Simplemente no podía irme a dormir sin publicar éste capítulo :D <3
Muchas gracias por el amor y el apoyo a éste hermoso fic ;___; me hace muy feliz que esperen con ganas cada capítulo y me gustaría preguntarles ¿qué parejas de Kanjani8 les gusta más de este serial? solo es por curiosidad :) <3 (por que siempre voy a escribir de esas parejas LOL)
Y cómo siempre este fic va dedicado a mi querida amiga Mari :D
Espero les guste ;)
Tema: Father's Love
Extensión: Serial
Parejas: Varias
Autora: Akari-chan
Capítulo 26
*Shibutani Subaru*
- Papá, voy a casa de Ryosuke – dice Yuto bajando las
escaleras apresuradamente.
- Yuto, ¿no irás a la escuela? – Pregunto al ver a mi
hijo con ropa de calle.
- No tengo ganas, igual hoy salimos a vacaciones así
que no hay nada importante que hacer, además quiero estar con él– dice con
preocupación, poniéndose sus zapatos.
- Espero que puedas convencerlo de que me escuche –
dice Ryo que está sentado a mi lado en el sofá.
- Lo intentaré Tío, pero es que Ryosuke es muy terco y
cuando se le mete algo en la cabeza es casi imposible hacer que cambie de
opinión.
- Por favor, hazlo – dice mirando a mi hijo con
súplica.
- Haré lo que esté en mis manos, hasta luego – dice
saliendo rápidamente de la casa, dejándonos a ambos solos.
- Me alegra mucho que ellos se lleven bien – dice Ryo
acercándose más a mi lado del sofá, al mismo tiempo que yo lo rodeo con mis
brazos.
- Me hace pensar en cuando éramos niños, cuando
corrías llorando a mi casa cuando alguien te molestaba o cuando tus padres no
te compraban lo que querías.
- No digas esas cosas…
- ¿Por qué? Siempre fuiste un mimado y al parecer tu
hijo también heredó eso de ti.
- No soy un mimado – dice un poco molesto.
- Lo eres, eres mi mimado – digo dándole un dulce beso
en la frente.
- ¿Cómo quieres que deje de ser un mimado si siempre
me están consintiendo?
- Tampoco quiero que dejes de serlo y menos cuando ya
puedo mimarte estando en medio de tus piernas.
- Subaru… Creo que no es momento para eso, además
tenemos que ir a trabajar – dice tratando de levantarse, pero yo lo apego más a
mi cuerpo.
- Le diré a Nagase-san que se haga cargo del
restaurante por ésta semana, tenemos que solucionar primero todo este problema
juntos.
- Gracias – sonríe recostando su cabeza sobre mi pecho,
aunque no lo diga, sé que está sufriendo mucho y ahora más que nunca debo
permanecer a su lado, pase lo que pase.
*Ryosuke*
Al llegar a casa me encuentro con que en ésta no hay
nadie, mi mamá ha salido, debe estar muy dolida por todo lo que está pasando y
lo entiendo, yo también me comportaría así de saber que la persona con la que
he compartido la mitad de mi vida me deja por otra ¿Yuto también sería capaz de
hacerme eso?
- ¡Ryosuke! ¡Ábreme! – Exclama Yuto fuera de mi casa,
al mismo tiempo que toca la puerta de ésta, así que voy rápidamente a abrirla.
- Yuto… ¿No vas a ir a la escuela?
- Por lo que veo tu tampoco irás – dice mirándome de
pies a cabeza, todavía tengo mi pijama puesta, tal y como salí de su casa.
- No tengo ánimos de ir – digo dejando que entre.
- ¿Tu Mamá está?
- No, cuando llegué ya no estaba.
- Ya veo… - Se queda mirándome pensativo – ¿quieres
que salgamos a algún lado?
- En verdad que no quiero salir, todo esto me tiene
muy mal.
- Deberías de hablar con tu padre, él también se
siente muy mal por el daño que te está causando.
- Si en verdad yo le preocupara no hubiera dejado a mi
mamá por otra.
- ¿Pero qué puedes saber tú de lo que siente él? ¿Del
por qué después de tanto tiempo está haciendo esto?
- ¿Tú lo harías?
- ¿Haría qué? – Pregunta confundido por mi pregunta.
- ¿Me dejarías por otra persona?
- Ryosuke… No se trata de nosotros…
- ¡Respóndeme!
- ¿Crees que después de todo lo que hemos pasado te
dejaría así no más? – Dice mirándome serio – Ryosuke, yo te amo desde que somos
niños y a pesar de todos tus desprecios lo he seguido haciendo y aun cuando
pensaba en rendirme totalmente, tenía la ligera esperanza de que me aceptarías
algún día ¿eso no te deja claro lo que siento por ti?
- ¿Y Ryutaro?
