Primero que todo lamento muchísimo la demora, he tenido un mes bastante agitado, pero hoy por fin y aprovechando que es el día del padre por estos lares, les comparto por fin el capítulo final de Father's Love.
Amo a éste fic tanto como a mis demás creaciones, ha sido un camino bastante largo pero es una obra de la que estoy completamente orgullosa y estoy muy feliz y triste a la vez de darle fin, pero me quedan muchas enseñanzas de ésta.
Muchas gracias a todos los que se tomaron el tiempo de leerlo, al principio tenía dudas, sobre todo por el hecho de que era el primero en el que incluía a todo Eito y sentía algo de temor de no poder expresar sus personalidades naturalmente, pero espero que les haya gustado y que sea un Fic que recuerden siempre.
Espero que les guste éste capítulo final y como en todos los capítulos éste va dedicado a mi querida amiga Mari.
Muchas gracias y hasta el próximo mes con el primer capítulo de Amor Carmesí.
Tema: Father's Love
Extensión: Serial
Parejas: Varias
Autora: Akari-chan
Capítulo 54 – FINAL –
*Maruyama Ryuhei*
Despierto lentamente,
encontrándome con el rostro de Yoko muy cerca al mío, alejándome un poco ante
la sorpresa, recordando de golpe lo ocurrido la noche anterior, sintiendo mi
corazón palpitar de alegría y más al ver el anillo en mi dedo.
¿En
verdad me había casado con él?
Sonrío enormemente de
solo recordarlo, acostándome nuevamente al lado de mí ahora esposo, mirando lo
hermoso que es, abrazándolo y besándolo dulcemente en el rostro, haciendo que
éste despierte.
- Lo siento… - Digo
apenado.
- ¿Por qué no continúas?
– Pregunta mirándome con total ternura, besando mis labios dulcemente – es
agradable despertar así – sonríe acariciando mi rostro.
- Esto parece un sueño –
digo mirándolo fijamente, sintiéndome tan indefenso al estar a su lado, sólo
queriendo que me cuide.
- ¿Estás bien? ¿Te duele
algo? – Dice preocupado, acariciando mi espalda baja.
- Un poquito – digo
avergonzado, ocultando mi rostro en su pecho.
- Llevábamos más de 20
años sin hacerlo, pues es normal que…
- No tienes que hablar de
esas cosas ahora – digo abrazándome más a él.
- Está bien – sonríe
acariciando mi espalda - ¿Qué quieres hacer hoy?
- ¿No tienes reunión hoy?
- No, la reunión era
ayer, así que tenemos todo éste fin de semana libre – dice acomodándose sobre
mí – aunque la verdad no tengo muchas ganas de salir – dice comenzando a
besarme dulcemente al mismo tiempo que acaricia mi cuerpo, dejándome llevar por
completo.
*Yokoyama You*
Pasamos la mayor parte de
nuestra pequeña luna de miel en nuestro cuarto de hotel, saliendo únicamente
para salir a comer, recuperando parte del tiempo perdido durante todos éstos
años distanciados, sintiéndome completamente feliz de estar con la persona que
tanto he anhelado y amado en mi vida, siendo completamente mimado por él.
Al terminar éste tuvimos
que volver de nuevo a casa, yendo primero a mi mansión en donde se encontraban
todos, sintiéndonos un poco temerosos de contarles la buena nueva de nuestro
matrimonio.
- ¡¿CÓMO ASÍ QUE SE HAN
CASADO?! – Exclaman todos al unísono, mirándonos con total sorpresa.
- Pues… - Maru-chan se
oculta el rostro con las manos de lo avergonzado que está, es tan lindo.
- No quisimos esperar más
tiempo para hacerlo – digo sonriendo avergonzado ante sus miradas.
- Pero mamá y yo ya
estábamos pensando en el color de las invitaciones – dice Keito entristecido.
- Las flores, la comida,
los invitados, la iglesia… – Dice Rika-chan sollozando.
