29 nov 2024

COMPASS ROSE - Capítulo 35

Hola, hola!!!!!!

¿Cómo están todos? Espero que muy muy bien y si no es el caso, les mando un super fuerte abrazo de oso y que éste capítulo les saque una sonrisa. 

Primero que todo un muy feliz cumpleaños a nuestro queridísimo Yuri que justo ahora en Japón ya es su día especial, espero todos en JUMP lo consientan mucho. 

También quiero decir que estoy muy feliz con que ya tengamos la música de JUMP en plataformas de Streaming!!!!!! No es como si no los escucháramos ilegalmente, de todos modos espero que si tienen alguna cuenta puedan escucharlos por ahí o también pueden hacerlo por YouTube. 

Y bueno, no me alargo más porque tengo que ir a trabajar, espero les guste el capítulo y nos leemos en el siguiente mes!!!!

 


Tema: COMPASS ROSE
Extensión: Serial 
Parejas: Varias
Autora: Akari-chan



Capítulo 35

*Kei*

Felicidad es todo lo que puedo sentir al despertar y ver el rostro de mi príncipe todavía durmiente, rodeándome fuertemente con sus brazos mientras apoya su rostro sobre mi pecho. No pedo asimilar lo ocurrido anoche, todavía pienso que fue un hermoso sueño, pero al notar su acompasada respiración rozar mi piel puedo cerciorarme de que no fue una fantasía, fue real, muy real.

- Buenos días – dice éste con voz ronca, todavía con sus ojos cerrados, tratando de acostumbrarse a la luz de la mañana antes de abrirlos despacio y completamente, levantando un poco la cabeza para mirarme, haciendo que suspire ante lo preciosos que son sus ojos.

- Bue… Buenos días – respondo con una tonta sonrisa, mientras él se acomoda mejor para besar dulcemente mis labios, correspondiendo con total gusto a la unión de estos, siendo interrumpidos de repente por unos golpecitos en la puerta.

- ¡Un momento! – Exclama mi príncipe dándome un dulce beso en la punta de mi nariz antes de levantarse y ponerse rápidamente la camisa que está en el suelo, riendo de ver que se ha puesto los botones terriblemente mal.

- ¿Quién era? – Pregunto tratando de sentarme sobre la cama, pero una punzada de dolor en mi parte trasera me lo impide.

- ¿Estás bien? – Pregunta mi príncipe preocupado, viniendo rápidamente hacia mí - ¿Te lastimé?

- No, no es eso, es normal sentirse adolorido después de aquello… - Digo nerviosamente, sin procesarlo todavía.

- Si quieres que te ayude en algo puedes decirme – dice mirándome preocupado – de todos modos es responsabilidad mía el que estés así.

- No te preocupes por eso – sonrío sintiéndome abrumado por todo lo que aflora dentro de mi ser - ¿Y quién tocaba la puerta? -  Pregunto tratando de desviar el tema.

- Era una de las empleadas – dice mientras se acuesta nuevamente a mi lado en la cama - me ha dicho que podemos bajar a desayunar a las nueve.

- ¿Y qué hora es? – Pregunto buscando mi reloj en la mesa de noche – son las siente y treinta… - digo recibiendo un beso de mi príncipe en mi mejilla izquierda, siendo rodeado por sus brazos.

- Quiero estar así contigo un ratito más – dice besando ahora mis labios, haciendo que me acueste nuevamente sobre la cama, acariciando suavemente mis piernas, como si pidiera permiso para acomodarse entre ellas, el cuál le concedo abriéndolas un poco más.

No hicimos nada más que besarnos durante el tiempo que creímos prudente para cambiarnos y salir justo a tiempo para ir a desayunar. Mi príncipe se tomó la molestia de ayudarme con el baño y a cambiarme, por mucho que le insistiera en que me sentía mejor, que no era necesario, aun así lo hizo con toda la ternura y el amor que me podía brindar, sintiéndome algo extraño por recibir tantas atenciones de su parte, sobretodo porque siempre había sido yo el que le atendiera. Pero aún a pesar de eso, me siento como en una nube, mi príncipe es tan cariñoso y eso me gusta.

- ¿Listo? – Pregunta después de haberse terminado de vestir, acercándose a mí para abrazarme y darme un dulce beso en la mejilla.

- Sí – sonrío.

- ¿Seguro que puedes caminar?

- Completamente seguro – digo con firmeza, dando los primeros pasos hacia la puerta de nuestra habitación, más que dolerme es un poco incómodo, pero no es nada que no pueda soportar – vamos, no deberíamos hacer esperar al Rey.

