¿Cómo la han pasado ésta cuarentena?
Hoy les traigo por fin el capítulo 12 de éste serial, creo que hace mucho que no incluyo a Ryosuke en la historia, pero ya por fin lo tenemos de vuelta y muy pronto estaremos descubriendo su pasado.
Muchas gracias siempre por sus comentarios y apoyo a lo que escribo, no saben lo feliz que me hace leerlos 💖
Y como siempre éste fic está dedicado a Yojhannah Tomatito💕
Espero lo disfruten 💟
Tema: Amor Carmesí
Extensión: Serial
Parejas: Varias
Autora: Akari-chan
Capítulo
12
*Ryutaro*
-
No estoy interesado, tengo mucho que hacer – digo retomando mi oficio.
-
Sólo será por un rato – dice insistente, acercándose cada vez más a mí.
-
¡Ryutaro! – Gritan mi nombre a la distancia, suspirando aliviado de ver a
Hikaru, notando que el que estaba antes acechándome ha desaparecido.
-
¿Qué sucede? Estás pálido – pregunta preocupado al llegar a mi lado.
-
¿Acaso no lo viste?
-
¿A quién?
-
No es nada – digo dando un profundo suspiro, ¿habrá sido producto de mi
imaginación? No, aquel hombre extraño era real – El Padre Daiki no está – digo
tratando de cambiar el tema.
-
Eso lo sé, de hecho vengo de la casa de Keito, me dijo que me adelantara para
ayudarte a organizar lo de la mudanza.
-Muchas
gracias – digo alegremente, sintiéndome tranquilo con la compañía de Hikaru,
pero todavía puedo sentir un escalofrío recorriendo mi ser de tan sólo pensar
en ese tipo.
*Yuya*
-
Yuri – sonrío viendo su rostro durmiente sobre mi pecho, acariciándolo dulcemente
con una de mis manos.
-
Un poquito más… - Dice removiéndose un poco, haciéndome sonreír de lo dulce y
tierno que se ve.
-
Ya pronto tendremos que irnos y recuerda que tengo que decirte algo muy
importante – susurro acariciando ahora su cabello, notando cómo poco a poco
abre sus ojos.
-
Es cierto – dice incorporándose lentamente sobre la cama.
-
¿Te duele? ¿Fui muy brusco? – Pregunto con preocupación.
-
Estoy bien – responde con un notorio sonrojo en sus mejillas – fue… fantástico.
-
Me alegra escuchar eso – digo besando su mejilla.
-
¿Y qué es eso tan importante que tienes que decirme?
-
Sólo quiero que me prometas que lo que te diga no va a afectar nuestra
relación.
-
¿Y por qué habría de afectarla?
-
Es algo complejo – sonrío acariciando sus cabellos.
-
¿Estás casado? ¿No eres humano? O quizás… ¿Eres un asesino en serie? – Pregunta
mirándome fijamente a lo que yo me quedo en silencio por unos segundos, Yuri es
más listo de lo que parece, por eso lo amo tanto, pero esto podría acarrear
problemas.
-
No estoy casado, no soy humano y… – respondo viendo su rostro lleno de asombro.
-
¿Qué eres? – Pregunta con total interés y curiosidad.
-
¿Puedes adivinarlo?
-
Lo intentaré – dice mirándome con detenimiento – ¿un hombre lobo?
-
No - sonrío.
-
¿Un duende?
-
No soy tan pequeño.
-
Eso me consta – dice enrojecido – ¡Ya sé! – Exclama emocionado – ¡Eres un
vampiro!
-
Acertaste – digo sonriente.
-
¿En serio?
-
Es en serio mi amor – sonrío de ver su cara de confusión - ¿Quieres ver mis
colmillos? – asiente lentamente, dejando salir mis colmillos para que él pueda
verlos.
*Yuri*
-
Sorprendente – digo tocando uno de ellos con la yema de uno de mis dedos, se
ven muy afilados - Pero si eres un
vampiro ¿cómo es que puedes estar bajo el sol?
-
No sé quién se habrá inventado eso de que nos hacemos polvo bajo el sol pero es
una total mentira – suspiro – aunque si nos debilitamos cuando estamos mucho
tiempo bajo él.
-
Eso explica el por qué nuestras citas eran bajo techo – sonrío.
-
¿No te asusta saber lo que soy?
-
¿Por qué debería de asustarme?
-
Por lo que se sabe de nosotros – dice acostándome sobre la cama, posicionándose
encima mientras comienza a besar mi cuello, rozando el filo de sus colmillos
sobre la piel de éste, haciéndome estremecer.
-
¿Sobre lo de beber sangre humana? – Pregunto acariciando su espalda desnuda –
eso no me asusta, pero... – Dudo, recordando que hace poco no permití que me
respondiera la tercera pregunta que le hice en broma, pero ahora que estoy atando
cabos podría llegar a ser verdad – ¿Puedo preguntarte algo?
-
Lo que quieras – dice besando dulcemente mis labios.
-
¿Tú amigo también es un vampiro?
-
Sí – responde acariciando mi rostro.
-
Y… ¿Ustedes tienen que ver con las desapariciones de las chicas del pueblo? –
Pregunto sintiendo un nudo hacerse en mi pecho, mientras él me mira con
sorpresa.
-
¿En verdad quieres saberlo? – Dice mirándome con seriedad y algo de temor.
-
Debería ¿no? – Digo tragando algo de saliva por la preocupación ¿Qué debería
hacer si llega a ser cierto?
-
Claro que debes saberlo – dice besando mi frente con total cariño – la verdad
es que yo…
-
No, mejor no digas nada – digo abrazándome a él, sintiendo el calor de su
cuerpo sobre el mío, tengo miedo de lo que me pueda responder, no quiero escucharlo.