- ¿Todavía sigues con eso? – Suspira – lo único que
tienes que saber es que te amo y lo haré siempre, no me cabe en la cabeza
querer estar con otra persona que no sea tú – dice dándome un dulce beso en la
frente - mejor ve y cámbiate de ropa, vamos a salir y no quiero un no como
respuesta.
- Pero no quiero salir – digo fastidiado.
- Pues quedándote aquí no vas a solucionar nada – dice
tomándome del brazo y llevándome hasta mi habitación.
*Maruyama Ryuhei*
- Maru-sensei, te voy a extrañar mucho – dice Keito
mientras me abraza fuertemente en medio de uno de los pasillos del colegio,
creo que ya es tan normal que lo haga, que ya nadie de los que pasa por nuestro
lado se sorprende.
- Pero Keito, apenas estamos en la hora de entrada,
¿no te puedes esperar hasta la salida?
- No, no podía esperar – dice haciendo ojitos de
cachorrito.
- Son solo las vacaciones de verano, no me voy a ir
para siempre – digo divertido de verlo en ese estado, de verdad que siento un
gran cariño por él.
- Pero es mucho tiempo – dice sujetándose más a mí.
- No me iré a ningún lado, si quieres puedes visitarme
a mi casa – digo sonriente, acariciando sus cabellos.
- ¿En verdad puedo hacerlo? - Dice mirándome con
ilusión.
- Eres más que bienvenido, me haría muy feliz que
fueras y a Daiki también le dará mucho gusto.
- Gracias – dice abrazándome con más fuerza - ¿Mi papá
puede ir también? – Pregunta de repente haciendo que me ponga nervioso.
- ¿Eh? ¿Por qué tiene que ir él también? – Pregunto,
tratando de no sonar alterado.
- Por que como Dai-chan es novio de mi hermano, somos
algo así como una familia – dice sonriente.
- Creo que no deberías decir eso... – de tan solo
pensarlo me da malestar.
- ¡Keito! – Exclama Hikaru-kun caminando rápidamente
hacia dónde estamos nosotros, tomando a Keito del brazo y llevándoselo lejos.
- Nos veremos luego Maru-sensei – dice Keito agitando
su brazo animadamente.
- Hasta luego – digo agitando un poco la mía también.
- Veo que tienes una bonita relación con Keito – dice Aiba-san
llegando a mi lado – ni siquiera conmigo es así y eso que me conoce desde bebé
¿serán los genes? – Dice mirándome con sorpresa.
- ¿De qué genes me estás hablando?
- Pues de los genes de Yoko-chan, así como él se
siente atraído a ti, Keito también y lo mismo pasa entre tu hijo y Kei.
- Estás diciendo disparates – digo fastidiado.
- No son disparates, un disparate es que tú y
Yoko-chan no estén juntos.
- Eres un idiota – digo alejándome lo más rápidamente
posible de él.
*Keito*
- ¿Por qué siempre tienes que estarlo abrazando? –
Dice mi novio molesto.
- Hika-chan, no deberías de sentirte celoso – digo
tratando de no reírme por la gracia que me causa verlo en ese estado.
- Pero es que yo quiero que solo hagas eso conmigo ¿es
que acaso él también te gusta? – Pregunta deteniéndonos en medio del pasillo, a
unos cuantos salones del nuestro.
- No es eso, lo que siento por Maru-sensei es
diferente, lo quiero mucho, como si fuera mi papá.
- Pero aun así me molesta – dice haciendo puchero.
- Son solo abrazos, contigo hago cosas mucho más
entretenidas – digo rodeando su cuello con mis brazos, besándolo de manera
apasionada – además recuerda que te dije que te contaría algo cuando ya lo
tuviera aclarado, así que solo espera un poco y lo entenderás todo.
- ¿Pero seguro que no estás enamorado de él?
- Claro que no, yo de quién estoy enamorado es de ti –
digo volviéndolo a besar – es mejor que vayamos al salón antes de que llegue el
profesor – digo tomándolo de la mano, llegando rápidamente hasta el salón,
pensando en lo nervioso que se pone Maru-sensei cuando nombro a mi papá.
*Yuto*
- Ryosuke, en serio, tienes que hablar con tu papá –
digo tomando un sorbo de mi malteada, mientras mi novio se come un helado enorme
de vainilla.
- No quiero.
- Tienes que dejar de ser tan caprichoso, tú adoras a
tu papá y de la noche a la mañana no puedes sentir todo lo contrario.
- Pero él está destruyendo a mi familia – dice con
tristeza.
- En verdad no sé las razones ni de por quién estará
haciendo todo esto, pero de lo que si estoy seguro es que tu papá te ama
demasiado, por favor, habla con él – digo tomando una de sus manos – y si
después de hablar con él no cambia en nada tu opinión, pues está bien, pero al
menos dale la oportunidad de explicarse.
