi hijo, sino por la persona que tengo al frente.

- Ha crecido bastante, se parece a ti.

- ¿Igual de guapo?

- No tanto – rió.

- Que gracioso – dije tratando de sonar molesto, pero me es imposible enojarme con él.

- Esto es para Ryosuke – dijo dándome una pequeña caja, envuelta en papel regalo.

- ¿Y por qué no se lo das personalmente? Ni que viviéramos tan lejos – dije un poco extrañado.

- Es que tengo una salida importante hoy y pues no sé si tenga tiempo para entregárselo.

- ¿Entonces no vienes a trabajar hoy? – Pregunté con algo de tristeza.

- No, solo te estaba esperando para darte el regalo.

- Ok, que te vaya bien – dije, caminando rápidamente hacía la oficina del restaurante, tratando de no llorar, sé que es una reacción exagerada, pero no me gusta que él se aparte de mí.


*Yuto*

En verdad no estaba muy seguro de hacer lo que tenía pensado, pero haría hasta lo imposible para ganarme el amor de Ryosuke, aunque éste en verdad me odiara sin razón aparente, así que armándome de valor y aprovechando la hora de receso, entré al salón de clase al que asiste él y puse un ramo de rosas junto con una nota sobre su escritorio, retirándome rápidamente.


*Ryosuke*

Al terminar la hora de descanso me dirigí junto con mis amigos a nuestro salón, encontrándome con que alguien había dejado un ramo de rosas sobre mi escritorio, cosa que en vez de alegrarme me puso de muy mal humor, ya que no necesito de ser adivino para saber quién había dejado eso ahí.

Tomé aquel ramo con una de mis manos y con la otra tomé la nota, arrugándola por completo, no me interesaba leer lo que tenía escrito. Salí del salón yendo al de al lado, en el que se encontraba él y viendo que todavía no había llegado el maestro, lo saqué de un solo tirón, llevándolo hasta la azotea del Instituto.

- ¿Te gustó el ramo? – Preguntó al detenernos, sonriendo como tonto.

- ¡IDIOTA! – Grité, al mismo tiempo que le arrojaba el ramo y la nota en su cara - ¿Cuántas veces tengo que decirte que me dejes en paz?

- Ryosuke, yo te amo – dijo tratando de acercarse a mí, pero lo esquivé de inmediato.

- Eso del amor es una tontería – dije burlonamente – si en verdad me amas como dices, vete y no vuelvas a dirigirme la palabra.

- ¿Eso es lo que quieres? – Preguntó con tristeza, hasta podía ver como sus lágrimas amenazaban con salir, pero eso no lograba conmoverme.

- Si, eso quiero – dije decidido.

- Está bien, me iré, dejaré de fastidiarte y deseo que seas muy feliz – dijo casi sollozando.

- Eso espero Shibutani.

- Adiós Nishikido – dijo para después irse corriendo, al parecer mi deseo se había cumplido.


*Shibutani Subaru*

Si pudiera mirar a Ryo eternamente, sin ninguna duda lo haría, amo todas y cada una de las expresiones de su rostro, esos ojos tristes, cautivadores, esa sonrisa que hace mi corazón palpitar, enmarcada por esos labios que tanto aclaman ser besados por los míos, esa nariz que con tanto anhelo deseo acariciar con la mía, esas orejas a las que le susurraría palabras de amor y esos suaves, negros y hermosos cabellos con los cuales enredaría mis dedos entre ellos con gusto. Pero la realidad es tan dolorosa, tan asfixiante, no sé hasta cuando podré soportar estos sentimientos que luchan día a día por salir, para hacer todas aquellas cosas que solo he podido hacer en mis sueños y pensamientos, tengo que hacer algo pronto, así llegue a perder todo lo que he conseguido hasta ahora.


*Uchi Hiroki*

Camino despacio, totalmente exhausto y hambriento, abro la puerta de mi apartamento, dirigiéndome hacía la cocina, viendo sobre el mesón un recipiente junto con una pequeña nota sobre éste, la cual tomo con una de mis manos, ansioso por leer lo que hay en ella.

