Aquí estoy publicando a final de mes como últimamente lo hago 😅
Espero que todos estén pasando por un buen inicio de año, de hecho este primer mes se me hizo muy largo. Pero ya he descansado lo suficiente y recargado energías para continuar 😀
Y como siempre este fic va dedicado a mi querida amiga Mari, espero que les guste 💖
Y también un feliz cumpleaños a Yojhannah Tomatito (un poco atrasado) espero que hayas pasado un lindo día y perdón por la tardanza 💛
Tema: Father's Love
Extensión: Serial
Parejas: Varias
Autora: Akari-chan
Capítulo 50
*Yokoyama You*
Abro mis ojos lentamente,
sintiendo un poco de molestia al notar la luz del sol entrando por la ventana
de mi habitación, me remuevo un poco, encontrándome con un agradable calor
recorrer todo mí cuerpo, acordándome de inmediato que había pasado la noche de
navidad con el amor de mi vida, quién se encuentra sobre mí, con su cabeza acomodada
en mi pecho.
Sonrío al ver tan bella
escena, aprovechando para acariciar sus cabellos lentamente. Se ve tan precioso
y tranquilo, sin duda parece un ángel, el más bello de todos, el que me tiene
tontamente enamorado. De un momento a otro comenzó a despertar, mirando a su
alrededor con confusión, como si no se acordara de que había pasado la noche en
otro lugar.
- Buenos días – digo
dulcemente, acariciando ahora su rostro.
- Buenos días… - Dice
quitándose de mi encima, completamente sonrojado.
- ¿Qué sucede? – Sonrío enternecido
de ver su reacción – no es la primera vez que amanecemos juntos, aunque si es
la primera desde hace muchos años – digo acercándome un poco más a él.
- Yoko…
- Aunque me hubiese
encantado que la noche anterior nosotros…
- ¡No lo digas! – Dice
avergonzado, tapando su rostro con la sábana.
- ¿El qué? ¿Hacer el
amor? – Digo sin borrar mi sonrisa, abrazándolo con cariño, recostándolo sobre
la cama – No te voy a negar que en verdad lo deseo tanto – digo rozando mis labios
con los suyos, acomodándome entre sus piernas, llevando mi rostro a su cuello,
disfrutando de su agradable aroma.
- Yoko… No… - Se remueve
un poco y contrario a lo que salía de su boca, rodea mí cuello con sus brazos y
sin previo aviso comenzó a besarme, acto al que correspondí con gusto, llevando
mis manos hacia sus costados, pero todo hubiese ido a más si no fuera porque
alguien le daba leves golpes a la puerta de mi habitación.
- ¿Por qué ahora? – Digo
más para mis adentros y un poco molesto me quito de encima de mí amado para ir
a abrir la puerta, encontrándome con mi hijo Keito - ¿Pasó algo? – Digo sorprendido
de verlo.
- No, es que mamá ha
hecho el desayuno y me ha pedido el favor de que les avisara para que bajen –
dice Keito alegremente - ¿He interrumpido algo?
- No, nada – dice
Maru-chan ya levantado de la cama, haciéndose a mi lado – dile a tu madre que
ya bajamos – dice sonriente.
- Está bien – sonríe - ya
estamos todos allá, sólo faltan ustedes – dice para luego retirarse.
- ¿Cómo que nada? – Digo
haciendo puchero después de cerrar la puerta, abrazándolo por la espalda.
- No te comportes como un
niño – dice separándose de mi abrazo, volteándose para mirarme de frente.
- Pero nos ha
interrumpido.
- No seas tan ansioso –
dice dándome otro beso, uno un poco más intenso – vayamos a desayunar – dice
con un hermosa sonrisa para luego salir él primero, haciendo mi corazón latir
aceleradamente.
*Shibutani Subaru*
- ¿Están seguros de lo
que piensan hacer? – Pregunta Yuto preocupado, mirándonos con asombro – estamos
reunidos en la cocina, preparando el desayuno, mientras esperamos que Ryosuke baje
a desayunar.
- Muy seguros – dice Ryo
un poco nervioso, temblando levemente por el temor de pensar en cómo reaccionaría
su hijo al saber la verdad de su divorcio o más bien el quién era el causante
de éste.
- ¿Estás consciente de lo
que pueda pasar? – Ryo asiente.
- Yuto, no lo pongas más
nervioso de lo que está – digo en modo de regaño, no me gusta ver a Ryo así.
- Pero igual es algo de
lo que tenemos que preocuparnos.
