En verdad lamento mucho la demora U___U he estado ocupada en otras cosas y sumando la falta de inspiración, no había podido continuar el fic, así que me disculpo >__<
Pero aquí estoy nuevamente, trayéndoles el capítulo 10. recién salidito del horno :D
Parejas: Takanoo y otras...
Capítulo 10
Deseaba con todo
mí ser que aquel día se acabara lo más rápido posible, pero era tan mala mi
suerte, que eso no sucedía, sino que todo se me hacía más lento a cada segundo,
habían pasado tantas cosas en tan poco tiempo y lo único que quería era salir
de allí y olvidarme de todo. Pero una y otra vez aquellas imágenes de la noche
anterior, se hacían presentes en mi cabeza, haciéndome estremecer de tan solo
pensarlo, deseando volver a sentir sus labios sobre los míos, al igual que sus
manos recorriendo mi cuerpo.
Había salido de
la empresa, aprovechando un tiempito que me quedaba libre, para ir a comprar
algo para comer, aunque le había preparado desayuno a Takaki-kun, yo no había
probado bocado alguno, debido a la angustia que me torturaba en esos momentos.
Llegué a mi cafetería favorita, a la que hacía mucho no iba, desde que todo
comenzaba a andar con Kota. Busqué mi lugar favorito que quedaba junto a la
ventana, que por fortuna estaba libre, sentándome ahí de inmediato.
- Buenos días Inoo-san
¿En qué puedo servirle? – Preguntó de repente Morimoto-kun al verme ahí sentado,
sonriéndome como de costumbre -.
- Buenos días
Morimoto-kun – sonreí – llevaba mucho tiempo sin verte.
- Eso mismo te
digo, hacía meses que no venías – sonrió nuevamente – ¿Qué vas a pedir?
- Un café y una
tarta de frambuesa, por favor.
- Listo, en un
momento se lo traigo – dijo para después alejarse, aunque no lo conocía muy
bien, se me hacía un buen muchacho -.
Suspiré profundo
al llegar a la cocina, avisando del pedido de Inoo-san, no me gustaba para nada
estar fingiendo una sonrisa cada vez que lo veía, en realidad no era una mala
persona, pero yo lo odiaba por ser la pareja del hombre que amaba, porque tenía
la libertad de besarlo y de tomarlo de la mano cuando quisiera, mientras que yo
tenía que conformarme con nuestra relación oculta entre las sombras y en verdad
confiaba en que Kota le diría la verdad a su noviecito y así por fin ser solo
mío, sonriendo como tonto en pensar todo aquello, en la extraña relación que
habíamos formado hacía unos pocos meses.
FLASHBACK
Era mi primer
día de trabajo y como en todos, tenía que hacerlo bien, para así poder tener
más posibilidades de quedarme. Mi familia era muy pobre y tuve que dejar mis
estudios para así trabajar y ayudarles en lo que pudiera, era demasiado
agotador, pero no tenía otra opción, si quería sobrevivir tenía que hacerlo,
pero tampoco era para sentirme mal, al menos había conseguido un trabajo
decente como mesero y uno haciendo quién sabe qué cosas, además el dueño del
local era un muy buen amigo de mi papá, así que eso hacía las cosas un poco más
fáciles, aunque muy en el fondo quería más.
De repente dos
hombres realmente guapos entraron por la puerta principal de la cafetería,
vistiendo unos trajes muy elegantes, dándome a entender que eran personas
adineradas, pero solo uno de ellos logró captar más mi atención.
- Kyomoto-kun
¿quién es él? – pregunté curioso a uno de mis compañeros, que llevaba más
tiempo trabajando en el lugar -.
- Él es
Yabu-sama, trabaja en la empresa de cosméticos que queda a una cuadra de aquí y
el que está a su lado es su asistente y novio Inoo-san.
- ¿Novio? – pregunté
asombrado, gritando tan fuerte que todos los que estaban en el lugar dirigieron
sus miradas hacía donde yo estaba, inclusive los nombrados – lo siento – dije
para después hacer una reverencia, me sentía demasiado avergonzado en esos
momentos, así que me dediqué nuevamente a trabajar -.
