22 sept 2013

~Seduciendo a mi profesor~

Holaaaaaaaaaaaaaaa :D
después de dos días de retraso, por fin les traigo el capítulo 19, me costó un poco ya que es el primer trío que escribo y pues, no sé si me quedó muy bien pero, en todo caso trataré de mejorar eso y cómo en todos los capítulos este fic va dedicado a Mabe-chan, espero que les guste :D y muchas gracias por sus comentarios :D



Tema: ~Seduciendo a mi profesor~
Extensión: Serial
Parejas: Takachii/Inoodai/Yamajima
Autora: Akari-chan


Capítulo 19

Después de ver como ellos dos se alejaban de mi, me dirigí hacía mi casa, aún consternado por lo que hacía unos cuantos minutos había sucedido, ¿acaso me estaban jugando una broma? Realmente no lo sabía, pero tendría que ir a averiguarlo. Al llegar a casa me acosté sobre la cama, tratando de desenredar ese nudo que tenía en mi cabeza, pasó el tiempo y sin darme cuenta me quedé dormido y solo pude despertarme cuando mi Mayordomo tocaba la puerta de mi habitación, indicándome que bajara a cenar, viendo que a eran las 7:30 pm.

- ¿¡Eh!? ¿He dormido tanto? – exclamé al ver la hora -.

- ¿Sucede algo Joven Yuto?- preguntó mi Mayordomo preocupado -.

- No pasa nada, es solo que quedé de encontrarme con unos amigos y ya es casi la hora en la que quedamos de encontrarnos – dije mientras comenzaba a desvestirme – Así que dile a mis padres que lo siento, pero no podré cenar con ellos y por favor dile al chófer que me espere en la entrada de la casa dentro de quince minutos.

- Como usted ordene Joven – se reverenció y se fue cerrando seguidamente la puerta -.

- Tengo que apurarme – dije para después entrar rápidamente al cuarto de baño -.

Me bañé lo más rápido posible y con esa misma velocidad entré al cuarto en donde estaba toda mi ropa, escogiendo muy sutilmente la ropa que utilizaría, no sabía que iba a ocurrir, pero aun así quería verme guapo para mi encuentro con ellos.


- ¿Crees que vendrá? – preguntó Ryosuke -.

- De eso estoy más que seguro – dije para luego darle un suave beso en los labios, mientras comenzaba a desabotonar su camisa -.

- Keito, mejor esperemos a que llegue Yuto – dijo de manera suplicante -.

- Pero yo quiero hacerlo ahora – haciendo puchero -.

- Solo espérate un ratito ¿sí? Cuando estemos los tres la pasaremos increíble – dijo besándome apasionadamente, dejándome casi sin aire, teniéndonos que separar por falta de oxígeno -.

- Está bien, ¿pero estás seguro? Esta mañana casi que no te podías levantar – reí al acordarme de lo sucedido ese día -.

- Pero hace unos momentos querías penetrarme – dijo casi en un regaño -.

- Lo siento, pero es que te amo tanto – vi como un hermoso sonrojo se asomaba por su rostro, haciéndolo ver más lindo de lo que ya era, así que sin más lo volví a besar con esa misma intensidad, acariciando cada parte de su cuerpo y él me correspondía de la misma manera -.


Salí de mi habitación, despidiéndome de mis padres y dirigiéndome hacía la salida, en donde ya se encontraba el carro listo para llevarme a casa de Keito, se cerraron las puertas del carro y de inmediato comenzó a avanzar, por suerte la casa de él no quedaba tan lejos, ya que vivíamos todos en una zona exclusiva para los multimillonarios, así que llegaría justo a tiempo de la hora acordada. Me bajé del carro al momento en que el chófer abrió la puerta, le di las gracias y me dirigí hacia la puerta de su mansión, la cual fue abierta por una de las sirvientas.

- Joven Nakajima que gusto verlo – me dijo sonriente – el Señorito Keito y el Joven Yamada, lo están esperando – dijo para después comenzar a caminar, mientras que yo la seguía, al quedar en frente de la puerta, dio unos suaves golpes y en unos cuantos segundos se abrió, dejándome ver a un apuesto Keito con el cabello algo desaliñado. 

- Hola Yuto – me sonrió – justo estábamos hablando de ti, Sumire-chan, que nadie por ningún motivo venga a interrumpirnos, ¿te quedó claro?

- Si señorito – y sin más que hacer la sirvienta se fue, dejándome solo con Keito y con Ryosuke que se asomaba, abrazándolo por la espalda -.

- Pensé que ya no ibas a venir – dijo Ryosuke, dejando de abrazar a Keito para acercarse a mí y darme un beso para nada inocente, adentrando su lengua en mi boca jugando con la mía -.

