24 may 2013

~Seduciendo a mi profesor~

Hola a tod@s
sé que me demoré mucho en publicar este capítulo pero es que estuve con un montón de cosas en estos días que no me dio tiempo, pero aquí ya estoy de nuevo XD
Cómo siempre este serial va dedicado a Mabe-chan, espero que les guste ;)
y muchas gracias por sus lindos comentarios :'D


Tema: ~Seduciendo a mi profesor~
Extensión: Serial
Parejas: Takachii/Inoodai/Yamajima
Autora: Akari-chan


Capítulo 11

Otra noche sin poder conciliar el sueño y todo por haber estado pensando en él, ver sus ojos a punto de estallar en llanto me hicieron sentir realmente mal, lo que menos quería era hacerlo sufrir y en verdad esa situación me estaba lastimando mucho también, quería huir de todo esto, correr hacía sus brazos y nunca dejarlo ir, pero era un cobarde por no arriesgarme a ser completamente feliz con él.

Llegué al salón de clase, muy sumido en mis pensamientos y con el temor de sentir la mirada penetrante de Yuri, pero eso no sucedió, miré disimuladamente hacía donde era su asiento y vi como su hermosa sonrisa y su mirada no eran para mí, sino para el chico que estaba a su lado. Inicié la clase normalmente, aunque con un gran malestar dentro de mí.


Desde que entré al Instituto, me volví demasiado popular entre los chicos y ya varios me habían invitado a salir  o me habían confesado sus sentimientos, pero yo fríamente los rechazaba, para mí no había otro hombre que no fuera él, pero en ese momento aprovecharía de esa atención que me daban los demás, para así hacerle hervir en celos. Sonreí al notar el rostro de desagrado de mi onii-chan, eso me confirmaba que me amaba con locura, aunque no entendía cómo pensaba en casarse con otra teniéndome a mí. Pero haría lo posible por no perderlo de nuevo, así que lo sentía por la bruja esa, pero él era mío.


Estaba revisando unos papeles, cuando de repente sentí algo de peso en mi espalda, no volteé ya que sabía muy bien de quién se trataba.

- Kou-chan me aburro – decía mi esposo, mientras recargaba su quijada en mi hombro -.

- Yo también – dejando los papeles sobre el escritorio – Hagamos algo divertido – levantándome de mi asiento, tomándolo de la mano y dirigiéndonos hacía uno de los sofás que se encontraban en la oficina, lanzándolo sobre este, sentándome sobre su cadera, rozando mi trasero con su miembro que poco a poco despertaba -.

- Kou-chan, papá puede venir… - dijo con dificultad, yo solo me concentraba en desabotonar lentamente su camisa y al haberlo conseguido, comencé a acariciar su pecho, pasando mis dedos por sus tetillas, apretándolas hasta que se pusieran duras, haciéndole gemir levemente, me incliné hasta posar mis labios sobre ellas y succionarlas,  Hikaru abrió las piernas, haciendo que me acomodara entre ellas, moviendo nuestras caderas, sintiendo ese roce delicioso entre nuestros miembros por debajo de la tela del pantalón -.

- Es la primera vez que lo hacemos acá – reí y volví a besar sus labios, entrelazando nuestras lenguas, recordaba cómo en nuestra época de estudiantes teníamos sexo en donde nos apetecía, nos ganamos muchos castigos por parte de nuestro padre, pero aún así no dejábamos de hacerlo, aunque claramente con más precaución. Bajé el cierre de su pantalón, acariciando aquel bulto por encima del bóxer, haciendo que ahogara un fuerte gemido entre nuestros labios, bajé un poco el pantalón junto con la ropa interior, aprisionando con mi mano su miembro que estaba completamente erecto, comenzando a masturbarlo, mientras nos seguíamos comiendo a besos, apretando mi dedo pulgar en su glande, sacándote fuertes jadeos.

- No seas tan ruidoso que nos pueden escuchar  – reí -.