Y así pasaron
los días, en los cuales él iba y venía con su novio a la cafetería, teniendo en
algunas ocasiones la oportunidad de atenderlos, maravillándome cada vez con esa
persona, que no tan solo era guapo y elegante, sino que también tenía dinero y
un poco de eso en verdad que no me caería mal, además de que podía notar como
él me miraba en ocasiones y como si mis deseos hubiesen sido escuchados, aquel
día llegó completamente solo al lugar, cosa que se me hizo realmente extraña,
ya que siempre iba con su amado, pero no iba a desaprovechar esa oportunidad.
- Buenos días –
dije al acercarme a donde estaba -.
- Buenos días –
sonrió ampliamente -.
- ¿Qué vas a
pedir? – pregunté, sonriéndole de vuelta -.
- A ti - dijo
mirándome a los ojos, al mismo tiempo que acariciaba suavemente una de mis
manos -.
- Per… ¿perdón?
– pregunté un tanto confundido por lo que sucedía en esos momentos -.
- Que te quiero
a ti, para desayunar – dijo, mirándome de pies a cabeza mientras se mordía el
labio, no era que no me gustara aquella petición, pero no pensé que todo fuera
a ser tan rápido -.
- ¿Estás seguro?
Por lo que sé, tienes un novio y no creo que a él le guste que le coquetees a
los meseros de la cafetería que frecuentan.
- No le va a
gustar, así que nadie además de nosotros puede saberlo, además eres el primer
mesero al que le coqueteo.
- Pero… ¿Y mi
trabajo? – pregunté, aunque tenía unas enormes ganas de irme con él, no podía
dejar el trabajo tirado -.
- No te
preocupes, yo soy amigo del dueño y le inventaré una excusa para que te deje ir
conmigo.
Y tal como lo
dijo, habló con Okura-sama y éste me permitió irme con él, bajo la excusa de
que su asistente había enfermado y que necesitaba de alguien que lo ayudara en
la empresa y así sin más, con una enorme sonrisa en el rostro me fui con él,
subiéndonos a su a auto, llevándome hacía un hotel de mucha categoría, al cual
entramos de inmediato, yendo directamente a la habitación que con anterioridad
había sido apartada.
- Ya lo tenías
planeado ¿verdad? – Pregunté, al mismo tiempo que comenzaba a quitarle su saco
y aflojaba un poco su corbata -.
- Era difícil de
ignorar lo bello que eres – dijo mientras me tiraba bruscamente sobre la cama y
se ponía sobre mí, devorando mis labios en un fogoso beso, al cual correspondí
con gusto, desvistiéndonos por completo y teniendo sexo como locos en aquella
habitación, hasta quedar completamente agotados -.
FIN
FLASHBACK
Y después de ese
apasionado encuentro, vinieron muchos más, que venían acompañados de lujos y de
dinero que él comenzaba a darme, de alguna manera, aquello se veía como
prostitución, pero para mí no lo era y menos cuando comenzaba a tener
sentimientos más profundos por esa persona y más cuando sabía que él también
comenzaba a sentir lo mismo, convirtiendo esos encuentros sexuales en citas,
como las que tenían frecuentemente las parejas normales, conociéndolo cada vez
mejor, encargándose de pagar mis estudios, mientras que yo seguía trabajando
para ayudar a mis padres, él estaba loco por mí y eso yo lo sabía, pero había
una piedra en el zapato que debía sacar para que nuestra felicidad fuera
completa.
- Morimoto-kun,
aquí está el pedido – tomé la bandeja y fui rápidamente hacía la mesa donde
estaba Inoo-san -.
- Aquí está su
orden – dije fingiendo nuevamente una sonrisa - ¿deseas pedir algo más?
- No, gracias,
así está bien.
- Muy bien, si
necesitas algo más, no dudes en decírmelo – dije para después irme a atender
otra de las mesas, deseando realmente que Kota le terminara lo más pronto
posible -.
- Buenos días,
Inoo-kun – dijo de repente Okura-kun al verme dentro de su negocio -.
- Buenos días,
Okura-kun, llevaba días sin verte – dije mientras esbozaba una sonrisa -.
- Por lo que veo
ya te encuentras mejor.
- ¿Mejor? ¿A qué
te refieres? – pregunté confundido -.
- Pues, Yabu-kun
me dijo que estabas enfermo y que por eso no había ido a Okinawa contigo.
- Pero si yo…
- ¡Tacchon! – Exclamó
un hombre mucho más bajito que el nombrado, al mismo tiempo que lo abrazaba por
el cuello y le daba besitos en la mejilla -.
- Yasu, te dije
que nos veíamos a la hora del almuerzo – dijo Okura-kun, tratando de apartar con
cuidado al que parecía era su novio -.
