Perdón por haberme demorado un poco en actualizar, pero estaba tan ocupada en otros asunto que no me daba tiempo para escribir ;_____;
Pero ahora ya volví y les traigo el tan esperado capítulo 15 >w< que como siempre este fic está dedicado a Mabe-chan :D y espero les guste *o*
Y muchas gracias por sus lindos comentarios *o*/
Tema: ~Seduciendo a mi profesor~
Extensión: Serial
Parejas: Takachii/Inoodai/Yamajima
Autora: Akari-chan
Capítulo 15
Esperaba
pacientemente en la cafetería donde había quedado de encontrarme con Yuto,
claramente la puntualidad no era una de sus virtudes, ya que llevaba esperando
más de media hora, suspiré profundo y tomé un sorbo del café que había pedido, el
cielo estaba despejado y el viento corría frío por cada rincón de la ciudad,
haciendo de este un clima bastante agradable. De un momento a otro pude
visualizar a lo lejos a mi amigo corriendo hacía donde yo estaba, agitando su
mano en modo de saludo.
- Llegas tarde
como siempre - dije al tenerlo a pocos
metros de donde estaba, tratando de sonar molesto -.
- Lo siento
Yuri – dijo reverenciándose – pero se me olvidó decirle a mi mayordomo que me
despertara.
- ¿No estás
muy grande cómo para que te despiertes solo? – dije burlonamente -.
- No te burles
– dijo mientras se sentaba, quedando los dos frente a frente -.
- Está bien,
no me burlaré más.
- Gracias.
- ¿Y qué es
eso tan urgente de lo que quieres hablar? – pregunté inmediatamente -.
- Bueno, ya
sabrás que Ryosuke y Keito están saliendo ¿cierto?
- Y eso te
molesta – asintió – pero ¿te molesta más por quién? – Pregunté, sabía muy bien
que Yuto sentía algo muy fuerte por Ryosuke y también por Keito, aunque por
este último no lo quisiera reconocer -.
- Obvio que por
Ryosuke – dijo algo nervioso -.
- ¿Seguro? –
mirándolo fijamente -.
- ¿Será qué
Keito todavía me odia? – suspiró profundo, bajando la mirada -.
- Lo más
probable es que si, tiene sus razones, pero no creo que te odie realmente.
- Pero le hice
mucho daño, le mentí respecto a mis sentimientos por él y ahora creo que estoy
pagando por eso – dijo mientras finas lágrimas amenazaban con salir de sus
ojos, así que me levanté y me acerqué a él para abrazarlo -.
- No llores, aunque
claramente es culpa tuya todavía puedes arreglar ese error – dije dulcemente,
pero sin dejar de ser sincero con él -.
- Gracias –
nos separamos y me sonrió – aunque me enoja verlos juntos, no sé si podré
soportarlo más.
- Te entiendo
– dije con fastidio, yo estaba en la misma situación -.
- ¿A qué te
refieres? – dijo mientras me apartaba un poco, mirándome con curiosidad -.
- No es nada
que te incumba – dije fríamente y me retiré, volviendo a sentarme en donde
estaba hace unos cuantos minutos -.
- ¿Será que
Yuri-chan tiene un amor no correspondido? – dijo burlonamente -.
- Claro que
no, él me ama y de eso estoy seguro – dije realmente confiado ¿y por qué no
estarlo? Si él me correspondía de la misma manera -.
- ¿Quién es? –
preguntaba mi amigo con mucha curiosidad -.
- No te lo
diré.
- ¿Lo conozco?
- Tampoco te
lo diré.
- No seas malo
– haciendo puchero – dime -.
- ¡Que no!
- Está bien,
no preguntaré más – dijo para al fin quedarse callado, odiaba que me hicieran
tantas preguntas -.
- Ahora qué me
hiciste enojar, llévame de compras.
- ¿Eh? – dijo
sorprendido y sin esperar su opinión, pagué la cuenta del café que me había
bebido y tomando del brazo a mi amigo,
nos dirigimos hacía el centro comercial que quedaba a un par de cuadras de
donde estábamos -.
Aburrido, no
había mejor palabra para describir el cómo estaba en esos momentos que esa, a
pesar de que mi familia era adinerada, nunca me emocionaba despilfarrar mi
dinero en cosas innecesarias y por ende no era de esos novios que le compraban
de todo a sus novias y eso ella lo sabía muy bien, aunque eso me hacía recordar
cuando Yuri me pedía que le comprara todo lo que quisiera y yo alegremente le
cumplía todas sus peticiones, él lo hacía más que todo cuando se enojaba
conmigo, era tan lindo ver sus pucheritos, me hacía realmente feliz y deseaba
volver a esos tiempos en los que ambos éramos felices.
- ¡Yuyan! ¿Me estás
escuchando? – Decía mi prometida algo enojada, al parecer estaba tan sumido en
mis pensamientos que ni le prestaba atención -.
- Si, te
escucho – sonreí, logrando que se calmara un poco -.
- Te ves
distraído ¿estás bien? – preguntó preocupada -.
