Las presentaciones con el coro fueron todo un éxito, claro que con algunos altibajos, pero nada que no se pudiera solucionar, extrañaré a todos esos mocosos <3 hasta el año entrante volveremos a vernos, eso si <3
Bueno, ya volviendo al fic, he de decirles que ésta será la última publicación de éste año, al menos de mi parte, a no ser que a Lyly se le de por publicar algo,
Así que feliz navidad y feliz año nuevo a todas mis lectoras, las quiero y aprecio muchísimo, gracias por su paciencia y amor a mis fics, para el año siguiente espero traerles más de mis historias y más Father's love <3
Y como siempre éste fic va dedicado a mi querida amiga Mari :3
Espero les guste y nos leemos de nuevo en Enero <3
Tema: Father's Love
Extensión: Serial
Parejas: Varias
Autora: Akari-chan
Capítulo 29
*Keito*
- ¿Que tú papá y Maruyama-sensei fueron qué? –
Pregunta Hikaru sorprendido, le había prometido que cuando aclarara lo que me
preocupaba se lo contaría y eso estaba justamente haciendo.
- Fueron novios – digo sonriente al ver su expresión.
- ¿Cómo es eso? ¿Por qué?
- Ya te lo he contado todo, no me hagas repetirlo –
río divertido.
- Es que me parece increíble, el mundo es muy pequeño
¿y qué piensas sobre eso? – Pregunta curioso.
- Quiero que vuelvan a estar juntos – sonrío
emocionado de pensar en que todos seríamos una familia – quiero que él también
sea mi papá.
- Pues por lo que le hizo tu padre lo dudo un poco –
dice dándole un sorbo a su café.
- Haré todo lo que esté en mis manos para conseguirlo,
ya sabes lo persistente que soy.
- De eso no me cabe la menor duda.
- Así como logré que un chico heterosexual se
enamorara de mí – digo acariciando uno de sus muslos por debajo de la mesa –
podré conseguir que mi papá y Maru-sensei vuelvan a estar juntos – sonrío con
picardía.
- Keito… estamos en un lugar público – dice Hikaru
nervioso, retirando mi mano de su muslo.
- Entonces vayamos a un lugar más privado – digo
finalmente, besándolo en frente de todos los que estaban en la cafetería.
*Nishikido Ryo*
Caminaba
lentamente hasta la casa de mi mejor amigo, mi socio en el restaurante y
también mi amor secreto, no sabía cómo darle tan fatídica noticia, aunque no sé
por qué me preocupaba tanto, si él ignoraba completamente mis sentimientos y
dudaba que él pudiera sentir lo mismo por mí, además se había casado hacía un
par de meses y aunque me doliera, tenía que ser feliz por él, pero aun así no
dejaba de pensar que de alguna u otra manera había traicionado mi amor por él.
Llegué hasta la puerta de su casa, tocando nerviosamente la puerta, rezando
porque su esposa no estuviese en casa.
-
Hola Ryo – dijo éste abriendo la puerta, siempre con una bella sonrisa para mí.
-
Ho… hola Suba…
–
No esperaba verte hoy, pasa – dijo haciéndose a un lado para dejarme entrar.
-
Yo tampoco… - Dije entrando de inmediato, con mi corazón a punto de estallar -
¿Tú esposa está? – Pregunté.
-
No, salió hace un rato ¿Estás bien? Te ves pálido – Preguntó preocupado,
haciendo que me sentara en el sillón de su casa.
-
Estoy bien, no te preocupes…
-
Ryo, nos conocemos de toda la vida, y sé muy bien qué cara pones cuando estás
preocupado por algo – dijo sentándose a mi lado.
-
Subaru… yo… - No sabía si decirle o no aquello, pero de igual forma de nada
servía ocultarlo, pronto todos lo sabrían y era mejor que él lo supiera por mí
y no por otra persona.
-
Dime ¿qué sucede? – Preguntó nuevamente, tomando dulcemente mi mano, se sentía
tan cálida.
-
Chihiro está embarazada – dije de una buena vez, apartando mi mano de la suya,
no merecía sentir su calor.
-
¿Eh? – Dijo mirándome sorprendido y hasta podía jurar que había visto algo de
tristeza en su mirada.
-
Chihiro tiene dos meses de embarazo y nos casaremos dentro de 3 días – dije
rápidamente.
-
Ya veo… espero que puedan ser felices juntos, Chihiro es una buena mujer – dijo
levantándose del sofá – Ryo, acabo de acordarme que tengo que salir, así que
espero no te moleste…
-
No pasa nada, igual tengo que irme también – dije levantándome también,
caminando hasta la puerta, pero antes de abrirla, Subaru me abrazó por la
espalda.
-
Ni creas que por qué te vas a casar dejarás de ser mi amigo – dijo con un toque
de tristeza, no sabía a qué se refería con eso, pero nos quedamos así un buen
rato.
