31 ene 2019

Father's Love

Hola hola 💚
Aquí estoy publicando a final de mes como últimamente lo hago 😅
Espero que todos estén pasando por un buen inicio de año, de hecho este primer mes se me hizo muy largo. Pero ya he descansado lo suficiente y recargado energías para continuar 😀
Y como siempre este fic va dedicado a mi querida amiga Mari, espero que les guste 💖
Y también un feliz cumpleaños a Yojhannah Tomatito (un poco atrasado) espero que hayas pasado un lindo día y perdón por la tardanza 💛



Tema: Father's Love
Extensión: Serial
Parejas: Varias 
Autora: Akari-chan


Capítulo 50

*Yokoyama You*

Abro mis ojos lentamente, sintiendo un poco de molestia al notar la luz del sol entrando por la ventana de mi habitación, me remuevo un poco, encontrándome con un agradable calor recorrer todo mí cuerpo, acordándome de inmediato que había pasado la noche de navidad con el amor de mi vida, quién se encuentra sobre mí, con su cabeza acomodada en mi pecho.

Sonrío al ver tan bella escena, aprovechando para acariciar sus cabellos lentamente. Se ve tan precioso y tranquilo, sin duda parece un ángel, el más bello de todos, el que me tiene tontamente enamorado. De un momento a otro comenzó a despertar, mirando a su alrededor con confusión, como si no se acordara de que había pasado la noche en otro lugar.

- Buenos días – digo dulcemente, acariciando ahora su rostro.

- Buenos días… - Dice quitándose de mi encima, completamente sonrojado.

- ¿Qué sucede? – Sonrío enternecido de ver su reacción – no es la primera vez que amanecemos juntos, aunque si es la primera desde hace muchos años – digo acercándome un poco más a él.  

- Yoko…

- Aunque me hubiese encantado que la noche anterior nosotros…

- ¡No lo digas! – Dice avergonzado, tapando su rostro con la sábana.

- ¿El qué? ¿Hacer el amor? – Digo sin borrar mi sonrisa, abrazándolo con cariño, recostándolo sobre la cama – No te voy a negar que en verdad lo deseo tanto – digo rozando mis labios con los suyos, acomodándome entre sus piernas, llevando mi rostro a su cuello, disfrutando de su agradable aroma.

- Yoko… No… - Se remueve un poco y contrario a lo que salía de su boca, rodea mí cuello con sus brazos y sin previo aviso comenzó a besarme, acto al que correspondí con gusto, llevando mis manos hacia sus costados, pero todo hubiese ido a más si no fuera porque alguien le daba leves golpes a la puerta de mi habitación.

- ¿Por qué ahora? – Digo más para mis adentros y un poco molesto me quito de encima de mí amado para ir a abrir la puerta, encontrándome con mi hijo Keito - ¿Pasó algo? – Digo sorprendido de verlo.

- No, es que mamá ha hecho el desayuno y me ha pedido el favor de que les avisara para que bajen – dice Keito alegremente - ¿He interrumpido algo?

- No, nada – dice Maru-chan ya levantado de la cama, haciéndose a mi lado – dile a tu madre que ya bajamos – dice sonriente.

- Está bien – sonríe - ya estamos todos allá, sólo faltan ustedes – dice para luego retirarse.

- ¿Cómo que nada? – Digo haciendo puchero después de cerrar la puerta, abrazándolo por la espalda.

- No te comportes como un niño – dice separándose de mi abrazo, volteándose para mirarme de frente.

- Pero nos ha interrumpido.

- No seas tan ansioso – dice dándome otro beso, uno un poco más intenso – vayamos a desayunar – dice con un hermosa sonrisa para luego salir él primero, haciendo mi corazón latir aceleradamente.


*Shibutani Subaru* 

- ¿Están seguros de lo que piensan hacer? – Pregunta Yuto preocupado, mirándonos con asombro – estamos reunidos en la cocina, preparando el desayuno, mientras esperamos que Ryosuke baje a desayunar.

- Muy seguros – dice Ryo un poco nervioso, temblando levemente por el temor de pensar en cómo reaccionaría su hijo al saber la verdad de su divorcio o más bien el quién era el causante de éste.

- ¿Estás consciente de lo que pueda pasar? – Ryo asiente.

- Yuto, no lo pongas más nervioso de lo que está – digo en modo de regaño, no me gusta ver a Ryo así.

- Pero igual es algo de lo que tenemos que preocuparnos.

