Hola hola!!!!!
¿Cómo están todos? Espero que muy bien y si no es así les mando un super fuerte abrazo de oso y espero que éste nuevo capítulo les saque una gran sonrisa.
Primero que todo, felicidades a Dai-chan por su matrimonio, es que ya han pasado las semanas y todavía no me lo creo X'D pero la verdad me siento muy muy feliz por él, que sea muy feliz en ésta nueva etapa que va a pasar junto a la mujer que ama, por favor Doña Mayu cuida muy bien de él.
También en éste mes fue mi cumpleaños número 33, pasé un día tranquilo y agradable con mi familia y también recibí mucho amor de mis seres queridos, me siento muy agradecida por ello.
Como podrán ver le he cambiado la imagen al Blog, espero les guste y si no pues di todo de mí X'D
Y finalmente, como si aquí su servidora ya no tuviese muchas historias en su cabeza, he de decir que en un futuro (próximo espero) publicaré un Spin off de ésta historia con los habitantes del castillo de Cottonland, no más pensaba nombrarlos, pero mientras escribía pensé en que sería buena idea hacerlo jajajajajaja
Bueno, eso es todo por ahora, que disfruten del capítulo y nos leemos en el siguiente mes.
Capítulo 31
*Kota*
- ¿Seguro que no quieres ir a Cottonland? Todavía estás a
tiempo – dice el rey durante un pequeño receso de la reunión que tenemos entre
los dos.
- Totalmente seguro, con el príncipe Daiki y Kei es más
que suficiente.
- Pero eres un gran amigo del rey Junmyeon ¿no quisieras
verlo?
- Lo veré en otra ocasión, además quedé de que me haría
cargo de Ryutaro mientras sus padres están de viaje – suspiro - ¿por qué
insistes tanto en que vaya?
- No es por nada – sonríe - es sólo que me pareció algo
extraño, siempre que hay viaje para ese reino eres el primero en decir que sí.
- Igualmente ya estoy invitado a la boda del rey que será
dentro de unos meses, así que ya estoy adelantando todo mi trabajo para poder
asistir.
- Cierto que se va a casar con el príncipe Sehun – digo
pensativo - ¿irás con Ryutaro?
- Efectivamente, sus padres ya me han dado el permiso de
llevarlo – sonrío - ¿Vas a ir también?
- No estoy muy seguro, quizás mande a alguien en representación
mía.
- Será mejor que vaya su majestad, recuerda que con el
reino de Cottonland hay una estrecha amistad de muchísimos años.
- Haré todo lo posible por asistir, pero no prometo nada
igualmente.
- Me alegra mucho escuchar eso – suspiro - todos se casan
excepto usted – sonrío ligeramente, más al ver su expresión de ligero fastidio
- ¿en serio no tienes a alguien en mente? ¿Alguien que te guste aunque sea un
poco?
- No tengo tiempo para eso Kota, ya lo he dicho muchas
veces.
- Lo entiendo su majestad – suspiro – había quedado de no
decirte esto, pero sus súbditos ya están pidiendo por un heredero, a no ser que
usted prefiera que alguno de sus hermanos se le adelante.
- No me molestaría realmente que alguno de los dos lo
hiciera, de todos modos es algo válido en éste reino.
- Es verdad, pero además de eso, me preocupa un poco que
estés solo.
- No estoy solo, los tengo a ustedes, a mi reino…
- Sí ¿pero no sientes que te hace falta algo más? ¿Una pareja
por ejemplo?
- Kota, ya hemos hablado de esto – dice serio – cuando
esté interesado en alguien serás el primero en saberlo ¿de acuerdo?
- Como usted desee su majestad – digo haciendo una leve
reverencia.
- ¿Hay algo más de lo que tengamos que hablar? – Pregunta
seriamente - Que no sea sobre mi vida amorosa por favor.
*Ryutaro*
- Príncipe Ryosuke ¿puedo hablar con usted un momento? –
Pregunto después de llevar mucho tiempo observando al príncipe mientras éste leía
un libro en el jardín del castillo.
- Claro ¿qué deseas preguntarme? – Pregunta ofreciendo
que me siente a su lado sobre la banca.
