Hola Hola!!!!!
¿Cómo están todos? Espero que muy bien y si ese no es el caso les mando un super fuerte abrazo de oso y espero que éste nuevo capítulo les saque una gran sonrisa!!!!!!
Muchas gracias siempre por sus hermosos comentarios, no saben lo feliz que me hace leerlos y saber que mis historias les encantan. Yo también espero que los niños crezcan ya para que se den besitos con sus amores, pero ya cada vez falta poco para eso.
Les deseo un muy feliz Halloween y que coman muchos dulces!!!!!
Gracias nuevamente y disfruten del capítulo!!!!
Capítulo 12
*Daiki*
- ¡Ryu! ¿Estás bien? –
Pregunto preocupado luego de escuchar un llanto proveniente del jardín, viendo
al más pequeño consolando a otro niño que se había raspado la rodilla.
- Sí, si lo estoy, pero
mi amigo no – dice soplando un poco la herida de aquel niño quién hace un gesto
de dolor por tal acción.
- ¿Por qué corriste así
Daiki? – Pregunta Yuto al alcanzarnos, respirando agitado, me preocupé tanto de
que a Ryutaro le hubiese pasado algo que me olvidé de que venía con él.
- ¿Te duele mucho? –
Pregunto agachándome para quedar a su altura y poder mirar mejor la herida.
- Un poco… - Susurra
entre sollozos.
- ¿Cómo pasó? – Pregunta Yuto.
- Estábamos jugando a
venados y cazadores… – Dice Ryutaro casi a punto de llorar - y de repente Keito tropezó y cayó…
- No llores Ryu – digo
acariciando su cabeza – fue un accidente.
- Pero fui yo quién le
propuso que jugáramos eso – dice haciendo un pucherito.
- ¿Es grave? – Pregunta
Yuto.
- Parece que no – digo
examinando la herida – vamos a la fuente ¿puedes caminar Keito?
- Sí… - Dice en un
susurro, lo ayudo a levantarse y siendo apoyado por mí caminamos despacio hacia
la fuente, sentándolo al borde de ésta.
- Vamos a limpiar la
herida primero – digo tomando un poco de agua con las manos, poniéndole sobre
la herida.
- ¡Arde!
- Sólo será por un
momento – digo limpiando con cuidado la herida ayudado de un pañuelo que
siempre traigo – creo que me va a hacer falta otro para vendarlo.
- Puedes usar el mío –
dice Yuto sacando uno de su bolsillo.
- Gracias – le dedico una
sonrisa y con cuidado amarro el pañuelo alrededor de su rodilla – ¿Ya te
sientes mejor?
- Sí… Muchas gracias… -
Dice sonriente.
- ¿Dónde aprendiste a
hacer eso? – Pregunta Ryutaro asombrado.
- Una vez que la maestra
Sayuri no vino a darnos clase, el señor Hikaru nos enseñó algo de primeros
auxilios, dijo que era importante para un príncipe aprenderlo.
- Ya veo… ¡Quisiera
aprender también! – Exclama Ryutaro emocionado.
- El señor Hikaru sabe
muchas cosas – dice Yuto.
- Eso es verdad, tiene
mucho tiempo libre – digo entre risas.
- ¿Ustedes son los
príncipes? – Pregunta Keito.
- Sí, somos los hermanos
del Rey – sonrío – mi nombre es Daiki.
- Y yo soy Yuto – dice éste
con alegría.
- Es un gusto conocerte
Keito – digo con una enorme sonrisa.
- El gusto también es mío
– dice con un leve sonrojo, haciéndolo ver adorable.
- ¿Tú eres el niño del
otro reino? – Pregunta Yuto con entusiasmo.
- Sí, he venido junto mi
padre y el príncipe… – Dice tímidamente.
- ¿Y cómo es el príncipe?
- Pregunto curioso, no porque esté interesado en él realmente sino por una
conversación que escuché casualmente entre mi hermano y el señor Kei y que me
ha tenido un poco preocupado últimamente.
- Parece agradable – dice
Ryutaro.
- ¿Y qué edad tiene?
¿Cómo se llama? – Pregunta Yuto insistente, acercándose demasiado a Keito.
- Tiene quince años y se
llama Ryosuke…- Responde avergonzándose por la cercanía de mi hermano pequeño.
- Yuto, no lo acoses así
– digo apartándolo un poco de éste.
- Pero si tú siempre
haces lo mismo con el señor Kei y nunca te digo nada – dice haciendo un
puchero.