- Es que… me… había… quedado dormido – dije agitadamente, al separarnos del beso -.

- Debí de suponerlo – dijo Keito, jalándome hacia él,  apoderándose de mis labios, en un excitante y frenético beso, oyendo como se cerraba la puerta, sintiendo como otro cuerpo se asomaba por detrás y unas traviesas manos se colaban por debajo de mi camisa, acariciando mi abdomen, haciéndome gemir -.

- No hemos hecho casi nada y ¿ya estás así? – susurró Keito muy cerca de mi oído, al mismo tiempo que acariciaba mi miembro por encima de la tela de mi pantalón, mientras que Ryosuke desesperadamente me quitaba la camisa, dejando mi torso desnudo, comenzado a dar leves mordidas en mi espalda, que me hacían estremecer -.

- Pa… paren… - dije, tratando de regular mi respiración – ¿Por qué me hacen esto? ¿Acaso se están burlando de mí? – dije algo molesto, notando como ellos dos se detenían -.

- ¿Burlarnos de ti? ¿Acaso no lo entiendes? – dijo Keito, mientras una sonrisa burlona se asomaba por sus labios -.

- Vaya que si eres tonto Yutorín – dijo Ryosuke, poniéndose al frente de mí, cosa que me hizo ruborizar al verlo totalmente desnudo y con una antojable erección entre sus piernas, sentándose sobre las de Keito, que hacía pocos segundos se había sentado sobre la cama -.

- Solo queremos pasar un buen rato contigo ¿no es así, Ryo-chan? – dijo Keito, tomando el miembro de Ryosuke con una de sus manos, masturbándolo lentamente, a lo que Ryosuke respondió con un fuerte gemido al sentir también uno de los dedos de Keito en su entrada -.

Ver aquello hacía que mis hormonas se alborotaran más de lo que estaban, así que sin decir ya nada más y dejándome llevar por la lujuria, me arrodillé frente a Ryosuke, dejando mi rostro muy cerca de su pene que todavía seguía recibiendo placer de la mano de Keito, la cual retiré de inmediato, sin recibir ninguna negativa de quién lo penetraba ahora con dos dedos. Tragué saliva y como si se tratara de mi dulce favorito, comencé a succionar toda su extensión, haciendo que cada vez más sus jadeos fueran más fuertes.


Sentía como un placer indescriptible recorría todo mi cuerpo, nunca pensé que el tener sexo con las dos personas que más amaba fuera tan exquisito, quería sentir más y sabía que ellos dos me lo darían, volteé un poco mi rostro, para encontrarme con los labios de Keito y él aprovechando la situación me penetró de una sola estocada, haciendo que por el dolor mordiera fuertemente su labio inferior que comenzaba a sangrar.

- Lo… lo sien…to – dije jadeante, tratando con mi lengua de lamer esa sangre que brotaba de su labio -.

Él solo sonrió y siguió besándome, sujetando fuertemente mis caderas, entrando mucho más en mí, mientras que Yuto seguía chupando mi pene con ansias, mordiendo de vez en cuando la punta de este, haciéndome enloquecer, hasta que llegó el momento del tan ansiado orgasmo, corriéndome dentro de su boca, separando mis labios de los de Keito para ver como Yuto se tragaba todo ese líquido blanquecino que había salido de mí, se levantó para tomarme del rostro y besarme, haciéndome probar mi propia esencia, besando después a Keito, que le susurró algo que no alcancé a escuchar, debido al placer que me producían las embestidas de él. Solo pude ver como Yuto se acostaba sobre la cama, abriendo todo lo que podía sus piernas, Keito salió de mi interior, me quejé por esa acción, pero él ya tenía otro plan para mí.

- Ya que Yuto te la chupó a ti, ahora hazlo tú a él – dijo lamiendo mi mejilla, petición a la que con gusto realicé, me acomodé sobre la cama y sin esperar más, adentré ese pedazo de carne en mi boca, disfrutando su sabor, volviendo a ser penetrado bruscamente por Keito, quién a cada instante me embestía con más fuerza, llegando hasta lo más profundo de mi ser, eso realmente me encantaba y más al sentir como su semen mojaba toda mi entrada, dejando de lado el miembro de Yuto, para así soltar un sonoro jadeo -.

Me sentía cansado, pero aun así quería continuar, mis piernas flaqueaban, pero conseguí sentarme sobre Yuto, dejando mi entrada a pocos centímetros de su pene, descendiendo lentamente sobre este, aprisionándolo, sintiéndolo tan palpitante y caliente por dentro y como mi interior estaba más que lubricado podía subir y bajar con mayor velocidad y eso me hacía disfrutar más de cada estocada.


