Aquí estoy nuevamente con un nuevo capítulo de éste su serial favorito, que ya está a pocos capítulos de acabar, en éste mes ha cumplido los 4 años desde su publicación y en verdad que estoy muy feliz con el resultado, pero haré el discurso para cuando llegue el último capítulo.
Como siempre perdón por el retraso, aunque ya me he acostumbrado a publicar terminando el mes 😅
Muchas gracias a todas por sus comentarios ya sean en facebook o aquí en el Blog, de verdad que me motivan mucho 💟
Este fic va dedicado a mi querida amiga Mari, espero les guste y hasta el próximo mes 💗
Tema: Father's Love
Extensión: Serial
Parejas: Varias
Autora: Akari-chan
Capítulo 51
*Shibutani Subaru*
- Me alegra que todo
saliera mejor de lo esperado, bueno, aunque eso parece – digo sentándome al
lado de mi amor en el sofá de la sala, después de que los chicos ya se habían
ido a dormir, dándole una taza de té que había preparado para él, esperando que
con eso pudiera relajarse.
- Créeme que estaba con
el corazón en la mano, pensé que todo ya se había perdido y que mi hijo me
odiaría por siempre – dice recostando su cabeza en mi hombro – pero al parecer
todo va a estar bien, aunque habrá que esperar mañana – dice tomando luego de
su té – gracias.
- Ryosuke se parece mucho
a ti de niño, te quejabas y armabas drama por todo – río ganándome una mala
mirada de mi amado.
- No lo era tanto – dice
fingiendo estar molesto, pero la realidad es que lo conozco tanto que sé muy
bien cuando lo está haciendo.
- Pero la verdad es que
eras muy tierno.
- ¡Todavía lo soy! –
Exclama haciendo puchero - ¿ya no te parezco tierno? – Pregunta inocentemente,
dejando la taza sobre la mesita de la sala, acostándome sobre el sofá y acomodándose él sobre de mí.
-Más que tierno diría que
eres muy sexy – digo rodeando su cintura con mis brazos – me encantaba cuando
venías corriendo a mis brazos cuando te sentías triste o te molestaban los
otros niños.
- ¿Sabes que lo hacía con
otra intención? – Sonríe apenado, ocultando su rostro en mi cuello.
- Desde que comenzamos a
ser pareja, me di cuenta de todas esas cosas, de que cada acercamiento que
tenías conmigo era por algo más – digo abrazándolo con más fuerza – y ahora
eres mío completamente..
- Subaru – sonríe – te
amo mucho – dice dándome un dulce beso en los labios, sintiéndome el hombre más
feliz del mundo por tenerlo a mi lado.
*Nishikido Ryo*
- Subaru ¿En serio no te
sientes adolorido? – Pregunto preocupado, nos habíamos quedado dormidos en el
sofá y yo más específicamente sobre él.
- No es nada grave, ni
que fuera la primera vez que te quedas dormido sobre mí – ríe, haciéndome
sonrojar.
- Pero aun así me
angustia el pensar que pude haberte lastimado.
- No lo has hecho – dice
besando mi mejilla, en ese momento aparece Yuto totalmente sonriente.
- Buenos días ¿cómo
amanecieron los tortolitos? – Dice entrando a la cocina, en donde estábamos
preparando el desayuno.
Como era costumbre en
todos los años, no se abría el restaurante durante dos semanas para que los
empleados y nosotros pudiéramos descansar, así que pasaríamos mucho tiempo en
familia.
- Buenos días –
respondemos ambos al unísono.
- ¿Cómo está Ryosuke? –
Pregunto ahora un poco preocupado.
- La verdad no lo sé,
anoche no quiso dormir conmigo.
- Entiendo… No paraba de
llorar anoche – digo con total tristeza.
- No te preocupes mi
amor, sólo tenemos que darle tiempo – dice Subaru dándome un dulce beso en la
mejilla, haciéndome sonrojar, todavía no me acostumbro a hacer esto en frente
de alguno de nuestros hijos.
- Buenos días – dice
Ryosuke yendo directo al comedor, sentándose en su lugar de siempre con el ceño
fruncido.
- Buenos días hijo… -
Digo sintiendo miedo de verlo así.
- Siéntense – dice de
manera demandante, orden a la que obedecemos de inmediato y suspira profundo
antes de continuar – La verdad es que no he podido dormir en toda la noche
pensando en lo ocurrido.
- Hijo en verdad nosotros
no queríamos…
- Déjame hablar – dice
molesto.
- Lo siento – digo ahora
nervioso.
- Después de analizar
todo con calma he llegado a un dilema.
- ¿Un dilema? –
Preguntamos los tres al unísono.