- Buenos días – dice Ryosuke entrando a la cocina alegremente, haciéndonos estremecer del susto.

- ¿Por qué están tan alterados? ¿Ocurrió algo?

- No es nada hijo, es que nos asustaste – dice Ryo tratando de mantener la calma.

- ¿Y de qué estaban hablando?

- Sobre…

- De que creemos de que ya es hora de hacerle un retoque de pintura a la casa – digo lo primero que se me ocurre.

- Pues ahora que lo dices, creo que tienes razón tío.

- Y pues estábamos definiendo el color – dice Yuto siguiéndome la cuerda – yo estaba pensando en un gris, se vería sofisticada.

- Un gris no, es un color triste – dice Ryosuke.

- ¿Y qué color propones? – Pregunto.

- Blanco – dice alegremente – hará que la casa se vea más iluminada y elegante.

- Entonces la pintaremos de blanco – digo con la misma emoción – ahora ve y siéntate ya vamos a llevar el desayuno a la mesa – digo viendo cómo éste se dirige a la sala del comedor.

- ¿No que muy valientes de decirles la verdad? – Pregunta Yuto.

- Dijimos que le diríamos la verdad, pero no cuando – digo.

- No es tan fácil Yuto – dice Ryo preocupado.

- Entre más pronto lo hagan mejor – dice llevando parte del desayuno a la mesa.

- Tiene razón  - digo besando rápidamente la frente de mi amado, esto va a ser más difícil de lo que pensamos.

Llegó el año nuevo y en ningún momento tuvimos el valor de sentarnos a hablar con Ryosuke y contarle nuestra verdad. Si a mí me aterra el tan solo pensarlo, no sé cómo se sentirá Ryo al respecto. Y aquí nos encontramos ahora, un día domingo, pintando el interior de la casa del color blanco perla que propuso Ryosuke, la verdad es que no era necesario hacerlo, pero en ese momento no se me ocurrió otra cosa que decirle.

- Así no Yuto – dice Ryosuke un poco molesto – si vas a pintar de arriba abajo, hazlo siempre así, no tienes porqué pintar de izquierda a derecha.

- Lo siento – dice mi hijo apenado.

- ¿Desde cuándo sabe tanto de pintura? – Pregunto bajito a Ryo que está pintando a mi lado.

- Hizo un curso de diseño de interiores hace un par de años.

- Ah, interesante.

- Pero siento que es divertido pasar éste tiempo juntos – sonríe.

- A mí también me agrada, aunque compadezco un poco a Yuto.

- Ryosuke lo quiere mucho, no lo hace con mala intención, solo que es un poco perfeccionista.

- Es un poco cómo tú – digo entre risas, va a ser un día muy largo.


*Hikaru* 

- Feliz año nuevo Hikaru – dice Uchi-san extendiéndome un sobre.

- ¿Eh? ¿Y esto? – Digo mirándolo sorprendido.

- Es dinero, se supone que se les da a los menores de edad de la familia y como ahora prácticamente soy tu padrastro pues…

- ¡Muchas gracias Uchi-san! – Digo totalmente emocionado, dándole un abrazo.

- No es nada, gástalo sabiamente – sonríe.

- Es la primera vez que alguien me regala dinero.

- ¿Ni siquiera tu papá?

- No…

- Que cruel.

- ¿Qué es cruel? – Pregunta mi papá, ganándose una mala mirada de Uchi-san.

- ¿Cómo es posible que nunca le hubieses dado dinero de año nuevo a tu propio hijo?

- Ah, eso… Pues nunca se me ocurrió.

- Que malo eres – dice mirándolo con desaprobación.

- Uchi-san, no sé qué te sorprende, ya sabes lo tacaño que es papá – río divertido, recibiendo un golpe en mi cabeza de su parte.

- No soy tacaño, solo ahorro para el futuro.

- Pero darle dinero a tu hijo en año nuevo no te va a empobrecer.

- Está bien – dice sacando su billetera – ten - dice dándome 10.000 yen.

- ¡Gracias papá! – Exclamo nuevamente emocionado, éste sin duda es el mejor primer día del año de mi vida.


*Ryutaro*

Salgo de mi habitación todavía adormilado, sintiendo un profundo silencio dentro de la casa, cosa que se me hace extraña y más a estas horas del día, ya que por lo general siempre está llena de ruido. Bajo hasta la cocina pensando en que podría encontrar a alguien pero nada.