- Pero yo quería
verte ahora – dijo de manera dulce, haciendo un puchero –.
- Me alegra
mucho que vengas, pero estoy en el trabajo.
- Pero tú eres
el dueño…
- Yo creo que ya
me voy – dije al mismo tiempo que me levantaba de mi asiento -.
- Lo siento
mucho Inoo-kun – dijo Okura-kun, haciendo una reverencia -.
- No te
preocupes, de todos modos tengo que irme ya a trabajar.
- Por cierto, no
los había presentado – dijo mientras tomaba la mano de quién estaba a su lado –
él es Yasuda Shota, mi novio – dijo Okura-kun con una enorme sonrisa -.
- Mucho gusto,
Inoo Kei.
- El gusto es
mío y por lo que veo trabajamos en el mismo lugar – dijo mientras señalaba la
escarapela que colgaba de mi saco -.
- Entonces nos
veremos luego, tengo algo importante que hacer – dije, haciendo una reverencia
para después dirigirme a la caja registradora para pagar la cuenta, saliendo
rápidamente de la cafetería, necesitaba hablar con Kota para que me explicara el
por qué le había dicho esa gran mentira a Okura-kun.
Llegué a mi
oficina totalmente agotado, tenía demasiados asuntos pendientes y haberme dado
unas pequeñas vacaciones ya me estaban pasando factura, pero valió la pena
pasar ese tiempo con mí amado Ryutaro.
- ¡YABU KOTA! – escuché
ese grito junto con el sonido de la puerta que se abría estrepitosamente,
viendo la cara llena de enfado de Kei -.
- Ke… Kei ¿Qué
pasa? – dije con voz temblorosa, nunca en mi vida lo había visto así -.
- ¿Por qué le
dijiste a Okura-kun que yo estaba enfermo y que por eso no habías ido conmigo a
Okinawa?
- Esto…yo…
- ¡RESPÓNDEME!
- Kei por favor,
tranquilízate, estamos en la oficina – dije tratando de tranquilizarlo, pero
con solo ver su rostro, sabía que no iba a ser fácil -.
- Está bien –
dijo ya un poco más tranquilo – habla – dijo para luego sentarse en la silla
que quedaba frente a mi escritorio, mirándome de manera fulminante -.
- Es cierto que
le dije eso a Okura-kun y… no sé cómo decir esto.
- ¿Fuiste solo?
O ¿fuiste con alguien más?
- Fui con
alguien más – dije resignado, ya no tenía caso seguirle mintiendo después de lo
que había descubierto -.
- ¿Con quién?
- Kei, en verdad
que no es necesario.
- Dímelo.
- Con… - suspiré
profundo – Morimoto-kun – dije, recibiendo de inmediato una fuerte bofetada -.
- ¿Desde cuándo
estás con él? – preguntó al mismo tiempo que sus lágrimas comenzaban a salir de
sus ojos -.
- Desde hace
cuatro meses – respondí, recibiendo un puñetazo en mi mejilla anteriormente
bofeteada -.
- ¿Por qué lo
hiciste?
- Porque me
enamoré de él – dije, sintiéndome mal de ver su rostro lleno de tristeza, pero
era la verdad, aunque todo había comenzado como un juego, poco a poco me di
cuenta de que ese chico era mucho más especial para mí de lo que pensaba -.
- ¡TE ODIO! –
Gritó nuevamente, para finalmente salir corriendo de la oficina, esperaba que
no fuera a hacer alguna tontería -.
Corrí lo más
rápido posible chocándome con algunas personas, pero no me importaba, lo único
que quería era salir de ahí y olvidarme de todo.
- ¡Inoo-san!
¿Qué te pasa? – Dijo Takaki-kun, sosteniéndome de uno de mis brazos, evitando
que siguiera corriendo, no me había dado cuenta de que ya estaba en la calle -.
- Takaki-kun,
déjame – dije todavía sollozando -.
- No, te veo muy
mal y no te dejaré ir hasta que me cuentes lo que te sucede – dijo de manera
demandante -.
- Por favor
Takaki-kun… - en ese momento me abrazó de manera protectora, haciendo que mi
corazón latiera fuertemente, sintiendo nuevamente ese calor tan agradable que
me daba su cuerpo -.
- Está bien si
no me lo quieres decir, pero tranquilízate – dijo, tomando mi rostro entre sus
manos, secando mis lágrimas con la yema de sus dedos -.
