Primero que todo, quiero felicitar a mi querida amiga Mari porque hoy es su cumpleaños *o*
Así que espero que la estés pasando bien :3 <3 y que te guste este fic que hice para ti >///<
Por cierto, este fic es el primero de un conjunto de Oneshot que se me han venido a la mente, con mis demás OTP de Kanjani8, así que lo incluiré en la parte de seriales, así como un mini-serial, pero no prometo publicarlos regularmente, así que esperen también por ellos :3
Que lo disfruten X//D
Tema: CANDY MY LOVE
Extensión: Mini Serial
Parejas: SubaRyo
Autora: Akari-chan
Parte I
Qué vergüenza, no puedo creer que esto me esté pasando
a mí, todo el mundo me mira con curiosidad, como si yo fuera un extraterrestre
o algo parecido, me siento incómodo vestido de ésta manera, pero mis compañeras
de trabajo insistieron en que lo hiciera. Pero de todos modos agradezco que mi
novio tenga que trabajar hasta tarde, ya que sería muchísimo más vergonzoso,
sobre todo sabiendo lo pervertido que es y no es que eso me disguste, pero
conociéndolo, terminaríamos en cualquier lugar haciendo un montón de
obscenidades y eso no es bueno.
- Nishikiko-chan, ve a atender la mesa 9 – dice una de
mis compañeras sin poder casi aguantar su risa, en verdad les divierte verme
vestido así.
- Ya voy – digo resignado, yendo hasta la mesa en
donde se encuentran unas chicas impacientes para que las atienda.
La mañana transcurrió con total normalidad, yendo y
viniendo de un lado a otro, sorprendiéndome por la cantidad de gente que ha
venido el día de hoy, estoy muy feliz pero a la vez quiero descansar, mis
piernas ya no pueden aguantar tanto tiempo estando de pie, así que me siento en
la primera silla que veo desocupada.
- Nishikiko-chan, todavía hay mesas que atender – dice
otra de mis compañeras.
- Solo un poquito – digo suspirando con cansancio –
además por lo que he notado soy el único que está atendiendo – digo con
molestia.
- Es que eres muy popular Nishikiko-chan.
- No me llames así – digo avergonzado.
- ¿Quieres que te ayude? – Escucho una dulce voz
detrás de mí, una que no había escuchado antes.
- ¿En serio me ayudarás? – Digo volteándome para así
poder ver a aquella persona de tan buen corazón – Su… ¿Subaru? – Pregunto
totalmente exaltado.
- Eres muy mala Nishikiko-chan – dice inflando las
mejillas, pero no puedo salir del shock en el que me encuentro y más al verlo
vestido de la misma manera que yo, se ve tan bonito, pero eso no quita que
ahora me sienta preocupado.
- ¿Pero tú que haces aquí? – Pregunto nuevamente.
- Pues como ves, salí temprano del trabajo y quería
venir a verte.
- Es un hermoso gesto de tu parte amor, pero ¿por qué
estás vestido así?
- Pues antes de llegar una de ellas me entró por la
puerta trasera y me pidieron que usara esto – dice dando una ligera vuelta,
notando que la altura de su falda está
muy por encima de sus rodillas - ¿Acaso no pensabas decírmelo? –
Pregunta haciendo un adorable puchero que hace que mi corazón se acelere.
- Es que… bueno… me daba vergüenza que me vieras así –
digo apenado, aunque realmente esa no es la verdadera razón, bueno, en parte lo
es.
- ¿Y por qué iba a darte vergüenza? Si ya nos hemos
visto todo – sonríe pícaramente, haciendo que me ponga más nervioso de lo que
ya estoy.
- Subako-chan, Nishikiko-chan está muy bien que
conversen, pero hay mucho trabajo que hacer, así que esperen hasta que terminen
con esto – dice molesta una de mis compañeras, haciendo que ambos comenzáramos
a trabajar.
Aunque no dejo de sentirme asustado por lo que pueda
pasar más adelante, no puedo negar que me encanta ver vestido así a mi novio,
pero me molesta mucho que más gente lo vea así, sobre todo que se queden
estancados viendo sus hermosas piernas, esas dos bellezas y todo su ser son
míos y de nadie más, pero no puedo estar comportándome como novio celoso, tengo
que controlarme.