- Buenos días – saludamos al unísono, siendo saludados por los únicos dos presentes, el Rey Junmyeon y Kyungsoo.

- ¿Dónde están los demás? – Pregunta mi príncipe mirando curioso por el lugar.

- Algunos todavía están durmiendo y otros ya están en sus labores habituales – dice el Rey con una sonrisa – ¿Por qué se fueron tan temprano? – Pregunta preocupado.

- El príncipe no se sentía bien y pues decidí quedarme cuidando de él en nuestra habitación.

- ¿En serio? ¿Y por qué no me dijeron? Hubiese llamado a nuestro médico.

- No era nada grave, sólo estaba agotado – dice mi príncipe con un ligero sonrojo en sus mejillas.

- Está bien, pero si vuelves a sentirte mal no dudes en decirnos – dice seriamente.

- Así será su majestad, lamento mucho si los he preocupado – dice haciendo una reverencia antes de sentarse al lado de éste, mientras que yo me siento con algo de dificultad al lado de Kyungsoo.

Desayunamos tranquilamente mientras conversábamos sobre la fiesta y el tratado por el que principalmente era el motivo de nuestra visita a éste reino.

- ¿Te parece bien que firmemos eso de una vez? – Pregunta el Rey al terminar todos de desayunar.

- Me parece bien – dice mi príncipe - ¿Estás de acuerdo? – Pregunta dirigiendo su mirada hacia mí.

- Claro que sí príncipe, entre más rápido lo concretemos muchísimo mejor – sonrío.

- Además así podrán disfrutar con mayor libertad y sin más preocupaciones de su estadía aquí en el reino por los días que quedan – dice Kyungsoo – después de esto podemos ir junto con mi esposo y mi hijo a ver los campos de algodón.

- Eso me encantaría – dice mi príncipe entusiasmado.

- Entonces vamos de una vez a terminar con nuestro deber – dice el Rey levantándose de su asiento, seguido por nosotros, mientras yo trato de hacerlo lentamente.

- Adelántense – dice Kyungsoo – necesito hablar con Kei un momento, no nos vamos a demorar, lo prometo.

- Está bien, los esperamos entonces – dice el Rey siguiendo con su camino, pero Daiki se queda mirándome con culpa.

- No es nada príncipe – sonrío - también necesito hablar con Kyungsoo sobre algo.

- Bueno… - Dice dubitativo, pero después de unos segundos y darme una última mirada decide ir tras del Rey.

- Me has decepcionado Kei, pensé que eras de mi equipo – dice Kyungsoo al ver que el Rey y Daiki se habían alejado lo suficiente como para no escucharnos.

- ¿Cuál equipo? – Pregunto confundido, cayendo en cuenta a que se refiere - ¿Eso a ti que te importa? -  Pregunto avergonzado.

- Pues no me importa, pero si me preocupa el verte así.

- Estoy bien, puedo caminar bien, es sólo un poco molesto, ya se me pasará – suspiro.

- Si necesitas algo para el dolor no dudes en decirme o a Jongin, él sabe más de esas cosas…

- Por favor no me digas más Kyungsoo – digo apenado – yo sé muy bien qué hacer, es sólo que me tomó por sorpresa y hace muchos años que no hacía esto.

- Está bien, está bien – ríe divertido – igualmente déjame felicitarte por éste gran paso que has dado, ya era hora.

- Gracias… Pero por favor no le comentes nada extraño al príncipe.

- No lo haré, sólo me parece divertido molestarte – sonríe.

- ¿He de sentirme halagado?

- Eso espero – ríe divertido - vamos rápido antes de que su majestad se enoje por nuestra tardanza – dice comenzando a caminar rápidamente, tratando en lo posible de seguirle el paso.

 
*Yuto*

- Bien, eso es todo por la clase de hoy – dice mi maestra de pintura con una gran sonrisa.

- Muchas gracias – por la clase de hoy.

- Príncipe Yuto, como se lo había comentado en la clase anterior me iré por una semana del reino.

- Sí, lo recuerdo perfectamente – digo comenzando a guardar mis cosas.

- Así que he pensado en dejarte una tarea.

- ¿Una tarea? – Pregunto expectante, aunque también emocionado, casi siempre me pide que pinte algún paisaje o un objeto en específico - ¿Y qué sería?

- Bueno, hace poco hicimos un auto retrato, así que ésta vez pintarás a alguien del castillo, ya sea a su majestad, a algún trabajador, la persona que desees ¿te parece bien?

