Hola hola a todos!!!!!!
¿Cómo están? Espero que muy bien y si no es así les mando un super fuerte abrazo de oso y espero que éste nuevo capítulo les saque aunque sea una sonrisa o quizás una sobredosis de azúcar, lo que venga primero X'D
Julio ha pasado realmente rápido, cuando me quise dar cuenta ya tenía que comenzar a escribir éste capítulo, pero he podido terminarlo justo a tiempo!!!!
De una vez les comento que el mes que viene llegará una nueva historia a Wattpad, si es que todo sale como quiero, pero bueno, se trata de un serial que espero no salga tan largo, aunque siempre termino extendiéndome más de la cuenta, pero dudo que eso les moleste jajajaja.
El caso es que este serial será protagonizado por los chicos de EXO, mi grupo masculino favorito de Kpop, así que les estaré avisando cuando publique el primer capítulo por aquí, mi pareja favorita es el Kaisoo y pues estoy muy emocionada y nerviosa, siempre es un tanto complicado escribir sobre otros personajes, con Eito me cuesta todavía, pero espero reciba mucho apoyo.
¿Los conocen? ¿Hay alguna pareja que les guste? ¿Quién es su miembro favorito? El mío es D.O.
Eso es todo por ahora!!!
Disfruten del capítulo y nos leemos nuevamente en Agosto!!!!
Capítulo 21
*Hikaru*
- ¿Seguro que me veo bien? ¿No parezco un viejo decrépito? – Pregunta Kota
mirándose en el espejo mientras que yo le estoy ayudando con su ropa.
- ¿Pero por qué dices tantas tonterías? – Pregunto un tanto molesto por la
poca autoestima de mi amigo – eres muy guapo Kota, en serio – le digo como
alguien que hace mucho tiempo estuvo profundamente enamorado de él.
- Me estoy comportando como un idiota ¿verdad?
- Como todo un estúpido – digo dando un largo suspiro – por favor deja de
martirizarte por lo que pueda pensar Ryutaro al verte, no has cambiado
absolutamente nada desde que se fue.
- Pero él seguramente si ha cambiado… - Dice con un dejo de tristeza ¿el
príncipe Ryosuke habrá cambiado también? ¿Pero qué estoy pensando?
- Dios mío Kota, no va a pasar nada – digo un tanto frustrado ¿dónde se
encuentra el Kota seguro de sí mismo?
- Lo siento – respira profundamente – no he podido pegar el ojo en toda la anoche
de lo nervioso que estoy – sonríe avergonzado.
- El adolescente pareces tú – río ante lo que me acaba de decir, esto es
totalmente nuevo para mí y he de decir que es lindo.
- ¿Puedo pasar? – Pregunta Yuri asomándose por la puerta.
- Claro hijo – sonrío – ya hemos terminado – digo con una amplia sonrisa.
- El carruaje ya está listo para partir a la casa de Ryutaro – dice
sonriente – todos los regalos ya han sido puestos dentro de él.
- Gracias hijo mío - dice acercándose a éste para darle un beso en la
frente - ¿no quieres acompañarme? Ryutaro se pondrá muy feliz de verte.
- Me encantaría padre, pero hay mucho trabajo por hacer – sonríe apenado.
- ¿Seguro que el Rey no te está sobre explotando? – Pregunto mirándolo con
preocupación.
- ¡Por supuesto que no! – Exclama rápidamente – no es nada de eso papá, su
majestad es muy amable conmigo – suspira – es sólo que hoy nos llegaron los
informes bimestrales de los campesinos y es mucho lo que tenemos que revisar.
- Bueno, si es por eso…
- Te preocupas demasiado Hikaru – sonríe Kota – si el Rey estuviese sobre
cargando de trabajo a nuestro pequeño ya hubiese recibido una muy buena
reprimenda de mi parte.
- Padre…
- Bueno, entonces yo me encargaré de traer a Ryutaro para que todos lo
vean.
- Gracias padre – dice Yuri dándole un fuerte abrazo.
- Además tú eres su prometido así que lo ideal es que seas el primero en
verlo – digo con una sonrisa traviesa, notando que se ha sonrojado un poco.
- Es mejor que me vaya – dice con sus mejillas todavía encendidas.
- Te acompañaremos a la entrada – digo tomando del brazo a mi pequeño hijo
mientras asiente entusiasmado, caminando detrás de Kota entre pequeñas risas.