- Bueno es que… No sé cómo decir esto…
- Aún si es algo pequeño está bien – sonríe amablemente.
- ¿Cómo le hiciste?
- ¿Hacer qué? – Pregunta mirándome confundido.
- Lo que haces con el señor Hikaru – digo viendo cómo su
rostro se enrojece.
- Ryutaro yo… Lamento si te incomodamos…
- No, no te preocupes por eso, he guardado su secreto con
mucho recelo – sonrío – pienso que hacen una linda pareja.
- Gracias – dice sonriendo ampliamente - ¿Y sobre qué
quieres hablar conmigo?
- Cierto – río nervioso, sentándome por fin a su lado –
sé que quizás no somos tan cercanos, así como lo eres con los príncipes y los
demás chicos del castillo, pero no pude pensar en alguien más que en usted para
que me pueda dar un consejo.
- ¿Y en qué deseas que te aconseje?
- Sabes que Kota y yo estamos comprometidos ¿no es así?
- Lo sé perfectamente, fue casi de las primeras cosas que
me dijeron cuando llegué por primera vez a éste castillo ¿ocurrió algo con él?
- No exactamente…
- ¿O quieres que ocurra algo? – Pregunta haciéndome
sonrojar – con que es eso – ríe divertido.
- Bueno, la verdad es que sí quiero – digo desviando la
mirada un poco avergonzado – pero aunque le dije lo que quería él no hizo caso
a mi petición.
- ¿Y qué le pediste?
- Que me besara – digo sintiéndome todavía un poco
molesto - después de eso no le he dirigido la palabra desde ésta mañana – digo
contándole lo que había ocurrido horas antes.
- Entonces es bastante grave – me mira con sorpresa,
sonriéndome con ternura luego.
- ¿Crees que hago mal con enojarme?
- No creo que esté mal, pero si deberías disculparte
cuando lo veas, por lo que puedo notar él te respeta y quiere mucho ¿tú lo
quieres?
- Como no tienes idea – digo sintiendo mi rostro
enrojecer.
- Con Hikaru también me sucede eso – sonríe – hay
momentos en los que quisiera un poco más de él, pero muy amablemente se niega,
diciéndome que ya habrá tiempo para eso y aunque me frustre un poco sé que lo
hace por mi bien, no siempre es bueno apresurarse a las cosas – suspira – así
que pienso que lo mejor será que dejes que las cosas fluyan cuando sea el
momento de hacerlo, quizás el señor Kota está igual de ansioso que tú.
- ¿En verdad lo crees?
- Por supuesto, así que sólo ten paciencia y cuando menos
te lo esperes ocurrirá lo que tanto deseas – sonríe – pero también podrías
intentar acercarte un poquito más a él.
- ¿Acercarme? – Pregunto confundido.
- Sí – sonríe ampliamente – tener un poco más de contacto
físico cuando estén a solas, tomar su mano, acariciar su cabello, abrazarlo,
cosas así, pero sólo si te nace hacerlo, no te fuerces si no quieres.
- No voy a negar que sí deseo hacer esas cosas – sonrío
nerviosamente – pero haré lo mejor que pueda.
- Sólo tómalo con calma, no creo que a él le moleste que
quieras ser más cariñoso y si te sientes cómodo también permítele serlo
contigo.
- Muchas gracias por escucharme príncipe – digo sintiendo
que se me ha quitado algo de peso encima.
- Al contrario, muchas gracias a ti por tener la
confianza de contarme esto, puedes contar conmigo para lo que necesites.
- Lo haré – asiento firmemente.
- ¿Qué vas a hacer ahora? – Pregunta mirando su reloj.
- Pensaba ir a la Biblioteca a leer algo.
- ¿Quieres acompañarme a tomar el té con los príncipes? Ayer
quedamos en que lo haríamos.
- ¿Está bien que vaya sin haber sido invitado?
- Claro que estás más que invitado, sabíamos que vendrías
hoy, por eso vamos a reunirnos.
- No tenía idea, lo siento.
- Tranquilo, tenías otras cosas en la cabeza – sonríe -
¿vamos? – pregunta a lo que yo asiento emocionado, levantándonos de la banca
para ir hacia el lugar de encuentro.