Era una vista realmente hermosa la que veía en esos momentos, esos cuerpos sudorosos delante de mí, entregándose por completo, ver tan maravillosa escena hacia que me excitara nuevamente y sin dudarlo me acomodé sobre el rostro de Yuto, quién de inmediato comenzó a lamer mi entrada, se sentía extraño, pero no me disgustaba en lo absoluto, quedando frente a frente con Ryosuke que no dejaba de saltar sobre ese miembro y acercando nuestros labios en un demandante y húmedo beso, jadeando por aquel placer que nos inundaba, que nos hacía pedir cada vez más, nos amábamos y eso era lo que queríamos transmitirnos.

Yuto se corrió dentro de Ryosuke y éste también lo hizo, manchando un poco el abdomen de quién estaba debajo de nosotros, me acosté sobre la cama, respirando muy agitado, con los ojos cerrados, los cuales abrí con dificultad al notar un peso encima de mí, era Yuto quién me besaba desesperadamente, beso al cual correspondí gustoso pero que tuve que cortar, para dar un quejido de dolor, ya que él comenzaba a penetrarme poco a poco, sacándome unas cuantas lágrimas de mis ojos, nunca nadie me había penetrado  y aunque dolía, el que fuera él mi primera vez me hacía sentir muy feliz, así que aún con ese dolor tan desgarrador, aguantaría todo lo que fuera necesario.

Pero Ryosuke tampoco se había quedado atrás, él aprovechando la posición de Yuto, también lo penetró en un solo movimiento, aunque me dolía un poco que él sintiera ese dolor que yo sentía, me causaba mucha gracia los gestos que hacía, nos quedamos quietos por unos minutos, hasta que el que se hallaba arriba diera luz verde, comenzando ambos con las embestidas, que eran sorprendentemente sincronizadas, dándonos un exquisito placer que solo nosotros podíamos sentir, que aunque nuestro amor estuviera fuera de lo normal para la sociedad, para nosotros era nuestro todo, el amarnos mutuamente nos hacía felices y solo a nosotros nos debía de importar.

Continuamos con ese vaivén hasta que el orgasmo llegó nuevamente a nosotros, dejándonos exhaustos, no hablábamos, las palabras no eran necesarias después de lo que había pasado, nos recostamos muy juntos sobre la cama, arropándonos hasta el cuello, dejando que el sueño se apoderara de nosotros, esperando a que al día siguiente, pudiera verlos a ellos dos durmiendo a mi lado.


Aunque mi decisión estaba más que tomada, aun así no dejaba de pensar en la reacción que tendría ella, la haría llorar seguramente, pero no podía condenarla a una vida sin amor de mi parte, así que al salir de la ducha, tomé mi móvil y marqué su número, esperé por unos segundos hasta que por fin contestó.

- Hola Yuyan – respondió alegremente, cosa que me hizo sentir un poco peor –

- Hola Haru-chan.

- Es raro que me llames a estas horas ¿ha pasado algo?

- No, está todo bien – respondí – es que te llamo para preguntarte si ¿podemos vernos mañana? Es que necesito decirte algo muy urgente-

- Y si es tan urgente ¿por qué no me lo dices ahora?

- Es que es algo que debo decirte en persona.

- Está bien, ¿te parece bien cuando salgas de trabajar?

- Me parece perfecto – dije tratando de sonar de la manera habitual en la que siempre había sido con ella -.

- Entonces nos vemos mañana, bye mi amor – dijo bastante alegre -.

- Bye – colgué de inmediato, botando el móvil sobre mi cama, me recosté sobre ella, pensando en lo que le diría al día siguiente, pero mis pensamientos fueron interrumpidos cuando escuché que mi móvil me indicaba la llegada de un mensaje, tomé con pesadez el aparato y al ver el nombre del remitente, mi sonrisa no pudo evitar salir.

“Yuyan, espero que pases una buena noche y que sueñes conmigo, te veré mañana en tu oficina, quiero llenarte de besos, hasta que nuestros labios se hinchen, te amo”

ATT: Yuri

Sonreí nuevamente al leerlo, amaba demasiado a ese niño caprichoso y a la vez tan adorable, le hubiera mandado un mensaje de vuelta pero mi saldo se había ido en la última llamada que había hecho, así que resignado pero feliz, me dormí deseando con más ganas el ver a mi adorado niño al día siguiente y besarnos hasta que nuestros labios se pusieran rojos e hinchados.



