Estoy tan feliz con lo de la salida del DVD S3ART de Jump y con lo de Sensations XD
Que hoy decidí publicar el segundo capítulo de este hermoso fic que tanto me encanta XD
Espero que les guste y comenten mucho (?)
Tema: Father's Love
Extensión: Serial
Parejas: Varias
Autora: Akari-chan
Capítulo 2
Miraba un poco indeciso aquel papel que tenía en mi
mano, en la que estaba escrita la dirección de un grupo de ayuda para personas
como yo, en verdad que no creía necesario tener que ir a ese lugar pero ¿qué
perdía con intentarlo?
Llegué a ese lugar y aún sin estar seguro le di unos
leves golpes a la puerta, siendo abierta ésta unos segundos después, entré
todavía dudoso de si fue buena idea venir, pero ya no podía dar marcha atrás.
- Muy buenas noches – dijo el señor que me había
recibido en la puerta -.
- Buenas noches – dijeron las demás personas que
estaban en la sala -.
- A partir de hoy tenemos un nuevo miembro y espero
que lo reciban con mucho cariño así como lo hemos hecho siempre.
- ¡Si! – respondieron todos al unísono -.
- Preséntate.
- Ho… hola, mi nombre es Okura Tadayoshi y soy viudo
desde hace un año – dije nerviosamente, aquel era un grupo de ayuda para viudos
y después de mi las demás personas que estaban en el salón comenzaron a
presentarse, pero solo uno captó toda mi atención -.
- Mi nombre es Yasuda Shota y soy viudo desde hace
cuatro años, mucho gusto en conocerte Okura-san – dijo alegremente, quedándome
yo embobado de ver su sonrisa, era la más preciosa que había visto en mi vida
-.
A partir de ese día, no faltaba a ninguna de las
reuniones y siempre esperaba emocionado a que llegaran ya que así podía verlo a
él, sintiendo como mi corazón se llenaba de alegría, pero por alguna razón me
daba pena acercármele o siquiera hablarle, pero tenía que hacer algo y de un
momento a otro ya no me bastaba con solo verlo en ellas así que reuniendo todo
mi valor decidí invitarlo a salir.
- Yasuda-san ¿puedo hablar contigo?
- Sí, dime.
- Bueno, no sé si sea muy correcto hacer esto, pero…
¿te gustaría salir conmigo? No sé, a tomar un café o algo, ya sabes… para
conocernos mejor - dije un poco
avergonzado, no quería que pensara que era un rarito o algo peor -.
- ¿Esto es una cita? – dijo sonriente -.
- Su… supongo que si – reí nervioso -.
- Ok ¿te parece bien cuando salgamos de la reunión? –
dijo sin borrar aquella sonrisa de su rostro, mientras que yo asentía
emocionado -.
Llegó la hora de la salida y juntos fuimos hacía una
cafetería que quedaba cerca de donde nos reuníamos, en esos momentos no sabía
ni cómo comportarme ni que decir, no entendía cómo podía sentirme así con un
hombre, pero la verdad es que no me molestaba en absoluto, me sentía bien, pero
no podía dejar de pensar que era extraño.
- Presentémonos como si apenas y nos conociéramos –
dijo de repente Yasuda-san, al sentarnos ambos alrededor de una mesa de la
Cafetería -.
- Es… está bien.
- Hola, yo soy Yasuda Shota, tengo 38 años, soy viudo
y soy padre de dos hermosos hijos – dijo sonriente al mismo tiempo que extendía
su mano, la cual tomé enseguida -.
- Hola, yo me llamo Okura Tadayoshi, tengo 37 años,
también soy viudo y también tengo dos bellos hijos.
- Eres un año menor que yo y que casualidad que
tengamos ambos dos hijos.
- Si, es fantástico, podrían llegar a ser amigos en un
futuro.
- Sería maravilloso – dijo con entusiasmo y así
pasamos el resto de la tarde hablando sobre cualquier cosa, sintiendo una
felicidad que hacía mucho no había sentido desde que murió mi esposa -.
Pasaron los meses y Yasuda-san y yo nos hacíamos cada
vez más cercanos, dejando de lado el grupo de ayuda que con tanto cariño nos
despidió, ya no lo necesitábamos, ya que con solo estar juntos nos sentíamos
felices, completos, pero había algo que tenía que decirle algo que me quemaba
por dentro.
- ¡Yasuda-san! ¡Me…me… me GUSTAS! – Dije de repente
cuando caminábamos ambos por un parque, nunca antes había sentido esto por
alguien de mí mismo sexo, pero al tratarse de él tenía que jugármela, tenía que
saber si él sentía lo mismo que yo, notando las miradas de desprecio de las
personas que pasaban alrededor, pero poco me importaba lo que fueran a pensar
-.