- Sí, así que necesito
preguntarle específicamente a mi tío Subaru, si es correcto seguirlo llamando
así o papá Subaru o suegro – dice pensativo.
- ¡¿Eh?! - Exclamamos los
tres sorprendidos.
- ¿Por qué son tan
ruidosos? Sólo es una duda que tengo.
- Puedes llamarme como
prefieras Ryosuke – dice Subaru sonriente.
- Entonces por el momento
te seguiré llamando tío – dice esbozando por fin una sonrisa, sintiendo un
alivio en mi corazón.
- Pensamos que estarías
disgustado, aunque es algo que sería obvio dada la situación.
- Pues en verdad todavía
lo estoy y bastante, sobre todo porque me lo han ocultado todo éste tiempo, viéndome
la cara de idiota, pero pensándolo bien, no creo que sea algo malo que ustedes
estén juntos, bueno, siempre lo han estado, pero ahora más que antes – suspira
– y aunque todavía me sorprende no puedo negar que hacen una linda pareja, pero
sólo denme tiempo para asimilarlo – dice sin dejar de sonreír.
- Muchas gracias hijo –
digo levantándome de mi asiento, abrazando a mi hijo, seguido de Subaru y de
Yuto.
- Ya dejen de abrazarme
tanto – dice removiéndose un poco, pero aunque nos diga que nos alejemos lo
abrazamos más fuerte, estoy realmente feliz ahora, ya por fin podemos estar
tranquilos, después de mucho tiempo.
*Yuto*
Después de desayunar
nuestros padres se fueron a hacer unas compras, dejándonos a Ryosuke y a mí
cuidando de la casa. Voy a la habitación de Ryosuke viendo que está acostado de
lado en su cama, así que sigilosamente me subo en ella y lo abrazo por la
espalda.
- Estoy muy orgulloso de
ti – digo besando su mejilla.
- ¿Orgulloso de qué?
- De que hayas aceptado
la relación de nuestros padres.
- Debí de haberme dado
cuenta antes – ríe al mismo tiempo que gira su cuerpo, quedando ambos frente a
frente – Pero supongo que está bien.
- Hacen una pareja
preciosa – digo sonriente.
- De seguro que si – dice
dándome un dulce beso en los labios, el cual hago que cada vez sea más intenso,
levantando un poco la camisa de su pijama para tocar la piel de su abdomen,
pero de repente Ryosuke me aparta un poco.
- ¿Qué sucede?
- ¿Te acuerdas de la
cachetada que me diste ayer? – Dice mirándome serio.
- Sí… Pero ¿Eso que tiene
que ver?
- Pues eso significa que
no habrá nada de sexo por un mes y lo digo en serio – dice haciendo que me
aparte completamente de él.
- Pero Ryosuke, en verdad
no era mi intención lastimarte.
- Eso lo sé, pero me ha
dolido así que sal de mi habitación que tengo algunas tareas para el Instituto
que hacer – dice sonriendo, corriéndome por completo, sin poder hacer algo al
respecto.
*Ryutaro*
Durante todo éste tiempo
no había dejado de pensar en aquel beso que me había dado el violador de
menores, sintiendo asco de tan sólo recordarlo, pero por más que quisiera
negarlo también había sentido otra cosa.
- Buenos días – dice el
susodicho paseando por la casa sólo con una pantaloneta puesta, dejando su
pecho al descubierto.
- Eran – Digo seriamente,
queriendo evadirlo pero éste me sujeta del brazo.
- Todavía sigo esperando
tu respuesta.
- Yo no tengo nada que
responderte, creo que ya te lo he dejado claro.
- Pues ese beso que nos
dimos me dijo todo lo contrario – dice acorralándome contra la pared.
- Eso no significó nada…
- Digo temeroso de sentir su intensa mirada sobre mí.
- Bueno, si no significó
nada para ti, podríamos intentarlo de nuevo a ver si en verdad no te gusto.
- Dices meras tonterías –
digo queriéndome apartar y hacer lo de la vez anterior de golpearle en sus
partes, pero éste se me adelanta poniendo una de sus piernas entre las mías -
¿Qué haces?
- No te voy a dejar ir hasta
que me beses – dice sonriendo como idiota, levantando un poco la pierna que
estaba entre las mías, rozando mi parte baja y haciéndome jadear, aprovechando
esto para besarme de la misma manera que había hecho la otra vez, mientras yo
como estúpido le correspondo casi sin chistar – ahora no podrás decirme que no
te gusto – dice sonriendo victorioso, apartándose de mí y volviendo a su
habitación, como si nada.
- ¡ESTÚPIDO!