*Kota*
Después de la reunión con el rey me dirijo rápidamente a
buscar a Ryutaro, sintiéndome preocupado de pensar en si seguirá molesto por lo
de ésta mañana.
- Buenas tardes – digo haciendo una reverencia al verlo
caminar junto al príncipe Ryosuke.
- Buenas tardes – responden ambos al unísono, notando que
Ryu desvía la mirada ¿sigue molesto? Pregunto para mis adentros, sintiendo un
pinchazo de dolor en mi corazón.
- ¿Van hacia algún lado?
- Vamos a tomar el té con los príncipes – responde el
príncipe Ryosuke.
- Ryu ¿podemos hablar?
- Sí – responde sin todavía dirigirme la mirada.
- ¿Te molestaría si me llevo a Ryutaro por unos minutos?
- Por supuesto que no – sonríe – te estaremos esperando
Ryu – dice el príncipe antes de retirarse con prisa.
- Por favor perdóname si te hice sentir mal por lo de
ésta mañana – digo al quedar solos en medio del pasillo – pero me tomaste
totalmente por sorpresa ¿todavía estás molesto conmigo?
- No, no lo estoy – dice mirándome finalmente – perdóname
por haber sido tan descortés, aun cuando me hablaste tan gentilmente.
- Estabas en todo tu derecho de estar molesto – sonríe
mientras acaricia una de mis mejillas con suavidad, haciendo que mi corazón se
acelere - ¿me perdonas?
- No tengo nada que perdonarte – sonríe al mismo tiempo
que me abraza con fuerza, por largo rato, correspondiendo de la misma manera a
éste, sintiéndome reconfortado por su calor.
- Te quiero tanto – dice Ryutaro apartándose un poco, con
su rostro enrojecido.
- Yo también te quiero, muchísimo – digo dándole un beso
en la frente – ve a tomar el té con los príncipes, no es bueno que los hagas
esperar tanto.
- Quiero estar un ratito más así contigo – dice haciendo
un lindo puchero, volviendo a abrazarme pero con más delicadeza, haciéndome
estremecer de repente al sentir un leve roce de sus labios sobre mi cuello.
- Nos vemos luego – dice apartándose rápidamente de mi
lado para salir corriendo en busca de sus amigos, dejándome con una sonrisa de
completo idiota enamorado en aquel solitario pasillo.
*Yuya*
- ¿Por qué esa
cara larga Kei? ¿No te hace feliz viajar a Cottonland y ver a tu amigo
Kyungsoo?
- Claro que me hace feliz su majestad – dice dejando lo
que está haciendo para mirarme – es sólo que pensé que iría Kota.
- Pensé que lo mejor sería que Daiki fuera contigo ya que
ambos tienen una buena relación ¿te molesta acaso?
- No, claro que no, es sólo que… No es nada, sólo me
pareció inesperado.
- Pero si no quieres podría…
- No, así está bien, yo viajaré con el príncipe, no se
preocupe por eso – sonríe – además aprovecharé para ir a felicitar
personalmente a Kyungsoo por el nacimiento de su hijo ¿debería ir a comprarle
algún obsequio?
- Pues si quieres puedes ir ahora mismo.
- ¿Cómo se le ocurre su majestad? No pienso dejar el
trabajo tirado.
- Ve con confianza, hoy no es de esos días ajetreados de
trabajo, Yuri y yo podemos valernos muy bien solos ¿no es así Yuri?
- Claro que sí su majestad – sonríe dulcemente, haciendo
que sonría de la misma manera.
- ¿Ves? Puedes salir tranquilamente.
- Está bien, sólo lo hago porque tú lo ordenas – dice
terminando de acomodar los libros en el librero.
- Con su permiso su majestad – dice haciendo una
reverencia antes de retirarse.
- Me gustaría mucho conocer Cottonland.
- ¿Kota no te ha llevado antes?
- La primera vez que íbamos a ir me enfermé – sonríe – y
las otras veces no me ha llevado porque al tratarse de asuntos de trabajo dice
que no tiene sentido que lo acompañe si no va a pasar el tiempo conmigo.
- Ya veo… - Digo pensativo – dentro de unos meses será la
boda del rey.