- Que te vaya muy bien padre, saluda a Ryu de mi parte – dice Yuri
alegremente al tiempo que Kota se sube al carruaje.
- Y de la mía también – digo sonriente – me hubiese gustado acompañarte
pero también tengo mucho que hacer.
- De todos modos ni iba a invitarte a que me acompañaras – sonríe – te
estarías burlando de mí justo como lo estás haciendo ahora.
- Que grosero eres – digo un tanto ofendido.
- Nos veremos más tarde – dice revolviendo los cabellos de Yuri y luego los
míos.
- ¡Oye! – Exclamo quitando su mano de mi cabeza.
- Hasta luego – dice para después cerrar la puerta del carruaje, comenzando
éste a moverse, despareciendo rápidamente de la entrada del castillo.
- Nunca había visto a mi padre tan nervioso – dice Yuri con una sonrisa.
- Ni yo – río divertido – es un tonto enamorado.
- Sí, supongo que así se debe de sentir alguien cuando está enamorado –
dice sonriendo tímidamente.
- ¿Seguro que no te sientes así por alguien? – Pregunto realmente curioso.
- Ya te dije que cuando lo estuviera te lo diría ¿recuerdas?
- Lo recuerdo muy bien, pero por otro lado pienso que me estás mintiendo –
digo mirándolo acusadoramente.
- Creo que ya debo de volver al despacho del rey – dice mirando su reloj de
bolsillo – nos vemos más tarde papá – dice dándome un ligero abrazo antes de
irse como alma que lleva el diablo, dejándome con la palabra en la boca,
definitivamente mi chiquillo está mintiendo.
*Ryutaro*
- ¿Qué debería usar? ¿Algo elegante? ¿Más casual? – Pregunto para mí mismo
mientras esculco en las maletas. Llegamos de nuestro largo viaje hace unas
cuantas horas así que no hemos terminado de desempacar.
Al poner el primer pie en la casa lo primero que hicieron mis padres fue
mandar a alguno de nuestros sirvientes a darle la feliz noticia de nuestra
llegada a Kota, dejándome sin tiempo para prepararme adecuadamente para recibir
su visita.
- ¿Hijo ya estás listo? – Pregunta mi madre desde el otro lado de la puerta
de mi habitación.
- ¡Todavía no! – Exclamo sin dejar de buscar un atuendo adecuado.
- No demores tanto que Kota no tarda en llegar.
- Eso intento – digo dando un profundo suspiro, decidiéndome finalmente por
usar algo un poco más formal y a al estar ya completamente listo y bien peinado,
me dispongo a bajar a la sala de mi casa, encontrando a mi madre tomando el té.
- Estás precioso hijo – dice sonriente – Kota estará muy complacido de
verte.
- Gracias – digo un tanto apenado - ¿Dónde está mi padre?
- Tuvo que ir a atender unos compromisos, volverá hasta más tarde.
- Ya veo – digo tomando asiento al frente de ella.
- ¿Estás bien hijo? Te veo algo pálido – dice con preocupación – creo que no
debimos de informarle tan rápido a Kota sobre nuestra llegada, deberías estar
descansado.
- Tranquila madre, estoy bien – suspiro – la verdad es que me siento un
poco nervioso…
- Bebe algo de té para que te tranquilices – dice mientras me sirve un poco
en una linda tacita.
- Gracias – digo tomándola entre mis manos, soplando un poco para beber un
pequeño sorbo, quedando ambos en silencio por un par de minutos.
- ¿Ya te sientes mejor? – Pregunta luego de que me terminara todo el
contenido de la tacita, dejándola sobre la mesita del frente.
- Sí, bastante mejor – sonrío – gracias madre.
- No es nada hijo ¿Estás ansioso de verlo? – Pregunta con una enorme
sonrisa.
- Sí, lo estoy – suspiro resignado - ¿crees que Kota también lo esté?
- ¿Por qué no se lo preguntas ahora mismo? - Dice mientras mira
directamente hacia la ventana.
- ¿Eh?
- Parece que ya ha llegado – dice mientras se pone de pie y acomoda su
vestido, escuchando en ese mismo instante los ligeros golpes en la puerta, la
cual es abierta por una de nuestras empleadas, mientras que yo me quedo ahí
sentado, sin saber qué hacer realmente.
- Buenos días – escucho esa voz que tan bien había guardado en mi memoria,
sintiendo mi corazón latir a una velocidad que nunca había experimentado.
- Buenos días – responde mi madre alegremente - ¿Cómo has estado querido? Ha
pasado tanto tiempo desde la última vez que te vi, sigues igual que siempre.