- Nishikiko-chan, deja de estarle mirando las piernas
a Subako-chan – dice nuevamente una de mis compañeras, haciendo que me
avergüence nuevamente, sé que lo hicieron a propósito, malditas pervertidas.
- Muy bien chicas, muchas gracias por su trabajo de
hoy – dice la que estaba a cargo de todo, sonriendo satisfecha.
- Por fin – dice Subaru sentándose sobre una de las
sillas.
- Muchas gracias Subako-chan por ayudarnos el día de
hoy – dice la encargada - hoy le toca a Nishikiko-chan la limpieza de la
cafetería – dice sonriente – así que nos iremos para que puedan limpiar
tranquilos – dice finalmente saliendo del lugar con mis demás compañeras,
sonriendo de una manera que me provoca escalofríos.
- ¿Limpiamos primero? O ¿Prefieres hacerlo después de
que terminemos de ensuciar el lugar? – Dice provocativamente Subaru al mismo
tiempo que rodea mi cuello entre sus brazos, besándome de una manera para nada
inocente.
- Subaru…en mi trabajo no… - Digo separándome con
dificultad de aquel beso.
- No me llames Subaru, Nishikiko-chan – dice inflando
sus mejillas – llámame Subako – dice metiendo su mano por debajo de mi falda,
acariciando mi muslo, haciéndome estremecer – eres tan bonita Nishikiko-chan
¿te han gustado los trajes que escogí para ambas? – Pregunta sonriendo con
malicia, notando en su mirada sus intenciones desde un principio.
- ¿Eh? ¿Todo esto fue idea tuya? – Pregunto totalmente
desconcertado, separándome de él, unos cuantos pasos – ¿por qué no me lo
dijiste antes? Si querías que me vistiera así me lo hubieras dicho y con gusto
lo hago, pero no tenías que hacer todo esto – digo indignado, volteándome para
no verlo ¿pero quién se ha creído para someterme a una humillación así?
- Pero es que así es mucho más divertido – dice
abrazándome por la espalda, rodeando mi cintura con sus brazos - ¿Acaso
pensabas realmente que de la noche a la mañana la cafetería en donde trabajas
se convertiría en una con temática cosplay? Aunque no sería mala idea, ya que
vino mucha gente para verte – dice con un tono de molestia.
- El que debería de decir eso soy yo, los clientes no
dejaban de mirar tus piernas.
- Pero tú tampoco dejabas de hacerlo, Nishikiko-chan
es una pervertida.
- La pervertida eres tú… Ah… - jadeo al sentir sus
manos sobre mi pecho, apretando mis tetillas por encima de la tela.
- Tus pechos son tan bonitos.
- Pero yo ni siquiera los tengo.
- A mí me gustan, son muy suaves y firmes – dice al
mismo tiempo que desabotona el saco del uniforme, comenzando a acariciar
suavemente mi pecho, sin dejar de prestarle atención a mis tetillas que ya se
encuentran endurecidas.
- Subako-chan…
- Eres tan linda Nishikiko-chan, además no te he hecho
casi nada y ya estás así – ríe divertido, adentrando una de sus manos por
debajo de mi falda, metiéndola dentro de mi ropa interior, apretando mi
miembro.
No puedo evitar gemir al sentir sus manos sobre mi
cuerpo y más al sentirlas en mis partes más sensibles y de un momento a otro me
volteó, dirigiendo sus labios a los míos para besarme de una manera demandante,
mientras damos pasos torpes hacía una de las mesas, en donde me sentó de
inmediato, haciendo que abra un poco las piernas, llevando nuevamente sus manos
por debajo de mi falda y quitarme la ropa interior de un solo tirón.
- Subako-chan, aquí no… - Digo suplicante, poniendo
esos ojos de cachorrito que a él tanto le gustan, esos que hace que haga caso a
mis peticiones, pero por lo que veo, hoy no surtirán efecto.
- Te amo Nishikiko-chan – dice llevando su rostro a mi
entrepierna, dándole una lamida a mi miembro, sacándome un sonoro jadeo y uno
más fuerte al engullírselo completamente en su boca, recorriendo mis piernas
con sus manos.
- Subako… chan… Ah… - jadeo al correrme dentro de la
boca de mi novio, levantando un poco la cabeza para verlo lamer el semen que
había quedado.