- Me parece perfecto – sonrío ampliamente, teniendo ya a una persona en mente.

- Entonces estaré esperando su obra cuando regrese príncipe.

- Puedes confiar en ello, será el retrato más hermoso que hayas visto – digo con total confianza.

- Estoy segura de que lo será, nos vemos dentro de una semana príncipe – dice haciendo una reverencia.

- Que tenga un muy buen viaje maestra – digo recibiendo una sonrisa de su parte antes de retirarse – Bien, lo mejor será comenzar a hacerlo desde ahora – digo más para mí mismo, entrando al castillo en busca de Yuri, la persona a la que quiero pintar, encontrándolo saliendo de la Biblioteca - ¡Yuri! – Exclamo captando su atención.

- Hola Yuto – dice sonriente – no te había visto en la mañana ¿estabas en clase de pintura?

- Sí, acaba de terminar y me han dejado una tarea muy importante.

- ¿Sí? ¿Y de qué se trata?

- Tengo que hacer un retrato.

- ¿Un retrato? ¿A quién?

- A una persona que yo desee pintar.

- ¿Y ya pensaste en esa persona?

- Sí, eres tú – sonrío ampliamente al ver su cara de sorpresa.

- ¿A mí? ¿Por qué?

- Porque fuiste la primera persona que vino a mi cabeza ¿aceptas ayudarme? – Sonrío, sintiendo mi corazón latiendo con fuerza, esperando una respuesta más que afirmativa de su parte.

- Me encantaría Yuto – sonríe amablemente – pero no creo poder ayudarte, tengo mucho trabajo que hacer.

- Por favor Yuri, sólo por ésta vez ayúdame – digo suplicante.

- Ya te he dicho que no puedo, el señor Kei no está y no puedo dejar al Rey solo con todo.

- Pero así esté el señor Kei siempre estás ahí, ya casi ni pasas tiempo conmigo, como cuando éramos niños.

- Porque es mi trabajo y me gusta hacerlo – suspira - en verdad lamento mucho no poder colaborarte – dice dando un par de pasos hacia atrás – pero espero puedas conseguir a alguien que sí pueda…

- Por favor Yuri – digo tomándolo de la muñeca – sólo por ésta vez.

- Yuto, ya te he dicho que no puedo, no me insistas – dice tratando de soltarse de mi agarre, pero me aferro más a éste.

- Por favor…

- ¿Qué está sucediendo aquí? - Pregunta mi hermano acercándose a nosotros con una expresión molesta en su rostro, nunca antes lo he visto así.

- Su… Su majestad – dice Yuri nerviosamente – sólo estábamos hablando…

- Sólo le estaba pidiendo un favor – digo soltando la muñeca de mi amigo.

- ¿Qué tipo de favor?

- La maestra de pintura me ha dejado de tarea de hacer un retrato de alguien y había pensado en Yuri para eso.

- ¿Y qué te ha respondido Yuri?

- Que no puede ayudarme porque tiene que trabajar – digo bajando la mirada.

- ¿Es eso cierto Yuri? – Pregunta dirigiendo su mirada hacia éste.

- Sí, su majestad – suspira – no tendría problema de hacerlo, pero en éste momento me es imposible y más si el Señor Kei no está para colaborarle.

- ¿Y si te doy el permiso para que le ayudes?

- Pero su majestad, yo no quiero dejarle solo con tanto trabajo.

- ¿No hay manera de que cambies de opinión?

- De ninguna manera – dice firmemente.

- Que problema – suspira pesadamente - ¿Y no has pensado en otra persona? ¿Alguien que no esté ocupado en estos momentos?

- Creo que hace un rato vi a Keito paseando solo por el jardín – dice Yuri.

- ¿Solo? ¿No debería estar con el príncipe Ryosuke?

- Que yo recuerde el príncipe salió ésta mañana muy temprano junto con mi papá Hikaru a ver los campos – dice Yuri pensativo – al parecer le gustan mucho y por eso van juntos cada que mi papá tiene que ir a revisarlos.

- No sabía eso – dice mi hermano sorprendido – parece que se han hecho muy buenos amigos.

- Eso parece – dice Yuri con una hermosa sonrisa, cambiando así el ambiente entre los dos, haciéndome sentir un poco fuera de lugar.

- En ese caso ¿Por qué no vas y le preguntas a Keito? No creo que vaya a darte un no como respuesta.

- Sí, me parece buena idea – dice Yuri sonriente.

- Iré a preguntarle entonces - sonrío – lamento mucho si te hice incomodar Yuri – digo haciendo una leve reverencia – en verdad no era mi intención hacerte sentir incómodo – ni yo mismo entiendo qué ha ocurrido.