- Al parecer estoy solo – digo sonriendo ampliamente, por fin tendré un día de paz, sin tener que soportar sobre todo al violador de menores.

Me preparo algo fácil y rápido para desayunar y me voy directo a la sala en donde está el televisor, sentándome en el cómodo sofá, no me había sentido así de feliz en mucho tiempo, pero toda mi paz y alegría se va al suelo cuando lo veo a él bajar por las escaleras, con su estúpida sonrisa que hace que sus ojos se achiquen.

- Buenos días – dice sin dejar de sonreír, sentándose a mi lado.

- Eran buenos hasta que llegaste – digo queriendo levantarme del sofá, pero él con su brazo me retiene.

- Tenemos que hablar – dice ahora serio.

- Yo no quiero hablar contigo, creo que ya te lo he dejado claro antes – digo volviendo a intentar levantarme pero él me recuesta en el sofá, con su cuerpo entre mis piernas y sosteniendo mis brazos fuertemente, haciéndome sentir completamente nervioso.

- Te has sonrojado – dice sonriente.

- No es porque me gustes, es por la profunda ira que siento – digo avergonzado, tratando de forcejear, pero éste flacuchento tiene más fuerza de lo que parece.

- Ryu, la verdad yo no quiero lastimarte ni nada por el estilo – dice tranquilamente - me gustas y mucho,  quizás desde que nuestros padres decidieron casarse.

- ¡Suéltame!

- No hasta que hablemos.

- ¿Y si lo hacemos dejarás de fastidiar? – Asiente – está bien, pero quítate de encima – digo ya resignado, viendo cómo él rápidamente se aparta de mí - ¿Qué es lo que quieres?

- Que seas mi novio – dice completamente seguro, haciéndome sentir un ligero escalofrío en la espalda, pero no de miedo…

- Estás loco si piensas que voy a aceptar eso.

- Tendrás que aceptarlo, ahora eres responsable de lo que siento por ti.

- Eso es ridículo.

- Para mí no lo es, tú me enamoraste, así que hazte cargo.

- Yo no te pedí que lo hicieras – digo molesto y un tanto avergonzado.

- Te has vuelto a sonrojar – sonríe - ¿Estás seguro de que no sientes nada por mí?

- ¡Te equivocas! Lo único que siento por ti es desprecio – digo levantándome del sofá, siendo sujetado nuevamente de uno de mis brazos, llevándome hacia él, acomodándome sobre sus piernas, ambos frente a frente, aprovechando la posición para besarme de una manera algo salvaje.

No entiendo muy bien qué es lo que está pasando, pero mi cuerpo no quiere reaccionar y mis labios le corresponden de la misma manera. Rodeo su cuello con mis brazos, acercándolo más a mí, sorprendiéndome de hacer todo aquello pero sin señales de querer apartarlo ¿pero qué pasa conmigo?

- Ya volvimos – escucho las voces de mis padres desde la puerta de entrada, separándome bruscamente del violador de menores.

- Bienvenidos – dice levantándose a saludarlos como si nada - ¿Cómo les fue?

- El ambiente de un cementerio no es nada alentador, pero nos fue bien – dice papá Yoshi.

- De vuelta aquí pasamos por el supermercado a comprar unos víveres ¿Ya desayunaron? – Pregunta mi papá.

- Yo todavía no – dice el violador de menores, mirándome de manera extraña.

- ¿Y tú Ryutaro? ´

- Comí algo de pan con chocolate.

- ¿Y sus hermanos?

- Salieron después de ustedes, dijeron que volvían hasta la tarde.

- Ya veo, que adorables – dice mi papá sonriente, ¿cómo le puede parecer adorable eso? De seguro están en uno de esos hoteles raros, haciendo Dios sabrá qué – voy a preparar algo para el desayuno ¿me ayudas Kota con las bolsas?

- Sí señor – dice sin dejar de sonreír, tomando las bolsas y llevándolas hacía la cocina, gracias al cielo llegaron, porque de lo contrario no sé qué hubiese pasado.


*Nishikido Ryo*

Después de un día agotador pintando el interior de nuestra casa, salimos Subaru y yo a beber algo a un bar cercano, a nuestro favorito más específicamente, sentándonos muy cerca el uno del otro, en la mesa del fondo de siempre, repartiéndonos besos y caricias por debajo de la mesa.

