Hola Hola!!!!!!
Espero que estén muy bien y de no ser así les mando un super fuerte abrazo 💕
Hoy les traigo el capítulo 6 de éste hermoso serial, quería esperar a publicarlo mañana, pero las ganas me pudieron más así que lo haré ahora mismo 😂
El nuevo single de JUMP pinta demasiado bien y me da dolor pensar en que Hikaru no va a estar, aunque fue muy considerado de su parte que apareciera en una de las portadas y también en sus fotos de perfil, pero aunque me entristece me siento a la vez tranquila, deseo que el tratamiento vaya muy bien y que podamos verlo nuevamente, espero logre hacerlo antes de que empiecen las actividades del 15 aniversario, pero todo depende de cómo evolucione, así que demos nuestras mejores vibras desde aquí.
También Okura Tadayoshi de Kanjani8 va a tomarse un descanso ya que se ha sentido mal últimamente, deseamos su pronta recuperación 💟
Y otro que se fue de hiatus fue el manga de Black Clover 😂 Al parecer sólo será por 3 meses, mientras el mangaka toma un descanso y comienza a planear el acto final, así que a esperar juiciosamente su regreso.
¿Hay algún manga/anime/dorama/serie/telenovela que estén viendo últimamente? Yo estoy viendo Bleach y de vez en cuando Rebelde Way por Netflix jajajajajaja X'D
Y para no alargarme más muchísimas gracias por sus bellos comentarios, siempre los leo con muchísima ilusión y me agrada mucho conocerlas un poco más.
Nos leeremos en el siguiente mes!!!!!
Capítulo 6
*Hikaru*
- Por cierto Yuri – digo
mientras peino el cabello de éste, por todo el ajetreo se me había olvidado
preguntarle algo esencial - ¿cuándo es tu cumpleaños? – Pregunto notando la
mirada de sorpresa del pequeño en el reflejo del espejo frente a nosotros.
- Es el 30 de noviembre –
responde luego de pensarlo un poco, a veces es muy común que los niños no
suelan recordarlo.
- ¿En serio? – Pregunto
entusiasmado mientras el pequeño asiente – mi cumpleaños es el 2 de diciembre –
digo alegremente – dos días después del tuyo.
- ¡Eso es genial! –
Exclama emocionado - Entonces deberíamos de celebrar nuestros cumpleaños juntos
– dice el pequeño con ilusión.
- Esa es una muy buena
idea – digo sonriente – todavía faltan varios meses para aquello, así que
tenemos tiempo de sobra para celebrarlo como se debe – digo dedicándole una
gran sonrisa, dejándolo perfectamente peinado para bajar a desayunar.
Y así, rápidamente
pasaron cinco meses desde que trajimos a Yuri a éste reino y no puedo sentirme
más aliviado de verlo tan feliz y tan cómodo en éste. En un inicio a Kota y a
mí nos preocupaba el que no pudiera sentirse a gusto dadas las circunstancias
por las que había llegado aquí, pero nos alegramos tanto de que no resultara
así y verlo tan contento es la mayor de nuestras alegrías.
Pero el momento de mayor
satisfacción para ambos fue cuando un día de repente comenzó a llamarnos papá y
aunque Kota no lo demuestre mucho estoy seguro de que eso lo hace muy feliz al
igual que a mí. Haciendo por fin el trámite para que Yuri quedara registrado
legalmente como nuestro hijo.
El otoño está próximo a
terminar y junto con éste llega el cumpleaños número nueve del pequeño Yuri y
como habíamos acordado en aquella ocasión celebraríamos nuestros cumpleaños
juntos, aunque claro que el gran protagonista sería él.
En el verano pasado
habíamos celebrado el cumpleaños del príncipe Yuto, quién tuvo un enorme
festejo en su honor, varios niños de la nobleza fueron invitados, entre ellos
el pequeño Ryutaro, siendo esa la primera vez que Yuri y él se encontraban,
forjándose una linda amistad entre ambos quienes se la pasaron jugando junto
con el príncipe en toda la celebración.
- ¿Por dónde debería de
comenzar? – Pregunto para mis adentros mientras miro nuevamente la lista de
algunas cosas que quiero comprar para la fiesta, entre esas el regalo para Yuri,
pero lo que menos me esperaba en esos momentos era resultar en el suelo con
algo o más bien alguien encima de mí.
- Lo siento… - Dice ese
alguien en un susurro, a quién no le puedo ver muy bien el rostro ya que está
cubierto en su mayoría por una caperuza negra - ¿Quieres venir conmigo?