- Es tu culpa por hacerme sentir tan bien – empujándome y quedando sentado sobre mi cadera, liberando mi pene de los molestos pantalones que comenzaban a estorbar, rozando su entrada con este y luego introducírselo lentamente hasta ya estar totalmente dentro y sin esperar más comenzar a moverse sobre este, aquella sensación era demasiado placentera, igual o incluso mejor de cuando tuvimos nuestra primera vez, lo amaba y por eso no dudé en entrelazar nuestras vidas en matrimonio -.

Estábamos tan concentrados en lo que hacíamos que no nos dimos cuenta de que alguien había abierto la puerta y nos estaba viendo con gran asombro.

- Lo… lo siento, pen…pensé que el Director Sanada se encontraba aquí – era el novio de mi hermano Kei, que apenas dijo aquello cerró la puerta fuertemente y salió corriendo del lugar, bajo la mirada atónita de ambos -.

- Kou-chan creo que deberíamos de dejar hasta aquí – dijo tratando de levantarse, pero no se lo permití -.

- No hasta que nos corramos juntos – dije con una sonrisa pervertida, volviendo a quedar encima de él y embestirlo con fuerza, abriendo todo lo que podía sus piernas, besándolo con desesperación, aquél accidente me había excitado mucho y más al ver la cara de espanto de Hikaru al vernos descubiertos. Después de unas cuantas embestidas más me corrí en su interior y este entre nuestros abdómenes -.

- ¿Crees que le dirá a alguien? – dijo mi esposo, levantándose y comenzando a vestirse -.

- Supongo que solo se lo dirá a Kei – dije despreocupadamente, vistiéndome también -.

- ¿Y lo dices tan tranquilo? ¿Qué tal que hubiera sido nuestro padre en vez de él? – dijo bastante alterado -.

- No te preocupes – dije tomándolo de la cintura – yo estoy aquí siempre dispuesto a protegerte – besando su frente, él solo asintió y me abrazó fuertemente, siempre enfrentábamos nuestros problemas juntos y así sería por siempre -.


Corrí hasta llegar a uno de los baños, me miré en el gran espejo de este, respirando agitado y con mi rostro totalmente rojo por lo que acababa de ver, me sentía tan avergonzado de haber visto a mis dos cuñados en esas condiciones, no sabía cómo iba a volver a verlos a la cara, me lavé el rostro con algo de agua y salí de allí, ya pronto sería la hora del almuerzo y debía dirigirme a la oficina de Inoo-san , al pensar en él, ciertos pensamientos no muy sanos pasaron por mi cabeza, en los que estábamos nosotros dos haciendo ese tipo de cosas, me sonrojé mucho más al pensar ello y eso me hacía sentir cierta calentura que recorría todo mi cuerpo. Llegué a la puerta de su oficina, en esos momentos me sentía algo nervioso, dando unos suaves golpes a la puerta, escuchando un “Pasa” desde adentro.

- Inoo-san –cerré la puerta y me acerqué rápidamente, sentándome sobre sus piernas, rodeando su cuello con mis brazos y besarlo fogosamente, necesitaba tanto en ese momento estar tan cerca de él -.


Me sorprendí, ante tal acción, lo sentía algo ansioso y me agradaba, pero  presentía que algo sucedía.

- Da…Dai-chan – dije, haciendo que nuestros labios se separaran – me encanta que tomes la iniciativa, pero esto no es común en ti ¿sucede algo?

- Es que vi a tus hermanos… - se sonrojó intensamente, no había necesidad de que terminara la frase para saber a qué se refería -.

- No es necesario que me digas, ya tengo idea de que se trata – acariciando su mejilla – ellos desde la secundaria han sido así, no tienes que preocuparte.

- Pero… - se veía tan adorable con sus mejillas sonrojadas, que me daban ganas de comérmelo a besos – eso me hizo pensar que tú y yo – mordiéndose el labio – todavía no lo hemos hecho – desviando la mirada -.