Espero que la cena
 sea de tu agrado…
Nos vemos en el desayuno.
Att. Murakami Shingo

Sonrío como tonto, besando la nota y luego de abrir el recipiente, comienzo a comer lo que hay en él, dándole gracias al cielo por haberme permitido conocerlo.

CONTINUARÁ...

6 may 2015

Father's Love

Hola a todos mis queridos lectores :D
Hoy les traigo el capítulo 6 de este fanfic que tanto me está gustando escribir, esto va como parte de mi celebración de mi cuarto aniversario de fan de Hey! Say! Jump y el tercero de ser fan de Kanjani8, espero que sea de su agrado y muchísimas gracias por sus comentarios y como siempre este fic va dedicado a mi querida amiga Mari <3




Tema: Father's Love
Extensión: Serial
Parejas: Varias 
Autora: Akari-chan


Capítulo 6

*Ryutaro*

En verdad que no tenía ni la más mínima intención de conocer a los que serían los nuevos integrantes de mi familia, pero hacía tanto tiempo que no veía a mi Papá tan feliz, que no me quedó de otra que aceptarlo.

Llegamos al restaurante en el que habían acordado encontrarse mi Papá y su novio, uno bastante elegante, apto para tan gran acontecimiento, entramos a dicho lugar, viendo como mi Papá dio un pequeño salto de alegría y casi corriendo se acercó al hombre que estaba junto a dos muchachos más, abrazándolo cariñosamente, haciéndome entender que eran ellos quienes estábamos buscando.

Mi hermano y yo nos acercamos a aquella mesa, quedando ambos frente a frente con quienes serían nuestros futuros hermanastros, quienes al parecer si se veían muy contentos de conocernos.

- Yasuda Yuri, es un gusto conocerlos dijo de inmediato mi hermano, extendiendo su mano, con aquella sonrisa coqueta suya, odio cuando hace eso.

- Okura Yuya, encantado – dijo éste tomando la mano de mi hermano.

- Okura Kota, mucho gusto – dijo mirándome al mismo tiempo que extendía su mano, pero no la tomé.

- Yasuda Ryutaro – dije solamente, tomando asiento.

Después de presentarnos, llegó la comida, empezando todos a hablar casi de todo, excepto yo, no tenía mucho que decir y tampoco tenía muchas ganas de hacerlo, por suerte mi Papá y mi hermano respondían por mí, pero aun así escuchaba atentamente cada palabra que salía de sus bocas. Los hermanos Okura habían entrado a la Universidad recientemente, mientras que mi hermano estaba cursando su último año de Instituto y yo apenas comenzaba mi primer año de éste último.

Suspiré profundo al notar la forma en que Yuri miraba al menor de los hermanos Okura, sabía de ante mano que era alguien muy enamoradizo, así que tendría que vigilarlo constantemente para evitar que haga algo indebido.


*Yuri*

No podía evitar sonreír tontamente al estar frente a frente con mis futuros hermanastros, sin duda son realmente guapos, inclusive más de lo que había imaginado, pero solo uno había captado más mi atención, Yuya.

Me sonrojaba cada vez que nuestras miradas chocaban mientras disfrutábamos de la comida, hacía tanto que no sentía aquellas mariposas en mi estómago y no me disgustaba para nada el tenerlas allí, pero tenía que preguntar algo primero.

- Por cierto… ¿tienen novia? – Pregunté muy ansioso por la respuesta, sobre todo por la de Yuya, ya que aunque me gustara no quería meterme con alguien comprometido.

- ¡No! No tengo – dijo animadamente Yuya, cosa que me alegró.

- Yo tampoco – dijo Kota sonriente.

- ¿Tan guapos y sin novia? – Preguntó Papá un poco sorprendido.

- Es que no hemos encontrado a ese alguien especial – dijo Yuya.