CONTINUARÀ…

6 sept 2013

~Seduciendo a mi profesor~

Hola Hola :D
Casi y que no alcanzo a publicar el capi hoy XD ya lo había terminado pero llegó mi padre a apoderarse de la compu, antes de que comenzara el partido de Colombia vs Ecuador, me alegra que la Selección haya ganado *o*/ será la primera vez que tenga uso de razón para verlos jugar en un mundial XD y bueno ya dejando ese tema de lado, les traigo el capítulo 18 que como saben este fic va dedicado a Mabe-chan, que por cierto te amo >//< muchas gracias por los comentarios ya sean en facebook o aquí en el blog, me hace muy feliz ver sus opiniones y bueno ya no me alargo más así que espero que lo disfruten :D


Tema: ~Seduciendo a mi profesor~
Extensión: Serial
Parejas: Takachii/Inoodai/Yamajima
Autora: Akari-chan


Capítulo 18

- ¿Cuándo terminarás con tu novia? – pregunté de repente, mientras me ponía el uniforme, necesitaba saber si mi amado Yuya, estaba dispuesto a abandonarla a ella solo por mí, porque me amaba, eso estaba claro -.

- Cuando sea el momento indicado.

- ¿Y cuándo es ese momento? – pregunté con algo de reproche en mi voz -.

- Yuri, mi amor, esto no es fácil – dijo acariciando mi mejilla – ella hace algunos años también pasó por lo mismo y ahora yo la haré pasar por eso nuevamente, entiende que me va a tomar algunos días, pero prometo que será pronto – besando dulcemente mis labios -.

- Es que no soporto tener que compartirte con “esa” – dije al mismo tiempo que dejaba que sus brazos rodearan mi cintura -.

- No seas celoso, además, yo tampoco soporto tener que verte con Nakajima-kun – dijo algo enojado, cosa que me hizo soltar una leve carcajada -.

- Así, ¿qué era cierto? – pregunté sin borrar esa enorme sonrisa de mi rostro -.

- ¿Qué cosa? – preguntó confundido -.

- Yuto me mandó un mensaje al comenzar la hora del receso, diciendo que lo estuviste mirando mal durante toda la clase, por favor no lo andes intimidando de esa manera, él y yo no tenemos nada más que una linda amistad – sonreí -.

- No me gusta que seas tan cariñoso con él.

- Pero siempre hemos sido así, él es como un hermano mayor para mi – dije haciendo puchero – además él ya está enamorado de alguien, bueno, de algunos.

- ¿Cómo es eso?

- Es un problema que él tiene que solucionar solo, yo ya lo ayudé lo suficiente.

- Sigues siendo el mismo chico lindo y noble que siempre he amado – sonrió – además de insistente y pervertido, pero lo último solo lo puedes ser conmigo.

- Eres un celosito – reí - ¿te gusta que sea pervertido?

- Me encanta, cada día me sorprendes más.

- Solo he hecho lo que me enseñaste onii-chan – sonreí pervertidamente -.

- Entonces soy un buen maestro – reí nuevamente, volviendo a besar los apetecibles labios de mi onii-chan -.

- ¿Y tus padres? ¿Se enojarán contigo? - Pregunté -.

- Pues la noticia no les caerá muy bien que digamos, ya ves que con ésta sería la segunda vez que cancelo una boda, pero así me deshereden no desistiré de mi decisión, quiero estar contigo y eso es lo que haré.

- Yuya – me sonrojé al escuchar esas hermosas palabras – lamento si te causo muchas molestias – dije apenado -.

- No es ninguna molestia, de hecho, esto es lo que debí de haber hecho desde un principio, así que también hablaré con tus padres sobre nuestra relación, con quien quiero casarme y pasar el resto de mi vida es contigo – y al terminar de decir eso me besó nuevamente, tan dulce y la vez tan apasionado, simplemente me perdía en la magnifica sensación que me provocaba sentir sus labios sobre los míos, reclamándome como suyo -.


- Keito, ¿puedo decirte algo?

- Sí, dime – me sonrió hermosamente mientras acariciaba mi cabello, estábamos recostados uno al lado del otro sobre el césped, bajo la sombra de uno de los tantos árboles que habían en el lugar  -.

- Sabes muy bien lo que siento por Yuto, pero ¿qué hay de ti? ¿Sientes algo por él?

- Te mentiría si dijera que no – mirándome fijamente a los ojos– aunque quisiera enterrar esto que siento por él, no puedo.

- Entiendo, yo estoy igual que tu, no sé que hacer, amo a Yuto pero no quiero separarme de ti tampoco, además… - me sonrojé levemente al pensar en lo que iba a decir -.

- ¿Además?