- Dai- chan – sonreí al ver tan linda expresión – lo haremos cuando sea el momento correcto.

- ¿Y cuándo será? – dijo haciendo puchero -.

- Cuando estés realmente listo, no quiero que te sientas obligado – acariciando su mejilla -.

- Entonces, ¿si quieres hacerlo conmigo? – preguntó con cierto tono de emoción -.

- Claro que quiero hacerlo – me mordí el labio, mirándolo de manera lasciva, cosa que lo hizo estremecer un poco – desde que te conocí quiero hacerlo.

- ¿Has estado esperando por mi todo este tiempo? – rozando sus labios con los míos -.

- Tanto, que ya estoy cansado de usar mi mano para aliviarme – dije para fundir nuestros labios en un fogoso beso, acariciando sus muslos por encima de la tela de su pantalón, escuchado como jadeaba entre besos; quería tocar más, quería sentirlo mucho más, así que le quité el saco del uniforme y desabotoné la camisa que se hallaba debajo, pero sin quitarle la corbata, me le quedé viendo por unos momentos ese hermoso pecho que subía y bajaba debido a su agitada respiración, me relamí los labios, dispuesto a saborear aquel cuerpo que tanto había deseado, pero justo en el mejor momento alguien tenía que interrumpir.

- Dai-chan – era mi padre quién abría la puerta de un solo golpe – pensé que estarías por aquí – dijo sonriente – veo que llegué en mal momento, esperaré fuera unos minutos, para que se arreglen – cerrando la puerta y dejándonos sin habla -.

- Tendremos que continuar después – dije resignado, abotonando tu camisa -.

- Si… - decía sonrojado, volviéndome a besar, pero era un beso lento y delicioso – te amo Inoo-san.

- Te amo Dai-chan, pero no seas tan formal conmigo – tratando inútilmente de sonar molesto -.

- Cuando sea el momento lo haré – reímos los dos, dándonos un corto beso y al fin separarnos, dejando que mi padre entrara -.

- Daiki, los siento por no haber estado en la oficina cuando me fuiste a buscar, tenía un asunto que atender y cuando llegué Kota me dijo que habías estado allá – Dai-chan se sonrojó a más no poder, de seguro por lo que había visto -.

- No te preocupes Su…suegro – sonriendo apenado, se veía tan lindo – ¿qué era lo que tenía que decirme?

- Sólo quiero invitarte mañana a cenar a nuestra mansión, me alegraría mucho tenerte allá – mi padre sonreía -.

- Por supuesto – dijo mi novio igual de sonriente -.

- Entonces ya no los interrumpo más – llegando hasta la puerta, pero antes de abrirla nos dijo otra cosa – esta vez se las perdono porque es la primera vez que los descubro, pero si los vuelvo a ver haciendo cochinadas en mi Instituto, los haré sufrir – volviendo a sonreír para luego retirarse -.

- Mi suegro da miedo – reí ante su comentario -.

- Solo un poco, no es tan malo – seguí riendo -.

- Si tú lo dices – me abrazó dulcemente y yo de la misma manera le correspondí -.

- Dai.

- Si – respondió sin apartar su cabeza de mi pecho -.

- ¿Quieres salir esta noche conmigo? – se apartó un poco de mi, sin dejar de rodear mi cintura con sus brazos -.

- ¿A dónde? – me miraba con cierto brillo en sus ojos -.

- Al cine, hay una película que quiero ver y que mejor compañía que la tuya – sonreí, besando su frente -.

- ¿Irás a mi casa por mi?

- Claro, no puedo dejar que tan hermosa criatura salga sola en la noche, puede llegar un lobo malo y comerte.

- Si es el que está en frente mío, que me coma todo lo que quiera – dijo, sonrojándose mucho más de lo que estaba -.

- Te amo – robándole un corto beso – ahora a estudiar – nos sentamos cada uno en nuestros respectivos asientos, iniciando así con la tutoría, en verdad quería hacer otras cosas con él, pero más importante era su educación -.