- ¡Eso es diferente! –
Exclamo avergonzado – al señor Kei lo conocemos desde que nacimos.
- Sí, lo que digas ¿Quién
quiere jugar? – Pregunta cambiando de tema como siempre lo hace, pero en parte
me alegra de que lo hiciera.
- ¡Yo! – Exclama Ryutaro
con alegría.
- ¿Quieres seguir
jugando? – Le pregunto a Keito.
- Sí, ya me siento mucho
mejor, gracias – sonríe amablemente.
- No es nada, hay que ir
con cuidado – digo finalmente, yendo tras Yuto y Ryutaro que ya se nos habían
adelantado.
*Hikaru*
- Que cansado estoy –
digo tirándome sobre mi cama, han sido demasiadas emociones hasta ahora y
todavía falta para que se acabe el día.
- ¿Te encuentras bien
papi?
- Lo estoy ¿por qué lo
preguntas?
- Es que te noto raro –
dice con notable preocupación en su rostro.
- No te preocupes, no es
nada grave – digo sentándome en el borde de la cama.
- ¿Cómo les fue en el
pueblo? – Pregunta Kota entrando como si nada a mi habitación.
- ¡Papá! – Exclama Yuri corriendo
hacía sus brazos – nos fue muy bien – responde sonriente.
- ¿Podrías al menos haber
tocado la puerta? ¿Qué tal si hubiese estado desnudo?
- No tienes nada que no
haya visto antes – dice burlonamente.
- Que grosero… - Digo
haciendo un puchero.
- ¿Por qué estás molesto?
¿Pasó algo?
- No es nada, sólo quería
bromear un poco – digo levantándome de la cama – por cierto, hay algo que Yuri
quiere decirte.
- ¿Sí? ¿Y qué es? –
Pregunta mirando a éste con atención.
- ¿Puedo ayudarle al rey
con su trabajo? – Pregunta algo temeroso por lo que pueda responder Kota - sólo
será de vez en cuando – dice con ilusión en su mirada.
- ¿El rey se lo pidió?
- Más que el deseo del
rey, lo es de Yuri – sonrío – aunque no dudo en que el rey estará encantado de
recibir algo más de ayuda.
- Ya veo – dice pensativo
– creo que sería bueno para Yuri el aprender el cómo funciona el reino, puede
que en el futuro pueda recibir un alto cargo dentro de éste.
- ¿Eso es un sí? –
Pregunta Yuri algo ansioso.
- Claro que sí – responde
Kota – pero ve poco a poco ¿está bien?
- ¡Sí! – Exclama
emocionado - ¡Gracias papá! – Sonríe ampliamente - ¿puedo ir a jugar con los
príncipes?
- Sí – sonríe – ahora deben
estar en el jardín junto con Ryutaro y un niño del reino de Ichigoland.
- Que bien, más niños con
quienes jugar – dice emocionado.
- Recuerda volver pronto
para alistarte para la fiesta – digo recibiendo un abrazo de su parte.
- Sí papi – sonríe – nos
vemos luego.
- Ve con cuidado –
decimos ambos al unísono, mientras Yuri nos dedica una sonrisa antes de salir
con prisa de la habitación.
- ¿Seguro que no estás
molesto?
- Claro que no – digo
rápidamente – sólo estoy un poco cansado.
- Entonces me retiro para
que descanses – dice haciendo una leve reverencia.
- Gracias – digo
correspondiendo de la misma manera, tumbándome nuevamente en la cama al
cerrarse la puerta - ¿Qué me está pasando con ese mocoso?
*Yuya*
- Creo que así podemos
dejar por hoy – dice Kei poniendo otra pila de papeles sobre el escritorio.
- ¿En serio tengo que ir
a la fiesta? – Digo con cansancio – quisiera ir a dormir y despertar dentro de
un mes.
- Su majestad, es una
fiesta en su honor, es obvio que tiene que ir.
- ¿No podemos posponerla?
- Definitivamente no –
dice un tanto molesto – mucha gente ha venido desde muy lejos sólo para
felicitarlo, así que no es una opción.
- ¿Al menos puedo dormir
un poco? – Pregunto con súplica.
- Bueno, todavía faltan
menos de dos horas para que empiece la fiesta, así que supongo que puede dormir
un poco – suspira – pero yo mismo iré a despertarlo, no sea y en verdad se quede
dormido por un mes.
- Gracias Kei – digo
sonriente, yendo a abrazar a mi amigo para luego salir felizmente directo a mi
habitación.