- Buenos días – dice
Ryosuke entrando a la cocina alegremente, haciéndonos estremecer del susto.
- ¿Por qué están tan
alterados? ¿Ocurrió algo?
- No es nada hijo, es que
nos asustaste – dice Ryo tratando de mantener la calma.
- ¿Y de qué estaban
hablando?
- Sobre…
- De que creemos de que
ya es hora de hacerle un retoque de pintura a la casa – digo lo primero que se
me ocurre.
- Pues ahora que lo
dices, creo que tienes razón tío.
- Y pues estábamos
definiendo el color – dice Yuto siguiéndome la cuerda – yo estaba pensando en
un gris, se vería sofisticada.
- Un gris no, es un color
triste – dice Ryosuke.
- ¿Y qué color propones?
– Pregunto.
- Blanco – dice
alegremente – hará que la casa se vea más iluminada y elegante.
- Entonces la pintaremos
de blanco – digo con la misma emoción – ahora ve y siéntate ya vamos a llevar
el desayuno a la mesa – digo viendo cómo éste se dirige a la sala del comedor.
- ¿No que muy valientes
de decirles la verdad? – Pregunta Yuto.
- Dijimos que le diríamos
la verdad, pero no cuando – digo.
- No es tan fácil Yuto –
dice Ryo preocupado.
- Entre más pronto lo
hagan mejor – dice llevando parte del desayuno a la mesa.
- Tiene razón - digo besando rápidamente la frente de mi
amado, esto va a ser más difícil de lo que pensamos.
Llegó el año nuevo y en
ningún momento tuvimos el valor de sentarnos a hablar con Ryosuke y contarle
nuestra verdad. Si a mí me aterra el tan solo pensarlo, no sé cómo se sentirá
Ryo al respecto. Y aquí nos encontramos
ahora, un día domingo, pintando el interior de la casa del color blanco perla
que propuso Ryosuke, la verdad es que no era necesario hacerlo, pero en ese
momento no se me ocurrió otra cosa que decirle.
- Así no Yuto – dice
Ryosuke un poco molesto – si vas a pintar de arriba abajo, hazlo siempre así,
no tienes porqué pintar de izquierda a derecha.
- Lo siento – dice mi
hijo apenado.
- ¿Desde cuándo sabe
tanto de pintura? – Pregunto bajito a Ryo que está pintando a mi lado.
- Hizo un curso de diseño
de interiores hace un par de años.
- Ah, interesante.
- Pero siento que es
divertido pasar éste tiempo juntos – sonríe.
- A mí también me agrada,
aunque compadezco un poco a Yuto.
- Ryosuke lo quiere
mucho, no lo hace con mala intención, solo que es un poco perfeccionista.
- Es un poco cómo tú –
digo entre risas, va a ser un día muy largo.
*Hikaru*
- Feliz año nuevo Hikaru
– dice Uchi-san extendiéndome un sobre.
- ¿Eh? ¿Y esto? – Digo mirándolo
sorprendido.
- Es dinero, se supone
que se les da a los menores de edad de la familia y como ahora prácticamente soy
tu padrastro pues…
- ¡Muchas gracias
Uchi-san! – Digo totalmente emocionado, dándole un abrazo.
- No es nada, gástalo
sabiamente – sonríe.
- Es la primera vez que
alguien me regala dinero.
- ¿Ni siquiera tu papá?
- No…
- Que cruel.
- ¿Qué es cruel? –
Pregunta mi papá, ganándose una mala mirada de Uchi-san.
- ¿Cómo es posible que
nunca le hubieses dado dinero de año nuevo a tu propio hijo?
- Ah, eso… Pues nunca se
me ocurrió.
- Que malo eres – dice
mirándolo con desaprobación.
- Uchi-san, no sé qué te
sorprende, ya sabes lo tacaño que es papá – río divertido, recibiendo un golpe
en mi cabeza de su parte.
- No soy tacaño, solo ahorro
para el futuro.
- Pero darle dinero a tu
hijo en año nuevo no te va a empobrecer.
- Está bien – dice
sacando su billetera – ten - dice dándome 10.000 yen.
- ¡Gracias papá! –
Exclamo nuevamente emocionado, éste sin duda es el mejor primer día del año de
mi vida.
*Ryutaro*
Salgo de mi habitación
todavía adormilado, sintiendo un profundo silencio dentro de la casa, cosa que
se me hace extraña y más a estas horas del día, ya que por lo general siempre
está llena de ruido. Bajo hasta la cocina pensando en que podría encontrar a
alguien pero nada.