- ¿Eh? ¿A dónde? –
Pregunto más que consternado, siendo ayudado por éste a levantarme del suelo
bajo las miradas curiosas de los transeúntes, para luego comenzar a correr como
locos por las calles del pueblo, deteniéndonos finalmente dentro de un callejón,
respirando agitados por aquella maratón que acabamos de hacer - ¿Pero qué rayos
te pasa? – Pregunto al por fin regular mi respiración - ¿Acaso eres un
secuestrador? ¿Un ladrón? O quizás… ¿Un asesino? – Digo completamente asustado,
comenzando a temblar de sólo pensar que quisieran hacerme daño, todavía soy muy
joven para morir.
- ¡No soy nada de eso! –
Exclama apartándose la caperuza, quedándome atónito al ver su hermoso rostro.
- Esto… - Me quedo
mirándolo por no sé cuánto tiempo, nunca había visto a éste chico en el reino
¿será extranjero?
- Lo siento mucho, no era
mi intención asustarte – dice haciendo una reverencia – es que acabo de llegar
y no conozco a nadie de por aquí.
-¿Y por eso te me tiraste
encima?
- Oh no, es sólo que
estaba huyendo de alguien – dice sonriente ¿cómo puede decir eso y poner esa
cara? – Pero no te preocupes, no es peligroso.
- ¡¿Cómo quieres que no
me preocupe?! – Exclamo entre enfadado y nervioso.
- No voy a hacerte daño
¿acaso parezco alguien que podría hacerlo?
- A simple vista no, pero
ya sabes que los lobos se disfrazan de ovejas – digo con desconfianza.
- Eres muy divertido –
dice éste chico con una gran sonrisa - ¿Quieres ser mi acompañante en el día de
hoy?
- ¿Tu acompañante? –
Pregunto confundido.
- Sí, como ya te he dicho
antes ésta es mi primera vez en éste reino y me gustaría conocerlo un poco
mejor.
- Para eso están los
guías, no entiendo por qué me pides eso – digo queriendo salir de ese lugar,
pero aquel chico se atraviesa en mi camino.
- Por favor, acompáñame –
dice sujetando mis manos, mirándome fijamente.
- Pero… ¿Por qué yo?
- Porque pienso que eres
una buena persona.
- ¿Y si no lo soy?
- Pues correré el riesgo
– dice sin apartar su mirada de mí, haciéndome sentir algo inquieto.
- Está bien… - Digo
resignado – pero yo también tengo cosas que hacer, así que…
- Te acompañaré a hacer
tus cosas – dice rápidamente, mirándome con completa ilusión – en serio, muchas
gracias – dice haciendo otra reverencia.
- No es nada – digo
desviando un poco la mirada, siento que se me va a salir el corazón si lo sigo
mirando.
- Ryosuke – dice
sonriente.
- ¿Eh?
- Ese es mi nombre ¿cuál
es el tuyo? – Pregunta curioso.
- Hi… Hikaru – respondo
todavía nervioso.
- ¿Hikaru? Ese es un
nombre muy lindo – dice con una cálida sonrisa.
- Gracias… ¿A dónde
quieres ir primero? – Pregunto tratando de cambiar de tema.
- Quiero ir a una
pastelería – dice tomándome del brazo – quiero probar el mejor pastel de fresas
que tengan – dice mientras comenzamos a caminar así de juntos, éste va a ser un
día muy largo.
*Yuya*
- ¿Cómo van los
preparativos para el cumpleaños de Yuri? – Pregunto mientras reviso unos
documentos que están sobre mi escritorio.
- Va todo muy bien –
responde Kei mientras acomoda unos libros en el librero – jamás pensé en ver a
Kota tan dedicado en algo que no sea para Ryutaro.
- Creo que a todos en el
reino nos sorprende – río un poco – aunque Hikaru no se queda atrás.
- Es normal, el pequeño
Yuri es como un hijo para ambos – dice sonriente – ya sabemos qué esperar
cuando tengan hijos propios.
- Eso no lo dudes, sus
cumpleaños serán todo un acontecimiento – sonrío sin apartar mis ojos de aquel
documento – por cierto Kei, hay algo de lo que me gustaría hablar contigo.
- ¿Qué sería? – Pregunta
acercándose.
- Como sabrás, nuestra
relación con el reino de Ichigoland está yendo por muy buen camino.
- Así es su majestad,
todo gracias a que has continuado con la gestión que su difunto padre le
encomendó.
- Ésta mañana me llegó
ésta carta de parte de la reina – digo al mismo tiempo que se la entrego para
que la lea.