- Creo que todo eso no
era necesario…
- Además lo hicieron sin
nuestra presencia – dice Keito sollozando igual que su madre.
- Mamá, Keito, no sean
exagerados – dice ahora Kei – felicidades por su boda – dice haciendo una
reverencia junto con Daiki.
- Aunque nos haya tomado
por sorpresa estamos muy felices por ambos – dice Daiki alegremente.
- No se preocupen por
mamá y Keito, ya se les pasará – dice viendo cómo éstos se abrazan mientras
siguen sollozando.
- Lamento mucho que las
cosas sucedieran así y no pudieran estar presentes – digo completamente apenado
– pero si hay manera de remediarlo…
- Está bien, nos haremos
cargo de la cena de hoy para celebrar su boda, confíen en mí – dice Rika-chan
emocionada saliendo junto con Keito de la mansión.
- Papá ¿está bien que se
hagan cargo? – Pregunta Kei.
- Déjalos, si eso les
hace ilusión no debemos de interferir – suspiro profundo.
- ¿Entonces de ahora en
adelante viviremos todos juntos? – Pregunta Daiki emocionado.
- Claro que sí, ya con
Maru-chan hemos planeado la mudanza y esperamos que sea lo más pronto posible,
aunque desde ahora pueden quedarse aquí – digo llevando una de mis manos hacia
su rodilla, acariciándola suavemente.
- Así que puedes ir
escogiendo tu habitación hijo – dice Maru-chan acariciando mi mano que está
sobre su rodilla.
- Pero yo pensaba
quedarme con Kei en su cuarto – dice Daiki en modo de reproche.
- Tendrás tu propia habitación
y punto – dice Maru-chan seriamente, cuando de repente suena su teléfono móvil,
contestando éste.
- Papá, dile algo – dice mi
hijo mirándome con súplica.
- Lo siento hijo pero ya
lo hablamos y él insiste en que no va a permitir que compartan habitación, pero
no se preocupen, yo lo entretendré en las noches – digo bajito aprovechando la
distracción de mi amado.
- Gracias – dice mi hijo
alegremente.
- ¿De qué tanto hablan? –
Pregunta mi esposo después de terminar la llamada.
- De que ellos van a
obedecer tus órdenes mi amor – digo rosando dulcemente mis labios con los
suyos.
- Eso espero – dice
mirándolos fijamente.
- Creo que iré a empacar
mis cosas – dice Daiki - ¿Me acompañas Kei?
- Claro – responde mi
hijo sonriente.
- También debería ir por
mis cosas, al menos mi ropa y algunos libros.
- No te preocupes papá,
si quieres Kei y yo podemos hacernos cargo de la mudanza.
- Gracias hijo, pero no
quisiera incomodarte.
- No pasa nada, deberían
ir a descansar un poco, el viaje tuvo que haber sido agotador.
- Sí mi amor, vamos a
descansar – digo abrazándolo cariñosamente por la cintura.
- No hagas eso en frente
de los chicos – dice avergonzado.
- Que lindos – dice Daiki
mirándonos con ternura – bueno, nos vamos ya antes de que nos coja el tarde y
podamos llegar a tiempo para la cena.
- Llamaré a los de la
compañía de mudanza para que los ayuden.
- Gracias – dice Kei
reverenciándose junto con Daiki, para luego salir, dejándonos solos en la sala.
*Maruyama Ryuhei*
- Creo que debería de
hacerle caso a Daiki en lo de ir a descansar un rato, nos espera un día largo
todavía – digo estirando un poco mis brazos.
- Vamos a mí… Digo, nuestra
habitación – dice Yoko sonriente, tomándome
de la mano y yendo junto con él a ésta, abrazándome por la espalda al estar ya
dentro – te amo – dice besando dulcemente mi nuca, llevando sus manos hacia mi
abdomen.
- No toques ahí – digo
avergonzado, apartando sus manos de ahí.
- Pero si me gusta mucho
– dice llevando nuevamente sus manos a esa parte, acariciándola con suavidad
haciéndome estremecer por ese acto.