- ¿Qué sentiste cuando tus padres se divorciaron? –
Pregunta mirándome ansioso por mi respuesta.
- Sabes muy bien que mi relación con mi madre no era
la mejor, así que cuando se divorciaron no sentí nada en particular y mi papá
al parecer tampoco, creo que no soy un buen ejemplo para ti – sonrío nervioso.
- Todo esto es tan extraño – suspira – jamás pensé que
esto sucedería, con lo perfecto que siempre había sido todo, es que no me cabe
en la cabeza ¿cómo es posible? ¿Qué tiene esa mujer?
- Yo tampoco entiendo, pero insisto en que debes
escucharlo.
- No sé si pueda hacerlo.
- Al menos inténtalo – digo mirándolo con súplica.
- Lo pensaré, pero no te prometo que lo haga – dice
dándole otra probada a su helado, en verdad que será difícil convencerlo, pero
tengo que conseguirlo.
*Daiki*
- ¿En verdad no irás a ningún lado en vacaciones? – Le
pregunto a mi novio mientras caminamos tomados de la mano por la Universidad.
- La verdad es que no, bueno, al menos no solo, quiero
pasarlas contigo – dice mirándome con ternura, haciéndome sonrojar.
- ¿Pero ni siquiera a visitar a tu mamá?
- Mi Madre vendrá en diciembre, así que me dijo que
esperara hasta entonces para verla, está ansiosa por conocerte – sonríe.
- ¿Le has hablado de mí?
- Claro, ella sabe que eres mi novio ¿y la tuya?
- La mía no lo sabe – digo apenado – es que ella es un
poco…
- ¿Homofóbica?
- Se podría decir que sí, lo siento.
- No tienes que disculparte por eso, con la aprobación
de tu padre está bien – sonríe haciéndome sentir un poco mejor - Entonces… ¿Qué
quieres que hagamos estas vacaciones? – Pregunta, encontrando por fin una banca
libre en donde sentarnos.
- ¿Crees que hacerlo podría ser una de esas cosas? –
digo completamente sonrojado.
- ¿Hacerlo? ¿Hacer qué? – Pregunta mirándome confundido.
- No te hagas el tonto Kei, sabes muy bien a qué me
refiero – digo avergonzado.
- ¿Quieres que lo hagamos? – Pregunta sonrojado.
- Llevamos casi cuatro meses saliendo, no sé si sea
muy pronto, pero quiero hacerlo.
- Ya veo…
- Bueno, si no quieres hacerlo todavía, lo entenderé.
- No, no es eso, en verdad yo también quiero hacerlo
contigo – dice mirándome fijamente a los ojos – pero no en tu casa, después de
esa vez que tu papá casi nos descubre no quisiera arriesgarme – ríe.
- Tampoco te iba a decir que fuera en mi casa, ni
tampoco en la tuya, sería muy vergonzoso que alguien nos descubriera.
- Podría ser en un hotel, bueno, si no te molesta.
- Eso estaría bien – digo todavía nervioso, que
conversación tan extraña.
- Ya pensaremos en eso luego – dice besando mi frente
y luego mis labios – no importa lo que demoremos en hacerlo, yo quiero estar
contigo siempre.
- Si sigues diciendo ese tipo de cosas, quizás no
pueda aguantar mucho – digo ruborizado – pero creo que podría esperar un poco
más – digo volviéndolo a besar, aunque no pueda dejar de sentirme nervioso,
espero con ansias a que llegue ese día y sé que él también lo espera.
*Shibutani Subaru*
- ¿Será que Yuto olvidó las llaves? – Pregunta Ryo al
escuchar unos golpes en la puerta de la entrada.
-
No lo creo, pero iré a ver de todos modos – digo caminando
rápidamente hasta la puerta, viendo a alguien que no esperaba ver tan pronto al
abrirla.
- Shibutani-san ¿Él todavía está aquí? – Pregunta completamente
seria la esposa de mi Ryo, acompañada de un hombre, que pienso yo que es su
abogado.
- Si, todavía está aquí – digo nerviosamente, jamás la
había visto con un semblante así.
- Bien, necesito hablar con él ¿puedes llamarlo? – Dice
entrando a mi casa sin pedir permiso alguno.
- Chihiro… - Susurra Ryo al llegar a la entrada.
- Tenemos que hablar – dice nuevamente con esa
seriedad, siguiéndola ambos hasta la sala, sentándose ella con su abogado en el
sofá y nosotros en los sillones restantes.
- Si es sobre el divorcio, eso de mi parte ya está
decidido – dice Ryo también serio.
- Eso ya lo sé, lo he pensado mucho y por más
humillante que me resulte el que me dejes por otra mujer, que si supiera quién
es, no dudaría en hacerle pagar una por una – dice, haciéndome tragar saliva
del miedo que me provoca.