- Además ya que estamos en la Universidad, queremos concentrarnos en nuestros estudios – dijo Kota.

- Eso está muy bien, pensar en prepararse para tener un buen futuro - dijo Papá.

- Pero algo de amor en el camino no estaría mal – dijo Okura-san.

- En eso tienes razón – dijo Papá, dándole un dulce beso en los labios a su novio, se veían tan lindos juntos, me alegra mucho que mi Papá se haya enamorado de alguien tan bueno como Okura-san.


*Ryutaro*

- ¿Y cuándo piensan casarse? – Preguntó Yuri con una inmensa sonrisa, luego de ver ese dulce beso entre Papá y su novio.

- En un mes – dijo Okura-san tomando la mano de mi Papá, quién se encontraba totalmente sonrojado, haciendo que casi escupiera el jugo que estaba bebiendo.

- ¿Tan pronto? – Dije levantándome de mi asiento, apoyando mis manos sobre la mesa.

- Si. Será una ceremonia por lo civil y pues no queremos esperar más tiempo – dijo mi Papá entusiasmado.

- ¿Y dónde viviremos? – Preguntó Yuri.

- Eso ya está arreglado, ya con algunos de nuestros ahorros pagamos parte de la que será nuestra nueva casa y con la venta de las que tenemos, pagaremos lo que falta – dijo Okura-san.

- Pero… - Iba a objetar, pero rápidamente Yuri me tomó del brazo, haciendo que me sentara nuevamente.

- Ni se te ocurra decir algo – dijo susurrándome al oído, eran pocas las veces en las que Yuri me miraba de esa manera tan atemorizante, así que no me quedaba otro remedio que tragarme lo que iba a decir.


*Yasuda Shota*

Me alegraba mucho que todo estuviera saliendo tan bien, ver a mi hijo Yuri conversar tan amenamente con los hijos de mi novio, me hacía sentir aliviado, pero Ryutaro es el que más me preocupa, sé muy bien que desde un principio no había estado de acuerdo con mi compromiso y que por ende tantos cambios lo alterarían, pero confiaba en que pronto pudiera adaptarse a esa nueva vida que tendríamos de hoy en adelante.

Al terminar la cena, salimos todos del Restaurante, despidiéndonos en las afueras de éste, abracé y besé a mi prometido, sintiéndome tan feliz de estar a su lado, ansioso por que llegara pronto el día en el uniríamos nuestras vidas para siempre.

- ¿Y qué les pareció? – Pregunté un tanto nervioso al llegar a casa.

- Papá, habías dicho que Okura-san era guapo, pero no pensé que lo fuera tanto y ni se diga de sus hijos – dijo Yuri alegremente.

- ¿Y qué piensas Ryutaro? – Pregunté mirando con preocupación a mi hijo menor.

- Pues está bien, supongo… - Suspiró – aunque no me gusta que vayan tan rápido.

- Sabía que dirías eso – dije abrazando a mi hijo fuertemente.

- Deberían esperar más tiempo.

- Mi Ryu, sé muy bien que todo está pasando muy rápido, pero así también sucedió cuando me casé con tu Mamá – dije sonriente al recordar aquel tiempo en el que me había enamorado de la mujer de mi vida.

- Mamá y Papá apenas y llevaban cuatro meses de conocerse, cuando se casaron, al menos con Okura-san ya lleva un poco más de tiempo – dijo Yuri.

- Pero tampoco quiero que vendan esta casa, está tan llena de recuerdos – dijo Ryu con nostalgia.

- En eso estoy de acuerdo con Ryutaro – dijo Yuri – nosotros somos más que testigos de lo mucho que Mamá y tu trabajaron por tener esta casa y aunque me emocione vivir en una nueva con nuestra futura familia, no quiero que vendas ésta.

- Entonces ¿Qué propones?