- Ya veo… - Susurra
mientras lee rápidamente aquel papel - ¿Un compromiso? – Pregunta mirándome con
confusión.
- En mi último viaje lo
comentamos y nos pareció una buena manera de enlazar ambos reinos.
- ¿Piensa usted casarse
con alguien de ese reino?
- No, yo no soy el que va
a comprometerse.
- ¿Entonces quién?
- Verás, aquel chico es
el hermano menor de la reina, tiene quince años así que entre los dos pensamos
que lo ideal sería que se comprometiera con Daiki…
- ¡Esto tiene que ser una
broma! – Exclama Kei con notable molestia, haciéndome sobresaltar por la
sorpresa.
- ¿Pero por qué te pones
así? – Pregunto un poco confundido, no entiendo éste accionar de mi amigo y
consejero real.
- ¿Por qué no mejor eres
tú el que se casa con ese chico?
- Porque yo no acepté…
- ¿Y te parece bien que
Daiki lo haga sólo porque tú no quisiste? – Dice mientras estampa sus manos
sobre el escritorio.
- Kei, entiendo que
aprecies mucho a mi hermano, pero no tienes por qué comportarte así y menos por
algo que a ti no te incumbe – digo serio.
- Lo siento su majestad,
es sólo que Daiki es un niño todavía y…
- ¿Pensarías lo mismo si
se tratara de Yuto? – Pregunto mirando con curiosidad a mi amigo, quién me mira
sorprendido.
- Su majestad yo…
- No tienes que
preocuparte por eso, el compromiso se dará a cabo en caso de que ambas partes
muestren interés romántico en el otro, de lo contrario no se hará – suspiro – por
eso no acepté el compromiso, no tengo interés en casarme todavía y menos con un
mocoso – río divertido – aunque él tampoco se vio muy interesado en eso.
- Ya veo…
- De momento queremos que
se conozcan y si se gustan más adelante hablaríamos de algún posible
compromiso, de lo contrario no pasaría nada, no es de nuestro agrado hacer que
se casen si no están enamorados.
- Siento mucho el haberme
comportado así – dice reverenciándose – no volverá a pasar – dice apenado.
- Lo dejaré pasar sólo
porque es la primera vez que actúas de esa manera, pero para la próxima tendré
que reprenderte.
- Y está en todo su
derecho su majestad, no es propio del consejero tomar ese comportamiento tan
hostil contra usted.
- Espero que no vuelva a
pasar – digo con seriedad, pero luego le dedico una sonrisa – quieres mucho a
Daiki ¿verdad?
- Sí, es como un hermano
para mí…
- Me alegra mucho saber
que Daiki cuenta con el cariño de alguien como tú, pero no te lo tomes tan
literal, ni siquiera yo soy tan celoso con mis hermanos.
- Mis disculpas su
majestad – sonríe un poco - ¿necesita que lo ayude con algo más?
- Sí, por favor tráeme
éste libro – digo mientras anoto el nombre de éste en un pedazo de papel - debe estar en la biblioteca.
- Sí su majestad, con
mucho gusto se lo traigo – dice yendo hacia la puerta.
- Kei.
- ¿Sí?
- No le comentes nada de
esto a Daiki.
- No lo haré su majestad.
- Y por último – digo
mirándolo fijamente - la próxima vez espera a que termine lo que tenga que
decirte.
- Sí señor – dice
saliendo rápidamente del lugar, totalmente avergonzado, espero no volver a ver
a Kei tan molesto, me ha dado mucho miedo.
*Ryosuke*
No entiendo muy bien el
por qué, pero desde que había visto a Hikaru caminando a unos cuantos metros de
mí no pude evitar querer acercarme a él, separándome de las personas que me
acompañaban para caminar en su dirección, pero terminé tropezando con algo y
por ende caí encima suyo, así que asustado y apenado por la situación salí
corriendo junto con él.
- Huele muy bien – digo
sin haberme despegado todavía de su brazo, al parecer no le molesta porque no
me ha dicho que me aparte.
- Eso es porque ya
estamos cerca – dice con una sonrisa, llegando ambos al frente de lo que parece
una pastelería.
- Es preciosa… - digo en
un susurro, extasiándome del olor a pan y bizcochos recién horneados.
- Los pasteles de aquí
son los mejores del reino ¿entramos?
- ¡Claro que sí! –
Exclamo entusiasmado, entrando juntos al local.
- Señor Hikaru no
esperaba verlo tan pronto por aquí – dice al parecer uno de los empleados
acercándose a nosotros - ¿viene a pedir otro piso para el pastel?