- Estoy bien,
es solo que he tenido mucho trabajo y no he descansado lo suficiente – dije tratando
de sonar convincente, aunque en verdad no podía dormir por estar pensando en él
-.
- Lo siento si
te hice venir en tu día de descanso – dijo algo triste -.
- No te
preocupes, no es ninguna molestia, estar contigo me hace sentir mejor – odiaba tener
que decir cosas que realmente no sentía, pero no tenía otra opción -.
- Eres tan
tierno Yuyan – dijo para después abrazarme y besarme dulcemente, beso que me
obligué a corresponder -.
De todas las
cosas que no esperaba ver, esta era la peor de ellas, quería ver a mi Onii-san
pero no de esa manera, me partía realmente el corazón verlo besarse con su “noviecita”,
pero tenía que ser fuerte, no dejaría por ningún motivo que ella se lo quedara.
- ¿Qué tanto
miras? – preguntó mi amigo -.
- Es que me
pareció ver a alguien conocido.
- ¿A quién?
- ¿No es
Takaki-sensei el que está allá? – señalé disimuladamente fingiendo sorpresa -.
- Es cierto,
es él y al parecer está con su prometida – me molesté al escuchar esa palabra,
todavía no lo asimilaba -.
- ¿Cómo sabes
que es su prometida? – pregunté -.
- Pues además
de intuirlo por aquel beso que se están dando, ella es amiga de mi hermana me
quedé sorprendido por lo que acababa de escuchar -.
- Vayamos a
saludarlos no creo que se molesten – dije al mismo tiempo que sostenía fuertemente
el brazo de mi amigo que a regañadientes se dejaba llevar por mí -.
- No creo que
sea buena idea, se ve que están ocupados.
- Ya te dije
que está bien – reí con malicia, cosa que asustó un poco a mi amigo -.
Nos acercamos
rápidamente hacía la banca en la que estaban ambos sentados, tenía que pensar
en algo pronto, aunque no me disgustaba la idea de seducirlo estando su novia
presente y aunque en verdad no me parecía bien, utilizaría un poco a Yuto para
darle celos.
Sentí cómo un
sudor frío recorría todo mi cuerpo al ver a mi adorable pesadilla acercarse hacía
nosotros, una parte de mí sentía felicidad por verlo y la otra parte sentía
celos de verlo con uno de mis estudiantes tan juntitos, pero tenía que
tranquilizarme, no era conveniente en esos momentos tener un arranque de celos
en pleno centro comercial y con mi novia cerca.
- Hola
Takaki-sensei – dijeron ambos al unísono al mismo tiempo que se reverenciaban
-.
- Ho…hola –
dije tratando de sonar tranquilo -.
- Hola Yuto-kun,
que gusto verte– dijo ella alegremente – estás mucho más alto que la última vez
que te vi ¿eres alumno de Yuyan?
- Si – respondió
Nakajima - me da mucho gusto verte también Haru-chan.
- Y tú debes
ser el chico raro de la otra vez ¿verdad? – preguntó mirando curiosamente a
Yuri a lo que él solo asintió - ¿cómo te llamas?
- Chinen Yuri.
- Mucho gusto
Chinen ¿y qué los trae por acá?
- Pues supongo
que lo mismo que a ustedes, venir de compras – dijo mi amado niño de manera
arrogante, mientras alzaba un poco la bolsa que llevaba en su mano libre -.
- Ya veo, nosotros
venimos a comprar algunas cosas para nuestra boda – sonrió alegremente mi novia
y vi como el rostro de mi niño se tensaba un poco -.
- ¿Cuándo se
casan?
- Dentro de
tres semanas, ya está casi todo listo, pronto enviaremos las invitaciones, me
haría muy feliz que fueras.
- Claro, no me
perdería de esa boda por nada.
- Ya es casi
la hora del almuerzo – dijo mientras miraba su reloj – ¿te gustaría
acompañarnos junto con tu amigo a comer? Hace mucho que no hablamos y me parece
una buena oportunidad.
- Por mi
encantado ¿qué dices Yuri?
- Me parece
bien – dijo mi niño sonriente, no podía evitar quedarme embobado viendo su
hermosa sonrisa -.
Así que sin
más los cuatro comenzamos a caminar, Haru-chan y Nakajima-kun caminaban juntos hablando
de quién sabe que cosas, no podía prestar atención ya que quién caminaba a mi
lado era mi amado niño, que no dejaba de mirarme intensamente.
- Si te quedas
mirándome así, vas a caerte – dije tratando de ocultar mis nervios -.
- No te
preocupes “Yuyan” eso no va a suceder – dijo burlonamente -.
- Soy tu
profesor, no deberías de llamarme así.
- Pues yo te llamo
como quiera “Yuyan” - dijo dulcemente
pero sin dejar de usar ese tono burlón, no podía negar que se escuchaba mejor
saliendo de sus dulces labios -.
Seguimos caminando
y al parecer los dos de adelante no se decidían en donde ir a almorzar, pero
agradecía un poco el poder estar cerca de Yuri aunque fuera unos momentos y de
repente, vi cómo mi hermoso niño se tropezaba, pero antes de que pudiera caer
al suelo, rápidamente lo tomé del brazo y apegándolo a mi cuerpo evité que se
cayera, sintiendo cómo dulcemente me abrazaba y su dulce olor recorría mis
pulmones.