- ¿Eso quiere decir que si aceptas que nos
divorciemos?
- No solo vengo por eso, quiero la custodia de Ryosuke
– dice fríamente, sin despegar la mirada de él – pienso irme a Osaka junto con
él, a empezar una nueva vida lejos de tu mala influencia.
- Chihiro, te dije que no involucraras a Ryosuke en
esto.
- Yo soy su madre y sé muy bien que es lo mejor para
él y eso es estar lejos de ti, ya que decidiste a otra mujer por encima de
nosotros, supongo que eso significa que querrás una nueva familia con ella y ni
siquiera tu hijo cabe en esos planes.
- Por favor no…
- Ya mi decisión está tomada y tengo todas las de
ganar – dice sonriendo con satisfacción, acercándole el acta de divorcio con su
firma ya puesta.
Ryo tomó aquel papel con manos temblorosas, lo miré
con preocupación, apoyando mi mano en su hombro, aunque tuviera aquel rostro
inexpresivo, sabía que cuando estuviéramos solos, aquellas lágrimas que se ha
esforzado tanto en no dejar caer, lo harían sin cesar por un buen rato. Tomó un
lapicero y comenzó a firmar, el abogado tomó el papel luego de terminada la
firma.
- Bien, nos veremos en el tribunal por la custodia de
Ryosuke – dice ella levantándose del sofá y seguida por su abogado salen de mi
casa, sin decir nada más.
- Subaru… - Y cómo había pensado minutos antes, Ryo se
abalanzó a mis brazos, llorando desenfrenadamente, sé lo mucho que adora a su
hijo y sé que perderlo le duele más que cualquier otra cosa.
- Todo estará bien, no te preocupes – lo abrazo
protectoramente, queriendo que todo esto no estuviera pasando, no soporto verlo
sufrir.
*Yokoyama You*
-
¿Por qué la miras tanto? – Preguntó Maru, haciéndome esos pucheritos que
siempre me habían encantado.
-
No la miro a ella, miro a su instrumento – dije sonriente, mirando la hermosa
trompeta con la que esa mujer sacaba hermosas melodías en medio de la calle.
-
¿Te gustan las trompetas?
-
Sí, desde niño me han fascinado – dije sonriente.
-
¿Sabes tocarla? – Preguntó Maru maravillado.
-
No, es imposible para mí.
-
¿Por qué lo dices? Yo creo que lo harías muy bien – dijo alegre.
-
Mi papá jamás lo permitiría, dice que la música es para señoritas.
-
No deberías de hacerle caso, me encantaría que aprendieras a tocarla – dijo con
ilusión.
-
¿Te gustaría que aprendiera?
-
Claro que si – dijo dándome un beso en la mejilla – y que compongas muchas
canciones para mí.
-
¿Quieres que sea tu trompetista privado?
-
Prométeme que aprenderás – dijo mirándome con súplica, no podía negarme a ninguna
de sus peticiones.
-
Te lo prometo – digo tomándolo entre mis brazos y besarlo de manera demandante.
-
No hagas eso en público – dijo avergonzado.
-
Te amo Maru, compondré muchas canciones para ti – dije finalmente, volviendo a
caminar hasta el lugar de nuestra cita, escuchando cada vez más distante el
sonido de la trompeta.
- ¿Aún querrás escucharla? – Pregunto para mí mismo,
teniendo en mis manos la trompeta que compré ese mismo día en compañía de Maru,
la cual fue escogida por él, semanas antes de que todo acabara entre nosotros,
mi amado tesoro.
Dirijo la boquilla a mis labios y comienzo a tocar una
de mis canciones favoritas titulada “Omoidama” pensando en la hermosa sonrisa
que Maru-chan me dedicaba en esos tiempos, en lo feliz que sería al verme tocar
la trompeta. Sintiendo cómo mis lágrimas comienzan a caer de mis ojos sin poder
evitarlo, todos esos recuerdos me duelen.
- Hace mucho que no te escuchaba tocarla – dice Keito
al entrar a mi habitación, acercándose a mí para abrazarme.
- ¿Cómo te fue en la escuela? – Pregunto limpiándome
las lágrimas con rapidez.
- Me fue muy bien – sonríe – Maru-sensei me ha
invitado a su casa.
- Me alegro mucho – digo acariciando sus cabellos.
- Papá ¿Puedo preguntarte algo? Pero quiero que seas
sincero y no me ocultes nada – dice serio.
- Claro ¿De qué se trata? – Pregunto viendo cómo él
saca algo de su bolsillo, poniéndolo al frente de mí, haciéndome dar un brinco
de la impresión ¿Qué hace Keito con eso?
- Quiero que me expliques ésta foto y también quiero
saber qué tipo de relación tenían, porque estoy completamente seguro que fueron
mucho más que amigos.
CONTINUARÁ...