- Quiero que tú también me hagas sentir bien – dice
nuevamente con esa sonrisa maliciosa, poniéndose de rodillas sobre la mesa, con
sus piernas a cada lado de mi cuerpo, acercando cada vez más sus caderas a mi
rostro, se levanta la falda, dejándome ver una tanga con estampado de leopardo cubrir
su miembro que se ve que está desesperado por salir.
Así que sin pensarlo más y solo dejándome llevar por
éste momento tan excitante con la persona que amo y que me vuelve loco con cada
cosa que pasa por su cabeza, bajo lo más que puedo aquella tanga, hasta dejar
su miembro al descubierto, completamente erecto y solo para mi disfrute.
- Nishikiko-chan, no te quedes viendo, hazlo ya – dice
un poco desesperado.
- También te amo, Subako-chan – digo con una sonrisa,
tomando sus caderas con mis manos, metiendo el pene de mi amado en mi boca,
disfrutando de los incontables jadeos y gemidos que salen de su boca, hasta
sentir su semen recorrer toda mi boca.
Luego de esto mi novio vuelve a la posición en la que
estaba minutos antes, haciendo un recorrido de besos por todo mi cuerpo,
primero mis labios, mi cuello, mi pecho, en donde le dio especial atención a
mis tetillas hasta ponerlas rojas de tanto succionarlas y siguió bajando por mi
vientre, hasta llegar nuevamente hasta mi miembro, en donde le dio un dulce
beso en la punta, para después voltearme, dejándome de cara contra la mesa.
- Subako-chan ¿qué vas a hacer? – Pregunto con un dejo
de inocencia, sintiendo sus manos sobre mis nalgas, apretándolas con fuerza,
para luego abrirlas e introducir su lengua en mi ano, lubricándolo para lo que
vendrá después.
- Aún aquí eres hermosa Nishikiko-chan.
- No digas esas cosas – digo apenado ¿por qué se
empeña en decir esas cosas tan vergonzosas?
- Amo todo de ti Nishikiko-chan – dice al mismo tiempo
que va introduciendo lentamente su miembro en mi entrada, haciéndome dar un
quejido de dolor – y esta es una de las partes que más amo – dice finalmente,
entrando por completo y sin esperar más comenzó a moverse, dilatando mi entrada
cada vez más, llevándome a la gloria con cada estocada que me da.
Al principio siempre es doloroso, por más veces que lo
hagamos nunca deja de ser así, pero de tan solo pensar que con el pasar de las
embestidas llego a sentir aquel placer inimaginable, puedo aguantarlo y más si
el que me lo proporciona es la única persona que he amado desde siempre, desde
que éramos unos niños.
Puedo sentir como se recuesta sobre mí, repartiendo
besos por mi nuca y una que otra mordida sin dejar de embestirme fuertemente,
hasta correrse finalmente en mi interior y segundos después lo hago yo.
- Te amo Nishikiko-chan – dice Subaru sonriente,
completamente satisfecho con lo que acabamos de hacer.
- Y yo a ti – digo también sonriente.
Nos quedamos así por unos segundos más, hasta que
sentí como mi novio se ponía de pie y luego lo hice yo, sintiendo ese dolor
punzante en mi interior, buscando mi ropa interior con la mirada.
- Aquí está – dice mi novio, con aquella prenda en una
de sus manos – aunque preferiría que no te la pusieras, no quiero tener obstáculos
entre mi pene y tu ano – dice tranquilamente, haciendo que me ponga tan rojo
como un tomate, tomando mi ropa interior y poniéndomela de inmediato.
- Mejor comencemos a limpiar, que se nos hará tarde
para volver a casa – digo todavía avergonzado, abotonando mi saco.
- Yo quiero jugar un poco más Nishikiko-chan.
- Lo haremos cuando estemos en casa, pero por ahora
ayúdame a limpiar – digo dándole una escoba.
- Nishikiko-chan es tan adorable – dice sin borrar
aquella sonrisa de su rostro, tomando la escoba y luego de besarme nuevamente,
se dispone a barrer.
- Y Subako-chan toda una atrevida - digo mientras tomo
un paño – por cierto Subako-chan…
- ¿Sí?
- Eres muy hermosa también – digo para luego comenzar
a limpiar las mesas, viendo con agrado su tan notorio sonrojo, sin duda lo amo,
pero no volveré a ver mi lugar de trabajo de la misma manera, después de todo
lo que pasó.