Ya casi se acercan mis vacaciones, así que no quería irme sin publicar el capítulo 4 de este fic, que cada vez que pienso en él me llena de muchos sentimientos, espero les guste y este capi va dedicado a una amiga que aprecio mucho, así que Mari esto es para ti.
Está cortico pero ya leerán poco a poco como avanza la historia, muchas gracias por sus comentarios y su apoyo.
Tema: Father's Love
Extensión: Serial
Parejas: Varias
Autora: Akari-chan
Capítulo 4
Aunque pasaran los años y cada uno tenía ya su vida
aparte, este sentimiento que me carcomía por dentro jamás desaparecía, deseando
con impaciencia el que llegará el día en el que amaría a mi esposa igual o
incluso más que a la persona que no había podido sacar de mi corazón, porque si
de algo estaba seguro, era de que él a mí no me amaba.
- Buenos días, Mamá, Papá – dijo mi hijo Ryosuke al
entrar a la sala del comedor, tomando asiento en su lugar habitual.
- Buenos días hijo – respondió mi esposa, levantándose
para servirle el desayuno a nuestro hijo.
- Buenos días Ryosuke – respondí con una sonrisa.
Al terminar de desayunar, me despedí de mi esposa y de
mi hijo para encaminarme hacía mi trabajo, sintiéndome ansioso de ver a la
persona que tanto me quitaba el sueño.
- Buenos días Subaru – dije animado al ver a mi mejor
amigo, socio y también el gran amor de mi vida.
- Buenos días Ryo – dijo dedicándome esa bella sonrisa
que tanto me derretía.
- ¿Qué tenemos para hoy? – pregunté de inmediato,
tenía que concentrarme en el trabajo.
- Tenemos algunas reservaciones para el almuerzo y
unas cuantas para la noche – dijo mostrándome los papeles en donde estaban
anotadas las reservaciones.
- Veo que será un día pesado – dije mirando los
papeles.
- Te recuerdo que fue idea tuya abrir este Restaurante,
así que no te quejes – dijo burlonamente, y era cierto, cuando terminamos
nuestros estudios en la Universidad fue idea mía la de montar este negocio y
fue realmente feliz cuando Subaru aceptó ser mi socio.
- Pero lo que más me gusta de esto es que…
- ¿Qué?
- Que puedo comer gratis – dije apresuradamente, por
poco y digo que me encanta estar junto a él.
- Tu nunca cambias – dijo saliendo de la oficina,
suspiré profundo, enojándome conmigo mismo por las cosas en las que pensaba,
quería que todo esto terminara, pero no quería alejarme de él, no me sentía
capaz de hacerlo.
Me encontraba junto con unos amigos en la cafetería
del Instituto, riendo y platicando de cualquier cosa, me agradaba mucho estar
con ellos.
- Por cierto ¿Dónde está Hikaru? - Pregunté al no ver
al más extrovertido del grupo.
- No lo sé, hoy ha estado muy extraño – dijo Kento.
- Si, sobre todo porque hoy por primera vez llegó
temprano – dijo Fuma.
- Por lo que sé Murakami-Sensei lo castigó ayer por
llegar tarde casi todo el mes – dije pensativo.
- A lo mejor debe ser eso, ha de ser complicado tener
como Padre al profesor de Educación Física – dijo Kento.
- Si – respondimos Fuma y yo al unísono.
- Ryosuke, por fin te encuentro – me estremecí al
escuchar esa voz que tanto conocía.
- No otra vez – susurré resignado, mientras sentía
como me tomaba del brazo, siendo llevado casi a rastras lejos de mis amigos,
ellos no hacían nada ya que siempre que él me veía hacía lo mismo.
- Ya suéltame Yuto – dije, haciendo que él me soltara,
viendo esa sonrisa idiota que tanto me sacaba de quicio - ¿Por qué siempre
tienes que hacer lo mismo?
- ¿Hacer qué?
- Lo que siempre haces cuando estoy con mis amigos.
- ¿Y qué es lo que siempre hago? – preguntó con una
inocencia que no se la creía ni él, odiaba tanto eso.
- Ya deja de
preguntar tonterías, tú sabes muy bien a que me refiero – dije molesto.
- Solo quiero que volvamos a ser como antes – dijo
acercándose lentamente a mí, pero lo esquivé de inmediato.
- Entiendo que nuestros padres sean los mejores amigos,
pero eso no quiere decir que nosotros también tengamos que serlo – dije serio.