- Yoko… - Me aparto
suavemente de él, mirando con atención aquella habitación que ahora que lo
pensaba, era la primera vez que entraba ahí – es bastante bonita.
- Gracias – sonríe – vete
acostumbrando porque ésta será tu habitación también – dice volviéndome a
abrazar, besando mis labios delicadamente, notando una foto bastante familiar
sobre la mesita de noche, acercándome a ésta y tomando aquel portarretrato
entre mis manos.
- Esa foto es de cuando
tuvimos nuestra primera cita – dice sin dejar de sonreír.
- Lo sé, ese día llegué
una hora antes de la acordada, me sentía muy nervioso.
- Te veías muy guapo con
ese traje gris, pero no era necesario que fueras tan formal.
- Era mi primera cita con
alguien, no sabía qué hacer realmente – suspiro – aunque he de confesarte que
yo rompí la foto que tenía – digo algo avergonzado.
- No te preocupes por
eso, entiendo que estuvieras enojado – dice besando mi mejilla – todavía podemos
tomarnos muchas fotos juntos – sonríe volviendo a envolverme entre sus brazos,
llevándome lentamente hacía la cama, acostándome sobre mientras se acomodaba
sobre mí.
- En verdad quisiera
descansar un poco… – digo recibiendo un apasionado beso de su parte.
- Te dejaré descansar
luego – ríe bajando sus labios a mi cuello, comenzando a desvestirme
lentamente.
*Keito*
No puedo negar que estoy
un poco molesto por el hecho de que mi papá y Maru-chan se hayan casado sin
nuestra presencia, pero pensándolo más positivamente ellos ya por fin están
juntos y viviremos todos como una hermosa familia, así que eso aliviana en
parte mi enojo.
Fui junto con mi mamá al
restaurante del mejor amigo de mi papá, reservando una gran mesa para la ocasión
e invitándolos a él y a su familia a la celebración. Nos hicimos cargo
personalmente de la decoración cómo también del pastel, mi madre es una
excelente repostera así que de seguro éste sería el pastel más delicioso del
mundo.
Llegó por fin la noche, llegando
con ésta los invitados, entre ellos mi novio Hikaru junto con su familia,
enterándonos de que Shibutani-san y mi suegro habían sido amigos de la
infancia, cosa que me emocionó muchísimo más, porque así el ambiente sería
mucho más cercano, llegando finalmente los recién casados comenzando así la
hermosa velada.
*Yokoyama You*
Volvimos a casa
completamente exhaustos después de haber pasado una hermosa noche con nuestros
amigos más allegados, recibiendo de su parte sus mejores deseos y de nuestra
familia, que había incrementado considerablemente, reuniéndonos al llegar a la
mansión en la sala.
- Chicos, tengo un
anuncio que hacerles – dice Rika-chan poniéndose de pie, con una deslumbrante
sonrisa, poniendo todos atención a lo que nos iba a decir – Mañana me devuelvo
para Inglaterra.
- ¡¿Eh!? – Exclamamos
todos al unísono.
- ¿Pero por qué? –
Pregunta Keito entristecido.
- Ya he culminado lo que
tenía que hacer aquí en Japón – Dice mirándonos a Maru-chan y a mí con una
sonrisa.
- ¿No puedes quedarte un
poco más? – Pregunta Kei también con tristeza.
- Claro que me encantaría
pero tengo muchos negocios que atender allá – dice mientras es abrazada por
nuestros hijos – Además no puedo dejar tanto tiempo solo a George.
- ¿Quién es George? –
Pregunto completamente sorprendido.
- Es el novio de mamá –
dice Keito tranquilamente.
- ¡¿Qué?! – Exclaman
todos sorprendidos.
- Más bien es mi
prometido – dice sonrojada.
- ¿En serio te pidió
matrimonio? – Pregunta Keito – me alegro mucho por ti mamá – dice abrazándola fuertemente.
- Sí, lo hizo antes de
que viniera para acá, fue una noche soñada – dice mostrando el anillo que tiene
en su dedo.