Estaba de muy mal humor en esos momentos, odiaba desde lo profundo de mi corazón verlos tan sonrientes y tan juntos, desde el día anterior los dos estaban muy extraños, sabía de las intenciones de Keito, pero me molestaba más que Ryosuke se dejara llevar por él, pensaba que lo odiaba, pero en vez de odiarlo a él me odiaba era a mí y no era justo, tenía que hablar con él, pero esperaría a que estuviera solo.


Me sentía muy a gusto con la compañía de Keito, apenas había pasado un día desde que comenzamos a hablar nuevamente y ya lo sentía mucho más cercano, sabía muy bien que era todo un Casanova, pero no me esperaba que fuera tan dulce y tierno conmigo, me sentía especial a su lado y además besaba muy bien, de cierta forma cautivaba mi corazón a pasos agigantados, pero aún así la imagen de Yuto no salía de mi cabeza.

- Iré a comprar algo para comer ¿quieres algo?

- No, gracias – sonreí y él me devolvió la sonrisa, en ese momento sentí como mis mejillas se ruborizaban -.

- Trataré de no tardar tanto – revolviendo suavemente mis cabellos y saliendo inmediatamente del salón -.

- Ryosuke – escuché la voz de Yuto detrás de mí, me levanté y volteé para mirarlo de frente -.

- ¿Qué quieres? – dije molesto -.

- Necesito hablar contigo, pero aquí no – y sin pedir mi opinión, me tomó del brazo, me resistí, pero mi fuerza no era suficiente, así que a regañadientes me dejé llevar hacia uno de los baños, al estar ya dentro los dos, trancó la puerta  -.

- Dime lo que me vas a decir y que sea rápido – cruzando mis brazos -.

- Es sobre Keito, no me gusta que te juntes con él – me dijo bastante serio -.

- Pero tu si bien puedes estar con él, hasta se revolcaron juntos – mi molestia aumentaba, recordar eso era demasiado doloroso -.

- Eso fue un error – se acercó a mí y me abrazó, al principio quise soltarme de ese abrazo pero se sentía tan bien que simplemente dejé que lo hiciera -.

- ¿Por qué lo hiciste con él? – dije un poco más calmado, ninguno de los dos se movía, sólo quería saber la respuesta a esa pregunta, se separó un poco de mi y tomando mi mentón, acercó mi rostro al suyo y juntó nuestros labios dulcemente, le correspondí, era la primera vez que los probaba, sintiendo un agradable cosquilleo en mi abdomen, sería eso a lo que llamaban, ¿las maripositas en el estómago? -.

- Por favor, aléjate de él – dijo al fin separándose de mi -.

- Primero responde a mi pregunta – lo miré fijamente a los ojos esperando su respuesta -.

- Está bien – suspiró profundo – me acosté con él porque él sólo quiere llevarte a la cama y no podía permitir que hiciera eso, por eso me ofrecí a cambio de ti – me quedé mirándolo, ¿en verdad Yuto era tan imbécil?

- Eres un idiota – le dije para después aventarle una fuerte bofetada -.


- ¿Por qué? – dije casi susurrando pero al parecer alcanzó a escucharme -.

- No era necesario que hicieras eso, si esa era la razón me lo hubieras dicho y me habría alejado, pero te pareció mejor acostarte con él – agaché la mirada, sabía que eso era cierto pero me negaba a aceptarlo - ¿Te gusta? – le miré confundido -.

- No me gusta, es solo… - no sé por qué justo en ese momento no sabía exactamente que responder, amaba a Ryosuke pero Keito ¿en verdad me gustaba? -.

- ¿Y qué sientes por mi?

- Yo te amo – dije sin titubear -.

- Pero también quieres a Keito – nos quedamos en silencio por unos minutos, los cuales me parecieron los más tormentosos de mi vida -.

- ¿Sabes? A mí también me gusta Keito y mucho – esas palabras hicieron que mi corazón se quebrara en mil pedazos – creo que le daré una oportunidad – y sin más salió del lugar, dejándome solo y confundido -.