- Sí, mi padre me comentó sobre eso, piensa asistir a
ésta con Ryutaro.
- ¿Y te molesta que no te lleve?
- Claro que no – ríe – Ryu es su pareja, es adecuado que
vaya junto con él, además en la invitación dice que pueden ir con un
acompañante, ahí no podría entrar yo.
- Yo también he sido invitado – digo volviendo mi mirada
hacia los papeles que tengo en mis manos, tratando de armarme de valor para lo
que quiero decirle.
- ¿Sucede algo su majestad?
- ¿Eh? ¿Por qué lo dices?
- Es que se ha quedado en silencio mirando a la nada de
repente.
- Ah, no, no es nada – río nerviosamente - es sólo que
estaba pensando en que el lugar de mi acompañante está libre.
- ¿Y ya has pensado en alguien? Podrías ir con alguno de
tus hermanos…
- Me gustaría mucho que ese lugar lo ocuparas tú – digo
rápidamente, mirándolo fijamente y con total decisión.
- ¿Desea que vaya con usted? – Pregunta mirándome con
sorpresa.
- Sí, aunque si no quieres está bien, no hay problema.
- Claro que me encantaría ir con usted su majestad, nada
me honraría más que eso.
- Nos quedaremos por algunos días, así que tendremos
tiempo para pasear por los alrededores.
- Muchas gracias su alteza – dice brindándome esa sonrisa
sincera que tanto me gusta y luce mucho más hermosa al ser acompañada por el
brillo de sus ojos.
*Kei*
- Ha llegado la hora – digo dando un largo y profundo suspiro
al salir de mi habitación, viendo como unos empleados llevan mi equipaje hacia
el carruaje.
Por un lado me siento muy feliz por éste viaje, hace
mucho que no viajo a Cottonland, además de que soy un gran amigo del consejero
del rey de dicho reino, pero por el otro me preocupa demasiado lo que pudiese
ocurrir al estar tanto tiempo a solas con mi príncipe ¿será acaso una señal
divina de que debería de intentar algo? ¿Y si hago algo estúpido y lo asusto y
luego no me quiere ver nunca más en su vida? ¿Y si me acusan con el rey y
termino siendo desterrado?
- Señor Kei, buenos días – dice acercándose sonriente el
motivo de mis tormentos.
- Buenos días mi príncipe ¿listo para el largo viaje de
cinco días de ida y cinco de vuelta?
- Eso creo – sonríe – aunque siendo sincero no dormí muy
bien anoche que digamos.
- ¿En serio? ¿Y eso?
- Es la primera vez que voy a ese reino y me pone un poco
ansioso.
- Es un reino precioso – sonrío – y los residentes del
castillo son muy buenas personas, estaremos bien.
- Me tranquiliza saber eso y mucho más si eres mi
acompañante en éste viaje.
- Me alegra saber que me consideras una buena compañía.
- En verdad lo eres, la mejor de todas – dice aferrándose
a uno de mis brazos, haciéndome sentir plenamente nervioso.
- ¿Ya están listos? – Pregunta el rey al vernos llegar a
la entrada principal del castillo, siendo acompañado solamente por Kota ya que
es muy temprano todavía.
- Sí, su majestad – respondo al mismo tiempo que mi
príncipe se aparta de mi lado para reverenciarse ante su hermano.
- Muy bien, les espera un viaje muy largo – dice
sonriente – les doy permiso para que se queden una semana, así que estarán
fuera de Nasuland alrededor de medio mes.
- Gracias hermano – dice mi príncipe con una gran
sonrisa.
- Por favor cuídense mucho y saludos a todos por allá –
dice dándonos un abrazo a cada uno.
- Cuidaré muy bien del príncipe, puedes confiar en eso –
digo con seriedad, aunque me muera de los nervios ahora, mi prioridad siempre
será el bienestar de mi príncipe.
- Confío plenamente en eso – dice sonriente.
- Que les vaya muy bien, saluden al rey de mi parte dice
Kota reverenciándose ante el príncipe y luego abrazarme con más fuerza de la
acostumbrada – por favor no lo arruines – dice en un susurro cerca de mi oído,
alejándose de inmediato mientras me regala una de sus cálidas sonrisas ¿qué me
quiso decir con eso?