*Hikaru*
- ¿Y qué se hace en la
fiesta de un rey? – Pregunta Yuri mientras le estoy poniendo el traje que
llevará para la celebración.
- Primeramente el rey
estará sentado en su trono mientras cada familia de los nobles invitados lo
felicitan por su cumpleaños – río al recordar que en su anterior cumpleaños
Yuya casi se queda dormido durante ese acto – luego de eso viene la cena y por
último el gran baile.
- ¿Un baile? – Pregunta
con ilusión.
- Sí, es divertido ver a
su majestad tratando de huir sin éxito de todas las personas que quieren bailar
con él.
- El rey es muy popular –
sonríe - ¿puedo bailar con él?
- Claro que sí, pero
tienes que ser rápido, la gente siempre espera atenta cualquier oportunidad en
la que el rey esté sin pareja.
- Haré todo lo posible –
dice con determinación - ¿Y tú con quién bailarás?
- No lo sé, quizás con
Kota y Kei – digo pensativo, viniendo a mi mente el bello príncipe de
Ichigoland pero sacudo mi cabeza tratando de no pensar en tonterías.
- ¿Bailarías conmigo
también?
- Por supuesto que sí mi
amor – digo besando su frente – aunque me pone celoso que primero pienses en
bailar con el rey antes que conmigo – digo haciendo un puchero.
- Es que el rey es
diferente – sonríe tímidamente – también bailaré con papá, Daiki, Yuto, Ryutaro
y Keito, el niño del otro reino.
- Vas a tener muchas
parejas de baile ésta noche – sonrío.
- Señor Hikaru, ya me
bañé – dice el pequeño Ryutaro saliendo del cuarto de baño cubierto con una
toalla.
- Muy bien Ryutaro, ya
eres un niño grande – digo yendo hacia el más pequeño ya que he terminado de
arreglar a Yuri, comenzando a secarlo con cuidado.
- ¿Con quién vas a bailar
en el baile? – Pregunta Yuri con curiosidad.
- Con Kota – dice el más
pequeño alegremente – me ha pedido ser el primero que baile con él – sonríe –
aunque no sé muy bien qué se hace.
- Kota es un gran
bailarín, de seguro te enseñará muy bien – digo mientras comienzo a ponerle la
ropa.
- ¿Puedo pasar? –
Pregunta el recién nombrado después de dar tres golpes a la puerta.
- Adelante – digo continuando
con mi oficio – cuando está Ryutaro si te tomas la molestia de tocar – digo burlón.
- Eso es porque no quiero
incomodarlo.
- ¿Pero tú a mí sí?
- Es divertido hacerte rabiar.
- Que malo eres – digo sin
dejar de reír – aunque he de admitir que tienes buen gusto para la moda – digo viendo
a los más pequeños perfectamente vestidos.
- Gracias, es sólo uno de
los tantos dones que he adquirido.
- Presumido – río divertido
- creo que ya estamos listos, así que ya podemos ir bajando al salón.
- ¡Sí! – Exclaman ambos
pequeñines entusiasmados.
*Ryosuke*
- ¿Cómo me veo? – Le pregunto
a mis dos acompañantes que me miran con asombro.
- Te ves muy bien
príncipe – dice Keito con emoción.
- Luce encantador joven
príncipe – dice el señor Kenichi brindándome una sonrisa.
- Mi hermana mandó a
confeccionarlo para ésta ocasión – digo mirándome por enésima vez en el espejo,
pensando en qué reacción tendrá Hikaru cuando me vea.
- Keito ¿puedes salir un
momento?
- Sí, padre – dice haciendo
obedientemente lo que su padre le ha pedido.
- Príncipe, no olvides la
conversación que tuvimos en la tarde.
- Lo sé – suspiro – no tienes
por qué repetirlo.
- No se moleste príncipe,
sólo quiero lo mejor para ambos reinos.
- ¿Pero alguien quiere
pensar en lo que quiero yo?
- ¿Entonces si está
interesado en ese hombre?
- Ni siquiera estoy
seguro, pero no te preocupes, trataré de tener contacto con los príncipes durante
el baile y puede que algo resulte – sonrío – además Keito me ha dicho que ambos
son muy agradables así que ansío conocerlos pronto.
- Me alegra que lo esté
tomando de buena manera príncipe.
- Gracias, pero no
vuelvas a sacarme ese tema, al menos no por lo que queda de nuestro tiempo
aquí.
- Le ofrezco una
disculpa, no volverá a pasar – dice haciendo una reverencia.