- Ryosuke te estuve buscando ¿dónde estabas? – dijo Keito apenas entré al salón, solo estábamos nosotros dos -.

- Estaba en el baño – le sonreí, de cierta forma me sentía muy bien a su lado y aunque Yuto me había dicho la verdad, no tenía ni la más mínima intención de alejarme, el chico que estaba frente a mí, realmente me gustaba, así que lo besé, sintiendo esas mismas “maripositas” que sentí al besar a Yuto -.

CONTINUARÁ…  

3 may 2013

~Seduciendo a mi profesor~

Hola a tod@s
Hoy les traigo el capítulo 10 :'D me costó un poco escribirlo ya que es la primera vez que escribo algo tan Shota XD, pero quedé contenta con el resultado >w<
Mabe-chan espero que te guste y que sea del agrado de mis lectores :)
Gracias por sus comentarios :D


Tema: ~Seduciendo a mi profesor~
Extensión: Serial
Parejas: Takachii/Inoodai/Yamajima
Autora: Akari-chan




Capítulo 10

Corrí lo más rápido que pude hacía la salida del Instituto, mi chófer ya había llegado, cosa que agradecí, ya que por el momento quería estar lo más lejos posible de ese lugar, quería llorar pero no podía hacerlo, no quería que nadie se diera cuenta de mi estado. El recorrido hasta mi casa fue lento y desesperante, quería llegar lo más pronto posible, pero el maldito tráfico se interponía en ello, pero aunque un poco tarde de lo habitual llegamos, se detuvo el auto y sin esperar a que el chófer saliera para abrirme la puerta, la abrí rápidamente y corrí hasta llegar a mi habitación, tirándome a la cama para así dejar de contenerme y llorar, dando fuertes golpes contra la almohada, por el momento no tenía nada mejor que hacer, mi corazón dolía y tenía que sacar todo ese dolor y frustración que sentía.


Llegué a casa después de haber dejado a Haru-chan en la de ella, habíamos conversado sobre sus vacaciones en Italia, de hecho no me acordaba muy bien de que me había dicho, ya que mis pensamientos solo se habían centrado en lo sucedido esa tarde con Yuri, no soportaba la idea de saber que por mi culpa estaba sufriendo, pero ya no había marcha atrás. Me acosté sobre la cama, me sentía exhausto, cerré mis ojos y así viejos recuerdos venían a mi mente, haciéndome sentir dolorosas punzadas en mi corazón.


Flash back

Ambos se dirigieron al gran jardín donde seguidamente el mayor se sentó bajo uno de los frondosos árboles dejando que el pequeño se sentara sobre sus piernas para así comenzar a leer uno de los libros preferidos del menor, siempre leían juntos cada vez que Takaki iba a visitarlo, sin duda alguna pasaba más tiempo con Yuri que con su prometida, cosa por la que el agradecía de que ella estuviera ocupada en asuntos de su trabajo haciendo que se vieran cada vez menos, dejándolo más tiempo con su adorable niño.

El día sábado transcurrió normalmente; fue un tiempo agradable en familia y de vez en cuando los dos enamorados se escapaban por momentos para demostrarse su amor con cada dulce beso que se daban, pero el día domingo los padres del menor salieron a una reunión importante y agregando que la mayoría de la servidumbre estaba de vacaciones y que solo estaban en casa dos de las mucamas que se ocupaban de la limpieza de la mansión y también de preparar los alimentos, definitivamente ese era un día para solo ellos dos.

- Onii-chan vamos a jugar en el jardín – decía el pequeño mientras tiraba una de las mangas de la camisa del mayor mientras que el segundo se dejaba llevar por el menor.

- Pero Yuri está lloviendo – sonriendo dulcemente.

- Onii-chan yo quiero jugar contigo bajo la lluvia – haciendo un puchero.