-
Eso no pasará, te quiero más de lo que crees – dije tratando de aguantar que
mis lágrimas no salieran de mis ojos – que te vaya bien – dije finalmente,
abriendo la puerta y separándome de su cálido abrazo, corriendo lo más rápido
que mis piernas podían.
Nos encontramos en el juzgado, esperando a que el juez
dé el veredicto final, para saber quién de los dos se quedará con la custodia
de Ryosuke, jamás pensé que me vería en una situación así y no ayuda el hecho
de que mi hijo me odia por haber arruinado nuestra familia, no quiero que me
odie, pero no sé qué hacer para que me perdone, al menos me tranquiliza el que
Subaru se ofreciera a acompañarme, su presencia me hace sentir mucho mejor, lo
amo tanto.
- La corte ha decidido que la custodia del joven
Nishikido Ryosuke, de 18 años, estará a cargo de la señora Yamada Chihiro,
madre del menor – dice el juez mientras lee el veredicto, haciéndome sentir
destrozado por dentro – Así que por ende, el señor Nishikido Ryo, deberá pagar
una manutención mensualmente, la cual será acordada por ambas partes, fin de la
sesión, que tengan un buen día – dice finalmente, haciendo una reverencia antes
de salir de la sala.
- Me alegra tanto que el juez me diera la razón – dice
Chihiro totalmente satisfecha con el veredicto, abrazando a Ryosuke que no
aparta su mirada del suelo – un hombre infiel no merece quedarse con los hijos.
- Yo nunca he sido un mal padre y eso muy bien lo
sabes – digo un poco molesto.
- Vámonos hijo, tenemos que alistar todo de inmediato
para irnos – dice ella sin borrar esa sonrisa.
- ¿Irnos? – Pregunta mi hijo confundido.
- Claro, se me había olvidado decirte, nos iremos a
Osaka pasado mañana.
- ¿De vacaciones? – Pregunta nuevamente.
- No, nos iremos a vivir allá.
- Pe… pero, yo no me quiero ir, aquí están mis amigos,
mi vida.
- Chihiro, no te puedes llevar así a Ryosuke, de hecho
no veo necesidad de que te vayas a otra ciudad – intervengo al ver tan alterado
a mi hijo.
- Lo hubieses pensado antes de serme infiel con la que
sea que te estés revolcando – dice molesta – me lo llevaré quieras o no, yo soy
la que tiene su custodia.
- Pero eso no te da derecho a arruinarle así la vida.
- El que lo arruinó todo fuiste tú – dice finalmente,
tomando del brazo a mi hijo, llevándoselo fuera de la sala, quería ir tras
ellos, hablar con Ryosuke, pero Subaru me detuvo.
- Lo siento – dice abrazándome.
- No tienes que disculparte por nada – digo correspondiendo
al abrazo, mientras mis lágrimas comienzan a mojar mi rostro.
*Ryosuke*
- Mamá, no puedes hacerme esto, no puedo irme, no
ahora – digo al estar ya fuera del edificio, no quiero dejar mi vida acá y
menos cuando tengo una relación con Yuto.
- Tu padre tiene la culpa de todo esto, ve y reclámale
a él – dice molesta, nunca la había visto así en mi vida.
- Pero la que ha tomado tal decisión eres tú, no él.
- ¿Acaso estás de acuerdo con lo que me hizo ese
desgraciado?
- Claro que no estoy de acuerdo, pero…
- Hijo, lo hago por tu bien – dice sonriente – cuando
estés allá harás nuevos amigos y no extrañarás para nada la vida que tenías
aquí.
- Mamá no entiendes – digo comenzando a sollozar.
- Tenemos muchas cosas que hacer, no llores – dice
tomándome de la mano, subiendo luego a un taxi que nos llevará a casa.
*Murakami Shingo*
- Uchi-san ¿tú en verdad me quieres? – Pregunto de
repente, haciendo que él gire su cabeza sorprendido. Nos encontramos desnudos
sobre la cama de su apartamento, nuestro nidito de amor.
- ¿A qué viene esa pregunta? – Pregunta extrañado –
claro que te quiero, más bien, te amo, de no ser así no me hubiese entregado a
ti – sonríe sonrojado.
- ¿Si te lo digo no te vas a burlar de mí? – Pregunto
mirándolo fijamente.
- ¿Por qué me burlaría?
- Es que ésta es la primera relación seria que tengo –
suspiro – es la primera vez que estoy con alguien así de esa manera, ni
siquiera con la Madre de Hikaru tuve una relación así.
- ¿Qué tipo de relación tenían entonces? – Pregunta
preocupado, apegando su cuerpo un poco más al mío.
- No quiero hablar de eso ahora – digo recostando mi
cabeza en su pecho, siendo rodeado por sus brazos – desde que tuve por primera
vez a Hikaru en mis brazos, me he dedicado completamente a él, hasta que
llegaste tú.
- ¿Me amas? – Pregunta acariciando mis cabellos.
- Mucho – sonrío quedándome en esa posición, nunca en
mi vida me había sentido tan feliz, tan completo.