- Estoy muy feliz por ti Rika-chan
– digo levantándome de mi asiento y abrazarla dulcemente, en verdad que se merece
toda la felicidad del mundo.
*Maruyama Ryuhei*
Al día siguiente nos
levantamos temprano para ir a acompañar a Rika-san al aeropuerto, encontrándonos
con Hikaru en éste que también había venido a despedirla, sintiéndonos muy
tristes al tener que despedirla.
- Te vamos a extrañar
mucho – dicen Kei y Keito sin dejar de abrazarla.
- No se pongan tristes,
volveré – sonríe – también pueden ir a visitarme a Inglaterra para cuando sea
mi boda o para cuando deseen.
- Lo haremos sin falta –
dice Yoko.
- Me encantó mucho
conocerla Rika-chan – dice mi hijo con una sonrisa.
- A mí también – dice abrazándolo
– estoy muy feliz de que tú y mi hijo estén juntos, hacen una pareja espléndida
– sonríe – él es un poco torpe así que cuídalo mucho.
- ¡Mamá no digas eso! –
dice Kei avergonzado.
- Lo haré con gusto –
responde Daiki.
- Hikaru no dudes en
llamarme cuando lo necesites – dice abrazando a éste también.
- Gracias Mamá – dice un
poco apenado, pero recibiendo con gusto aquel abrazo.
- Yoko, por favor – dice tomando
las manos de mi esposo – haz muy feliz a Maru-chan y no vuelvas a romperle el
corazón.
- Ni en sueños lo haría –
dice abrazándola – cuídate mucho y que ese tal George te haga muy feliz.
- Claro que lo hace –
dice sonrojándose, apartándose de él para dirigirse a mí – Y Maru-chan, sé muy
feliz con Yoko – dice abrazándome – él también es un poco torpe, pero es un
gran hombre y siempre supe que te amaba más que a nada – sonríe – así que nunca
dudes de eso.
- No lo volveré a hacer –
digo abrazándola con más fuerza, separándonos al escuchar que estaban
comenzando a llamar a los pasajeros para su vuelo.
- Nos veremos pronto –
dice con una enorme sonrisa antes de irse, dejándonos a todos con una gran tristeza
en el corazón, pero sintiéndome feliz de haber conocido a una persona tan
maravillosa como ella.
*Ryutaro*
- Buenos días – susurra el
violador de menores en mi oído abrazándome por la espalda a mitad del pasillo,
haciéndome dar un brinco del susto.
- ¿Qué tienen de buenos? –
Digo sintiendo mi rostro ruborizarse.
- Todo – dice besando mi
mejilla.
- Aléjate – digo forcejeando
un poco.
- No quiero – dice dándome
besitos en el cuello.
- Vayan a hacer sus cosas
en su cuarto – dice mi hermano riendo al vernos en tal situación.
- Mira quién lo dice –
digo logrando separarme de su agarre.
- No seas tímido
hermanito, desde que están juntos te ves mucho más radiante y hasta sonríes.
- Estás diciendo
estupideces – digo avergonzado, no puedo aceptar tal cosa.
- ¿Qué opinas Kota?
- Ryutaro es muy adorable
– dice volviendo a abrazarme, avergonzándome más de lo que estoy, pero no puedo
negar que realmente me gusta, pero no se lo diré, no ahora.
*Maruyama Ryuhei*
Llegó el día de la
graduación en el Instituto y estábamos preparando todo para la ceremonia,
recibiendo ayuda de varios de los alumnos, acomodando las sillas, los arreglos
florares, los del club de audiovisuales haciendo las pruebas de sonido.
- ¡Maruyama-san lo
felicito por su boda! – Dice Ohno-san reverenciándose ante mí en pleno pasillo
del colegio.
- Pero si eso ya fue hace
unos meses – digo sintiéndome un poco avergonzado.
- Lo sé, pero es que no
hallaba el valor para hacerlo.