- Propongo que pongan ambas casas en arriendo y con ese dinero paguen a cuotas lo que quedan debiendo de la casa, así que cuando Ryu o yo queramos hacer posesión de ésta casa, no habría ningún problema porque seguiría siendo nuestra.

- Eso suena muy bien ¿y tú qué opinas Ryu? – Pregunté ansioso por saber la respuesta de mi hijo.

- Pues eso estaría mejor – dijo brindándome una sonrisa.

- Está bien, lo hablaré con Tadayoshi, de seguro él aceptará.

- Así se habla Papá – dijo Yuri al mismo tiempo que me abrazaba.

- Gracias Papá – dijo Ryu uniéndose al abrazo.


*Okura Tadayoshi*

No puedo negar que me sentía realmente asustado por cómo reaccionarían mis hijos al conocer a mi prometido y a los hijos de él, pero aparentemente todo había salido a pedir de boca, sorprendiéndome de lo maduros que se habían vuelto, pero aun así tenía que hablar con ellos sobre el tema.

- ¿Y qué opinan? – Pregunté al estar ya todos en la sala de nuestra casa.

- Yasuda-san se me hace una persona muy agradable, ya entiendo por qué te enamoraste de él – dijo Kota.

- Y Yuri es encantador – dijo Yuya – aunque su hermano se veía algo malhumorado.

- Sí, Yasu ya me había dicho que Ryutaro es un poco difícil, pero con el tiempo espero que nos podamos llevar mejor con él. Bueno, me iré a dormir que hoy fue un día muy pesado – dije estirando un poco mis brazos.

- Buenas noches Papá – dijeron ambos al unísono.

- Buenas noches hijos – dije para después encaminarme hacía mi cuarto, con una sonrisa en mi rostro.


*Kota*

- Y qué fue eso de: “Y Yuri es encantador” – Pregunté al entrar ambos a la habitación que compartimos.

- ¿Es que acaso no lo viste?

- Sí, si lo vi y pues no está nada mal.

- ¿De verdad que si? Está tal y como me lo recomendó el Doctor – dijo bastante entusiasmado.

- ¿Pero qué cosas dices?

- Eso se llama amor hermanito.

- No me digas que te enamoraste a primera vista.

- Si Papá y Yasuda-san se enamoraron así ¿por qué yo no?

- Si tú lo dices.

- Además ¿viste cómo me miraba durante la cena?

- Estás loco – reí.

- Si, pero loco de amor.

- Si en verdad te gusta, espero que sea algo serio, no quiero que por culpa de ustedes la relación de Papá y Yasuda-san tenga problemas.

- No te preocupes hermanito, esto lo llevaré con calma y no causaré ningún problema a nuestros padres.

- ¿Nuestros padres?

- Si, Yasuda-san me cayó muy bien y no está demás en decirle Papá, aunque sea algo pronto.

- No suena mal, pero sería mejor si lo llamamos así cuando ya vivamos todos juntos.

- Sería lo mejor, estoy ansioso por que llegue ese día – dijo acostándose sobre su cama.

- Yo también, aunque tengamos que aguantar las malas miradas de Ryutaro.

- Si, que chico tan pesado.

- Ni que lo digas – dije acostándome sobre mi cama.


*Yuri*

- Ambos son guapísimos – dije revolcándome sobre mi cama, bajo la mirada molesta de mi hermano.

- Tampoco es para tanto – dijo con molestia.

- A ti si no te gusta pero nada.

- Si hay cosas que me gustan, pero ellos no están entre esas cosas.

- Que amargado eres, te hace falta un novio urgente.

- ¿Y para qué necesito yo un novio?

- Para que te dé un buen polvo, a ver si se te quita ese humor de los mil demonios que tienes.

- ¡Eres un tonto! Mejor me voy a mi habitación – dijo yendo hacía la puerta.

- Ryutaro.

- ¿Si?

- Yuya es mío – dije finalmente, viendo la cara de completo enojo de mi hermano, quién cerró la puerta fuertemente.

CONTINUARÁ...