- Pero si salimos y nos mojamos podríamos coger un resfriado – acariciando una de las mejillas del menor y mirándolo tiernamente a los ojos.

- Onii-chan solo un poco ¿sí? – El pequeño sabía que tarde o temprano su amado iba a ceder ya que sabía que él nunca se resistiría a lo que le pidiera – por favor – dándole un dulce beso muy cerca de los labios del contrario que no tuvo más remedio que obedecerlo.

Los dos salieron de la mansión para seguidamente ser mojados completamente por la lluvia, corriendo, saltando y dando vueltas bajo ella, hasta que el mayor vio que ya era suficiente entrando nuevamente a la mansión agitados y felices, subiendo hasta la habitación del mayor.

- Onii-chan tomémonos un baño juntos – decía sonrojado. Esa era una propuesta muy tentadora para Takaki, no podía evitar emocionarse por el deseo de ver el cuerpo desnudo de su pequeño niño, pero igualmente eso era algo que quería evitar para no sucumbir ante la lujuria de tomarlo. Pero tan irresistible que no dudó en seguir la petición del pequeño.

Se desnudaron al entrar al cuarto de baño apreciando cada uno el cuerpo del contrario, Yuri con su mirada baja y con las mejillas totalmente rojas ocultando con sus pequeñas manos su pequeño miembro, Takaki no pudo evitar sonreír ante tal acción que hizo avergonzar aún más al menor.

- tienes un cuerpo hermoso Yuri – decía mientras se mordía el labio inferior, mirándolo de pies a cabeza se veía tan suculento y adorable, pero se contuvo de hacer algo inapropiado – muy bien hora de bañarnos. – metiéndose en la gran tina junto con el menor.


Estaba dentro de la tina con mí adorado Yuri, se veía tan lindo con esa cara sonrojada, pero lo más hermoso era ver su cuerpo totalmente desnudo con el cual me deleitaba tocando cada rincón de este bajo la excusa de que lo estaba ayudando a enjabonarse, me sentía tan excitado de tenerlo así tan sumiso que no pude evitar que se me hiciera una erección, nunca me he considerado un pedófilo desde que inicié esta relación con mi niño, ya que en ninguna otra ocasión había sentido una atracción así con ningún otro que no fuera él; más bien quería verlo ya como el hermoso adulto que sería en algunos años.
Realmente me excitaba el hecho de estar en esa situación con mi adorado niño, pero aún así seguía pensando en que debía controlarme ya que lo que menos quería era lastimarlo, pero por el momento disfrutaría lo más que pudiera de él.


Me sentía bastante extraño al ser tocado de esa manera por  onii-chan, pero eso no quería decir que no fuera agradable, sino todo lo contrario, ya lo estaba empezando a disfrutar y mucho; además esa no era la primera vez que hacíamos ese tipo de cosas y estaba seguro de que si él me hacía ese tipo de cosas era porque me amaba y yo estaba dispuesto a darle todo lo que me pidiera. Sí, sabía muy bien que apenas era un niño y que todavía no tenía la madurez suficiente para hacer cosas de adultos, pero de algo que no dudaría era de entregarle mi cuerpo y mi alma entera.

Di un pequeño gemido al sentir como mi onii-chan acariciaba mis tetillas con sus fríos dedos haciendo que se pusieran duros y eso no era lo único que se estaba comenzando a endurecer, así que tomé una de sus manos dirigiéndola a mi pequeño miembro y inmediatamente él comenzó a tocarlo.

-¿Te gusta? – dijo al mismo tiempo que lamía una de mis orejas, yo solo asentí sin dejar de gemir, estremeciéndome ante cada contacto -.

- O…onii-chan, se siente muy bien, pero yo también quiero hacerte sentir bien – separándome de su contacto y volteando mi cuerpo hasta quedar mirándonos el uno al otro, poniendo mis pequeñas manos en su bien formado pecho para besarlo en los labios -.