- Descuida, no tienes que disculparte por eso – dice con una amable sonrisa – en verdad lamento no poder ayudarte – dice apenado.

- Tranquilo – sonrío - bueno, me iré a buscar a Keito entonces – digo haciendo una reverencia antes de retirarme rápidamente de ahí ¿por qué he actuado de una manera tan deshonrosa?


*Yuya* 

- ¿Estás bien? – Pregunto tomando delicadamente la muñeca que minutos antes estaba siendo sostenida por mi hermano, notándola un poco rojiza.

- Lo estoy su majestad – responde Yuri, dejando que examine la parte afectada - ¿Piensas que hice mal en negarme? En verdad Yuto se veía algo triste – suspira – pero tampoco quería dejarte solo con todo el trabajo.

- ¿Y cuál de las dos cosas era la que más deseabas hacer?

- Quería estar contigo – dice sin una pizca de duda en su voz o su mirada, haciéndome sentir feliz y un tanto nervioso.

- ¿Tanto te gusta estar conmigo? – Río nerviosamente, sin soltar todavía su muñeca, acariciándola suavemente con mi dedo pulgar.

- Mucho – responde con una hermosa sonrisa, un dulce gesto que hace que mi corazón lata rápidamente - ¿Estás bien su majestad?

- Sí ¿por qué? – Pregunto extrañado.

- Es que tu rostro se ha enrojecido de repente, parece un tomate – dice entre divertido y preocupado, apartando su muñeca del agarre de mi mano.

- No, no es nada, debe ser por el calor.

- ¿El calor? Pero si está bastante fresco - sonríe - ¿Seguro que estás bien? – Pregunta tomando mi rostro con ambas manos, haciendo que me incline un poco, pegando mi frente a la suya haciendo que nuestros rostros estén más cerca de lo debido.

- ¿Pudiste encontrar el libro que te pedí? – Pregunto tratando así de cambiar de tema.

- Sí, lo tengo en mi bolsa – dice sin apartarse de la posición en la que estamos. Una parte de mí dice que debería de alejarme, pero la otra…

- Será mejor que sigamos trabajando – digo apartándome finalmente, no sé qué estaba pensando hacer, pero de seguro no era nada apropiado.

- Sí, todavía hay mucho por hacer – dice Yuri sonriente, aunque puedo notar algo de decepción en sus ojos ¿Acaso estaba esperando algo más?


*Keito*

- Otra vez se ha ido el príncipe sin decirme – digo algo molesto, pero igualmente resignado mientras paseo por el jardín del castillo – es un rebelde sin causa.

- ¿Quién es un rebelde sin causa? – Pregunta alguien de repente, haciéndome dar un salto del tremendo susto que me ha dado.

- Príncipe Yuto – sonrío nervioso – no me refería a nadie en especial.

- ¿Te gusta hablar solo? – Pregunta con una sonrisa.

- Se podría decir que sí – río - ¿es raro?

- No, sólo me parece curioso, aunque la verdad yo también lo hago a veces, creo que ayuda mucho a acomodar las ideas – sonríe - ¿estás ocupado? Es que quisiera pedirte un favor.

- Estoy a su total disposición príncipe – sonrío - ¿qué es lo que desea?

- Quiero que seas mi modelo para una tarea de mi clase de pintura – dice mirándome con ojos suplicantes, a los cuales me es difícil negarme.

- ¿Quieres que pose desnudo? – Pregunto haciendo que el príncipe se ría a carcajadas.

- ¿Qué? No, claro que no, todavía – ríe – pero ya que lo comentas lo tendré en cuenta para cuando me asignen tal tarea.

- No hay problema… - Digo avergonzado de haber dicho algo tan fuera de lugar.

- ¿Entonces aceptas? Es sólo un retrato que tengo que hacer, se lo pedí a Yuri, pero me ha rechazado.

- Te he dicho antes que estoy a su disposición príncipe – sonrío – para lo que necesites estaré para ayudarle.

- ¿En serio? Muchas gracias – dice dándome un abrazo – ¿está bien si comenzamos de una vez?

- Claro, por mí no hay problema ¿necesitas que me cambie de ropa o algo?

- Así estás bien, me gusta tu traje de caballero real – sonríe – por cierto, sólo llámame Yuto ¿está bien? – Pregunta a lo que yo sólo asiento fervientemente, siendo guiado por éste al lugar perfecto para comenzar con la pintura.


CONTINUARÁ...