- Por favor no diga eso – lo escucho sonreír - la que se ve igual o
inclusive más hermosa eres tú mi señora.
- Muchas gracias – ríe avergonzada.
- ¿Cómo estuvo el viaje? ¿Tuvieron algún percance?
- Estuvo bastante bien, inclusive llegamos un poco antes de lo previsto,
aunque no deja de ser un viaje un tanto agotador.
- Me alegra saber que han llegado con bien.
- Pero por favor sigue – dice mi madre de repente al notar que todavía
siguen en la entrada de la casa, en todo este tiempo no he ni siquiera volteado
a mirar - lamento mucho hacer que vinieras tan temprano, pero estábamos tan
emocionados de volver que fue lo primero que se nos vino a la mente.
- No es ninguna molestia – dice sonriente, entrando finalmente a la sala
junto con mi madre, sintiendo mi corazón dar un vuelco extraño al verlo después
de tanto tiempo – Buenos días Ryu – dice con esa bella sonrisa que tanto me
encantaba ver desde que era más pequeño.
- Bu… Buenos días – Digo poniéndome de pie rápidamente, haciendo una
pequeña venia.
- Por cierto, he traído algunos obsequios, están en el carruaje.
- No te hubieses molestado querido – ríe mi madre – pero muchas gracias
¡Martina!
- Sí, señora.
- Por favor llama a los chicos para que entren los obsequios que nos ha traído
el Señor Kota y por favor déjenlos en el despacho de mi esposo.
- Con gusto mi señora – dice haciendo una reverencia antes de retirarse.
- Espero sean de su agrado – dice sin apartar su mirada de mí.
- De seguro lo serán – sonríe - Tengo
algunas cosas que atender así que los dejaré solos para que puedan hablar más
cómodamente – dice mi madre sin dejar de sonreír – y si desean salir a algún
lugar tienen todo mi permiso.
- Gracias, quizás más tarde vaya con Ryu al castillo, todos están muy
ansiosos de verlo.
- Me parece muy bien, que tengan un gran día – dice destellante de alegría.
- Muchas gracias, igualmente – dice Kota mientras vemos como mi madre sale
de la sala con mucha prisa – tu madre sigue siendo tan encantadora – sonríe
ampliamente.
- Lo es – suspiro – aunque a veces es un poco molesta – digo bajito para
que ella no logre escucharme.
- Creo que todos en algún momento hemos pensado así de nuestros padres –
ríe divertido – pero no son tan malos como parecen.
- ¿En verdad eso crees?
- Te puedo asegurar que así es – sonríe – has crecido mucho – dice mientras
me observa detenidamente, haciendo que sienta un poco de calor en mis mejillas.
- Ahora que lo dices… - Digo volviendo mi mirada a la suya, notando que
estoy casi a su altura – se siente raro no verte desde tan abajo – sonrío
tímido – siempre tenías que agacharte para siquiera mirarme a los ojos.
- También me resulta extraño – sonríe tímidamente, se me hace tan lindo.
- Pegué un gran estirón – río apenado – me pregunto si los chicos habrán
crecido mucho también.
- Bueno, Yuto me rebasó totalmente – ríe – Yuri y Daiki… - Dice pensativo –
es mejor que los veas con tus propios ojos.
- Está bien, esperaré un poco más.
- ¿Ya desayunaste? – Pregunta apartándose un poco de mi lado, por alguna razón
estábamos demasiado cerca el uno del otro.
- Todavía no, desde que llegamos he estado desempacando mis cosas – o tratando
de hacerlo mientras hacía un drama por no saber qué ponerme.
- Yo tampoco lo he hecho ¿te gustaría acompañarme? – Pregunta extendiendo
su diestra hacia mí – hace poco abrieron un nuevo local y estaba esperando a tu
regreso para ir juntos.
- Claro que me encantaría ir contigo – digo tomando su mano, preocupándome
por un momento en que él pudiera sentir el ligero sudor en la palma de ésta,
pero en cambio, la sostuvo con firmeza y
besó dulcemente su dorso, haciéndome enrojecer mucho más por tal acción.
- Entonces vamos – sonríe caballerosamente, ofreciéndome su brazo izquierdo
para que me sostenga a él, lo cual algo todavía un poco nervioso por la
cercanía, ¿pero a quién quiero mentir? Había deseado tanto crecer para poder
hacer esto.
CONTINUARÁ...