*Maruyama Ryuhei*
- ¡Maruyama-san por favor
discúlpeme! – Dice Ohno-san haciendo una reverencia frente a mí en medio de uno
de los pasillos del Instituto.
- Ohno-san…
- En verdad perdóname por
aquella situación tan penosa en la que lo hice pasar, debí considerar primero sus
sentimientos antes de confesarle los míos.
- No tienes por qué
disculparte por eso – digo avergonzado.
- ¡Pero lo hice sentir
incómodo y eso no me lo puedo perdonar!
- Ohno-san, no es
necesario, en serio.
- Por favor acepta mis
disculpas – dice sin haber dejado en ningún momento su posición inicial.
- Está bien, te perdono,
pero por favor no tienes que hacer esto – digo al percatarme que hay varios
alumnos mirando.
- Gracias Maruyama-san –
dice tomando ahora mis manos – lamento mucho todo lo que pasó y espero que sea
muy feliz con aquel hombre – dice sonriente – pero si te llega a lastimar ten
en cuenta que estaré ahí para ti cuando lo necesites.
- Gra… Gracias.
- Ohno-san, justo te
estaba buscando – dice Ninomiya-san el Doctor del instituto, tomándolo del
brazo y llevárselo así sin más, mientras éste reniega.
- Dicen por ahí que
Nino-chan está enamorado de Ohno – dice Aiba apareciendo de repente, haciéndome
dar un brinco del susto.
- ¡Me asustaste!
- No te sientas mal por
él, lo superará – dice alegremente – por cierto, te buscan.
- ¿Quién?
- ¿Pues quién más será? –
Dice sonriente – está esperándote en la entrada del Instituto, que te vaya bien
– dice para luego retirarse.
Camino rápidamente hacia
la entrada, encontrándome con Yoko en medio de ésta con esa hermosa sonrisa que
siempre me había enamorado y con un ramo de rosas entre sus brazos.
- Hola – digo alegre de
verlo – no esperaba verte hoy.
- Sólo pasaba por aquí y
justo vi estas flores y quise comprarlas para ti – dice extendiendo el ramo
hacía mí.
- Yoko, no era necesario
– digo tomando el ramo con alegría, me hace recordar a esos bonitos detalles
que siempre había tenido conmigo cuando éramos novios hace más de veinte años.
- Tú te mereces todo esto
y mucho más – dice acercándose a mí y dándome un beso en la frente.
- No hagas eso… – Digo
avergonzado, pero sonriendo como una quinceañera por tan lindo gesto.
- No puedo evitarlo, es
que de tan solo verte sólo pienso en hacerte muchas cosas – dice coquetamente
haciéndome estremecer.
- ¡No digas eso! – Digo
tapándome el rostro con el ramo de lo avergonzado que estoy.
- Y también pasaba por
aquí para invitarte a almorzar ¿Qué te parece? – Asiento todavía con mi rostro
cubierto, dejándome llevar por él.
*Yokoyama You*
Llevo a mi amado
Maru-chan a mi restaurante italiano favorito, en donde preparan la mejor pasta
que mis papilas gustativas han tenido el honor de probar. Sonriendo de ver que
las reacciones de él al estar en un lugar tan de alta categoría no habían
cambiado en todo éste tiempo, es como si nada de lo que había sucedido en todos
estos años hubiese ocurrido.
- ¿Te gusta?
- Está muy lindo, se ve
todo tan elegante… Y costoso…
- Al parecer te siguen
abrumando este tipo de lugares.
- Es que todavía no me
acostumbro – sonríe apenado.
- Pagaría todo lo que
fuera con tal de verte así – sonrío, tomando una de sus manos y besando sobre
el dorso de ésta.
- Además de que me siento
en la obligación de compensarte por todo el daño que te causé durante éste
tiempo – digo seriamente.
- Yoko, ya todo está bien
y estoy muy feliz de estar de nuevo contigo – dice asomándose un sonrojo en sus
mejillas ¡Es tan lindo!
- Lo sé, pero déjame
consentirte cada que pueda – digo volviendo a besar el dorso de su mano,
provocando un sonrojo más intenso en su rostro.
- Por cierto mi amor,
quiero proponerte algo.
- ¿Proponerme qué?
- Es que el fin de semana
que viene tengo que viajar a Osaka y me preguntaba si quisieras ir conmigo –
digo esbozando mi mejor sonrisa, esperando ansioso por un “Sí” como respuesta.
- ¿Quieres que vaya
contigo? – Dice entusiasmado.
- Claro, además podríamos
aprovechar para recordar viejos tiempos – sonrío.
- Sí, iré contigo –
sonríe ampliamente, haciendo acelerar mi corazón.
CONTINUARÁ...