*Yuto*
- ¿Cómo les fue? – Pregunto de inmediato al abrirle la
puerta a mi papá y a mi tío Ryo, pero al ver sus caras, supongo que nada salió
bien.
- Iré a la habitación – dice mi tío Ryo, subiendo rápidamente
las escaleras.
- ¿Malas noticias? – Pregunto preocupado.
- Vamos a la sala – dice mi papá, yendo hasta la sala,
saetándose en el sofá, mientras que yo hago lo mismo y me siento a su lado.
- Chihiro se ha quedado con la custodia de Ryosuke –
dice serio.
- Entiendo ¿pero por qué mi tío se ve tan devastado? No
digo que no sea algo malo, pero al menos puede verlo.
- Es que no tan solo se ha quedado con la custodia,
sino que también ha decidido llevárselo a Osaka, a vivir definitivamente allá.
- ¿A Osaka? – Pregunto tratando de asimilar lo que mi
papá me está diciendo ¿Ryosuke se irá?
- Si, al parecer se van pasado mañana.
- Pero pasado mañana es mi cumpleaños, él no se puede
ir así.
- Lo siento mucho Yuto, pero ya no hay nada que hacer –
dice con tristeza – voy a ver cómo está Ryo, no se siente muy bien – dice dándome
una suave palmada en el hombro, tengo que hablar con Ryosuke, él no se puede ir
y menos cuando por fin nos hemos formalizado.
*Shibutani Subaru*
- Ryo… - susurro al entrar a mi habitación y ver a mi
adorado Ryo, acostado en la cama, sin dejar de llorar, verlo así me parte el
corazón.
Me recuesto a su lado, abrazándolo fuertemente, como
muchas veces lo habíamos hecho cuando todavía éramos unos niños, cuando las
cosas no salían tal y como queríamos.
- Me acuerdo muy bien del día en que nació Ryosuke –
digo suavemente, apegándome más a él.
- Subaru…
- En lo feliz que te veías cuando lo sostuviste por
primera vez en tus brazos, esa sonrisa que aún ahora, no se ha borrado de mi
cabeza – digo con la misma suavidad, sé que en estos momentos nada de lo que
diga podrá alegrarlo, pero me quedaré con él, siempre lo haré.
*Uchi Hiroki*
- Estoy en casa – dice Hikaru entrando al apartamento.
- Bienvenido a casa – digo alegremente, saliendo de la
cocina.
- Dónde está papá – pregunta mirando a todos lados.
- Tuvo que salir a hacer algo importante, así que me
dejó a cargo de la cena.
- Uchi-san será una gran esposa algún día – dice burlonamente,
pero ese comentario me ha hecho sonrojar.
- Gracias – digo todavía apenado – por cierto Hikaru
¿te puedo preguntar algo?
- Claro, dime – dice sentándose en una silla del
comedor.
- ¿Qué pensarías si tu papá de repente comenzara a
salir con alguien?
- ¿A salir cómo pareja?
- Si, exacto ¿Te alegraría? ¿Te enojaría?
- Creo que estaría bien, si él es feliz con esa
persona, nada más debería importarme – dice sonriente - ¿Acaso él está saliendo
con alguien?
- ¡No! Claro que no, solo lo preguntaba por
curiosidad.
- Ah ya, si llegas a saber algo me dices – dice levantándose
de la silla - me iré a tomar una ducha primero, llámame cuando llegue mi papá
para que cenemos juntos.
- Sí – respondo animadamente, sintiéndome un poco más
tranquilo de saber que no lo tomará mal cuando se entere de mi relación con su
papá.
*Yuto*
Me quedé esperando en la sala, mirando por la ventana
de ésta, esperando a que llegara Ryosuke con su madre. Ya se ha hecho de noche
y mi papá y tío Ryo no han salido de la habitación, si así está él, no me
quiero imaginar el cómo estará Ryosuke. De repente un taxi se detiene al frente
de su casa, bajando de éste la persona que estaba esperando. Subo rápidamente a
mi habitación, tomando algo de ropa y mi cepillo de dientes, poniendo todo en
una mochila, dejando una pequeña nota en la puerta del refrigerador, comunicándole
a mi papá que pasaría la noche en casa de Ryosuke, saliendo finalmente de mi
casa. Yendo con la misma rapidez a la casa de mi novio y luego de tanto insistirle
a su madre para que me permitiera quedarme con él, llego a su habitación, escuchando
sus sollozos afuera de ésta.
- Entonces… ¿Ya está decidido? – Pregunto entrando
lentamente, cerrando la puerta de su habitación, viendo con tristeza a mi
novio, que al parecer no ha dejado de llorar en todo el día.
- Yuto, lo siento Yuto – dice abrazándome, empapando
mi camisa con sus lágrimas.
- Alguna solución encontraremos, me quedaré contigo
toda la noche y el día de mañana también.
- Gra… cias…
- No contengas tus lágrimas, si quieres llorar hazlo,
yo estaré contigo – digo dándole un dulce beso en la frente ¿por qué nos tiene
que estar pasando esto?
CONTINUARÁ...