- Está bien – tomándome en brazos para seguidamente salir de la tina y dirigirse a la puerta del baño – pero será mejor si lo hacemos en mi cama así podremos estar más cómodos – asentí en silencio y me dejé llevar por mi amado quien me recostó suavemente sobre la enorme cama de su cuarto.


Recosté a mí amado niño sobre la cama como si se tratara de una valiosa escultura que no quisiera romper, su cuerpo es tan frágil y hermoso, estoy tan feliz de tenerlo solo para mí, de ser el primero y el único de tener tal privilegio.

Lo besé con ternura hasta convertir el beso en uno fogoso y salvaje, mientras que con mis manos recorría toda la extensión de su cuerpo tan diminuto y delicado, aunque en verdad lo estaba disfrutando, cierto remordimiento en mi cabeza no me dejaba tranquilo, pero era más mi deseo por poseerlo que no hacía caso a esa advertencia. Dejé de besar sus labios, para dirigir los míos hacía sus rosadas y dulces tetillas, lamiéndolas y mordiéndolas un poco, sintiendo como te estremecías debajo de mí. Seguí con un camino de besos, recorriendo tu abdomen, llegando hacía la pequeña erección entre tus piernas. Jadeaste al sentir la primera lamida, sonreí y lo introduje completamente en mi boca, mientras acariciaba tus piernas. Era tan pequeño y la vez tan delicioso, que nunca me cansaría de atenderlo como se debía.

- Onii-chan – decías con dificultad debido a los gemidos que no dejaban de salir – me siento muy raro – dando otro fuerte gemido, al mismo tiempo que se corría dentro de mi boca, tragué ese dulce líquido, volviendo a poseer sus labios, me sentía hambriento de él -.

- Te amo… - susurraba cada vez que mis labios se separaban de los suyos, notando  como sus mejillas se teñían de un hermoso color carmesí -.

- Onii-chan… yo también quiero… – me detuve al escuchar lo que acababas de decir -.

- ¿Qué es lo que quieres? – acariciando suavemente su rostro -.

- Quiero… hacerte lo mismo que me hiciste hace unos momentos - decías totalmente apenado, yo solo sonreí y besé su frente-.

- No puedo negar que me encanta que lo hagas, pero no quiero que te exijas demasiado.

- Podré hacerlo esta vez – decías con decisión, no pude negarme a tan adorable petición y me senté sobre la cama, abriendo mis piernas para que tuviera a la vista mi miembro totalmente erecto -.

Acercó su rostro hasta mi miembro, comenzando a lamer toda su extensión, como si se tratara de un rico helado; esa era la forma más adecuada de explicarle el cómo se hacía, eché mi cabeza para atrás al sentir como rodeaba mi glande con su lengua, aunque sus lamidas eran algo torpes, se sentía bastante bien. Pero al llegar el momento de que intentarías meterlo en tu boca, no pude evitar reír un poco al ver que solo podías con la punta.

- No te burles – dijo haciendo puchero -.

- No me burlo, es solo que te ves adorable – dije para después besarlo, posicionándome nuevamente sobre él, apretujando con mis manos sus pequeños y suaves glúteos -.

- Te a…amo Onii-chan – jadeando, abriendo más las piernas, acomodándome mejor sobre él , haciendo que su miembro rozara con mi abdomen haciéndolo gemir mucho más por la fricción, en ese momento todo el autocontrol que me quedaba se desvaneció, dejando salir ese deseo incontrolable que sentía por mi amado niño –.

Bajé mi rostro hasta donde se hallaba su entrada, lamiéndola y adentrando mi legua para lubricarla, estaba dispuesto a entrar en él, así que tenía que prepararlo para lo que vendría más adelante. Dejé de lamer para comenzar a introducir lentamente uno de mis dedos, haciendo que mi niño soltara quejidos de dolor, saliendo finas lágrimas de sus ojos, pero en ese momento no podía detenerme, así que introduje un segundo dedo, incrementando un poco más tus sollozos. Pero aún así tampoco me detuve; volví a besarlo para distraerlo del dolor, moviendo mis dedos de manera circular para dilatarlo un poco más, al ver que ya mis dedos podían entrar con facilidad, abrí todo lo que puede tus piernas, rozando la punta de mi pene con tu entrada; seguías llorando y más cuando comencé a introducirlo poco a poco.