Al sentirnos un poco ebrios, salimos del lugar tomados de las manos y caminando por las calles dándonos dulces besos, para mí no había mayor felicidad que la de estar a su lado. Llegamos a casa aun entre besos, dándonos uno demasiado apasionado en la puerta de ésta, pero al abrirla sentimos como si se nos cayera todo el mundo encima, Ryosuke nos estaba esperando en pijama y con su cara de completo enojo, con Yuto atrás de él, con su cara de completo susto.

- ¿Me pueden explicar qué es lo que acabo de ver en la calle?

- ¿A qué te refieres hijo? – Digo recibiendo una mala mirada de su parte.

- Me refiero a que cuando estaba en mi habitación viendo la magnífica luna que está haciendo esta noche, los veo a ustedes besuqueándose de lo más lindo en la calle, como si no les importara nada – dice con completa molestia.

- Hijo yo…

- ¿Cuándo pensaban decírmelo?

- Ryosuke en verdad nosotros…

- Tú no me hables Yuto, tú lo sabías y ni siquiera me tuviste la confianza de decírmelo.

- ¿Pero cómo iba a decírtelo si siempre reaccionas mal a todo?

- ¿Me estás diciendo que soy un histérico? – Todos asentimos, haciendo que se enoje más.

- Ryosuke por favor, déjame explicarte – digo temblando de los nervios, sin soltar ni un instante la mano de Subaru.

- Eso es justo lo que quiero, que me expliques – dice poniéndose de brazos cruzados.

- Bueno, es que…

- Ryosuke, si alguien tiene más culpa en todo esto, soy yo – dice de repente Subaru, con una serenidad absoluta – La verdad es que Ryo y yo nos amamos desde siempre, desde que éramos muy niños, pero por idiotas y por miedo a lo que llegaran a pensar nuestras familias nunca nos lo dijimos y dejamos que las cosas fluyeran como supuestamente tenía que ser – suspira – y al verme libre de mi esposa, yo fui el que dio el primer paso, ya no soportaba estar sin él y no me quedó de otra que confesarle todo lo que sentía por él y al saber que ere mutuo nos dejamos llevar.

- Y por eso tenías que destruir a mi familia ¿cierto?

- Lo siento mucho – dice haciendo una reverencia.

- Hijo por favor perdóname – digo reverenciándome también – en verdad que no era mi intención hacerte sufrir pero yo ya no aguantaba más – digo comenzando a sollozar.


*Ryosuke*

- Ryosuke… - Susurra Yuto mirándome con preocupación – por favor no seas tan severo con ellos.

- ¿Acaso no entiendes Yuto? Mi familia está arruinada por su culpa – digo molesto - no puedo creer en todo éste tiempo me hayan mentido así y en mi propia cara.

- Ryosuke entiendo que estés enojado, pero estás exagerando.

- ¡No estoy exagerando! Yo tenía a la familia perfecta y todo eso se fue a la basura por culpa de ellos dos, de estos traidores – digo señalándolos a ambos que están cabizbajos, recibiendo una bofetada por parte de mi novio, dejándome estupefacto.

- Yuto…

- En verdad lo siento Ryosuke, pero no puedo permitirte que te refieras así de ellos – dice tomándome de los hombros fuertemente, mirándome con seriedad - ¿Y si hubiésemos sido nosotros los que estuviéramos en esa situación?

- Yuto, lo nuestro es diferente…

- ¡Claro que es diferente! Porque no tuvimos que pasar por todo lo que ellos, porque no pensamos nunca en el que dirá la gente, porque contamos con el apoyo de nuestros amorosos padres en nuestra relación. Si ellos hubiesen tenido ese valor desde que eran niños, nosotros dos no estaríamos aquí para contarlo.

- Pero…

- Entiendo que estés enojado, pero no es justo lo que haces, para ellos tampoco fue fácil todo esto, no viste cómo tu padre sufrió todo el tiempo que estuviste molesto con él por divorciarse de tu madre, de lo mucho que te extrañó mientras estabas en Osaka y ahora que lo sabes todo, te invito a ver la maravillosa pareja que son ambos – dice girándome hacia ellos, viendo sus ojos llorosos, sintiendo mi corazón achicarse al verlos en tal estado - ¿O me vas a decir que no eres feliz estando los cuatro juntos?

- Claro que soy feliz… - Digo casi en un susurro, comenzando a llorar también, siendo de inmediato rodeado por los brazos de todos. 


CONTINUARÁ...