- Yo de quien me enamoré primero fue de ti, no de Yuto.

- ¿Es eso cierto? – me preguntó impresionado -.

- Si, desde que te vi por primera vez, me encantaste.

- ¿Y por qué nunca me lo dijiste? Ryosuke, tú también me gustaste, de hecho me gustas aún ahora, cuando estoy contigo siento que vuelvo a ser el mismo niño sonriente que era antes – dijo acariciando mi mejilla -.

- Lo lamento, pero Yuto fue el que me dijo que eras una persona despreciable y que te acostabas con cualquier persona que se te antojara – sentía como mis lágrimas comenzaban a salir de mis ojos – al saber eso, me desencanté totalmente y me comencé a fijar en él.

- Ryosuke… - tomó mi rostro con sus manos acercándolo al suyo, rosando nuestros labios – no voy a negarte que mi vida era así cuando nos conocimos, pero es que en ese entonces, me sentía muy mal, no podía aceptar el haber sido rechazado y más por esa excusa tonta que me había dado él.

- ¿Es verdad que él se acostó contigo por que le dijiste que de no ser así tú lo harías conmigo? – sosteniendo aún mi mirada con la suya -.

- Si, le dije eso, pero de no haber sido así, yo no te hubiera obligado tampoco, fue la mejor manera que encontré para aunque sea haber tenido la dicha de tenerlo en mis brazos aunque fuera una vez.

- Ya veo.

- ¿Estás enojado conmigo?

- No, porque ahora ese amor que sentía por ti en ese entonces, volvió a florecer después de que nos volvimos más íntimos y anoche mientras hacíamos el amor pude confirmarlo y ahora entiendo muchas cosas.

- ¿Y qué entendiste?

- Que quiero estar con los dos.

- ¿Eh? ¿Lo dices en serio? – Rió un poco ante mi respuesta -.

- Muy en serio Keito – besando sus labios - ¿no lo quisieras también?

- ¿Estás seguro que eso es lo que quieres? – preguntó algo dudoso -.

- Si, quiero estar con los dos hombres que amo, deja ese rencor y amémonos los tres ¿te parece bien?

- No me puedo negar a esa sonrisa.

- Tú también lo quieres ¿verdad?

- Nada me haría más feliz que eso – volviendo a juntar nuestros labios en un cálido beso -.

- Ya hemos sufrido demasiado, ya es hora de ser completamente felices.

- Estoy de acuerdo.

- Te amo Keito.

- Y yo a ti mi Ryosuke.


Me dolía la cabeza de tanto pensar en que hacer, toda esta situación me tenía confundido y desesperado, me dolía ver a las dos personas que más amaba juntos, amándose como yo hubiese querido que me amaran, tenía que hacer algo al respecto.

- Keito, Ryosuke… - suspiré profundo, mientras caminaba por los pasillos del colegio lentamente, pronto sonaría el timbre que daría final a la hora del receso y en verdad que no tenía mucho afán en llegar al salón de clases y menos al suponer que los vería a ellos dos dándose mimos y miradas llenas de amor -.

- ¡YUTORIN! – me detuve en seco al escuchar esas dos voces que me llamaban, hacía mucho que no escuchaba que me llamaran así, quería voltearme para ver si aquello no era obra de mi imaginación, pero aún así no lo hice, pero todo se confirmó cuando pude sentir dos pares de labios besando cada uno una de mis mejillas, cosa que me hizo sonrojar de sobremanera, para después ver como nuevamente ellos dos se alejaban de mi, sonriéndome dulcemente -.

Llegué al salón, todavía atónito por lo que acababa de pasar, tenía toda una mezcla de sentimientos dentro de mí que no sabía muy bien que decir o como reaccionar, sintiendo las fijas miradas de los causantes de que estuviera así tan confundido y feliz.

Comenzó la clase normalmente, mientras que yo seguía con un gran revoltijo en mi cabeza, estaba tan sumido en mis pensamientos que cuando volví en si ya había terminado la clase y ya varios de mis compañeros estaban saliendo, excepto dos de ellos, que me miraban fijamente, me puse nervioso al sentir sus penetrantes miradas y más cuando se acercaban más y más a donde yo me encontraba.

- Nos vemos a las 8:00 pm en mi casa – decía Keito de manera seductora, cosa que me extrañó y más al sentir sus labios sobre los míos -.

- No faltes, te estaremos esperando – finalizó Ryosuke, besando él también mis labios -.

Me quedé en silencio, sin entender todavía que planeaban ellos dos, que se iban tomados de las manos, tan sonrientes, dándose leves besos a cada paso que daban, dejándome más confundido de lo que estaba.



CONTINUARÁ…