- ¿Qué dijiste? – preguntó confundido y sonrojado, se
veía tan lindo -.
- Que me gustas mucho y sé que es muy pronto ya que
solo hemos salido como amigos, pero quiero que te cases conmigo y que
conformemos una familia con tus hijos y los míos ¿qué dices? – dije al mismo
tiempo que me arrodillaba y sacaba una cajita de mi bolsillo, la cual llevaba
un hermoso anillo dentro -.
- Okura… yo… - se quedó callado por unos momentos,
haciendo que me preocupara y me sintiera triste, quizás yo no le gustaba como
él a mí -.
- Lo siento mucho, creo que confundí las cosas – dije
queriendo llorar e irme corriendo de allí pero su mano sujetó fuertemente la
mía, poniéndose de puntitas para así juntar sus labios con los míos -.
- Yo también te amo y nada me haría más feliz que
casarme contigo y que nuestras familias se junten – dijo al mismo tiempo que me
abrazaba fuertemente, no podía estar más feliz en aquellos momentos.
Cada momento que pasaba junto con él era maravilloso y
digno de mantener por siempre en mi corazón, ya que me había enamorado
profundamente de él desde aquel día que se presentó en el grupo de ayuda, sabía
muy bien que ambos éramos hombres y que también teníamos hijos de por medio y
que quizás no les alegraría nuestra relación, pero igualmente tenía que
informarles sobre mi situación.
- Ya llegué – dije al entrar por la puerta de mi casa,
siendo recibido por mis dos hijos -.
- Bienvenido a casa Papá – dijo mi hijo mayor Yuri, al
mismo tiempo que me abrazaba -.
- Hola Padre – dijo el menor Ryutaro, abrazándome
también -.
- ¿Ya cenaron?
- No, de hecho estábamos esperando a que llegaras para
hacerlo – dijo Yuri encaminándose a la cocina -.
Ryutaro y yo nos sentamos en el comedor, desde que
había muerto mi esposa Yuri además de estudiar, era el encargado de los
quehaceres del hogar y lo hacía bastante bien. Al estar la comida servida y
todos en la mesa, me armé de valor para darles la gran noticia, no sabía cómo
irían a reaccionar pero tenía que hacerlo.
- Tengo algo importante que decirles – dije, haciendo
que mis hijos dejaran de comer, dirigiendo sus miradas hacía mí -.
- ¿Algo importante? – preguntó Yuri -.
- ¿Qué es? – dijo Ryutaro -.
- Yuri… Ryu… lamento mucho si esto que diré les
molestará, pero…
- Papá me estás asustando – dijo Ryu mirándome con
preocupación -.
- Bueno, verán… - suspiré profundo, mirándolos
detenidamente, ya era el momento – me voy a casar.
- ¡¿QUÉ?! – gritaron ambos al unísono -.
- Conocí a alguien en un grupo al que asistía y nos
enamoramos.
- ¿Cuánto llevan saliendo? – preguntó Yuri -.
- Seis meses y el día de hoy me propuso matrimonio –
dije mostrándoles el anillo que estaba en mi dedo anular -.
- ¿Desde cuándo las mujeres le dan anillos de
compromiso a los hombres? – preguntó Ryutaro desconcertado -.
- Ese es el otro detalle, no es una mujer, es un
hombre.
En ese momento se hizo un silencio sepulcral en la
sala del comedor, viendo como Ryutaro salía corriendo del lugar, quedándome
solo con Yuri.
- ¿Lo amas? – preguntó Yuri -.
- Demasiado, pero quiero que entiendas una cosa, yo
amé a tu madre como nunca amaré a otra persona.
- Si él te hace feliz, por mi está bien – dijo
sonriente -.
- Gracias hijo – dije acercándome a él para abrazarlo
-.
- ¿Y cómo se llama tu prometido?
- Okura Tadayoshi – dije sonrojado –.
- ¿Tiene hijos?
- Sí, dos.
- ¿Mayores o menores?
- Creo que son mayores que tú.
- ¿Y están guapos?
- No los he visto, pero han de ser bellos como su
padre – respondí, aunque se me hacía raro que Yuri me hiciera todas esas
preguntas extrañas -.
- Muy bien, eso era todo lo que necesitaba saber –
dijo sonriente -.
- Gracias Yuri, me hubiese gustado que Ryutaro lo
aceptara así como tú.
- No te preocupes por Ryu, yo hablaré con él.
- Espero que puedas convencerlo – dije para después ir
a mi habitación, había sido un día bastante largo -.
Subí hasta mi habitación, cerrando la puerta de un
portazo, lanzándome sobre la cama, frustrado, enojado, realmente dolido con la
decisión que mi padre había tomado ¿tan poco quería a mi Madre?