- Gracias…
- Así que disculpa si en
algún momento me comporté como un idiota.
- Ohno-san, no es
necesario…
- Así que si en algún
momento te sientes triste por culpa de ese, puedes acudir a mí y…
- Ohno-chan justo de
estaba buscando – dice Aiba-san llegando a salvarme de tan penosa situación, llevándoselo
lejos, cosa que agradezco, siguiendo con mi camino hacia el Auditorio, tenía
muchísimo que hacer.
*Yasuda Shota*
- Muchas felicidades a Yuri por su reciente graduación y por ser aceptado en una de las mejores academias de danza del país – digo alegremente al estar sentados todos en el comedor, antes de iniciar la cena que había preparado junto con mi esposo en éste día tan especial.
- Gracias papá – dice éste
sonriendo ampliamente.
- También quiero
aprovechar la ocasión para felicitar a Ryutaro y a Kota por su hermosa
relación, hacen una muy linda pareja.
- ¡No hay que celebrar
eso! – Dice Ryutaro completamente sonrojado.
- Muchas gracias – sonríe
Kota, tomando la mano de mi hijo esbozando una sonrisa – prometo ante ustedes
que lo haré muy feliz.
- ¡Ni que nos fuéramos a
casar!
- Claro que lo haremos,
ya he pedido tu mano en matrimonio.
- Eso es cierto, no es
porque sea mi hijo, pero Kota es alguien de fiar y sé que sus sentimientos
hacia ti son verdaderos, así que le hemos dado total permiso.
- ¿No creen que soy muy
joven para eso?
- Hijo no se van a casar
mañana, cuando llegue el día lo harán, sólo que ya tienen nuestro total
consentimiento para hacerlo.
- Al menos debieron de
consultármelo primero – dice un poco molesto, se ve tan lindo cuando se pone
así.
- ¿Pero para qué? Se nota
que se quieren mucho y eso es muy importante ¿cierto mi amor?
- Claro que sí – dice dándome
un dulce beso en los labios.
Seguimos hablando por un
buen rato mientras cenábamos, completamente felices de todas las cosas bonitas
que estaban sucediendo en nuestra pequeña y amorosa familia, habíamos pasado
por muchísimas cosas tanto buenas como malas, pero saliendo adelante siempre
con una sonrisa.
*Hikaru*
- ¿Y qué les parece? ¿Les
gusta? – Pregunta mi papá al estar los tres frente a una casa bastante amplia y
bonita.
- Está linda ¿pero qué
hacemos acá? – Pregunta Uchi-san confundido.
- Pues éste es nuestro
nuevo hogar – dice mi papá con orgullo.
- ¿En serio? – Pregunto
emocionado.
- Sí, he estado ahorrando
todo éste tiempo para esto.
- ¿Entonces en realidad
nunca has sido una persona tacaña?
- ¡Que no soy tacaño!
Sólo soy alguien ahorrativo.
- Igual eso quiere decir
que eres tacaño – digo recibiendo un manotazo en mi cabeza de su parte.
- ¿Qué les parece si
entramos? – Dice Uchi-san tratando de calmar el ambiente, entrando todos juntos
a la casa, observando con detalle cada rincón de ésta.
- Es preciosa – dice Uchi-san
emocionado – tengo que ir pensando en cómo acomodar los muebles, la decoración.
- Te encargaré eso a ti,
también hazte cargo de la habitación para Mii-chan.
- ¿El gato también va a
tener su propia habitación? – Pregunto estremeciéndome de solo escuchar que
viviría bajo el mismo techo que esa criatura.
- Claro que sí, él
también es parte de la familia.
- Pero papá…
- Nada de peros, mientras
vivas conmigo se hace lo que yo diga – dice con autoridad.
- Sí señor – respondo con
total resignación, pero a la vez me siento completamente feliz por el nuevo
paso que acabábamos de empezar, una vida nueva en familia.
*Kei*
- No sé si sea demasiado
pronto, pero quiero que aceptes esto – digo completamente nervioso, sacando una
pequeña cajita de mi bolsillo.