- Al parecer estoy solo –
digo sonriendo ampliamente, por fin tendré un día de paz, sin tener que
soportar sobre todo al violador de menores.
Me preparo algo fácil y
rápido para desayunar y me voy directo a la sala en donde está el televisor,
sentándome en el cómodo sofá, no me había sentido así de feliz en mucho tiempo,
pero toda mi paz y alegría se va al suelo cuando lo veo a él bajar por las
escaleras, con su estúpida sonrisa que hace que sus ojos se achiquen.
- Buenos días – dice sin
dejar de sonreír, sentándose a mi lado.
- Eran buenos hasta que
llegaste – digo queriendo levantarme del sofá, pero él con su brazo me retiene.
- Tenemos que hablar –
dice ahora serio.
- Yo no quiero hablar
contigo, creo que ya te lo he dejado claro antes – digo volviendo a intentar
levantarme pero él me recuesta en el sofá, con su cuerpo entre mis piernas y
sosteniendo mis brazos fuertemente, haciéndome sentir completamente nervioso.
- Te has sonrojado – dice
sonriente.
- No es porque me gustes,
es por la profunda ira que siento – digo avergonzado, tratando de forcejear,
pero éste flacuchento tiene más fuerza de lo que parece.
- Ryu, la verdad yo no
quiero lastimarte ni nada por el estilo – dice tranquilamente - me gustas y
mucho, quizás desde que nuestros padres
decidieron casarse.
- ¡Suéltame!
- No hasta que hablemos.
- ¿Y si lo hacemos
dejarás de fastidiar? – Asiente – está bien, pero quítate de encima – digo ya
resignado, viendo cómo él rápidamente se aparta de mí - ¿Qué es lo que quieres?
- Que seas mi novio –
dice completamente seguro, haciéndome sentir un ligero escalofrío en la
espalda, pero no de miedo…
- Estás loco si piensas
que voy a aceptar eso.
- Tendrás que aceptarlo,
ahora eres responsable de lo que siento por ti.
- Eso es ridículo.
- Para mí no lo es, tú me
enamoraste, así que hazte cargo.
- Yo no te pedí que lo
hicieras – digo molesto y un tanto avergonzado.
- Te has vuelto a sonrojar
– sonríe - ¿Estás seguro de que no sientes nada por mí?
- ¡Te equivocas! Lo único
que siento por ti es desprecio – digo levantándome del sofá, siendo sujetado
nuevamente de uno de mis brazos, llevándome hacia él, acomodándome sobre sus piernas,
ambos frente a frente, aprovechando la posición para besarme de una manera algo
salvaje.
No entiendo muy bien qué
es lo que está pasando, pero mi cuerpo no quiere reaccionar y mis labios le
corresponden de la misma manera. Rodeo su cuello con mis brazos, acercándolo
más a mí, sorprendiéndome de hacer todo aquello pero sin señales de querer
apartarlo ¿pero qué pasa conmigo?
- Ya volvimos – escucho
las voces de mis padres desde la puerta de entrada, separándome bruscamente del
violador de menores.
- Bienvenidos – dice
levantándose a saludarlos como si nada - ¿Cómo les fue?
- El ambiente de un
cementerio no es nada alentador, pero nos fue bien – dice papá Yoshi.
- De vuelta aquí pasamos
por el supermercado a comprar unos víveres ¿Ya desayunaron? – Pregunta mi papá.
- Yo todavía no – dice el
violador de menores, mirándome de manera extraña.
- ¿Y tú Ryutaro? ´
- Comí algo de pan con
chocolate.
- ¿Y sus hermanos?
- Salieron después de
ustedes, dijeron que volvían hasta la tarde.
- Ya veo, que adorables –
dice mi papá sonriente, ¿cómo le puede parecer adorable eso? De seguro están en
uno de esos hoteles raros, haciendo Dios sabrá qué – voy a preparar algo para
el desayuno ¿me ayudas Kota con las bolsas?
- Sí señor – dice sin
dejar de sonreír, tomando las bolsas y llevándolas hacía la cocina, gracias al
cielo llegaron, porque de lo contrario no sé qué hubiese pasado.
*Nishikido Ryo*
Después de un día
agotador pintando el interior de nuestra casa, salimos Subaru y yo a beber algo
a un bar cercano, a nuestro favorito más específicamente, sentándonos muy cerca
el uno del otro, en la mesa del fondo de siempre, repartiéndonos besos y
caricias por debajo de la mesa.