- Oh no, con seis está
más que perfecto – dice amablemente.
- Veo que viene muy bien
acompañado – dice mientras me mira con curiosidad.
- Él acaba de llegar al
reino y me ofrecí a acompañarlo para que lo conozca un poco.
- El señor Hikaru es
siempre tan amable – dice sonriente - ¿Qué quieren probar?
- Yo quiero pastel de
fresas – digo sin titubear – y un té verde.
- ¿Y usted señor Hikaru?
- A mí tráeme un té de
jazmín.
- ¿Sólo eso?
- Sí por favor.
- Ya en un momento se los
traigo, tomen asiento por favor – dice el señor yendo hacia la cocina.
- Oye.
- ¿Sí?
- ¿Qué es eso de otro
piso para el pastel? – Pregunto curioso, ¿será un tipo de saludo extraño de
éste lugar?
- Sobre eso… - Dice
pensativo – es un pastel de cumpleaños.
- ¿Para quién?
- Para el cumpleaños de mi
hijo y el mío – dice tranquilamente y por primera vez desde que salimos del
callejón me aparto rápidamente de él - ¿es usted casado? – Pregunto sintiéndome
avergonzado.
- No, por supuesto que
no.
- ¿Entonces es viudo?
¿Divorciado?
- No soy nada de eso –
ríe divertido – Yuri es un niño que adopté junto con un amigo, es un chiquillo
muy dulce.
- Ya veo – suspiro
aliviado y un tanto feliz por lo que acabo de escuchar, tomando asiento seguido
de él, esperando a que llegue nuestro pedido que no demoró en llegar.
- ¿Entonces cumplen años
el mismo día?
- La verdad es que no,
pero si están demasiado cerca y Yuri insistió en que lo celebráramos juntos.
- Eso es muy lindo – digo
enternecido, dándole una probada al enorme trozo de pastel que me han traído -
¡Delicioso! – Exclamo embelesado.
- Te dije que aquí
estaban los mejores pasteles del reino – dice dedicándome una preciosa sonrisa,
haciendo que mi corazón de un pequeño vuelco.
- Muchas gracias – digo
para después degustar otro bocado del exquisito pastel – ¿vives aquí desde hace
mucho tiempo? – Pregunto queriendo saber un poco más de él.
- Desde que nací, mi
familia es de las más antiguas de éste reino - ¿Y tú de dónde vienes? –
Pregunta dándole luego un sorbo a su té.
- De muy lejos – digo
dando otra probada a mi postre – de tan lejos que ya ni me acuerdo como se
llama el lugar de donde vengo.
- ¿Viajas mucho?
- Sí, desde muy pequeño,
siempre es divertido conocer nuevos lugares y también a personas interesantes –
digo sin despegar mi mirada de él.
*Hikaru*
Pasamos el resto de la
tarde recorriendo gran parte del pueblo, conversando sobre diversas cosas
mientras aquel chico llamado Ryosuke me acompañaba a comprar lo que necesitaba
para la fiesta al igual que el regalo para el pequeño Yuri. Mis piernas
comienzan a doler, pero tal parece que a éste muchacho no se le acaba la
energía nunca.
- Muchas gracias – dice
deteniéndose de repente.
- ¿Eh? ¿Gracias por qué?
- Por acompañarme hoy, ha
sido muy divertido.
- Ha sido un día extraño
pero no puedo negar que me he divertido mucho también y debo agradecerte por
ayudarme a escoger el regalo de Yuri.
- No es nada, espero que
le guste – dice sonriente – me gustaría quedarme un poco más contigo, pero de
seguro mis compañeros deben estar muy preocupados por mí.
- ¿Ya te vas? – Pregunto con
un poco de tristeza - ¿Quieres que te acompañe?
- No es necesario, ya has
hecho mucho por mí y de seguro debes de estar muy cansado – sonríe.
- Es verdad, pero
podríamos tomar un carruaje…
- Así está bien – dice acercándose
lo suficiente para darme un beso en la mejilla, dejándome perplejo ante tal
acto – nos veremos pronto, te lo prometo – dice brindándome una cálida sonrisa
antes de comenzar a correr, desapareciendo así de mi vista.
- ¿Qué fue eso? - Susurro
mirando hacía aquella dirección por largo rato – que chico tan extraño – río
nervioso – Yuri debe estar preocupado, es mejor que vuelva al castillo – digo
para mí mismo, deteniendo con una seña un carruaje que viene pasando.
CONTINUARÁ...