- Mi amor… ¿Eso es? –
Pregunta Daiki sorprendido y más al ver el anillo que contenía dentro.
- ¿Quieres casarte
conmigo? – Pregunto mirándolo a los ojos, con mis manos temblorosas y un sudor
frío recorrer todo mi cuerpo.
- ¿En verdad quieres
casarte conmigo? – Pregunta todavía incrédulo.
- Desde la primera vez
que te vi – digo sonriendo nervioso, tomando el anillo y poniéndoselo en el
dedo correspondiente mientras mí ahora prometido asentía alegremente ante mi
proposición.
*Ryosuke*
Mis papás habían decidido
unir sus vidas en matrimonio en una pequeña ceremonia en nuestra casa, siendo
Yokoyama-san y Maruyama-sensei sus padrinos de boda, todavía me sentía un poco
desconcertado por todo lo que había pasado en tan corto tiempo, pero no podía
evitar estar feliz por ellos, porque su amor había triunfado ante toda
adversidad.
- ¿Están seguros de esto?
– Pregunto ayudando a guardar las maletas en el auto.
- Más que seguros – dice mi
tío Subaru felizmente – uno de mis sueños de infancia era casarme con Ryo y
pues eso ya sucedió – sonríe bobamente.
- Así que vamos a cumplir
nuestro sueño de viajar por todo Japón como parte nuestra luna de miel – dice mi
papá con el mismo entusiasmo – así que el restaurante quedará en sus manos.
- No se preocupen por
eso, está en muy buenas manos – digo orgullosamente.
- Confiamos en ello, pero
de todos modos Nagase-san estará asesorándolos por si cualquier problema
tienen.
- Sí señor – respondemos al
unísono.
- Bueno, creo que ya es
hora de irnos – dice mi tío Subaru – cuídense mucho y por favor no hagan
estragos en la casa.
- Claro que no lo haremos
– digo abrazándolo – que tengan buen viaje y no olviden llamar.
- Lo tenemos en cuenta –
dice separándose de mí, revolcando mis cabellos.
- Por favor atesoren cada
momento de éste viaje – dice mi novio - y por sobre todo no olviden tomar
fotos.
- Claro que no lo haremos
– dice mi papá mostrando la cámara que lleva en sus manos.
- Te voy a extrañar mucho
– digo abrazando a mi papá.
- Yo también, te llamaré
todos los días – dice para después separarnos.
- Que tengan un buen viaje
– dice Yuto después de abrazar a su padre, viendo cómo luego estos se suben al
auto no sin antes darse un tierno beso en los labios, brindándonos una hermosa
sonrisa, enormemente felices por su unión y la nueva vida que empezarían
juntos.
*Maruyama Ryuhei*
Caminaba por uno de los
pasillos del Instituto, directo a la sala de maestros, encontrándome con mi
amado esposo caminando hacía mi dirección, quién trae un hermoso ramo de rosas
blancas en sus manos, recibiéndolo con alegría
- Hoy no es día de visitar
a los maestros y menos padres de Exalumnos – sonrío.
- Sólo quería traerle un
pequeño detalle al profesor – dice sonriente.
- Muchas gracias
Yokoyama-san – río siguiéndole un poco el juego.
- Además también quiero
aprovechar para decirle lo guapo que es y que si aceptaría salir conmigo a
tomar un café, para agradecerle por su gestión como maestro durante el tiempo
que mi hijo estuvo aquí.
- ¿Sólo un café?
- Bueno, lo que venga
después del café bienvenido sea – dice besándome fugazmente, sonriendo ante tan
dulce acto.
- Pues espero muchos de
esos después del café – digo besándolo con ternura, completamente enamorado,
jamás pensé que volveríamos a estar juntos después de tanto tiempo, después de
odiarlo tanto, pero ahora todo se tornaba de un hermoso color rosa. Nos tomamos
de las manos y caminamos hacía la salida a tomarnos ese tan tentador café.
FIN.