- Gracias por
preocuparte, pero déjame estar solo – dije, apartándome de su lado -.
- ¿Yabu-sama
tiene que ver con que estés así? – preguntó entre enojado y preocupado,
mientras que yo asentía débilmente -.
- Sea lo que sea
que haya sucedido, él es un idiota por no apreciar a alguien tan especial como
tú – dijo, mirándome directamente a los ojos, en los cuales me perdí por unos
cuantos segundos -.
- ¿Eso crees?
- No lo creo,
estoy seguro – dijo para luego dedicarme una hermosa sonrisa, en verdad que no
podía creer que me sintiera tan bien de verlo, olvidándome un poco de lo que
había sucedido minutos atrás con el que a partir de ese día, sería mí exnovio,
en verdad que no tenía palabras para describir lo que sentía en esos momentos
-.
- Sin duda te
ves mucho más bello con una sonrisa en tu rostro – y en verdad que estaba
sonriendo y a la vez ese comentario me hizo sonrojar, que si hubiera podido
verme en un espejo en esos momentos, me vería hecho todo un tomate -.
- ¿Por qué
siempre eres tan lindo conmigo? – pregunté curiosamente, aunque sabía la
respuesta, tenía la necesidad de escucharlo de su boca y realmente consciente
de lo que hacía -.
- Porque eres
alguien muy especial para mí.
- Tú también lo
eres – dije casi en un susurro -.
- ¿Eh? ¿Qué
dijiste?
- No, nada, me
tengo que ir ya, no soporto estar más aquí, al menos no por hoy.
- ¿Estás seguro?
- Completamente.
- Está bien,
pero cuando necesites hablar con alguien ya sabes que estoy disponible.
- Gracias – dije,
dándole un dulce beso en la mejilla, siguiendo con mi camino, tenía demasiado
que pensar -.
Me sentía
nervioso al pensar que esa misma noche saldría con Okamoto-kun en motivo de
celebrar mi ascenso, aunque me entristecía un poco que fuera por ese motivo y
no por el que quisiera, pero al menos tendría la dicha de estar a solas con él.
- Ya vámonos –
dijo el dueño de mis pensamientos, al salir ya con su ropa de calle, quedándome
boquiabierto por lo bello que se veía -.
- ¿Y a dónde
iremos? – pregunté, empezando ambos a caminar rumbo a la salida de la empresa
-.
- No lo sé – río
nerviosamente -.
- Me invitas a
salir ¿y no sabes a dónde? – Reí al escuchar eso, pero al ver su rostro lleno
de tristeza dejé de hacerlo – lo siento mucho.
- No te
disculpes, es culpa mía de no pensar a donde ir.
- ¿A dónde
quieres ir?
- ¿No debería
ser yo el que te pregunte eso?
- Para mí
cualquier lugar que te guste, está bien.
- Bueno, creo
que está bien si vamos a comer algo – dijo sonriente, para luego comenzar a
caminar hacía el restaurante más cercano -.
Mientras comíamos,
teníamos una conversación bastante agradable, aunque trabajábamos juntos, no se
nos había dado la oportunidad de hablar de cosas más personales, así que era
interesante saber que teníamos tantos gustos en común, entre ellos la música,
contándome que sabía tocar muy bien la guitarra y yo en cambio le dije que
sabía tocar el bajo, sin duda Okamoto-kun era el chico que tanto estaba
buscando, pero no quería confundir esa amistad que me brindaba con amor, ya que
no estaba seguro de que sintiera lo mismo por mí.
Luego de eso y
al ver que ya era algo tarde, me ofrecí a acompañarlo hacía su casa, que por
cierto no quedaba muy lejos de nuestro lugar de trabajo.
- Aquí es – dijo
al llegar ambos a la puerta de su apartamento -.
- Muchas gracias
por la noche de hoy – dije realmente feliz, de solo estar con él, todo era
perfecto -.
- No, gracias a
ti – sonrió -.
- Creo que
todavía puedo alcanzar el último autobús para ir a casa, así que nos vemos
mañana.
- Es… espera –
dijo de repente Okamoto-kun y sin esperarme realmente aquello, me besó
dulcemente, dejándome totalmente en shock -.
- Esto…
- Nos vemos
mañana – dijo sonriente y totalmente sonrojado, entrando rápidamente a su
apartamento, aquel día no pudo haber sido más perfecto -.
CONTINUARÁ…