- Te dije que
no te me quedaras mirando – susurré muy cerca de su oído, sintiendo cómo su
pequeño cuerpo se estremecía -.
- ¿Qué pasó? –
preguntó Nakajima-kun -.
- Tropezó, pero pude evitar que cayera al suelo –
dije sin dejar de abrazar protectoramente a mi niño -.
- Verlos así
abrazados me hace pensar que son muy cercanos – dijo Haru-chan -.
- De hecho lo
somos – dije en un susurro que nadie escuchó -.
- Me alegra
que no haya pasado nada grave – suspiró Nakajima aliviado -.
- ¿Ya escogieron
dónde vamos a almorzar? - preguntó Yuri
al mismo tiempo que lentamente se separaba de mí -.
- Si, vamos a
un restaurante de comida Italiana – dijo Haru-chan alegremente, tomándome de la
mano, entrando juntos al lugar seguidos por mi niño y su acompañante -.
Tomamos
asiento en una de las mesas que estaban disponibles, el lugar se veía bastante
fino y de seguro la comida sería costosa, esa era otras de las cosas por las
que no me gustaba gastar innecesariamente mi dinero, para mí siempre y cuando
fuera comida estaba bien, no importaba si fuera barato, creo que eso era lo que
hacía que la gente pensara que era tacaño.
Hicimos nuestro
pedido al mesero y en unos cuantos minutos ya estaba la comida servida en la
mesa, empezando todos a comer, viendo cómo mi niño y su amigo se hablaban muy
cerca el uno del otro, al mismo tiempo que se sonreían mutuamente, haciéndome
sentir unos celos terribles.
- Ya vengo - dije
de repente, levantándome de mi asiento y dirigiéndome a los baños, al llegar
lavé mi rostro con el agua que salía del grifo del lavamanos, necesitaba
tranquilizarme, pero volví a inquietarme cuando sentí cómo unos brazos me
rodeaban, no tuve que voltear para saber de quién se trataba -.
- ¿Estás bien?
- Nakajima-kun
y tú ¿son algo más que amigos? – Pregunté sin titubear, volteándome para quedar
frente a frente con mi niño -.
- Eso no te
importa – dijo seriamente -.
- ¡Claro que
me importa! Me molesta verte con él, tú eres mío y no quiero verte con otro –
dije al fin, ya no podía soportarlo un minuto más -.
- ¿Y tú cómo
crees que me siento? ¿Acaso piensas que eres el único que sufre?
- Yu…Yuri.
- ¿Creías que
te iba a esperar toda la vida? ¿Viendo cómo te casas con ella, mientras que yo
solo me quedo esperando a que me des tus migajas de amor? Dices que soy tuyo,
pero tú para mi completamente no lo eres – dijo empezando a sollozar – ¿qué más
te da verme con otra persona?
Todo lo que me
decía era cierto, yo estaba siendo egoísta respecto a mis sentimientos y había
hecho sufrir a la persona que más amaba, me acerqué a él, tomando su rostro con
mis manos, limpiando sus lágrimas con mis dedos y en un impulso lo besé, pero
era un beso más bien posesivo y apasionado. Nos adentramos en uno de los
cubículos, tocándolo con desesperación y él me correspondía de la misma manera.
- No quiero
que nadie más te bese – decía mientras bajaba mis labios a su cuello para
besarlo y lamerlo – ni que te toque cómo yo lo hago – abriendo ágilmente su
pantalón, introduciendo una de mis manos por debajo del bóxer, acariciando su
miembro – porque el único que puede hacerte sentir así, soy yo – dije finalmente,
volviendo a besar fogosamente sus labios, sin dejar de masturbar su miembro,
que ya estaba completamente duro y húmedo -.
- Yuya Yu…ya –
entre besos gemía mi nombre, eso me hacía muy feliz, ya que era la primera vez
que me llamaba por mi nombre, así que animadamente seguí dándole placer a su
pene con mi mano, hasta ya sentir cómo ese líquido blanco y caliente salía de
éste -.
- Te amo Yuri,
pero dame tiempo para terminar con todo esto – besando su frente -.
- Y yo te amo
a ti, mi Yuya – sonrío – pero no te demores tanto – dijo todavía respirando
agitado, asentí y nos volvimos a besar, después limpiamos el pequeño desastre
que habíamos hecho, saliendo seguidamente del baño -.
- ¿Por qué se
demoraron tanto? – preguntó Haru-chan -.
- Es que Yuri
se sintió un poco mareado y nos quedamos ahí un rato hasta que se sintiera
mejor.
- ¿Seguro que
estás bien? – preguntó su amigo -.
- Si, muy bien
– dijo al mismo tiempo que me sonreía tiernamente -.
Nos volvimos a
sentar, para continuar comiendo, sintiendo como de vez en cuando nuestras
piernas se acariciaban mutuamente por debajo de la mesa, haciéndome sentir el
hombre más feliz del mundo.
CONTINUARÁ…