- Ryu ¿por qué te fuiste así del comedor? – preguntó
Yuri, entrando sin ni siquiera molestarse en tocar la puerta -.
- ¿No es obvio? – dije molesto -.
- Claro que es obvio, pero tampoco es para que te
comportes así.
- ¿Entonces cómo quieres que me comporte? ¿Qué lo
felicite? ¿Qué le haga una fiesta por haberse olvidado de nuestra Madre?
- Papá no se ha olvidado de Mamá, ya han pasado varios
años desde que ella murió y él tiene derecho a rehacer su vida con otra
persona.
- ¿Pero por qué ahora? ¿Acaso no le basta con
tenernos?
- Ryu, nuestro Padre será muy feliz con tenernos a su
lado, pero él necesita algo más, alguien que lo abrace, que lo acaricie, que lo
bese, que le haga el amor… - dijo esto último en un susurro cerca de mi oído,
haciendo que se me erizara la piel -.
- Eres un…
- Seamos sinceros Ryu, nosotros no podemos darle ese
amor de pareja que necesita.
- Pero… no quiero que nos olvidemos de Mamá.
- Nadie está diciendo que la olvidaremos, pero no
podemos ser egoístas con Papá, además tendremos nuevos hermanos – dijo
felizmente -.
- ¿Tiene hijos? – pregunté -.
- Sí, tiene dos y al parecer son mayores que nosotros.
- Ya entiendo, a ti lo que te interesa es conocer a
esos “hermanos”.
- Bueno, de hecho si me interesa conocerlos, pero si
nuestro padre es feliz con ese señor, por mi está bien, él más que nadie merece
ser feliz, así que ve y discúlpate con él.
- En eso tienes razón, pero te estaré vigilando Yuri –
dije mirándolo de manera fulminante a lo que él solo sonreía –.
Salí de mi habitación, para ir a la de mi Padre, tenía
que pedirle disculpas por mi comportamiento, toqué la puerta y en cuestión de
segundos Papá abrió la puerta, sorprendido de verme ahí.
- Lo siento mucho Papá, no quería que te sintieras mal
y entiendo que estés en todo tu derecho de rehacer tu vida, pero tengo miedo de
que nos olvidemos pronto de Mamá.
- Ryu… Hijo, eso no va a pasar, sabes muy bien que tu
Madre es y siempre será el amor de mi vida, no tienes que preocuparte de eso.
- ¿Lo dices en serio?
- Claro que si hijo.
- Entonces en ese caso, acepto su relación – dije
viendo como a mi Padre se le iluminaba la mirada y sonreía con una felicidad
que no había visto desde hacía mucho, nos abrazamos fuertemente, me alegraba
verlo así -.
- Ya que estamos todos de acuerdo con la relación,
tenemos que vernos los seis ¿no te parece Papá? – dijo Yuri, mientras se unía
al abrazo -.
- Esa es muy buena idea hijo – dijo Papá entusiasmado
-.
- No puede ser… - dije resignado, mientras escuchaba
como mi Papá y mi hermano, comenzaban a hablar sobre nuestra reunión con los
nuevos integrantes de la familia -.
- Kota, Yuya, tengo que hablar con ustedes sobre algo
importante – dije de manera demandante, aunque por dentro me moría de los
nervios, no sabía cómo reaccionarían y esperaba que no lo hicieran de manera
negativa -.
- Pues habla
Papá – decía Kota, que no despegaba su mirada del televisor -.
- Ok – suspiré – sé que es muy pronto para esto, pero
hace un tiempo estoy saliendo con alguien y hoy le propuse matrimonio, tiene
dos hijos, es viudo como yo, pero el otro detalle es que esa persona es un
hombre – dije rápidamente, dudando un poco si me habían entendido o no -.
- ¿Matrimonio? ¿Hijos? – Preguntó Yuya -.
- ¿Con un hombre? ¿Lo dices en serio? – Preguntó Kota,
quién de la impresión despegó la vista del televisor para mirarme -.
- Si – dije esperando a que me regañaran, me
insultaran o cualquier otra cosa, pero eso no pasó -.
- Si él te hace feliz, pues bien – dijo Yuya -.
- Opino igual – dijo Kota -.
- En… ¿En verdad no les molesta?
- ¿Por qué tendría que hacerlo? desde que murió Mamá
no te habíamos visto tan feliz y si es por esa persona con la que sales, lo
aceptamos – dijo Kota sonriente, a lo que Yuya asintió con entusiasmo -.
- Y trataremos de llevarnos bien con sus hijos por el bien
de nuestra futura familia – dijo Yuya -.
- Gracias hijos – dije felizmente, me había ido mejor
de lo que esperaba y estaba seguro de que seríamos una feliz familia cuando
estuviéramos los seis juntos -.
CONTINUARÁ...