- Sa…sácalo, me du…e…le  – dijiste bajito, tus lagrimas no dejaban de salir, fue en ese momento que reaccioné, en verdad lo amaba, pero apenas era un niño y no podía hacerle eso, no podía quitarle su inocencia ahora, además lo lastimaba y eso era lo que más me dolía, saqué lo poco que había alcanzado a meter y me levanté rápidamente de la cama, buscando mi ropa y poniéndomela enseguida, miré hacia la cama, me mirabas con tristeza – Lo siento – dijiste, llorando más intensamente -.

- No tienes por qué disculparte, la culpa es mía – sentándome en el borde de la cama -.

- Pero por mi culpa no pudiste continuar – decías entre sollozos -.

- Será mejor que duermas – dije besando tu frente -.

- ¿Dormirás conmigo onii-chan? – Limpiándose las lágrimas, asentí y lo llevé hasta su habitación, recostándolo suavemente sobre la cama, para luego buscar una de sus pijamas, se la puse con cuidado de no lastimarlo y me acosté a su lado abrazándolo fuertemente -.

- ¿Te duele? – pregunté con cierto tono de tristeza en mi voz -.

- Sólo un poco – sonreíste -.

- Te amo, eso nunca lo olvides.

- Y yo a ti onii-chan – besando mi mejilla, me sentía mal en esos momentos, no podía entender cómo después del dolor que le causé seguía sonriéndome tan tiernamente, lo amaba y por eso había tomado una decisión que nos lastimaría, pero era lo mejor para ambos -.

Esperé hasta que se quedara dormido, separándome con cuidado de él, viendo su angelical rostro dormido por última vez, posé un casto beso en sus labios, salí de la habitación, dirigiéndome a la mía y tomando todas mis cosas, poniéndolas en mi maleta y sin esperar más salí inmediatamente del lugar, dejando lo que más amaba, sin esperanzas de volverlo a ver, de seguro me odiaría, pero era lo mejor, no quería que resultara lastimado por mis arrebatos, le di un último vistazo a aquella mansión, aquel lugar en donde había conocido el amor verdadero y al cuál ese día abandonaba.


Me desperté al otro día, asustándome de no ver a mi onii-chan, salí de mi cuarto aún con la pijama puesta, dirigiéndome a su habitación, pero no estaban sus cosas, el miedo recorrió mi cuerpo y bajé hasta la sala, ahí se encontraban mis padres, abrazando a mi hermana que al parecer estaba llorando.

- ¿Qué sucede? – pregunté, teniendo el presentimiento de que la respuesta no me gustaría -.

- El estúpido de Takaki rompió su compromiso con tu hermana y ni siquiera tuvo el descaro de decirlo personalmente - dijo papá bastante enojado -.

-¿Y dónde está?

- El muy inútil dijo que jamás regresaría – en ese momento todo se fue abajo para mí, mis lágrimas volvían a salir y sentía como mi corazón se desgarraba, corrí hasta la habitación que era de él, cerrando la puerta con seguro, acostándome sobre esa cama que estaba impregnada de su agradable olor y lloré cómo nunca antes lo había hecho -.

Fin del flash back


Después de ese horrible despertar, no volví a ser el mismo, ya solo hacía las cosas porque era lo que tenía que hacer, pero nunca abandoné la esperanza de que volvería  a verlo y justo después de 6 años lo volví a encontrar y sus sentimientos por mí al parecer seguían intactos y a pesar de que se casará dentro de poco, no podía dejarlo, si lo perdí una vez, no lo volvería a perder dos veces, él volvería a ser mío, ya era la hora de cambiar de estrategia.



CONTINUARÁ…