-
Yuri… ¿Me odias?
-
¿Cómo podría hacerlo? – Digo apartándolo un poco para tomar su rostro con mis
manos, dándole un dulce beso, sintiendo que nada va a cambiar lo que siento por
él, aunque no sé si estoy haciendo lo correcto.
*Ryosuke*
-
Ryosuke ¿me permites un momento? – Dice Fujigaya luego de terminada la reunión
con el Alcalde.
-
Sí, claro.
-
Sé que prometí que no te diría nada al respecto pero dada la situación lo haré
– dice dando un profundo suspiro – desde hace un tiempo hemos estado trabajando
con la ayuda de tu hermano Daiki, apoyado por Hikaru y Keito.
-
Ah ¿Eso? Ya lo sabía.
-
¿Pero cómo? Se supone que no debías saberlo – dice mirándome sorprendido.
-
Realmente nunca dudé en que Keito y Hikaru lo buscaran, por mucho que supieran
de antemano que eso me molestaría.
-
¿Y todavía te molesta?
-
Claramente sí, pero aunque no quiera reconocerlo él será de mucha ayuda.
-
Entiendo – sonríe – no es un tema que me incumba, pero por favor, por el bien
de la misión no peleen.
-
Trataré de hacer lo mejor que pueda – digo sintiendo un pequeño malestar en mi
interior, tendré que dejar mi orgullo a un lado si quiero que esto funcione.
*Daiki*
-
Éste será tu cuarto – dice Keito al entrar ambos a una habitación ubicada en el
segundo piso de la casa.
-
Me sorprende tanto que puedas vivir en una casa tan grande tú solo – digo
viendo con detalle la habitación.
-
Es la herencia que me dejaron mis padres, tampoco es que quiera deshacerme de
ella, además no estoy completamente solo, aquí también vive el ama de llaves.
-
Es una casa muy linda y muy familiar, sería lindo ver a un par de niños
correteando por toda ésta – sonrío de sólo imaginarlo, es lo que me produce
estar en ésta casa tan acogedora.
-
Mientras estoy sentado en el sofá con la persona que amo – sonríe éste también,
abrazándome luego por la espalda – sería muy lindo ¿no lo crees?
-
Sí lo creo – digo apartándome de él – pero para mí no hay oportunidad de vivir
eso tan bonito, al menos tú todavía tienes opción.
-
¿Pero qué puedo hacer cuando esa persona no me corresponde? – dice mirándome
fijamente a los ojos.
-
Keito…
-
Amo Keito, ha llegado visita – dice el ama de llaves Kaoru, entrando
estrepitosamente a la habitación.
-
¿Quién? – Pregunta Keito.
-
El Joven Ryosuke – dice alegremente la señora.
-
Esto es malo – dice mirándome preocupado.
-
Ve a recibirlo, yo me quedaré aquí – digo sonriente.
-
Está bien – sonríe – mientras tanto ve acomodando tus cosas – dice finalmente,
yendo a recibir la inesperada visita, hace mucho que no veo a Ryosuke ¿debería
husmear un poco?
*Keito*
-
Que alegría verte Ryosuke – digo al bajar las escaleras y verlo sentado en el
sofá de la sala, con el ceño fruncido como de costumbre.
-
¿Por qué demoraste tanto?
-
Estaba en algo importante ¿a qué se debe tu visita?
-
Vengo de la estación de policía.
-
¿De la estación? ¿Encontraron algo?
-
Fue el Alcalde a hablar con Fujigaya principalmente, pero éste quiso que
estuviera presente también, está muy molesto porque no hemos hecho ningún
progreso.
-
Es de esperarse, ya van más de tres víctimas y ni rastro de esos seres.
-
Así que tendremos que apresurarnos antes de que ocurra otra tragedia y la gente
se desespere más de lo que está.
-
Estás en lo cierto.
-
Así que no queda más remedio que seguir trabajando con él – dice un poco
irritado.
-
¿Con quién? – Pregunto confundido.
-
Con el que está allá arriba en las escaleras – dice mirando hacia aquel lugar.
-
Daiki… - Susurro su nombre, viendo cómo éste baja las escaleras - ¿Pero cómo?
-
¿Acaso pensaban que no me daría cuenta?
-
Debí imaginarlo – suspiro resignado.
-
Ryosuke yo…
-
¿Por qué no traes puesta tu sotana?
-
Eso es porque me he retirado temporalmente del sacerdocio para estar más al
pendiente de la misión.
-
Será mejor que actúes rápido, no podemos permitir que hayan más víctimas.
-
Ryosuke… ¿Estás enfermo? – Digo interrumpiendo su conversación, tocando la
frente de éste.
-
No ¿por qué? – dice mirándome con el ceño fruncido.
-
Porque llevas más de cinco minutos hablando con Daiki y no han comenzado a
volar los objetos de mi sala.
-
Idiota – dice dándome un pequeño y fuerte golpe en el brazo.
-
Oye, eso duele – digo haciendo un puchero.
-
No es momento de decir estupideces – dice dirigiéndose a Daiki – no voy a negar
que me desagrada todo esto, pero si tengo que trabajar de nuevo contigo por el
bien de la población, lo haré.
-
Gracias – responde Daiki con una amable sonrisa.
-
Nunca esperé vivir lo suficiente como para verlos a ambos hablando como personas
civilizadas – digo abrazando a mis dos amigos.
-
Eres muy molesto – dice Ryosuke tratando de apartarse sin ningún éxito, estoy
tan feliz.
CONTINUARÁ...