Al sentirnos un poco
ebrios, salimos del lugar tomados de las manos y caminando por las calles
dándonos dulces besos, para mí no había mayor felicidad que la de estar a su
lado. Llegamos a casa aun entre besos, dándonos uno demasiado apasionado en la
puerta de ésta, pero al abrirla sentimos como si se nos cayera todo el mundo
encima, Ryosuke nos estaba esperando en pijama y con su cara de completo enojo,
con Yuto atrás de él, con su cara de completo susto.
- ¿Me pueden explicar qué
es lo que acabo de ver en la calle?
- ¿A qué te refieres
hijo? – Digo recibiendo una mala mirada de su parte.
- Me refiero a que cuando
estaba en mi habitación viendo la magnífica luna que está haciendo esta noche,
los veo a ustedes besuqueándose de lo más lindo en la calle, como si no les
importara nada – dice con completa molestia.
- Hijo yo…
- ¿Cuándo pensaban
decírmelo?
- Ryosuke en verdad
nosotros…
- Tú no me hables Yuto,
tú lo sabías y ni siquiera me tuviste la confianza de decírmelo.
- ¿Pero cómo iba a
decírtelo si siempre reaccionas mal a todo?
- ¿Me estás diciendo que
soy un histérico? – Todos asentimos, haciendo que se enoje más.
- Ryosuke por favor,
déjame explicarte – digo temblando de los nervios, sin soltar ni un instante la
mano de Subaru.
- Eso es justo lo que
quiero, que me expliques – dice poniéndose de brazos cruzados.
- Bueno, es que…
- Ryosuke, si alguien
tiene más culpa en todo esto, soy yo – dice de repente Subaru, con una
serenidad absoluta – La verdad es que Ryo y yo nos amamos desde siempre, desde
que éramos muy niños, pero por idiotas y por miedo a lo que llegaran a pensar
nuestras familias nunca nos lo dijimos y dejamos que las cosas fluyeran como
supuestamente tenía que ser – suspira – y al verme libre de mi esposa, yo fui
el que dio el primer paso, ya no soportaba estar sin él y no me quedó de otra
que confesarle todo lo que sentía por él y al saber que ere mutuo nos dejamos
llevar.
- Y por eso tenías que
destruir a mi familia ¿cierto?
- Lo siento mucho – dice
haciendo una reverencia.
- Hijo por favor
perdóname – digo reverenciándome también – en verdad que no era mi intención
hacerte sufrir pero yo ya no aguantaba más – digo comenzando a sollozar.
*Ryosuke*
- Ryosuke… - Susurra Yuto
mirándome con preocupación – por favor no seas tan severo con ellos.
- ¿Acaso no entiendes
Yuto? Mi familia está arruinada por su culpa – digo molesto - no puedo creer en
todo éste tiempo me hayan mentido así y en mi propia cara.
- Ryosuke entiendo que
estés enojado, pero estás exagerando.
- ¡No estoy exagerando!
Yo tenía a la familia perfecta y todo eso se fue a la basura por culpa de ellos
dos, de estos traidores – digo señalándolos a ambos que están cabizbajos,
recibiendo una bofetada por parte de mi novio, dejándome estupefacto.
- Yuto…
- En verdad lo siento
Ryosuke, pero no puedo permitirte que te refieras así de ellos – dice tomándome
de los hombros fuertemente, mirándome con seriedad - ¿Y si hubiésemos sido
nosotros los que estuviéramos en esa situación?
- Yuto, lo nuestro es
diferente…
- ¡Claro que es
diferente! Porque no tuvimos que pasar por todo lo que ellos, porque no
pensamos nunca en el que dirá la gente, porque contamos con el apoyo de
nuestros amorosos padres en nuestra relación. Si ellos hubiesen tenido ese
valor desde que eran niños, nosotros dos no estaríamos aquí para contarlo.
- Pero…
- Entiendo que estés
enojado, pero no es justo lo que haces, para ellos tampoco fue fácil todo esto,
no viste cómo tu padre sufrió todo el tiempo que estuviste molesto con él por
divorciarse de tu madre, de lo mucho que te extrañó mientras estabas en Osaka y
ahora que lo sabes todo, te invito a ver la maravillosa pareja que son ambos –
dice girándome hacia ellos, viendo sus ojos llorosos, sintiendo mi corazón achicarse
al verlos en tal estado - ¿O me vas a decir que no eres feliz estando los
cuatro juntos?
- Claro que soy feliz… -
Digo casi en un susurro, comenzando a llorar también, siendo de inmediato
rodeado por los brazos de todos.
CONTINUARÁ...