- Pero cuando niños, lo éramos.
- Eso fue hace mucho tiempo ya.
- Fuiste tú el que quiso que las cosas fueran así.
- Yuto, tu vida no puede girar en torno a mí, me
molesta que cuando se te viene en gana me alejes de mis amigos ¿es qué acaso te
molestan?
- No me molestan, de hecho se me hacen personas muy
agradables, es solo que quiero que todo sea como antes.
- Nada va a volver a ser como antes, así que por favor
déjame en paz – dije finalmente, alejándome de él, me molestaba, realmente me
molestaba, pero a pesar de todo, no quería ver su cara de tristeza.
Caminé hasta llegar nuevamente a la cafetería, en
donde me esperaban mis amigos, sentándome nuevamente con ellos, sin dejar de
pensar en aquel que alguna vez fue mi mejor amigo.
Vi cómo se alejaba de mí, sintiéndome impotente por no
hacer nada al respecto, no entendía por qué desde hacía unos años hasta ahora,
él se comportaba tan distante conmigo y por más que le preguntaba no me daba
una respuesta que pudiera convencerme, pero aunque no me lo dijera, sabía que
ocultaba algo.
Caminé hasta la Biblioteca, no era que me gustara
mucho leer pero el silencio que emanaba me tranquilizaba mucho, además de que
era un lugar perfecto para dormir, no tenía muchas ganas de entrar a clase.
Cuando desperté ya había terminado la jornada escolar,
tomé mi mochila y me dispuse a salir de allí, todavía con Ryosuke rondando por
mis pensamientos, esa hermosa sonrisa era algo a lo que no me podía resistir y
menos al pensar en que sabor tendrían sus labios.
Nuestros padres se conocían desde niños y siempre han
sido casi inseparables, así que por ende Ryosuke y yo también nos conocíamos de
toda la vida, inclusive éramos vecinos y también nuestros padres eran dueños de
un prestigioso restaurante.
Al llegar a la salida lo vi muy alegre con sus amigos,
haciéndome sentir una opresión en mi pecho, extraño demasiado el pasar el
tiempo con él, así como cuando volvíamos a casa después de un día aburrido en
la escuela, lo extraño, lo necesito, lo amo.
Cada día que pasaba se me hacía cada vez más y más insoportable,
sintiéndome frustrado de tener a la persona que amo tan cerca y ni siquiera
poder demostrárselo.
- ¿Pasa algo Subaru? – preguntó preocupado Ryo, quizás
al verme tan pensativo.
- No, no es nada, solo pensaba en que pronto se
acercaba mi aniversario de boda.
- ¿Cómo que no es nada? Esa es una fecha muy
importante, ya sabes lo furiosas que se ponen las mujeres cuando nos olvidamos
de algo de esa magnitud.
- Lo sé pero…
- Veinte años de casados no se cumplen todos los días,
así que hay que organizar algo genial – dijo alegremente, esa alegría me
lastima.
- No creo que sea para tanto.
- Podemos hacerlo aquí en el restaurante ¿qué te
parece? - dijo entusiasmado, amo verlo sonreír, pero no me gusta que sea por
ese motivo.
- Pues no es mala idea – dije fingiendo estar feliz,
pero la verdad es que me estba muriendo por dentro.
- Entonces no se hable más, celebraremos tu
aniversario de boda aquí.
- Gracias Ryo, no sé qué sería de mi vida sin ti – dije
abrazándolo sorpresivamente, siendo correspondido de inmediato, embriagándome de
su aroma, de sentir su calor aunque fuera solo por unos cuantos segundos – lo siento
– dije separándome de él.
- No tienes por qué disculparte, al fin y al cabo
somos amigos.
- Sí, amigos…
- Voy a mirar cómo van en la cocina, nos vemos luego –
dijo saliendo rápidamente de la oficina, no sabía hasta cuando iba a soportar
todo esto.
Salí rápidamente de ahí, sintiendo un gran revoltijo
dentro de mi estómago, aquel abrazo me había dejado totalmente emocionado, eran
muy pocas las veces en las que Subaru se comportaba tan cariñoso conmigo, pero aun
así atesoraba cada uno de esos momentos, pero mi felicidad se fue al pensar en
lo que habíamos hablado anteriormente, odiando tener que fingir una alegría que
no sentía.
CONTINUARÁ...